jueves, 29 de diciembre de 2016

cap 33

El Saint Francis era una antigua institución que venia demostrando su eficiencia desde mas de 100 años. Su método disciplinario casi no tuvo cambios desde que se impuso y fue quien propulso al Internado a ser el mejor y mas elitista del país. Todo el personal escolar estaba comprometido con su causa, y el proceso de selección era minucioso. Hasta las sirvientas y jardineras habían sido escogidas minuciosamente. Por eso, contaba con 2000 alumnas de prestigiosas familias que habían depositado su confianza en esta institución. El nombre y el método de Saint francis era bien conocido por la zona e incluso en el país. Si bien, para la época las nalgadas eran algo común en los hogares, en los colegios no lo era tanto. Los colegios solian tener como castigo predilecto los azotes en las manos, y las nalgadas eran rara vez usadas como un plus humillante. Saint Francis sin embargo era bien conocido por hacer que sus alumnas sientan las llamas del infierno en sus posaderas. Eso hacia que, junto a otros factores, el Internado a pesar de ser, junto al instituto saint francis el mejor centro educativo del país, fuera solamente destino de las hijas problemáticas de padres adinerados. A medida que fueron demostrando su eficiencia las reglas fueron cambiando levemente. Si bien el instituto tiene primaria y secundaria, el internado solo acepta jovencitas de 15 años hasta la elevada edad de 21. Casos como Rhonda y Jessica suelen ser realmente los mas comunes y frente a los cuales el personal esta preparado. De sus 2000 alumnas se pueden sacar las siguientes estadísticas basadas en los informes de las Dorm Mom. El 20% de las alumnas consigue el uniforme de ocio el lunes y hacia el miércoles solo se da el 50%. Y el 20% de ellas va al purgatorio al menos una vez al mes. Eso son aproximadamente 400 alumnas por mes. Es natural asociar que por eso las filas solian estar siempre llenas. No todas las Dorm mom eran inclusive tan pacientes, y para alumnas tan rebeldes a veces lo único que las escarmentaba era una visita al purgatorio. Y sumado a eso a veces, grupos grandes eran detectados cometiendo alguna infraccion y eran rápidamente enviados. Habia días de mas cola que otros y el dia que les toco a Annie y Amy era de los de mas cola. Mientras esperaban nerviosas su turno y veian la larga fila, notaron a Jessica parada a unas 3 alumnas del lado de la fila izquierda a ellas. Notaron también, que además de ser vigiladas por otra monja (Que no permitia a ningúna hablar), había chicas hasta en uniforme de Natacion. La razón es simple, Quienes sean vistas sin sus listones son inmediatamente llevadas al purgatorio. Habia muchas, por ejemplo en uniforme de gimnasia. De distintos tamaños y edades, aunque las mas grandes eran un poco mas comunes. Capaz tantos años de estricta disciplina hacia que quieran revelarse mas que las mas pequeñas. Algo si era común en todas, el miedo y los nervios, lo cual generaba un ambiente muy lúgubre en el lugar.
- Me hago pis… quiero irme. – Mintio Annie, sintiendo nuevamente el miedo apoderarse de ella.
- Tenes prohibido hablar y salir – Contesto la monja.
Lo que supuestamente iba a ser algo rápido se volvió un proceso lento y tortuoso. Hasta querían ser castigadas para que tanta espera termine. Jessica, quien iba adelante, se decidio con anterioridad a ir también. Sin embargo a medida que se acercaba a la primer puerta escuchaba del lado de afuera, el ruido a nalgadas y los gemidos de las chicas, sintiéndose atemorizada. Annie y Amy se abrazaron a si mismas apenas sucedió lo mismo y Jessica pronto ya entro dejándolas a Annie y Amy frente a la puerta. Avergonzada se quito sus calzones frente a la orden y se puso a hacer fila junto al resto, mientras veía a una chica patalear en las piernas de una monja. Sorprendida noto que nalgueaba realmente fuerte. Y se veía muy doloroso por como gemia. LA chica parecía intentar controlar su reacción, sin excito. Comenzo a sentirse mas nerviosa e impaciente. “Unas nalgaditas no son nada..” se dijo a si misma mientras la fila avanzaba lentamente, y la chica era enviada sobándose a la siguiente habitacion. Aunque la sensación era confusa… ¿ser nalgueada en las piernas de una monja? No recibia un castigo asi desde sus 8 años. Sus padres siempre la hacían recostarse en la cama para el cinturón. Recuerda que dolia mucho pero no tanto como el cinturón. Aunque cuando fue Ortiz quien la nalgueo hasta logro convencerla de cambiarse al uniforme de novata. Finalmente termino observando frente a suyo, una nalgueada a cola desnuda. Las nalgas temblabas como gelatina con cada fuerte impacto e iban adquiriendo color rojizo. La chica se retorcia e intentaba taparlas, y la mujer le daba la orden de quitarlas, o las trababa a ella misma. Asustada vio como Stella ya entraba al purgatorio lista para comenzar con ella apenas terminaran con la anterior. Jessica sacudió su cabeza y se dijo “No va a ser nada”.
Por su parte, Amy y Annie esperaban su sentencia siendo las primeras en la fila frente a la puerta. Finalmente las hicieron pasar.
- Vamos, apúrense!!- Las apuro las monjas, y avergonzadas entregaron sus calzones.
- Que vergüenza… tengo miedo…- Se quejo Annie mientras escuchaba los gritos y azotes.
- En silencio jovencita, no es un juevo aquí. – regaño una de las monjas. Annie se quedo cabisbaja y Amy apretó fuerte su mano.
- Esa… no es Jessica…?- Murmuro Amy viéndola a punta de recostarse en las piernas de Stella.
- ¿Otra nalgueada sobre las piernas…? – Protesto Annie en voz muy baja, refiriéndose a la vez con la directora. Al menos ahora no eran las únicas que iban a ser castigadas asi.
Jessica, finalmente frente a Stella titubeo antes de obedecer la orden. Pero las monjas la apuraban, y no se animo a averiguar que pasaría si continuaba resistiéndose. Se sintió tonta mientras se acercaba, pero por su cuenta se recostó en las piernas de la gran mujer. La nalgueada comenzó rápidamente, y con mucho mas fuerza de la que esperaba. Claro esta, sus nalgas ya estaban rojas de todos los castigos que ya había recibido.
“Lo rojas que están… no va a aguantar el cane…” Penso Stella e intento ser un poco mas compasiva. Sin embargo no era necesario nalguearla fuerte para hacerla gemir. Jessica, orgullosa, intento no gemir y patalear como las otras chicas que vio en su lugar. Sin embargo se descubrió pataleando igual que aquella vez que cuando tenia 8 años. Se esforzó sin embargo en no sacudirse ni intentar taparse como las demás. No iba a demostrar que tan tonto castigo le dolia en realidad.
- Lo roja que tiene Jessica su cola….- Murmuro Amy.
- Y mira como llora…- Menciono Annie.
- Niñas, Silencio!!- Ordeno una monja que las alcanzo a escuchar. Finalmente Jessica se fue sobando a la próxima habitacion.
“Eso fue fuerte… mierda… como duele…” Penso Jessica sorprendida. Abrio la puerta y la cerro. Se quedo un poco pensativa por la nalgueada que le dio Madre Stella. Claramente no necesitaba de la vara para poder darle una lección. Si Ortiz podia someterla, seguro Stella también podría. Mientras pensaba eso, en dos segundos las dos mujeres de la habitacion la estaban desnudando.
- Eh? – Protesto Mariela.
- Sin chistar. – Se quejo una de las mujeres.
- Silencio. – Ordeno la otra. Termino desnuda y tapándose los genitales. - ¿Qué pasa? – Protesto. Finalmente las mujeres la tomaron y le pusieron el mameluco de castigo. Confundida fue enviada a la siguiente habitacion a formar fila con las demás. Noto rápidamente a las demás chicas en mameluco de castigo al igual que ellas, y el humillante letrero en la cola que sentenciaba “Arrepentimiento en proceso”. Chequeo su propio mameluco, notando que ella también lo llevaba. El mameluco le quedaba relativamente bien. Solo que le quedaba un poquito chico en los senos, y definitivamente apretado en la cola. Se volteo a ver y noto que hasta con el mameluco abotonado, sus nalgas rojas se veian. “No puedo creer que este usando esto…” Protesto Jessica.
De parte de las gemelas, la situación no se veía mejor. Estaban a una chica de su turno. Ya hasta sentían que cada nalgada les dolia a ellas, mientras veian los fuertes azotes caer en las nalgas de su compañera, y a ella gemir y sacudirse.
- Ortiz. Tu turno. Ahora vienen las gemelas. – Dijo Stella.
- Mi turno? – Pregunto Ortiz asombrada.
- Tu eres mucho mas sensible que yo. Se que haras un buen trabajo. – Contesto Stella.
Ortiz no pudo ocultar su entusiasma. Se fue hacia ellas, mientras las veía temblar de miedo con Annie escondiéndose detrás de su hermana.
- Vamos Amy, a ver si con esto aprendes a no portarte tan mal. – Ordeno Ortiz y vio como la cara de Amy se ponía roja de vergüenza. Luego la vio trepar con dificultad hasta sus piernas. Era como tener una muñeca, la podia mover con muchisima facilidad, si la inclinaba mucho, sus piernas no tocaban el piso o sus manos. Levanto su falda, y pudo ver sus blanca colita a la espera de una buena nalgueada. La orden a las Dorm Mom era darles solo una calentada de cola a las alumnas, para prepararlas para el cane. Sin embargo Ortiz quería aprovechar para darles una lección extra. O al menos eso se justificaba. Comenzo a nalguear levemente a Amy, y noto que eso era bastante para hacerla gemir de dolor. Con las mismas técnicas que uso con Jessica, la sometio, impediendo que tape su cola, y teniéndola en posición. Con la diferencia de que con Amy no era necesario hacer ningún esfuerzo. Pronto estaba dándole una buena y dolorosa nalgueada, mientras Amy pataleaba y sollozaba a moco tendido sobre sus piernas mientras pedia disculpas. Extasiada por el placer de al fin cumplir lo que tanto deseaba, Ortiz le dio una buena azotaina.
Mientras Annie observaba el espectáculo, no podia evitar sentir vergüenza ajena. O propia. Despues de todo, eran gemelas idénticas, y sabia que ella se veria igual durante su propia nalgueada. O peor, si eso acaso era posible. Amy pataleaba y lloraba igual que una niña pequeña, y Annie sabia perfectamente que ella era la mas resistente de ambas. Su pequeña colita apenas parecía resistir los fuertes y dolorosos azotes que Ortiz le encajaba enérgicamente. Al finalizar, Amy se fue haciendo su danza característica hacia la próxima habitacion y fue el turno de Annie.
Afortunadamente para ellas, en los vestuarios tenían mas privacidad, a diferencia de recién, donde todas las alumnas a castigar vieron el espectáculo de lagrimas de Amy. Adolorida y avergonzada, sintió como de repente era desnudada. Quienes se encargaban del lugar, tenían la única misión de encargarse de que las alumnas salgan de ahí usando el mameluco que mejor les quede. Para acelerar el proceso, lo elegian basándose en las medidas de ante mano, y se lo ponían apenas entraba una. Solo si una entraba totalmente dispuesta a desnudarse y cambiarse rápidamente la dejaban cambiarse sola. En un instante, Amy termino en mameluco de castigo por eso, y en la próxima habitacion.
Mientras tanto, ante la primer orden de recostarse, Annie comenzó a llorar. Lentamente se recostó, e intento taparse la cola, cuando Ortiz levanto su falda. Luego de varias nalgadas e intentos fallidos, Annie termino exponiendo su colita rosa. Ortiz se encontraba extasiada de haberla nalgueado a Amy. Fue muchísimo mejor que con Jessica, tal como ella lo esperaba. Pudo sentirlo todo, la humillación, el dolor, la vergüenza, el miedo y finalmente la resignación. Se dio cuenta de que no solo nalgueaba muy fuerte, si no que con ella en su regazo estaba servida en bandeja y a su merced. Con conocimiento de esto, y tentada por el placer planeo una buena nalgueada para la pobre niña que estaba en su regazo.
Comenzo palmeando levemente su trasero, y viéndolo como débilmente, movia su trasero de un lado para el otro con cada azote y la veía de reojo con sus ojos llorosos. Sintio excitación al verla, y le dio un sonoro azote.
- Ahora vas a aprender tu lección de todo lo mal que te portaste!!- Exclamo y comenzo dándole sonoros y dolorosos azotes en sus pequeños muslitos. Annie comenzó a patalear y sacudirse e intento taparse, Ortiz fácilmente la trabo con excesiva facilidad y continuo la nalgueada.
-Ay ay no mas porfavor no mas porfavor.
- ¿No mas? Quiero que prometas que no volveras a portarte asi de mal!!- Dijo dándole una fuerte y dolorosa palmada en todo su trasero. Con su cara roja como un tomate, sabiendo el espectáculo que estaba dando Annie titubeo. No quería que la vieran prometer algo tan vergonzosos. Sin embargo Ortiz rápidamente continuo nalgueando a su “muñequita” hasta que los llantos y suplicas volvieron.
- Hasta que no prometas ser niña buena y no volver a portarte mal no terminare contigo!- Ordeno. Annie titubeo, pero luego de unas nalgadas dijo: Esta bien, esta bien!!
- Esta bien nada, repite exactamente: Sere niña buena y no me volveré a portar tan mal.
Annie pudo escuchar un par de risas ahogadas. Avergonzada se quedo callada, pero la dolorosa nalgueada continuo hasta que finalmente exclamo: Sere niña buena y no me volveré a portar maaaaal!!!

