Maid Vane
Maid Vane
Vanesa era una chica, muy bajita para su edad. Cosa que sin
embargo no la acomplejaba. De hecho era raro encontrar algo que la moleste. A
sus 18 años termino el colegio, y sin saber que hacer con su vida, empezó a
buscar trabajo. Repartio curriculums a todas partes, hasta que sorpresivamente
la llamaron de una mansión. Alli residia Antonella. Antonella, era una
solitaria mujer de 50 años. Heredo el negocio de la familia, luego de que sus
padres mueran en un trágico accidente. Y por alguna razón, nunca le intereso
casarse, solo tuvo varios amoríos.
El negocio familiar era en resumen muy simple, contaban con
personal de limpieza el cual era enviado a otras mansiones o lugares a cumplir
sus labores. Mientras permanecían en la mansión, mansion que usualmente usaban
como salón de eventos. El trabajo de Vanesa por ende seria, junto a las otras
Maids del lugar, mantener impecable la mansión, servir a Antonella y limpiar
las otras mansiones además de servir en los eventos.
Vanesa accedió rápidamente, el sueldo se veía generoso, y ya
quería tener su propios ingresos. Al igual que cualquier chica de su edad,
amaba la idea de dejar el nido, aunque el trabajo se ubicaba a dos horas de su
casa. Grata fue su sorpresa cuando descubrió que la mansión contaba con casa de
mucamas. Vanesa prácticamente no lo dudo, y feliz, ocupo la casa de mucamas convirtiéndola
en su nuevo hogar. Termino instalándose completamente, hasta llevo su peluche
favorita el cual la acompaña desde niña, zipper, y su notebook.
Antonella noto rápidamente que el trabajo se le daba muy
bien a la pequeña trabajadora. Tenia una pequeña obsecion con el orden y la
limpieza, nunca se quedaba quieta. Tambien le gustaba cocinar y una pequeña vocación
de servicio. Comunmente llovían elogios de la dinminuta trabajadora lo cual
despertaba celos de sus compañeras. Llevaba un uniforme muy genérico, al igual
que todas. Vestido negro, con escote, un delantal que caia desde la cintura,
una cofia. A Vanesa no le molesto llevar uniforme, todo lo contrario! Ahora no tendría
que elegir ropa todos los días. El único problema es que le quedaba un poco
grande. Y que su dinminuto tamaño hacia que solo le entren calzones de niña.
Debido a que era muy hiperactiva a la hora de trabajar, sus compañeras le
vieron los calzones y es el dia de hoy que aun se burlan de ella. Pero
volviendo a lo que ya dije, la casa de mucamas se convirtió en su nuevo hogar.
No solo eso, Vanesa era lo suficientemente floja como para literalmente vivir
en uniforme. O en pijama. Nunca salía, era muy antisocial, casi no tenia
amigos. Terminaba la jornada laboral, se quitaba su cofia, su delantal y vivía en
pijama. Por otra parte, lo que tenia de hiperactiva lo tenia de floja. Tenia
impulsos violentos de energía en donde parecía multiplicarse de lo rápido que
hacia las cosas. Una vez terminaba le daban ataques tan grandes de flojera que
ya no hacia nada.
De todas formas, para Antonella se termino convirtiendo en
su maid mas confiable. El negocio tan bien no se le daba, las maids le daban
problemas y comenzaba a convertirse en una pesadilla. Vanesa en cambio, servia
a todos con una sonrisa, casa a la que era enviada casa que dejaba impecable.
La mansión era muchísimo mas radiante gracias a ella. Y lo mejor, cuando
terminaba de trabajar, solia hacer horas extras. Claro, para Vanesa no eran
horas extras, la casa de mucamas era mucho mas comoda mientras que las demás aprovechaban
y huian a sus hogares. A tal punto lo había convertido en su hogar que solia
echar cuando otra Maid intentaba quedarse ahí.
Pero volviendo al tema en cuestión, Vanesa se había convertido
en su mano derecho. Lastima sus pequeñas costumbres. Una vez terminada su jornada
laboral se volvia toda crota. Iba a todas partes con ese peluche viejo abrazado
con un brazo en pantuflas y sus coletas despeinadas. Si, Vanesa, sus rulos y su
idea de peinarse era hacerse dos coletas asi nomas.
