martes, 3 de enero de 2017

Cap 35

Las gemelas esperaban su turno, ambas en sus mamelucos de castigo y sobando sus pompis con ambas manos. Annie aun lloraba, mientras que Amy, con mas tiempo para recuperarse, solo lagrimeaba levemente. Los pijamas, a ambas le quedaban  un poco holgados y las mangas eran mas largas que sus brazos. A veces los elásticos de las puntas no alcanzaban para mantenerlos en su lugar y el brazo del pijama alcanzaba a cubrir sus manos, hasta que ellas debían devolverlo a sus muñecas. Esto las hacia ver mas pequeñas de lo que ya eran y les daba una imagen muy tierna. En la espera, ambas veian la línea de chicas esperando su turno, todas dando señales de haber recibido una reciente nalgueada. Quiza un movimiento o flexion de piernas, o alguna sobada. Ninguna era obviamente tan obvia como ellas. Y todas con el humillante cartel en su trasero, lo cual les recordaba como debían verse.
- como mami? – Pregunto Amy, viendo en su hermana el vivo reflejo de lo tonta que debía verse sobándose tanto. Lastima que no pudiera dejar de hacerlo.
- Si… sniff… Sniff…- Dijo, limpiándose las lagrimas. – Regañandonos… y… luego… Sniff..- Explico intentando hablar.
- Claro… si… es verdad. Si. –
- Niñas!!! En silencio!!- Les ordeno una monja. Ambas se quedaron calladas.
Jessica, finalmente paso a la camilla. Desde ahí, ya se escuchaban los llantos de la siguiente habitacion. Confundida se acostó como le ordenaron y vio de reojo como su mameluco era desabotonado revelando su aun rojo trasero.
- mirando hacia adelante nenita. – Ordeno la Doctora.
Mas asustada que molesta, Jessica obedecio.
- Vaya… tenemos una pequeña diablita aquí… Venis al purgatorio con tu cola tan roja?- bromeo la enfermera y comenzó a apretar sus cachetes y recorrerlos con sus manos.
- …Ay…-
- Silencio. Tu cola esta un poco hinchada… si te dan el resto del castigo asi vas a sangrar definitivamente. – Explico.
- Entonces…?- Dijo jessica, sintiendo un poco de esperanza.
- No creas que te salvaste. Solo te voy a tener que poner un ungüento diferente del que realmente deberías recibir. – Explico. Llego otra chica y le anoto algo en un papel que luego llevo. Luego de unos segundos, comenzó a untar la viscosa sustancia. Jessica comenzó a sentir una frescura muy intensa, casi dolorosa en sus nalgas. El ungüento estaba preparado para disminuir la hinchazón y preparar su piel para los varazos. Aun asi, los azotes dolerían mas, pero su piel estaría mas protegida y seria mas raro que sangre.
Ya de pie, Jessica volteo y cuando intento abotonarlo le dijeron.
- No, que haces. Asi. A la próxima habitacion. Lo dejas asi. – Le ordenaron.
Sintiendose avergonzada, Jessica obedecio y paso al próximo cuarto, donde sus ojos se dilataron a ver a sus compañeras siendo amarradas y recibiendo unos horribles varazos que cortaban el aire y las hacían gritar.
Finalmente, turno de Amy. Acostada en la camilla, colita al aire, la mujer las vio, reconociendo rápidamente que eran las famosas gemelitas que se habían hecho tan populares. Hasta sentía ternura. Cosa que rara vez sentía. Vio las dinminutas nalguitas, levemente rojas de amy y le dio un par de nalgadas pequeñas, frente a la cual la niña rápidamente reacciono meneando su trasero. Luego con sus manos, lo apretó, recorriéndolo. Amy, avergonzada y confundida intento pararse.
- N-No!!
- ¿Qué haces? Quieta!!!- Le exclamo. Asustada Amy obedecio, y ella continuo con la revisión. “Su cola es demasiado pequeña”. Penso. – No vas a poder resistir este castigo… Va a ser demasiado para vos. … Para ustedes. Ya que tienen el mismo cuerpo. – Dijo, viendo a su hermana.
Un rayo de esperanza ilumino su rostro. Vino la misma mujer, anoto algo en su libreta y tomo un ungüento. Todos los ungüentos hacían que los azotes ardan mas al caer en piel mojada, pero este tenia otro particular efecto. Volvia la piel mucho mas resistente, aunque era un poco mas espeso, parecía moco. La mujer masajeo las nalgas de Amy mientras ella luchaba por mantenerse en posición.
