El dia comenzó con Ortiz usando la cola de
annie de Alarma, su hermana riéndose y Annie muerta de vergüenza. Ortiz
disfrutaba este ritual, al punto que pensó hacer que Annie se acostumbre a ser
despertada asi. Era el único momento en el que podia colocarla en sus piernas.
Y le daba ternura ver la vergüenza que le daba a Annie que le pase eso.
Ya era su tercer dia y las chicas
comenzaban a sumergirse en la rutina. Y por eso es que pronto el lector vera
como cada dia deja de ser detallado. A medida que uno entra en la rutina, los
días tienden a parecerse y solo los eventos los vuelven distintos. Pero esto
aun no sucede, para ellas es recién su tercer dia.
Luego de un desayuno balanceado, Ortiz y
Stella tenían a su grupito de alumnas sentaditas esperando que empiezen sus
clases. Rapidamente noto algo. Mariela y Alice estaban sentadas juntas. O mejor
dicho, Alice insistió en poder sentarse junto a Mariela, ambas detrás de las
gemelas. Y Jessica estaba de buen humor. ¿Ya se había resignado a pasar sus
siguientes años como alumna del Saint Francis? Según Stella, ninguna fue
castigada a la mañana. Eso daba muchas pistas de su comportamiento. Ortiz
reconocio que era muy útiles los constantes chequeos de Stella. Y que ella
tenga la paciencia para hacerlo. Todo parecía ir bien hasta que dijo la frase
mágica.
- Bueno chicas, hicieron sus tareas?
Segundos después, Stella tenia a Rhonda y a
Jessica, con su falda arriba y recibiendo fuertes y dolorosos azotes. Las
únicas que habían completado toda su tarea eran Alice y Mariela. Amy y Annie no
hicieron NADA. Rhonda tampoco. Y Jessica alcanzo a hacer 2. Muy molestas, y
dado que les correspondían castigos por cada tarea no hecha (mas una por no
hacer todo) se les dio a elegir como quería que fueran sus siguientes castigos.
Annie miro suplicante a su hermana, la cual
suspiro resignada.
- Arrepentimiento…- Dijeron ambas al
unisono.
- Todos los castigos arrepentimiento?-
- Todos…-
- Muy bien, rezan todo un rosario en el
rincón.
- Owww…- Suspiraron ambas cabisbajas.
- Hubieran hecho su tarea.
Luego de eso, fue el turno de Rhonda, quien
decidio que todos sus castigos serian nalgadas. Eran 5, equivalente a 100
azotes. Pero a Rhonda parecía no importarle. Harta de no ser respetada, Stella
decidio usarla como ejemplo. La obligo a pasar al frente de su clase, recostar
todo su torso y cara contra el escritorio, alzo su falda y comenzó a dar
fuertes y dolorosos azotes por toda su cola.
Luego del azote 20, Rhonda ya no se veía tan
resistente. Gemia adolorida, y abandonaba su posición tomando su cola.
- Desde el principio. YA! A tu posición.
Cada vez que la abandones, empezaremos de vuelta. – Ordeno.
- S-Si…- Contesto Rhonda volviendo. Ya
había sido castigada anteriormente. En todos sus orfanatos, sus tutores eran
muy violentos. Por eso se volvió insensible. Sentimentalmente. No es que no
sintiera dolor, no lo expresaba. Nunca se preocupaba por la razón de los
castigos. Solo sabia que si la cuidaban, tarde o temprano le pegaban. Ella era
alguien a quien comúnmente golpeaban. Pero Stella estaba empeñada en darle una
buena lección.
- Es una falta de respeto que no hagas ni
UNA tarea!!- Se quejaba Stella y lo repetia constantemente mientras la
nalgueaba. Utilizo todas las técnicas que le enseñaron (Tanto teóricas, como
las que aprendio en carne propia que las monjas usaban con ella) para
asegurarse de que Rhonda no vuelva a subestimarla.
- ¡¡Yo me voy a encargar de cuidarte 6
años!! ¡¡ Y Debes respetarme!! ¡¡Todo esto es por tu bien!! ¡¡ Como crees que
sobrevivirás en el mundo real si ni siquiera puedes afrontar tus
responsabilidades!!
- AYYYYYYY!!!- Exclamo Rhonda, encogiéndose
y tomando su cola.
- Otra vez, desde el principio.
- Ya noooo…-
- Esto también es una responsabilidad que
debes afrontar.!! De pie, o te vas derechito al purgatorio!!
Las 5 otras chicas observaban la situación
sorprendidas y asustadas. Hasta las gemelas dejaron de rezar para escuchar la
situación y Ortiz volteo para ver como su compañera parecía perder el control.
Stella podia hacer gemir y suplicar como una niña, a una chica tan ruda como
Rhonda.
“Si hace eso con ella…. Cuando me toque a
mi…” Penso Jessica sintiéndose muy asustada.
Y
Alice observo en Mariela como la sorpresa incluia otras emociones. Sabia
reconocer una persona excitada.
Stella rápidamente afirmo que si las
nalgueaba despacio no era por que no pudiera nalguearlas fuerte.
Mientras tanto, ambas gemelas estaban en el
rincón. Por que claro, si una tenia flojera de hacer su tarea, la otra tampoco
lo hacia. Y si a una, aun le dolia la cola y preferia ir al rincón la otra
también lo preferia. Ambas vigiladas por Ortiz y enseñando sus calzones. Cosa…
que en verdad no preocupaba mucho a ambas. Ambas tenían sus propias
preocupaciones, y es la razón por la que Ortiz necesitaba vigilarlas.
