Eran
las 4 de la mañana, y las Dorm mom apenas habían dormido. Pero para
ser estrictas era necesario ser estricta consigo mismos también.
Estaban ojerosas y agotadas, y luego de una larga noche de intenso
papeleo decidieron dividirse las tareas, Stella se encargaría de
Gomez y Ortiz de las demás. Asi el dia comenzó con mucha dificultad
para todas.
Pero
de la misma forma que era una pesadilla el ingreso al Saint francis
para las niñas, también lo era para las Dorm Mom novatas. Eran
demasiadas chicas para corregir, y todas querían probar los limites
en algún momento. Cuando elegian rincón, les daban un momento de
tranquilidad. Sin embargo, hacer que cumplan con su castigo
correctamente también era agotador. Las clases, sumamente cansadas.
Para dos maestras novatas, era difícil controlar 20 alumnas
problemáticas con solo amenazas. En todo el dia habran repartido 100
azotes cada una mientras hacían malabares entre todas sus
obligaciones, los chequeos de uniforme, orden, evitar que se burlen
y molesten entre ellas, asegurarse de que cumplan sus tareas, se
apliquen, encargarse de las alumnas mas problemáticas, y brindar
contención a las mas dóciles que extrañaban a sus padres. Intentar
que todas se acomoden a lo que seria su vida los próximos 6 años. Y
en todo esto, recordar cada castigo dado y hacer un informe minucioso
de cada una. Era un momento casi tan estresante para las dorm mom
como para las alumnas. Mientras ellas soportaban el estricto régimen,
los castigos y las odiosas horas de estudio, las Dorm Mom debían
encargarse de que todas ellas se transformen en angelitas para el dia
de gala y el inicio de clases. Esto a todas las tenia muy
conflictuadas. El primer dia fue intenso por eso, debido a la
tenacidad de las Dorm mom en hacer que las chicas se aprendan las
reglas de memoria. Mientras que el grupito de Stanford se mostraba
angelical, obediente, y no dejaba de ganar puntos, el de violeta era
desafiante y constantemente requeria cstigos. Violeta se mostraba
absolutamente adolorida y bien castigada. Se comportaba infinitamente
mas dócil pero no podia contenter la rabia de pasar por eso. Su cola
dolia horrores, y de vez en cuando algún botonon se desabotonaba de
su percudido mameluco revelando lo rojas que quedaron sus nalgas.
Stella no le permitia hablar ni realizar acciones sin permiso. La
seguía constantemente, y la castigaba ante el primer acto
obligándola a adoptar pose de castigo para sus azotes. El adolorido
trasero de Violeta debía soportar la vara correctiva caer sobre las
marcas del cane. Violeta soltaba alaridos y con mucha dificultad
cumplia los castigos muerta de bronca. De vez en cuando, Stella
permitia descansar la cola de Violeta, pero solamente intercambiando
su castigo por otro, acostumbrándola a rezar en el rincón. Y a
pesar de esto, Violeta continuo tan rebelde que termino otro dia en
mameluco. Por eso, fue especialmente castigada como dicta la norma.
En
medio de estos dos opuestos se encontraba Celeste Kint. Ella ni loca
era tan rebelde como en la escuela saint francis. Y es que ahí, los
castigos son distintos. Habia riesgo de volver con una cola roja del
colegio, pero el mayor riesgo eran las aburridas horas de detención
o las extenuantes líneas. Ni que decir del bonete de burra que era
obligada a usar casi siempre. El nivel de control que tenían sobre
ellas era inimaginable y Kint se sentía bastante deprimida. A veces,
escuchar los discursos de patricia la motivaban. Otras veces la
espantaban. Ver a gomez, la mas rebelde de todas, convertida en la
“mascota” de Stella, llevandola a todas partes en mameluco de
castigo era realmente impactante. El espiritu de gomez no era tan
facil de domar, y sus compañeras que intentaron burlarse de ella por
su situacion terminaron mal. A gomez no le importo ser castigada de
vuelta por eso. Gomez, apenas se libero de su mameluco, opto por
obedecer las reglas y las dorm mom sabiendo que no habia escapatoria.
Celeste
cada vez que veia el rojo trasero y muslos de Gomez, azomar por
debajo de su jumper apretaba los dientes con espanto y hasta sentia
su propia cola arder. Al igual que todas, termino siendo castigada
un par de veces. El espanto la hizo escoger rincon siempre. Aunque
era humillante tener que estar ahi a la vista de todas.
Gomez
fue dócil los primeros días ya que cada vez que era azotada dolia
horrores. Pero a medida que los días pasaron, el dolor horrible se
fue y resistir castigos se volvió mucho mas fácil. Los castigos de
posición… eran tediosos. Pero recibir 20 azotes por tener
personalidad no estaba tan mal. A veces eran sobre la falda y casi no
dolían. Otras veces la agarraban furiosa y caian sobre sus calzones
haciéndola gemir, rebelarse y reiniciar el castigo varias veces. Esa
rebeldía hizo que sus admiradoras la imiten y finalmente se
establecio un grupito que se deleitaba en probar limites con las
monjas.
Para
ellas, esto se habia vuelto un gran desafio. La regla estipulaba el
uso constante de chequeos y castigos. Stella lo seguía a rajatabla.