- E-Entonces me van a castigar?
- Obvio que si. Ve a la siguiente habitacion. No demores. Solo que luego de tu castigo seras traída a enfermería… Seran…- Dijo viéndola a Annie cuyo gesto de esperanza se desmorono. Amy marcho a la siguiente habitacion, y luego de tratar la cola de Annie, llego rápidamente a la misma conclusión. Finalmente ambas ya estaban en la ultima y mas aterradora habitacion. Facilmente podría ser una visión del infierno, si lo ven con ojos de chicas a punto de padecer el mismo destino. Los llantos, los gritos, la vara cortando el viento, la visión de esos traseros al rojo vivo, la fila de chicas de culos brillosos y rojos esperando su turno.
- T-Tengo miedo… - Dijo Annie, volviendo a llorar y tomando la mano de su hermana. El ambiente era tan denso que se podría cortar con un cuchillo. No había ni una sola que no termine en lagrimas y sollozos. Las mas débiles hasta suplicaban vanamente que el horrible castigo termine. Todas las chicas veian a cada una quebrarse en el potro a azotes de vara, vara que posiblemente no habían sentido antes, mientras esperaban su turno de pasar por lo mismo. Las gemelas sentían sus piernas de gelatina, cada varazo en la habitacion parecía que caia en sus propias nalgas. Finalmente llego el turno de Jessica quien temerosamente llego al potro y termino siendo amarrada. La Maestra disciplinadora leyó su informe sabiendo que debido a su rebeldía debía darle una buena lección. Jessica desde su posición, no alcanzaba a ver a su verduga ni siquiera de reojo, su trasero apuntando a las chicas en línea, su rostro hacia la ultima puerta.
Amy apretó la mano de Annie, dándole a entender que estaba jessica a punto de ser castigada. Ambas quisieron ver la escena contentas de poder vengarse de quien las metio en este problema.
Finalmente el primer doloroso varazo cayo en sus nalgas. Jessica solto un grito. Dolia muchísimo mas de lo que imagino que iba a doler. Apreto sus dientes e intento no ser una bebe llorona como todas las demás. Su cola comenzó a llenarse de marcas sumamente dolorosas, Jessica intentando no gritar. No paso mucho tiempo, pronto se agoto y los gritos comenzaron. Y en poco tiempo, hasta lagrimas y sollozos.
- NO NO NO!!!- Exclamo furiosa de que la logren hacer llorar. Lucho vanamente contra los amarres solo logrando agotarse mas mientras que la horrible vara dejaba de color rojo brillante su trasero y lo volvia a hinchar. Finalmente, era otra chica que lloraba. Annie y Amy, comenaron viéndola muy contenta como al fin recebia su merecida, pero cuando el llanto se transformo en sollozo, el terror se apodero de ellas. Si JESSICA no soportaba este castigo, ¿¿ellas?? Finalmente, una Jessica llena de lagrimas y muerta de cansancio, con el culo rojo, hinchado y brillante – debido al ungüento- fue enviada a rezar arrepentida en la sala de ocio.
Las gemelas observaran horrificadas cada chica en frente suyo pasar por el mismo proceso. Hasta terminaron observándolo en primera fila, como con la nalgueada sobre las piernas. Ambas lloraron con anticipación. Finalmente, fue el turno de Amy, y una de las monjas tubo que ayudarla a subirse al potro. Con su corazón a punto de reventar su pecho termino siendo amarrada.
“Sensibilidad extrema, prácticamente nula resistencia. “ Leyo la maestra. Suspiro disimuladamente, estos casos eran los peores. Tendian a hacer un circo y era difícil ver si la reacción era real o solo exagerada. Ademas, no había muchas técnicas para “Castigar levemente fuerte”.
Levanto la vara alto, e intento darle un buen azote. Apenas la vara corto el viento, Amy solto un grito que dejo sin tímpanos a todo el lugar. La maestra la vio molesta, no había dado ni un golpe y la niña ya gritaba. Finalmente decidio bajar su fuerza a ¼. Comenzo a dar asi, varios azotes.
Amy sentía un fuerte y punzante dolor de parte de cada dolor. Mas asustada que adolorida, gritaba constantemente. La mujer comenzó a aumentar la fuerza hasta convertirlo en un castigo.
