Capitulo 44
La
charla con la directora continuo unos minutos mas hasta que fueron
liberadas. Un poco relajada de haber cumplido su misión, Ortiz
propuso recorrer la escuela y mostrárselas a ellas. Stella accedió,
y mientras las 6 murmuraban Ortiz nostálgica intentaba mostrarle.
-
Chicas, presten atención. Esta es la pizarra donde aparecerá a que
aula fueron asignadas. Recuerden que aquí no es como en el
internado. – Explico.
-
Sus horarios y las reglas en el internado cambiaran levemente cuando
termine el periodo de vacaciones. Vendran aquí lunes a viernes de 7
a 14 hs asi que deberán estar preparadas para viajar en el micro
6:30. El micro sale 6:30 y 6:45 para las atrasadas. Sin embargo
esperen una visita a la directora en tal situación. De vuelta el
micro sale cada 30 minutos. Las clases de gimnasia y natacion seran
en el internado. – Explico. – Tambien habrá cambios en cuanto a
lo que se podrá comprar con puntos y reglas relacionadas al uso de
los distintos uniformes. Ustedes son nuevas, pero al aprobar el año
se les entregaran 10mil puntos. Por eso el periodo de vacaciones
tiene reglas distintas. -
Alice
levanto la mano y Stella, encogiéndose de hombros la dejo preguntar:
-
Madre Stella. Nos explicaría por favor el nuevo sistema de puntos,
intercambios e uniformes. –
-
Si… por supuesto. – Respondio Stella. – En periodo de clases
tendrán permitido ir al campus en uniforme tradicional e
intercambiar puntos por objetos personales. Tambien se les permitirá
no visitar el aula de estudio hasta las 6 e intercambiar ese momento
por otra actividad cultural si tienen los puntos suficientes.
Naturalmente si vemos que están muy mal en una materia las
obligaremos de todas formas. Con su uniforme de ocio, el intercambio
este no requerirá puntos, solo cambiar las visitas al aula de
estudio por horas de ocio. – Concluyo.
-
Al fin una buena noticia. – Exclamo Amy.
-
Portarse bien tiene recompensas. Ademas por ser alumnas del internado
Saint Francis tienen una quota del comedor y del kyosko que les
corresponde por dia. Pueden pedirla siempre que quieran. E Incluso se
les permite intercambiar líneas por 100 puntos. – Explico Stella.
-
En serio pueden hacer eso? – Pregunto Ortiz.
-
Genial!!- Festejaron las gemelas. Ya les daba tedio tener que
escribirlas.
-
Claro, si nosotras se lo permitimos, y si estas no llevan la firma de
la Directora o de Miss Hamilton.
-
¿Quién es Miss Hamilton? – Pregunto Mariela.
Stella
fruncio el seño, como siempre que las alumnas se acostumbran a
preguntar sin levantar su mano.
-
Ya la conoceras…- Suspiro Ortiz. Miss Hamilton dedico varios años
a torturarla… al igual que todas. Pero aun asi eso le enseño
valiosas lecciones.
“Esto
será pan comido…” Penso Alice. “ Al final, nada de esto seria
tan malo.” A medida que recorrían y veian las aulas, notaron que
afortunadamente estas sillas y mesas eran normales. Pero al final
todas divisaron con horror que cada aula tenia un banquito en el
rincón y un bonete con una gran D de “Dunce” en ella. Parecia
que la escuela iba a ser mas tranquila, pero eso se vei horroroso.
Mientras
Ortiz no dejaba de hablar, explicar cada sector y tener recuerdos
Stella les recordaba:
-
Cuando llenen las 50 lineas y lo firmen, nos deben a pedir a nosotras
nuestra firma. –
-
Si queremos intercambiarlo por…
-
No van a hacerlo esta vez. – Dijo Stella callandola.
Ya
en el patio notaron que ahí había mesas para comer, canteros con
arboles y mucho espacio… además de un aula en medio del lugar.