La confianza entre ambas cada dia aumento mas. Para Vanesa
no era solo su jefa, era una mujer elegante que le inspiraba protección. Para
Antonella era la niña alegre que le devolvía las energías. Asi que, que para el
año, Vanesa y Antonella tuvieron una pequeña charla.
- Hice algo? – Pregunto Vanesa en su oficina.
- Si. Has hecho un gran trabajo. Y quiero hacerte una
propuesta. A ver que opinas.
- Si, digame.
- Actualmente te has vuelto mi mano derecha Vanesa. Cuento
contigo para todo. Por eso quiero darte un aumento.
- Si, genial!!- Festejo Vanesa.
- Pero un aumento no viene ajeno a responsabilidades. Seras
mi Maid personal. Y te encargaras de servirme solo a mi, a diferencia de antes.
Tambien me gustaría que te mudes de la casa de mucamas a la mansión. Puedes
dormir en mi habitacion de niña. – Explico Antonella. Y Vanesa levanto su mano.
- Habla…- Dijo Antonella sintiéndose que hablaba con una
niña.
- Y si la casa de mucamas se vuelve mi casa? Solo yo la uso…
- Podremos verlo. Pronto revisaremos el resto de tus tareas.
Pero necesito que cambies de uniforme. Dejame tomarte medidas y te mandare a
confeccionar uno lindo. – Explico Antonella. Mientras le tomaba medidas,
Antonella vio que Vanesa levantaba su mano de vuelta.
- Si vane?
- Voy a tener varios uniformes? Por si alguno se ensucia.
- Si, claro que si.
- Puede mandarme a hacer calzones?
- Calzones? – Pregunto Antonella. Vanesa sonrojada explico:
- Por mi altura no hay de mi talla…. Y mis compañeras siempre
se burlan. Y cuando trabajo no puedo andarme fijando si se me ven o no. Si
fueran blancos… del uniforme, supongo que seria menos vergonzoso.
- Esta bien, si insistes. – Explico. En un mes, ya estaba
listo el nuevo uniforme de Vanesa. Vanesa lo observo. Este era muy diferente al
otro. Era, de hecho, un poco mas aniñado. Era un vestidito negro, que caia con
mucho vuelo desde la cintura y se abotonaba por atrás. Era medianamente corto,
y tenia un cuello blanco bebe bastante amplio junto a manguitas corta aglobadas
con un elástico y pequeños olanes en ella. Su delantal, a diferencia del
anterior, incluia un peto y se ataba en cruz en la espalda en un gran liston.
Ademas, tenia muchos olanes alrededor. La cofia, era una diadema blanca con
olanes blancos y dos listones negros en cada extremo. Y parte final del
uniforme era un enorme liston que debía llevar en su cuello. Finalmente, Como
parte de su uniforme se incluyo un fondo blanco y varios bloomers blancos.
Vanesa vio el uniforme con extrañesa y luego vio a su ama. Le costo un poco ponérselo
y se sintió bastante rara con el. Sin embargo, al enterarse de su nuevo sueldo,
se le paso la sensación de incomododidad. Y las burlas de sus compañeras
cesaron al instante de ver que había recibido un generoso aumento. Sus
responsabilidades definitivamente aumentaron. Para Vanesa, ella trabajaba
cuando usaba el uniforme completo. Pero la casa de mucamas sufrio dos
transformaciones. A) Paso a ser oficialmente SU casa. B ) Paso a tener un
timbre para que jefa la llame.
En casa de herrero, cuchillo de palo. LA casa de mucamas era
un pequeño desastre, al igual que Vanesa quien rara vez usaba su uniforme
prolijamente. Lo cual solia ser causa de friccion, ya que ahora se volvió la
imagen de la empresa de limpieza que Antonella poseía.
