domingo, 25 de diciembre de 2016

Feliz navidad!!! Y cap 32.

Con esto de las fiestas, a veces me dan ganas de hacer una historia navideña. Vivo pensando como pasarian navidad, si en el internado, o si les permitirian pasar con sus familias. Se me ocurrio que hasta podria ser una excusa para darles unas pequeñas vacaciones del internado y poner a las gemelas en otra situacion incomoda. Pero Saint Francis comienza en el periodo de vacaciones antes del ciclo escolar, y ese periodo aca en Argentina es Enero/Febrero. Marzo comienzan las clases. Claro, ellas no viven en Argentina. De hecho, viven en un pais ficticio... Y creo siempre viven en verano. Sino, tendria que pensar en la version invernal de CADA uniforme... y me da flojera. El tema es que desde donde esta la historia hasta navidad pasaria como un año, y la historia estaria muy desarrollada para entonces. En fin, disfruten lo que sigue.

 Amy y Mariela se quedaron juntas en el siguiente recreo, con Mariela boceteandole dibujos a Amy e intentando alegrarla. Como si fuera una niña, intentaba animarla con esa nueva historia, de las monjas robots y alumnas que se rebelaban. Tomando la idea de Alice, la mejoro. O al menos la volvió muchísimo mas divertida.
- Un planeta de robots, invadio la tierra…- Dijo Mariela boceteandole un planeta, como si hablara con una nenita. – Luego de invadirla, intento transformar a los humanos en robots, para que los sirvan. Para esto, había que educar a cada humano hasta que se transforme en robot. Para evitar que se reproduzcan, separo a hombres y mujeres en dos continentes distintos…- Explico, dibujando el planeta tierra. – Uno con mujeres y otro con hombres. Y como a los niños humanos los educan en escuelas, convirtieron a la tierra en una escuela gigante. Una vez que ya se transformaron en robots, los envían a su planeta. –
- Wow!!! Tenes muchísima imaginación. –
- Gracias. – Sonrio Mariela. – Asi se creo la Nun Factory. Son monjas robots que los educan hasta tranformarlos en robots. Pero 6 chicas elegidas, intentan revelarse. Como todo tipo de armas están prohibidas, solo pueden usar juguetes que vuelven fuertes con su magia…. –
- Genial!! – Exclamo Amy.
- Alice usa una soga de saltar como latigo. Jessica arroja una pelota contra ellos. Y el resto no lo pensé. A ustedes las capturaron por revelarse y las estaban castigando hasta que las salvamos. –
- Tu también? Tu que poderes tienes? – Pregunto Amy. Mariela pensó unos segundos y recordó que de niña le gustaba jugar con un yoyo. Rapidamente se boceteo a si misma y dijo: Yo uso dos yoyos…
- Y Rhonda?? – Insistio Amy.
Por su parte, Annie busco a Rhonda en todos los escondites que conocía. Finalmente la encontró y nuevamente se sento cerca de ella. Se quedaron juntas hasta que la abrazo.
- T-Tengo mucho miedo… -  dijo Annie abrazándola. Rhonda, no respondio. Ella sencillamente quedo abrazada a su pecho. En el siguiente recreo, Rhonda no estaba en el mismo escondite, pero Annie continuo buscando hasta encontrarla. Nuevamente, descanso su rostro en su pecho. Esto sucedió en cada recreo, Rhonda sintió a la jovencita consolarse en su pecho. De vez en cuando hasta la escuchaba llorar. Ella también estaba preocupada y nerviosa, por eso no decia nada.
El reloj avanzo lentamente hasta que finalmente se dieron las 6. Rhonda fue la primera en aceptar su destino. Para no hacerla larga, apenas termino la clase, se dirigio rápidamente al purgatorio. Gracias a las 3 puertas, termino siendo la primera. La puerta demoro un poco en abrirse, y Rhonda noto que chicas detrás de ellas comenzaron a formarse. Repentinamente la puerta se abrió y ella ingreso junto a 3 mas de su fila y de cada puerta. Al ingresar, vio que había 3 sillas en medio del purgatorio, otras 3 puertas en frente , una puerta mas al costado y unas 3 monjas cuya función parecía ser vigilar a quienes entraban. Las sillas estaban entre cada puerta.
- Nena, ¿que esperas? – Dijo otra monja que estaba al lado de la fila.
- Que tengo que hacer?...- Pregunto Rhonda.
- Eres nueva… quítate tus calzones, ponlos en esta bandeja, formate en frente de la silla. En orden chicas, no se adelanten. – Se quejo la mujer. Rhonda noto que las otras chicas ya se los habían quitado.
- Dale nena, no tenemos todo el dia. –
Confundida y avergonzada obedecio y luego de quitarse su calzon lo coloco en la bandeja, llendose a formar. Rapidamente, el resto de las chicas se formo detrás de ella. Las mujeres de la entrada, llevaron las bandejas a través de la puerta del costado. Al ingresar, las dorm mom se encontraban allí.¿, en un largo pasillo con puertas a los distintos cuartos y una salida. Habia un escritorio, con varios expedientes archivados en compartimientos con 3 monjas. Apenas las bandejas llegaron, tomaron los calzones y luego de ver el nombre, busco en los expedientes.  Antes las alumnas debían dar el nombre, pero este proceso agilizaba el trabajo. Y la jornada laboral de las monjas terminaba con el purgatorio. En el caso de que la alumna se presente en malla escolar si solamente daba el nombre, pero cuando estaban en uniforme escolar hacían el proceso mas fácil asi.
