- Chicas,
estudiamos juntas? – Pregunto Rhonda. Annie y Amy la miraron asombradas.
- S-Si… claro. -
respondieron al unisono.
La primer semana luego del domingo de gala
fue mucho mas tranquila y un descanso para todas. Salvo para quienes andaban en
mameluco de castigo, que en si eran muchas. Practicamente el 20% del Internado.
Y aunque ya estaban inmersas en la rutina,
el domingo de gala, y por sobre todo los castigos de la directora las afectaron
mucho a todas.
Rhonda finalmente asumió que pasaría mucho
tiempo ahí con sus nuevas compañeras. Intento ser mas sociable con quienes
siempre la buscaban para estudiar o pasar tiempo. En especial con Annie a quien
empezó a practicar peinarla y hacerse trenzas ellas. Juego que Annie adoraba.
Jessica se propuso controlar mas su furia.
El castigo fue humillante y nunca sintió tanta impotencia en su vida. Tuvo que
tragarse su orgullo para poder concluirlo, y termino entendiendo que podría
volver a pasar por lo mismo cada mes.
En cuanto a las gemelas, nunca se habían
sentido tan inmaduras en su vida. No eran nalgueadas y mandadas al rincón desde
sus 10 años aproximadamente. Era un castigo infantil, de niñas, frente a todas.
Y lo peor, no podían cumplirlo, siempre alguna se movia. Jessica siempre se
burlaba de ellas, y ahora tenia una nueva razón muy efectiva.
Mariela sentía un mix de sensaciones en su
interior. Por un lado, gracias a Alice, se salvo de un humillante castigo. Le
aterraba pensar que pasaría por lo mismo si no cumplia con todas las
exigencias, y cuando recordaba la foto sentía su cara caliente. Pero por el
otro, aunque le daba lastima y tristeza recordar las lagrimas de sus
compañeras, también le daban mucho morbo. Intento contenerse, pero al final
cedió a la tentación, alquilo su carpeta y termino dibujándolas, esta vez a
escondidas.
¿Y alice? Alice fue premiada por haber sido
felicitada por la directora. Tenia puntos de sobra y lo primero que hizo fue
presumir una elegante blusa blanca, que usaba junto a su falda cuadrille del
internado, y que le daban un estilo muy intelectual. Considero que lo mejor era
gastar sus puntos en eso, la imagen era muy importante.
Alice, anoto en su biblia, varias
conclusiones importantes. El domingo de gala, de cierta forma, supervisaba lo
que sucedería en el mes. Esto hacia que deban ser especialmente cuidadosas. ¡¡No
podia ni imaginarse la humillación de que Carl la vea recién castigada!! Debia pensarlo dos veces antes de
invitar a alguien.
- Me siento un robot…- Protestaba una y
otra vez Jessica, mientras comia junto a Mariela y Alice.
- Hoy… esta llena de chicas en mameluco y
uniforme de novata…- Penso Mariela en voz alta.
- Y ya es martes... – Contesto Alice. –
Pero la fila para el purgatorio ayer no fue muy larga. Seguro fue por el
domingo de gala… -
- Diganme, no parece un robot Stella? Ya me
tiene cansada. Si viene seguro es por alto. – continuo protestando jessica.
- Jajajaa, capaz si sea un robot.- Se quejo
Mariela. – Hoy volvió a hacer chequeos… los odio. –
- Pues esta mucho menos estricta que la
semana pasada. Y ambas están mucho mas ordenadas últimamente. – Corrigio alice
a ambas.
- ¿Estas de su lado? - Se quejo jessica.
- Yo… estoy del lado de lo que me conviene.
Y me conviene hacerles caso. ¿Si ya sabes como son, entonces para que les haces
la contra…? –
- Es que me da tanta bronca…. Ojala
pudiera…- Protestaba Jessica apretando su puño.