Pero sin embargo el puesto lo tomo con facilidad y era muy
popular en eventos, mansiones y en su mansión donde comúnmente servia. Sin
embargo, Antonella comenzó a ver con otros ojos a su sirvienta. Como antes,
Vanesa apenas terminaba su jornada laboral, se quitaba su cofia, su delantal y
se quedaba en pantuflas. Ahora además se quitaba el enorme liston y lo hacia
con mas regularidad ya que el vestido se abotonaba por la espalda y era muy
incomodo de sacar. Con este nuevo vestido, su apariencia era mucho mas
infantil. Sumado a eso, su falda mas acampanada hacia mas visibles sus bloomers
blancos cuando Vanesa se sentía contenta e hiperactiva. Su visión de Vanesa comenzó
a cambiar, viéndola siempre con su vestidito negro, su peluche y dando
saltitos.
Y todo comenzó un fin de semana, en el que no iba a haber
eventos ni ninguna otra Maid, solo iban a estar ellas 2. Un dia antes, Vanesa
fue nuevamente citada a hablar.
- Vane. Quiero proponerte algo.
- Algo?
- Un… trabajo especial. – Explico.
Vanesa reacciono muy confundida. Y Antonella no se animaba a
decírselo. Hasta que finalmente dijo: Por este fin de semana, mudemos tus cosas
a mi ex habitacion. Ahí, mañana temprano decidiras si quieres hacer este
trabajo o no. – Explico.
Vanesa asintió con su cabeza. “Trabajo Especial…” Penso, escuchándolo
muy raro. “Me ira a vender a un cliente…” Penso preocupada. Pero aun asi no se
preocupo. Mudo sus cosas, a la Ex habitacion de Antonella… la cual por lo visto
se mantenía inmutable desde hace varios años. Era rosa, con dibujos de ositos
celestes en las paredes, típica habitacion de niña. Finalmente allí y luego de
un tiempo se fue a dormir. Cuando se despertó vio que había dos cajas en frente
suyo. Una tenia su uniforme y un cartel: Si no aceptas el trabajo, solo ponte
tu uniforme y sigue como estábamos.
La otra tenia un cartel que decia: Si lo aceptas, ponte lo
que hay aquí y ven al comedor. Deja que la magia fluya.
Vanesa curiosa lo abrió hasta descubrir en el un jardinerito
rosa con un osito bordado en el pecho. A su vez, unas zapatillas rosas, y una
playera blanca a rayas. Sumado a eso un calzon blanco con margaritas. Sonrojada
lo vio y noto rápidamente que estos estaban enchastrados en barro. Titubeo, y pensó
bastante. Pero la curiosidad la llevo. Finalmente termino con el infantil
atuendo puesto. Parecia que había tenido un berrinche o algo, hasta termino ensuciándose
ella al ponérselo. Nerviosa y expectante fue al comedor.
- Vanecita!!- Escucho decir a antonella. Mira como estas. –
Exclamo Antonella poniendo las manos en su cintura. – no , No señorita. Vamos a
darte un buen baño, y luego mami te va a dar una buena lección. – Sentencion Antonella.
Sorprendida, Vanesa fue tomada por su mano y llevada a la ducha. De repente vio
como la mujer llenaba la tina, y comenzaba rápidamente a desnudarla. Vanesa
noto como todo quedo lleno de barro.
“Que estamos haciendo” pensó Vanesa. La curiosidad la hacia
seguir y sentí un hormigueo en su pansa. La mujer la tomo, la metio en la ducha
y la termino bañando…. Lo cual se sentía sospechosamente bien. Luego de bañarla,
la seco, y envuelta en una toalla, la llevo a la rosada habitacion.
- Ahora tendre que limpiar todo este desastre. – se quejo, dejándola
envuelta en la toalla. Busco en el armario y separo, dejando en la cama unos
calzones muy infantiles y una camiseta. Los calzones eran de niña, blanco y tenían
dibujitos de dos conejitos jugando en el trasero. Vanesa lo vio sonrojada
pensando si planeaba que ella los use. Luego de eso, saco un fondo, unas
brillantes guillerminas de charon con unas calcetas con olancitos y un
vergonzoso vestidito infantil. Blanco, con cuello bebe, un listoncito en este,
un patrón de conejitos al final del vestido, y un delantal rosa, con un dibujo
de dos conejitos jugando.
- Que pensabas usar? – Protesto su jefa. Rapidamente la
obligo a ponerse de pie, y comenzó a vestirla. Titubeante, pensó que su nuevo
trabajo era…. Mas raro de lo que ella pensaba que seria. Finalmente estaba
usando el ridículo vestido, y su jefa, mientras la regañaba, le hacia dos
coletas muy apretadas con dos enormes listones rosas. Confundida protesto.