“Rhonda Lynd” pensó la mujer y saco el archivo con sus medidas, historial medico, e informe por cada perdida de liston. Hizo lo mismo con cada alumna de su fila, cito a las dorm mom correspondientes, y luego llevo las medidas y bandejas de ropa al vestidor, el historial medico al consultorio, y los informes a las Maestras disciplinadoras.
- Ortiz, estas preparada? – Pregunto Stella.
- Claro que si. Merecen un buen castigo. Por eso no te preocupes.
- Es Rhonda, creo que esta vez mejor ire yo.
- Crees que soy blanda? Tu les diste muchísimo menos tarea de lo habitual hoy. – se quejo Ortiz.
- Va a ser difícil que hagan mucho tarea luego del purgatorio. Y no te estoy subestimando. Siento que eres mas adecuada para otras tareas. De ella me encargare mejor yo. Tu lleva sus uniformes al deposito. – Explico Stella y apurándose se fue junto a las demás dorm mom.
- Tsk…- Protesto Ortiz. Pero decidio apurarse. El purgatorio daba a través de una puerta a la sala de descanso de las Monjas, en especial de las Dorm mom. A través de ahí, y con bandeja en mano, fue al dormitorio de las chicas. Alice y Mariela estaban guardando sus cosas ahí, cuando ella ingreso. Tomo todos los uniformes y calzones de Rhonda y los puso en la bandeja. Luego con su llave maestra, abrió el cofre. Saco los objetos personales de Rhonda, y también los puso. Finalmente, su mochila y accesorios.
Rhonda, por su parte, nerviosa y asustada esperaba. Las monjas se habían ido hace un par de minutos. Finalmente volvieron a la entrada con mas bandejas, y por lo que escucho, ingresaron mas alumnas. Luego vio que 3 Monjas entraban, entre ellas, Stella. Estas se sentaron en su respectiva silla, y Stella naturalmente se sento frente a ella. Por primera vez, Rhonda se sintió pequeña.
- ¿Qué esperas? – Pregunto Stella. – Recuestate mis piernas asi empezamos. Recuerda que debes facilitar tu castigo a nosotras. –
Rhonda un poco tímidamente se recostó, y Stella rápidamente alzo su falda. La larga azotaina comenzó rápidamente, y las nalgadas cayeron en su trasero velozmente. Rhonda se sorprendio, ya que nunca había sido nalgueada en esa posición antes en su vida.  La función de este castigo era simple: sus dorm mom serian sus madres durante los siguientes 6 años. La idea era evocar castigos de su infancia por algún error muy grave cometido. Sintiendo como perdia el balance, intento soportar el castigo de la fuerte mujer. Fueron largos y numerosos azotes hasta que finalmente comenzó a gemir. Finalmente la puso de pie y dijo: Te has portado muy bien. Stella también se paro y la hizo ingresar por la siguiente puerta, mientras otra dorm mom tomaba su lugar y disciplinaba otra jovencita.
Al ingresar, noto que esta sala era levemente distinta. Estaba dividida con cortinas para mas privacidad, a diferencia de la anterior, y solo habían dos mujeres ahí de su lado. Se tardo tanto en observar que de repente una de las mujeres comenzó a desnudarla. Sorprendida intento resistirse.
- ¿Que pasa?! – protesto Rhonda.
- No debes tardarte tanto. Hay mas alumnas esperando.
En un instante las 2 mujeres la desnudaron y desarmaron sus trenzas. Su ropa junto a las evillas de su pelo fue a parar a otra bandeja. Y en otro instante, termino usando el mameluco de castigo. Rhonda se miro a si misma con el puesto, y de una nalgada la hicieron pasar al próximo cuarto en donde ya la esperaba la medica. “Me queda un poco chico…” pensaba viéndose las muñecas. En el siguiente cuarto, ya estaba ella junto a otras 3 chicas pero todas ya en mameluco. El cuarto era al igual que el primero. Un largo espacio para que las alumnas puedan hacer fila. Esta vez había una camilla, y una mujer con bata esperándolas. Rhonda se pregunto si ella era monja también. En esta ocasión, solo estaba la mujer con bata, una camilla, y un pequeño estante con herramientas para la medica.
- Recuestate, vamos!- Se quejo la mujer.
- S-Si…- Dijo ella, acostándose. Sintio que su cola se destapaba y de reojo vio que habían abierto la parte de la cola de su mameluco.
- Mira hacia adelante. – Ordeno. Rhonda lo hizo, mientras la mujer inspeccionaba su trasero. Se sentía incomoda mientras apretaba sus cachetes  y sus muslos. Teniendo mas tiempo para pensar, se dio cuenta que el mameluco en realidad era una pijama enteriza con piecitos. Era de algodón y bastante comodo, fácilmente podría dormir usándolo como decia en el folleto.  Pero se sentía percudido, y usado, a diferencia de sus uniformes hechos a medida. De reojo, observo que anotaba algo y se lo entregaba a otra monja. Finalmente, la mujer untaba un viscoso liquido en todo su trasero. La sensación era muy incomoda y desagradable, apretaba sus nalgas mientras lo untaba. En el mientras la mujer que recibió la nota le entregaba a la Maestra disciplinadora el informe de la medica.
- Quieta! Sin moverte. – Ordeno la mujer. Rhonda intento hacelo y finalmente todo su trasero termino impregnado del viscoso liquido dándole un aspecto brillante. Las 3 fueron despachadas a la siguiente habitacion.
Otra vez, 3 monjas. Vigilando, y 3 al lado de unos grandes potros de castigo marron.