Ortiz la hizo ponerse de pie, y Annie hizo, al igual que su hermana, la danza de la colita hirviendo. Con la diferencia de que ella lo hizo muriéndose de vergüenza, conciente del espectáculo que estaba dando. De una nalgada, paso al siguiente cuarto.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Historia auto conclusiva spin off de Maid Alice.



Maid Vane

Maid Vane

Vanesa era una chica, muy bajita para su edad. Cosa que sin embargo no la acomplejaba. De hecho era raro encontrar algo que la moleste. A sus 18 años termino el colegio, y sin saber que hacer con su vida, empezó a buscar trabajo. Repartio curriculums a todas partes, hasta que sorpresivamente la llamaron de una mansión. Alli residia Antonella. Antonella, era una solitaria mujer de 50 años. Heredo el negocio de la familia, luego de que sus padres mueran en un trágico accidente. Y por alguna razón, nunca le intereso casarse, solo tuvo varios amoríos.
El negocio familiar era en resumen muy simple, contaban con personal de limpieza el cual era enviado a otras mansiones o lugares a cumplir sus labores. Mientras permanecían en la mansión, mansion que usualmente usaban como salón de eventos. El trabajo de Vanesa por ende seria, junto a las otras Maids del lugar, mantener impecable la mansión, servir a Antonella y limpiar las otras mansiones además de servir en los eventos.
Vanesa accedió rápidamente, el sueldo se veía generoso, y ya quería tener su propios ingresos. Al igual que cualquier chica de su edad, amaba la idea de dejar el nido, aunque el trabajo se ubicaba a dos horas de su casa. Grata fue su sorpresa cuando descubrió que la mansión contaba con casa de mucamas. Vanesa prácticamente no lo dudo, y feliz, ocupo la casa de mucamas convirtiéndola en su nuevo hogar. Termino instalándose completamente, hasta llevo su peluche favorita el cual la acompaña desde niña, zipper, y su notebook.
Antonella noto rápidamente que el trabajo se le daba muy bien a la pequeña trabajadora. Tenia una pequeña obsecion con el orden y la limpieza, nunca se quedaba quieta. Tambien le gustaba cocinar y una pequeña vocación de servicio. Comunmente llovían elogios de la dinminuta trabajadora lo cual despertaba celos de sus compañeras. Llevaba un uniforme muy genérico, al igual que todas. Vestido negro, con escote, un delantal que caia desde la cintura, una cofia. A Vanesa no le molesto llevar uniforme, todo lo contrario! Ahora no tendría que elegir ropa todos los días. El único problema es que le quedaba un poco grande. Y que su dinminuto tamaño hacia que solo le entren calzones de niña. Debido a que era muy hiperactiva a la hora de trabajar, sus compañeras le vieron los calzones y es el dia de hoy que aun se burlan de ella. Pero volviendo a lo que ya dije, la casa de mucamas se convirtió en su nuevo hogar. No solo eso, Vanesa era lo suficientemente floja como para literalmente vivir en uniforme. O en pijama. Nunca salía, era muy antisocial, casi no tenia amigos. Terminaba la jornada laboral, se quitaba su cofia, su delantal y vivía en pijama. Por otra parte, lo que tenia de hiperactiva lo tenia de floja. Tenia impulsos violentos de energía en donde parecía multiplicarse de lo rápido que hacia las cosas. Una vez terminaba le daban ataques tan grandes de flojera que ya no hacia nada.
De todas formas, para Antonella se termino convirtiendo en su maid mas confiable. El negocio tan bien no se le daba, las maids le daban problemas y comenzaba a convertirse en una pesadilla. Vanesa en cambio, servia a todos con una sonrisa, casa a la que era enviada casa que dejaba impecable. La mansión era muchísimo mas radiante gracias a ella. Y lo mejor, cuando terminaba de trabajar, solia hacer horas extras. Claro, para Vanesa no eran horas extras, la casa de mucamas era mucho mas comoda mientras que las demás aprovechaban y huian a sus hogares. A tal punto lo había convertido en su hogar que solia echar cuando otra Maid intentaba quedarse ahí.
Pero volviendo al tema en cuestión, Vanesa se había convertido en su mano derecho. Lastima sus pequeñas costumbres. Una vez terminada su jornada laboral se volvia toda crota. Iba a todas partes con ese peluche viejo abrazado con un brazo en pantuflas y sus coletas despeinadas. Si, Vanesa, sus rulos y su idea de peinarse era hacerse dos coletas asi nomas.
La confianza entre ambas cada dia aumento mas. Para Vanesa no era solo su jefa, era una mujer elegante que le inspiraba protección. Para Antonella era la niña alegre que le devolvía las energías. Asi que, que para el año, Vanesa y Antonella tuvieron una pequeña charla.
- Hice algo? – Pregunto Vanesa en su oficina.
- Si. Has hecho un gran trabajo. Y quiero hacerte una propuesta. A ver que opinas.
- Si, digame.
- Actualmente te has vuelto mi mano derecha Vanesa. Cuento contigo para todo. Por eso quiero darte un aumento.
- Si, genial!!- Festejo Vanesa.
- Pero un aumento no viene ajeno a responsabilidades. Seras mi Maid personal. Y te encargaras de servirme solo a mi, a diferencia de antes. Tambien me gustaría que te mudes de la casa de mucamas a la mansión. Puedes dormir en mi habitacion de niña. – Explico Antonella. Y Vanesa levanto su mano.
- Habla…- Dijo Antonella sintiéndose que hablaba con una niña.
- Y si la casa de mucamas se vuelve mi casa? Solo yo la uso…
- Podremos verlo. Pronto revisaremos el resto de tus tareas. Pero necesito que cambies de uniforme. Dejame tomarte medidas y te mandare a confeccionar uno lindo. – Explico Antonella. Mientras le tomaba medidas, Antonella vio que Vanesa levantaba su mano de vuelta.
- Si vane?
- Voy a tener varios uniformes? Por si alguno se ensucia.
- Si, claro que si.
- Puede mandarme a hacer calzones?
- Calzones? – Pregunto Antonella. Vanesa sonrojada explico:
- Por mi altura no hay de mi talla…. Y mis compañeras siempre se burlan. Y cuando trabajo no puedo andarme fijando si se me ven o no. Si fueran blancos… del uniforme, supongo que seria menos vergonzoso.
- Esta bien, si insistes. – Explico. En un mes, ya estaba listo el nuevo uniforme de Vanesa. Vanesa lo observo. Este era muy diferente al otro. Era, de hecho, un poco mas aniñado. Era un vestidito negro, que caia con mucho vuelo desde la cintura y se abotonaba por atrás. Era medianamente corto, y tenia un cuello blanco bebe bastante amplio junto a manguitas corta aglobadas con un elástico y pequeños olanes en ella. Su delantal, a diferencia del anterior, incluia un peto y se ataba en cruz en la espalda en un gran liston. Ademas, tenia muchos olanes alrededor. La cofia, era una diadema blanca con olanes blancos y dos listones negros en cada extremo. Y parte final del uniforme era un enorme liston que debía llevar en su cuello. Finalmente, Como parte de su uniforme se incluyo un fondo blanco y varios bloomers blancos. Vanesa vio el uniforme con extrañesa y luego vio a su ama. Le costo un poco ponérselo y se sintió bastante rara con el. Sin embargo, al enterarse de su nuevo sueldo, se le paso la sensación de incomododidad. Y las burlas de sus compañeras cesaron al instante de ver que había recibido un generoso aumento. Sus responsabilidades definitivamente aumentaron. Para Vanesa, ella trabajaba cuando usaba el uniforme completo. Pero la casa de mucamas sufrio dos transformaciones. A) Paso a ser oficialmente SU casa. B ) Paso a tener un timbre para que jefa la llame.
En casa de herrero, cuchillo de palo. LA casa de mucamas era un pequeño desastre, al igual que Vanesa quien rara vez usaba su uniforme prolijamente. Lo cual solia ser causa de friccion, ya que ahora se volvió la imagen de la empresa de limpieza que Antonella poseía.
Pero sin embargo el puesto lo tomo con facilidad y era muy popular en eventos, mansiones y en su mansión donde comúnmente servia. Sin embargo, Antonella comenzó a ver con otros ojos a su sirvienta. Como antes, Vanesa apenas terminaba su jornada laboral, se quitaba su cofia, su delantal y se quedaba en pantuflas. Ahora además se quitaba el enorme liston y lo hacia con mas regularidad ya que el vestido se abotonaba por la espalda y era muy incomodo de sacar. Con este nuevo vestido, su apariencia era mucho mas infantil. Sumado a eso, su falda mas acampanada hacia mas visibles sus bloomers blancos cuando Vanesa se sentía contenta e hiperactiva. Su visión de Vanesa comenzó a cambiar, viéndola siempre con su vestidito negro, su peluche y dando saltitos.
Y todo comenzó un fin de semana, en el que no iba a haber eventos ni ninguna otra Maid, solo iban a estar ellas 2. Un dia antes, Vanesa fue nuevamente citada a hablar.
- Vane. Quiero proponerte algo.
- Algo?
- Un… trabajo especial. – Explico.
Vanesa reacciono muy confundida. Y Antonella no se animaba a decírselo. Hasta que finalmente dijo: Por este fin de semana, mudemos tus cosas a mi ex habitacion. Ahí, mañana temprano decidiras si quieres hacer este trabajo o no. – Explico.
Vanesa asintió con su cabeza. “Trabajo Especial…” Penso, escuchándolo muy raro. “Me ira a vender a un cliente…” Penso preocupada. Pero aun asi no se preocupo. Mudo sus cosas, a la Ex habitacion de Antonella… la cual por lo visto se mantenía inmutable desde hace varios años. Era rosa, con dibujos de ositos celestes en las paredes, típica habitacion de niña. Finalmente allí y luego de un tiempo se fue a dormir. Cuando se despertó vio que había dos cajas en frente suyo. Una tenia su uniforme y un cartel: Si no aceptas el trabajo, solo ponte tu uniforme y sigue como estábamos.
La otra tenia un cartel que decia: Si lo aceptas, ponte lo que hay aquí y ven al comedor. Deja que la magia fluya.
Vanesa curiosa lo abrió hasta descubrir en el un jardinerito rosa con un osito bordado en el pecho. A su vez, unas zapatillas rosas, y una playera blanca a rayas. Sumado a eso un calzon blanco con margaritas. Sonrojada lo vio y noto rápidamente que estos estaban enchastrados en barro. Titubeo, y pensó bastante. Pero la curiosidad la llevo. Finalmente termino con el infantil atuendo puesto. Parecia que había tenido un berrinche o algo, hasta termino ensuciándose ella al ponérselo. Nerviosa y expectante fue al comedor.
- Vanecita!!- Escucho decir a antonella. Mira como estas. – Exclamo Antonella poniendo las manos en su cintura. – no , No señorita. Vamos a darte un buen baño, y luego mami te va a dar una buena lección. – Sentencion Antonella. Sorprendida, Vanesa fue tomada por su mano y llevada a la ducha. De repente vio como la mujer llenaba la tina, y comenzaba rápidamente a desnudarla. Vanesa noto como todo quedo lleno de barro.
“Que estamos haciendo” pensó Vanesa. La curiosidad la hacia seguir y sentí un hormigueo en su pansa. La mujer la tomo, la metio en la ducha y la termino bañando…. Lo cual se sentía sospechosamente bien. Luego de bañarla, la seco, y envuelta en una toalla, la llevo a la rosada habitacion.
- Ahora tendre que limpiar todo este desastre. – se quejo, dejándola envuelta en la toalla. Busco en el armario y separo, dejando en la cama unos calzones muy infantiles y una camiseta. Los calzones eran de niña, blanco y tenían dibujitos de dos conejitos jugando en el trasero. Vanesa lo vio sonrojada pensando si planeaba que ella los use. Luego de eso, saco un fondo, unas brillantes guillerminas de charon con unas calcetas con olancitos y un vergonzoso vestidito infantil. Blanco, con cuello bebe, un listoncito en este, un patrón de conejitos al final del vestido, y un delantal rosa, con un dibujo de dos conejitos jugando.
- Voy a usar… eso? – Se quejo Vanesa.
- Que pensabas usar? – Protesto su jefa. Rapidamente la obligo a ponerse de pie, y comenzó a vestirla. Titubeante, pensó que su nuevo trabajo era…. Mas raro de lo que ella pensaba que seria. Finalmente estaba usando el ridículo vestido, y su jefa, mientras la regañaba, le hacia dos coletas muy apretadas con dos enormes listones rosas. Confundida protesto.
- Pero señora Antonella.
- A mi no me llamas asi. Soy tu mama.
“Mama…” pensó Vanesa. Finalmente peinada, Antonella la volteo y la hizo mirarla.
- Ahora voy a tener que limpiar su desastre señorita. A usted le parece gracioso?
Vanesa naturalmente bajo la mirada, pero la mujer le levanto la barbilla.
- Pues no es gracioso para nada. Pero antes de tener que hacerlo, te voy a dar unos buenos chas chas. – Insistio. En un instante, Vanesa se encontraba boca abajo, con su cola apuntando al aire.
Varias nalgadas cayeron en su cola. Vanesa exclamo un poco mas por la sorpresa y el miedo que por el dolor hasta que finalmente comenzó a patalear como la niña que era.
- No, no mas…
- Te vas a portar bien?
- Si, creo que si.
- No digas “Creo que si”. Quiero escuchar “Si mami, me portare bien.”
- Si mami me portare bien.
- Muy bien, ven aquí. – Ordeno ella. Llevandola de la mano, la obligo a pararse en el rincón viendo de reojo como ella limpiaba el desastre que había hecho.
“Este era el trabajo…” Penso Vanesa avergonzada. La nalgueada en verdad casi no había dolido. Pero se sentía muy tonta vestida asi. Y hasta casi sentía vergüenza de que limpiaran su desastre. Hasta que de repente la mujer vino por ella y poniéndose a su altura dijo: Yaa suficiente rincón chiquitita. Quiero que juegues tranquila portándote bien y sin ensuciarte tu vestidito que tevés preciosa.
- Si…- REspondio Vanesa intimidada. Tomo su oso e hizo su vida normal, ajena a cualquier roll. Uso su notebook y jugo con sus videojuegos. Pero aun asi, se sentía impecable, vestida como una muñequita de porcelana y muy infantil. Su jefa la trataba como una niña, ahora ella era a quien servían. Le hizo el desayuno y la comida con mucho esfuerzo. Le pregunto por sus tareas, frente a lo cual Vanesa invento respuestas. El dia paso con fluidez, hasta que la cambio a un pijama, no menos infantil, enterizo, lila y con maripositas. Y la mando a dormir a las 10 como una niña.
Al otro dia, desayuno en su pijama lila. Y fue nuevamente vestida asi, esta vez, un vestido blanco de marinerita idéntico al anterior. 

