jueves, 25 de mayo de 2017

51

Bueno, se me termino el contenido pa subir. Asi que subire mas de obsecion. Enjoy the famous saturday.

Capitulo 51



- Listas? –
- Listas! –
Finalmente fue el fatídico dia. El sábado a la noche, 6 chicas en camison rosa se las rebuscaban para salir del edificio principal y a través de los arboles llegar al famoso escondite. Luego de acomodarse, vieron a través de las rejas a un entusiasmado Oswald… y un molesto Carl a quien le insistieron en venir. Cuando vio a las chicas en camison, mostro desilusión. “Parecen niñas de vuelta…” Penso. Sin embargo, el camison marcaba mucho los grandes senos de Jessica. Oswald, todo lo contrario, se asombro al ver que hasta sus camisones tenían nombres y eran uniformados.
- Que tiernas se ven. – Bromeo Oswald.
- Callate.
- Oswald!!! Me extrañaste? – Insistio Jessica.
“Tan enamorada que estaba de Carl” pensó Amy. Ella y su hermana se sentían invisibles.
- Hey… dijo Alice que conseguirían porros y una petaca.
- No seas tan ansiosa Rhonda. – Protesto Alice. Annie suspiro, no le gustaba verla a Rhonda tan ansiosa… pero asi era ella.
El autor no conoce los modismos coloquiales de los pueblerinos de Drimanz, el país al que los personajes de esta historia pertenecen. Pero al menos, conoce los de Argentina y Mexico. Para intentar demostrar la inexactitud de estos usara una combinación de ambos.
- Hoy estas re Manija eh? – Bromeo Oswald entregándoselos. Enseguida rhonda los tomo y se prendio uno.
- Callate… Hace 2 semanas que no fumo, me estoy volviendo loca…. Ahhhh… al fin. – Dijo mas relajada.
“Por eso andaba de tan mal humor…” Penso Annie.
Oswald noto, que entre las “rosadas” solo Alice, Rhonda y Jessica- Quien ya estaba besándose con Carl a través de las rejas – hablaban. Detrás estaban las gemelas, mucho mas tranquilas que antes y la dulce Mariela quien se mostraba muy timida e intimidada. “Capaz le incomoda que fumemos y tomemos. Claro, siendo una chica tan inocente.” Penso.
Oswald no estaba del todo equivocado. Si, las 3 era niñas mimadas, y les intimidaba verlos fumar, hablar de sexo y tomar. En especial las gemelas que no se animaban a probar gota y estaban demasiado calladas para lo normal. Annie estaba enredada al brazo de Rhonda, y las 3 se veian muy nerviosas y asustadas. Rhonda, Jess y Alice compartían un poco de ese nerviosisimo, pero en menor medida. Era muy notable, parecía que nunca bajaban la guardia, frente al menor ruido las 6 se alteraban o asustaban. Ellas sabían que estaban cometiendo una gran travesura que en caso de ser descubierta tendría una muy dolorosa consecuencia. Y sin embargo, la cometían igual. Esto excitaba a Oswald. Claro, en ese momento, no sabia con exactitud que era lo que les pasaría en caso de ser descubiertas. Aprovechando su excitación, la privación de las chicas, y su estado intercambiaba besos a través de las rejas junto a Carl, y algunos toqueteos por encima del uniformado y rosa camison. Para las 3, era un deleite. Aunque eran muy cuidadosas, a cada rato se ponían desodorante, y luego de un tiempo comían chicle. Se aseguraban de no quedar con olor y se ponían gotitas para los ojos. Mientras las gemelas observaban la situación como dos niñas que esperaban a la salida del casino a que pasen por ellas, Mariela se sentía un poco desilucionada. Oswald no era el príncipe azul que ella imaginaba. Para nada. Era mas bien todo lo contrario. Era un patan. El era quien consiguió la droga y el alcohol, y quien convencia a menores de edad para tener esas cosas con el. Ahora, sin su traje, llevaba las típicas vestimentas de un renegado. Una chaqueta negra, pantalones de jean, una playera desprolija. Y tenia pinta de haberse peleado hace muy poco. No se animaba a entregarle la carta a el, una carta con cosas tan intimas. Y aun asi no alcanzo a completarla. Las monjas la interrumpieron y se asusto tanto de ser descubierta que la dejo asi.
- No tomes tanto, te van a sentir el aliento.
- Pinches monjas de mierda… Las odio…- Se quejaba Jessica. – Monjas culeras…
- Nos van a escuchar…- Dijo Annie asustada.
- Tranquila… Estan todas ocupadas.
Carl y Oswald se rieron entre ellos.
- Las vuelven locas?
- Que suerte que viniste…. En serio, iba a matar a alguien si no conseguia porro. La ultima vez tuve que sacárselo a una pobre chica. Hasta me dio lastima. – dijo Rhonda.
- Pero… esto es un monton…- Respondio Jessica.
- Bueno, no es solo para nosotras. Luego hablaremos de eso. – Sonrio Alice. Noto que Jessica y Rhonda no se espantaron tanto. Las gemelas fingieron no entender. Mariela en cambio si entendio, pero se quedo callada.
- Contame de vos Oswald. Nuestra vida es monótona y aburrida. – dijo Alice encogiéndose de hombros.
- De mi? Bueno, hace poco nos peleamos con unos idiotas. ¿ no es asi?
- Si, vaya paliza les dimos.
- Por que fue? – Pregunto Jessica.
- Ya ni me acuerdo. Pero los hicimos mierda. – Se burlo Oswald. Mariela al escuchar eso concluyo que era un chico conflictivo que acostumbraba a pelearse seguido.
La noche pasaba lentamente. Y entre las pitadas pausadas y sutiles, y los tragos, algo raro paso. De repente, las gemelas perdieron toda timidez.
- JAJAJAJAJA….- Comenzaron a reírse al unisono, a jugar entre ellas, y decir tonterías.
- Que mierda les pasa? – Protesto Jessica.
- Ay no boluda… les pego pasivo… -
- Que es eso? – se rio Amy.
- Tienen los ojos re rojos…- Dijo Alice asustada. Tomo las gotitas y luego de bromas infantiles, y mucha insistencia las obligo a ponérselas.
La situación era muy divertida. Al menos para Oswald. Para ellas no, ya querían irse y estaban mas nerviosas que antes. Sin embargo Oswald insistió.
- quieren fumar?
- Siii!!!
- No, no, si fuman quien las aguanta. Aparte se van a dar cuenta.
- Dale chicas. Miren, si fuman una pitada cada una, les doy un beso a cada una. ¿Qué dicen?
Lo que normalmente las hubiera espantado estaba influenciado por sus dos últimos meses, el efecto pasivo de la marihuana, sus hormonas revolucionadas, y por sobre todo dos razones muy importantes. Oswald era muy guapo, y ellas nunca habían besado a un chico. 2 besos, mejillas sonrojadas, unas pitadas y muchas toses y el caos se desato. Annie no tardo mucho en empezar a quedarse dormida, mientras que amy no paraba de reírse.
- Deja de reírte tan fuerte, nos van a descubrir!!- Protesto Alice.
- Mireeeeen, es como si todas las estrellas bailaraaaaan.
- jajajaja esta re loca.
Alarmadas, se despidieron e intentaron salir de su escondite. Antes de irse, Mariela, cabisbaja, le entrego su carta a Oswald. “Que importa” fue lo primero que pensó al hacerlo.
Mientras salían del escondite, las ayudaban a “maquillar” su apariencia y que no se vean tan mal. Lo cual no era tan fácil. Amy corria, hacia piruetas, y todas las tonterías imaginables. Annie apenas podia se recostaba en el piso y dormia. Tal fue el escandalo que llamaron la atención de una dorm mom.
- Niñas!! Por que…. Que hacen en camison aquí afuera?? Y por que están llenas de pasto. En especial Annie.
Las 6 se congelaron del susto, hasta que Alice hablo.
- Madre Ortiz.
- Tiz tiz… tiz, rima con tiza… jajajaj….-
- Ehem… Madre Ortiz. Nosotras solo salimos por que queríamos ver las estrellas. Son tan lindas. Pero Annie esta muy cansada y se quedo dormida…… Y bueno, Amy… -
- Amy, deja de gritar tanto!!- La regaño. – Miren, ¡¡si no fuera por que es sábado les daría una buena calentada de cola a las 6!! Ya es su hora de dormir. Quitense ese pasto y a la cama. Y mañana quiero esos camisones impecables. ¿Esta claro?
- Si Madre Ortiz…- Respondieron… quienes estaban concientes al unisono. Afortunadamente para ellas, ninguna de las monjas conocía los efectos de la marihuana… y amy siempre fue igual de infantil. Aun asi, batallaron para meterlas a ambas en sus camas. Amy tubo que bailar bastante para descargar las energías de sobra. Y asi termino su noche.



