Finalmente volvieron las Madres.
-
Ya es hora, tomen sus rosarios,
y llévenlos siempre en sus manos, asi. – explico Ortiz, y puso sus manos en
posición de rezo. Las chicas la obedecieron.
-
Muy bien, vayamos. – Explico.
Stella la interrumpió.
En un principio, marcharon silenciosamente.
Pero apenas vieron que todo el internado estaba lleno de “Angelitas” comenzaron
a relajarse mas. En especial las gemelas que el vestido le quedaba a la
perfeccion debido a sus cuerpitos. Acostumbradas a ser las niñas mimadas de la
casa y a andar en vestidos (por que vestidos de chicas de su edad sencillamente
no les quedaban) ya no sentían vergüenza y se comportaban normalmente. Cosa
especialmente molestaba a Alice y Jessica, pero hacia morirse de ternura a
Mariela. Amy comenzó con su comportamiento hiperactivo, y junto a su crinolina
y sus saltitos, mostraba sus calzones constantemente. Pronto, Amy y annie,
comenzaron con sus quejas. Ellas solian caminar siempre una al lado de la otra,
pero cada dos por 3 chocaban. Sus crinolinas hacían que chocaran
constantemente. Ademas de eso, sus listones y olanes en los hombros hacían que
la visión de los costados este reducida.
-
Chicas. Portense bien. La
próxima que hable ahora, se queda sin liston. –
Finalmente el
largo grupo de angelitas, se encontraba ingresando a la enorme iglesia que se
encontraba exactamente detrás del internado. Nunca la habían visitado antes.
Como les ordenaron caminaron en posición, mientras el grupo de padres intentaba
verlas. Finalmente, fueron a misa donde el grupo de alumnas se sento en un
lado, y el de padres en el otro. Cada grupo rodeado por ambas Dorm Mom. El
padre dio sus sermones, mientras todas se ponían de pie, se sentaban, o
arrodillaban. Si bien, arrodillarse les traia recuerdos poco gratos, sentadas
no les iba mejor. No por sus nalgas esta vez, con la crinolina era difícil
sentarse y pararse, y bastante incomodo.
Finalmente, se
separaron y las chicas se reunieron con sus familiares antes del primer
discurso de la directora.
Al fin, el
momento vergonzoso llego. Jessica se mostraba roja como un tomate mientras sus
padres la abrazaban y sus hermanas no dejaban de reírse.
-
Hija… querida, te extrañamos
tanto!!! – Dijo su padre.
-
Espero que te hayas portado
bien. – Pregunto su padre, aun llevando su uniforme militar.
-
Si papa, me porte bien…-
Protesto molesta. Las madres estaban cerca, y sabia que mandarlos a la mierda,
no valdría la pena. Stella esta muy decidida.
Los padres de
Mariela eran de una clase media alta y por eso les salió muy caro inscribir a
su hija en el saint francis. Esta en realidad parecía ser la única alternativa
y ellos lo daban todo por sus hijos. Junto a ellos, se encontraba su hermano
mayor, Robert, de 20 años, aun en uniforme militar.
-
Nena estas bien, me preocupe
tanto.
-
Si, estoy bien pami.
-
Te vas tan linda asi… que
alegría que te estén cuidando.
-
….Gracias Mami…- Contesto
sonrojada, mientras ambos la abrazaban.
Por su parte, apenas Annie vio a su papa,
tomo carrera y corrió hacia el enloquecida.
-
Papiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
¡!! – Exclamo, y salto subiéndose a su espalda. Amy se rio, Annie continua
saludando asi a su papa aunque ya tenga 15 años. Luego de besos, mimos y “Que
linda te ves” la devolvieron a su lugar. Y fue el turno de Amy.
Al ver a sus padres, Alice los saludo
cordialmente, y hasta hizo reverencia. Una forma de mostrarles lo enojada que
estaba. Pero al ver al famoso carl, de 18 años, la cara de Alice se puso roja
como un tomate.
-
Nunca crei verte asi en mi
vida. – Bromeo.
-
Yo tampoco… como estas carl?
Tenemos mucho de que hablar…
Ustedes capaz se pregunten ¡Y rhonda?
Bueno, Rhonda sabia que su padre nunca vendría a buscarla.
En unos segundos, fue el turno del discurso
de la Directora. Familiares y alumnas fueron juntos a escucharlos.
El primer discurso se dirigía en un
principio a las nuevas inscriptas. Informaba a las padres que gracias al Saint
Francis ahora ellas eran unas angelitas como podían apreciar. Que el camino
seria largo, y seria un enorme esfuerzo. Pero que podían dar por asegurado que
se convertirían en niñas de bien. Los padres en si, confirmaron que sus hijas
ahora eran angelitas. Esos modales tan toscos que tenian, esas faltas de
respeto que cometían, todas esas atrocidades rápidamente habían desaparecido.
En cambio, se veian dulces, obedientes, tiernas y angelicales. Las hijas que
todo padre podría querer. El enorme gasto invertido dio sus frutos en solo un
mes. Finalmente, luego del primer discurso, la Kermes comenzó. Bebidas,
platillos y música sana, para toda la familia. El lugar estaba lleno de niños
correteando por todos lados. Aunque el instituto solo aceptaba señoritas de 15
años para arriba, esas señoritas tenian hermanitos menores, y eran invitados.