Su calzon tenia un oso vestido de marinero en medio de la cola. Hasta debía usar una tonta gorrita. Vanesa descubrió que su trabajo era solamente ser la hija de Antonella. De vez en cuando la amenazaba con unas nalgadas y mas rincón. Vanesa recordaba el suceso del sábado por la mañana con curiosidad. No se sintió tan mal, aunque dolio. De hecho toda esta situación no era tan mala. Tenia curiosidad, mucha curiosidad.
“Si tanto quiere que sea una niña, no le molestara que juegue en el jardín, no es asi?” PEnso Vanesa. Y se fue a jugar allí. Cuando volvió, su jefa puso el grito en el cielo.
- Vanecita. Y esas manchas verdes que son? Hasta zipper esta todo sucio.
- Queria jugar!!- Protesto Vanesa con un berrinche infantil.
- Ay, este fin de semana, estas terrible. – Se quejo . La tomo, la recostó en sus piernas, y esta vez Vanesa se descubrió pataleando y gimiendo como una niña de verdad.
Mientras escuchaba regaños, y sentía su cola punzar, intento resistirse, suplicar y parar el castigo. Cuando vio que esto era imposible, sintió un inmediato orgasmo. A su jefa no le importo, aun asi termino en el rincón. Luego de otro baño, termino estrenando un nuevo vestido.
El dia pronto termino, y todo volvió a la normalidad. Solo hubo una protesta por parte de Vanesa.
“¿Por que lo llamaste trabajo?”.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Feliz navidad!!! Y cap 32.

Con esto de las fiestas, a veces me dan ganas de hacer una historia navideña. Vivo pensando como pasarian navidad, si en el internado, o si les permitirian pasar con sus familias. Se me ocurrio que hasta podria ser una excusa para darles unas pequeñas vacaciones del internado y poner a las gemelas en otra situacion incomoda. Pero Saint Francis comienza en el periodo de vacaciones antes del ciclo escolar, y ese periodo aca en Argentina es Enero/Febrero. Marzo comienzan las clases. Claro, ellas no viven en Argentina. De hecho, viven en un pais ficticio... Y creo siempre viven en verano. Sino, tendria que pensar en la version invernal de CADA uniforme... y me da flojera. El tema es que desde donde esta la historia hasta navidad pasaria como un año, y la historia estaria muy desarrollada para entonces. En fin, disfruten lo que sigue.