- Y por eso vivis en uniforme de novata. –
Se encogio de brazos alice. – Recuerda que hoy tenemos tarea. –
Avergonzada por estar usándolo, Jessica se
quedo callada, sonrojada y molesta. Aun no conseguia los puntos suficientes
para alquilarlo, a diferencia de Mariela y Alice. Ahora que ya notaron que
ahorrando puntos podían optar por usar algo mas juvenil, llevarlo puesto tenia
una connotación vergonzosa. Entre las mismas alumnas, solian bromear y tratar
como niñas a quienes debían usarlo. Y las monjas lo alentaban. En especial
Ortiz, quien solia tratar con un tono infantil a quienes aun lo llevaban. Capaz
por la ternura que les inspiraban las alumnas en el, o solo para humillarlas
como motivación extra.
- Capaz son robots y te quieren convertir
en robot Jess. – Bromeo Mariela.
- Jajaja, y ya convirtieron a Alice parece.
– Contesto Jessica.
- Como quieras. Gracias a que yo si hago lo
que corresponde, tengo puntos hasta para darle a ustedes dos si quiero. ¿Y
gracias a mi no lo conociste a Carl?
- Shhh…. – Protesto Jessica
sonrojada. – Si se enteran termino como ellas… Aparte… - Murmuro y luego hizo
un silencio. Acercandose al oído de Alice, dijo: Mira… el y yo hablamos. Y
quiere visitarme. Pero quiero verlo antes del domingo. El dijo que… hablen. –
- No te preocupes. Yo me encargo. – Sonrio
Alice.
- ¿Como puedo agradecerte?
- Somos amigas, las amigas nos hacemos
favores. – respondio. – Y me gusto la idea de la monja robot. Justo yo le había
dicho a Mariela que me dibuje peleando contra un robot como si fuera una
superheroina. – Menciono Alice.
- Es verdad!!! Cierto que me lo habias
dicho.- Exclamo Mariela.
- Hey Marie, dibújame dándole un puñetazo a
un monja robo. – Bromeo Jessica. – Al menos quiero poder hacerlo en un dibujo.
– Sonrio.
- Q-Que… violenta…- Penso Mariela en voz
alta. Pero ella también les tenia bronca. No la dejaban ni respirar, aunque
Stella definitivamente había bajado el ritmo y ya no las obligaba a hacer
reverencia. – Esta bien!! Cuando saque mi carpeta te dibujo. – contesto.
Luego de comer,
Alice llamo por teléfono a Carl. Luego de conversar unos minutos, pensó
“Perfecto.”
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- Rhondaaaa, me cepillas mi cabello?-
Pregunto annie, ya en camison.
- Annieeee!- Protesto Amy .
- Queeee? – Se quejo imitándola.
Amy se cruzo de brazos super celosa viendo
como su hermana efectivamente iba con su peluche y el cepillo al lado de
Rhonda. Rhonda se había vuelto mucho mas complaciente con Annie. Comenzo a
cepillarle su cabello hasta que Annie empezó a quedarse dormida. Amy por su parte
se tomaba la cabeza. “Asi quiere que maduremos… Hace lo mismo que hacia
cuando…” Protesto.
- Amy!! Necesito hablar con vos. – Insistio
Alice.
- Si alice? – Sonrio Amy, mostrándose un
poco exceptica.
- Ven. – Dijo y la tomo del brazo, ambas
terminaron hablando en voz baja. – Necesito que me hagas un favor. – Dijo
guardando silencio. Alice recordó vagamente, que una gemela era la hiperactiva
y la otra era la floja. Intento recordar cual era cual, ya que la hiperactiva
le servia mas. La floja era muy miedosa. Reviso el nombre de la chica en su
camison y aposto a que era amy. Solia confundirselas bastante, y tanto con
ellas no hablaba.
- Amy… recuerdas que te pedi un escondite?
- Si, el que uso jessica para co….- Dijo y
Alice le tapo la boca.
- Estas loca? – Protesto.
- L-Lo siento…- Murmuro con las manos en su
boca.
- Bueno, el escondite es ideal. Pero hay
una enredadera que cubre la reja hacia el otro lado. Y se que tu y tu hermanita
son muy curiosas. – Explico.
“Otra vez tratándonos como nenas…” se quejo
Amy, pero la dejo continuar.
- Conoces una forma de abrir esa
enredadera, ¿para que podamos acceder al otro lado?
