Amy
y Mariela se quedaron juntas en el siguiente recreo, con Mariela boceteandole
dibujos a Amy e intentando alegrarla. Como si fuera una niña, intentaba
animarla con esa nueva historia, de las monjas robots y alumnas que se rebelaban.
Tomando la idea de Alice, la mejoro. O al menos la volvió muchísimo mas divertida.
- Un planeta de robots, invadio la tierra…-
Dijo Mariela boceteandole un planeta, como si hablara con una nenita. – Luego
de invadirla, intento transformar a los humanos en robots, para que los sirvan.
Para esto, había que educar a cada humano hasta que se transforme en robot.
Para evitar que se reproduzcan, separo a hombres y mujeres en dos continentes
distintos…- Explico, dibujando el planeta tierra. – Uno con mujeres y otro con
hombres. Y como a los niños humanos los educan en escuelas, convirtieron a la
tierra en una escuela gigante. Una vez que ya se transformaron en robots, los
envían a su planeta. –
- Wow!!! Tenes muchísima imaginación. –
- Gracias. – Sonrio Mariela. – Asi se creo
la Nun Factory. Son monjas robots que los educan hasta tranformarlos en robots.
Pero 6 chicas elegidas, intentan revelarse. Como todo tipo de armas están
prohibidas, solo pueden usar juguetes que vuelven fuertes con su magia…. –
- Genial!! – Exclamo Amy.
- Alice usa una soga de saltar como latigo.
Jessica arroja una pelota contra ellos. Y el resto no lo pensé. A ustedes las
capturaron por revelarse y las estaban castigando hasta que las salvamos. –
- Tu también? Tu que poderes tienes? –
Pregunto Amy. Mariela pensó unos segundos y recordó que de niña le gustaba
jugar con un yoyo. Rapidamente se boceteo a si misma y dijo: Yo uso dos yoyos…
- Y Rhonda?? – Insistio Amy.
Por su parte, Annie busco a Rhonda en todos
los escondites que conocía. Finalmente la encontró y nuevamente se sento cerca
de ella. Se quedaron juntas hasta que la abrazo.
- T-Tengo mucho miedo… - dijo Annie abrazándola. Rhonda, no respondio.
Ella sencillamente quedo abrazada a su pecho. En el siguiente recreo, Rhonda no
estaba en el mismo escondite, pero Annie continuo buscando hasta encontrarla.
Nuevamente, descanso su rostro en su pecho. Esto sucedió en cada recreo, Rhonda
sintió a la jovencita consolarse en su pecho. De vez en cuando hasta la
escuchaba llorar. Ella también estaba preocupada y nerviosa, por eso no decia
nada.
El reloj avanzo lentamente hasta que
finalmente se dieron las 6. Rhonda fue la primera en aceptar su destino. Para
no hacerla larga, apenas termino la clase, se dirigio rápidamente al
purgatorio. Gracias a las 3 puertas, termino siendo la primera. La puerta
demoro un poco en abrirse, y Rhonda noto que chicas detrás de ellas comenzaron
a formarse. Repentinamente la puerta se abrió y ella ingreso junto a 3 mas de
su fila y de cada puerta. Al ingresar, vio que había 3 sillas en medio del
purgatorio, otras 3 puertas en frente , una puerta mas al costado y unas 3
monjas cuya función parecía ser vigilar a quienes entraban. Las sillas estaban
entre cada puerta.
- Nena, ¿que esperas? – Dijo otra monja que
estaba al lado de la fila.
- Que tengo que hacer?...- Pregunto Rhonda.
- Eres nueva… quítate tus calzones, ponlos
en esta bandeja, formate en frente de la silla. En orden chicas, no se
adelanten. – Se quejo la mujer. Rhonda noto que las otras chicas ya se los
habían quitado.
- Dale nena, no tenemos todo el dia. –
Confundida y avergonzada obedecio y luego
de quitarse su calzon lo coloco en la bandeja, llendose a formar. Rapidamente,
el resto de las chicas se formo detrás de ella. Las mujeres de la entrada,
llevaron las bandejas a través de la puerta del costado. Al ingresar, las dorm
mom se encontraban allí.¿, en un largo pasillo con puertas a los distintos
cuartos y una salida. Habia un escritorio, con varios expedientes archivados en
compartimientos con 3 monjas. Apenas las bandejas llegaron, tomaron los calzones
y luego de ver el nombre, busco en los expedientes. Antes las alumnas debían dar el nombre, pero
este proceso agilizaba el trabajo. Y la jornada laboral de las monjas terminaba
con el purgatorio. En el caso de que la alumna se presente en malla escolar si
solamente daba el nombre, pero cuando estaban en uniforme escolar hacían el
proceso mas fácil asi.
“Rhonda Lynd” pensó la mujer y saco el
archivo con sus medidas, historial medico, e informe por cada perdida de
liston. Hizo lo mismo con cada alumna de su fila, cito a las dorm mom correspondientes,
y luego llevo las medidas y bandejas de ropa al vestidor, el historial medico
al consultorio, y los informes a las Maestras disciplinadoras.
- Ortiz, estas preparada? – Pregunto
Stella.