 Amy y Mariela se quedaron juntas en el siguiente recreo, con Mariela boceteandole dibujos a Amy e intentando alegrarla. Como si fuera una niña, intentaba animarla con esa nueva historia, de las monjas robots y alumnas que se rebelaban. Tomando la idea de Alice, la mejoro. O al menos la volvió muchísimo mas divertida.
- Un planeta de robots, invadio la tierra…- Dijo Mariela boceteandole un planeta, como si hablara con una nenita. – Luego de invadirla, intento transformar a los humanos en robots, para que los sirvan. Para esto, había que educar a cada humano hasta que se transforme en robot. Para evitar que se reproduzcan, separo a hombres y mujeres en dos continentes distintos…- Explico, dibujando el planeta tierra. – Uno con mujeres y otro con hombres. Y como a los niños humanos los educan en escuelas, convirtieron a la tierra en una escuela gigante. Una vez que ya se transformaron en robots, los envían a su planeta. –
- Wow!!! Tenes muchísima imaginación. –
- Gracias. – Sonrio Mariela. – Asi se creo la Nun Factory. Son monjas robots que los educan hasta tranformarlos en robots. Pero 6 chicas elegidas, intentan revelarse. Como todo tipo de armas están prohibidas, solo pueden usar juguetes que vuelven fuertes con su magia…. –
- Genial!! – Exclamo Amy.
- Alice usa una soga de saltar como latigo. Jessica arroja una pelota contra ellos. Y el resto no lo pensé. A ustedes las capturaron por revelarse y las estaban castigando hasta que las salvamos. –
- Tu también? Tu que poderes tienes? – Pregunto Amy. Mariela pensó unos segundos y recordó que de niña le gustaba jugar con un yoyo. Rapidamente se boceteo a si misma y dijo: Yo uso dos yoyos…
- Y Rhonda?? – Insistio Amy.
Por su parte, Annie busco a Rhonda en todos los escondites que conocía. Finalmente la encontró y nuevamente se sento cerca de ella. Se quedaron juntas hasta que la abrazo.
- T-Tengo mucho miedo… -  dijo Annie abrazándola. Rhonda, no respondio. Ella sencillamente quedo abrazada a su pecho. En el siguiente recreo, Rhonda no estaba en el mismo escondite, pero Annie continuo buscando hasta encontrarla. Nuevamente, descanso su rostro en su pecho. Esto sucedió en cada recreo, Rhonda sintió a la jovencita consolarse en su pecho. De vez en cuando hasta la escuchaba llorar. Ella también estaba preocupada y nerviosa, por eso no decia nada.
El reloj avanzo lentamente hasta que finalmente se dieron las 6. Rhonda fue la primera en aceptar su destino. Para no hacerla larga, apenas termino la clase, se dirigio rápidamente al purgatorio. Gracias a las 3 puertas, termino siendo la primera. La puerta demoro un poco en abrirse, y Rhonda noto que chicas detrás de ellas comenzaron a formarse. Repentinamente la puerta se abrió y ella ingreso junto a 3 mas de su fila y de cada puerta. Al ingresar, vio que había 3 sillas en medio del purgatorio, otras 3 puertas en frente , una puerta mas al costado y unas 3 monjas cuya función parecía ser vigilar a quienes entraban. Las sillas estaban entre cada puerta.
- Nena, ¿que esperas? – Dijo otra monja que estaba al lado de la fila.
- Que tengo que hacer?...- Pregunto Rhonda.
- Eres nueva… quítate tus calzones, ponlos en esta bandeja, formate en frente de la silla. En orden chicas, no se adelanten. – Se quejo la mujer. Rhonda noto que las otras chicas ya se los habían quitado.
- Dale nena, no tenemos todo el dia. –
Confundida y avergonzada obedecio y luego de quitarse su calzon lo coloco en la bandeja, llendose a formar. Rapidamente, el resto de las chicas se formo detrás de ella. Las mujeres de la entrada, llevaron las bandejas a través de la puerta del costado. Al ingresar, las dorm mom se encontraban allí.¿, en un largo pasillo con puertas a los distintos cuartos y una salida. Habia un escritorio, con varios expedientes archivados en compartimientos con 3 monjas. Apenas las bandejas llegaron, tomaron los calzones y luego de ver el nombre, busco en los expedientes.  Antes las alumnas debían dar el nombre, pero este proceso agilizaba el trabajo. Y la jornada laboral de las monjas terminaba con el purgatorio. En el caso de que la alumna se presente en malla escolar si solamente daba el nombre, pero cuando estaban en uniforme escolar hacían el proceso mas fácil asi.
“Rhonda Lynd” pensó la mujer y saco el archivo con sus medidas, historial medico, e informe por cada perdida de liston. Hizo lo mismo con cada alumna de su fila, cito a las dorm mom correspondientes, y luego llevo las medidas y bandejas de ropa al vestidor, el historial medico al consultorio, y los informes a las Maestras disciplinadoras.
- Ortiz, estas preparada? – Pregunto Stella.
- Claro que si. Merecen un buen castigo. Por eso no te preocupes.
- Es Rhonda, creo que esta vez mejor ire yo.
- Crees que soy blanda? Tu les diste muchísimo menos tarea de lo habitual hoy. – se quejo Ortiz.
- Va a ser difícil que hagan mucho tarea luego del purgatorio. Y no te estoy subestimando. Siento que eres mas adecuada para otras tareas. De ella me encargare mejor yo. Tu lleva sus uniformes al deposito. – Explico Stella y apurándose se fue junto a las demás dorm mom.
- Tsk…- Protesto Ortiz. Pero decidio apurarse. El purgatorio daba a través de una puerta a la sala de descanso de las Monjas, en especial de las Dorm mom. A través de ahí, y con bandeja en mano, fue al dormitorio de las chicas. Alice y Mariela estaban guardando sus cosas ahí, cuando ella ingreso. Tomo todos los uniformes y calzones de Rhonda y los puso en la bandeja. Luego con su llave maestra, abrió el cofre. Saco los objetos personales de Rhonda, y también los puso. Finalmente, su mochila y accesorios.
Rhonda, por su parte, nerviosa y asustada esperaba. Las monjas se habían ido hace un par de minutos. Finalmente volvieron a la entrada con mas bandejas, y por lo que escucho, ingresaron mas alumnas. Luego vio que 3 Monjas entraban, entre ellas, Stella. Estas se sentaron en su respectiva silla, y Stella naturalmente se sento frente a ella. Por primera vez, Rhonda se sintió pequeña.
- ¿Qué esperas? – Pregunto Stella. – Recuestate mis piernas asi empezamos. Recuerda que debes facilitar tu castigo a nosotras. –
Rhonda un poco tímidamente se recostó, y Stella rápidamente alzo su falda. La larga azotaina comenzó rápidamente, y las nalgadas cayeron en su trasero velozmente. Rhonda se sorprendio, ya que nunca había sido nalgueada en esa posición antes en su vida.  La función de este castigo era simple: sus dorm mom serian sus madres durante los siguientes 6 años. La idea era evocar castigos de su infancia por algún error muy grave cometido. Sintiendo como perdia el balance, intento soportar el castigo de la fuerte mujer. Fueron largos y numerosos azotes hasta que finalmente comenzó a gemir. Finalmente la puso de pie y dijo: Te has portado muy bien. Stella también se paro y la hizo ingresar por la siguiente puerta, mientras otra dorm mom tomaba su lugar y disciplinaba otra jovencita.
Al ingresar, noto que esta sala era levemente distinta. Estaba dividida con cortinas para mas privacidad, a diferencia de la anterior, y solo habían dos mujeres ahí de su lado. Se tardo tanto en observar que de repente una de las mujeres comenzó a desnudarla. Sorprendida intento resistirse.
- ¿Que pasa?! – protesto Rhonda.
- No debes tardarte tanto. Hay mas alumnas esperando.
En un instante las 2 mujeres la desnudaron y desarmaron sus trenzas. Su ropa junto a las evillas de su pelo fue a parar a otra bandeja. Y en otro instante, termino usando el mameluco de castigo. Rhonda se miro a si misma con el puesto, y de una nalgada la hicieron pasar al próximo cuarto en donde ya la esperaba la medica. “Me queda un poco chico…” pensaba viéndose las muñecas. En el siguiente cuarto, ya estaba ella junto a otras 3 chicas pero todas ya en mameluco. El cuarto era al igual que el primero. Un largo espacio para que las alumnas puedan hacer fila. Esta vez había una camilla, y una mujer con bata esperándolas. Rhonda se pregunto si ella era monja también. En esta ocasión, solo estaba la mujer con bata, una camilla, y un pequeño estante con herramientas para la medica.
- Recuestate, vamos!- Se quejo la mujer.
- S-Si…- Dijo ella, acostándose. Sintio que su cola se destapaba y de reojo vio que habían abierto la parte de la cola de su mameluco.
- Mira hacia adelante. – Ordeno. Rhonda lo hizo, mientras la mujer inspeccionaba su trasero. Se sentía incomoda mientras apretaba sus cachetes  y sus muslos. Teniendo mas tiempo para pensar, se dio cuenta que el mameluco en realidad era una pijama enteriza con piecitos. Era de algodón y bastante comodo, fácilmente podría dormir usándolo como decia en el folleto.  Pero se sentía percudido, y usado, a diferencia de sus uniformes hechos a medida. De reojo, observo que anotaba algo y se lo entregaba a otra monja. Finalmente, la mujer untaba un viscoso liquido en todo su trasero. La sensación era muy incomoda y desagradable, apretaba sus nalgas mientras lo untaba. En el mientras la mujer que recibió la nota le entregaba a la Maestra disciplinadora el informe de la medica.
- Quieta! Sin moverte. – Ordeno la mujer. Rhonda intento hacelo y finalmente todo su trasero termino impregnado del viscoso liquido dándole un aspecto brillante. Las 3 fueron despachadas a la siguiente habitacion.
Otra vez, 3 monjas. Vigilando, y 3 al lado de unos grandes potros de castigo marron.


La imagen era impactante y el corazón de Rhonda comenzó a latir fuertemente. Dio un paso hacia atrás asustada, las Maestras disciplinadoras se veian muy intimidantes y portaban una larga vara. Sin embargo, esto no sirvió de mucho, enseguida una de las monjas la tomo y la obligo a ir hacia el potro. Acosto su torso sobre la parte central, sus rodillas en las de atrás y sus codos adelante su cabeza quedo colgando y sus piernas separadas. Sintio que se podia ver hasta su vagina desde esa posición. Rapidamente, fue amarrada a el y quedo atrapada. Volteo a ver a su verduga con un gesto lleno de temor, mientras esta revisaba el informe tanto medico como el de las Dorm mom. Cerro los ojos intentando tranquilizarse y recordando las dolorosas golpizas que había recibido.
¿Qué se puede decir de las Maestras Disciplinadoras mas alla de que tienen un titulo quizá muy exagerado? ¿Qué se puede decir de mujeres cuyo único trabajo es hacer que adolescentes lloren y griten hasta quedarse sin aliento? ¿Seran sádicas perversas que gozan con cada azote o mensajeras de la justicia que creen fervientemente en lo que hacen? Rhonda diviso en los segundos que demoraron las mujeres en comenzar el castigo que ninguna era precisamente joven.
¿ Seran realmente expertas o brutas a quienes pagan por pegar sin cesar? El resentimiento de Stella, si bien justificado, no hacia que sus opiniones sean ciertas. El purgatorio era un organismo vital para Saint Francis, y las profesionales que ahí trabajan para Stanford son muy importantes. Es el nucleo de su sistema disciplinario. Y dado que la mayor herramienta de castigo son las nalgadas, la salud de las chicas era absolutamente primordial. Las maestras azotaban entre 5, 10 y hasta 20 chicas cada dia, cumpliendo la meta impuesta por la directora. Gracias a la ayuda de las medicas, y el ungüento, era fácil darles un buen castigo aplicando las técnicas y la cantidad de azotes necesarias. Conocian perfectamente como dar un castigo rápido y doloroso, como hacer que cada varazo sea recordado. Pero dado que sus pompis debían estar listas para soportar mas castigos en caso de ser necesario, debían tener los cuidados necesarios. Colas rojas, brillantes, hirviendo, marcadas con la vara, pero nunca sangre o moretones. Aun asi, el ungüento daba una protección extra a la piel que las evitaba, aunque también, volvía los azotes mucho mas dolorosos. Pero mas alla de esta introducción, y del generoso sueldo de quienes trabajan en Saint Francis, hay un gran verdad oculta. La rutina. Luego de años de trabajo las maestras se habían vuelta insensibles. Si lo disfrutaban o no, era indistinto. Capaz algún spanker fantasee con este trabajo y las llame afortunadas. Pero para ellas era un rutina de tener chicas en pijamas, amarradas frente a ellas, y dejarles el culo hirviendo a través de sus técnicas. Habian escuchado cualquier cantidad de llantos, insultos, quejas y suplicas. Habian visto a chicas resistirse y a otras recostarse muertas de miedo. Era difícil encariñarse con alguna si todas parecían verse iguales (De hecho, se veian iguales) y todas reaccionaban igual ante la vara. Para ellas, era al final, solo un trabajo que desempeñaban con orgullo y precision.  Dia tras dia, año tras año.

Annie mientras tanto caminaba escondida por los pasillos. Sabia en el fondo que no había escapatoria, y que debía ir de todas formas. Pero aun no se animaba, sentía que su corazón estaba por salirse de su pecho y sus piernas de gelatina. De repente, vio a Rhonda volver a su habitacion, con el mameluco puesto y llorando. Si, Llorando, nunca había visto a Rhonda llorar antes.
- Annie, que haces aca… Sniff… Ve ya, y has todo lo que te digan… - Insistio Rhonda y rápidamente se fue. Annie quedo aterrada, si a Rhonda podían dejarla en ese estado, a ella que llora con 3 nalgadas las matarían!! DE repente sintió que tiraban de su muñeca.
- No por favor, no por favor!!- Protesto tapando su cola.
- Annie que haces aca!! – Protesto Amy. - …Vamos…- Dijo, no menos asustada que su hermana.
- Tengo miedo… no quiero.. – Suspiro Annie.
- Sabes que nuestros papas no nos van a sacar. Y perderemos nuestros puntos si no vamos. – Insistio Amy.
- ¿Y que me importan los puntos?? – Se quejo Annie.
- A mi si me importan… - Respondio. Ya bastante tendría que estar en uniforme de novata el resto de la semana. Amy tomo de la mano a su hermana y dijo: Si estamos juntas va a estar bien. Solo será un rato.

