lunes, 26 de diciembre de 2016

Historia auto conclusiva spin off de Maid Alice.



Maid Vane

Maid Vane

Vanesa era una chica, muy bajita para su edad. Cosa que sin embargo no la acomplejaba. De hecho era raro encontrar algo que la moleste. A sus 18 años termino el colegio, y sin saber que hacer con su vida, empezó a buscar trabajo. Repartio curriculums a todas partes, hasta que sorpresivamente la llamaron de una mansión. Alli residia Antonella. Antonella, era una solitaria mujer de 50 años. Heredo el negocio de la familia, luego de que sus padres mueran en un trágico accidente. Y por alguna razón, nunca le intereso casarse, solo tuvo varios amoríos.
El negocio familiar era en resumen muy simple, contaban con personal de limpieza el cual era enviado a otras mansiones o lugares a cumplir sus labores. Mientras permanecían en la mansión, mansion que usualmente usaban como salón de eventos. El trabajo de Vanesa por ende seria, junto a las otras Maids del lugar, mantener impecable la mansión, servir a Antonella y limpiar las otras mansiones además de servir en los eventos.
Vanesa accedió rápidamente, el sueldo se veía generoso, y ya quería tener su propios ingresos. Al igual que cualquier chica de su edad, amaba la idea de dejar el nido, aunque el trabajo se ubicaba a dos horas de su casa. Grata fue su sorpresa cuando descubrió que la mansión contaba con casa de mucamas. Vanesa prácticamente no lo dudo, y feliz, ocupo la casa de mucamas convirtiéndola en su nuevo hogar. Termino instalándose completamente, hasta llevo su peluche favorita el cual la acompaña desde niña, zipper, y su notebook.
Antonella noto rápidamente que el trabajo se le daba muy bien a la pequeña trabajadora. Tenia una pequeña obsecion con el orden y la limpieza, nunca se quedaba quieta. Tambien le gustaba cocinar y una pequeña vocación de servicio. Comunmente llovían elogios de la dinminuta trabajadora lo cual despertaba celos de sus compañeras. Llevaba un uniforme muy genérico, al igual que todas. Vestido negro, con escote, un delantal que caia desde la cintura, una cofia. A Vanesa no le molesto llevar uniforme, todo lo contrario! Ahora no tendría que elegir ropa todos los días. El único problema es que le quedaba un poco grande. Y que su dinminuto tamaño hacia que solo le entren calzones de niña. Debido a que era muy hiperactiva a la hora de trabajar, sus compañeras le vieron los calzones y es el dia de hoy que aun se burlan de ella. Pero volviendo a lo que ya dije, la casa de mucamas se convirtió en su nuevo hogar. No solo eso, Vanesa era lo suficientemente floja como para literalmente vivir en uniforme. O en pijama. Nunca salía, era muy antisocial, casi no tenia amigos. Terminaba la jornada laboral, se quitaba su cofia, su delantal y vivía en pijama. Por otra parte, lo que tenia de hiperactiva lo tenia de floja. Tenia impulsos violentos de energía en donde parecía multiplicarse de lo rápido que hacia las cosas. Una vez terminaba le daban ataques tan grandes de flojera que ya no hacia nada.
De todas formas, para Antonella se termino convirtiendo en su maid mas confiable. El negocio tan bien no se le daba, las maids le daban problemas y comenzaba a convertirse en una pesadilla. Vanesa en cambio, servia a todos con una sonrisa, casa a la que era enviada casa que dejaba impecable. La mansión era muchísimo mas radiante gracias a ella. Y lo mejor, cuando terminaba de trabajar, solia hacer horas extras. Claro, para Vanesa no eran horas extras, la casa de mucamas era mucho mas comoda mientras que las demás aprovechaban y huian a sus hogares. A tal punto lo había convertido en su hogar que solia echar cuando otra Maid intentaba quedarse ahí.
Pero volviendo al tema en cuestión, Vanesa se había convertido en su mano derecho. Lastima sus pequeñas costumbres. Una vez terminada su jornada laboral se volvia toda crota. Iba a todas partes con ese peluche viejo abrazado con un brazo en pantuflas y sus coletas despeinadas. Si, Vanesa, sus rulos y su idea de peinarse era hacerse dos coletas asi nomas.
