jueves, 18 de mayo de 2017

capitulo 44 y 45

(Inscripciones abiertas)

Capitulo 44

La charla con la directora continuo unos minutos mas hasta que fueron liberadas. Un poco relajada de haber cumplido su misión, Ortiz propuso recorrer la escuela y mostrárselas a ellas. Stella accedió, y mientras las 6 murmuraban Ortiz nostálgica intentaba mostrarle.
- Chicas, presten atención. Esta es la pizarra donde aparecerá a que aula fueron asignadas. Recuerden que aquí no es como en el internado. – Explico.
- Sus horarios y las reglas en el internado cambiaran levemente cuando termine el periodo de vacaciones. Vendran aquí lunes a viernes de 7 a 14 hs asi que deberán estar preparadas para viajar en el micro 6:30. El micro sale 6:30 y 6:45 para las atrasadas. Sin embargo esperen una visita a la directora en tal situación. De vuelta el micro sale cada 30 minutos. Las clases de gimnasia y natacion seran en el internado. – Explico. – Tambien habrá cambios en cuanto a lo que se podrá comprar con puntos y reglas relacionadas al uso de los distintos uniformes. Ustedes son nuevas, pero al aprobar el año se les entregaran 10mil puntos. Por eso el periodo de vacaciones tiene reglas distintas. -
Alice levanto la mano y Stella, encogiéndose de hombros la dejo preguntar:
- Madre Stella. Nos explicaría por favor el nuevo sistema de puntos, intercambios e uniformes. –
- Si… por supuesto. – Respondio Stella. – En periodo de clases tendrán permitido ir al campus en uniforme tradicional e intercambiar puntos por objetos personales. Tambien se les permitirá no visitar el aula de estudio hasta las 6 e intercambiar ese momento por otra actividad cultural si tienen los puntos suficientes. Naturalmente si vemos que están muy mal en una materia las obligaremos de todas formas. Con su uniforme de ocio, el intercambio este no requerirá puntos, solo cambiar las visitas al aula de estudio por horas de ocio. – Concluyo.
- Al fin una buena noticia. – Exclamo Amy.
- Portarse bien tiene recompensas. Ademas por ser alumnas del internado Saint Francis tienen una quota del comedor y del kyosko que les corresponde por dia. Pueden pedirla siempre que quieran. E Incluso se les permite intercambiar líneas por 100 puntos. – Explico Stella.
- En serio pueden hacer eso? – Pregunto Ortiz.
- Genial!!- Festejaron las gemelas. Ya les daba tedio tener que escribirlas.
- Claro, si nosotras se lo permitimos, y si estas no llevan la firma de la Directora o de Miss Hamilton.
- ¿Quién es Miss Hamilton? – Pregunto Mariela.
Stella fruncio el seño, como siempre que las alumnas se acostumbran a preguntar sin levantar su mano.
- Ya la conoceras…- Suspiro Ortiz. Miss Hamilton dedico varios años a torturarla… al igual que todas. Pero aun asi eso le enseño valiosas lecciones.
“Esto será pan comido…” Penso Alice. “ Al final, nada de esto seria tan malo.” A medida que recorrían y veian las aulas, notaron que afortunadamente estas sillas y mesas eran normales. Pero al final todas divisaron con horror que cada aula tenia un banquito en el rincón y un bonete con una gran D de “Dunce” en ella. Parecia que la escuela iba a ser mas tranquila, pero eso se vei horroroso.
Mientras Ortiz no dejaba de hablar, explicar cada sector y tener recuerdos Stella les recordaba:
- Cuando llenen las 50 lineas y lo firmen, nos deben a pedir a nosotras nuestra firma. –
- Si queremos intercambiarlo por…
- No van a hacerlo esta vez. – Dijo Stella callandola.