miércoles, 24 de mayo de 2017

Cap 50

- Ya, Deja de molestarme!!!-
En medio del escandalo, Mariela se observaba en el espejo.
“Siento que este camison me hace ver como una niña…” Penso, entusiasmada por el encuentro con Oswald. Vio a sus compañeras, peleando y jugando entre ellas. “Parecen bebes… en cualquier momento Madre Stella las castigara. No deberían saltar en la cama…” Penso, mientras veía el camison rebotar y el largo cuello cuadrado junto al liston de sus cuellos. Se observo a si misma y suspiro. “Ojala pudiera verlo con algo menos feo… Y si me hago un peinado lindo ese dia? Pero si soy la única peinada se darán cuenta… Ojala fuera linda como Alice…” suspiro.
PAF PAF PAF PAF PAF PAF
OWW OWWW AYYYYY!!!
“Concentrarse… asi es imposible…” Penso.
- Que haces?- Pregunto Amy abrazándola. Mariela le puso una mano en su cabeza y sonrio. Amy era muy tierna y buena, no podia tratarla mal.
- Queria ver si… había forma de… verme un poco mejor. –
- En camison? Jajajaj… si ya nos vamos a dormir. Quien te va a ver. – Bromeo. Luego siguió bailando con su música y su walkman.
Mariela tomo la carta que busco en la papelería y pensó en que escribirla.
DUELE DUELE!!!
ES HORA DE DORMIR!!! NO DE ESTAR HACIENDO TRAVESURAS!! SE METEN A LA CAMA YA! NO QUIERO ESCUCHAR MAS RUIDO VINIENDO DE ESTA HABITACION!!
Mariela suspiro y cerro los ojos, intentando concentrarse. “Entonces… ¿si quiere que le cuente? El sábado le entregare mi carta. Bien, debo apurarme.” Penso Mariela.
Oswald:
Hola. Mucho gusto. Espero que estes bien. Te escribo esta carta como me lo pediste. Espero la leas. El domingo de gala no pude hablar mucho por que tenia miedo. Los domingos de gala son muy estresantes para nosotras y tenemos que mostrar nuestro mejor comportamiento. Y las monjas son muy estrictas, si nos escuchan quejarnos del internado, inmediatamente nos castigan. Por eso no me anime a hacerlo…”
Mariela no podia contar esto a nadie. Sus familiares solo festejaban que ya no intentaba suicidarse. Ahora la idea apenas cruzaba por su mente, el solo intentarlo le daría una visita por el purgatorio.
Aquí es un infierno. Escuche que también es un reformatorio. No se por que mis padres me metieron aquí. Bueno, si se… Fue… por una tontería que hice. Desde el momento que llegas, te obligan a entregar todas tus cosas y te hacen el mismo corte de pelo que todas. ¡¡¡Te obligan a desnudarte, cambiarte a este estúpido uniforme y entregar todo lo que tenes!!! Y desde entonces ya esta, estas atrapada. ¡Estas odiosas monjas nos quieren convertir en robot! ¡¡Nos controlan todo!! ¡¡La ropa, la limpieza, los estudios, la habitacion, que si comemos, que si no comemos, todo!!! ¡¡Hasta los calzones!! “
Oswald noto que la ultima parte estaba borroneada con lápiz. Se rio, mientras acomodaba su pantalón. Ver el estricto régimen al que estaban sometidas lo excitaba. Recordo cuando las vio el sábado ese a la noche. Sus infantiles camisones uniformados con su nombre en el cuello, sus rostros de nerviosismo por “estarse portando mal”, los besos de Alice y Jessica y obvio, la droga. Nunca antes disfruto tanto un porro y un poco de whisky. Aunque a Mariela la noto extraña. Ya no hablaba tanto como antes. Timidamente le entrego la carta y no solto palabra en toda la noche. “Capaz le cayo mal el porro” Penso. Recordo que tuvieron problemas, por que una de las gemelas no dejaba de reírse mientras que la otra se quedo dormida. Con excitación se quedo esperando cuando se fueron, esperando a ver si alcanzaba a escuchar el castigo. Pero no pudo escuchar nada.
Toda nuestra ropa tiene bordada… en alguna parte nuestros nombres y nuestro dormitorio. El mio es 5-D. Asi que si ALGUIEN te ve haciendo algo, ya sabe quien sos y a cual dormitorio vas. Enseguida te castigan y lo notifican. Es insoportable. Lo odio. Nos castigan hasta por no usar bien estas estúpidas trenzas. Hice un comic… acerca de como monjas robot nos intentan convertir en robots. Ojala pudieras leerlo. “
Mariela suspiro. Ojala pudiera conversar con Oswald, y no estar encerrada aca, rodeada de niñas bulliciosas y monjas insoportables.
Nuestras Dorm Mom son Madre Ortiz y Madre Stella. Madre Stella es la peor. A cada rato hace “Chequeos”. Nos hace parar en fila, y nos revisa el uniforme, si tenemos bien ordenadas nuestras cosas, nuestras camas, si tenemos limpias nuestras cosas. Y nos da un castigo por cada cosa que no hicimos bien. ¡¡A veces hasta nos dan 3 castigos seguidos!! “
Mariela comenzó a sentir mariposas en el estomago. Contar sus castigos le recordaba el coraje y la bronca del momento. La humillación y la impotencia. Pero también le hacia recordar cuando sus compañeras sufrían el mismo destino. Esto la excitaba. Titubeo al hacerlo pero luego lo hizo decidida.
No se si te conte como eran nuestros castigos aquí. Nuestras Dorm Mom poseen una varas de corrección. No se si las viste, son como si fueran reglas. En mi anterior escuela, a algunas alumnas nos azotaban en las manos con ellas. Pues aquí no. Aquí es en el trasero. ¡¡No te imaginas la vergüenza que da!! A mi de niña mi papa me pegaba con el cinturón. Lo hizo dos veces. Pero ahora a cada rato nos castigan Y lo peor es que duele mucho. A veces no podes ni sentarte, y los asientos son horriblemente incomodos. La regla es que si te dicen llamas o arrepentimiento tenes que elegir entre dos castigos en 10 segundos….”
Mientras Mariela explicaba su sistema de castigos, y Oswald lo leia, ambos sentían una gran excitación. Mariela parecio perderse en el mundo, entre medio de 20 adolescentes alteradas. “Son realmente estrictas… por algo estaban tan nerviosas… “ Penso Oswald, comprendiendo la escena que vio de niño.
“… Y lo peor, es que como son tantas seguidas, luego cuesta un monton mantenerte en posición. Si te moves o te tapas empiezan desde 0 y es muy difícil no hacerlo. Es horrible. Al principio me asustaba muchísimo y me ponía muy nerviosa. Siempre lloraba. Ahora ya no… es algo muy normal aquí. Pasa todo el tiempo. Si fuiste castigada , recibir otro castigo duele mucho. Por eso a veces es mejor elegir Arrepentimiento. En ese caso tienes que ir al rincón….”
Mariela no supo describir bien como era la posición del rincón. Lo intento hacer, pero no le salio. Viendo su carta toda tachoneada, se frusto y puso:
Y adoptar la posición del dibujo que te voy a mandar…”
Oswald, vio el dibujo fascinado. “Que bien dibuja, tendrá otros?” Penso. La chica del dibujo hasta mostraba los calzones, arrodillada en el rincón. “Amy hastur?” Penso, viendo el gran detalle del calzon. Hasta el logo se veía muy bien. “Hastur” le sonaba, hasta que recordó. “Son las gemelas insoportables… ¿La habrá dibujado siendo castigada?” Luego de ver bien el dibujo, y de recordar a las gemelas, en camison y en vestido de gala, se dio cuenta de que era ella. Claro, todas tienen el mismo peinado, pero se veía muy pequeña de cuerpo. Y el nombre. Y aparte son las gemelas, siempre llaman la atención. Recordo que en la fiesta, ellas también estaban intimidadas. “Deben ser niñas mimadas” pensó. Recordo que las animo a fumar a cambio de un beso, con un par de comentarios acerca de “no ser bebes”.
“No debi haber hecho eso… Pero quería ver como reaccionaban. Fue muy gracioso ver sus caras de pánico al sentir que las iban a descubrir” Penso. Hasta esta carta, ninguna había confesado como eran sus castigos ni lo estrictas que eran las monjas. Ahora comprendia el miedo que todas tenían y su nerviosismo. “Las habran castigado? Debe ser muy estricta su vida…” Pensaba una y otra vez. Recordaba su gesto de miedo ante cada ruido, y se las imaginaba resistiendo los azotes al ser descubiertas.
“Pero al menos pueden elegir rincón…” Penso, entre riéndose. No iba al rincón desde los 4 años. Seguro era muy vergonzoso tener que ir a los 15.
Las chicas mas rudas, eligen siempre los azotes. Sobre la falda tanto no duelen. Pero a veces te la levantan y suelen mucho. Ojala yo pudiera elegir los azotes siempre, pero tanto no resisto. El rincón es realmente insoportable. Tus brazos se cansan y duele, tu espalda también, no te dejan moverte de ahí hasta que termines de rezar. Si te moves, te azotan y si no rezas bien, volves a empezar. He estado como 20 minutos solo por que Madre Stella me hizo rezar el mismo Misterio como 30 veces por que las gemelas me hacían reir. Lo peor es que estas a la vista de todas como si estuvieras en exhibición. A veces, te atan tu jumper o falda, haciendo que en el rincón enseñes los calzones. Es tan humillante… Pero es un descanso cuando no soportas mas azotes…”
Mariela comenzó a sentirse muy excitada. Justo, había frente a ella, una de las chicas en el rincón, rezando lentamente. Empezo a preocuparse de ser descubierta. Si veian esta carta y el dibujo estaría en graves problemas.
Lo mejor es sencillamente no ser castigada. Hemos intentado seguir una rutina junto a Alice y las chicas para evitarnos problemas. Ella nos convencio de hacer todo en estructura hasta que se vuelva un habito y funciono varias veces. Sin embargo, Madre Stella siempre algo descubre. Y otra vez terminas contando azotes en tu cola. Lo mejor es si la vez, intentar esquivarla. “
“Vaya…” Penso Oswald. “Las tienen entre la espada y la pared. Por algo se ven todas tan prolijitas e impecables…. ¿Madre Stella será la negra? Daba mucho miedo. La otra en cambio se ve muy buena… Al fin se como es la vida de ellas…. ¿Tanto como para que tengan que esquivarlas para no ser castigadas?”
..Las clases son muy difíciles y exigentes. Siempre tenemos mucha tarea. Hace poco visitamos la escuela… y parece que habrá menos castigos y mas estudio. Recien ingresaron muchísimas chicas y ahora somos un monton. Por eso ya no nos vuelven locas como antes. Pero no tenemos ni un segundo de tranquilidad ahora. Siempre hay chicas gritando, peleando, o siendo castigadas. Ahora mismo tengo una rezando en el rincón en frente mio…”
Mariela vio que una de las monjas se acercaba a buscar la chica en el rincon. Rapidamente escondio la carta. Asustada decidio guardarla. “Creo que ya es suficiente por hoy…” Penso preocupada.
- No escribió nada mas?!! – Se sorprendio Oswald. Era justo el climax. Oswald hizo lo que cualquier joven de su edad haría en ese momento. Masturbarse. Luego de eso, colgó la carta y el dibujo en un lugar visible de su habitacion. Dia tras dia, lo miraba y pensaba en la vida de esas jovencitas. “Acercarme a esa reja es peligroso… Si alguien me descubre no me ira mejor que a ellas. Pero sin lugar a dudas vale la pena…”



