5 Am de la mañana. Y Ortiz abrió la puerta. Ella prefirio
adelantarse a Stella quien continuaba durmiendo. Ella se quedo hasta muy tarde
escribiendo informes de las alumnas, que quedarían en sus expedientes.
- Niñas a levantarse!!
- Tan temprano!!- Protesto Jessica.
- Si, tan temprano! Y cuida esa forma de responder.
Alice y Rhonda se despertaron también, con mucho sueño.
Mariela se levanto e inmediatamente sobo su trasero aun adolorido de anoche.
Fueron 60 azotes uno tras otro, mas los 40 de la mañana.
- Es un nuevo dia. Vamos. A las 6 habra chequeo de uniformes
por parte de Madre Stella. A las 7 comenzaran las clases. Para entonces deben
estar listas y desayunadas!–
- ….si…- Protesto la niña somnolienta. No le gustaba ese
camison. Se veía muy tonto en ella y le daba vergüenza. A tal punto que preferia
el uniforme. Y no quería que se le haga tarde. Atontada se desvistió y busco la
blusa de marinera. Se la puso sin siquiera abotonarla y luego el incomodo
jumper. Claro, los botones que alcanzaba. Cepillo rápidamente su pelo, trenzas,
listones, guillerminas y ya. Se veía muy desprolijo pero no le importaba. Pero
en todo este suceso, había una chica que aun no despertaba. Annie Hastur. Ni
con aplausos se despertaba.
- No va a despertarse…- Dijo Amy. – Ella nunca despierta tan
temprano.
- Vas a ver como si. –
Con suavidad, Ortiz la tomo y la coloco en sus piernas.
Amy se tapo la boca intentando no reírse. Se notaba que
Ortiz solo jugaba, si fuera un castigo usaría su vara. Pero el libido de
Mariela se disparo. Se quedo petrificada en su posición y el tiempo comenzó a
pasar en cámara lenta para ella. Lentamente (para Mariela) Ortiz levanto su
camison rosa, mostrando sus nalguitas y la ropa interior reglamentaria. Amy no
dejaba de reírse. SE bajo e intento ver la cara que iba a poner su hermana.
Finalmente PAF! Cayo la primer nalgada.
- Ayyy ayy ayyy!!- Protesto Annie tomando su cola. Volteo a
todos lados confundida y luego vio a su hermana muerta de la risa.
- En donde estoy?
- Es hora de despertarse.
- Que hora es???
- Son las 5 am.
- Las… 5 am…?- Protesto Annie sintiendo el sueño apoderarse
de ella.
- Si, es la hora a la que las niñas se despiertan!- LA
regaño dándole varias sonoras nalgadas.
- Ay ay ay. Siii, ya porfa!!-
Finalmente Ortiz la dejo levantarse. Y luego de sobarse un
poco Annie ya se despertó. La nalgueada no dolio, a tal punto que ella ni
siquiera lloro. Pero Mariela quedo petrificada. “Tengo que dibujar eso…” era lo
único que podia pensar. Eso y las formas de dibujarlo. Finalmente con las 6
despiertas, Ortiz se retiro.
- Ya deja de reírte…- Protesto Annie sonrojada sobándose.
- Jajaja, deberías haber visto tu cara. Marie!!- Exclamo.
Mariela despertó y Amy le dijo: Ven, vamos a desayunar. Ya en uniforme??
- Si…- Dijo ella y las siguió. Annie se encontraba
totalmente somnolienta. Y Mariela, además de eso, no dejaba de pensar en la
cola de Annie, y toda la escena. La repetia en cámara lenta una y otra vez en
su cabeza, y la detenia a cada rato intentando evaluar como seria el mejor
dibujo.
Amy rápidamente se desperezo y volvió a ser la Amy hiperactiva
de siempre. Cosa que realmente fastidiaba mucho a su hermana.
- Quedate quieta!!!-
- Vos despertate!! –
- Son las 5 ¡!-
- De todas formas, debes despertarte!!!