- WAAAAAA WAAAAA BASTA POR FAVOOOOOR NOOOO WAAAA NO LO VUELVO A HACEEEER WAAAAAAA- Sollozo Amy. La maestra la ignoro, viéndola luchar contra los Amarres. Continuo hasta dejarle su colita bien roja, hinchada y marcada. De vez en cuando, solto un azote demasiado fuerte, y vio el efecto de eso en la cola de ella rápidamente, la cual se marco de mas al instante. Los gritos que soltaba Amy en cada uno de esos momentos eran insoportables. Podria haber indagado mas acerca de los sentimientos de Amy, pero ella estaba en piloto automatico desde que la ataron al potro. Solo gritaba y lloraba, no importaba lo que pasara.
Annie, mientras veía la escena desu hermana se sentía a punto de desmayarse. Otra vez, sabia que ella nunca soportaría mas que ella. Dio varios pasos hacia atrás aterrorizada.
- No, no… Yo no puedo, no… no…- Se intento alejar, pero una monja la tomo del brazo. Finalmente Amy termino solamente sollozando acongojada a todo pulmón, y hasta soltando mocos por su nariz. La maestra disciplinadora decidio que era suficiente, y fue liberada. Intento hacer la danza de la colita hirviendo, pero fue atrapada de las manos y enviada a la salida del purgatorio.
- No… NO… YO NO QUIERO!!- Exclamo Annie luchando contra la monja. Lucha que no sirvió de mucho. Se sacudió tanto que sin embargo, se necesito que la maestra disciplinadora la ayude a subirla al potro y atarla.
- NO QUIERO NO FUE MI CULPA YNO NO QUISE PELEARME NOOOO. – Suplico mientras era atada.
- NO POR FAVOR, NO POR FAVOR, POR FAVOR POR FAVOR POR FAVOR!!!- Suplico y comenzó a llorar acongojada. – Por favor por favor por favor… Por favor por favor por favor… por favor por favor por…… AYY!!- Exclamo, cuando el primer varazo cayo en sus nalgas.
“Definitivamente son las peores…” Suspiro la maestra disciplinadora. Hizo lo mismo que con su hermana, pero un poco mas rápido, ya que no quería soportar tanto bullicio. Annie grito, suplico, y protesto, y se quejo hasta quedarse sin fuerzas, finalmente solo sollozo y sollozo en un largo: WAAAAAA…. WAAAAAAAAAAAA…. WAAAAAAAA…. Hasta terminar exactamente igual que su hermana. Con una danza de la cola hirviendo trunca termino fuera del purgatorio. Realmente, las alumnas al salir del purgatorio, ignoraban todo lo que pasaba. Su mente estaba fija en su posterior al rojo vivo. Querian sobarse incontrolablemente y calmar esa horrible llama. Las monjas restantes sin embargo, impedían eso. Inmediatamente les colocaban las manos en su cabeza, el rosario en estas, las obligaban a ver la roja pared, pararse derechas y rezar el rosario completo, recordándoles que hasta no hacerlo no saldrían de ahí.
Jessica, continuaba ahí, mucho mas tranquila, intentando esta vez si terminar de rezar el rosario. A pesar de todo el tiempo que paso, su tarea se entorpecio bastante debido un par de razones. No se acordaba los rezos de memoria, debía rezar en voz baja y a ritmo normal. No estaba acostumbrada a hacerlo además, ya que nunca elegia ese castigo, y su hirviente trasero la distraía. Pero sumado a eso, lo peor era el “exorciso de pecados”.
- AYYYYYYYYY!!!!!!!- Exclamaba saltando y bajando las manos de su cabeza.
- Comenzas de vuelta.- Ordeno la monja.
- NOOO!!!- Protesto. Decidida intento soportar el dolor y rezar el rosario de corrido. Cada vez que caia el “agua bendita” en su trasero, sentía como si la quemara. Hasta que de repente, comenzó a sentir un fuerte olor a alcohol. “Claro… es alcohol puro…” Penso. Alcohol curo en una cola recién castigada por varazos, el cual se metia en sus heridas. De ahí el dolor horrible que sentía.
Annie, le toco una posición, afortunadamente cerca de su hermana. Al principio no podia ni hablar, estaba agotada, y el simple hecho de mantenerse en esa posición punitiva y NO sobarse era suficiente sobre esfuerzo. Pero vio a su hermana con sus ojos cerrados, concentrada en rezar.
