sábado, 5 de enero de 2013

Makeeee up!

Segunda parte de "Hija putativa" wiiiiiiiiiii. Oh dios, me senti muy realizado con esta parte de la historia. Para mi es perfecta. Vale aclarar, se va a volver muy oscura... pero bueno, por ahora es cute :)






Realmente no me lo esperaba ni sabia como reaccionar. Seguro mi cara se debió haber puesto de mil colores como siempre. Pero la nalgueada me la merecía y yo también la estaba esperando. Empecé a sentir mucho miedo de que me duela, y de como iba a hacer. El señor X se paró acercándose de mí, lo miré asustada sin saber que hacer. Quería que me tomara de la mano, me recostara en sus piernas y me diera un buen castigo. Pero al acercarse, se rió y se fue.

-       Que malo que es- Dijo Paula. – No te preocupes, solo bromeábamos.

Bleh…

-       No podemos andar castigando a todo el mundo, aunque si te lo mereces eh!- Se rió Paula, alejándose. La tome del delantal y le dije: Espera….

-       Que pasa?- Me pregunto Pau.

Me volví a poner roja como un tomate. Dios, odio ser tan vergonzosa y tímida, ojalá pudiera sacármelo así podría hablar normalmente. Intente buscar las palabras, pero no las encontraba.

-       C-Como es eso de vivir con ustedes y ser su hija putativa?- Pregunte tímidamente.

Paula sonrió contenta y entusiasmada, se sentó en frente mío, y me tomo las manos.

-       No tengas miedo, ahora te explico: Mientras vivas con nosotros, vas a ir a la facultad, estudiar el resto del día acá, nosotros te vamos a dar plata para estudios y apuntes, y también vas a tener comida y una cama propia. Nuestra habitación de huéspedes, esta decorada de forma re linda para que una chica como vos se sienta bien.

“Una chica como yo”. Ellos no saben como es “una chica como yo”.

-       Pero eso si, Mi señor y yo nos tomamos la disciplina muy en serio, vas a ser frecuentemente castigada y convertida en una angelita. – Explico Paula.

Castigos…. Pensé con cierto entusiasmo. Aun tengo mi fantasías de ser nalgueada. Debí haber pensado mejor la propuesta, y no ser tan impulsiva. Pero en verdad quería al fin, tener un spanker. … o dos. Y además la casa es hermosa, no necesitaría donde trabajar, comería gratis, y Paula parece buena. Ah, y el señor X es bonito, pero había una cosa que me preocupaba.

-       Si me quedo me obligan a tener sexo con ustedes? – Pregunte.

-       Para nada, vas a ser como una hija adoptiva, pero te advierto que somos muy estrictos!

G-e-n-i-a-l!

-       Esta bien… Acepto- Respondí. Paula dio un salto de alegría. Me tomo la mano, y dijo: Cuando digas rojo, se termina el juego, pero ahora vamos a prepararte así te olvidas de tu vida adulta.

- Vida adulta? - pregunte. Quizá debí haberme informado mas. Pero era lindo dejarse llevar por la mano de Paula. Admito que soy bi, y ella me gusta. Es muy dulce conmigo.
- Vas a ser nuestra hija adoptiva, así que te trataremos como a una niña. - explico. Creo que a esto se referían con "infantilización". Llegamos al baño, y me dijo: Primer paso, te tengo que pegar una linda ducha, así que a desvestirte.
- Desvestirme? - dije muy tímidamente y avergonzada.
- No seas tímida, son pasos necesarios para tu transformación en la hijita de mi Señor - dijo sonriente.
En verdad me empezó a dar miedo, y me sentí rara. Pero ya estaba ahí, y no tenía opción. Levante las manos, y ella me saco el camisón. Quedando solo en ropa interior. Ella me desabrocho y me saco el corpiño, así que yo tape mis pechos rápido. Ella luego me saco la bombacha y tara! Estaba como dios me trajo al mundo. Con un gesto cariñoso me hizo una caricia en una teta y dijo: que bonitos que son tus senos.
Para mi soy fea y plana como una pared.
- Y esa carita de ángel... sos preciosa. - continuo elogiando.