Convencidas, fueron a hacer la fila como el resto de las chicas.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Cap 31

Fue un martes a la mañana, el dia en que las 4 chicas fueron destinadas al purgatorio. Pero el lector seguramente quiere saber lo que paso y el autor quiere escribirlo. Fue una tontería lo que motivo la gran pelea, pero primero falta cierta contextualización.
El efecto del alcohol y la marihuana empezaba a tener efecto en las chicas. Si bien Rhonda y alice estaban acostumbradas a ella, Jessica no tanto. A pesar de las ayudas de Alice, ella sencillamente no era buena estudiando y la marihuana hacia que el poco interés que tenia en hacerlo desapareciera en dos segundos. Cuando Alice empezó a ayudarla fue bien, pero desde la segunda hacia la tercera, gracias al escondite secreto, su  desempeño rápidamente cayo. Entregaba las tareas, pero mal hechas, y la vara correctiva caia una y otra vez en su trasero. Orgullosa como siempre, preferia ser azotada que ser expuesta en el rincón y demostrar que esos tontos castigos no servían en ella. Por eso era común verla adolorida, de mal humor y con el traste bien rojo. Cosa frente a lo cual se había desacostumbrado, durante el tiempo que se aplico con sus tareas, orden e higiene. Culo rojo que rozaba con el camison y punzaba, se sentaba en las odiosas sillas y punzaba, le caia agua caliente al bañarse y punzaba, hasta al sentarse en la cama,  y le recordaba constantemente su mal desempeño escolar y los castigos…Esto capaz, motivaba a que moleste aun mas a las gemelas como descarga. Cosa que a todas resultaba muy gracioso, ya que si, las gemelas parecían niñas. Y eso es lo que precisamente irritaba tanto a ambas. ¡¡La insistencia de Jessica y como todas parecían encima festejarlo!! Normalmente quien siempre le respondia era Amy, hasta que Annie se canso.
- La vaca burra de culo rojo no deja de molestar…- Protesto cansada.
- Annie…- Se sorprendio Mariela al escucharla decir eso con tanta frialdad.
El insulto dio justo en el clavo, y Jessica se enfado.
- Que te pasa pendejita de mierda? – Dijo y se lanzo contra Annie intentándola agarrar. Amy recordó cuando Jessica la alzo como una bebe y furiosa protegio a su hermana. La empujo con todas sus fuerzas dándole golpes, pero Jessica ni se inmuto, al contrario, agarro a ambas gemelas de los pelos.
- Conmigo no se metan esta claro!!- Exclamo Jessica hasta que Rhonda la tomo del cuello.
- Las soltas. – Ordeno. Y en ese preciso momento, entraron las Madres. Fue en ese preciso momento en donde, como si fuera en cámara lenta, Annie observo con lastima como le quitaban su liston a Rhonda, y con felicidad vengativa como se lo quitaban a Jessica. Cuando vio que Amy también termino sin su liston, comenzó a llorar sabiendo que compartiría su destino. Apenas alguna presto atención al sermón ante la horrible noticia de que finalmente estrenarían el purgatorio las de su dormitorio. La noticia cayo como un balde de agua fría a las 4.
- Q-Que vamos a hacer? Viste como salen las chicas de ahí? Quiero irme a casa, voy a llamar a papa..- protesto Annie.
- Al fin les van a quitar lo…- Se quejo Jessica, callándose al final. Molesta, tomo sus cosas y se fue. “Como sea…” Penso, intentando quitarle peso a la situación. Pero por lo que vio en otras alumnas la situación tenia demasiado peso. Sintio muchísimo miedo y sacudió su cabeza. “No va a doler mas que los cintazos de papa…” continuo pensando. Recordo el ridículo mameluco de castigo y continuo diciéndose “No es nada…”
Rhonda continuo en silencio, estatica. Pero las gemelas no dejaban de quejarse y protestar. Si no discutían se quejaban, sino, se peleaban entre ellas.
- Esto fue tu culpa!! Tu tuviste la idea.
- Y quien empezó la pelea?
- Yo no empece la pelea.
- Chicas…- Dijo Mariela, intentando tranquilizarlas. – Si las descubren peleando…
- Yo voy a hablar con papi. Ya no quiero estar mas aca… - Se quejo Annie.
- Ahora es nuestra próxima clase…
- Y que? Lo voy a llamar y le voy a decir que nos saque de aquí.
- Annie, si no van a su próxima clase las van a castigar…
- No nos van a castigar, por que ya no vamos a estar encerradas aca. – Protesto Annie molesta.
- Annie… - Dijo Amy preocupada por su hermana.
- Hasme caso y vamos a llamar ¡!
- Son las 6 AM, no creo que nos atiendan. – Se quejo Amy.
Ambas hermanas, se fueron a donde se realizaban las llamadas. Peleandose por el único teléfono del lugar, insistieron varias veces en llamar a sus padres, sin ningún tipo de éxito.
- Deben estar de viaje… - Dijo Amy. Los ojos de Annie se llenaron de lagrimas, mientras recordaba todas las chicas en mameluco de castigo que vio. Se los limpio y dijo: Pues a mi no me van a hacer nada. Si mis papas supieran lo harian.
- Annie, ya es nuestra primer clase… Si no vamos… - Suplico Amy, un poco mas realista que su hermana.
- Como sea!!- Protesto Annie.
Ambas hermanas caminaban juntas en silencio. Antes de la clase, todas estaban en su habitacion. Stella llego para el chequeo de uniformes habitual. Las chicas, obedientes, esperaron al lado de su cama. Todas menos Annie. Stella la observo de reojo a la niña, cruzada de brazos, con sus ojos llenos de lagrimas. Dedujo la razón rápidamente, pero sin embargo la ignoro. Reviso con detalle el uniforme de cada una, incluyendo el vergonzoso chequeo de ropa interior. Cuando fue el turno de Annie, pregunto en vez de castigar.
- ¿ Por que no esperas tu revisión como las otras?
- Nosotras ya nos vamos. Ya no queremos estar mas aquí. No pude hablar con mis papas, pero cuando lo haga pasaran por nosotras.
- ¿Y se puede saber la razón de eso?
- No! – Respondio Annie molesta. Stella fácilmente podría darle un buen castigo por eso, pero decidio ser paciente.
- No seas maleducada. Dime por que decidiste tan repentinamente que podrias convencer a tus padres de que te salgas de aquí. ¿Es acaso por que te quitamos tus listones?
- Si!!- Se quejo Annie.
- ¿Y como planeas convencerlos? ¿Contandole las razones por las que te los quitaron? Por que mejor no mencionas en voz alta la razón por la que te quitaron cada liston.
- N-No… No quiero.
- Es una Orden señorita. Y mientras sus padres no vengan por usted, sigue siendo una alumna de Saint Francis. Considere que he sido muy paciente con usted. Digalo, YA mismo.
Annie bajo su cabeza avergonzada y murmuro. – Por pelearme… Pero yo no lo empeze.
- Es absolutamente incorrecto que una señorita se pelee como un animal. Cualquier alumna de este instituto se queda inmediatamente sin listones al tener un comportamiento similar. ¿La otra razón?
Annie continuo cabisbaja y Stella Insistio: Con la cabecita alta, como si estubieras diciéndoselo a sus padres.
- Mentir e intentar espiar en su oficina…- respondio suspirando.
- Espiaste en su oficina? – Se sorprendio Mariela.
- ¿Piensas contarles eso y decirles que te saquen por que no quieres ser castigada?- Insistio Stella. Annie nuevamente bajo la cabeza y no contesto.
- Hasta que lo hagas y ellos vengan a buscarte, seguiras las reglas. Sere paciente ya que es tu primer visita al purgatorio y no será fácil. Aun asi, no estabas lista como las demás para tu inspección, y fuiste maleducada conmigo. No puedo darte un trato especial. Son dos castigos. Sin embargo sere considerada y te dare una advertencia antes de darte la orden de obedecer uno. Tu cola necesitara toda la resistencia posible para soportar el purgatorio. Ahora decide, Llamas o Arrepentimiento. – Ordeno Firmemente Stella.
Deprimida, avergonzada y asustada, Annie fue al rincón, adoptando la posición típica y comenzó a rezar. Rapidamente comenzó a llorar de la preocupación al hacerlo.
La primer clase fue un desastre. Jessica estaba muy nerviosa y preocupada, y lo transformaba en bronca. Rhonda, totalmente abstraída. Y las gemelas, muertas de miedo, apenas podían concentrarse en algo. Debido a la advertencia de Stella, ambas se la pasaron en el rincón, y para cuando termino la clase, tenían sus rodillas ya rojas. Por su parte, Jessica y Rhonda, fueron varias veces nalgueadas. Mariela y Alice solo observaron la clase, a la expectativas de sus compañeras.
 Ya en el recreo, cansadas de tanto castigo, las chicas tomaron caminos diferentes. Rhonda no tardo nuevamente en desaparecer. Jessica se quedo en la sala de ocio, negándose a estudiar con las demás. Ni que la vieran. Si, estaba muerta de miedo, y trataba de manejarlo sola, sin mostrárselo a nadie. Su padre la había criado a cintazos, pero su cola nunca quedo tan roja como la de las chicas del purgatorio. ¿Y varazos? Nunca había recibido un varazo antes. Recordaba como herbia la piel luego de los cintazos, y recordaba el humillante mameluco de castigo. ¿Rezar frente a todas en la sala de ocio? “No importa…” se repetia a si misma, con la pared roja frente a ella, como si estuviera esperándola. Rapidamente se fue del salón de ocio hacia el patio, aunque todo parecía recordarle lo que venia. Y hasta sentía que escuchaba conversaciones a cada rato acerca del tema. Se estaba volviendo loca. “No importa…” Pensaba de vuelta. Y pensaba en las tontas gemelas. Sus padres serian capaz de salvarlas a esas bebitas consentidas. ¿En cambio ella? Sus hermanas se burlarían, y su padre le diría que es exactamente lo que merece.
En cuanto a las gemelas, Mariela intento acercarse a ellas, pero estaban totalmente histericas. Annie intento nuevamente llamar a sus padres, pero nada.
- Deben estar de viaje. – Penso Amy.
- Tienen que sacarnos de aca!- Protesto. Amy abrazo a su hermana y dijo: Annie, sabes que no nos van a sacar, ¿no escuchaste a Stella?
Annie naturalmente volvió a llorar: Tengo miedo…
- Yo también…
- No sentís que todas nos miran? Parece que saben lo que nos va a pasar.
 - Debe ser por los listones. –
Mariela que estaba cerca, sintió muchísima preocupación y lastima por ellas. Se acerco y les dijo: Tranquilas… seguro será algo rápido. Y … yo las voy a ayudar.
- Ayudarnos como? Dibujandonos?- Se quejo Annie. Eso fue un golpe duro para Mariela quien bajo su cabeza deprimida.
- Perdonala, solo tiene mucho miedo. – Dijo Amy.
- N-No… tiene razón… lo siento…- Dijo Mariela, dispuesta a contar la verdad. ¿Cómo podia ser tan horrible como para burlarse de ellas con sus dibujos?
- Solo dejanos vengarnos… no es justo que solo nos castiguen. Nosotras también queremos tener poderes.