- Claro que si. Merecen un buen castigo.
Por eso no te preocupes.
- Es Rhonda, creo que esta vez mejor ire
yo.
- Crees que soy blanda? Tu les diste
muchísimo menos tarea de lo habitual hoy. – se quejo Ortiz.
- Va a ser difícil que hagan mucho tarea
luego del purgatorio. Y no te estoy subestimando. Siento que eres mas adecuada
para otras tareas. De ella me encargare mejor yo. Tu lleva sus uniformes al
deposito. – Explico Stella y apurándose se fue junto a las demás dorm mom.
- Tsk…- Protesto Ortiz. Pero decidio
apurarse. El purgatorio daba a través de una puerta a la sala de descanso de
las Monjas, en especial de las Dorm mom. A través de ahí, y con bandeja en
mano, fue al dormitorio de las chicas. Alice y Mariela estaban guardando sus
cosas ahí, cuando ella ingreso. Tomo todos los uniformes y calzones de Rhonda y
los puso en la bandeja. Luego con su llave maestra, abrió el cofre. Saco los
objetos personales de Rhonda, y también los puso. Finalmente, su mochila y
accesorios.
Rhonda, por su parte, nerviosa y asustada
esperaba. Las monjas se habían ido hace un par de minutos. Finalmente volvieron
a la entrada con mas bandejas, y por lo que escucho, ingresaron mas alumnas.
Luego vio que 3 Monjas entraban, entre ellas, Stella. Estas se sentaron en su
respectiva silla, y Stella naturalmente se sento frente a ella. Por primera
vez, Rhonda se sintió pequeña.
- ¿Qué
esperas? – Pregunto Stella. – Recuestate mis piernas asi empezamos. Recuerda
que debes facilitar tu castigo a nosotras. –
Rhonda un poco
tímidamente se recostó, y Stella rápidamente alzo su falda. La larga azotaina
comenzó rápidamente, y las nalgadas cayeron en su trasero velozmente. Rhonda se
sorprendio, ya que nunca había sido nalgueada en esa posición antes en su vida.
La función de este castigo era simple:
sus dorm mom serian sus madres durante los siguientes 6 años. La idea era
evocar castigos de su infancia por algún error muy grave cometido. Sintiendo
como perdia el balance, intento soportar el castigo de la fuerte mujer. Fueron
largos y numerosos azotes hasta que finalmente comenzó a gemir. Finalmente la
puso de pie y dijo: Te has portado muy bien. Stella también se paro y la hizo
ingresar por la siguiente puerta, mientras otra dorm mom tomaba su lugar y
disciplinaba otra jovencita.
Al ingresar,
noto que esta sala era levemente distinta. Estaba dividida con cortinas para
mas privacidad, a diferencia de la anterior, y solo habían dos mujeres ahí de
su lado. Se tardo tanto en observar que de repente una de las mujeres comenzó a
desnudarla. Sorprendida intento resistirse.
- ¿Que pasa?!
– protesto Rhonda.
- No debes
tardarte tanto. Hay mas alumnas esperando.
En un instante
las 2 mujeres la desnudaron y desarmaron sus trenzas. Su ropa junto a las
evillas de su pelo fue a parar a otra bandeja. Y en otro instante, termino
usando el mameluco de castigo. Rhonda se miro a si misma con el puesto, y de
una nalgada la hicieron pasar al próximo cuarto en donde ya la esperaba la
medica. “Me queda un poco chico…” pensaba viéndose las muñecas. En el siguiente
cuarto, ya estaba ella junto a otras 3 chicas pero todas ya en mameluco. El
cuarto era al igual que el primero. Un largo espacio para que las alumnas
puedan hacer fila. Esta vez había una camilla, y una mujer con bata
esperándolas. Rhonda se pregunto si ella era monja también. En esta ocasión,
solo estaba la mujer con bata, una camilla, y un pequeño estante con
herramientas para la medica.
- Recuestate,
vamos!- Se quejo la mujer.
- S-Si…- Dijo
ella, acostándose. Sintio que su cola se destapaba y de reojo vio que habían
abierto la parte de la cola de su mameluco.
- Mira hacia
adelante. – Ordeno. Rhonda lo hizo, mientras la mujer inspeccionaba su trasero.
Se sentía incomoda mientras apretaba sus cachetes y sus muslos. Teniendo mas tiempo para
pensar, se dio cuenta que el mameluco en realidad era una pijama enteriza con
piecitos. Era de algodón y bastante comodo, fácilmente podría dormir usándolo
como decia en el folleto. Pero se sentía
percudido, y usado, a diferencia de sus uniformes hechos a medida. De reojo,
observo que anotaba algo y se lo entregaba a otra monja. Finalmente, la mujer
untaba un viscoso liquido en todo su trasero. La sensación era muy incomoda y
desagradable, apretaba sus nalgas mientras lo untaba. En el mientras la mujer
que recibió la nota le entregaba a la Maestra disciplinadora el informe de la
medica.
- Quieta! Sin
moverte. – Ordeno la mujer. Rhonda intento hacelo y finalmente todo su trasero
termino impregnado del viscoso liquido dándole un aspecto brillante. Las 3
fueron despachadas a la siguiente habitacion.