Cara de boluda habrá querido decir…
Baje la cabeza y me sonroje. Seguro miente para que haga lo que ella quiere.
Paula prendió el agua caliente y dándome la mano dijo: a la ducha.
Bueno... no soy virgen. Perdí la virginidad a los 15. He estado un par de veces con chicos a pesar de lo tímida que soy. Pero no me gusto. Sin embargo no se, siento que Pau me gusta.
- No te metes vos también?- pregunte juguetonamente. Paula puso un gesto de sorpresa, luego frunció el seño, y me hizo saltar con un chirlo.
- Que hice?- pensé quietita, mientras ella suavemente me bañaba. Se sentía muy bien, y ella lo hacia con mucha paciencia y cariño. Cerré los ojos y me relaje. Guiza demasiado, seniti en mi cuerpo los cambios de la excitación. Finalmente terminó y empezó a secarme mucho.
- Vamos con el segundo paso, peinarte. Awwwww muero por hacerte este peinado desde que te conocí!- exclamo Pau entusiasmada. Con mucha determinación me hizo sentarme frente al espejo. Yo no sabia si debía sentirme excitada, nerviosa o que, pero el baño fue un sueño, así que me deje peinar. Comenzó haciéndome dos colitas altas demasiado ajustadas.
- Dueleeee... no tan fuerteeess..- dije agarrándome la cabeza.
- Vas a usarlas así como yo te las armo. Y sin protestar.- me advirtió mientras continuaba peinándome. Ow, de repente me dio miedo revelarme, y me quede quietita dejándome peinar. La segunda colita también dolió cuando me la hizo, pero no chiste ni nada. Ambas colitas las hizo trenzas y de mi frente desprendió un rulito como si fuera un flequillo. Al terminar me apretó fuerte los cachetes.
- ya esta! Quedaste preciosa.- dijo triunfante.
Yo me siento tonta... pero si a ellos les gusta...

-       Tercer Paso! Deberia haberlo hecho después de bañarte, pero moria de ganas deberte peinada asi- Se sincero Pau, y busco en un cajón, debajo de donde se lavan las manos. Luego de eso, saco un artefacto raro.

-       Hay que depilarte- Sonrio Pau.

-       WAAAAAAAA ESO NO- Grite asustada. - Yo me afeito las piernas, pero nunca me depilo. Duele muchísimo. Igual nunca uso falda, asi que solo lo hago cuando …- Explique asustada pero vi como paso la maquina por su brazo. – No duele tonta, se llama “No!No!”.- Me explico.

-       Esta bien…- Dije sin evitar mostrarme muy asustada. Paso un dedo suavemente por una de mis piernas con disgusto y me djo: Aparte asi no quedan bien, y con nosotros usaras vestidos y faldas siempre.

Comenzo a pasarme la maquina, y sentí pinchecitos. No dolia tanto, y era menos molesto que afeitarme, paso por todos lados, y al final me señalo mi vagina.

-       Ahí ni loca…- Dije.

-       Perdon?- pregunto Paula frunciendo el seño. – Si queres estar con nosotros, tenes que seguir nuestras reglas, una nena no tiene pelo- Sentencio.