Mariela sonrio. Amy era mas madura de lo que pensaba. Y annie definitivamente muchísimo menos tierna. 

jueves, 22 de diciembre de 2016

cap 30

….Una semana antes aproximadamente…
Efectivamente las chicas se estaban portando un poco mejor, gracias a la tutela de Alice. Sin embargo, ella no hacia milagros. Annie continuaba siendo floja, Amy continuaba aburriéndose con facilidad, y Jessica seguía odiando estudiar. Rhonda a veces se esmeraba. A veces. Y la friccion entre Jessica y las gemelas era constante. Pero a su vez, todas comenzaron a compartir un secreto en común. Un escondite secreto. El escondite secreto cumplia con su nombre a la perfeccion. Se encontraba en un angulo difícil de ver desde el colegio, medianamente cerca de otro galpón donde se guardan los productos de jardinería. Tenia dos arboles adelante, y estaba cerca de uno de los rincones de la reja. Era un gran e inmenso arbusto, con un gran hueco en su interior. Las rejas estaban cubiertas por una enredadera, pero se había hecho varios augeros grandes que permitían a las pupilas ver al exterior. Daba a una calle de barrio muy simple con muy poca gente. Del otro lado había varios arboles frondosos y esa vereda no era muy frecuentada. Rhonda había logrado esconder ahí alcohol, marihuana y cigarrillos.
- De donde los sacaste? – pregunto annie, cuando rhonda se los mostro a Alice.
- De chicos de la calle. -
- Y como quisieron dártelos… como te vieron?- Preguntaba annie curiosa.
- Saque mis tetas por los augeros y las vieron.- Contesto Rhonda con naturalidad.
¿Sorprendidos? Rhonda en serio vivía en la calle. Annie si se sorprendio. ,Pero aun asi, quería a Rhonda y “se lo perdono”. Una vez que Jessica estuvo con Carl, Alice ocupo el lugar. Mudo su provision de alcohol, cigarrillos y porros a ese escondite.
El escondite paso a ser ocupado oficialmente por Rhonda, Alice y Jessica. Sumado a eso, la vez que Carl visito a Jessica, en verdad fue para llevar mas provisiones a Alice. Alice, por anticipado, pago a Carl lo poco que le quedaba para que continue con estos favorcitos por un tiempo. Estar con Jess solo fue un plus y algo conveniente para los planes de Alice.
Amy, naturalmente empezó a sentir mucha curiosidad… Una vez, estaban justo Amy, Annie y Mariela juntas.
- Annie. Seguis llendo a ese escondite con Rhonda?
- Si…- Respondio Annie desilusionada. Antes era divertido esconderse. Pero ahora había muchas mas personas. Y ni Jessica ni Alice les caian bien.
- Nos llevas?? Porfa!! Quiero conocer. – Insistio Amy.
- Llevas? – Pregunto Mariela.
- Si, tu vienes también, es obvio. Dale Annie, llevanos. – Insistio Amy.
Dado a que Annie se sentía resentida por que Llevaron a Alice y a Jessica, ella termino llevándolas. Normalmente las reglas para entrar al escondite eran estrictas. En grupos pequeños, sin que nadie las vea o las siga. A pesar de su personalidad las obedecieron y terminaron en el. Dentro se encontraban Rhonda, Jessica y Alice fumando.
- No, no Vallanse. No queremos bebitas aquí. – Se quejo jessica.
- No somos bebes!!- Protestaron al unisono. – Y este escondite era mio y de Rhonda!!- Se quejo Annie.
- Tranquilas chicas, Somos todas amiga. Pueden quedarse. Solo que me gustaría que nos hagan un favor. – Comento Alice.
- Si? – Preguntaron ambas.
- Ven Mariela, siéntate conmigo. Chicas, saben donde habrá desodorante… o gotitas para los ojos? Podrian conseguirlos?
- Claro!! Vamos Annie. – Dijo Amy, y en poco tiempo robaron un par. Finalmente se unieron al grupo. Ya en el grupo, se sentaron junto a las demás, intentando no ensuciarse.
- Escuchen, nosotras les convidamos. Pero tienen que hacer caso. Se ponen desodorante y gotitas para los ojos si quieren fumar. Y comen chicles, yo intercambie en la tienda. Y no vayan a hacer tonterías. No tomen de mas. – Aclaro Alice, y Rhonda le paso una petaca de licor a Mariela. Mariela ya había bebido anteriormente, en alguna fiesta familiar, de parte de algún tio borracho. Puso un gesto disimulado de disgusto al beberlo, ya que no le gusto, pero por la presión del grupo lo hizo.
Amy y Annie observaban sorprendidas lo sucedido. Sus compañeras bebiendo y fumando. ¿Y eso era marihuana? Sus padres las habían criado en una burbuja de cristal acaramelado. Practicamente nunca las dejaron crecer, y por su apariencia infantil ni les permitían probar alcohol. Eran enviadas a jugar con los otros niños en las reuniones familiares.
Mientras Mariela bebia levemente la petaca, y hacia caras por el sabor a alcohol, intentaba convidarle a Amy.
- Queres? – Pregunto.
- N-No.. gracias.- Respondio amy.
- Vos annie?- Pregunto y ella negó con la cabeza.
- Son dos bebes. No fuman, no toman. Si quieren traemos chocolatadas asi no se aburren estando con nosotras. – Bromeo Jessica. Ambas gemelas se sonrojaron, pero se quedaron calladas. Mariela tomaba un poco de alcohol, pero no se animaba a fumar nada. En cambio ambas chicas no se animaban ni a probar gota. La amenaza del liston faltante las tenia aterrorizadas.
- Vamos chicas. Si es un poquito no va a pasar nada. – insistió Alice.
- …. Esta bien…- Se quejo Amy, mas obligada que por deseo. Cuando el liquido toco su lengua puso un gran gesto de desagrado. Luego saco su lengua. – Es horrible.
- jajajaja. – Se rio Jessica. – La próxima traeles una mamadera a cada una. – Se continuo burlando.
- Deja de molestar!!- Protestaron ambas al unisono. Avergonzadas se quedaron calladas.
En los siguientes días continuaron juntándose con las otras en el escondite. Pero lo hacían mas por la presión social que por deseo propio. No querían demostrar que eran unas bebes. Sumado a eso, había otra circunstancia muy incomoda para ellas. La forma en como Jessica y Rhonda convencían a los chicos de la calle para que les dieran cigarrillos u otros favores. Claro, ninguna era necesariamente una victima. Despues de todo, tenia Jessica tenia sus hormonas revolucionadas por Carl, y por sus quince años encerrada en un reformatorio de solo mujeres. Rhonda también lo hacia, pero menos gustosamente, aunque aun asi podia disfrutarlo. Las gemelas nunca habían ido siquiera a una escuela mixta. ¿Recuerdan lo que dije de la burbujita de cristal?
Ya hacia el lunes y en su habitacion. Mariela frente al espejo, alzo su falda y reviso las marcas en su trasero.
“Apenas esta rosa…. Pero este dolorcito es muy irritante…” Penso, y luego acomodo de vuelta su uniforme. Las ultimas dos semanas tuvo dificultad en concentrarse. Mas de lo normal. Y la ayuda de Alice no la salvo de la constancia de las monjas. Los 20 azotes caian una y otra vez en su trasero. Adolorida intento volverse a concentrarse, pero nunca dura demasiado tiempo, y termino escogiendo los tediosos rincones para dejar descansar su pobre cola. La razón es simple. El domingo de gala. Annie y Amy pataleando en las piernas de Stella y Stanford. ¡¡Necesitaba dibujar eso!! Finalmente no resistio la tentación y alquilo su cuaderno y herramientas de dibujos. Tenia la escena entera perfectamente grabada en su cabeza, como si hubiera descargado un video de internet y lo viera una y otra vez. No se decidia que escena hacer, hasta que decidio hacer varios dibujos, de lo que paso. Ellas siendo nalgueadas, haciendo su “Danza de la cola hirviendo” (que es muy característica de ellas), llendo al rincón, etc. Aparte, con sus uniformes de gala, se veian tan tiernas. Eran como dos muñecas. Mariela hasta sentía ganas de sentarlas en sus piernas y mimarlas.
Esta vez, decidio ser mas disimulada, e hizo los dibujos a escondidas. Nadie la descubrió haciéndolos esta vez. Pero luego de estudiar las 6 juntas, y por esas casualidades de la vida, terminaron Alice, Jess y las gemelas en la habitacion. Cuando Alice vio la carpeta de dibujos de Mariela, guardada, supuso que esta era su oportunidad.
- Jess, Viste que buenos son los dibujos de Mariela? – Dijo Alice, intentando sacar el team.
- Si, jajaja, al menos me pude vengar de stella. Aunque sea en un dibujo.
- ¿Dibujos? Yo solo vi que dibujaba para sus clases de arte. – Respondio Amy.
- Dibuja muy bien. Me dibujo peleando contra una monja robot. –
- En serio? – Respondio Amy, como una niña entusiasmada. – Ay, quiero verlos!!- Exclamo. Vio el escritorio de Mariela, y diviso su carpeta de dibujos guardada. Naturalmente, Amy fue y tomo la carpeta.
- Amy, no!- Protesto su hermana.
- Por que no? Son solo dibujos. – Se quejo Amy. Los reviso riéndose de los de Alice y Jessica. Pero luego se sorprendio poniéndose roja como un tomate.
- Y-Y esto? – Pregunto. Annie se acerco a ver. Eran ellas en uniforme de gala, dando los saltos que dan siempre luego de las nalgueadas. Jessica curiosa se acerco y se rio. – Jajajaja, son ustedes. Hasta hacen lo mismo. –
Las chicas continuaron revisando, y noto que había mas escenas de ellas siendo castigadas. Especialmente de las gemelas. Era raro, y vergonzoso. Pero a la vez, incomodo. ¿Por qué les gustaba tanto dibujarlas castigadas? Repentinamente llego Mariela y las preguntas comenzaron.
- Que es esto? -Pregunto Amy.
- Por que siempre nos dibujas castigadas? – Insistio Annie. La cara de Mariela se puso roja como un tomate. Y sintió que iba a ponerse a llorar. ¡Habian descubierto su secreto! NO se le ocurrio ninguna respuesta hasta que Alice se metio.
- Chicas. Tranquilisence. Es solo un comic que Mariela esta haciendo. Que no se vallan a enterar las Dorm mom. – Explico Alice. – Les gustan los comics?.
- Si…- Respondieron ambas al unisono, un poco confundidas.
- Bueno, son monjas robots que las capturaron y nosotras peleamos para liberarlas. ¿Entienden?
La idea a ambas las entusiasmo. Despues de todo, a ambas les daban comics como niñera sus padres cuando salían de viaje. Si bien, se les hacia extraño las aceptaron.
- Empezo haciendo dibujos donde las capturan. Y nosotras peleando, las vamos a salvar. Luego hara un comic. Las monjas parecen robots y nos quieren convertir en robots a nosotras por eso. Es una parodia. – Continuo explicando.
- Y… por que siempre nos nalguean a nosotras…- Pregunto Annie.
- Por que son unas bebes, no es obvio? – se burlo Jessica.
- ¡No somos bebes! – Protestaron ambas gemelas al unisono. Sin embargo la idea comenzó a parecerles mas interesante. Aunque era molesto, vergonzoso y humillante que por lo visto hasta Mariela las consideraba unas niñas a quienes debían rescatar.

Se acordaron de todas las veces que las monjas se comportaban como robots, de las obseciones de ellas y los castigos tediosos e injustos. 

miércoles, 21 de diciembre de 2016

cap 27, 28 y 29

Me operaron de un tumor de pulmon. Pero sigo con vida :D ea ea.