- Pero señora Antonella.
- A mi no me llamas asi. Soy tu mama.
“Mama…” pensó Vanesa. Finalmente peinada, Antonella la
volteo y la hizo mirarla.
- Ahora voy a tener que limpiar su desastre señorita. A
usted le parece gracioso?
Vanesa naturalmente bajo la mirada, pero la mujer le levanto
la barbilla.
- Pues no es gracioso para nada. Pero antes de tener que
hacerlo, te voy a dar unos buenos chas chas. – Insistio. En un instante, Vanesa
se encontraba boca abajo, con su cola apuntando al aire.
Varias nalgadas cayeron en su cola. Vanesa exclamo un poco
mas por la sorpresa y el miedo que por el dolor hasta que finalmente comenzó a
patalear como la niña que era.
- No, no mas…
- Te vas a portar bien?
- Si, creo que si.
- No digas “Creo que si”. Quiero escuchar “Si mami, me
portare bien.”
- Si mami me portare bien.
- Muy bien, ven aquí. – Ordeno ella. Llevandola de la mano,
la obligo a pararse en el rincón viendo de reojo como ella limpiaba el desastre
que había hecho.
“Este era el trabajo…” Penso Vanesa avergonzada. La
nalgueada en verdad casi no había dolido. Pero se sentía muy tonta vestida asi.
Y hasta casi sentía vergüenza de que limpiaran su desastre. Hasta que de
repente la mujer vino por ella y poniéndose a su altura dijo: Yaa suficiente rincón
chiquitita. Quiero que juegues tranquila portándote bien y sin ensuciarte tu
vestidito que tevés preciosa.
- Si…- REspondio Vanesa intimidada. Tomo su oso e hizo su
vida normal, ajena a cualquier roll. Uso su notebook y jugo con sus
videojuegos. Pero aun asi, se sentía impecable, vestida como una muñequita de
porcelana y muy infantil. Su jefa la trataba como una niña, ahora ella era a
quien servían. Le hizo el desayuno y la comida con mucho esfuerzo. Le pregunto
por sus tareas, frente a lo cual Vanesa invento respuestas. El dia paso con
fluidez, hasta que la cambio a un pijama, no menos infantil, enterizo, lila y
con maripositas. Y la mando a dormir a las 10 como una niña.
Al otro dia, desayuno en su pijama lila. Y fue nuevamente
vestida asi, esta vez, un vestido blanco de marinerita idéntico al anterior.
Su
calzon tenia un oso vestido de marinero en medio de la cola. Hasta debía usar
una tonta gorrita. Vanesa descubrió que su trabajo era solamente ser la hija de
Antonella. De vez en cuando la amenazaba con unas nalgadas y mas rincón. Vanesa
recordaba el suceso del sábado por la mañana con curiosidad. No se sintió tan
mal, aunque dolio. De hecho toda esta situación no era tan mala. Tenia
curiosidad, mucha curiosidad.
“Si tanto quiere que sea una niña, no le molestara que
juegue en el jardín, no es asi?” PEnso Vanesa. Y se fue a jugar allí. Cuando volvió,
su jefa puso el grito en el cielo.
- Vanecita. Y esas manchas verdes que son? Hasta zipper esta
todo sucio.
- Queria jugar!!- Protesto Vanesa con un berrinche infantil.
- Ay, este fin de semana, estas terrible. – Se quejo . La
tomo, la recostó en sus piernas, y esta vez Vanesa se descubrió pataleando y
gimiendo como una niña de verdad.
Mientras escuchaba regaños, y sentía su cola punzar, intento
resistirse, suplicar y parar el castigo. Cuando vio que esto era imposible, sintió
un inmediato orgasmo. A su jefa no le importo, aun asi termino en el rincón.
Luego de otro baño, termino estrenando un nuevo vestido.
El dia pronto termino, y todo volvió a la normalidad. Solo
hubo una protesta por parte de Vanesa.
“¿Por que lo llamaste trabajo?”.
Me encanto me encanto me suuuper encanto
ResponderEliminarsk
Me encanta me encanta me super encanta
ResponderEliminarsk