lunes, 22 de mayo de 2017

Cap 49

“Bañarse tranquila es imposible…” Pensaba Mariela, mientras el ejercito de chicas desnudas se pavoneaba entre ellas. Cada dormitorio tiene su propio vestuario y duchas. Quiza paresca exagerado, pero solo recuerden lo cara que es la quota. Antes, solo las 6 lo compartían, ahora son 20 compartiendolas. Mariela recordaba la vergüenza que le daba al principio. Odiaba como el agua irritaba su trasero y hacia parecer que la habían nalgueado. “Esa parece ser la moda ahora” pensaba mientras escuchaba a las chicas presumir.
- Y luego te atan a un potro y te dan mil varazos. – explicaba Gomez.
- Increible… como pudiste soportar todo eso. A mi me vuelven loca. – Se quejo una de ellas.
- Este lugar es una mierda. – Insistio Violeta Gomez.
- No hables asi! Acaso no te da miedo? –
- A través de nalgaditas no me van a intimidar. – contesto desafiante.
“Estupida…” Penso Mariela. El dia que visito el purgatorio no paro de llorar en toda la noche. Mariela salio lentamente de la ducha. Ahora que eran tantas tenia una nueva fascinación. Observar los hermosos y torneados cuerpos de sus compañeras. Fascinacion nueva que también, la conflictuaba mucho. ¿ Acaso era lesbiana? Esa era una palabra, en extremo prohibida para su contexto. Sin embargo, capaz la razón era que sus ojos siempre se desviaban a las colitas rojas de sus compañeras. Disfrutaba muchísimo verlas. Mientras se cambiaba vio una ponerse su ropa interior. Cuando se puso el calzon, noto que se confundio de dia. Mariela se rio recordando lo humillante que fue cuando a ella le paso. Desde entonces es mucho mas cuidadosa. A esta chica ya le había pasado anteriormente. Era timida y muy vergonzosa, la obligaron a pasar por el mismo castigo que Mariela, y aun se burlaban de ella por eso. Era un poco mas bajita que Mariela, blanca como ella y rubia claro. Observando el calzon, diviso el nombre: Celeste Kint. Si la volvían a ver con un calzon equivocado, además de otro castigo las otras alumnas le harian la vida imposible.
“Deberia decirle” Penso Mariela. Pero la chica, pudorosamente se puso su jumper – aunque mal – solo para taparse.
Le recuerdo al lector la dificultad que a Mariela le supone hablar con gente extraña. Aunque sea por algo como esto. Mariela titubeo mucho, y la siguió mientras ella también se vestia. Se puso su larga falda y su chomba, mientras la vergonzosa chica se vestia e intentaba alejarse de la gente.
Apresurandose para seguirla, se fue junto a ella a armarse sus trenzas frente al espejo. Por suerte, a la chica le tomo varios intentos.
“ Deberia decirle”. “ Y si le molesta que le hable?” “ Solo le digo eso y me voy “ “ Y me va a preguntar: Como te diste cuenta, me levantaste el vestido o me estabas espiando?” “ Si no lo hago, se van a burlar de ella y la van a castigar”
Timidamente dijo: H-Hola…
“No dijo nada.” “Capaz no me escucho” “O Capaz solo me ignora” “Seguro me ignora.” “BASTA MARIELA!!!” se exclamo a si misma.
- Hey!! Celeste!!-
- S-Si?
- Te confundiste de calzon otra vez.
La chica en un momento se puso roja como un tomate, pero luego se enfado.
- Tu también te vas a burlar de mi?? Ya me tienen harta!! Estaba dormida!!! –
- N-No, No, en serio lo digo. En serio, fíjate.
- Ya me tienen cansada con esa broma.! – Se quejo.
- No, en serio, te lo prometo. – Insistio Mariela.
Desconfiada, levanto su jumper y se dio cuenta.
- Ay… Gracias. Dios que vergüenza, por que soy tan tonta. Perdon por tratarte mal, estoy tan nerviosa y este lugar es un infierno. Viste lo que le paso a Gomez? Gracias… Ah… eres de las chicas con el uniforme de ocio. Yo soy Celeste. Jajaja… cierto, ya lo sabes. Se siente raro usar ropa con tu nombre no? Aun no me acostumbro. – Contesto Celeste.
“Habla sin parar…” Penso Mariela.
- A mi me paso también… el segundo dia. Desde entonces intento nunca cambiarme dormida. Siempre es para problemas. –
- Gracias… lo tendre en cuenta. Tengo miedo… siempre escuche rumores de lo terrible que era este internado. Y ahora estoy aquí…- Suspiro cabisbaja viendo su uniforme y el nombre en su jumper. – Me enviaron del colegio Saint Francis... y mis padres aceptaron. Y el primer dia, lo que le paso a Gomez….. –
- Vas a estar bien. No te preocupes.- dijo Mariela. Sorprendida vio como la chica la abrazo.
- Gracias!!!
- Marie! – Escucho decir. Cuando volteo era Alice. –
- Alice! Mira, ella es Celeste.
- Si, me di cuenta por su uniforme de novata. – Contesto Alice soberbiamente. – Ven aquí, quiero hablarte algo en privado por favor. –
- Celeste, nos vemos luego. ¡Recuerda cambiarte! –
- Si! – Contesto sonrojándose.
Mientras se alejaban Alice indago: Vi que te hiciste amiga de ella.
- Solo le di un consejo- Contesto Mariela extrañada.
- Ah, es que te recuerdo que dijimos que eramos un grupo, elite, y que íbamos a estar siempre juntas. Eso excluye a otras chicas. –
- Solo le di un consejo. – Protesto Mariela molesta.
- Solo te digo. Tu siempre eres libre de tener otro grupo de amigas. Claro, deberías contarle tus secretos también a ellas. Ah, pude hablar con Oswald.
- Oswald? – Pregunto Mariela. Alice vio su rostro brillar.
- Si, este sábado a la noche lo veremos. Dice que espera su carta. –
- Espera, ¿el sábado a la noche?
- Si, debemos juntarnos con las chicas para hablar. Necesitamos estar todas. –
Esa misma tarde…
Las 5 esperaban impacientes la llegada de Amy. Cuando finalmente llego, se unio al grupo con gestos de dolor y cara de molestia.
- Amy, no llegues tardes a nuestras reuniones. – La regaño Alice.
- No me molestes… esa vieja estupida de Ortiz… Ayyyy… me duele un monton, ella no pegaba tan fuerte… -
- Seguro algo hiciste. – respondio Annie molesta defendiendola. Amy la miro seria como si tuvieran una discusión telepática.
- Bueno, hablemos. Primer ítem. Oswald vendrá el sábado a la noche y nos traerá provisiones.
- Oswald? Genial. – Dijo Jess. – Y Carl?
- Capaz venga también.
- Que traerá?
- Una petaca de vodka y 250 gramos de mota. Le pedi que los arme en cigarrillos. No tendremos problemas en esconderlos.
- Es un monton. Y es muy peligroso que nos descubran con eso. –
- Pues no nos descubrirán. Las monjas están obsecionadas con las nuevas. Ni en nuestros uniformes se fijan. Vendremos el sábado a la noche en camison. –
- ¿En camison? – Preguntaron todas al unisono.
- Si, aprovecharemos el momento de mayor distracción. Vi que varios grupos de chicas se reúnen en una sola habitacion y hacen pijamadas. Asi que no es tan raro que a esa hora nos vean por los pasillos en camison. Si se nos hace tarde estamos listas para entrar a la cama. Los sabados a la noches nunca vi a ninguna ser castigada. Bueno, salvo a quienes llevan uniforme de novata. Entonces. Recuerden. Sabado a la noche en camison. –
Mientras Alice explicaba Mariela se preguntaba si se veria bien con ese tonto camison. Al menos Oswald la conocería sin trenzas.
- Pero nos dejaran salir en camison? –
- Si, he visto chicas que salen a pasear un poco sin ningún problema. Ahora el siguiente punto: ¡Es importante que intentemos ahorrar la mayor cantidad de puntos posible si! Y eso implica ahorrar también en uniforme de ocio.
- Ay, pero nos vamos a pasar estudiando todo el fin de semana. – Se quejaron todas.
- Pronto empezara la escuela. Ustedes apenas consiguen los puntos necesarios para conseguir el uniforme de ocio los lunes. Y ya vieron los beneficios que da usarlo en días escolares. ¿No quieren empezar con el pie derecho? Yo no volveré a prestar puntos. – Aclaro.
- Esta bien…. Tienes razón. – Se quejo Jess.
- Hay que esforzarse un poco mas. – Dijo Rhonda.
- Umm…- Protestaron Mariela y amy.
- Es verdad que ahorrar en uniforme de ocio no es buena idea. Pero intentemos ahorrar la mayor cantidad de puntos posible para cuando comiencen las clases. Si logramos que nos vaya bien con la directora, tendremos muchos puntos. ¡Se puede hasta intercambiar castigos por puntos! No sabemos que tan bien nos vaya. Recordemos. Estemos juntas, y ahorremos todos los puntos que podamos.