Cerca de la puerta tenia un letrero que decia Detencion. A través de
las grandes ventanas se veía a las únicas alumnas en una escuela de
aulas vacias, sentadas en los mismos incomodos asientos del aula de
estudio, rebelando sus rojos traseros con sus jumpers levantados y
agarrados por dos pinzas.
-
D-Detencion?- Preguntaron las 6 nerviosas.
-
Si. – Dijo Ortiz .- No querrarn venir aquí, créanme. – Se rio.
Cuando
pasaron por la tienda de uniformes, esta estaba cerrada. Pero Alice
alcanzo a ver como era el uniforme de quienes asistían normalmente.
Ella escucho que las alumnas normales llevaban uno distinto. Penso,
en una pequeña ventaja que podría sacar los primeros días,
teniendo en cuenta lo que explicaron las dorm mom.
-
Chicas, antes de irnos ustedes deben cumplir su castigo y entregarlo
a la directora. Asi que vayamos a un aula. – Ordeno Ortiz. No muy
animadas, las 8 fueron ,y se sentaron a escribir en el sus líneas.
Por una razón u otra, la única que había escrito líneas antes era
Jess, para el resto era algo nuevo, incomodo y tedioso. Ortiz y
Stella vieron los rostros de tedio mientras cumplían el castigo
lentamente y entre suspiros. Repentinamente Stella tomo la mano de
Ortiz. Con un gesto le dio a entender que quería decirle algo.
-
Chicas, nosotras las dejaremos un poco solas. Hasta no terminar no
nos iremos asi que les recomiendo apurarse. – Aclaro Ortiz. Apenas
se alejaron escucharon a las chicas hablar y quejarse.
- Esto es insoportable e inútil. – Se quejo Alice. - ¿¿!!Qué
parte de ser una señorita supone no defenderse ante algo injusto!!??
-
Debo debo debo debo… me voy a volver loca….- Protesto Amy.
-
Esto es un infierno…- Se quejo Annie.
-
Lloronas…- Contesto Jess.
Al
escucharlas Ortiz volteo.
-
Niñas maleducadas. Apenas les damos la espalda y…
-
Shhh… Hey, pensé que podríamos aprovechar y llevarlas a conocer
el centro. A ver si las anima un poco. Hace mucho que no visitan el
mundo exterior. Tanto tiempo encerradas les va a hacer mal. – Dijo
stella.
Sorprendida
por su actitud, Ortiz pregunto: - Podemos… llevarlas a pasear sin
pedir ningún tipo de permiso?
-
Somos sus Dorm mom, ¡por supuesto que si! Somos responsables de su
cuidado y educación después de todo. Debes leer mas. – Se burlo
Stella. Ortiz no se indigno tanto de los comentarios de Stella, de
hecho, hasta se le ocurrieron ideas.
-
Odio esto es aburrido y tengo sueñoooo. – Protesto Annie apoyando
su cara en su pupitre. Aprovechando que aun no llegaban, se recostó
un poco en sus brazos.
-
Eso que es? – Pregunto Rhonda señalando al rincón.
-
Es un bonete tonta…- Respondio Jessica.
-
¿Y que se hace con eso? –
-
Pffff… Ya vas a saber.
-
No sabes que es un bonete de burra? – Se sorprendio Annie, mientras
veía recostada desde su posición.
-
Si llego a tener que usarlo me voy a morir…- Suspiro Amy. – Este
lugar es una pesadilla.
-
De burra? Donde dice eso. -
-
La D, es de burra (Dunce). Yo tampoco nunca vi uno. – Se sorprendio
Mariela. - Debia ser muy humillante que te obliguen a usarlo….
Acaso no se habían dejado de usar en las escuelas? Mis padres me
contaban de ellos…
-
Igual este es el único lugar que yo conozco en donde te castigan con
azotes en el trasero. – Contesto Alice.
En
la escuela de Alice habían bonetes, pero obviamente ella nunca
sufrio ese castigo. Cuando escucho a las monjas llegar reincorporo
rápidamente y fingio estar escribiendo líneas.
-
Chicas cuantas líneas llevan? – Pregunto Ortiz al entrar.
