martes, 6 de diciembre de 2016

cap 22


Finalmente volvieron las Madres.
-          Ya es hora, tomen sus rosarios, y llévenlos siempre en sus manos, asi. – explico Ortiz, y puso sus manos en posición de rezo. Las chicas la obedecieron.
-          Muy bien, vayamos. – Explico. Stella la interrumpió.
En un principio, marcharon silenciosamente. Pero apenas vieron que todo el internado estaba lleno de “Angelitas” comenzaron a relajarse mas. En especial las gemelas que el vestido le quedaba a la perfeccion debido a sus cuerpitos. Acostumbradas a ser las niñas mimadas de la casa y a andar en vestidos (por que vestidos de chicas de su edad sencillamente no les quedaban) ya no sentían vergüenza y se comportaban normalmente. Cosa especialmente molestaba a Alice y Jessica, pero hacia morirse de ternura a Mariela. Amy comenzó con su comportamiento hiperactivo, y junto a su crinolina y sus saltitos, mostraba sus calzones constantemente. Pronto, Amy y annie, comenzaron con sus quejas. Ellas solian caminar siempre una al lado de la otra, pero cada dos por 3 chocaban. Sus crinolinas hacían que chocaran constantemente. Ademas de eso, sus listones y olanes en los hombros hacían que la visión de los costados este reducida.
-          Chicas. Portense bien. La próxima que hable ahora, se queda sin liston. –
Finalmente el largo grupo de angelitas, se encontraba ingresando a la enorme iglesia que se encontraba exactamente detrás del internado. Nunca la habían visitado antes. Como les ordenaron caminaron en posición, mientras el grupo de padres intentaba verlas. Finalmente, fueron a misa donde el grupo de alumnas se sento en un lado, y el de padres en el otro. Cada grupo rodeado por ambas Dorm Mom. El padre dio sus sermones, mientras todas se ponían de pie, se sentaban, o arrodillaban. Si bien, arrodillarse les traia recuerdos poco gratos, sentadas no les iba mejor. No por sus nalgas esta vez, con la crinolina era difícil sentarse y pararse, y bastante incomodo.
Finalmente, se separaron y las chicas se reunieron con sus familiares antes del primer discurso de la directora.
Al fin, el momento vergonzoso llego. Jessica se mostraba roja como un tomate mientras sus padres la abrazaban y sus hermanas no dejaban de reírse.
-          Hija… querida, te extrañamos tanto!!! – Dijo su padre.
-          Espero que te hayas portado bien. – Pregunto su padre, aun llevando su uniforme militar.
-          Si papa, me porte bien…- Protesto molesta. Las madres estaban cerca, y sabia que mandarlos a la mierda, no valdría la pena. Stella esta muy decidida.
Los padres de Mariela eran de una clase media alta y por eso les salió muy caro inscribir a su hija en el saint francis. Esta en realidad parecía ser la única alternativa y ellos lo daban todo por sus hijos. Junto a ellos, se encontraba su hermano mayor, Robert, de 20 años, aun en uniforme militar.
-          Nena estas bien, me preocupe tanto.
-          Si, estoy bien pami.
-          Te vas tan linda asi… que alegría que te estén cuidando.
-          ….Gracias Mami…- Contesto sonrojada, mientras ambos la abrazaban.
Por su parte, apenas Annie vio a su papa, tomo carrera y corrió hacia el enloquecida.
-          Papiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ¡!! – Exclamo, y salto subiéndose a su espalda. Amy se rio, Annie continua saludando asi a su papa aunque ya tenga 15 años. Luego de besos, mimos y “Que linda te ves” la devolvieron a su lugar. Y fue el turno de Amy.
Al ver a sus padres, Alice los saludo cordialmente, y hasta hizo reverencia. Una forma de mostrarles lo enojada que estaba. Pero al ver al famoso carl, de 18 años, la cara de Alice se puso roja como un tomate.
-          Nunca crei verte asi en mi vida. – Bromeo.
-          Yo tampoco… como estas carl? Tenemos mucho de que hablar…
Ustedes capaz se pregunten ¡Y rhonda? Bueno, Rhonda sabia que su padre nunca vendría a buscarla.
En unos segundos, fue el turno del discurso de la Directora. Familiares y alumnas fueron juntos a escucharlos.
El primer discurso se dirigía en un principio a las nuevas inscriptas. Informaba a las padres que gracias al Saint Francis ahora ellas eran unas angelitas como podían apreciar. Que el camino seria largo, y seria un enorme esfuerzo. Pero que podían dar por asegurado que se convertirían en niñas de bien. Los padres en si, confirmaron que sus hijas ahora eran angelitas. Esos modales tan toscos que tenian, esas faltas de respeto que cometían, todas esas atrocidades rápidamente habían desaparecido. En cambio, se veian dulces, obedientes, tiernas y angelicales. Las hijas que todo padre podría querer. El enorme gasto invertido dio sus frutos en solo un mes. Finalmente, luego del primer discurso, la Kermes comenzó. Bebidas, platillos y música sana, para toda la familia. El lugar estaba lleno de niños correteando por todos lados. Aunque el instituto solo aceptaba señoritas de 15 años para arriba, esas señoritas tenian hermanitos menores, y eran invitados. Habia un gran bullicio en donde las únicas angelitas, que parecían resaltar entre la multitud, eras las alumnas de Saint Francis. Todas se veian especialmente serviciales y ningún padre suponía que la razón era el miedo a perder sus listones.