domingo, 21 de mayo de 2017

Cap 48

Eran las 4 de la mañana, y las Dorm mom apenas habían dormido. Pero para ser estrictas era necesario ser estricta consigo mismos también. Estaban ojerosas y agotadas, y luego de una larga noche de intenso papeleo decidieron dividirse las tareas, Stella se encargaría de Gomez y Ortiz de las demás. Asi el dia comenzó con mucha dificultad para todas.
Pero de la misma forma que era una pesadilla el ingreso al Saint francis para las niñas, también lo era para las Dorm Mom novatas. Eran demasiadas chicas para corregir, y todas querían probar los limites en algún momento. Cuando elegian rincón, les daban un momento de tranquilidad. Sin embargo, hacer que cumplan con su castigo correctamente también era agotador. Las clases, sumamente cansadas. Para dos maestras novatas, era difícil controlar 20 alumnas problemáticas con solo amenazas. En todo el dia habran repartido 100 azotes cada una mientras hacían malabares entre todas sus obligaciones, los chequeos de uniforme, orden, evitar que se burlen y molesten entre ellas, asegurarse de que cumplan sus tareas, se apliquen, encargarse de las alumnas mas problemáticas, y brindar contención a las mas dóciles que extrañaban a sus padres. Intentar que todas se acomoden a lo que seria su vida los próximos 6 años. Y en todo esto, recordar cada castigo dado y hacer un informe minucioso de cada una. Era un momento casi tan estresante para las dorm mom como para las alumnas. Mientras ellas soportaban el estricto régimen, los castigos y las odiosas horas de estudio, las Dorm Mom debían encargarse de que todas ellas se transformen en angelitas para el dia de gala y el inicio de clases. Esto a todas las tenia muy conflictuadas. El primer dia fue intenso por eso, debido a la tenacidad de las Dorm mom en hacer que las chicas se aprendan las reglas de memoria. Mientras que el grupito de Stanford se mostraba angelical, obediente, y no dejaba de ganar puntos, el de violeta era desafiante y constantemente requeria cstigos. Violeta se mostraba absolutamente adolorida y bien castigada. Se comportaba infinitamente mas dócil pero no podia contenter la rabia de pasar por eso. Su cola dolia horrores, y de vez en cuando algún botonon se desabotonaba de su percudido mameluco revelando lo rojas que quedaron sus nalgas. Stella no le permitia hablar ni realizar acciones sin permiso. La seguía constantemente, y la castigaba ante el primer acto obligándola a adoptar pose de castigo para sus azotes. El adolorido trasero de Violeta debía soportar la vara correctiva caer sobre las marcas del cane. Violeta soltaba alaridos y con mucha dificultad cumplia los castigos muerta de bronca. De vez en cuando, Stella permitia descansar la cola de Violeta, pero solamente intercambiando su castigo por otro, acostumbrándola a rezar en el rincón. Y a pesar de esto, Violeta continuo tan rebelde que termino otro dia en mameluco. Por eso, fue especialmente castigada como dicta la norma.
En medio de estos dos opuestos se encontraba Celeste Kint. Ella ni loca era tan rebelde como en la escuela saint francis. Y es que ahí, los castigos son distintos. Habia riesgo de volver con una cola roja del colegio, pero el mayor riesgo eran las aburridas horas de detención o las extenuantes líneas. Ni que decir del bonete de burra que era obligada a usar casi siempre. El nivel de control que tenían sobre ellas era inimaginable y Kint se sentía bastante deprimida. A veces, escuchar los discursos de patricia la motivaban. Otras veces la espantaban. Ver a gomez, la mas rebelde de todas, convertida en la “mascota” de Stella, llevandola a todas partes en mameluco de castigo era realmente impactante. El espiritu de gomez no era tan facil de domar, y sus compañeras que intentaron burlarse de ella por su situacion terminaron mal. A gomez no le importo ser castigada de vuelta por eso. Gomez, apenas se libero de su mameluco, opto por obedecer las reglas y las dorm mom sabiendo que no habia escapatoria.
Celeste cada vez que veia el rojo trasero y muslos de Gomez, azomar por debajo de su jumper apretaba los dientes con espanto y hasta sentia su propia cola arder. Al igual que todas, termino siendo castigada un par de veces. El espanto la hizo escoger rincon siempre. Aunque era humillante tener que estar ahi a la vista de todas.
Gomez fue dócil los primeros días ya que cada vez que era azotada dolia horrores. Pero a medida que los días pasaron, el dolor horrible se fue y resistir castigos se volvió mucho mas fácil. Los castigos de posición… eran tediosos. Pero recibir 20 azotes por tener personalidad no estaba tan mal. A veces eran sobre la falda y casi no dolían. Otras veces la agarraban furiosa y caian sobre sus calzones haciéndola gemir, rebelarse y reiniciar el castigo varias veces. Esa rebeldía hizo que sus admiradoras la imiten y finalmente se establecio un grupito que se deleitaba en probar limites con las monjas.
Para ellas, esto se habia vuelto un gran desafio. La regla estipulaba el uso constante de chequeos y castigos. Stella lo seguía a rajatabla. Pero a Ortiz le generaba sus dudas. Aun asi lo cumplia, aunque era muy difícil. Las chicas mas sensibles elegian rincón, en especial el grupo de Patricia Stanford. Pero las rebeldes, eran azotadas constantemente. Demoraba muchísimo menos que rezar en un rincón. Y hasta suponía cierto orgullo para ellas demostrar que podían resistir bastante sin quejarse, y que no temian a estas odiosas monjas. Violeta Gomez, empeoro sus castigos muchas veces a propósito, solo por fingir estar aburrida mientras la azotaban. Total, eran solo 20 azotes. Esto, forzaba lo peor de las monjas que para poder darle un buen castigo a quienes no temian los azotes, debían utilizar técnicas para forzar que las alumnas pierdan la cuenta y deban volver a empezar. Azotes a falda levantada se hicieron muchísimo mas comunes. La fuerza se desarrollo y la capacidad para leer la efectividad de los castigos también. Los 20 azotes empezaron a caer mas firmemente en el mismo lugar, o en los muslos, obligando a las alumnas a saltar y tomar sus posaderas. Las monjas las obligaban a resetear su posición, volviendo castigos de 20 en 60. Quienes obtenían doble castigo eran quienes peor les pasaban, ya que debían entonces soportar los 40 sin moverse. Y muchas veces, esto se daba en una cola muy adolorida. Finalmente, las alumnas aprendieron a obedecerlas y temerle a los azotes, comportándose mejor.
Y en el medio de esta rivalidad entre monjas severas y alumnas rebeldes se encontraba Celeste Kint. Kint tenia una mucama en su casa, por eso todo este proceso era sumamente difícil para ella. El ingreso al nuevo sistema, acostumbrarse a su nueva vida, todo eso era muy difícil. La tortuosa regla de los 20 azotes por todo, sacaba lo peor de ella. Y su nerviosisimo, hacia que siempre este distraida. Claro, ver a sus compañeras azotadas todo el tiempo y tan fuerte no ayudaba. Como ya estaba de moda entre las rebeldes, ella tambien intento elegir siempre los azotes cuando era su turno, pero era muy difícil y siempre terminaba llorando. Y lo peor fue cuando Stella comenzó a azotarlas con la falda levantada. Uno de los problemas del aumento de severidad era que las alumnas mas sensibles eran quienes mas sufrían los azotes ahora. Para evitar esto, las dorm mom debían dar castigos adecuados a la sensibilidad de ellas. Pero si los daban demasiado débiles las niñas pensarían que tendrían preferencia. Este fue el caso de Ortiz que un dia descubrió a Celeste Kint con los calzones equivocados. Recordando la vergüenza por la que paso Mariela solo la castigo sobre su falda, y trato de no hacer demasiado show al respecto. Aun asi, Violeta la alcanzo a ver y las burlas al respecto comenzaron.
Pero como se dice, mientras el gato no esta… los ratones bailan.
En el escondite secreto, apenas tuvieron tiempo y las 6 en uniforme de ocio, Alice hablo con sus compañeras.
- Chicas, a partir de ahora casi no va a haber mas momentos las 6 juntas. –
- Que vergüenza… me usaron de ejemplo.. – Se quejo Annie
- Te regalaron 100 puntos!!- Protesto su hermana.
- Esas chicas…. Se quieren hacer las malas. Se nota que no conocen a Stella. Espero que no intenten hacerse las graciosas conmigo o… -
- Chicas!!- Exclamo Alice.
- Nos van a descubrir. – Se quejaron al unisono.
- P-Perdon… Escuchen. Nosotras somos las primeras. Tenemos que estar unidas. No tenemos que dejarnos gobernar por esas novatas. ¿si?
Luego de eso, las 6 volvieron a sus vidas diarias. Pero rápidamente notaron que las Dorm Mom prácticamente las ignoraban. Estaban obsecionadas con las nuevas alumnas. Lo que quizá… genero un poco de celos en Annie, en el resto era el paraíso. Normalmente Stella era capaz de castigarlas por no llevar sus botones del cuello abotonados en uniforme de ocio o la chomba dentro de la falda. Ahora sencillamente las ignoraba. Y siempre les daban puntos, las 6 se veian como angelitas en comparación con las nuevas que no dejaban de pagar los errores con azotes en las pompis. Mariela, y las gemelas se divertían observando como todas cometían los mismos errores que ellas cometieron al principio. Demorandose en el rincón, titubeando y recibiendo doble castigo, luchando contra los uniformes, el orden, la limpieza, durmiendo boca abajo con una cola hinchada de tantos reiterados castigos. El tranquilo dormitorio, que de noche tenia a Amy bailando con su walkman como el mayor símbolo de escandalo, ahora tenia a 14 bulliciosas niñas mas que parecían pelearse por el poquísimo espacio. Incluso durante la noche, a veces venia la supervisora y repartia algún castigo. Eran demasiadas para mantenerlas a raya a todas, entre los esfuerzos de las Dorm Mom y las supervisoras de piso. Mariela se canso de ver, a chicas de todas las alturas y colores, llorar mientras la vara correctiva azotaba incesantemente sus traseros. Los azotes rapidos y fuertes se convirtieron en una marca registrada de las Dorm Mom ya que a veces había fila de hasta 5 alumnas que esperaban nerviosamente y en posición una prueba de las llamas del infierno.



