Fue un martes a la mañana, el dia en que
las 4 chicas fueron destinadas al purgatorio. Pero el lector seguramente quiere
saber lo que paso y el autor quiere escribirlo. Fue una tontería lo que motivo
la gran pelea, pero primero falta cierta contextualización.
El efecto del alcohol y la marihuana
empezaba a tener efecto en las chicas. Si bien Rhonda y alice estaban
acostumbradas a ella, Jessica no tanto. A pesar de las ayudas de Alice, ella
sencillamente no era buena estudiando y la marihuana hacia que el poco interés
que tenia en hacerlo desapareciera en dos segundos. Cuando Alice empezó a
ayudarla fue bien, pero desde la segunda hacia la tercera, gracias al escondite
secreto, su desempeño rápidamente cayo. Entregaba
las tareas, pero mal hechas, y la vara correctiva caia una y otra vez en su
trasero. Orgullosa como siempre, preferia ser azotada que ser expuesta en el
rincón y demostrar que esos tontos castigos no servían en ella. Por eso era
común verla adolorida, de mal humor y con el traste bien rojo. Cosa frente a lo
cual se había desacostumbrado, durante el tiempo que se aplico con sus tareas,
orden e higiene. Culo rojo que rozaba con el camison y punzaba, se sentaba en
las odiosas sillas y punzaba, le caia agua caliente al bañarse y punzaba, hasta
al sentarse en la cama, y le recordaba
constantemente su mal desempeño escolar y los castigos…Esto capaz, motivaba a
que moleste aun mas a las gemelas como descarga. Cosa que a todas resultaba muy
gracioso, ya que si, las gemelas parecían niñas. Y eso es lo que precisamente
irritaba tanto a ambas. ¡¡La insistencia de Jessica y como todas parecían
encima festejarlo!! Normalmente quien siempre le respondia era Amy, hasta que
Annie se canso.
- La vaca burra de culo rojo no deja de
molestar…- Protesto cansada.
- Annie…- Se sorprendio Mariela al
escucharla decir eso con tanta frialdad.
El insulto dio justo en el clavo, y Jessica
se enfado.
- Que te pasa pendejita de mierda? – Dijo y
se lanzo contra Annie intentándola agarrar. Amy recordó cuando Jessica la alzo
como una bebe y furiosa protegio a su hermana. La empujo con todas sus fuerzas
dándole golpes, pero Jessica ni se inmuto, al contrario, agarro a ambas gemelas
de los pelos.
- Conmigo no se metan esta claro!!- Exclamo
Jessica hasta que Rhonda la tomo del cuello.
- Las soltas. – Ordeno. Y en ese preciso
momento, entraron las Madres. Fue en ese preciso momento en donde, como si
fuera en cámara lenta, Annie observo con lastima como le quitaban su liston a
Rhonda, y con felicidad vengativa como se lo quitaban a Jessica. Cuando vio que
Amy también termino sin su liston, comenzó a llorar sabiendo que compartiría su
destino. Apenas alguna presto atención al sermón ante la horrible noticia de
que finalmente estrenarían el purgatorio las de su dormitorio. La noticia cayo
como un balde de agua fría a las 4.
- Q-Que vamos a hacer? Viste como salen las
chicas de ahí? Quiero irme a casa, voy a llamar a papa..- protesto Annie.
- Al fin les van a quitar lo…- Se quejo
Jessica, callándose al final. Molesta, tomo sus cosas y se fue. “Como sea…”
Penso, intentando quitarle peso a la situación. Pero por lo que vio en otras
alumnas la situación tenia demasiado peso. Sintio muchísimo miedo y sacudió su
cabeza. “No va a doler mas que los cintazos de papa…” continuo pensando.
Recordo el ridículo mameluco de castigo y continuo diciéndose “No es nada…”
Rhonda continuo en silencio, estatica. Pero
las gemelas no dejaban de quejarse y protestar. Si no discutían se quejaban,
sino, se peleaban entre ellas.
