miércoles, 7 de diciembre de 2016

cap 23

- Asi que ahí estas. Te estuve buscando. – Dijo un hombre, canoso, en traje negro.
Rhonda se sintió intimidada y avergonzada de ser vista en esa situación. Salio de su pequeño mundo blanco y rosa, y volvió a ser la chica que era siempre.
- ¿Qué queres?
- Tu padre me envio, para ver como estas. Y por lo visto estas bien. Debo quedarme hasta que me den el informe de tu comportamiento. – Menciono el hombre de traje.
- Bueno, informale de mi parte que ni piense que voy a estar encerrada aquí mucho tiempo. –
- Segura? – Dijo el. – No creas que este lugar es una prisión… Pero el uniforme de Saint Francis es muy bien conocido en la zona. ¿Pensas escapar? Terminarias en el purgatorio. –
“Sabe del purgatorio…. Leyo las reglas…” Penso.
- Si, me informe. Tambien se que se te exige un comportamiento impecable, y que por eso no me estas intentando golpear.
- Las veces que lo hice fueron justificadas Damian. – Se quejo.
- Si tu crees que se justifica golpear a alguien que le ordenaron averiguar sobre ti…-
- No voy a dejar que me abandone en este basural!!
- Ay nena!!- Dijo y le tomo los hombros. – Deja de intentar revelarte al mundo.
- Sueltame o llamo a las monjas!!-
El la solto y continuo: Sabes lo que costo inscribirte aquí?
- Si, lo se. Son todas niñas mimadas. Me di cuenta el primer dia.
- Pues si tienes en cuenta lo que le paso a tus compañeros, tu también eres una niña mimada.
- Que te….!?- Protesto Rhonda. Pero enseguida se contuvo. El hombre se sento en uno de los asientos.
- Tu padre decidio que te quedes aquí. No va a cambiar de opinión. Si intentas escapar, cuando te atrapen volveras aquí. Deberias resignarte.
- Ya… me resigne. Solo que no me sale hacerlo…- Suspiro cabisbaja. Vio sus gigantescos moños al hacerlo. “Asi se sentían las niñas…?” Penso. Sintio sus ojos llenarse de lagrimas frente a esa infancia que nunca tuvo.
- Aquí te darán la educación que nunca tuviste. Y finalmente dejaras las drogas. Te endereceras. Se que las medidas son extremas pero se que lograran enderezarte. -
- Callate!- Protesto, y se tapo la boca.
- Sabes… que podría contarle a las monjas de tu desubicación.
- N-No se lo cuentes… Lo siento.
- Aprende a valorar lo que tienes. Es algo que te va a servir toda tu vida…. Ahora tienes el Saint Francis. Valoralo por ti, no por tu padre. – Dijo.
Rhonda comenzó a lagrimear un poco, se lo limpio con sus guantecitos sin preocuparse de que se manchen. El hombre la vio, pero no le dijo nada. Solo espero.
Mariela por su parte, se había alejado de sus sofocadores padres. Pero tenia alguien peor, su hermano.
- Ayyyyyyyyyyy!!!- Se quejaba, mientras el no dejaba de apretarle los cachetes apenas se distraía. – Ya déjame!!!- Protestaba pegándole.
- No puedo evitarlo. Te ves tan tierna hermanita…- Bromeo. Roja como un tomate, bajo su cabeza. El la abrazo y dijo: No te deprimas. No creas que a mi me va mejor en el colegio militar.
- Como saberlo… al menos no te visten como niña.
- Que exagerada. Ni que fuera tan malo. Aparte sabes? Por alguna razón te veo mas contenta que las veces que me dejaban ir a tu casa.-
Mariela se encogio de brazos y luego vio a las gemelas.
- Mira, alla están las gemelas. – Dijo, sonriendo.
- Son tus amigas no?
- Mis amigas…..
- Si, por algo sonreís.
Ambas estaban aburridas y apenas la vieron a Mariela, se acercaron corriendo a verla.
- Marie aca estas!!!- Dijo Amy.
- Te estábamos buscando. Estamos aburridas. – Dijo Annie, y luego se dio cuenta de que su hermana no lo dijo al mismo tiempo que ella. Y rápidamente se dio cuenta por que.
El hermano de Mariela, era alto, de tez blanca, de pelo negro y ojos como los de su hermana. Tambien llevaba anteojos. Amy, al verlo, sintió una fuerte sensación que fácilmente se confunde con el amor.
- Hooooola…. Es tu hermano? Holaaaa, soy Amy …
- Como te llaaaaaamas???- Pregunto Annie entusiasmada.