sábado, 20 de mayo de 2017

Capitulo 47

- Dios… que problema. Tan de improvisto??- Se quejo Ortiz.
- Tenemos que ponernos estrictas o nos van a volver locas.
- Aquí están sus informes. Pero no tengo tiempo para leerlos todos. A ver… hay varias que vienen de familias religiosas y por eso están aquí… Otras que les fue muy mal en el colegio Saint Francis y fueron enviadas por insistencia de la directora… Y las ultimas son sencillamente rebeldes problemáticas y las internaron sus padres.
- Y Patricia Stanford…
- Tambien la notaste?
- Como no darme cuenta. Tiene su nombre escrito en su jumper por dios santo? – Protesto Stella.
- Estas… Alterada de vuelta…- Protesto Ortiz. – Ya se que lo tiene escrito. Solo si notaste que…. No importa…
- Es tradición en la familia Stanford que todas sean inscriptas en sus escuelas e internados. Pero eso significa que nos tendrán aun mas vigiladas. No vayas a hacer nada tonto.
- Genial. ¿Eso significa que será una princesita a la que le permitirán hacer todo lo que quieran? – Se quejo Ortiz.
- Todo lo contrario. Y veo que tiene problemas de sobrepeso. Tendremos que hacerle un programa acorde hasta empezar las clases. Volvamos rápido antes de que hagan un desastre.
Las siguientes dos horas, fueron levemente introductorias de lo que seria para las 14, mientras que el primer grupo de 6 solo descansaba y se relajaba de la atención. Finalmente les permitieron relajarse por lo que quedaba del dia.
Celeste, no se habia hecho parte de ningun grupo. Violeta Gomez seria castigada y eso la aterraba asi que se mantuvo alejada. Camino por los pasillos jalando de vez en cuando su corto jumper. Celeste era muy pudorosa, y odiaba ese tipo de vestidos desde niña. Incluso sus padres le consentian ese capricho, y normalmente usaba pantalones y vestidos largos. En el instituto el uniforme es una falda larga, por eso esto era nuevo y desagradable para ella. Pero la vision de que todas llevaban lo mismo , comenzaba a relajarla. Recorrio los lugares descubriendo lo que seria su nuevo hogar y proponiendose estudiar y alejarse de problemas. Presencio asustada varias veces el castigo de “llamas o arrepentimiento”, y noto que de hecho la mitad de las alumnas llevaban Falta larga como Alice Kint. Se pregunto si capaz ella tambien podria usarla, y recordo que deberia leer el folleto. Pero Annie ya habia explicado lo mas importante, y le daba miedo y flojera enterarse de mas. Mas alla del infierno que parecia ser esto, y que la tenia tan deprimida, observo como el resto de las chicas llevaba su vida con normalidad. Incluso las mas grandes, se veian relajadas, se juntaban en grupos, bromeaban y se reian. Intento consolarse nuevamente con la idea de que no seria tan malo todo mientras se mantenga lejos de problemas.
Violeta gomez, continuo mostrando su impertinencia mientras que finalmente, la hora del purgatorio llego. Obviamente no fue al purgatorio, pero cuando fue vista sin listones inmediatamente fue llevada por las monjas. Luego de un largo forcejeo y excusas termino en la cola junto al resto de las sentenciadas. Y finalmente recibió el largo y horrible castigo que las alumnas temen tanto. El purgatorio excedio sus expectativas. No sabia que podían llegar a darle un castigo tan fuerte y la tuvo deprimida y llorando toda la noche.
Celeste finalmente llego al dormitorio y vio una imagen horrible: Violeta en mameluco de castigo boca abajo llorando. No solo el cartel en su trasero era humillante, esa cola se veia tan roja y marcada que no podia mirarla del dolor que le generaba. ¿Eso era el purgatorio?
Mientras sus compañeras la veian llorar boca abajo murmuraban:
- Y eso? Dios mio… es horrible…
- Eso pasa si nos quitan nuestros listones?
- A mi ya me quitaron uno…
- Estas monjas son terribles. Le contare a mi papa y me sacara de aquí…
- M-Mejor.. obedecemos todo lo que nos digan… me dan miedo… A mi nunca me van a sacar de aquí…
- Pero… es tan vergonzoso… tener que inclinarte. No me nalguean desde los 6 años y hoy ya me castigaron dos veces. No me anime a rebelarme por que tenia miedo…
- Que suerte que le hiciste caso o terminarias como ella.
- Va a estar asi todo el dia?
- Yo vi que le quitaron todas sus cosas. –
Ver a la mas ruda de sus compañeras en esa posición las hizo sentir arrinconadas y al merced de sus tutores. Pero habia otras que parecían estar muy de acuerdo.
“Eso no le hubiera pasado si hubiera leído las reglas en primer lugar. ¿Aparte a quien se le ocurre ser tan irrespetuosa?” afirmaba Patricia Stanford a sus compañeras.
Celeste Kint, era de quienes se veian impactadas por la escena. Rapidamente opto por leer el dichoso folleto. No sabia que podia pasarle eso si perdia sus listones. Empezo a comprender el sistema de puntos, castigos y uniformes ademas de la modalidad de estudios. Por momentos ponia gestos de pavor y por momentos pensaba que no seria tan malo todo. Rápidamente la densidad de la atmosfera comenzó a diluirse. Violeta dejo de llorar, y hasta conversaba burlonamente con sus compañeras.
- “Arrepentimiento en proceso?” – Pregunto una burlonamente.
- Ya…Callate…- Se quejo Gomez, tapando su trasero. – Cuanto tiempo voy a tener que usar esto? Ya llevo todo el dia asi. Es como estar en una cárcel…
- Duele mucho?
- Que preguntas mas…
- Violeta! Estas en mameluco de castigo. No podes hablar. Te quedas en el rincón castigada. – Escucho violeta de Repente. Vio a la gran negra que en el purgatorio le habia dado una nalgueada en sus rodillas como a una niña pequeña.
- …. –
- Responde “Si Madre Stella” o te ganaras otra nalgueada. Recuerda que si no te devuelvo los listones tendras otra visita al purgatorio. Por mi iras toda la semana si es necesario.

- S-Si Madre Stella. – Suspiro, y se fue al rincón.