Cerre los ojos, susurrando “esta bien”. Y los pinchecitos empezaron a invadir mi sexo. Se sentía muy raro, pero por suerte no dolio tanto. Lo que mas extraño se sintió, fue no tener mas bello púbico. Toque mi vagina sorprendida pero ella enseguida guardo la maquina y luego…
- Cuarto paso...- dijo y golpeo el cepillo contra su mano.
Ouch.... pensé y una mano se fue defensivamente a mi cola. Ella se sentó, y dio dos palmadas sobre sus rodillas. Me dio mucha vergüenza y timidez, más si yo estoy desnuda y ella vestida. Pero recordé lo que había pasado la noche anterior. Apreté lo dientes, y mi cuerpo comenzó a vibrar por la excitación y el miedo. Con mi vagina depilada, todo se sentía muy… intenso. El simple frotar de mis labios me excitaba. Titubeante, pero obedientemente me recosté sobre sus piernas. - Esto es por lo de anoche?- pregunte, intentando justificar que me vallan a pegar.
- No- me dijo. - aunque si pienso añadir un poco por eso. Mi señor dice que el próximo paso es que te de una nalgueada para que sepas como van a ser las que vas a recibir cuando te portes mal. - explico. - tenés una cola tan bonita... chiquita y redondita- dijo Paula. Creo que ella también es lesbiana. Me dio vergüenza y me sentí intimidada. - todos dicen que no tengo culo- respondí, me da vergüenza que me elogien. Ahí comencé a patalear. Muchas nalgadas fuertes cayeron sobre mi cola.
- la primera de las cosas que tenés que aprender es a NO decir malas palabras, la próxima vas a ser castigada en serio- exclamo mientras me daba unos 5 azotes que dolían mucho. Al fin paro, y me frote la cola rápido. - Sos tan bajita que pataleas en el aire con los chas chas, y tu piel es tan blanca que ya esta rosadita, que linda...- dijo Paula maravillada. Es bi, no hay duda... me sentí rarísima en ese momento y tuve miedo de que fuera a doler tanto toda la nalgueada. - Vas a poder usar 2 palabras. Una la vas a poder usar siempre. Es rojo, cuando tu castigo es demasiado y ya no lo podes aguantar mas, decís rojo y eso detiene inmediatamente el castigo y el juego de roles. A excepción de esta vez, solo vas a ser azotada cuando necesites ser castigada. Así que el rojo no es un juego. Luego esta amarillo. Cuando sentís que arde demasiado, decís amarillo y bajo un poco la intensidad. Este castigo va a ser muy largo. Alguna vez fuiste nalgueada antes?
- N-no- dije llena de nervios.
- Entonces voy a tener que cuidarte- afirmo y luego de eso empezó.
Calladita, recibí los primeros chirlos. No dolieron tanto como los que me dio por decir "culo". Así que pude aguantarlos. Mi primer nalgueada, que emoción, no podía creerlo. Con el tiempo empezaron a doler y arder mucho. Ella seguía un ritmo despacio sin embargo. Intente no gemir, y esquivar las nalgadas con mi cola. Ella me agarro fuerte de la cintura y continuo.... tiene fuerza. - Ay! - dije sin querer. - perdón!- dije después. A las sumisas vi que no las dejaban quejarse. - por que pedís perdón?- me pregunto mientras continuaba con ritmo lento. - por quejarme... ví que a las sumisas no las dejan- explique pero me interrumpió. - vos no sos una sumisa, sos una nenita. Podes quejarte si querés pero no grites tan fuerte. Y acordate de decir amarillo si duele mucho. Solo hoy tenés esa palabra.- me explico.
Me sentí un poco aliviada. No necesitaba ser fuerte... pero tampoco quería mostrarme como una nena llorona. De repente sentí que me alza, y termino mas inclinada aun. La sangre se me va a la cabeza, y mis trenzas tocan el piso. Mi piernas empiezan a patalear despacito en el aire, como cuando te sentás en un lugar muy alto. De reojo ví a ella levantar muy a Alto su mano. Ayy... va a doleeeerr... pensé y paf! Sonó el prime azote. - Ay! Grite fuerte sin querer. Gire a verla de reojo, y tenía una sonrisa de satisfacción. Pareció no molestarse por mi grito y continuó dando azotes por toda mi cola.
- hey hey no tan fuerte, duele! - grite sin querer. Ella hizo un silencio, y luego me nalgueo rápido y bien fuerte haciéndome gemir y patalear. - Que te permita gritar, no te permite faltarme el respeto. Tu comportamiento durante tu castigo puede empeorarlo o interrumpirlo. Estás advertida- dijo Pau. Pero esta vez no bajo el ritmo, lo continuo un largo rato. Au... así es una nalgueada de verdad? Intente quedarme quieta, pero no podía dejar de patalear y gemir como una niña. - Se nota que es tu primer nalgueada... aparte como tu cola es chiquita aguantas menos- dijo Paula. Luego aumento el ritmo, y ya no podía dejar de patalear y gemir. Me dio unos 20 chirlos seguidos, muy fuertes y muy rápidos y grite: amarillo! Paró de nalguearme, y sentí que mimaba mi colita aliviándome el dolor. Luego puso la mano sobre mis muslos. Y me dio un chirlo bien fuerte ahí. -AYYY- grite, y patalee. Ahí duele mucho mas. Continuo nalgueándome en los muslos, yo me movia y gemia pataleando. Me habrá dado 20 chirlos, que volvi a decir amarillo. “Tengo poco aguante” pensé suspirando y sintiéndome un poco culpable. Pero tanto moverme generaba muchas sensaciones en mi vagina, además del morbo de la nalgueada. Me estaba excitando mucho. - Como sos nuevita, el que viene ahora va a ser tu peor castigo. El cepillo- explico. - No tengas miedo ahora, no es un castigo real.- me aclaro. Comencé a sentir excitación de vuelta por la expectativa. Sentí la madera del cepillo apoyarse en mi cola. Que miedo!!! Tanto dolerá? Cayó el primer cepillazo... dolía un poquito mas que un chirlo normal, pero dolía. Ow! Grite sin querer. Luego cayó el siguiente, en la otra nalga. Ay! Gemí. Sin embargo el temido cepillo no se me hacía tan temible. Continuó a ritmo muy lento, pero para mi sorpresa el ardor de los cepillazos se acumulaba y al poco tiempo ya estaba pataleando y gimiendo. Dio 5 azotes en la misma nalga, me desesperé de dolor, me tape la cola para evitar recibir mas y grite amarillo. Paro un poquito y me mimo la cola, retirando mi mano. Los mimos eran lindos y me tranquilizaron. - vamos a seguir Romi...- dijo Pau serenamente. 
- S-Seguir? - pregunté asustada... y un poco excitada. - Si nena, si fuera un castigo de verdad, recibirías muchísimos mas, y necesito saber cuanto aguantas.. - explico.
- ay... que suerte que no es un castigo de verdad.. - dije recordando lo de anoche. No sabia si contárselo o no. 
- cierto, necesitas ser castigada por lo de anoche. - exclamo.
Fuck.... sin embargo se la escuchaba tranquila, y desde mi posición se veía así también. Paf! Cayó el primer cepillazo, y el resto continuó cayendo. Comencé nuevamente a menearme sobre sus piernas y a patalear. Intenté con fuerza no meter las manos hasta que me dio 5 seguidos, las metí y grite amarillo. Ella retiró mis manos, y continuó varias veces así. Recordé un poco el papelón que había hecho vomitando. Cerré los ojos y pensé un poquito que me los merecía. Así pude aguantar más.