Ya en el patio notaron que ahí había mesas para comer, canteros con arboles y mucho espacio… además de un aula en medio del lugar. Cerca de la puerta tenia un letrero que decia Detencion. A través de las grandes ventanas se veía a las únicas alumnas en una escuela de aulas vacias, sentadas en los mismos incomodos asientos del aula de estudio, rebelando sus rojos traseros con sus jumpers levantados y agarrados por dos pinzas.
- D-Detencion?- Preguntaron las 6 nerviosas.
- Si. – Dijo Ortiz .- No querrarn venir aquí, créanme. – Se rio.
Cuando pasaron por la tienda de uniformes, esta estaba cerrada. Pero Alice alcanzo a ver como era el uniforme de quienes asistían normalmente. Ella escucho que las alumnas normales llevaban uno distinto. Penso, en una pequeña ventaja que podría sacar los primeros días, teniendo en cuenta lo que explicaron las dorm mom.
- Chicas, antes de irnos ustedes deben cumplir su castigo y entregarlo a la directora. Asi que vayamos a un aula. – Ordeno Ortiz. No muy animadas, las 8 fueron ,y se sentaron a escribir en el sus líneas. Por una razón u otra, la única que había escrito líneas antes era Jess, para el resto era algo nuevo, incomodo y tedioso. Ortiz y Stella vieron los rostros de tedio mientras cumplían el castigo lentamente y entre suspiros. Repentinamente Stella tomo la mano de Ortiz. Con un gesto le dio a entender que quería decirle algo.
- Chicas, nosotras las dejaremos un poco solas. Hasta no terminar no nos iremos asi que les recomiendo apurarse. – Aclaro Ortiz. Apenas se alejaron escucharon a las chicas hablar y quejarse.
- Esto es insoportable e inútil. – Se quejo Alice. - ¿¿!!Qué parte de ser una señorita supone no defenderse ante algo injusto!!??
- Debo debo debo debo… me voy a volver loca….- Protesto Amy.
- Esto es un infierno…- Se quejo Annie.
- Lloronas…- Contesto Jess.
Al escucharlas Ortiz volteo.
- Niñas maleducadas. Apenas les damos la espalda y…
- Shhh… Hey, pensé que podríamos aprovechar y llevarlas a conocer el centro. A ver si las anima un poco. Hace mucho que no visitan el mundo exterior. Tanto tiempo encerradas les va a hacer mal. – Dijo stella.
Sorprendida por su actitud, Ortiz pregunto: - Podemos… llevarlas a pasear sin pedir ningún tipo de permiso?
- Somos sus Dorm mom, ¡por supuesto que si! Somos responsables de su cuidado y educación después de todo. Debes leer mas. – Se burlo Stella. Ortiz no se indigno tanto de los comentarios de Stella, de hecho, hasta se le ocurrieron ideas.
- Odio esto es aburrido y tengo sueñoooo. – Protesto Annie apoyando su cara en su pupitre. Aprovechando que aun no llegaban, se recostó un poco en sus brazos.
- Eso que es? – Pregunto Rhonda señalando al rincón.
- Es un bonete tonta…- Respondio Jessica.
- ¿Y que se hace con eso? –
- Pffff… Ya vas a saber.
- No sabes que es un bonete de burra? – Se sorprendio Annie, mientras veía recostada desde su posición.
- Si llego a tener que usarlo me voy a morir…- Suspiro Amy. – Este lugar es una pesadilla.
- De burra? Donde dice eso. -
- La D, es de burra (Dunce). Yo tampoco nunca vi uno. – Se sorprendio Mariela. - Debia ser muy humillante que te obliguen a usarlo…. Acaso no se habían dejado de usar en las escuelas? Mis padres me contaban de ellos…
- Igual este es el único lugar que yo conozco en donde te castigan con azotes en el trasero. – Contesto Alice.
En la escuela de Alice habían bonetes, pero obviamente ella nunca sufrio ese castigo. Cuando escucho a las monjas llegar reincorporo rápidamente y fingio estar escribiendo líneas.
