- Ya, Deja de molestarme!!!-
En
medio del escandalo, Mariela se observaba en el espejo.
“Siento
que este camison me hace ver como una niña…” Penso, entusiasmada
por el encuentro con Oswald. Vio a sus compañeras, peleando y
jugando entre ellas. “Parecen bebes… en cualquier momento Madre
Stella las castigara. No deberían saltar en la cama…” Penso,
mientras veía el camison rebotar y el largo cuello cuadrado junto al
liston de sus cuellos. Se observo a si misma y suspiro. “Ojala
pudiera verlo con algo menos feo… Y si me hago un peinado lindo ese
dia? Pero si soy la única peinada se darán cuenta… Ojala fuera
linda como Alice…” suspiro.
PAF PAF PAF PAF PAF PAF
OWW OWWW AYYYYY!!!
“Concentrarse…
asi es imposible…” Penso.
-
Que haces?- Pregunto Amy abrazándola. Mariela le puso una mano en su
cabeza y sonrio. Amy era muy tierna y buena, no podia tratarla mal.
-
Queria ver si… había forma de… verme un poco mejor. –
-
En camison? Jajajaj… si ya nos vamos a dormir. Quien te va a ver. –
Bromeo. Luego siguió bailando con su música y su walkman.
Mariela
tomo la carta que busco en la papelería y pensó en que escribirla.
DUELE DUELE!!!
ES HORA DE DORMIR!!! NO DE ESTAR HACIENDO TRAVESURAS!! SE METEN A
LA CAMA YA! NO QUIERO ESCUCHAR MAS RUIDO VINIENDO DE ESTA
HABITACION!!
Mariela
suspiro y cerro los ojos, intentando concentrarse. “Entonces… ¿si
quiere que le cuente? El sábado le entregare mi carta. Bien, debo
apurarme.” Penso Mariela.
“
Oswald:
Hola. Mucho gusto. Espero que estes bien. Te escribo esta carta como me lo pediste. Espero la leas. El domingo de gala no pude hablar mucho por que tenia miedo. Los domingos de gala son muy estresantes para nosotras y tenemos que mostrar nuestro mejor comportamiento. Y las monjas son muy estrictas, si nos escuchan quejarnos del internado, inmediatamente nos castigan. Por eso no me anime a hacerlo…”
Hola. Mucho gusto. Espero que estes bien. Te escribo esta carta como me lo pediste. Espero la leas. El domingo de gala no pude hablar mucho por que tenia miedo. Los domingos de gala son muy estresantes para nosotras y tenemos que mostrar nuestro mejor comportamiento. Y las monjas son muy estrictas, si nos escuchan quejarnos del internado, inmediatamente nos castigan. Por eso no me anime a hacerlo…”
Mariela
no podia contar esto a nadie. Sus familiares solo festejaban que ya
no intentaba suicidarse. Ahora la idea apenas cruzaba por su mente,
el solo intentarlo le daría una visita por el purgatorio.
“
Aquí es un infierno. Escuche que también es un reformatorio.
No se por que mis padres me metieron aquí. Bueno, si se… Fue…
por una tontería que hice. Desde el momento que llegas, te obligan a
entregar todas tus cosas y te hacen el mismo corte de pelo que todas.
¡¡¡Te obligan a desnudarte, cambiarte a este estúpido uniforme y
entregar todo lo que tenes!!! Y desde entonces ya esta, estas
atrapada. ¡Estas odiosas monjas nos quieren convertir en robot!
¡¡Nos controlan todo!! ¡¡La ropa, la limpieza, los estudios, la
habitacion, que si comemos, que si no comemos, todo!!! ¡¡Hasta
los calzones!! “
Oswald
noto que la ultima parte estaba borroneada con lápiz. Se rio,
mientras acomodaba su pantalón. Ver el estricto régimen al que
estaban sometidas lo excitaba. Recordo cuando las vio el sábado ese
a la noche. Sus infantiles camisones uniformados con su nombre en el
cuello, sus rostros de nerviosismo por “estarse portando mal”,
los besos de Alice y Jessica y obvio, la droga. Nunca antes disfruto
tanto un porro y un poco de whisky. Aunque a Mariela la noto extraña.