viernes, 19 de mayo de 2017

Capitulo 46

¡¡Finalmente aquí están ¡! – Dijo una monja. Era una de las supervisoras.
- Estas niñas acaban de llegar y ustedes no estaban. ¡¡No saben los problemas que nos dieron!! ¡¡Hace dos horas que esperamos!!
- Niñas ustedes ingresen. – Ordeno Stella. Solo Alice ingreso para inmediatamente cambiarse de ropa. El resto se quedo curioseando, alejadas del centro de atención. “Chicas nuevas?” resonaban en las cabezas de todas ellas. Rhonda intento alejarse con indiferencia hasta que fue tomada de la oreja por Stella.
- Ingresen dije, adentro. – Le ordeno, dándole una palmada en el trasero. Todas las chicas comenzaron a Murmurar al mismo tiempo.
“¿Quiénes son?” “Estan locas?” “Esto es horrible...”
- Silencio niñas por favor!!!- Exclamo Ortiz mientras las contaba. “14…”
- ¿Dónde estaban? – Protesto la Supervisora.
- En ningún momento nos informaron que hoy ingresaban niñas. Y hoy fue el preciso dia que escogimos para que las chicas conozcan su nueva escuela a la que asistirán el próximo mes. –
- Las nuevas alumnas ingresan durante todo el periodo de vacaciones. Deberian saberlo. – Se quejo la supervisora. – Chicas, ellas serán sus Dorm Mom, háganle caso en todo. – Dijo la mujer y se marcho. Stella y Ortiz asi se encontraron con catorce alumnas nuevas que no dejaban de murmurar. Las gemelas, Mariela y Jessica observaban divertidas como sus Dorm Mom se encontraban en problemas, sin siquiera pensar en el problema que para ellas representaba esto.
- Bueno, todas adentro de la habitacion asi conocen sus lugares. – dijo Ortiz. Las chicas se vieron entre ellas, murmurando. Se escuchaban quejas, protestas. Celeste observo bastante intimidada a las dos Dorm Mom. Deducia que ellas se encargarian de cuidarla. La rubiecita se veia simpatica aunque nerviosa. Pero la negra daba mucho miedo. Celeste sintio una brisa que recorria el pasillo y acariciaba sus piernas haciendola sentirse indefensa.
- Niñas, YA mismo ingresan. O empezare a repartir castigos. – Ordeno Stella mostrando su vara correctiva. Celeste apreto sus nalgas ante la vision del instrumento e ingreso rapidamente junto a la mayoria de las chicas. El resto siguió la marea y al final, la habitacion que normalmente gozaba de mucho espacio ahora era un infierno llenas de chicas en trenzas. Las 6 de siempre se dirigieron en silencio a sus lugares, observando como el resto peleaba, discutia y buscaba sus lugares. Entre el tumulto de alumnas celeste intento encontrar su lugar.
- Nuestras cosas donde están!!- Escucho Celeste protestar a una. Celeste busco en su lugar, y noto que tampoco ella tenia nada mas que utiles y uniformes. - Tampoco estan las mias!! -
Ortiz y Stella observaban horrorizadas las 14 chicas alteradas de mal humor, protestar, quejarse y discutir. Se miraron entre ellas y fruncieron el seño.
Celeste en medio del caos y de los murmuros intento acercarse al grupo de Violeta Gomez que tambien se quejaban como ella. Claro, ellas se animaban a quejarse de mas cosas y mas violentamente. Necesitaba compania pero ni loca se acercaría al de Patricia. Continuaba excesivamente nerviosa, y ahora encima sorprendida como lo demás. Sabia que quienes estaban ahí solo podían usar uniformes. Era uno de los tantos rumores.
- Niñas, en orden y en silencio. – Ordeno Ortiz… sin ningúna reacción. Con las primeras 6 fue mas fácil, pudieron imponerse desde el principio. Estas sin embargo no hacían caso, y era imposible castigarlas a todas al mismo tiempo.
- NIÑAS, EN ORDEN Y EN SILENCIO.- Exclamo Stella lo cual asusto a todas. Se produjo un silencio mientras las gemelas, Mariela, Rhonda, Jessica y Alice observaban entretenidas la situación.
- Habra chequeo de uniformes. Luego de identificar sus lugares se pararan TODAS al lado de sus camas. – Ordeno Ortiz y miro a las otras 6. Ellas acostumbradas a las reglas obedecieron y rápidamente ya estaban paradas en sus lugares.
Celeste identifico su lugar y se sento. Desde ahi vio a una chica hermosa de elegantes gafas. Su uniforme se veía distinto al de ella. negras. Busco en su uniforme el nombre hasta que finalmente lo encontró en su pecho. Alice Kant. Vestida asi se veía muchísimo mas elegante que ella y comoda. Ademas podia llevar la falda que caracterizaba el paso a la madurez en su país al mismo tiempo que lo simbolizaba en el paso del short al pantalón con los niños. Parada junto a ella se sentía muchísimo mas tonta en comparación. Recordo que en el instituto habia muchas alumnas que tenian permitido llevar ese uniforme. Pero no sabia de donde eran, solo que gozaban muchos privilegios y que eran muy creidas. ¿Acaso sera ella alguna monja en entrenamiento o futura dorm mom?
“Alice ya esta en su uniforme de Ocio? ¿En que momento se cambio? Siempre intentando destacarse…” Penso Ortiz. Diviso a las chicas de quienes ni siquiera aun pudo leer sus historiales. A primera vista eran varias rubias, y un par de morochitas. Eran de distintos tamaños, y 5 ni siquiera estaban paradas correctamente, solo de pie, cruzadas de brazos como si hiceran perder su tiempo. Hablaban entre ellas y hacían bromas. 3 de ellas eran altas. El chequeo de uniformes comenzó y todas pudieron observarlo en las nuevas. Stella y Ortiz, otorgaron puntos a todas por uniforme y orden del lugar. Apenas toco el turno de las otras sin embargo los problemas comenzaron. Las primeras 3 se veian muy nerviosas y asustadas. Como fueron vestidas ninguna se animo a tocar ni un botón. Las siguientes 5 chicas, si liberaron los botones de sus cuellos. Entre ellas, Celeste Kint que estaba a punto de tener un infarto mientras veía la revisión de uniformes en las demás. Ortiz, presintió que eran chicas buenas. No sabia de su historia y no quiso que lo primero que sepan de ella era lo fuerte que azotaba. Aun asi las regaño y les re abotono sus botones, ordenandoles usar siempre su uniforme correctamente. Mientras Ortiz, abotonaba el botón del cuello de Kint, esta tragaba saliva pensando que se salvo. Penso que quizás habian exagerado y en verdad era solo un internado normal. Stella se encargo de las demás chicas.
- Parense correctamente. ¿Qué esa forma de pararse? Vamos niñas!!
- Pfff!! – protesto la morena.
- Perdon? Llamas o arrepentimiento señorita. – Dijo Stella obervando fijamente a quien le respondio. Leyo en su jumper el nombre: Violeta Gomez. De pelo castaño, un poco alta, ligeramente morena, y… un poquito voluptuosa. Parecia ser el tipo de chica rebelde, que fue obligada a entrar aquí.
Las que seguían a Violeta se rieron imitando su estilo desafiante.
- Y eso?? – Pregunto Burlona. Stella sin mas, le saco su liston. – Otro liston mas, y te vas al purgatorio. –
- Que miedo. – Contesto la jovencita.
- Ok, - se enfado Stella. Le quito el otro y dijo: Has lo que quieras hoy. Tenes dos horas hasta que te toque ir.
Fue a la siguiente y también le ordeno llamas y arrepentimiento.
- Y ahora? Que tengo de mal. Ellas mismas me pusieron este vestido de payasita. – Se quejo la otra imitandola.
- ESTOS BOTONES.- Dijo Stella abotonándole el jumper. – DEBEN ESTAR AJUSTADOS. Y ESTOS TAMBIEN! Y MIRA TUS TRENZAS!- Exclamo.
- Y ESTO VA ABOTONADO POR QUE CORRIGE LA CINTURA. – Protesto ajustándole los del jumper.
Le quito un liston y dijo: Si no quieres conocer el purgatorio junto a tu compañera, te recomiendo comportarte bien y seguir ordenes.
Stella fue a la siguiente, y nuevamente la regaño, ordenandole llamas y arrepentimiento. Sin saber que hacer, o que orden seguir termino sin un liston.
- ¿Acaso nadie leyó el folleto?- Se quejo. Observando la situacion Celeste penso asustada que debio haberlo leido. Su corazon latia de prisa mientras veia la severidad con la que se dirigia Stella. Miro uno de sus ridiculos listones de reojo y penso: “Que significara que te quiten uno…?”
Las siguientes dos chicas la esperaban confusas, e intentaron arreglar su uniforme, con sus ganas de rebelarse disminuidas ante la autoritaria monja. Pero no se lograron salvar.
- Esas trenzas desprolijas. ¿se las intentaron sacar? Llamas o arrepentimiento. Las dos. – Ordeno.
- Pero… no se que tengo que hacer.
- Esta bien, chicas, haremos una excepción. Annie Hastur, pasa al medio por favor. – Ordeno Ortiz.
Celeste diviso a la dinminuta chica pasar al centro muerta de vergüenza. “No sabia que también habia niñas” pensó. Era hasta mas pequeña que ella. Inmediatamente luego comparo y noto que tenia una hermana gemela.
- Annie, enseñale a tus compañeras que deben hacer cuando se les ordena elegir.
Nerviosa y avergonzada dijo: C-Cuando nos dicen… llamas….o arrepentimiento…. Debemos adoptar posición de castigo o ir al rincón y rezar un misterio en nuestros rosarios. Si no lo hacemos en 5 segundos el castigo se duplica. Y en 10 nos quitan un liston.
- Muy bien Annie. Como es la posición de castigo. Enseñales.
- P-Pero…- dijo mirándola a Ortiz y bajando la cabeza.
- Vamos, se una buena niña.
Annie obedecio, y se agacho tomando sus rodillas.
Todas se asombraron de no solo la obediencia de Annie, sino la vergüenza por la que la hacían pasar mientras ella adoptaba pose de castigo. Celeste dilato sus ojos viendo la explicacion de su compañera. “Los rumores eran ciertos...”
- Muy bien. Y como es el rincón?
La chica avergonzada, fue al rincón como debe hacerlo siempre generando el asombro de todas.
- Muy bien annie- Dijo revolviéndole el pelo. – Puedes volver a tu lugar. Te ganaste 100 puntos. –
- 100 puntos??- Protestaron las otras.
- Silencio chicas. Portense bien. – Exclamo Ortiz.
Los blancos rostros de las niñas sentenciadas se pusieron rojos como un tomate.
- Rapido, tienen poco tiempo.
- Pero!!- Protestaron las dos. Finalmente accedieron al infantil y vergonzoso castigo, y fueron castigadas al mismo tiempo . Celeste descubrio aterrada y en primera fila como sus compañeras eran castigadas. Las unicas veces que presencio otro castigo fue en clase. Pero las maestras no nalgueaban tan fuerte como Stella. Ella daba rapida y firmemente sobre el jumper, pero de vez en cuando daba deliberadamente un par de azotes en los muslitos.. Las chicas soltaban gemidos durante todo el castigo, y cuando los azotes caian en sus muslos abandonaban su posicion y Stella las obligaba a inclinarse para empezar de nuevo. “Creo que esto es peor que los rumores...” Penso apoyando las manos en su cola. “Yo no podria aguantar eso...” Cuando las pobres ingresantes resistieron los 20 sin chistar, terminaron lagrimeando y tomando sus traseros. Era muy notorio que habian sido castigadas, cuando se sobaban el jumper se alzaba revelando su rojo trasero.
- La próxima vez que diga llamas y arrepentimiento deberán obedecer en 10 segundos o quedarse sin sus listones. Cuando Violeta Gomez vuelva, se van a dar cuenta que esto no fue nada en comparación. – Ordeno.
Finalmente toco el turno de la ultima alumna. Una chica gordita, y rubia. Ortiz busco su nombre en su jumper, y leyó “Patricia Stanford.”
“STANFORD? No puede ser…” pensó. El uniforme sin embargo se veía impecable.
- Bueno chicas, las 6 mas antiguas pueden tomarse el dia libre. El resto las vere en 10 minutos aquí mismo para ir a su aula. –
Las dorm mom se retiraron y el resto observo indignada que ya no tenían mas posesiones. El tranquilo dormitorio se lleno de bullicio, mientras discutían, portestaban por los humillantes castigos, se sobaban, Gomez presumia que el purgatorio no la asustaba y etcéteras.
Las 6 mas antiguas se miraron entre ellas. Y alice dijo: tengo un plan. Cambiense a sus uniformes de ocio y guarden bien sus cosas. Luego nos encontraremos en nuestro escondite.
- Yo aun no lo pude conseguir. – respondio Jessica.
- Pffff… Ahora les doy puntos a ambas. Solo sean mas inteligentes. ¿Esta claro? –



jueves, 18 de mayo de 2017

capitulo 44 y 45

(Inscripciones abiertas)