- Chicas cuantas líneas llevan? – Pregunto Ortiz al entrar.
- 30…
- 25…
- 60…- dijo Jess a lo ultimo.
- ¿Ya terminaste el primero? – Se sorprendio Alice.
- En mi antigua escuela las hacia a cada rato…
- Annie…- dijo cariñosamente Ortiz. – Tu cuantas llevas.
- E-Eh… 10…- Dijo annie nerviosa.
- Que poquitas. Debes esforzarte mas, dedícate mas a hacerlas si? – Dijo Ortiz con dulzura.
- S-Si…- Respondio Annie, avergonzada por el trato infantil se puso a escribirlas.
Cualquiera en su posición estaría bailando al ritmo de la vara correctiva o en el rincón. Era normal que el resto de sus compañeras se molesten. En especial su hermana que ya sabia lo que pasaba. Luego de unos minutos las terminaron. Luego de firmar en donde “agradecían” la disciplina recibida, le pidieron a sus dorm mom que los firmen. Un poco nerviosas, fueron a dirección por su ultima firma. Y finalmente, mochilas en mano y gorros puestos se retiraron. Antes de entrar, Stella sonriente, mostrando sus blancos dientes dijo: Chicas el próximo mes todo cambiara. Se que no parecieron vacaciones para ustedes. Pero gracias a todo el estudio van a ver que podrán cursar aquí sin ningún problema. Aun son muy chicas para comprender nuestros esfuerzos, pero algún dia lo agradecerán. Por hoy queremos darles una motivación, y hemos decidido que es buen dia para llevarlas a recorrer la ciudad.
Ni siquiera la manipuladora Alice pudo disimular la alegría que le genero eso.
- Genial!!!- Festejaron todas. Luego de dos meses de solo ver la escuela, una vuelta por la gran ciudad se veía genial.
- Y si se portan bien, capaz hasta comamos aca y le compremos golosinas. – Sonrio Ortiz. Eso no estaba en el plan de Stella. Pero que mas da. Las pobres chicas se pasaron todas sus vacaciones estudiando sin parar. Un dia de tranquilidad no les va a venir mal.
Entusiasmadas, las 6 subieron al micro. El micro parecía un micro de niñas, con las 6 entusiasmadas, hablando hasta por los codos y haciendo bullicio. Obviamente la noticia puso a las gemelas hiperactivas. Finalmente bajaron en una de las calles mas importantes del centro. La vergüenza de usar el uniforme de Saint Francis rápidamente fue dejada de lado. Hasta Rhonda, caminaba de lado a lado viendo las vidrieras, maravillándose con los edificios y monumentos.
- Chicas, En orden!!- Aclaro Stella, comenzando a tener problemas. “Ortiz donde estará?” Penso. Luego la vio acercarse a las hiperactivas gemelas.
- Si!!! – Festejo Amy y Annie al unisono. Ambas terminaron con una paleta de caramelo en sus bocas. Finalmente, Ortiz le dio el obsequio a las otras 4 que aceptaron gustosas.
A medida que el entusiasmo se disipaba, las energías se calmaban un poco. Empezaron a comportarse mas como chicas de su edad y no como niñas pequeñas. Bueno, todas menos las gemelas a quienes encima les dieron azúcar, pero eso es otra historia. Una historia que a Mariela le fascinaba ver. Corrian, se subían a los bancos y monumentos, peleaban, enseñaban sus calzones, discutían, se hacían cosquillas, y miraban embobadas las vidrieras. Las monjas no dejaban de regañarlas.
“Por lo visto al menos aquí no nos castigan” Penso Mariela caminando mas tranquilamente. Cuaderno en mano, tomo una lapicera y se puso a dibujar a las gemelas tan alegres.