Ya no hablaba tanto como antes. Timidamente le entrego la carta y no
solto palabra en toda la noche. “Capaz le cayo mal el porro”
Penso. Recordo que tuvieron problemas, por que una de las gemelas no
dejaba de reírse mientras que la otra se quedo dormida. Con
excitación se quedo esperando cuando se fueron, esperando a ver si
alcanzaba a escuchar el castigo. Pero no pudo escuchar nada.
“
Toda nuestra ropa tiene bordada… en alguna parte nuestros
nombres y nuestro dormitorio. El mio es 5-D. Asi que si ALGUIEN te ve
haciendo algo, ya sabe quien sos y a cual dormitorio vas. Enseguida
te castigan y lo notifican. Es insoportable. Lo odio. Nos castigan
hasta por no usar bien estas estúpidas trenzas. Hice un comic…
acerca de como monjas robot nos intentan convertir en robots. Ojala
pudieras leerlo. “
Mariela
suspiro. Ojala pudiera conversar con Oswald, y no estar encerrada
aca, rodeada de niñas bulliciosas y monjas insoportables.
“
Nuestras Dorm Mom son Madre Ortiz y Madre Stella. Madre Stella
es la peor. A cada rato hace “Chequeos”. Nos hace parar en fila,
y nos revisa el uniforme, si tenemos bien ordenadas nuestras cosas,
nuestras camas, si tenemos limpias nuestras cosas. Y nos da un
castigo por cada cosa que no hicimos bien. ¡¡A veces hasta nos dan
3 castigos seguidos!! “
Mariela
comenzó a sentir mariposas en el estomago. Contar sus castigos le
recordaba el coraje y la bronca del momento. La humillación y la
impotencia. Pero también le hacia recordar cuando sus compañeras
sufrían el mismo destino. Esto la excitaba. Titubeo al hacerlo pero
luego lo hizo decidida.
“No
se si te conte como eran nuestros castigos aquí. Nuestras Dorm Mom
poseen una varas de corrección. No se si las viste, son como si
fueran reglas. En mi anterior escuela, a algunas alumnas nos azotaban
en las manos con ellas. Pues aquí no. Aquí es en el trasero. ¡¡No
te imaginas la vergüenza que da!! A mi de niña mi papa me pegaba
con el cinturón. Lo hizo dos veces. Pero ahora a cada rato nos
castigan Y lo peor es que duele mucho. A veces no podes ni sentarte,
y los asientos son horriblemente incomodos. La regla es que si te
dicen llamas o arrepentimiento tenes que elegir entre dos castigos en
10 segundos….”
Mientras
Mariela explicaba su sistema de castigos, y Oswald lo leia, ambos
sentían una gran excitación. Mariela parecio perderse en el mundo,
entre medio de 20 adolescentes alteradas. “Son realmente estrictas…
por algo estaban tan nerviosas… “ Penso Oswald, comprendiendo la
escena que vio de niño.
“…
Y lo peor, es que como son tantas seguidas, luego cuesta un
monton mantenerte en posición. Si te moves o te tapas empiezan desde
0 y es muy difícil no hacerlo. Es horrible. Al principio me asustaba
muchísimo y me ponía muy nerviosa. Siempre lloraba. Ahora ya no…
es algo muy normal aquí. Pasa todo el tiempo. Si fuiste castigada ,
recibir otro castigo duele mucho. Por eso a veces es mejor elegir
Arrepentimiento. En ese caso tienes que ir al rincón….”
Mariela
no supo describir bien como era la posición del rincón. Lo intento
hacer, pero no le salio. Viendo su carta toda tachoneada, se frusto y
puso:
“
Y adoptar la posición del dibujo que te voy a mandar…”
Oswald,
vio el dibujo fascinado. “Que bien dibuja, tendrá otros?” Penso.
La chica del dibujo hasta mostraba los calzones, arrodillada en el
rincón. “Amy hastur?” Penso, viendo el gran detalle del calzon.