- Si queres escapar es imposible…- Se burlo
Amy poniendo sus manos en la cabeza. – Terminarias con mameluco de castigo y el
culo lleno de varazos. –
- No, no es escapar. ¿Cómo crees?. Tu me
entiendes Amy a que me refiero. Dale, yo se que en verdad no son unas bebes. –
Bromeo Alice. Y dio justo en el clavo.
- Si, obvio que se a que te referis. – Dijo
Amy, sin saber a que se referia. – Y lo haría, pero si es para Jessica, no lo
hago ni en pedo. Ella nos trata mal siempre. – Se quejo.
- Bueno, nosotras tenemos que ser amigas
como tu dijiste. ¿No recuerdas? Mira, a cambio pueden ir a estudiar con
nosotras a la biblioteca, y yo las ayudo a estudiar. No van a querer ser
castigadas de vuelta el domingo de gala. –
- Ummmm…- Penso Amy.
Estaba particularmente preocupada por eso.
A pesar de que se esforzaron no alcanzaron a aprobar. Le daba miedo recibir
otro castigo humillante el domingo de gala. Cuando lo recordaba se sonrojaba. Y
sumado a eso, dependía de los puntos de los exámenes. Todos los reprobo asi que
ya no tenia puntos. Era muy vergonzoso andar en uniforme de novata y ni podían
salir afuera. Sumado a que la loca de Stella no les daba ni un segundo de paz.
Pero ya no tenia un liston, y el purgatorio le daba terror. Cuando veía una
chica en mameluco blanco ni se animaba a verlas.
- Si quieren podemos prestarle nuestro
escondite secreto. – Dijo Annie.
- Annie…- Protesto Rhonda.
- Necesitamos buenas notas… y puntos…- Se
quejo Annie.
- Esta bien. – Contesto Rhonda. Suspiro y
recordó las palabras del asistente. Era mejor adaptarse. – Pero vamos a la
biblioteca las 3. – Insistio, refiriéndose a ella junto a las gemelas.
- Esta bien… las 3. – Contesto Alice.
- Acercate. – Dijo, y las 4 hablaron
juntas. – Ya le hice un corte yo… hace mucho…- Comento. – De ahí me hice unos
amigos… es una larga historia.
- Amigos? – Preguntaron ambas gemelas al
unisono.
- La enredadera tiene unos augeros… -
Contesto Rhonda. Y en voz baja explico: Robe unas tijeras… Aun no las devolví…
Y llame unos chicos. Me pasan alcohol y porros. – Explico.
Las gemelas nunca habían escuchado
mencionar la marihuana antes. Alice si.
- Pero no quiero que nos descubran. Si
quieren ir ahí tienen que seguir mis reglas. – Insistio.
- Por supuesto- Dijo Alice notando que
Rhonda se adelanto a sus planes. – Pero que tan seguro es? – Pregunto. Bajo la
voz y le dijo al oído. – Carl me paso un poco, lo escondimos por ahí, si hay un
escondite mejor.
- Un poco? Cuanto es un poco? –
- Una petaca y 6 churros.
- Como hizo para pasar tanto?
- Es un internado de señoritas no una
prisión, ¿quien lo va a revisar? El problema es que no quiero que nos
descubran. –
- Bueno, no hay que ser estupida. Solo eso.
–
- Rhonda y yo elegimos el lugar. ¡Es super secreto! – explico annie.
- Por eso no dejabas de revisar arbustos…?
– Pregunto Amy.
- Elegimos la ubicación perfecta. –
Continuo explicando Rhonda. – Luego de la primer clase, te muestro donde es. –
Continuo.
- A mi sola? –
- No quiero que nadie nos siga, solo vamos
de a dos. –
- Mira…. Se que te preocupa que nos
atrapen. Pero yo me he estado fijando. A partir de las 6, las monjas nos
ignoran completamente. Solo se fijan en quienes no tengan sus listones. Los
sabados y domingos a partir de las 8 solo ven el salón de ocio. Apenas sean las
6, podemos ir esta bien?
- Aun asi vamos
solo nosotras 2. – Aclaro Rhonda.