-
30…
-
25…
-
60…- dijo Jess a lo ultimo.
-
¿Ya terminaste el primero? – Se sorprendio Alice.
-
En mi antigua escuela las hacia a cada rato…
-
Annie…- dijo cariñosamente Ortiz. – Tu cuantas llevas.
-
E-Eh… 10…- Dijo annie nerviosa.
-
Que poquitas. Debes esforzarte mas, dedícate mas a hacerlas si? –
Dijo Ortiz con dulzura.
-
S-Si…- Respondio Annie, avergonzada por el trato infantil se puso a
escribirlas.
Cualquiera
en su posición estaría bailando al ritmo de la vara correctiva o en
el rincón. Era normal que el resto de sus compañeras se molesten.
En especial su hermana que ya sabia lo que pasaba. Luego de unos
minutos las terminaron. Luego de firmar en donde “agradecían” la
disciplina recibida, le pidieron a sus dorm mom que los firmen. Un
poco nerviosas, fueron a dirección por su ultima firma. Y
finalmente, mochilas en mano y gorros puestos se retiraron. Antes de
entrar, Stella sonriente, mostrando sus blancos dientes dijo: Chicas
el próximo mes todo cambiara. Se que no parecieron vacaciones para
ustedes. Pero gracias a todo el estudio van a ver que podrán cursar
aquí sin ningún problema. Aun son muy chicas para comprender
nuestros esfuerzos, pero algún dia lo agradecerán. Por hoy queremos
darles una motivación, y hemos decidido que es buen dia para
llevarlas a recorrer la ciudad.
Ni
siquiera la manipuladora Alice pudo disimular la alegría que le
genero eso.
-
Genial!!!- Festejaron todas. Luego de dos meses de solo ver la
escuela, una vuelta por la gran ciudad se veía genial.
-
Y si se portan bien, capaz hasta comamos aca y le compremos
golosinas. – Sonrio Ortiz. Eso no estaba en el plan de Stella. Pero
que mas da. Las pobres chicas se pasaron todas sus vacaciones
estudiando sin parar. Un dia de tranquilidad no les va a venir mal.
Entusiasmadas,
las 6 subieron al micro. El micro parecía un micro de niñas, con
las 6 entusiasmadas, hablando hasta por los codos y haciendo
bullicio. Obviamente la noticia puso a las gemelas hiperactivas.
Finalmente bajaron en una de las calles mas importantes del centro.
La vergüenza de usar el uniforme de Saint Francis rápidamente fue
dejada de lado. Hasta Rhonda, caminaba de lado a lado viendo las
vidrieras, maravillándose con los edificios y monumentos.
-
Chicas, En orden!!- Aclaro Stella, comenzando a tener problemas.
“Ortiz donde estará?” Penso. Luego la vio acercarse a las
hiperactivas gemelas.
-
Si!!! – Festejo Amy y Annie al unisono. Ambas terminaron con una
paleta de caramelo en sus bocas. Finalmente, Ortiz le dio el obsequio
a las otras 4 que aceptaron gustosas.
A
medida que el entusiasmo se disipaba, las energías se calmaban un
poco. Empezaron a comportarse mas como chicas de su edad y no como
niñas pequeñas. Bueno, todas menos las gemelas a quienes encima les
dieron azúcar, pero eso es otra historia. Una historia que a Mariela
le fascinaba ver. Corrian, se subían a los bancos y monumentos,
peleaban, enseñaban sus calzones, discutían, se hacían cosquillas,
y miraban embobadas las vidrieras. Las monjas no dejaban de
regañarlas.
“Por
lo visto al menos aquí no nos castigan” Penso Mariela caminando
mas tranquilamente. Cuaderno en mano, tomo una lapicera y se puso a
dibujar a las gemelas tan alegres.
“La ropa aquí es… tan anticuada” pensaba Alice mientras veía
las vidrieras y la gente. Muchos vendedores y gente de negocios.