“La ropa aquí es… tan anticuada” pensaba Alice mientras veía las vidrieras y la gente. Muchos vendedores y gente de negocios. Muchas damas llevando a sus niñas. Alice empezó a notar que llamaban la atención, quizá por ser las únicas en uniforme escolar en pleno verano. Se sonrojo un poco al verlo, pero noto que la atención no se dirigía a sus piernas ni a su trasero. O a veces si…
Rhonda – quien también se encontraba distraída- escuchaba murmurar a los chicos o adolescentes que pasaban.
“Esas chicas son del Saint Francis” “ Nunca las había visto fuera de la escuela o internado” “Wow… dicen que alla es realmente terrible…”
“Y ellos piensan que esto es terrible… No conocen lo realmente terrible” Penso Rhonda. EL uniforme repelia y atraía chicos por igual. Pero quienes eran atraídos rápidamente eran espantados por las monjas y la fama de severidad del Saint Francis. Esto eran malas noticias para las chicas que apenas pasaba un grupo de chicos murmuraban entre ellas.
- Mira que lindo que es...-
- Comportense niñas o nos volvemos. – Ordeno Stella, dándose cuenta de lo alteradas que estaban.
- Madre Ortiz, Madre Stella. – Pregunto Jessica educadamente.
- …Si Jess? –
- P-Podemos ir a un parque?
- Si claro – Dijo Stella.
Luego de recorrer, las 8 terminaron en un parque. Y luego de eso, en un restaurant. Comieron abundantemente y se deleitaron.
- Por que nos miran? – Se quejo Amy.
- Por que somos las únicas aun en uniforme?- Respondio Jess burlona.
- Saint Francis es muy conocido por aquí. Los he escuchado hablar.
- Si chicas, pero ustedes no presten atención. ¿Les gusto la salida?
- Siii!!- Dijeron todas al unisono.
- Bueno, espero que ahora se esfuerzen en portarse bien. Dado que somos pocas, podremos hacer estas salidas mas seguido. –
Al final, todas marcharon al micro, y fueron llevadas nuevamente a su “hogar”. Amy y Annie pegaban sus caras contra los vidrios mientras veian la ciudad alejarse de ellas y volver a las paredes tristes y frias del internado. Mariela se entretenia con sus dibujos. Apenas se bajaron del micro, las monjas las escoltaron a sus habitaciones.
- Por hoy tendrán su dia libre. Pero mañana volveremos a los estudios. Sin dudar. – Advirtio Stella.

- Si Madre Stella. – Respondieron todas al unisono. Stella disfruto verlas tan tiernas y obedientes. Y hasta considero llevarlas a pasear mas seguido. Recordo lo mucho que ella disfrutaba las veces que salían, y lo difícil que era conseguir puntos para poder salir por su parte. “Pero cuidar a 6 niñas latosas es muy difícil… no las castigue para que no se traumen. Recuerdo la vez que me nalguearon en la ciudad, fue horrible…” Penso Stella. Hasta que cuando llegaron a la habitacion vieron un largo numero de chicas formadas con cara de muchísimo descontento.
- ¿Quienes seran? - Pensaron las gemelas al unisono. Se vieron sus jumpers, y los jumpers de ellas y notaron que todas pertenencian a la misma habitacion: 5-D
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Capitulo 45

Celeste kint soltaba una lagrima mientras miraba por el ventanal del micro como era llevada a su destino los siguientes 6 años. Junto a ella viajaba un grupo de chicas que parecía ser llevadas a un funeral. Mientras veía como el micro las acercaba al enorme predio que era Saint Francis, pensaba en como pudo haber terminado ahí.
Sin embargo el grupo cercano a ella solo se veía nervioso, pero normal. Incluso hasta entusiasmado. Entre ellas destacaba una chica rubia gordita. Junto a ella se encontraban chicas que comenzaban a aglomerarse alrededor de ella. Parecian ser todas de un gran fervor religioso.