Otra vez, 3
monjas. Vigilando, y 3 al lado de unos grandes potros de castigo marron.
La imagen era
impactante y el corazón de Rhonda comenzó a latir fuertemente. Dio un paso
hacia atrás asustada, las Maestras disciplinadoras se veian muy intimidantes y
portaban una larga vara. Sin embargo, esto no sirvió de mucho, enseguida una de
las monjas la tomo y la obligo a ir hacia el potro. Acosto su torso sobre la
parte central, sus rodillas en las de atrás y sus codos adelante su cabeza
quedo colgando y sus piernas separadas. Sintio que se podia ver hasta su vagina
desde esa posición. Rapidamente, fue amarrada a el y quedo atrapada. Volteo a
ver a su verduga con un gesto lleno de temor, mientras esta revisaba el informe
tanto medico como el de las Dorm mom. Cerro los ojos intentando tranquilizarse
y recordando las dolorosas golpizas que había recibido.
¿Qué se puede
decir de las Maestras Disciplinadoras mas alla de que tienen un titulo quizá
muy exagerado? ¿Qué se puede decir de mujeres cuyo único trabajo es hacer que
adolescentes lloren y griten hasta quedarse sin aliento? ¿Seran sádicas
perversas que gozan con cada azote o mensajeras de la justicia que creen
fervientemente en lo que hacen? Rhonda diviso en los segundos que demoraron las
mujeres en comenzar el castigo que ninguna era precisamente joven.
¿ Seran
realmente expertas o brutas a quienes pagan por pegar sin cesar? El
resentimiento de Stella, si bien justificado, no hacia que sus opiniones sean
ciertas. El purgatorio era un organismo vital para Saint Francis, y las
profesionales que ahí trabajan para Stanford son muy importantes. Es el nucleo
de su sistema disciplinario. Y dado que la mayor herramienta de castigo son las
nalgadas, la salud de las chicas era absolutamente primordial. Las maestras
azotaban entre 5, 10 y hasta 20 chicas cada dia, cumpliendo la meta impuesta
por la directora. Gracias a la ayuda de las medicas, y el ungüento, era fácil
darles un buen castigo aplicando las técnicas y la cantidad de azotes
necesarias. Conocian perfectamente como dar un castigo rápido y doloroso, como
hacer que cada varazo sea recordado. Pero dado que sus pompis debían estar
listas para soportar mas castigos en caso de ser necesario, debían tener los
cuidados necesarios. Colas rojas, brillantes, hirviendo, marcadas con la vara,
pero nunca sangre o moretones. Aun asi, el ungüento daba una protección extra a
la piel que las evitaba, aunque también, volvía los azotes mucho mas dolorosos.
Pero mas alla de esta introducción, y del generoso sueldo de quienes trabajan
en Saint Francis, hay un gran verdad oculta. La rutina. Luego de años de
trabajo las maestras se habían vuelta insensibles. Si lo disfrutaban o no, era
indistinto. Capaz algún spanker fantasee con este trabajo y las llame
afortunadas. Pero para ellas era un rutina de tener chicas en pijamas,
amarradas frente a ellas, y dejarles el culo hirviendo a través de sus
técnicas. Habian escuchado cualquier cantidad de llantos, insultos, quejas y
suplicas. Habian visto a chicas resistirse y a otras recostarse muertas de
miedo. Era difícil encariñarse con alguna si todas parecían verse iguales (De
hecho, se veian iguales) y todas reaccionaban igual ante la vara. Para ellas,
era al final, solo un trabajo que desempeñaban con orgullo y precision.
Dia tras dia, año tras año.
Annie mientras tanto caminaba escondida por los pasillos. Sabia en el
fondo que no había escapatoria, y que debía ir de todas formas. Pero aun no se
animaba, sentía que su corazón estaba por salirse de su pecho y sus piernas de gelatina. De repente, vio a Rhonda volver a su
habitacion, con el mameluco puesto y llorando. Si, Llorando, nunca había visto
a Rhonda llorar antes.
- Annie, que haces aca… Sniff… Ve ya, y has
todo lo que te digan… - Insistio Rhonda y rápidamente se fue. Annie quedo
aterrada, si a Rhonda podían dejarla en ese estado, a ella que llora con 3
nalgadas las matarían!! DE repente sintió que tiraban de su muñeca.
- No por favor, no por favor!!- Protesto
tapando su cola.
- Annie que haces aca!! – Protesto Amy. -
…Vamos…- Dijo, no menos asustada que su hermana.
- Tengo miedo… no quiero.. – Suspiro Annie.
- Sabes que nuestros papas no nos van a
sacar. Y perderemos nuestros puntos si no vamos. – Insistio Amy.
- ¿Y que me importan los puntos?? – Se
quejo Annie.
- A mi si me importan… - Respondio. Ya
bastante tendría que estar en uniforme de novata el resto de la semana. Amy
tomo de la mano a su hermana y dijo: Si estamos juntas va a estar bien. Solo
será un rato.
Convencidas,
fueron a hacer la fila como el resto de las chicas.
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