Pero Mariela estaba muy perdida en sus pensamientos para
prestarle atención a OTRA pelea de las gemelas. Finalmente llegaron al comedor,
y Annie ya estaba mas desperezada. Reservaron un lugar, y dos de ellas fueron
por los desayunos. Mariela se sento con dificultad, y al hacerlo noto que ambas
estaban mas risueñas que de costumbre. Se hablaban al oído y se reian. “Se
burlaran de que me nalguearon estas taradas?” Penso Mariela enojada.
- Que bueno que ya no es lunes…- Dijo Annie. Amy rio y
respondio:
- Si, hoy va a ser un lindo Martes. –
Mariela no entendio nada y volvió a perderse en sus pensamientos.
Pronto las risas se interrumpieron y las chicas hicieron un ruidoso silencio. A
tal punto que Mariela despertó y las miro.
- Pobrecita… que habrá hecho? – Pregunto Annie.
- Quien?- Respondio Mariela.
- La chica en uniforme de castigo. Alla.
- No la señales!!-
Muy cerca de ellas estaba desayunando una monja junto a una
chica en mameluco blanco. Mariela vio una en uniforme de castigo por primera
vez. La terrible dificultad que tenia la pobre para poder sentarse la hizo
dirigir su atención al trasero de la chica en cuestión, y luego de eso, al
cartel en su trasero. Verla tan humillada y adolorida la lleno de indignación y
miedo. Al igual que alice, lo había visto en el folleto. Pero una cosa es ver
dibujos y otra ver a una chica padecerlo en persona. Ahora entendia por que Amy
tenia tanto miedo de que le quiten sus listones. Pero sumado a verla a Annie
ser nalgueada en primera fila, esta imagen genero un profundo morbo en ella.
“Tengo que dibujarla primero a annie para poder dibujarla a ella.” Penso rápido.
Desayunaron en silencio y salieron del comedor.
- Que miedo…- Penso Annie.
- A nosotras no nos van a quitar nuestros listones nunca.
- Como sabes? – Protesto Annie.
- Por que no…- respondio secamente Amy, intentando disimular
su miedo. El verlas y saber que les podia pasar lo mismo las aterraba.
Cuando llegaron a la habitacion, Mariela enseguida saco su
carpeta. Penso en empezar por detalles que nadie sospeche, y luego terminar lo
mas importante. Pero apenas vio su camison rosa, hecho un bollo y la cama
desarmada pensó en primero arreglarlo. Aprendio la lección ayer, Stella es muy
estricta con el orden. Obedientemente ordeno mientras las chicas la veian y se
seguían riendo.
- De que se rien??
- De nada… Hoy va a ser un hermoso Martes, no es asi?
- Si, mucho mejor que ayer que fue Lunes!
Mariela no entendia sus códigos extraños. Las chicas tomaron
sus toallas, uniformes, y se fueron a bañar.
- No te vas a bañar?
- Ya me bañe ayer.
- Ayer lunes?- Bromeo Annie y ambas se rieron. Finalmente
Mariela estaba sola y la pluma cobro vida propia. Se acostó en su cama boca
abajo y empezó a dibujar sin parar. El dibujo era simple, Annie sobre las
piernas de Ortiz, con su cola al aire, intentando taparla y haciendo puchero.
Su hermana esta frente a ella, viéndola y riéndose. Aprovecho para bocetear la
chica en uniforme de castigo, aunque quería retratar perfectamente la
humillación, resignación y dolor que vio en su rostro.
- Niñas. Inspeccion de uniformes y Orden. –
Mariela volteo. – En que momento llegaron todas? –
Stella se acerco, vio a las gemelas de arriba a abajo. Las
volteo. Hasta alzo su falda, frente a lo cual ambas caras se pusieron rojas
como un tomate.
“En verdad inspeccionan eso…” Penso Mariela, sonrojándose
con anticipación. Sin embargo para Stella no era mas que control.
- Uniforme impecable. Y huelen muy rico. Peinado impecable.
20 puntos para ambas.
- Yay!!!- Festejaron. Ambas se habían peinado y vestido
entre ellas, como lo hacían desde niñas.
- Y su lugar también se ve impecable. 20 puntos mas!