Pero a Ortiz le generaba sus dudas. Aun asi lo cumplia, aunque era
muy difícil. Las chicas mas sensibles elegian rincón, en especial
el grupo de Patricia Stanford. Pero las rebeldes, eran azotadas
constantemente. Demoraba muchísimo menos que rezar en un rincón. Y
hasta suponía cierto orgullo para ellas demostrar que podían
resistir bastante sin quejarse, y que no temian a estas odiosas
monjas. Violeta Gomez, empeoro sus castigos muchas veces a propósito,
solo por fingir estar aburrida mientras la azotaban. Total, eran solo
20 azotes. Esto, forzaba lo peor de las monjas que para poder darle
un buen castigo a quienes no temian los azotes, debían utilizar
técnicas para forzar que las alumnas pierdan la cuenta y deban
volver a empezar. Azotes a falda levantada se hicieron muchísimo mas
comunes. La fuerza se desarrollo y la capacidad para leer la
efectividad de los castigos también. Los 20 azotes empezaron a caer
mas firmemente en el mismo lugar, o en los muslos, obligando a las
alumnas a saltar y tomar sus posaderas. Las monjas las obligaban a
resetear su posición, volviendo castigos de 20 en 60. Quienes
obtenían doble castigo eran quienes peor les pasaban, ya que debían
entonces soportar los 40 sin moverse. Y muchas veces, esto se daba en
una cola muy adolorida. Finalmente, las alumnas aprendieron a
obedecerlas y temerle a los azotes, comportándose mejor.
Y
en el medio de esta rivalidad entre monjas severas y alumnas rebeldes
se encontraba Celeste Kint. Kint tenia una mucama en su casa, por eso
todo este proceso era sumamente difícil para ella. El ingreso al
nuevo sistema, acostumbrarse a su nueva vida, todo eso era muy
difícil. La tortuosa regla de los 20 azotes por todo, sacaba lo peor
de ella. Y su nerviosisimo, hacia que siempre este distraida. Claro,
ver a sus compañeras azotadas todo el tiempo y tan fuerte no
ayudaba. Como ya estaba de moda entre las rebeldes, ella tambien
intento elegir siempre los azotes cuando era su turno, pero era muy
difícil y siempre terminaba llorando. Y lo peor fue cuando Stella
comenzó a azotarlas con la falda levantada. Uno de los problemas del
aumento de severidad era que las alumnas mas sensibles eran quienes
mas sufrían los azotes ahora. Para evitar esto, las dorm mom debían
dar castigos adecuados a la sensibilidad de ellas. Pero si los daban
demasiado débiles las niñas pensarían que tendrían preferencia.
Este fue el caso de Ortiz que un dia descubrió a Celeste Kint con
los calzones equivocados. Recordando la vergüenza por la que paso
Mariela solo la castigo sobre su falda, y trato de no hacer demasiado
show al respecto. Aun asi, Violeta la alcanzo a ver y las burlas al
respecto comenzaron.
Pero
como se dice, mientras el gato no esta… los ratones bailan.
En
el escondite secreto, apenas tuvieron tiempo y las 6 en uniforme de
ocio, Alice hablo con sus compañeras.
-
Chicas, a partir de ahora casi no va a haber mas momentos las 6
juntas. –
-
Que vergüenza… me usaron de ejemplo.. – Se quejo Annie
-
Te regalaron 100 puntos!!- Protesto su hermana.
-
Esas chicas…. Se quieren hacer las malas. Se nota que no conocen a
Stella. Espero que no intenten hacerse las graciosas conmigo o… -
-
Chicas!!- Exclamo Alice.
-
Nos van a descubrir. – Se quejaron al unisono.
-
P-Perdon… Escuchen. Nosotras somos las primeras. Tenemos que estar
unidas. No tenemos que dejarnos gobernar por esas novatas. ¿si?
Luego
de eso, las 6 volvieron a sus vidas diarias. Pero rápidamente
notaron que las Dorm Mom prácticamente las ignoraban. Estaban
obsecionadas con las nuevas alumnas. Lo que quizá… genero un poco
de celos en Annie, en el resto era el paraíso. Normalmente Stella
era capaz de castigarlas por no llevar sus botones del cuello
abotonados en uniforme de ocio o la chomba dentro de la falda. Ahora
sencillamente las ignoraba. Y siempre les daban puntos, las 6 se
veian como angelitas en comparación con las nuevas que no dejaban de
pagar los errores con azotes en las pompis. Mariela, y las gemelas se
divertían observando como todas cometían los mismos errores que
ellas cometieron al principio. Demorandose en el rincón, titubeando
y recibiendo doble castigo, luchando contra los uniformes, el orden,
la limpieza, durmiendo boca abajo con una cola hinchada de tantos
reiterados castigos. El tranquilo dormitorio, que de noche tenia a
Amy bailando con su walkman como el mayor símbolo de escandalo,
ahora tenia a 14 bulliciosas niñas mas que parecían pelearse por el
poquísimo espacio. Incluso durante la noche, a veces venia la
supervisora y repartia algún castigo. Eran demasiadas para
mantenerlas a raya a todas, entre los esfuerzos de las Dorm Mom y las
supervisoras de piso. Mariela se canso de ver, a chicas de todas las
alturas y colores, llorar mientras la vara correctiva azotaba
incesantemente sus traseros. Los azotes rapidos y fuertes se
convirtieron en una marca registrada de las Dorm Mom ya que a veces
había fila de hasta 5 alumnas que esperaban nerviosamente y en
posición una prueba de las llamas del infierno.
Uffffff, muchas chicas, necesitaran refuerzos, me encanta leerte
ResponderEliminar