Hasta el logo se veía muy bien. “Hastur” le sonaba, hasta que
recordó. “Son las gemelas insoportables… ¿La habrá dibujado
siendo castigada?” Luego de ver bien el dibujo, y de recordar a las
gemelas, en camison y en vestido de gala, se dio cuenta de que era
ella. Claro, todas tienen el mismo peinado, pero se veía muy pequeña
de cuerpo. Y el nombre. Y aparte son las gemelas, siempre llaman la
atención. Recordo que en la fiesta, ellas también estaban
intimidadas. “Deben ser niñas mimadas” pensó. Recordo que las
animo a fumar a cambio de un beso, con un par de comentarios acerca
de “no ser bebes”.
“No
debi haber hecho eso… Pero quería ver como reaccionaban. Fue muy
gracioso ver sus caras de pánico al sentir que las iban a descubrir”
Penso. Hasta esta carta, ninguna había confesado como eran sus
castigos ni lo estrictas que eran las monjas. Ahora comprendia el
miedo que todas tenían y su nerviosismo. “Las habran castigado?
Debe ser muy estricta su vida…” Pensaba una y otra vez. Recordaba
su gesto de miedo ante cada ruido, y se las imaginaba resistiendo los
azotes al ser descubiertas.
“Pero
al menos pueden elegir rincón…” Penso, entre riéndose. No iba
al rincón desde los 4 años. Seguro era muy vergonzoso tener que ir
a los 15.
“
Las chicas mas rudas, eligen siempre los azotes. Sobre la falda
tanto no duelen. Pero a veces te la levantan y suelen mucho. Ojala yo
pudiera elegir los azotes siempre, pero tanto no resisto. El rincón
es realmente insoportable. Tus brazos se cansan y duele, tu espalda
también, no te dejan moverte de ahí hasta que termines de rezar. Si
te moves, te azotan y si no rezas bien, volves a empezar. He estado
como 20 minutos solo por que Madre Stella me hizo rezar el mismo
Misterio como 30 veces por que las gemelas me hacían reir. Lo peor
es que estas a la vista de todas como si estuvieras en exhibición. A
veces, te atan tu jumper o falda, haciendo que en el rincón enseñes
los calzones. Es tan humillante… Pero es un descanso cuando no
soportas mas azotes…”
Mariela
comenzó a sentirse muy excitada. Justo, había frente a ella, una de
las chicas en el rincón, rezando lentamente. Empezo a preocuparse de
ser descubierta. Si veian esta carta y el dibujo estaría en graves
problemas.
“
Lo mejor es sencillamente no ser castigada. Hemos intentado
seguir una rutina junto a Alice y las chicas para evitarnos
problemas. Ella nos convencio de hacer todo en estructura hasta que
se vuelva un habito y funciono varias veces. Sin embargo, Madre
Stella siempre algo descubre. Y otra vez terminas contando azotes en
tu cola. Lo mejor es si la vez, intentar esquivarla. “
“Vaya…”
Penso Oswald. “Las tienen entre la espada y la pared. Por algo se
ven todas tan prolijitas e impecables…. ¿Madre Stella será la
negra? Daba mucho miedo. La otra en cambio se ve muy buena… Al fin
se como es la vida de ellas…. ¿Tanto como para que tengan que
esquivarlas para no ser castigadas?”
“..Las
clases son muy difíciles y exigentes. Siempre tenemos mucha tarea.
Hace poco visitamos la escuela… y parece que habrá menos castigos
y mas estudio. Recien ingresaron muchísimas chicas y ahora somos un
monton. Por eso ya no nos vuelven locas como antes. Pero no tenemos
ni un segundo de tranquilidad ahora. Siempre hay chicas gritando,
peleando, o siendo castigadas. Ahora mismo tengo una rezando en el
rincón en frente mio…”
Mariela
vio que una de las monjas se acercaba a buscar la chica en el rincon.
Rapidamente escondio la carta. Asustada decidio guardarla. “Creo
que ya es suficiente por hoy…” Penso preocupada.
- No escribió nada mas?!! – Se sorprendio Oswald. Era justo el
climax. Oswald hizo lo que cualquier joven de su edad haría en ese
momento. Masturbarse. Luego de eso, colgó la carta y el dibujo en un
lugar visible de su habitacion. Dia tras dia, lo miraba y pensaba en
la vida de esas jovencitas. “Acercarme a esa reja es peligroso…
Si alguien me descubre no me ira mejor que a ellas. Pero sin lugar a
dudas vale la pena…”
Muy buen capitulo, espero pronto inicien las clases
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