- Esto fue tu culpa!! Tu tuviste la idea.
- Y quien empezó la pelea?
- Yo no empece la pelea.
- Chicas…- Dijo Mariela, intentando
tranquilizarlas. – Si las descubren peleando…
- Yo voy a hablar con papi. Ya no quiero
estar mas aca… - Se quejo Annie.
- Ahora es nuestra próxima clase…
- Y que? Lo voy a llamar y le voy a decir
que nos saque de aquí.
- Annie, si no van a su próxima clase las
van a castigar…
- No nos van a castigar, por que ya no
vamos a estar encerradas aca. – Protesto Annie molesta.
- Annie… - Dijo Amy preocupada por su
hermana.
- Hasme caso y vamos a llamar ¡!
- Son las 6 AM, no creo que nos atiendan. –
Se quejo Amy.
Ambas hermanas, se fueron a donde se realizaban
las llamadas. Peleandose por el único teléfono del lugar, insistieron varias
veces en llamar a sus padres, sin ningún tipo de éxito.
- Deben estar de viaje… - Dijo Amy. Los
ojos de Annie se llenaron de lagrimas, mientras recordaba todas las chicas en
mameluco de castigo que vio. Se los limpio y dijo: Pues a mi no me van a hacer
nada. Si mis papas supieran lo harian.
- Annie, ya es nuestra primer clase… Si no
vamos… - Suplico Amy, un poco mas realista que su hermana.
- Como sea!!- Protesto Annie.
Ambas hermanas caminaban juntas en
silencio. Antes de la clase, todas estaban en su habitacion. Stella llego para
el chequeo de uniformes habitual. Las chicas, obedientes, esperaron al lado de
su cama. Todas menos Annie. Stella la observo de reojo a la niña, cruzada de
brazos, con sus ojos llenos de lagrimas. Dedujo la razón rápidamente, pero sin
embargo la ignoro. Reviso con detalle el uniforme de cada una, incluyendo el
vergonzoso chequeo de ropa interior. Cuando fue el turno de Annie, pregunto en
vez de castigar.
- ¿ Por que no esperas tu revisión como las
otras?
- Nosotras ya nos vamos. Ya no queremos
estar mas aquí. No pude hablar con mis papas, pero cuando lo haga pasaran por
nosotras.
- ¿Y se puede saber la razón de eso?
- No! – Respondio Annie molesta. Stella
fácilmente podría darle un buen castigo por eso, pero decidio ser paciente.
- No seas maleducada. Dime por que
decidiste tan repentinamente que podrias convencer a tus padres de que te
salgas de aquí. ¿Es acaso por que te quitamos tus listones?
- Si!!- Se quejo Annie.
- ¿Y como planeas convencerlos? ¿Contandole
las razones por las que te los quitaron? Por que mejor no mencionas en voz alta
la razón por la que te quitaron cada liston.
- N-No… No quiero.
- Es una Orden señorita. Y mientras sus
padres no vengan por usted, sigue siendo una alumna de Saint Francis. Considere
que he sido muy paciente con usted. Digalo, YA mismo.
Annie bajo su cabeza avergonzada y murmuro.
– Por pelearme… Pero yo no lo empeze.
- Es absolutamente incorrecto que una
señorita se pelee como un animal. Cualquier alumna de este instituto se queda
inmediatamente sin listones al tener un comportamiento similar. ¿La otra razón?
Annie continuo cabisbaja y Stella Insistio:
Con la cabecita alta, como si estubieras diciéndoselo a sus padres.
- Mentir e intentar espiar en su oficina…-
respondio suspirando.
- Espiaste en su oficina? – Se sorprendio
Mariela.
- ¿Piensas contarles eso y decirles que te
saquen por que no quieres ser castigada?- Insistio Stella. Annie nuevamente
bajo la cabeza y no contesto.