Capitulo 44

La charla con la directora continuo unos minutos mas hasta que fueron liberadas. Un poco relajada de haber cumplido su misión, Ortiz propuso recorrer la escuela y mostrárselas a ellas. Stella accedió, y mientras las 6 murmuraban Ortiz nostálgica intentaba mostrarle.
- Chicas, presten atención. Esta es la pizarra donde aparecerá a que aula fueron asignadas. Recuerden que aquí no es como en el internado. – Explico.
- Sus horarios y las reglas en el internado cambiaran levemente cuando termine el periodo de vacaciones. Vendran aquí lunes a viernes de 7 a 14 hs asi que deberán estar preparadas para viajar en el micro 6:30. El micro sale 6:30 y 6:45 para las atrasadas. Sin embargo esperen una visita a la directora en tal situación. De vuelta el micro sale cada 30 minutos. Las clases de gimnasia y natacion seran en el internado. – Explico. – Tambien habrá cambios en cuanto a lo que se podrá comprar con puntos y reglas relacionadas al uso de los distintos uniformes. Ustedes son nuevas, pero al aprobar el año se les entregaran 10mil puntos. Por eso el periodo de vacaciones tiene reglas distintas. -
Alice levanto la mano y Stella, encogiéndose de hombros la dejo preguntar:
- Madre Stella. Nos explicaría por favor el nuevo sistema de puntos, intercambios e uniformes. –
- Si… por supuesto. – Respondio Stella. – En periodo de clases tendrán permitido ir al campus en uniforme tradicional e intercambiar puntos por objetos personales. Tambien se les permitirá no visitar el aula de estudio hasta las 6 e intercambiar ese momento por otra actividad cultural si tienen los puntos suficientes. Naturalmente si vemos que están muy mal en una materia las obligaremos de todas formas. Con su uniforme de ocio, el intercambio este no requerirá puntos, solo cambiar las visitas al aula de estudio por horas de ocio. – Concluyo.
- Al fin una buena noticia. – Exclamo Amy.
- Portarse bien tiene recompensas. Ademas por ser alumnas del internado Saint Francis tienen una quota del comedor y del kyosko que les corresponde por dia. Pueden pedirla siempre que quieran. E Incluso se les permite intercambiar líneas por 100 puntos. – Explico Stella.
- En serio pueden hacer eso? – Pregunto Ortiz.
- Genial!!- Festejaron las gemelas. Ya les daba tedio tener que escribirlas.
- Claro, si nosotras se lo permitimos, y si estas no llevan la firma de la Directora o de Miss Hamilton.
- ¿Quién es Miss Hamilton? – Pregunto Mariela.
Stella fruncio el seño, como siempre que las alumnas se acostumbran a preguntar sin levantar su mano.
- Ya la conoceras…- Suspiro Ortiz. Miss Hamilton dedico varios años a torturarla… al igual que todas. Pero aun asi eso le enseño valiosas lecciones.
“Esto será pan comido…” Penso Alice. “ Al final, nada de esto seria tan malo.” A medida que recorrían y veian las aulas, notaron que afortunadamente estas sillas y mesas eran normales. Pero al final todas divisaron con horror que cada aula tenia un banquito en el rincón y un bonete con una gran D de “Dunce” en ella. Parecia que la escuela iba a ser mas tranquila, pero eso se vei horroroso.
Mientras Ortiz no dejaba de hablar, explicar cada sector y tener recuerdos Stella les recordaba:
- Cuando llenen las 50 lineas y lo firmen, nos deben a pedir a nosotras nuestra firma. –
- Si queremos intercambiarlo por…
- No van a hacerlo esta vez. – Dijo Stella callandola.
Ya en el patio notaron que ahí había mesas para comer, canteros con arboles y mucho espacio… además de un aula en medio del lugar. Cerca de la puerta tenia un letrero que decia Detencion. A través de las grandes ventanas se veía a las únicas alumnas en una escuela de aulas vacias, sentadas en los mismos incomodos asientos del aula de estudio, rebelando sus rojos traseros con sus jumpers levantados y agarrados por dos pinzas.
- D-Detencion?- Preguntaron las 6 nerviosas.
- Si. – Dijo Ortiz .- No querrarn venir aquí, créanme. – Se rio.
Cuando pasaron por la tienda de uniformes, esta estaba cerrada. Pero Alice alcanzo a ver como era el uniforme de quienes asistían normalmente. Ella escucho que las alumnas normales llevaban uno distinto. Penso, en una pequeña ventaja que podría sacar los primeros días, teniendo en cuenta lo que explicaron las dorm mom.
- Chicas, antes de irnos ustedes deben cumplir su castigo y entregarlo a la directora. Asi que vayamos a un aula. – Ordeno Ortiz. No muy animadas, las 8 fueron ,y se sentaron a escribir en el sus líneas. Por una razón u otra, la única que había escrito líneas antes era Jess, para el resto era algo nuevo, incomodo y tedioso. Ortiz y Stella vieron los rostros de tedio mientras cumplían el castigo lentamente y entre suspiros. Repentinamente Stella tomo la mano de Ortiz. Con un gesto le dio a entender que quería decirle algo.
- Chicas, nosotras las dejaremos un poco solas. Hasta no terminar no nos iremos asi que les recomiendo apurarse. – Aclaro Ortiz. Apenas se alejaron escucharon a las chicas hablar y quejarse.
- Esto es insoportable e inútil. – Se quejo Alice. - ¿¿!!Qué parte de ser una señorita supone no defenderse ante algo injusto!!??
- Debo debo debo debo… me voy a volver loca….- Protesto Amy.
- Esto es un infierno…- Se quejo Annie.
- Lloronas…- Contesto Jess.
Al escucharlas Ortiz volteo.
- Niñas maleducadas. Apenas les damos la espalda y…
- Shhh… Hey, pensé que podríamos aprovechar y llevarlas a conocer el centro. A ver si las anima un poco. Hace mucho que no visitan el mundo exterior. Tanto tiempo encerradas les va a hacer mal. – Dijo stella.
Sorprendida por su actitud, Ortiz pregunto: - Podemos… llevarlas a pasear sin pedir ningún tipo de permiso?
- Somos sus Dorm mom, ¡por supuesto que si! Somos responsables de su cuidado y educación después de todo. Debes leer mas. – Se burlo Stella. Ortiz no se indigno tanto de los comentarios de Stella, de hecho, hasta se le ocurrieron ideas.
- Odio esto es aburrido y tengo sueñoooo. – Protesto Annie apoyando su cara en su pupitre. Aprovechando que aun no llegaban, se recostó un poco en sus brazos.
- Eso que es? – Pregunto Rhonda señalando al rincón.
- Es un bonete tonta…- Respondio Jessica.
- ¿Y que se hace con eso? –
- Pffff… Ya vas a saber.
- No sabes que es un bonete de burra? – Se sorprendio Annie, mientras veía recostada desde su posición.
- Si llego a tener que usarlo me voy a morir…- Suspiro Amy. – Este lugar es una pesadilla.
- De burra? Donde dice eso. -
- La D, es de burra (Dunce). Yo tampoco nunca vi uno. – Se sorprendio Mariela. - Debia ser muy humillante que te obliguen a usarlo…. Acaso no se habían dejado de usar en las escuelas? Mis padres me contaban de ellos…
- Igual este es el único lugar que yo conozco en donde te castigan con azotes en el trasero. – Contesto Alice.
En la escuela de Alice habían bonetes, pero obviamente ella nunca sufrio ese castigo. Cuando escucho a las monjas llegar reincorporo rápidamente y fingio estar escribiendo líneas.
- Chicas cuantas líneas llevan? – Pregunto Ortiz al entrar.
- 30…
- 25…
- 60…- dijo Jess a lo ultimo.
- ¿Ya terminaste el primero? – Se sorprendio Alice.
- En mi antigua escuela las hacia a cada rato…
- Annie…- dijo cariñosamente Ortiz. – Tu cuantas llevas.
- E-Eh… 10…- Dijo annie nerviosa.
- Que poquitas. Debes esforzarte mas, dedícate mas a hacerlas si? – Dijo Ortiz con dulzura.
- S-Si…- Respondio Annie, avergonzada por el trato infantil se puso a escribirlas.
Cualquiera en su posición estaría bailando al ritmo de la vara correctiva o en el rincón. Era normal que el resto de sus compañeras se molesten. En especial su hermana que ya sabia lo que pasaba. Luego de unos minutos las terminaron. Luego de firmar en donde “agradecían” la disciplina recibida, le pidieron a sus dorm mom que los firmen. Un poco nerviosas, fueron a dirección por su ultima firma. Y finalmente, mochilas en mano y gorros puestos se retiraron. Antes de entrar, Stella sonriente, mostrando sus blancos dientes dijo: Chicas el próximo mes todo cambiara. Se que no parecieron vacaciones para ustedes. Pero gracias a todo el estudio van a ver que podrán cursar aquí sin ningún problema. Aun son muy chicas para comprender nuestros esfuerzos, pero algún dia lo agradecerán. Por hoy queremos darles una motivación, y hemos decidido que es buen dia para llevarlas a recorrer la ciudad.
Ni siquiera la manipuladora Alice pudo disimular la alegría que le genero eso.
- Genial!!!- Festejaron todas. Luego de dos meses de solo ver la escuela, una vuelta por la gran ciudad se veía genial.
- Y si se portan bien, capaz hasta comamos aca y le compremos golosinas. – Sonrio Ortiz. Eso no estaba en el plan de Stella. Pero que mas da. Las pobres chicas se pasaron todas sus vacaciones estudiando sin parar. Un dia de tranquilidad no les va a venir mal.
Entusiasmadas, las 6 subieron al micro. El micro parecía un micro de niñas, con las 6 entusiasmadas, hablando hasta por los codos y haciendo bullicio. Obviamente la noticia puso a las gemelas hiperactivas. Finalmente bajaron en una de las calles mas importantes del centro. La vergüenza de usar el uniforme de Saint Francis rápidamente fue dejada de lado. Hasta Rhonda, caminaba de lado a lado viendo las vidrieras, maravillándose con los edificios y monumentos.
- Chicas, En orden!!- Aclaro Stella, comenzando a tener problemas. “Ortiz donde estará?” Penso. Luego la vio acercarse a las hiperactivas gemelas.
- Si!!! – Festejo Amy y Annie al unisono. Ambas terminaron con una paleta de caramelo en sus bocas. Finalmente, Ortiz le dio el obsequio a las otras 4 que aceptaron gustosas.
A medida que el entusiasmo se disipaba, las energías se calmaban un poco. Empezaron a comportarse mas como chicas de su edad y no como niñas pequeñas. Bueno, todas menos las gemelas a quienes encima les dieron azúcar, pero eso es otra historia. Una historia que a Mariela le fascinaba ver. Corrian, se subían a los bancos y monumentos, peleaban, enseñaban sus calzones, discutían, se hacían cosquillas, y miraban embobadas las vidrieras. Las monjas no dejaban de regañarlas.
“Por lo visto al menos aquí no nos castigan” Penso Mariela caminando mas tranquilamente. Cuaderno en mano, tomo una lapicera y se puso a dibujar a las gemelas tan alegres.
“La ropa aquí es… tan anticuada” pensaba Alice mientras veía las vidrieras y la gente. Muchos vendedores y gente de negocios. Muchas damas llevando a sus niñas. Alice empezó a notar que llamaban la atención, quizá por ser las únicas en uniforme escolar en pleno verano. Se sonrojo un poco al verlo, pero noto que la atención no se dirigía a sus piernas ni a su trasero. O a veces si…
Rhonda – quien también se encontraba distraída- escuchaba murmurar a los chicos o adolescentes que pasaban.
“Esas chicas son del Saint Francis” “ Nunca las había visto fuera de la escuela o internado” “Wow… dicen que alla es realmente terrible…”
“Y ellos piensan que esto es terrible… No conocen lo realmente terrible” Penso Rhonda. EL uniforme repelia y atraía chicos por igual. Pero quienes eran atraídos rápidamente eran espantados por las monjas y la fama de severidad del Saint Francis. Esto eran malas noticias para las chicas que apenas pasaba un grupo de chicos murmuraban entre ellas.
- Mira que lindo que es...-
- Comportense niñas o nos volvemos. – Ordeno Stella, dándose cuenta de lo alteradas que estaban.
- Madre Ortiz, Madre Stella. – Pregunto Jessica educadamente.
- …Si Jess? –
- P-Podemos ir a un parque?
- Si claro – Dijo Stella.
Luego de recorrer, las 8 terminaron en un parque. Y luego de eso, en un restaurant. Comieron abundantemente y se deleitaron.
- Por que nos miran? – Se quejo Amy.
- Por que somos las únicas aun en uniforme?- Respondio Jess burlona.
- Saint Francis es muy conocido por aquí. Los he escuchado hablar.
- Si chicas, pero ustedes no presten atención. ¿Les gusto la salida?
- Siii!!- Dijeron todas al unisono.
- Bueno, espero que ahora se esfuerzen en portarse bien. Dado que somos pocas, podremos hacer estas salidas mas seguido. –
Al final, todas marcharon al micro, y fueron llevadas nuevamente a su “hogar”. Amy y Annie pegaban sus caras contra los vidrios mientras veian la ciudad alejarse de ellas y volver a las paredes tristes y frias del internado. Mariela se entretenia con sus dibujos. Apenas se bajaron del micro, las monjas las escoltaron a sus habitaciones.
- Por hoy tendrán su dia libre. Pero mañana volveremos a los estudios. Sin dudar. – Advirtio Stella.