Las alumnas, por su parte, y en esto es algo general se deleitaban al ver hombres luego de un mes. Ni siquiera eran guapos, pero a ellas no les importaba. Eran hombres. El campus se había convertido en un caldo hormonal de chicas que nunca podían salir frente a los pocos hombres que estaban. Sean hermanos o amigos de alguien, toda chica rápidamente se “enamoraba”. Pero claro, lo frustrante y decepcionante, es que no solo pasarían toda la semana en el purgatorio en caso de ser descubiertas haciendo algo impropio. Era difícil verse atractivas viéndose asi, frente a chicos de su edad que naturalmente buscaban una chica mucho mas sexy. Solo podían comportarse serviciales, pero hasta un gesto tonto como agacharse para que vean su trasero, se veía frustrado por el vergonzoso calzon del uniforme.
Al fin, todas pudieron relajarse un poco, pasarían varias horas hasta el próximo discurso de la Directora, la entrega de notas, y el discurso final. Mariela, se alejo un poco de sus padres, y vio como las gemelas sonreían de oreja a oreja sentadas en las piernas de sus papas. Parecian haberse olvidado de la bronca de haber sido dejadas aca. A veces les daba envidia, ser como ellas, sin ningún tipo de preocupaciones.
Alice, por su parte se alejo de sus padres y comenzó a hablar con carl.
-          Toma, aquí tienes. Meterlo no me costo nada. – Dijo el, dándole una petaca y 5 porros.
-          ¡Me queres decir que haces con eso aca? Escondelo por dios…–
-          Te has vuelto muy religiosa desde que viniste aca. – Bromeo.
Alice suspiro, y burlándose de si misma, movio sus hombros como si fueran alas.
-          Te vuelven loca no es asi?
-          ES… Horrible…
-          No creas que te ha ido peor que a los demás. Los fui a visitar una vez. Alla nunca hubiera podido pasar tan fácilmente.
-          Si… Si, ya lo se. Mi padre, el gran político me salvo la vida. Y ahora tengo garantizado un futuro excitoso… lleno de controles. Pero ya no quiero quejarme. ¡Te fijaste?
-          Si, El predio esta rodeado de rejas. De lado a lado. Las rejas son amplias pero tienen una larga enredadera. Podes meterte dentro de la enredadera y del lado de afuera no hay seguridad. Es un internado, no una cárcel.
-          Pff… Se nota que no lo conoces.
-          Jajaja… claro…- Dijo Palmeandole la cabeza.
-          Que te pasa?
-          Perdon… Nunca crei que pudieras verte tan tierna.
-          Yo tampoco. Cortala con eso. Mira. ¿Ves esa chica de alla? – Dijo señalándola a Jessica quien continuaba con su familia.
-          Esa? La gordita. Bueno… tiene unas buenas tetas eh…
-          No es gordita creeme. La he visto semi desnuda. Solo son estos vestidos de mierda…. Espera, me veo gorda?
-          No, no te ves gorda. ¿Que pasa con ella? – Pregunto, un poco excitado luego de imaginarse pupilas semi desnudas.
-          Quiero que te la chapes.
-          Eh? Aca? Tan asi nomas.
-          Ufff… no te va a costar nada, creeme. Recorda lo que arreglamos. Espero que ya no te lo hayas gastado y lo estes usando bien.
-          No, no me lo gaste.- Se quejo el. La vio y penso: “Nunca pensé que estaría con una chica asi… Quien sabe que planeara .”
-          Solo esperame.- Dijo y diviso a las gemelas.
Se acerco fingiendo ser amigable.
-          Hola chicas!!!
Luego de leer el historial ambas desconfiaban, pero era su compañera de cuarto y debían llevarse bien.
-          Hola Alice!!
-          Escuchen, tengo un juego re divertido para ustedes.
Mala idea, ambas pusieron cara de culo y protestaron al unisono: No somos bebes!!
-          Ok ok, una competencia? O un favor.
-          Un favor. – Dijo Amy.
-          Esta bien. ¿ Conocen un lugar, cerca de las rejas, desde donde nadie pueda verte? Ustedes son tan curiosas y siempre recorren todo. Capaz sepan.
-          Ummmm--- PEnso Annie poniéndose una mano en el mentón. – Capaz el escondite de Rhonda. Pero Rhonda se enojaría si la descubren ahí.
-          ¿Quién quiere esconderse? Alguien de aca?
Alice pensó, hasta que Amy dijo:
-          Por que… Si es una chica de aca, debe tener cuidado donde se esconda. Recuerda que si nos manchamos nuestros vestidos.
“Es verdad… Es astuta” Penso Alice.

-          Si es asi, creo que conozco un lugar. – contesto Annie. Le dio instrucciones a Alice y alice se mostro muy agradecida. Luego de eso, ambas se sonrieron mientras Alice se alejaba.

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