La confianza entre ambas cada dia aumento mas. Para Vanesa no era solo su jefa, era una mujer elegante que le inspiraba protección. Para Antonella era la niña alegre que le devolvía las energías. Asi que, que para el año, Vanesa y Antonella tuvieron una pequeña charla.
- Hice algo? – Pregunto Vanesa en su oficina.
- Si. Has hecho un gran trabajo. Y quiero hacerte una propuesta. A ver que opinas.
- Si, digame.
- Actualmente te has vuelto mi mano derecha Vanesa. Cuento contigo para todo. Por eso quiero darte un aumento.
- Si, genial!!- Festejo Vanesa.
- Pero un aumento no viene ajeno a responsabilidades. Seras mi Maid personal. Y te encargaras de servirme solo a mi, a diferencia de antes. Tambien me gustaría que te mudes de la casa de mucamas a la mansión. Puedes dormir en mi habitacion de niña. – Explico Antonella. Y Vanesa levanto su mano.
- Habla…- Dijo Antonella sintiéndose que hablaba con una niña.
- Y si la casa de mucamas se vuelve mi casa? Solo yo la uso…
- Podremos verlo. Pronto revisaremos el resto de tus tareas. Pero necesito que cambies de uniforme. Dejame tomarte medidas y te mandare a confeccionar uno lindo. – Explico Antonella. Mientras le tomaba medidas, Antonella vio que Vanesa levantaba su mano de vuelta.
- Si vane?
- Voy a tener varios uniformes? Por si alguno se ensucia.
- Si, claro que si.
- Puede mandarme a hacer calzones?
- Calzones? – Pregunto Antonella. Vanesa sonrojada explico:
- Por mi altura no hay de mi talla…. Y mis compañeras siempre se burlan. Y cuando trabajo no puedo andarme fijando si se me ven o no. Si fueran blancos… del uniforme, supongo que seria menos vergonzoso.
- Esta bien, si insistes. – Explico. En un mes, ya estaba listo el nuevo uniforme de Vanesa. Vanesa lo observo. Este era muy diferente al otro. Era, de hecho, un poco mas aniñado. Era un vestidito negro, que caia con mucho vuelo desde la cintura y se abotonaba por atrás. Era medianamente corto, y tenia un cuello blanco bebe bastante amplio junto a manguitas corta aglobadas con un elástico y pequeños olanes en ella. Su delantal, a diferencia del anterior, incluia un peto y se ataba en cruz en la espalda en un gran liston. Ademas, tenia muchos olanes alrededor. La cofia, era una diadema blanca con olanes blancos y dos listones negros en cada extremo. Y parte final del uniforme era un enorme liston que debía llevar en su cuello. Finalmente, Como parte de su uniforme se incluyo un fondo blanco y varios bloomers blancos. Vanesa vio el uniforme con extrañesa y luego vio a su ama. Le costo un poco ponérselo y se sintió bastante rara con el. Sin embargo, al enterarse de su nuevo sueldo, se le paso la sensación de incomododidad. Y las burlas de sus compañeras cesaron al instante de ver que había recibido un generoso aumento. Sus responsabilidades definitivamente aumentaron. Para Vanesa, ella trabajaba cuando usaba el uniforme completo. Pero la casa de mucamas sufrio dos transformaciones. A) Paso a ser oficialmente SU casa. B ) Paso a tener un timbre para que jefa la llame.
En casa de herrero, cuchillo de palo. LA casa de mucamas era un pequeño desastre, al igual que Vanesa quien rara vez usaba su uniforme prolijamente. Lo cual solia ser causa de friccion, ya que ahora se volvió la imagen de la empresa de limpieza que Antonella poseía.