Habia un gran bullicio en donde las únicas angelitas, que parecían resaltar
entre la multitud, eras las alumnas de Saint Francis. Todas se veian
especialmente serviciales y ningún padre suponía que la razón era el miedo a
perder sus listones.
Las alumnas, por su parte, y en esto es
algo general se deleitaban al ver hombres luego de un mes. Ni siquiera eran
guapos, pero a ellas no les importaba. Eran hombres. El campus se había
convertido en un caldo hormonal de chicas que nunca podían salir frente a los
pocos hombres que estaban. Sean hermanos o amigos de alguien, toda chica
rápidamente se “enamoraba”. Pero claro, lo frustrante y decepcionante, es que
no solo pasarían toda la semana en el purgatorio en caso de ser descubiertas
haciendo algo impropio. Era difícil verse atractivas viéndose asi, frente a
chicos de su edad que naturalmente buscaban una chica mucho mas sexy. Solo
podían comportarse serviciales, pero hasta un gesto tonto como agacharse para
que vean su trasero, se veía frustrado por el vergonzoso calzon del uniforme.
Al fin, todas pudieron relajarse un poco,
pasarían varias horas hasta el próximo discurso de la Directora, la entrega de
notas, y el discurso final. Mariela, se alejo un poco de sus padres, y vio como
las gemelas sonreían de oreja a oreja sentadas en las piernas de sus papas.
Parecian haberse olvidado de la bronca de haber sido dejadas aca. A veces les
daba envidia, ser como ellas, sin ningún tipo de preocupaciones.
Alice, por su parte se alejo de sus padres
y comenzó a hablar con carl.
-
Toma, aquí tienes. Meterlo no
me costo nada. – Dijo el, dándole una petaca y 5 porros.
-
¡Me queres decir que haces con
eso aca? Escondelo por dios…–
-
Te has vuelto muy religiosa
desde que viniste aca. – Bromeo.
Alice suspiro, y
burlándose de si misma, movio sus hombros como si fueran alas.
-
Te vuelven loca no es asi?
-
ES… Horrible…
-
No creas que te ha ido peor que
a los demás. Los fui a visitar una vez. Alla nunca hubiera podido pasar tan
fácilmente.
-
Si… Si, ya lo se. Mi padre, el
gran político me salvo la vida. Y ahora tengo garantizado un futuro excitoso…
lleno de controles. Pero ya no quiero quejarme. ¡Te fijaste?
-
Si, El predio esta rodeado de
rejas. De lado a lado. Las rejas son amplias pero tienen una larga enredadera.
Podes meterte dentro de la enredadera y del lado de afuera no hay seguridad. Es
un internado, no una cárcel.
-
Pff… Se nota que no lo conoces.
-
Jajaja… claro…- Dijo
Palmeandole la cabeza.
-
Que te pasa?
-
Perdon… Nunca crei que pudieras
verte tan tierna.
-
Yo tampoco. Cortala con eso.
Mira. ¿Ves esa chica de alla? – Dijo señalándola a Jessica quien continuaba con
su familia.
-
Esa? La gordita. Bueno… tiene
unas buenas tetas eh…
-
No es gordita creeme. La he
visto semi desnuda. Solo son estos vestidos de mierda…. Espera, me veo gorda?
-
No, no te ves gorda. ¿Que pasa
con ella? – Pregunto, un poco excitado luego de imaginarse pupilas semi
desnudas.
-
Quiero que te la chapes.
-
Eh? Aca? Tan asi nomas.
-
Ufff… no te va a costar nada,
creeme. Recorda lo que arreglamos. Espero que ya no te lo hayas gastado y lo
estes usando bien.
-
No, no me lo gaste.- Se quejo
el. La vio y penso: “Nunca pensé que estaría con una chica asi… Quien sabe que
planeara .”
-
Solo esperame.- Dijo y diviso a
las gemelas.
Se acerco
fingiendo ser amigable.
-
Hola chicas!!!
Luego de leer el
historial ambas desconfiaban, pero era su compañera de cuarto y debían llevarse
bien.
-
Hola Alice!!
-
Escuchen, tengo un juego re divertido
para ustedes.
Mala idea, ambas
pusieron cara de culo y protestaron al unisono: No somos bebes!!
-
Ok ok, una competencia? O un
favor.
-
Un favor. – Dijo Amy.
-
Esta bien. ¿ Conocen un lugar,
cerca de las rejas, desde donde nadie pueda verte? Ustedes son tan curiosas y
siempre recorren todo. Capaz sepan.
-
Ummmm--- PEnso Annie poniéndose
una mano en el mentón. – Capaz el escondite de Rhonda. Pero Rhonda se enojaría
si la descubren ahí.
-
¿Quién quiere esconderse?
Alguien de aca?
Alice pensó,
hasta que Amy dijo:
-
Por que… Si es una chica de
aca, debe tener cuidado donde se esconda. Recuerda que si nos manchamos
nuestros vestidos.
“Es verdad… Es
astuta” Penso Alice.
-
Si es asi, creo que conozco un
lugar. – contesto Annie. Le dio instrucciones a Alice y alice se mostro muy
agradecida. Luego de eso, ambas se sonrieron mientras Alice se alejaba.
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