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Habian pasado dos semanas desde el domingo
de gala anterior. Y mientras Stella preparaba el informe, Ortiz continuaba
quejándose. Se encontraba bastante molesta por el famoso sistema de Stanford.
Pero mas que nada, enfadada por ser la que castigo a Jessica, y no a las
gemelas en sus piernas como hubiera preferido. Si en este momento, alguien le
preguntara a Ortiz como se siente, respondería muchísimas excusas. Y quizá eso
es lo que provoca el conflicto con Stella. Pero la verdad oculta, casi
inconsciente son las siguientes dos cuestiones.
Por un lado, debido a su condición de
Monja, las chicas son la mayor cercanía a la maternidad que Ortiz tendrá en su
vida. Su instinto maternal se manifestó fuertemente, y es muy conflictivo para
ella. Intenta mostrarse fuerte y estricta, pero muchas veces se derrite por
ellas, y la única que hasta ahora ha dejado que la abraze fue annie.
Y por el otro lado, hay una razón igual de
importante. Desde niña, Ortiz crecio asistiendo al instituto Saint francis.
Padecio su estricta educación y sus severos castigos. Y quizo ser maestra, por
vocación. Le atemorizaba hacer pasar a sus alumnas por las vergonzosas cosas
que ella había pasado. Pero desde que recostó a la fuerza a Jessica en sus
piernas y la dejo derrotada y con su cola hirviendo sintió una mescla de
sensaciones muy grandes. Y entre todas las sensaciones, había una prohibida que
la motivaba a seguir hasta sastisfacerse. Dicha sensación es el placer, de
dominar, de someter o de humillar. Su voto tenia prohibido tal sensación, y
Ortiz fingia que no existía. Que no era viable. Con un millón de excusas y
justificaciones, alimentaba esta sensación cuyo limite parecía no tener fin. Si
la tecnología de la época lo permitiera, filmaría cada una de las muchachas
durante los castigos. Pero no todos sus castigos. Nalguearla a Jessica en sus
piernas fue perfecto. Era tratada igual que una niña, regañada, sometida, y no
podia escapar. Recordaba la imagen una y otra vez. De la misma forma que ama su
ritual de despertar a Annie en sus piernas con una nalgada. Varias veces
aprovecho y dio mas de una. A pesar de la insistencia de Stella, de seguir el
método protocolar de castigos. El método protocolar de castigos, no significaba
nada para ella. Dificilmente sabia quien dominaba a quien. Ella solo contaba y
las alumnas aterradas elegian el castigo que mas preferían. ¿Acaso eso es un
castigo? ¿Qué ellas puedan preferir lo que quieren? Como puede imponer respeto,
u orden, cuando solo puede dar una elección. El purgatorio se le hacia
excesivo. Mil veces protesto con Stella, que deberían permitirle tomar a esas
mocosas de la oreja, recostarla en sus piernas, y dejarle la cola roja como las
niñas pequeñas que en realidad son. Estas quejas, si no quedan en la nada,
generan conflictos a cambio. Ha apreciado varias veces, indignación, bronca,
vergüenza, dolor y resignación en sus alumnas, mientras resisten los azotes.
Pero no es lo mismo… Al menos se asegura que cada visita al rincón sea bien
vergonzosa para ellas. O que quienes tengan la cola roja, recuerden a cada rato
su mal comportamiento. Pero no es lo mismo……
¿Cómo puede ser que no nos dejen nalguearlas
a cola desnuda? ¿ Que cada cosa se solucione con 20 azotes? Claro, asi yo
también haría lo que quisiera, total luego elijo el castigo que menos me
molesta y ya!! En el instituto no es asi. La de veces que habre pataleado en
las piernas de Miss Hamilton por decir la MITAD de las cosas que dice Cintio
diario.- protestaba Ortiz.
- Y
lo peor, la Directora, la que las obliga a seguir este tonto sistemita, se
abusa de el. Uso el informe minucioso que ambas estuvimos obligadas a hacer, y
ahora las pupilas están aterradas de los castigos que ELLA le pueda dar. Solo
por que les da el castigo que ellas no eligen y tiene un dia para pensarlo. ¡Es
injusto! Ellas deberían temernos a nosotras no a ella ni al purgatorio.¿¿ Somos
quienes la cuidamos diario no es asi?? – Continuo quejándose Ortiz.