- Chicas, estudiamos juntas? – Pregunto Rhonda. Annie y Amy la miraron asombradas.
- S-Si… claro. - respondieron al unisono.
La primer semana luego del domingo de gala fue mucho mas tranquila y un descanso para todas. Salvo para quienes andaban en mameluco de castigo, que en si eran muchas. Practicamente el 20% del Internado.
Y aunque ya estaban inmersas en la rutina, el domingo de gala, y por sobre todo los castigos de la directora las afectaron mucho a todas.
Rhonda finalmente asumió que pasaría mucho tiempo ahí con sus nuevas compañeras. Intento ser mas sociable con quienes siempre la buscaban para estudiar o pasar tiempo. En especial con Annie a quien empezó a practicar peinarla y hacerse trenzas ellas. Juego que Annie adoraba.
Jessica se propuso controlar mas su furia. El castigo fue humillante y nunca sintió tanta impotencia en su vida. Tuvo que tragarse su orgullo para poder concluirlo, y termino entendiendo que podría volver a pasar por lo mismo cada mes.
En cuanto a las gemelas, nunca se habían sentido tan inmaduras en su vida. No eran nalgueadas y mandadas al rincón desde sus 10 años aproximadamente. Era un castigo infantil, de niñas, frente a todas. Y lo peor, no podían cumplirlo, siempre alguna se movia. Jessica siempre se burlaba de ellas, y ahora tenia una nueva razón muy efectiva.
Mariela sentía un mix de sensaciones en su interior. Por un lado, gracias a Alice, se salvo de un humillante castigo. Le aterraba pensar que pasaría por lo mismo si no cumplia con todas las exigencias, y cuando recordaba la foto sentía su cara caliente. Pero por el otro, aunque le daba lastima y tristeza recordar las lagrimas de sus compañeras, también le daban mucho morbo. Intento contenerse, pero al final cedió a la tentación, alquilo su carpeta y termino dibujándolas, esta vez a escondidas.
¿Y alice? Alice fue premiada por haber sido felicitada por la directora. Tenia puntos de sobra y lo primero que hizo fue presumir una elegante blusa blanca, que usaba junto a su falda cuadrille del internado, y que le daban un estilo muy intelectual. Considero que lo mejor era gastar sus puntos en eso, la imagen era muy importante.
Alice, anoto en su biblia, varias conclusiones importantes. El domingo de gala, de cierta forma, supervisaba lo que sucedería en el mes. Esto hacia que deban ser especialmente cuidadosas. ¡¡No podia ni imaginarse la humillación de que Carl la vea recién castigada!!             Debia pensarlo dos veces antes de invitar a alguien.
- Me siento un robot…- Protestaba una y otra vez Jessica, mientras comia junto a Mariela y Alice.
- Hoy… esta llena de chicas en mameluco y uniforme de novata…- Penso Mariela en voz alta.
- Y ya es martes... – Contesto Alice. – Pero la fila para el purgatorio ayer no fue muy larga. Seguro fue por el domingo de gala… -
- Diganme, no parece un robot Stella? Ya me tiene cansada. Si viene seguro es por alto. – continuo protestando jessica.
- Jajajaa, capaz si sea un robot.- Se quejo Mariela. – Hoy volvió a hacer chequeos… los odio. –
- Pues esta mucho menos estricta que la semana pasada. Y ambas están mucho mas ordenadas últimamente. – Corrigio alice a ambas.
- ¿Estas de su lado?  - Se quejo jessica.
- Yo… estoy del lado de lo que me conviene. Y me conviene hacerles caso. ¿Si ya sabes como son, entonces para que les haces la contra…? –
- Es que me da tanta bronca…. Ojala pudiera…- Protestaba Jessica apretando su puño.
- Y por eso vivis en uniforme de novata. – Se encogio de brazos alice. – Recuerda que hoy tenemos tarea. –
Avergonzada por estar usándolo, Jessica se quedo callada, sonrojada y molesta. Aun no conseguia los puntos suficientes para alquilarlo, a diferencia de Mariela y Alice. Ahora que ya notaron que ahorrando puntos podían optar por usar algo mas juvenil, llevarlo puesto tenia una connotación vergonzosa. Entre las mismas alumnas, solian bromear y tratar como niñas a quienes debían usarlo. Y las monjas lo alentaban. En especial Ortiz, quien solia tratar con un tono infantil a quienes aun lo llevaban. Capaz por la ternura que les inspiraban las alumnas en el, o solo para humillarlas como motivación extra.
- Capaz son robots y te quieren convertir en robot Jess. – Bromeo Mariela.
- Jajaja, y ya convirtieron a Alice parece. – Contesto Jessica.
- Como quieras. Gracias a que yo si hago lo que corresponde, tengo puntos hasta para darle a ustedes dos si quiero. ¿Y gracias a mi no lo conociste a Carl?
- Shhh…. – Protesto Jessica sonrojada. – Si se enteran termino como ellas… Aparte… - Murmuro y luego hizo un silencio. Acercandose al oído de Alice, dijo: Mira… el y yo hablamos. Y quiere visitarme. Pero quiero verlo antes del domingo. El dijo que… hablen. –
- No te preocupes. Yo me encargo. – Sonrio Alice.
- ¿Como puedo agradecerte?
- Somos amigas, las amigas nos hacemos favores. – respondio. – Y me gusto la idea de la monja robot. Justo yo le había dicho a Mariela que me dibuje peleando contra un robot como si fuera una superheroina. – Menciono Alice.
- Es verdad!!! Cierto que me lo habias dicho.- Exclamo Mariela.
- Hey Marie, dibújame dándole un puñetazo a un monja robo. – Bromeo Jessica. – Al menos quiero poder hacerlo en un dibujo. – Sonrio.
- Q-Que… violenta…- Penso Mariela en voz alta. Pero ella también les tenia bronca. No la dejaban ni respirar, aunque Stella definitivamente había bajado el ritmo y ya no las obligaba a hacer reverencia. – Esta bien!! Cuando saque mi carpeta te dibujo. – contesto.

Luego de comer, Alice llamo por teléfono a Carl. Luego de conversar unos minutos, pensó “Perfecto.”

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- Rhondaaaa, me cepillas mi cabello?- Pregunto annie, ya en camison.
- Annieeee!- Protesto Amy .
- Queeee? – Se quejo imitándola.
Amy se cruzo de brazos super celosa viendo como su hermana efectivamente iba con su peluche y el cepillo al lado de Rhonda. Rhonda se había vuelto mucho mas complaciente con Annie. Comenzo a cepillarle su cabello hasta que Annie empezó a quedarse dormida. Amy por su parte se tomaba la cabeza. “Asi quiere que maduremos… Hace lo mismo que hacia cuando…” Protesto.
- Amy!! Necesito hablar con vos. – Insistio Alice.
- Si alice? – Sonrio Amy, mostrándose un poco exceptica.
- Ven. – Dijo y la tomo del brazo, ambas terminaron hablando en voz baja. – Necesito que me hagas un favor. – Dijo guardando silencio. Alice recordó vagamente, que una gemela era la hiperactiva y la otra era la floja. Intento recordar cual era cual, ya que la hiperactiva le servia mas. La floja era muy miedosa. Reviso el nombre de la chica en su camison y aposto a que era amy. Solia confundirselas bastante, y tanto con ellas no hablaba.
- Amy… recuerdas que te pedi un escondite?
- Si, el que uso jessica para co….- Dijo y Alice le tapo la boca.
- Estas loca? – Protesto.
- L-Lo siento…- Murmuro con las manos en su boca.
- Bueno, el escondite es ideal. Pero hay una enredadera que cubre la reja hacia el otro lado. Y se que tu y tu hermanita son muy curiosas. – Explico.
“Otra vez tratándonos como nenas…” se quejo Amy, pero la dejo continuar.
- Conoces una forma de abrir esa enredadera, ¿para que podamos acceder al otro lado?
- Si queres escapar es imposible…- Se burlo Amy poniendo sus manos en la cabeza. – Terminarias con mameluco de castigo y el culo lleno de varazos. –
- No, no es escapar. ¿Cómo crees?. Tu me entiendes Amy a que me refiero. Dale, yo se que en verdad no son unas bebes. – Bromeo Alice. Y dio justo en el clavo.
- Si, obvio que se a que te referis. – Dijo Amy, sin saber a que se referia. – Y lo haría, pero si es para Jessica, no lo hago ni en pedo. Ella nos trata mal siempre. – Se quejo.
- Bueno, nosotras tenemos que ser amigas como tu dijiste. ¿No recuerdas? Mira, a cambio pueden ir a estudiar con nosotras a la biblioteca, y yo las ayudo a estudiar. No van a querer ser castigadas de vuelta el domingo de gala. –
- Ummmm…- Penso Amy.
Estaba particularmente preocupada por eso. A pesar de que se esforzaron no alcanzaron a aprobar. Le daba miedo recibir otro castigo humillante el domingo de gala. Cuando lo recordaba se sonrojaba. Y sumado a eso, dependía de los puntos de los exámenes. Todos los reprobo asi que ya no tenia puntos. Era muy vergonzoso andar en uniforme de novata y ni podían salir afuera. Sumado a que la loca de Stella no les daba ni un segundo de paz. Pero ya no tenia un liston, y el purgatorio le daba terror. Cuando veía una chica en mameluco blanco ni se animaba a verlas.
- Si quieren podemos prestarle nuestro escondite secreto. – Dijo Annie.
- Annie…- Protesto Rhonda.
- Necesitamos buenas notas… y puntos…- Se quejo Annie.
- Esta bien. – Contesto Rhonda. Suspiro y recordó las palabras del asistente. Era mejor adaptarse. – Pero vamos a la biblioteca las 3. – Insistio, refiriéndose a ella junto a las gemelas.
- Esta bien… las 3. – Contesto Alice.
- Acercate. – Dijo, y las 4 hablaron juntas. – Ya le hice un corte yo… hace mucho…- Comento. – De ahí me hice unos amigos… es una larga historia.
- Amigos? – Preguntaron ambas gemelas al unisono.
- La enredadera tiene unos augeros… - Contesto Rhonda. Y en voz baja explico: Robe unas tijeras… Aun no las devolví… Y llame unos chicos. Me pasan alcohol y porros. – Explico.
Las gemelas nunca habían escuchado mencionar la marihuana antes. Alice si.
- Pero no quiero que nos descubran. Si quieren ir ahí tienen que seguir mis reglas. – Insistio.
- Por supuesto- Dijo Alice notando que Rhonda se adelanto a sus planes. – Pero que tan seguro es? – Pregunto. Bajo la voz y le dijo al oído. – Carl me paso un poco, lo escondimos por ahí, si hay un escondite mejor.
- Un poco? Cuanto es un poco? –
- Una petaca y 6 churros.
- Como hizo para pasar tanto?
- Es un internado de señoritas no una prisión, ¿quien lo va a revisar? El problema es que no quiero que nos descubran. –
- Bueno, no hay que ser estupida. Solo eso. –
- Rhonda y yo elegimos el lugar.  ¡Es super secreto! – explico annie.
- Por eso no dejabas de revisar arbustos…? – Pregunto Amy.
- Elegimos la ubicación perfecta. – Continuo explicando Rhonda. – Luego de la primer clase, te muestro donde es. – Continuo.
- A mi sola? –
- No quiero que nadie nos siga, solo vamos de a dos. –
- Mira…. Se que te preocupa que nos atrapen. Pero yo me he estado fijando. A partir de las 6, las monjas nos ignoran completamente. Solo se fijan en quienes no tengan sus listones. Los sabados y domingos a partir de las 8 solo ven el salón de ocio. Apenas sean las 6, podemos ir esta bien?
- Aun asi vamos solo nosotras 2. – Aclaro Rhonda.