La imagen era impactante y el corazón de Rhonda comenzó a latir fuertemente. Dio un paso hacia atrás asustada, las Maestras disciplinadoras se veian muy intimidantes y portaban una larga vara. Sin embargo, esto no sirvió de mucho, enseguida una de las monjas la tomo y la obligo a ir hacia el potro. Acosto su torso sobre la parte central, sus rodillas en las de atrás y sus codos adelante su cabeza quedo colgando y sus piernas separadas. Sintio que se podia ver hasta su vagina desde esa posición. Rapidamente, fue amarrada a el y quedo atrapada. Volteo a ver a su verduga con un gesto lleno de temor, mientras esta revisaba el informe tanto medico como el de las Dorm mom. Cerro los ojos intentando tranquilizarse y recordando las dolorosas golpizas que había recibido.
¿Qué se puede decir de las Maestras Disciplinadoras mas alla de que tienen un titulo quizá muy exagerado? ¿Qué se puede decir de mujeres cuyo único trabajo es hacer que adolescentes lloren y griten hasta quedarse sin aliento? ¿Seran sádicas perversas que gozan con cada azote o mensajeras de la justicia que creen fervientemente en lo que hacen? Rhonda diviso en los segundos que demoraron las mujeres en comenzar el castigo que ninguna era precisamente joven.
¿ Seran realmente expertas o brutas a quienes pagan por pegar sin cesar? El resentimiento de Stella, si bien justificado, no hacia que sus opiniones sean ciertas. El purgatorio era un organismo vital para Saint Francis, y las profesionales que ahí trabajan para Stanford son muy importantes. Es el nucleo de su sistema disciplinario. Y dado que la mayor herramienta de castigo son las nalgadas, la salud de las chicas era absolutamente primordial. Las maestras azotaban entre 5, 10 y hasta 20 chicas cada dia, cumpliendo la meta impuesta por la directora. Gracias a la ayuda de las medicas, y el ungüento, era fácil darles un buen castigo aplicando las técnicas y la cantidad de azotes necesarias. Conocian perfectamente como dar un castigo rápido y doloroso, como hacer que cada varazo sea recordado. Pero dado que sus pompis debían estar listas para soportar mas castigos en caso de ser necesario, debían tener los cuidados necesarios. Colas rojas, brillantes, hirviendo, marcadas con la vara, pero nunca sangre o moretones. Aun asi, el ungüento daba una protección extra a la piel que las evitaba, aunque también, volvía los azotes mucho mas dolorosos. Pero mas alla de esta introducción, y del generoso sueldo de quienes trabajan en Saint Francis, hay un gran verdad oculta. La rutina. Luego de años de trabajo las maestras se habían vuelta insensibles. Si lo disfrutaban o no, era indistinto. Capaz algún spanker fantasee con este trabajo y las llame afortunadas. Pero para ellas era un rutina de tener chicas en pijamas, amarradas frente a ellas, y dejarles el culo hirviendo a través de sus técnicas. Habian escuchado cualquier cantidad de llantos, insultos, quejas y suplicas. Habian visto a chicas resistirse y a otras recostarse muertas de miedo. Era difícil encariñarse con alguna si todas parecían verse iguales (De hecho, se veian iguales) y todas reaccionaban igual ante la vara. Para ellas, era al final, solo un trabajo que desempeñaban con orgullo y precision.  Dia tras dia, año tras año.