- No es tan fácil como te imaginas. El
sistema funciona, Doy fe. – Contesto Stella, basándose en su propia
experiencia.
“Claro, por que a ti te toco nalguear a las
gemelas” Protesto Ortiz para sus adentros. Gran parte de su bronca era
precisamente, que Stella pudo hacer lo que ella quería desde el dia uno.
Nalguear a las chicas como niñas pequeñas, como lo hizo con Jessica. “Es muy
distinto…” pensaba Ortiz. “Rapidamente determinas quien es la adulta y quien es
la niña a quien van a corregir” Continuaba argumentando. “Una vez atrapada en
tus piernas, no te limita un numero. Solo la reacción de la pupila que esta
indefensa en tus rodillas. Si ella demuestra que se comportara como una
señorita que aprendio su lección…” Pensaba. Recordaba lo poco que pudo ver del
castigo, mientras se encargaba de Jessica. Como ambas pataleaban, lloraban, y
suplicaban perdón. Como iban y volvían del rincón resignadas. Y sus bailecitos
de dolor. Y lo vergonzoso que debio haber sido para dos chicas que siempre
intentan demostrar que son grandes. Sus caras rojas. ..
“Castigar a Jessica estuvo divertido igual…
A esa mocosita malcriada le di una buena lección y ya no anda tan provocadora
conmigo. “ Penso. Y se detuvo en el pensamiento “¿Mas divertido?”. Rapidamente
se justifico. “Las chicas necesitan que las guien. Ellas necesitan disciplina y
constancia.” Sabia para sus adentros que disfrutaba de humillarlas y
someterlas. Y a pesar de la culpa que a veces le daba y que las consideraba sus
tesoros, sabia que ese placer era mejor que un displacer. Y que de todas formas
tenia la orden de ser lo mas estricta posible con ellas.
- Las chicas se han portado bien
últimamente. Parece que el domingo de gala tuvo la impresión deseada….- Comento
Stella. – Sus notas y tareas han mejorado mucho. –
- Pffff…. Estoy segura de que algo raro
están tramando. Mi sexto sentido me lo dice. -Insistio Ortiz.
Stella solo se guio por lo tangible, el
informe detallado con castigos recibidos, escogidos, y puntos asignados.
- Sin embargo, si bien han mejorado
bastante desde que llegaron… Todavia tienen torpeza con algunas cosas. Hay
ciertos patrones de conducta que parece que aun no podemos modificar. Uniforme…
higiene… llegadas tarde… desobediencia… orden… - Comento.
- Esa Alice, finge ser una angelita pero
algo tiene entre sus manos. – Continuo comentando Ortiz, no muy interesada en
lo que Stella comentaba. A ella no le interesaba ni el método disciplinario ni
criar robots.
- Por eso necesito tu cooperación Ortiz. Si
haces chequeos constantes veras que esos comportamientos rápidamente
desaparecerán. – exclamo Stella.
- A mi me preocupa mas saber en que andan
metidas, que dos botones mal puestos del uniforme. Es muchísimo mas importante.
Aparte no van a cambiar nunca. Si total, eligen lo que mas le conviene y se
salen con la suya. – continuo quejándose Ortiz. – Hay que descubrir en que
andan metidas. -
- No seas terca. Es importante que corrijan
rápidamente esos errores para el informe. Si eres constante veras como esos
patrones de mal comportamiento rápidamente desaparecerán. Solo tienes que ser
constante como yo. El resto no depende de ti. Si son descubiertas haciendo algo
grave, serán enviadas al purgatorio. – Sentencio Stella.
Ortiz, disgustada con el comentario,
sugirió: Vayamos a hacer un chequeo… deben estar en su habitacion. Falta poco
para que comienzen sus clases. –
Mientras llegaban, comenzaron a escuchar
gritos. Alarmadas, se acercaron rápidamente a la habitacion y vieron a Jessica,
con las manos de una de las gemelas atrapadas en las suya, y tomando de la
trenza a la otra que no dejaba de pegarle. A su vez, Rhonda tomándola del
cuello. La cantidad de groserías que soltaban las 4 no tenían nombre.