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Habian pasado dos semanas desde el domingo de gala anterior. Y mientras Stella preparaba el informe, Ortiz continuaba quejándose. Se encontraba bastante molesta por el famoso sistema de Stanford. Pero mas que nada, enfadada por ser la que castigo a Jessica, y no a las gemelas en sus piernas como hubiera preferido. Si en este momento, alguien le preguntara a Ortiz como se siente, respondería muchísimas excusas. Y quizá eso es lo que provoca el conflicto con Stella. Pero la verdad oculta, casi inconsciente son las siguientes dos cuestiones.
Por un lado, debido a su condición de Monja, las chicas son la mayor cercanía a la maternidad que Ortiz tendrá en su vida. Su instinto maternal se manifestó fuertemente, y es muy conflictivo para ella. Intenta mostrarse fuerte y estricta, pero muchas veces se derrite por ellas, y la única que hasta ahora ha dejado que la abraze fue annie.
Y por el otro lado, hay una razón igual de importante. Desde niña, Ortiz crecio asistiendo al instituto Saint francis. Padecio su estricta educación y sus severos castigos. Y quizo ser maestra, por vocación. Le atemorizaba hacer pasar a sus alumnas por las vergonzosas cosas que ella había pasado. Pero desde que recostó a la fuerza a Jessica en sus piernas y la dejo derrotada y con su cola hirviendo sintió una mescla de sensaciones muy grandes. Y entre todas las sensaciones, había una prohibida que la motivaba a seguir hasta sastisfacerse. Dicha sensación es el placer, de dominar, de someter o de humillar. Su voto tenia prohibido tal sensación, y Ortiz fingia que no existía. Que no era viable. Con un millón de excusas y justificaciones, alimentaba esta sensación cuyo limite parecía no tener fin. Si la tecnología de la época lo permitiera, filmaría cada una de las muchachas durante los castigos. Pero no todos sus castigos. Nalguearla a Jessica en sus piernas fue perfecto. Era tratada igual que una niña, regañada, sometida, y no podia escapar. Recordaba la imagen una y otra vez. De la misma forma que ama su ritual de despertar a Annie en sus piernas con una nalgada. Varias veces aprovecho y dio mas de una. A pesar de la insistencia de Stella, de seguir el método protocolar de castigos. El método protocolar de castigos, no significaba nada para ella. Dificilmente sabia quien dominaba a quien. Ella solo contaba y las alumnas aterradas elegian el castigo que mas preferían. ¿Acaso eso es un castigo? ¿Qué ellas puedan preferir lo que quieren? Como puede imponer respeto, u orden, cuando solo puede dar una elección. El purgatorio se le hacia excesivo. Mil veces protesto con Stella, que deberían permitirle tomar a esas mocosas de la oreja, recostarla en sus piernas, y dejarle la cola roja como las niñas pequeñas que en realidad son. Estas quejas, si no quedan en la nada, generan conflictos a cambio. Ha apreciado varias veces, indignación, bronca, vergüenza, dolor y resignación en sus alumnas, mientras resisten los azotes. Pero no es lo mismo… Al menos se asegura que cada visita al rincón sea bien vergonzosa para ellas. O que quienes tengan la cola roja, recuerden a cada rato su mal comportamiento. Pero no es lo mismo……
¿Cómo puede ser que no nos dejen nalguearlas a cola desnuda? ¿ Que cada cosa se solucione con 20 azotes? Claro, asi yo también haría lo que quisiera, total luego elijo el castigo que menos me molesta y ya!! En el instituto no es asi. La de veces que habre pataleado en las piernas de Miss Hamilton por decir la MITAD de las cosas que dice Cintio diario.- protestaba Ortiz.
 - Y lo peor, la Directora, la que las obliga a seguir este tonto sistemita, se abusa de el. Uso el informe minucioso que ambas estuvimos obligadas a hacer, y ahora las pupilas están aterradas de los castigos que ELLA le pueda dar. Solo por que les da el castigo que ellas no eligen y tiene un dia para pensarlo. ¡Es injusto! Ellas deberían temernos a nosotras no a ella ni al purgatorio.¿¿ Somos quienes la cuidamos diario no es asi?? – Continuo quejándose Ortiz.
- No es tan fácil como te imaginas. El sistema funciona, Doy fe. – Contesto Stella, basándose en su propia experiencia.
“Claro, por que a ti te toco nalguear a las gemelas” Protesto Ortiz para sus adentros. Gran parte de su bronca era precisamente, que Stella pudo hacer lo que ella quería desde el dia uno. Nalguear a las chicas como niñas pequeñas, como lo hizo con Jessica. “Es muy distinto…” pensaba Ortiz. “Rapidamente determinas quien es la adulta y quien es la niña a quien van a corregir” Continuaba argumentando. “Una vez atrapada en tus piernas, no te limita un numero. Solo la reacción de la pupila que esta indefensa en tus rodillas. Si ella demuestra que se comportara como una señorita que aprendio su lección…” Pensaba. Recordaba lo poco que pudo ver del castigo, mientras se encargaba de Jessica. Como ambas pataleaban, lloraban, y suplicaban perdón. Como iban y volvían del rincón resignadas. Y sus bailecitos de dolor. Y lo vergonzoso que debio haber sido para dos chicas que siempre intentan demostrar que son grandes. Sus caras rojas. ..
“Castigar a Jessica estuvo divertido igual… A esa mocosita malcriada le di una buena lección y ya no anda tan provocadora conmigo. “ Penso. Y se detuvo en el pensamiento “¿Mas divertido?”. Rapidamente se justifico. “Las chicas necesitan que las guien. Ellas necesitan disciplina y constancia.” Sabia para sus adentros que disfrutaba de humillarlas y someterlas. Y a pesar de la culpa que a veces le daba y que las consideraba sus tesoros, sabia que ese placer era mejor que un displacer. Y que de todas formas tenia la orden de ser lo mas estricta posible con ellas.
- Las chicas se han portado bien últimamente. Parece que el domingo de gala tuvo la impresión deseada….- Comento Stella. – Sus notas y tareas han mejorado mucho. –
- Pffff…. Estoy segura de que algo raro están tramando. Mi sexto sentido me lo dice. -Insistio Ortiz.
Stella solo se guio por lo tangible, el informe detallado con castigos recibidos, escogidos, y puntos asignados.
- Sin embargo, si bien han mejorado bastante desde que llegaron… Todavia tienen torpeza con algunas cosas. Hay ciertos patrones de conducta que parece que aun no podemos modificar. Uniforme… higiene… llegadas tarde… desobediencia… orden… - Comento.
- Esa Alice, finge ser una angelita pero algo tiene entre sus manos. – Continuo comentando Ortiz, no muy interesada en lo que Stella comentaba. A ella no le interesaba ni el método disciplinario ni criar robots.
- Por eso necesito tu cooperación Ortiz. Si haces chequeos constantes veras que esos comportamientos rápidamente desaparecerán. – exclamo Stella.
- A mi me preocupa mas saber en que andan metidas, que dos botones mal puestos del uniforme. Es muchísimo mas importante. Aparte no van a cambiar nunca. Si total, eligen lo que mas le conviene y se salen con la suya. – continuo quejándose Ortiz. – Hay que descubrir en que andan metidas. -
- No seas terca. Es importante que corrijan rápidamente esos errores para el informe. Si eres constante veras como esos patrones de mal comportamiento rápidamente desaparecerán. Solo tienes que ser constante como yo. El resto no depende de ti. Si son descubiertas haciendo algo grave, serán enviadas al purgatorio. – Sentencio Stella.
Ortiz, disgustada con el comentario, sugirió: Vayamos a hacer un chequeo… deben estar en su habitacion. Falta poco para que comienzen sus clases. –
Mientras llegaban, comenzaron a escuchar gritos. Alarmadas, se acercaron rápidamente a la habitacion y vieron a Jessica, con las manos de una de las gemelas atrapadas en las suya, y tomando de la trenza a la otra que no dejaba de pegarle. A su vez, Rhonda tomándola del cuello. La cantidad de groserías que soltaban las 4 no tenían nombre.
- Me quieren decir que están haciendo??- Las regaño Ortiz.
- Esto es intolerable.- Sentencio Stella. Se acerco y tomo el ultimo liston de Rhonda y Jessica. Jessica puso un gesto muy grande de espanto, y comenzaron las protestas. Apenas tomo el de Amy, Annie comenzó a llorar.
- No por favor, no por favor!!!-
Todas comenzaron a meter excusas, y echarse la culpa. Hasta rhonda.
- Esta enana estupida me llamo Burra Vaca.
- No dejas de molestarnos!!
- Me estaba pegando.
- Yo solo la defendi!!
Finalmente las 4 quedaron sin sus listones y con una cita al purgatorio. La cara de terror, de las gemelas, con sus ojos llenos de lagrimas quedo grabada en el cerebro de Ortiz.
- P-Pero… P-Pero…!!!- Continuo suplicando Annie.
- Ese comportamiento es INTOLERABLE para una señorita. Pronto será su clase. Se preparan y asisten a ella. Habra chequeos apenas lleguen, y necesitaran toda la resistencia que puedan para la tarde.- Ordeno Stella, llevándosela a Ortiz.
Otra vez en su oficina, Ortiz protesto.
- Al purgatorio? Les quitaste sus listones?? Se supone que ambas debemos encargarnos de eso!! No podes decidir por las dos!!-
- Tu dices que merecen 20 azotes por pelearse? Ese comportamiento es digno de ir al purgatorio.
- Yo creo que se podría resolver…
- Mandandolas al purgatorio!- Levanto la voz Stella. – No recuerdas el sábado anterior al domingo de Gala? –
- si… Tanto te preocupa que nos castiguen? – Se quejo Ortiz. Naturalmente ambas monjas novatas son castigadas por el mal comportamiento de sus pupilas. Fue solo una advertencia que le ayudo a  tener mas empatía con la situación de sus alumnas.
- Todas las alumnas del Internado, al menos una vez al mes van al purgatorio. Tu eres demasiado blanda con ellas. Ya deberían haber ido. En especial Rhonda y Jessica. ¡¡Las gemelas estuvieron espiando nuestra oficina y no las mandaste!!
- Creo que con la amenaza es suficiente…- Respondio Ortiz, sintiéndose menos fuerte.
- Como sus Dorm Mom, nuestra obligación es acompañarlas en el proceso. Nunca participaste en un purgatorio no? – Pregunto Stella. Ortiz odiaba esa sobervia de su compañera, igual de novata que ella.
- Tu si? –
- SI… - respondio y puso un gesto de suspiro. Intentando calmarse contesto suavemente: No creo que tengas el estomago para verlas en ese estado. Debes entender que el sistema es asi y debemos seguirlo. Acompañarla costara un poco. –
- Se como es el purgatorio. – Se quejo Ortiz. Claro, solo se lo habían explicado como funcionaba. Y aunque un poco la entusiasmaba, le daba miedo la seguridad de las chicas.
- Annie llora con una nalgada… no se si soportara el cane. Espero que las Maestras Disciplinadoras no exageren con ellas. – Continuo mencionando preocupada.
- “Maestras”… - Se quejo Stella. – Su único trabajo es pegar lo mas fuerte que puedan con un cane y se hacen llamar Maestras. – Protesto, con bastante resentimiento. Ortiz noto como una mano de Stella inconcientemente se dirigía a su trasero. – No te prestaran atención . Se supone que deben ser imparciales. – Comento.
Ortiz noto nuevamente resistencia por parte de Stella. Dedujo que su crianza en el internado fue difícil. Algo raro también había en ella.
- Hoy será un largo dia….- Penso en voz alta.