Annie mientras tanto caminaba escondida por los pasillos. Sabia en el fondo que no había escapatoria, y que debía ir de todas formas. Pero aun no se animaba, sentía que su corazón estaba por salirse de su pecho y sus piernas de gelatina. De repente, vio a Rhonda volver a su habitacion, con el mameluco puesto y llorando. Si, Llorando, nunca había visto a Rhonda llorar antes.
- Annie, que haces aca… Sniff… Ve ya, y has todo lo que te digan… - Insistio Rhonda y rápidamente se fue. Annie quedo aterrada, si a Rhonda podían dejarla en ese estado, a ella que llora con 3 nalgadas las matarían!! DE repente sintió que tiraban de su muñeca.
- No por favor, no por favor!!- Protesto tapando su cola.
- Annie que haces aca!! – Protesto Amy. - …Vamos…- Dijo, no menos asustada que su hermana.
- Tengo miedo… no quiero.. – Suspiro Annie.
- Sabes que nuestros papas no nos van a sacar. Y perderemos nuestros puntos si no vamos. – Insistio Amy.
- ¿Y que me importan los puntos?? – Se quejo Annie.
- A mi si me importan… - Respondio. Ya bastante tendría que estar en uniforme de novata el resto de la semana. Amy tomo de la mano a su hermana y dijo: Si estamos juntas va a estar bien. Solo será un rato.

Convencidas, fueron a hacer la fila como el resto de las chicas.

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