- Me quieren decir que están haciendo??-
Las regaño Ortiz.
- Esto es intolerable.- Sentencio Stella.
Se acerco y tomo el ultimo liston de Rhonda y Jessica. Jessica puso un gesto
muy grande de espanto, y comenzaron las protestas. Apenas tomo el de Amy, Annie
comenzó a llorar.
- No por favor, no por favor!!!-
Todas comenzaron a meter excusas, y echarse
la culpa. Hasta rhonda.
- Esta enana estupida me llamo Burra Vaca.
- No dejas de molestarnos!!
- Me estaba pegando.
- Yo solo la defendi!!
Finalmente las 4 quedaron sin sus listones
y con una cita al purgatorio. La cara de terror, de las gemelas, con sus ojos
llenos de lagrimas quedo grabada en el cerebro de Ortiz.
- P-Pero… P-Pero…!!!- Continuo suplicando
Annie.
- Ese comportamiento es INTOLERABLE para
una señorita. Pronto será su clase. Se preparan y asisten a ella. Habra
chequeos apenas lleguen, y necesitaran toda la resistencia que puedan para la
tarde.- Ordeno Stella, llevándosela a Ortiz.
Otra vez en su oficina, Ortiz protesto.
- Al purgatorio? Les quitaste sus
listones?? Se supone que ambas debemos encargarnos de eso!! No podes decidir
por las dos!!-
- Tu dices que merecen 20 azotes por
pelearse? Ese comportamiento es digno de ir al purgatorio.
- Yo creo que se podría resolver…
- Mandandolas al purgatorio!- Levanto la
voz Stella. – No recuerdas el sábado anterior al domingo de Gala? –
- si… Tanto te preocupa que nos castiguen?
– Se quejo Ortiz. Naturalmente ambas monjas novatas son castigadas por el mal
comportamiento de sus pupilas. Fue solo una advertencia que le ayudo a tener mas empatía con la situación de sus
alumnas.
- Todas las alumnas del Internado, al menos
una vez al mes van al purgatorio. Tu eres demasiado blanda con ellas. Ya
deberían haber ido. En especial Rhonda y Jessica. ¡¡Las gemelas estuvieron
espiando nuestra oficina y no las mandaste!!
- Creo que con la amenaza es suficiente…-
Respondio Ortiz, sintiéndose menos fuerte.
- Como sus Dorm Mom, nuestra obligación es
acompañarlas en el proceso. Nunca participaste en un purgatorio no? – Pregunto
Stella. Ortiz odiaba esa sobervia de su compañera, igual de novata que ella.
- Tu si? –
- SI… - respondio y puso un gesto de
suspiro. Intentando calmarse contesto suavemente: No creo que tengas el
estomago para verlas en ese estado. Debes entender que el sistema es asi y
debemos seguirlo. Acompañarla costara un poco. –
- Se como es el purgatorio. – Se quejo
Ortiz. Claro, solo se lo habían explicado como funcionaba. Y aunque un poco la
entusiasmaba, le daba miedo la seguridad de las chicas.
- Annie llora con una nalgada… no se si
soportara el cane. Espero que las Maestras Disciplinadoras no exageren con
ellas. – Continuo mencionando preocupada.
- “Maestras”… - Se quejo Stella. – Su único
trabajo es pegar lo mas fuerte que puedan con un cane y se hacen llamar
Maestras. – Protesto, con bastante resentimiento. Ortiz noto como una mano de
Stella inconcientemente se dirigía a su trasero. – No te prestaran atención .
Se supone que deben ser imparciales. – Comento.
Ortiz noto nuevamente resistencia por parte
de Stella. Dedujo que su crianza en el internado fue difícil. Algo raro también
había en ella.
- Hoy será un
largo dia….- Penso en voz alta.
que feo que te hayan tenido que operar pero espero que estés bien
ResponderEliminarDeseando leer el castigo en el purgatorio... Cuídate mucho. Besos
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