Luego apunto con el cepillo a mis muslos. Fuck, fuck, fuck… Y comenzaron a caer, el dolor me hizo desesperar, me movi de lado a lado intentando aguantarlo, cuando dio el segundo en mi muslo dije amarillo. – Yo se que podes aguantar mas, y en un castigo de verdad vas a tener que aguantarlos Romi- Dijo pau, y luego me dio dos mas en el otro muslo. Volvi a taparme. Fuck, quiero aguantar mas y no puedo. Continuo nalgueando mis muslos hasta que al fin paro, y alzándome a upa, me llevo a una habitación.
Yo continuaba aun muy adolorida aunque no había llorado. - te gusta tu nueva habitación Rominita?- me pregunto dulcemente. Típica habitación de nena, rosa y Blanco por todos lados, con dibujitos en las paredes, en las frazadas y como 5 peluches en la cama. No, no me gustaba.
- si...- respondí sin embargo. Ella me dejo en el piso, y yo salte un poco frotándome la cola. Realmente me dolía mucho aun.
 
 
Cuando al fin, pude verla a Pau a los ojos ella me miraba con mucha ternura. Baje la cabeza intimidada mientras aun me frotaba la cola y ella me abrazo fuerte apoyándome en sus pechos. OK, me siento rara... 
Tomo mis hombros y me dijo mirándome a los ojos: tercer paso terminado. Necesitas saber lo que le pasa a las nenitas cuando se portan mal.
Me reí y me sonroje de vuelta un poco. Odio que todo me de vergüenza. - Ahora el siguiente paso en la transformación en niñita es la ropa. Mi señor y yo vamos a decidir como te vas a vestir mientras vivas con nosotros. - sentenció y se fue a mi ropero. Me senté en la cama y se acercó con una linda bombachita blanca. Tenía voladitos muy chicos y me recordaba las que usaba de niña. - No queremos traumarte, creo que esta va a estar bien por ahora- me dijo, y se me acercó dándome la orden de que levante los pies para ponérmela. Luego de terrible nalgueada no quise desobedecerla, así que obedecí. Senti como la bombacha de algodón, acariciaba mi sexo. Esto de tener la vagina depilada es raro. Esta muy sensible y me siento desnuda. Siento TODO.