- Si Madre Stella. – Respondieron todas al unisono. Stella disfruto verlas tan tiernas y obedientes. Y hasta considero llevarlas a pasear mas seguido. Recordo lo mucho que ella disfrutaba las veces que salían, y lo difícil que era conseguir puntos para poder salir por su parte. “Pero cuidar a 6 niñas latosas es muy difícil… no las castigue para que no se traumen. Recuerdo la vez que me nalguearon en la ciudad, fue horrible…” Penso Stella. Hasta que cuando llegaron a la habitacion vieron un largo numero de chicas formadas con cara de muchísimo descontento.
- ¿Quienes seran? - Pensaron las gemelas al unisono. Se vieron sus jumpers, y los jumpers de ellas y notaron que todas pertenencian a la misma habitacion: 5-D
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Capitulo 45

Celeste kint soltaba una lagrima mientras miraba por el ventanal del micro como era llevada a su destino los siguientes 6 años. Junto a ella viajaba un grupo de chicas que parecía ser llevadas a un funeral. Mientras veía como el micro las acercaba al enorme predio que era Saint Francis, pensaba en como pudo haber terminado ahí.
Sin embargo el grupo cercano a ella solo se veía nervioso, pero normal. Incluso hasta entusiasmado. Entre ellas destacaba una chica rubia gordita. Junto a ella se encontraban chicas que comenzaban a aglomerarse alrededor de ella. Parecian ser todas de un gran fervor religioso.
Y también estaba otra chica. Ligeramente morena, y de aspectuo voluptuoso. Ella debía medir aproximadamente 1.65. No dejaba de insultar y de pelearse con otras alumnas. La monja le llamaba la atención cada dos segundos. Claro, estaba furiosa y no podia creer que también habia terminado ahí. Se le entregaron los folletos, y mientras las religiosas lo leían atentamente el resto sencillamente lo ignoraba. Penso en leer el folleto pero no quería pensarlo demasiado.
Celeste habia repetido el año, y venia dando excesivos problemas en el colegio de saint francis. Pequeña, de ojos verdes y pelo rubio platinado, odiaba ser subestimada. Era muy rebelde por eso, a pesar de ser inscripta desde pequeña. La directora aconsejo entonces, inscribirla en internado. Le confirmo que seria la única forma de que salga como una señorita de bien, y de no aceptar seria expulsada.
Celeste Kint conocía muy bien de la fama del internado debido a sus compañeras que iban del internado a el. Y eso la tenia aterrada. Las alumnas normales y las internadas convivian en la escuela durante varias instancias. Esto tenia una doble funcion, las internadas se sentirian un poco mas libres abandonando diariamente el internado, mientras que las alumnas problematicas tenian una vision muy solida de cual seria su destino. Si bien los castigos eran muy comunes en saint francis y Celeste visitaba frecuentemente Detencion y direccion, la idea de haber terminado en el internado la agoviaba. Dado que los grupos no solian cruzarse, no tenia informacion de el de parte de una internada. Pero la imagen de ellas cuando las veia, tan estrictamente uniformadas, con peinados identicos, esos cortos e infantiles jumpers, ese look impecable le daba una buena idea de lo estricto y severo que debia ser el lugar. Sumado a eso, el corto del jumper hacia que los muslitos rojos de las internadas casi siempre estubieran a la vista como un brillo rojo por debajo del vestido. Algunas veces, alcanzo a ver colas realmente muy rojas, que la hacia imaginarse el horrible dolor que debian sentir. Y casi siempre era lo mismo con cada alumna del internado. Esto desataba todo tipo de rumores acerca de ellas, mucho mas comunes que en la ciudad en donde no era tan comun la vista de ellas. Ahora que pronto estaria en el internado y tenia el folleto frente a ella, preferia no leerlo y enterarse como seria su nueva vida.
Finalmente llegaron y esperaron a que la dorm mom venga por ellas. Paso mucho tiempo y las chicas comenzaron a ponerse inquietas. Finalmente un par de monjas aleatorios las hicieron pasar por la entrada.
Celeste Kint vio como todas entregaban sus objetos personales, algunas cabisbajas, otras con rebeldia. Entre ellas, la jovencita que en un principio molestaba a todos. Celeste penso en revelarse, pero apesar de ser visita corriente en direccion y detencion no era para nada fanatica de los castigos. Al contrario, su pobre cola lamentablemente era demasiado sensible y hasta ahora siempre que le toco ser nalgueada. Incluso las veces que fue castigada frente a toda la clase. Las monjas y la reputacion del saint francis hicieron que fuera obediente y entregara sus objetos sin chistar. Celeste observo como la chica que anteriormente molestaba a todos, entrego regañadiente sus cosas. Luego de eso, Celeste observo horrorizada como todas eran sometidas al corte de cabello reglamentario. Suspiro, y al llegar fue obligada a sentarse.
- Puedo no usar trenzas? No me gustan.- Se quejo, pero fue ignorada.
- Ah, no, a mi no me van a hacer usar eso. - Protesto la primer chica, pero luego de muchas insistencias, amenazas y tirones de oreja, termino usando sus trenzas.
Finalmente, 14 alumnas con trenzas esperaban en fila a entregar sus prendas y terminar en lo que seria su unica ropa, el uniforme de saint Francis. .De a una entraban al vestidor y salian cabisbajas y un poco sonrojadas, con el uniforme puesto. Algunas se veian notoriamente nalgueadas, jalando su jumper o sobandose. Tal era el caso de la chica violenta que vio celeste en el micro. Era llamativo ver como entraban todas, con ropa y personalidades diferentes, pero todas salian como la tipica nerd aniñada. Llego el turno de Celeste, y un poco nerviosa entro. Ante la orden de desnudarse, titubeo. Pero la imagen intimidante de las monjas, y ver a sus compañeras recien nalgueadas hizo que obedesca y termine desnuda, tapando sus senos. Pusieron en sus manos el uniforme completo, y comenzo por tomar el horrible calzon. Debido a detencion y a descuidos ocasionales, alcanzo a ver en sus compañeras el calzon uniformado. Las alumnas del instituto no llevaban uno y por eso las burlas eran frecuentes. Se lo puso sintiendose rara, y en pocos segundos termino saliendo del vestidor al igual que todas, un poco avergonzada e incomoda.
No tubieron tiempo ni para pensar que ya terminaron en otra fila para ser propiamente registradas, y luego llevadas con sus nuevas pertenencas a su habitacion. Sin embargo la dorm mom aun no llegaba. Con el tiempo, el aburrimiento comenzo a apoderarse de ellas. El nerviosismo empezo a disiparse y todo se volvio mas claro. Lo que en un principio se volvia una secuencia de eventos tormentosos, uno tras el otro ahora ya empezaba a verse normal. Celeste comenzo a acostumbrarse de a poco a su nueva apariencia y al lugar. Aun asi era muy extraño verse idéntica a otras chicas, vestida y peinada exactamente igual. Y mas viéndose de forma tan noña. Algunas hasta llevaban esas gafas gigantes que con las ridículas trenzas y listones daban la imagen típica de una nerd. Sumado a que ella era de las mas pequeñas, y al verse en el los reflejos realmente se veía como una niña.
Celeste Kint pudo notar en una que otra chica despistada lo fácil que era enseñar sus calzones. Avergonzada, estiro su jumper y pensó “Por que serán tan cortos…?”. Penso. Se sentia muy expuesta e incomoda. Como sucedia con las chicas del instituto era facil reconocer quienes fueron castigadas recientemente. Sumado a eso sus jumpers permitían ver claramente el nombre y si pertenecían al mismo aula. Celeste acaricio su nombre bordado en su uniforme y reconocio que entre sus compañeras dos grupos comenzaban a formarse. Uno era un grupo que liderado por la gordita que Celeste vio. Rapidamente reconocio el nombre en su jumper. “Stanford… Ese no es el apellido de la estupida directora… ¿sera su hija?” penso poniendo una mano en su trasero. Cada visita a direccion solo representaba para ella dormir boca abajo 3 dias . Alrededor de ellas se juntaron otras chicas.
- Eres la hija de la directora, ¿no es asi?
- Si. Claro que si.
- Por que te mandaron aquí?
- Todas las hijas de la familia Stanford somos enviadas aquí. Mis hermanas ya pasaron y ahora me toca a mi. – Explico Patricia. - Asi que…. Hay que verlo positivamente. Ahora que estoy encerrada aquí, aprovechare esta oportunidad y me volveré una profesional. El titulo de la Universidad Catolica es reconocido internacionalmente. – Continuo con una sonrisa débil y un suspiro.
- JAjaja… tienes razon. Debemos esforzarnos.
Celeste luego vio a la chica rebelde y rápidamente reconocio su nombre. Violeta Gomez. Continuaba hablando, diciendo groserías y quejándose mientras que las monjas de vez en cuando las regañaban. Inmediatamente desabotono su cuello de la blusa, y los botones de la cintura del jumper. Estos eran muy ajustados, haciendo que la tela se apriete al cuerpo y generando mucho calor. El resto de las chicas comenzó a imitarla rápidamente hasta que finalmente Madre Ortiz y Madre Stella llegaron.