- Yaaaaaaaay!!- Festejaron mas animadamente., tomándose de
las manos y saltando. Tambien desde pequeñas hacían juntas el orden de su
habitacion. Las mucamas tenían la orden de no tocar su habitacion y sus padres
creían en la disciplina. Sin embargo, eran consentidas ya que no siempre la
aplicaban. Era difícil no ceder ante la ternura de ambas. Y ellas lo sabían.
- 10 puntos extras por haberlo hecho bien. Sigan asi.- Dijo
poniendo una mano encima de sus cabezas y mimandolas. Ambas sonrieron de oreja
a oreja y se dejaron mimar, sabiendo que su ternura les habia dado puntos
extras. Toda su vida han abusado de la única ventaja de continuar siendo tan
pequeñas a pesar de su edad.
“Sonrien y se dejan acariciar la cabeza luego de que le dan
puntos. Parecen cachorritos. Bueno… Amy seria una gatita y Annie… ummm
conejita? Tengo que dibujarlas asi.” Penso Mariela.
Luego se acerco alice.
- Sus anteojos. – dijo La mujer. Entregándoselos.
- Muchas gracias Madre Stella.
La chica era hermosa, y tenia un aspecto angelical. Ademas
de su comportamiento sumamente educado. Rapidamente gano los 50 puntos. La
siguiente fue Jessica. Criada por mucamas, nunca tendio una cama en su vida. Y
sumado a eso, no era precisamente de las que les fascine usar uniforme.
- Veamos…. – Dijo la mujer mirándola fijamente. Se puso las
manos en la cintura. Y aclaro.
- Los botones de la blusa van todos abotonados..- Protesto
abotonándolos hasta su cuello. Jessica puso cara de bronca pero intento no
protestar. Violentamente la volteo y levanto su falda.
- Que hace!- Protesto Jessica tapándose. Y le dieron un
tiron de oreja. – Reviso su uniforme!! El jumper también se abotona hasta
arriba. Para eso están los botones.
- No llego.
- Como puede ser que Alice llegue y tu no. – Protesto. Pero
vio que sus trenzas y listones estaban bien. Naturalmente, Jessica peino
numerosas veces a su hermana menor. Le daba vergüenza volver a usar trenzitas,
pero luego de leer el folleto y ver como salían las chicas del purgatorio…
- Llamas o arrepentimiento Jessica.
Frente a la frase, Jessica apretó los dientes. Roja por la
furia adopto la posición. Stella intento azotar rápidamente la parte que el
jumper alcanzaba a tapar. Los azotes no eran fuertes, y la gran cola de Jessica
ofrecia resistencia. A partir del decimo su rostro y piernas mostraron signos
de dolor. Finalmente en los últimos 3 solto leves gemidos. Se paro molestísima,
cruzada de brazos. Queria sobarse, pero no mostraría eso frente a las demás
chicas, y menos frente a la estúpida de Stella.
- Y mira tu cama!! Llamas o arrepentimiento!-
- Me vas a castigar solo por la cama?- Protesto Jessica.
Pero la monja continuaba contando hasta 10. Al decimo, la
niña cedió, indignada y totalmente furiosa.
Nuevamente, los azotes cayeron una y otra vez sobre la parte
que el jumper tapaba. Stella hacia esto para reducir el dolor. La parte mas
carnosa de los glúteos era la que mas resistia, la que el jumper tapaba y que
además era amortiguada por la tela. Pero dado a que el jumper tapaba solo ¾ de
la cola, todos los azotes caian en esa parte. Jessica ya estaba adolorida, y no
pudo evitar menear su trasero y gemir desde el primero hasta el azote numero
40. Pero no abandono su posición. Se puso de pie furiosa, con mas lagrimas de
coraje que de dolor. Las chicas podían ver como sus piernas se movían en su
lugar, intentando disimular el dolor.
- Ponte a armar tu cama. Si no se ve prolija lo haras de
vuelta.
- S-Si…- Dijo furiosa.
Finalmente fue el turno de
Mariela.
UFFFF, A CAPITULO POR DIA.....INTERESANTE ESPERO SEGUIRTE LEYENDO Y ESTA HISTORIA TE DURE MUCHO.
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