Y también estaba otra chica. Ligeramente morena, y de aspectuo voluptuoso. Ella debía medir aproximadamente 1.65. No dejaba de insultar y de pelearse con otras alumnas. La monja le llamaba la atención cada dos segundos. Claro, estaba furiosa y no podia creer que también habia terminado ahí. Se le entregaron los folletos, y mientras las religiosas lo leían atentamente el resto sencillamente lo ignoraba. Penso en leer el folleto pero no quería pensarlo demasiado.
Celeste habia repetido el año, y venia dando excesivos problemas en el colegio de saint francis. Pequeña, de ojos verdes y pelo rubio platinado, odiaba ser subestimada. Era muy rebelde por eso, a pesar de ser inscripta desde pequeña. La directora aconsejo entonces, inscribirla en internado. Le confirmo que seria la única forma de que salga como una señorita de bien, y de no aceptar seria expulsada.
Celeste Kint conocía muy bien de la fama del internado debido a sus compañeras que iban del internado a el. Y eso la tenia aterrada. Las alumnas normales y las internadas convivian en la escuela durante varias instancias. Esto tenia una doble funcion, las internadas se sentirian un poco mas libres abandonando diariamente el internado, mientras que las alumnas problematicas tenian una vision muy solida de cual seria su destino. Si bien los castigos eran muy comunes en saint francis y Celeste visitaba frecuentemente Detencion y direccion, la idea de haber terminado en el internado la agoviaba. Dado que los grupos no solian cruzarse, no tenia informacion de el de parte de una internada. Pero la imagen de ellas cuando las veia, tan estrictamente uniformadas, con peinados identicos, esos cortos e infantiles jumpers, ese look impecable le daba una buena idea de lo estricto y severo que debia ser el lugar. Sumado a eso, el corto del jumper hacia que los muslitos rojos de las internadas casi siempre estubieran a la vista como un brillo rojo por debajo del vestido. Algunas veces, alcanzo a ver colas realmente muy rojas, que la hacia imaginarse el horrible dolor que debian sentir. Y casi siempre era lo mismo con cada alumna del internado. Esto desataba todo tipo de rumores acerca de ellas, mucho mas comunes que en la ciudad en donde no era tan comun la vista de ellas. Ahora que pronto estaria en el internado y tenia el folleto frente a ella, preferia no leerlo y enterarse como seria su nueva vida.
Finalmente llegaron y esperaron a que la dorm mom venga por ellas. Paso mucho tiempo y las chicas comenzaron a ponerse inquietas. Finalmente un par de monjas aleatorios las hicieron pasar por la entrada.
Celeste Kint vio como todas entregaban sus objetos personales, algunas cabisbajas, otras con rebeldia. Entre ellas, la jovencita que en un principio molestaba a todos. Celeste penso en revelarse, pero apesar de ser visita corriente en direccion y detencion no era para nada fanatica de los castigos. Al contrario, su pobre cola lamentablemente era demasiado sensible y hasta ahora siempre que le toco ser nalgueada. Incluso las veces que fue castigada frente a toda la clase. Las monjas y la reputacion del saint francis hicieron que fuera obediente y entregara sus objetos sin chistar. Celeste observo como la chica que anteriormente molestaba a todos, entrego regañadiente sus cosas. Luego de eso, Celeste observo horrorizada como todas eran sometidas al corte de cabello reglamentario. Suspiro, y al llegar fue obligada a sentarse.
- Puedo no usar trenzas? No me gustan.- Se quejo, pero fue ignorada.
- Ah, no, a mi no me van a hacer usar eso. - Protesto la primer chica, pero luego de muchas insistencias, amenazas y tirones de oreja, termino usando sus trenzas.