Muchas damas llevando a sus niñas. Alice empezó a notar que
llamaban la atención, quizá por ser las únicas en uniforme escolar
en pleno verano. Se sonrojo un poco al verlo, pero noto que la
atención no se dirigía a sus piernas ni a su trasero. O a veces si…
Rhonda – quien también se encontraba distraída- escuchaba
murmurar a los chicos o adolescentes que pasaban.
“Esas
chicas son del Saint Francis” “ Nunca las había visto fuera de
la escuela o internado” “Wow… dicen que alla es realmente
terrible…”
“Y
ellos piensan que esto es terrible… No conocen lo realmente
terrible” Penso Rhonda. EL uniforme repelia y atraía chicos por
igual. Pero quienes eran atraídos rápidamente eran espantados por
las monjas y la fama de severidad del Saint Francis. Esto eran malas
noticias para las chicas que apenas pasaba un grupo de chicos
murmuraban entre ellas.
-
Mira que lindo que es...-
-
Comportense niñas o nos volvemos. – Ordeno Stella, dándose cuenta
de lo alteradas que estaban.
-
Madre Ortiz, Madre Stella. – Pregunto Jessica educadamente.
-
…Si Jess? –
-
P-Podemos ir a un parque?
-
Si claro – Dijo Stella.
Luego
de recorrer, las 8 terminaron en un parque. Y luego de eso, en un
restaurant. Comieron abundantemente y se deleitaron.
-
Por que nos miran? – Se quejo Amy.
-
Por que somos las únicas aun en uniforme?- Respondio Jess burlona.
-
Saint Francis es muy conocido por aquí. Los he escuchado hablar.
-
Si chicas, pero ustedes no presten atención. ¿Les gusto la salida?
-
Siii!!- Dijeron todas al unisono.
-
Bueno, espero que ahora se esfuerzen en portarse bien. Dado que somos
pocas, podremos hacer estas salidas mas seguido. –
Al
final, todas marcharon al micro, y fueron llevadas nuevamente a su
“hogar”. Amy y Annie pegaban sus caras contra los vidrios
mientras veian la ciudad alejarse de ellas y volver a las paredes
tristes y frias del internado. Mariela se entretenia con sus dibujos.
Apenas se bajaron del micro, las monjas las escoltaron a sus
habitaciones.
-
Por hoy tendrán su dia libre. Pero mañana volveremos a los
estudios. Sin dudar. – Advirtio Stella.
-
Si Madre Stella. – Respondieron todas al unisono. Stella disfruto
verlas tan tiernas y obedientes. Y hasta considero llevarlas a pasear
mas seguido. Recordo lo mucho que ella disfrutaba las veces que
salían, y lo difícil que era conseguir puntos para poder salir por
su parte. “Pero cuidar a 6 niñas latosas es muy difícil… no las
castigue para que no se traumen. Recuerdo la vez que me nalguearon en
la ciudad, fue horrible…” Penso Stella. Hasta que cuando
llegaron a la habitacion vieron un largo numero de chicas formadas
con cara de muchísimo descontento.
- ¿Quienes seran? - Pensaron las gemelas al unisono. Se vieron sus jumpers, y los jumpers de ellas y notaron que todas pertenencian a la misma habitacion: 5-D
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Capitulo 45
Celeste
kint soltaba una lagrima mientras miraba por el ventanal del micro
como era llevada a su destino los siguientes 6 años. Junto a ella
viajaba un grupo de chicas que parecía ser llevadas a un funeral.
Mientras veía como el micro las acercaba al enorme predio que era
Saint Francis, pensaba en como pudo haber terminado ahí.
Sin
embargo el grupo cercano a ella solo se veía nervioso, pero normal.
Incluso hasta entusiasmado. Entre ellas destacaba una chica rubia
gordita. Junto a ella se encontraban chicas que comenzaban a
aglomerarse alrededor de ella. Parecian ser todas de un gran fervor
religioso.