Me sentía muy infantil con mis trenzas, esa bombacha y la cola roja. Aparte en esa habitación de nena, y con lo estricta que es Paula... comencé a preguntarme si era buena decisión. Ella empezó a tomarme medidas con un centímetro. Y luego dijo: creo que ya se tu talla. Una chica que estuvo antes acá tenia tu misma talla, voy a buscar su vestido.
Ella salio muy entusiasmada. “vestido..." pensé " Luego de las trenzas, los chas chas, y la habitación esta, ya me imagino como va a ser el vestido. Debí haber preguntado mas... por que seré tan impulsiva" suspire. Y en efecto, Paula volvió entusiasmadísima, con un vestidito de niña, de los que se abotonan por la espalda y con las manguitas farol, todo lleno de frutillitas. Dios...
 
 
- Levanta las manitos nena, vamos- dijo Paula. Al ver mi expresión, su sonrisa dulce, se volvió un poquito maligna. Genial, esta disfrutando esto. Me sonroje y dije: tengo que usarlo? 
- No solo eso, va a ser tu única ropa a partir de ahora - afirmo Paula.
Hice un silencio y dijo: creo que necesitas chas chas para que lo entiendas. Y se dirigió a la silla a dejarlo. Si bien me entusiasmaba mas la nalgueada que usarlo, mi cola me grito: no, mas azotes no!
Fui corriendo hacia ella y le pedí: No porfa, lo uso! 
- Nena buena....- respondió Paula feliz. - Manitos arriba!- dijo. Obedientemente levante los brazos y termine con el tonto vestidito puesto. La vergüenza me invadió, era muy infantil. Con mucha suavidad, Paula comenzó a abotonarme las manguitas, los botones de la espalda, y a hacerme el lazo. Me hizo dos lazos rojos que hacían juego en mis "coli trenzas". Mientras yo, cabizbaja y sentada, sintiendo el ardor aun en mi cola, y viendo frutillas y bordados pensé: Debí haber tomado mas literalmente lo de "hija adoptiva...”. Paula fue entusiasmada a mi ropero, y saco unos zapatitos de charol, y esos odiosos soquetes con voladitos que tanto odiaba de niña. Iba a protestar, pero mi panza se lleno de excitación al imaginarme la reacción de Pau. Mi cola me volvió a gritar que no lo haga. Así que muy suavemente y mimándome los pies, me puso los soquetes y las guillerminas. Estirando la mano, me pido que se la de, y la obedecí. Así que me hizo parar. Estar sentada me hizo arder la cola, así que me frote mientras ella me llevaba al espejo. Y ahí me vi con dos trenzas, el tonto vestido, y frotándome la cola. Fuck... me empecé a sentir como si tuviera 8 años en serio. 
- Quinto paso completado. Ya sos una niñita, te ves como una no es así?- dijo Pau, con un tono de alegría al verme así.
Intente estirar el vestido, muy avergonzada. Pau realmente hizo un buen trabajo en hacerme sentir una niña. Me sentía pequeña, vulnerable, dependiendo de ella que iba a cuidarme y nalguearme si no me comportaba como ella quería. Me mire en el espejo, y vi como mi cara hacia juego con mi vestido. - Es demasiado cortito...- dije intentando estirármelo. - creo que esta a dos centímetros por debajo de mi cola- aclare poniendo dos dedos. 
- Es un vestido de niña chiquita, si, son cortos. Igual sos demasiado chica para preocuparte por si se te ve la bombacha jugando. Y le va a mostrar a todos lo mal portada que fuiste si andas muy inquieta luego de un castigo. - explico Paula.
Fuck! Di la espalda al espejo y me incline un poco, por debajo del vestido Por debajo del vestido, asomaba la bombacha blanquita, y mi cola roja como un tomate. Waaaa me siento tan expuesta. Frote mi cola, mientras las emociones invadian mi cerebro. Pau tomo mis hombros y me hizo girar mirandola. No se si me agacho a proposito o soy mas chica, levante la cabeza para mirarla. - Falta el ultimo paso, una nena no es una nena sin reglas estrictas que cumplir-.

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