Finalmente, 14 alumnas con trenzas esperaban en fila a entregar sus prendas y terminar en lo que seria su unica ropa, el uniforme de saint Francis. .De a una entraban al vestidor y salian cabisbajas y un poco sonrojadas, con el uniforme puesto. Algunas se veian notoriamente nalgueadas, jalando su jumper o sobandose. Tal era el caso de la chica violenta que vio celeste en el micro. Era llamativo ver como entraban todas, con ropa y personalidades diferentes, pero todas salian como la tipica nerd aniñada. Llego el turno de Celeste, y un poco nerviosa entro. Ante la orden de desnudarse, titubeo. Pero la imagen intimidante de las monjas, y ver a sus compañeras recien nalgueadas hizo que obedesca y termine desnuda, tapando sus senos. Pusieron en sus manos el uniforme completo, y comenzo por tomar el horrible calzon. Debido a detencion y a descuidos ocasionales, alcanzo a ver en sus compañeras el calzon uniformado. Las alumnas del instituto no llevaban uno y por eso las burlas eran frecuentes. Se lo puso sintiendose rara, y en pocos segundos termino saliendo del vestidor al igual que todas, un poco avergonzada e incomoda.
No tubieron tiempo ni para pensar que ya terminaron en otra fila para ser propiamente registradas, y luego llevadas con sus nuevas pertenencas a su habitacion. Sin embargo la dorm mom aun no llegaba. Con el tiempo, el aburrimiento comenzo a apoderarse de ellas. El nerviosismo empezo a disiparse y todo se volvio mas claro. Lo que en un principio se volvia una secuencia de eventos tormentosos, uno tras el otro ahora ya empezaba a verse normal. Celeste comenzo a acostumbrarse de a poco a su nueva apariencia y al lugar. Aun asi era muy extraño verse idéntica a otras chicas, vestida y peinada exactamente igual. Y mas viéndose de forma tan noña. Algunas hasta llevaban esas gafas gigantes que con las ridículas trenzas y listones daban la imagen típica de una nerd. Sumado a que ella era de las mas pequeñas, y al verse en el los reflejos realmente se veía como una niña.
Celeste Kint pudo notar en una que otra chica despistada lo fácil que era enseñar sus calzones. Avergonzada, estiro su jumper y pensó “Por que serán tan cortos…?”. Penso. Se sentia muy expuesta e incomoda. Como sucedia con las chicas del instituto era facil reconocer quienes fueron castigadas recientemente. Sumado a eso sus jumpers permitían ver claramente el nombre y si pertenecían al mismo aula. Celeste acaricio su nombre bordado en su uniforme y reconocio que entre sus compañeras dos grupos comenzaban a formarse. Uno era un grupo que liderado por la gordita que Celeste vio. Rapidamente reconocio el nombre en su jumper. “Stanford… Ese no es el apellido de la estupida directora… ¿sera su hija?” penso poniendo una mano en su trasero. Cada visita a direccion solo representaba para ella dormir boca abajo 3 dias . Alrededor de ellas se juntaron otras chicas.
- Eres la hija de la directora, ¿no es asi?
- Si. Claro que si.
- Por que te mandaron aquí?
- Todas las hijas de la familia Stanford somos enviadas aquí. Mis hermanas ya pasaron y ahora me toca a mi. – Explico Patricia. - Asi que…. Hay que verlo positivamente. Ahora que estoy encerrada aquí, aprovechare esta oportunidad y me volveré una profesional. El titulo de la Universidad Catolica es reconocido internacionalmente. – Continuo con una sonrisa débil y un suspiro.
- JAjaja… tienes razon. Debemos esforzarnos.
Celeste luego vio a la chica rebelde y rápidamente reconocio su nombre. Violeta Gomez. Continuaba hablando, diciendo groserías y quejándose mientras que las monjas de vez en cuando las regañaban. Inmediatamente desabotono su cuello de la blusa, y los botones de la cintura del jumper. Estos eran muy ajustados, haciendo que la tela se apriete al cuerpo y generando mucho calor. El resto de las chicas comenzó a imitarla rápidamente hasta que finalmente Madre Ortiz y Madre Stella llegaron.



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