Pero sin embargo el puesto lo tomo con facilidad y era muy popular en eventos, mansiones y en su mansión donde comúnmente servia. Sin embargo, Antonella comenzó a ver con otros ojos a su sirvienta. Como antes, Vanesa apenas terminaba su jornada laboral, se quitaba su cofia, su delantal y se quedaba en pantuflas. Ahora además se quitaba el enorme liston y lo hacia con mas regularidad ya que el vestido se abotonaba por la espalda y era muy incomodo de sacar. Con este nuevo vestido, su apariencia era mucho mas infantil. Sumado a eso, su falda mas acampanada hacia mas visibles sus bloomers blancos cuando Vanesa se sentía contenta e hiperactiva. Su visión de Vanesa comenzó a cambiar, viéndola siempre con su vestidito negro, su peluche y dando saltitos.
Y todo comenzó un fin de semana, en el que no iba a haber eventos ni ninguna otra Maid, solo iban a estar ellas 2. Un dia antes, Vanesa fue nuevamente citada a hablar.
- Vane. Quiero proponerte algo.
- Algo?
- Un… trabajo especial. – Explico.
Vanesa reacciono muy confundida. Y Antonella no se animaba a decírselo. Hasta que finalmente dijo: Por este fin de semana, mudemos tus cosas a mi ex habitacion. Ahí, mañana temprano decidiras si quieres hacer este trabajo o no. – Explico.
Vanesa asintió con su cabeza. “Trabajo Especial…” Penso, escuchándolo muy raro. “Me ira a vender a un cliente…” Penso preocupada. Pero aun asi no se preocupo. Mudo sus cosas, a la Ex habitacion de Antonella… la cual por lo visto se mantenía inmutable desde hace varios años. Era rosa, con dibujos de ositos celestes en las paredes, típica habitacion de niña. Finalmente allí y luego de un tiempo se fue a dormir. Cuando se despertó vio que había dos cajas en frente suyo. Una tenia su uniforme y un cartel: Si no aceptas el trabajo, solo ponte tu uniforme y sigue como estábamos.
La otra tenia un cartel que decia: Si lo aceptas, ponte lo que hay aquí y ven al comedor. Deja que la magia fluya.
Vanesa curiosa lo abrió hasta descubrir en el un jardinerito rosa con un osito bordado en el pecho. A su vez, unas zapatillas rosas, y una playera blanca a rayas. Sumado a eso un calzon blanco con margaritas. Sonrojada lo vio y noto rápidamente que estos estaban enchastrados en barro. Titubeo, y pensó bastante. Pero la curiosidad la llevo. Finalmente termino con el infantil atuendo puesto. Parecia que había tenido un berrinche o algo, hasta termino ensuciándose ella al ponérselo. Nerviosa y expectante fue al comedor.
- Vanecita!!- Escucho decir a antonella. Mira como estas. – Exclamo Antonella poniendo las manos en su cintura. – no , No señorita. Vamos a darte un buen baño, y luego mami te va a dar una buena lección. – Sentencion Antonella. Sorprendida, Vanesa fue tomada por su mano y llevada a la ducha. De repente vio como la mujer llenaba la tina, y comenzaba rápidamente a desnudarla. Vanesa noto como todo quedo lleno de barro.
“Que estamos haciendo” pensó Vanesa. La curiosidad la hacia seguir y sentí un hormigueo en su pansa. La mujer la tomo, la metio en la ducha y la termino bañando…. Lo cual se sentía sospechosamente bien. Luego de bañarla, la seco, y envuelta en una toalla, la llevo a la rosada habitacion.
- Ahora tendre que limpiar todo este desastre. – se quejo, dejándola envuelta en la toalla. Busco en el armario y separo, dejando en la cama unos calzones muy infantiles y una camiseta. Los calzones eran de niña, blanco y tenían dibujitos de dos conejitos jugando en el trasero. Vanesa lo vio sonrojada pensando si planeaba que ella los use. Luego de eso, saco un fondo, unas brillantes guillerminas de charon con unas calcetas con olancitos y un vergonzoso vestidito infantil. Blanco, con cuello bebe, un listoncito en este, un patrón de conejitos al final del vestido, y un delantal rosa, con un dibujo de dos conejitos jugando.
- Voy a usar… eso? – Se quejo Vanesa.