Y
también estaba otra chica. Ligeramente morena, y de aspectuo
voluptuoso. Ella debía medir aproximadamente 1.65. No dejaba de
insultar y de pelearse con otras alumnas. La monja le llamaba la
atención cada dos segundos. Claro, estaba furiosa y no podia creer
que también habia terminado ahí. Se le entregaron los folletos, y
mientras las religiosas lo leían atentamente el resto sencillamente
lo ignoraba. Penso en leer el folleto pero no quería pensarlo
demasiado.
Celeste
habia repetido el año, y venia dando excesivos problemas en el
colegio de saint francis. Pequeña, de ojos verdes y pelo rubio
platinado, odiaba ser subestimada. Era muy rebelde por eso, a pesar
de ser inscripta desde pequeña. La directora aconsejo entonces,
inscribirla en internado. Le confirmo que seria la única forma de
que salga como una señorita de bien, y de no aceptar seria
expulsada.
Celeste
Kint conocía muy bien de la fama del internado debido a sus
compañeras que iban del internado a el. Y eso la tenia aterrada. Las
alumnas normales y las internadas convivian en la escuela durante
varias instancias. Esto tenia una doble funcion, las internadas se
sentirian un poco mas libres abandonando diariamente el internado,
mientras que las alumnas problematicas tenian una vision muy solida
de cual seria su destino. Si bien los castigos eran muy comunes en
saint francis y Celeste visitaba frecuentemente Detencion y
direccion, la idea de haber terminado en el internado la agoviaba.
Dado que los grupos no solian cruzarse, no tenia informacion de el de
parte de una internada. Pero la imagen de ellas cuando las veia, tan
estrictamente uniformadas, con peinados identicos, esos cortos e
infantiles jumpers, ese look impecable le daba una buena idea de lo
estricto y severo que debia ser el lugar. Sumado a eso, el corto del
jumper hacia que los muslitos rojos de las internadas casi siempre
estubieran a la vista como un brillo rojo por debajo del vestido.
Algunas veces, alcanzo a ver colas realmente muy rojas, que la hacia
imaginarse el horrible dolor que debian sentir. Y casi siempre era lo
mismo con cada alumna del internado. Esto desataba todo tipo de
rumores acerca de ellas, mucho mas comunes que en la ciudad en donde
no era tan comun la vista de ellas. Ahora que pronto estaria en el
internado y tenia el folleto frente a ella, preferia no leerlo y
enterarse como seria su nueva vida.
Finalmente llegaron y esperaron a que la dorm mom venga por
ellas. Paso mucho tiempo y las chicas comenzaron a ponerse inquietas.
Finalmente un par de monjas aleatorios las hicieron pasar por la
entrada.
Celeste
Kint vio como todas entregaban sus objetos personales, algunas
cabisbajas, otras con rebeldia. Entre ellas, la jovencita que en un
principio molestaba a todos. Celeste penso en revelarse, pero apesar
de ser visita corriente en direccion y detencion no era para nada
fanatica de los castigos. Al contrario, su pobre cola lamentablemente
era demasiado sensible y hasta ahora siempre que le toco ser
nalgueada. Incluso las veces que fue castigada frente a toda la
clase. Las monjas y la reputacion del saint francis hicieron que
fuera obediente y entregara sus objetos sin chistar. Celeste observo
como la chica que anteriormente molestaba a todos, entrego
regañadiente sus cosas. Luego de eso, Celeste observo horrorizada
como todas eran sometidas al corte de cabello reglamentario. Suspiro,
y al llegar fue obligada a sentarse.
-
Puedo no usar trenzas? No me gustan.- Se quejo, pero fue ignorada.
-
Ah, no, a mi no me van a hacer usar eso. - Protesto la primer chica,
pero luego de muchas insistencias, amenazas y tirones de oreja,
termino usando sus trenzas.
Finalmente,
14 alumnas con trenzas esperaban en fila a entregar sus prendas y
terminar en lo que seria su unica ropa, el uniforme de saint Francis.