- Hasta que lo hagas y ellos vengan a
buscarte, seguiras las reglas. Sere paciente ya que es tu primer visita al
purgatorio y no será fácil. Aun asi, no estabas lista como las demás para tu
inspección, y fuiste maleducada conmigo. No puedo darte un trato especial. Son
dos castigos. Sin embargo sere considerada y te dare una advertencia antes de
darte la orden de obedecer uno. Tu cola necesitara toda la resistencia posible
para soportar el purgatorio. Ahora decide, Llamas o Arrepentimiento. – Ordeno
Firmemente Stella.
Deprimida, avergonzada y asustada, Annie
fue al rincón, adoptando la posición típica y comenzó a rezar. Rapidamente
comenzó a llorar de la preocupación al hacerlo.
La primer clase fue un desastre. Jessica
estaba muy nerviosa y preocupada, y lo transformaba en bronca. Rhonda,
totalmente abstraída. Y las gemelas, muertas de miedo, apenas podían
concentrarse en algo. Debido a la advertencia de Stella, ambas se la pasaron en
el rincón, y para cuando termino la clase, tenían sus rodillas ya rojas. Por su
parte, Jessica y Rhonda, fueron varias veces nalgueadas. Mariela y Alice solo
observaron la clase, a la expectativas de sus compañeras.
Ya
en el recreo, cansadas de tanto castigo, las chicas tomaron caminos diferentes.
Rhonda no tardo nuevamente en desaparecer. Jessica se quedo en la sala de ocio,
negándose a estudiar con las demás. Ni que la vieran. Si, estaba muerta de
miedo, y trataba de manejarlo sola, sin mostrárselo a nadie. Su padre la había
criado a cintazos, pero su cola nunca quedo tan roja como la de las chicas del
purgatorio. ¿Y varazos? Nunca había recibido un varazo antes. Recordaba como
herbia la piel luego de los cintazos, y recordaba el humillante mameluco de
castigo. ¿Rezar frente a todas en la sala de ocio? “No importa…” se repetia a
si misma, con la pared roja frente a ella, como si estuviera esperándola.
Rapidamente se fue del salón de ocio hacia el patio, aunque todo parecía
recordarle lo que venia. Y hasta sentía que escuchaba conversaciones a cada
rato acerca del tema. Se estaba volviendo loca. “No importa…” Pensaba de
vuelta. Y pensaba en las tontas gemelas. Sus padres serian capaz de salvarlas a
esas bebitas consentidas. ¿En cambio ella? Sus hermanas se burlarían, y su
padre le diría que es exactamente lo que merece.
En cuanto a las gemelas, Mariela intento
acercarse a ellas, pero estaban totalmente histericas. Annie intento nuevamente
llamar a sus padres, pero nada.
- Deben estar de viaje. – Penso Amy.
- Tienen que sacarnos de aca!- Protesto.
Amy abrazo a su hermana y dijo: Annie, sabes que no nos van a sacar, ¿no
escuchaste a Stella?
Annie naturalmente volvió a llorar: Tengo
miedo…
- Yo también…
- No sentís que todas nos miran? Parece que
saben lo que nos va a pasar.
-
Debe ser por los listones. –
Mariela que estaba cerca, sintió muchísima
preocupación y lastima por ellas. Se acerco y les dijo: Tranquilas… seguro será
algo rápido. Y … yo las voy a ayudar.
- Ayudarnos como? Dibujandonos?- Se quejo
Annie. Eso fue un golpe duro para Mariela quien bajo su cabeza deprimida.
- Perdonala, solo tiene mucho miedo. – Dijo
Amy.
- N-No… tiene razón… lo siento…- Dijo
Mariela, dispuesta a contar la verdad. ¿Cómo podia ser tan horrible como para
burlarse de ellas con sus dibujos?
- Solo dejanos vengarnos… no es justo que
solo nos castiguen. Nosotras también queremos tener poderes.
Mariela sonrio.
Amy era mas madura de lo que pensaba. Y annie definitivamente muchísimo menos
tierna.
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