“Mierda…” Protesto Amy. A su hermana siempre le gustan los mismos que a ella.
- Soy Robert. Y ustedes supongo que son Annie y Amy hastur no es asi?
- Wooooow, Como supiste? -
- Esta escrito en nuestra ropa… Tontas…- Se quejo Mariela señalando su nombre en su vestido.
- Jajajaja… es cierto…- Se sonrojaron las dos.
Mariela odiaba cuando las chicas se comportaban asi con su hermano. No creo que las gemelas fueran de ese tipo de chicas. Ambas comenzaron a comportarse muy servicialmente con el hasta el punto de volverse un poco sofocantes. Cada cosa que el decia la festejaban de forma obvia, o riéndose, o asombrándose, de lo que sea.
Mariela, molesta, se quejo.
- Perdonalas… son muy hiperactivas. Pero son muy simpáticas.
- Si, son dos nenitas re tiernas. – Dijo el.
- Nenitas?!Tenemos 15 años!!- Protesto Amy. Y luego se dio cuenta de que Annie estaba abrazando el brazo de Robert.
- Soy una nenita re tierna? En serio. Awww, gracias. Si queres puedo ser tu hermanita menor… Siempre quize un hermano mayor.- Insistio Annie.
Mariela se dio un facepalm y Amy protesto – ANNIE!!!!
- Que!!! En serio quiero un hermano mayor… Aparte si estamos aca y ya piensa que somos nenitas…. –
- Jajajaja…Esta bien, podes ser mi hermanita menor. Pero en juego eh?
- Wiiiii, yo también!!!???- Insistio Amy dándose cuenta que estando en el saint francis nunca podrían ser algo mas que una hermana menor. De todas formas, hermana menor es lo máximo que han sido de un chico hasta ahora. Y eso incluyendo a Robert.
- Jajaja, tu también. Tengo hermanas gemelas. – Bromeo.
- Puedo sentarme en tus piernas hermanito? – Insistio Amy. Annie la vio con cara de bronca, mientras ella le encajaba la crinolina a Robert, intentando sentarse en sus piernas. Repentinamente ambas gritaron luego de un doloroso tiron de orejas.
- Niñas… Espero que recuerden bien, que sucederá si cometen un comportamiento impropio. ¿No es asi?
- S-Si Madre Stella. – Respondieron preocupadas ambas, esta vez si al unisono.
- Pronto será el discurso, y la entrega de notas. Vuelvan con sus padres.
- S-Si!!!- respondieron, y se fueron corriendo con ellos.
- Y no corran!!- Les grito mientras se alejaban.
Mientras Mariela se agarraba su cabeza, Robert se reia.
- Es verdad son muy graciosas. Me recuerdan a ti cuando eras una niña.
- Por que?
- Tambien eras hiperactiva, cariñosa y habladora. Y usabas calzones semanales como ellas. Que gracioso que sigan usándolos. ¿En verdad tienen 15?
Roja como un tomate Mariela respondio:
- S-Si…. Son de mi clase… P-Pero… cuando…-
Mariela estaba punto de preguntar cuando se los vio, pero luego pensó que la pregunta era muy tonta.
Mientras tanto Jessica era invadida por las preguntas de su molesta hermanita menor, Cintia. -
- Es verdad que tienen una maquina de nalgadas?
- No.
- Es verdad que te sientan en una estufa?
- No.
- Es verdad que tenes que pedir permiso para comer?
- No!!
- Wow, en verdad has cambiado. – Dijo su hermana mayor, Diana. – Ya no hablas con insultos, y hasta soportas las preguntas de Cinty.
- Conosco… dos que son mas insoportables. – Bromeo Jessica.
- Ay hermanita, y vas a ir a la universidad católica. Hasta me das envidia. – Dijo con cierta malicia.
- Me estas????- Protesto Jessica. Pero inmediatamente se contuvo. Su hermana sentía bronca de que hallan gastado tal fortuna, solo para evitar que una mocosa estupida no “se desvie por el mal camino”. El simple hecho de tener garantizado el ingreso a la universidad católica haría que en un futuro tenga mas prestigio que ella. Jessica sabia eso, y se mentalizo apenas ingreso. Cuando vio una de sus compañeras acercarse, inmediatamente fue para intentar huir de sus hermanas.
- Alice, aquí estas! –

- Hola Jessica. Te presento a mi amigo, Carl.

1 comentario:

  1. en lo personal me gusta la personalidad de rhonda siempre desaparece y ni siquiera el autor sabe donde estará como buscando a wially

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