- Annie, no te duermas!!- Dijo Ortiz
dándole una sonora nalgada.
- AY!! Si… Ave maria… llena eres de..- Continuaba
rezando Annie. Luego de la agotadora clase de gimnasia, todos sus musculos
dolían. Y sumado a eso, tubo que despertarse a las 5 am. Podria dormirse
arrodillada en el rincón con mucha facilidad. En el otro extremo…
- Ayyy!!! –
- Estas rezando!!! No cantando. Reza a una
velocidad normal. Y quédate quieta!!Estas castigada, no jugando!! – La regaño a
Amy, luego de darle otra sonora nalgada.
- S-Si Madre Ortiz. – Respondio Amy. Amy
tiene el problema de que sencillamente no sabe quedarse quieta. Siempre tiene
que hacer algo. Si no esta haciendo nada, al menos debe jugar con sus trenzas,
su falda, su ropa, mover algo entre los dedos. ¡ALGO! Tener que rezar
arrodillada y quieta era peor tortura que las nalgadas para ella. De hecho, si
bien su cola es muy sensible y pequeña, preferiría las nalgadas… pero su
hermana es una llorona.
Ambas empiezan desde 0.
- OTRA VEEEEEEEEZ???!!!- Protestaron al
unisono.
- Sin dormirse, y sin jugar. Si una se
porta mal, castigo a las dos.
- A las dos??- Se quejaron al unisono.
- Si, a las dos. Y vuelven a empezar. –
- PEroooo…- Continuaron quejándose.
- Sin peros. – Dijo. Se acerco a Annie y le
dio 5 nalgadas, frente a las cuales pataleo y se tapo su cola.
- Derechita. – Dijo tomándola de los
hombros y obligándola a enderezarse. Luego le puso sus brazos en su lugar. Con
amy tuvo que repetir lo mismo.
- Ahora a portarse bien. No es un juego ni
una siesta.
- S-Si Madre Ortiz…- respondieron al
unisono.
“Capaz esto las ayude a cumplir su
castigo…” Penso Ortiz, viendo como efectivamente, ambas ahora se sincronizaron
y rezaban en voz baja como si hicieran un coro.
Alice noto, como enseguida Mariela comenzó
a bocetear todo eso en una de sus hojas con el lapiz. Solo le faltaba un hilo
de baba colgando.
“Acaso no se da cuenta que la veo? Tan
tonta es?? Pero mejor para mi. Tarde o temprano la van a descubrir y ahí
empieza mi jugada. “
Pero para Mariela esta era la oportunidad
perfecta. Las Madres estaban distraídas, y ella podia dedicar su tiempo a
dibujarlas en vivo. Solo debía bocetearlas en lápiz, luego pasaría el dibujo a
un mejor papel, y con mejor tinta. Aparte asi, podia observar detalles
perfectos, que sino no podría. La tendencia a mover inquietamente los pies de
Amy, o de apoyar su frente contra el rincón de Annie. Como mueven sus rodillas
adoloridas y aprietan levemente sus manos para reactivar la circulación.
A todo esto, el castigo continuaba mientras
Jessica, de pie, esperaba su turno nerviosa y con su corazón a punto de
reventar su pecho. Otro dibujo potencial si no fuera por que Mariela ya comenzó
el de las gemelas.
Para los últimos azotes, Rhonda respiraba
agitada y no dejaba de gemir y quejarse con cada azote, soltando un sollozo
entre cada uno.
Mariela observo por primera vez, un trasero
rojo carmesí, el mas rojo que vio desde el que alcanzo a espiar en la chica del
mameluco de castigo. Al menos, Rhonda
resistia en su posición. Cuando termino Stella se acerca y con un dedo le
limpio una lagrima.
- Espero hayas aprendido tu lección. Si crees que esto fue malo no sabes lo que te
espera en el purgatorio. Volve a tu lugar. –
Mariela, Jessica y alice observaron
asombradas una Rhonda que se ponía de pie, y con una mano en su trasero
caminaba incómodamente a su asiento, mientras se limpiaba lagrimas silenciosas.
- Tu turno Jessica. –
-S-Si…- Dijo tragando saliva. “Me va a
matar…”
- Llamas o Arrepentimiento.
- Llamas…
- Las dos veces?
- S-Si…- respondio “Gemelas de mierda… me
robaron el rincón. Aunque hay 2 mas… podría ir… pero que vergüenza… prefiero llorar…
espero que no sea tan fuerte…”
No fue solo la determinación de Stella, fue
además el estado emocional en el que se encontraba Jessica lo que hizo que al
decimo azote Jessica se agache tomando su cola.
- Ahhh duele mucho… duele mucho…
Y esto sucedió dos veces. Para la tercer
tanda de azotes, Jessica era solo gemidos, y gritos mientras intentaba con
todas sus fuerzas mantener su posición. Una jessica llorosa que se sobaba
adolorida fue devuelta a su asiento al final de su castigo.
“Pe…Pensar que Rhonda recibió mas de 100…”
Suspiro.
- Chicas, cuando las gemelas salgan del
rincón, comenzaremos con la clase. Mientras tanto, les dare ejercicios a las
que acaban de ser castigadas. Y ESPERO que los completen a tiempo.- Ordeno
Stella.
Jessica respiraba
agitada y acongojada, mientras Rhonda ya se había recuperado. Mariela y Alice
observaban asustadas como con mucha vergüenza Jessica continuaba lagrimeando.
Sin embargo ambas hicieron sus ejercicios.
mmm me gustan las gemelas será si una se enferma la otra se enfermaría?
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