.De a una entraban al vestidor y salian cabisbajas y un poco
sonrojadas, con el uniforme puesto. Algunas se veian notoriamente
nalgueadas, jalando su jumper o sobandose. Tal era el caso de la
chica violenta que vio celeste en el micro. Era llamativo ver como
entraban todas, con ropa y personalidades diferentes, pero todas
salian como la tipica nerd aniñada. Llego el turno de Celeste, y un
poco nerviosa entro. Ante la orden de desnudarse, titubeo. Pero la
imagen intimidante de las monjas, y ver a sus compañeras recien
nalgueadas hizo que obedesca y termine desnuda, tapando sus senos.
Pusieron en sus manos el uniforme completo, y comenzo por tomar el
horrible calzon. Debido a detencion y a descuidos ocasionales,
alcanzo a ver en sus compañeras el calzon uniformado. Las alumnas
del instituto no llevaban uno y por eso las burlas eran frecuentes.
Se lo puso sintiendose rara, y en pocos segundos termino saliendo del
vestidor al igual que todas, un poco avergonzada e incomoda.
No
tubieron tiempo ni para pensar que ya terminaron en otra fila para
ser propiamente registradas, y luego llevadas con sus nuevas
pertenencas a su habitacion. Sin embargo la dorm mom aun no llegaba.
Con el tiempo, el aburrimiento comenzo a apoderarse de ellas. El
nerviosismo empezo a disiparse y todo se volvio mas claro. Lo que en
un principio se volvia una secuencia de eventos tormentosos, uno tras
el otro ahora ya empezaba a verse normal. Celeste comenzo a
acostumbrarse de a poco a su nueva apariencia y al lugar. Aun asi era
muy extraño verse idéntica a otras chicas, vestida y peinada
exactamente igual. Y mas viéndose de forma tan noña. Algunas hasta
llevaban esas gafas gigantes que con las ridículas trenzas y
listones daban la imagen típica de una nerd. Sumado a que ella era
de las mas pequeñas, y al verse en el los reflejos realmente se veía
como una niña.
Celeste
Kint pudo notar en una que otra chica despistada lo fácil que era
enseñar sus calzones. Avergonzada, estiro su jumper y pensó “Por
que serán tan cortos…?”. Penso. Se sentia muy expuesta e
incomoda. Como sucedia con las chicas del instituto era facil
reconocer quienes fueron castigadas recientemente. Sumado a eso sus
jumpers permitían ver claramente el nombre y si pertenecían al
mismo aula. Celeste acaricio su nombre bordado en su uniforme y
reconocio que entre sus compañeras dos grupos comenzaban a formarse.
Uno era un grupo que liderado por la gordita que Celeste vio.
Rapidamente reconocio el nombre en su jumper. “Stanford… Ese no
es el apellido de la estupida directora… ¿sera su hija?” penso
poniendo una mano en su trasero. Cada visita a direccion solo
representaba para ella dormir boca abajo 3 dias . Alrededor de ellas
se juntaron otras chicas.
-
Eres la hija de la directora, ¿no es asi?
-
Si. Claro que si.
-
Por que te mandaron aquí?
-
Todas las hijas de la familia Stanford somos enviadas aquí. Mis
hermanas ya pasaron y ahora me toca a mi. – Explico Patricia. - Asi
que…. Hay que verlo positivamente. Ahora que estoy encerrada aquí,
aprovechare esta oportunidad y me volveré una profesional. El titulo
de la Universidad Catolica es reconocido internacionalmente. –
Continuo con una sonrisa débil y un suspiro.
-
JAjaja… tienes razon. Debemos esforzarnos.
Celeste
luego vio a la chica rebelde y rápidamente reconocio su nombre.
Violeta Gomez. Continuaba hablando, diciendo groserías y quejándose
mientras que las monjas de vez en cuando las regañaban.
Inmediatamente desabotono su cuello de la blusa, y los botones de la
cintura del jumper. Estos eran muy ajustados, haciendo que la tela se
apriete al cuerpo y generando mucho calor. El resto de las chicas
comenzó a imitarla rápidamente hasta que finalmente Madre Ortiz y
Madre Stella llegaron.
Seguiiiiiiiiiiiiiiiiii porfis
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