- Que pensabas usar? – Protesto su jefa. Rapidamente la obligo a ponerse de pie, y comenzó a vestirla. Titubeante, pensó que su nuevo trabajo era…. Mas raro de lo que ella pensaba que seria. Finalmente estaba usando el ridículo vestido, y su jefa, mientras la regañaba, le hacia dos coletas muy apretadas con dos enormes listones rosas. Confundida protesto.
- Pero señora Antonella.
- A mi no me llamas asi. Soy tu mama.
“Mama…” pensó Vanesa. Finalmente peinada, Antonella la volteo y la hizo mirarla.
- Ahora voy a tener que limpiar su desastre señorita. A usted le parece gracioso?
Vanesa naturalmente bajo la mirada, pero la mujer le levanto la barbilla.
- Pues no es gracioso para nada. Pero antes de tener que hacerlo, te voy a dar unos buenos chas chas. – Insistio. En un instante, Vanesa se encontraba boca abajo, con su cola apuntando al aire.
Varias nalgadas cayeron en su cola. Vanesa exclamo un poco mas por la sorpresa y el miedo que por el dolor hasta que finalmente comenzó a patalear como la niña que era.
- No, no mas…
- Te vas a portar bien?
- Si, creo que si.
- No digas “Creo que si”. Quiero escuchar “Si mami, me portare bien.”
- Si mami me portare bien.
- Muy bien, ven aquí. – Ordeno ella. Llevandola de la mano, la obligo a pararse en el rincón viendo de reojo como ella limpiaba el desastre que había hecho.
“Este era el trabajo…” Penso Vanesa avergonzada. La nalgueada en verdad casi no había dolido. Pero se sentía muy tonta vestida asi. Y hasta casi sentía vergüenza de que limpiaran su desastre. Hasta que de repente la mujer vino por ella y poniéndose a su altura dijo: Yaa suficiente rincón chiquitita. Quiero que juegues tranquila portándote bien y sin ensuciarte tu vestidito que tevés preciosa.
- Si…- REspondio Vanesa intimidada. Tomo su oso e hizo su vida normal, ajena a cualquier roll. Uso su notebook y jugo con sus videojuegos. Pero aun asi, se sentía impecable, vestida como una muñequita de porcelana y muy infantil. Su jefa la trataba como una niña, ahora ella era a quien servían. Le hizo el desayuno y la comida con mucho esfuerzo. Le pregunto por sus tareas, frente a lo cual Vanesa invento respuestas. El dia paso con fluidez, hasta que la cambio a un pijama, no menos infantil, enterizo, lila y con maripositas. Y la mando a dormir a las 10 como una niña.
Al otro dia, desayuno en su pijama lila. Y fue nuevamente vestida asi, esta vez, un vestido blanco de marinerita idéntico al anterior. 

Su calzon tenia un oso vestido de marinero en medio de la cola. Hasta debía usar una tonta gorrita. Vanesa descubrió que su trabajo era solamente ser la hija de Antonella. De vez en cuando la amenazaba con unas nalgadas y mas rincón. Vanesa recordaba el suceso del sábado por la mañana con curiosidad. No se sintió tan mal, aunque dolio. De hecho toda esta situación no era tan mala. Tenia curiosidad, mucha curiosidad.
“Si tanto quiere que sea una niña, no le molestara que juegue en el jardín, no es asi?” PEnso Vanesa. Y se fue a jugar allí. Cuando volvió, su jefa puso el grito en el cielo.
- Vanecita. Y esas manchas verdes que son? Hasta zipper esta todo sucio.
- Queria jugar!!- Protesto Vanesa con un berrinche infantil.
- Ay, este fin de semana, estas terrible. – Se quejo . La tomo, la recostó en sus piernas, y esta vez Vanesa se descubrió pataleando y gimiendo como una niña de verdad.
Mientras escuchaba regaños, y sentía su cola punzar, intento resistirse, suplicar y parar el castigo. Cuando vio que esto era imposible, sintió un inmediato orgasmo. A su jefa no le importo, aun asi termino en el rincón. Luego de otro baño, termino estrenando un nuevo vestido.
El dia pronto termino, y todo volvió a la normalidad. Solo hubo una protesta por parte de Vanesa.
“¿Por que lo llamaste trabajo?”.

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