- Padre nuestro que estas en los cielos… Santificado sea tu… AYYYYY … Nom…bree…..- Rezaba, mientras la monja hacia la cruz con agua bendita en su trasero. Lo hizo un par de veces mas, hasta que fue el turno de Annie. Annie grito, y se sacudió, bajando los brazos en cada una de las ocasiones, pero la volvieron a devolver a su posición. Comprendio que debía imitar a su hermana y entregarse a la penitencia. Suspiro, cerro los ojos, se paro derecha y tomo fuertemente el rosario. En posición perfecta, se concentro en rezar completamente el rosario. Parecian monjes tibetanos, o aquellos antiguos frailes, soportando estoicamente el castigo, incluso el alcohol puro en sus castigadas nalgas, y rezando sin parar. Finalmente termino, y Annie al salir vio que su hermana la esperaba afuera. Ambas se abrazaron y rompieron en llanto.
- Finalmente termino… Todo termino…- Dijo Annie.

- Niñas. Vamos a enfermería asi las tratan. – Menciono Stella, quien esperaba también que salgan. Ambas asintieron con la cabeza y con sus largas mangas se limpiaron la cara. Y de reojo, vieron a Jess, que otra vez rezaba desde el principio su rosario.

lunes, 2 de enero de 2017

cap 34

Saint francis se encontraba en un país muy contumbrista. Pais muy costumbrista y ficticio cuyo nombre es Drimanz, ubicado en el trópico, de un clima levemente caluroso, aunque frio en algunas zonas y epocas. Como era común en esa época, era un ambiente profundamente religioso. Y tenia características tanto latinas como anglosajonas y un toque europeas. Era un país, sin ningún sentido de la sexualidad, en donde solo las niñas usaban vestidos cortos como símbolo de ingenuidad y torpeza hasta los 12 años. La misma regla, se aplicaba con los niños pero con pantaloncitos extremadamente cortos. A partir de entonces, ambos sexos cambiaban a elegantes vestidos largos y pantalones de trajes. Gozaba de un pbi moderadamente alto y se auto consideraban primer mundo. La ciudad a la que pertenecía el internado era Berzegonia, una ciudad no muy popular y ruidosa, cuyos suburbios eran bastante tranquilos. Su centro era bullicioso como todos, y para tener un centro, significaba que dentro de todo era una ciudad bastante popular a pesar de no ser la capital del pais. El internado contaba con 5 sedes alrededor distribuidas estratégicamente alrededor del país, todas con el internado alejado de la ciudad pero cerca de la carretera y el instituto en el centro. Fue fundado anteriormente que la escuela por una mujer adinerada y religiosa, pero no fue hasta la aparición del Psicologo Wason que esta obtuvo su popularidad. Comprendera el lector, que si bien los catigos corporales y las nalgadas eran muy comunes en esa época, eran comúnmente dados puertas adentro, con cierta privacidad o minimamente frente a la familia o amigos. En las escuelas, lo mas común era el azote en las manos, y rara vez, por razones de pudir, se daban azotes en el trasero, como forma de humillar a algún alumna desvergonzado. Habia escuelas en donde el director azotaba con el paddle en su oficina, pero frente a faltas graves y en privado. Y quienes mas frecuentemente recibían esos castigos eran hombres.
Seguramente, el lector deberá estar puteando al autor, ahora que saco este tema, justo ahora que se ponía divertido. Pero sin embargo, sepa el lector comprender que hasta ahora no se ha dado la debida importancia al responsable del excito del Internado Saint Francis. Excito, que por ejemplo, lo vuelve responsable de la gran cantidad de profesionales femeninas y que le dio la universidad Catolica el apodo de “Universidad de la blanca flor” – La cual por cierto esta rodeada por las 5 sedes del Saint Francis- debido a la gran cantidad de licenciadas mujeres que trabajan ahí. Ni mas ni menos, que el prestigioso psicólogo Wason – cuyo monumento en el jardín de cada Internado es escupido miles de veces por dia por alumnas de culo adolorido-
Pero para dejar a los lectores mas picados y con mas bronca hacia mi persona les paso un pedazito de lo que pasara luego:
- Amy…. – Murmuro Annie. – N…o… sentís… que nalguea igual que mami? – Pregunto.
Volviendo al tema que nos compete, el internado fue fundado por la adinerada y religiosa Selestina Standford en 1800. Selena Stanford fue una mujer muy religiosa, perteneciente a grandes círculos de la época, Heredera de un gran terreno casualmente ubicado cerca del centro de Berzegonia, y otra gran fortuna familiar. Ella busco cumplir su sueño de crear un instituto dorado lleno de niñas de bien guiadas por el buen camino. Invertio una fortuna en el Saint francis, y si bien no pertenecia a la Iglesia, era profundamente religioso. Contrato diversas educadoras y monjas para que la ayuden en sus labores, y les pago muy bien, ya que seria la institución del futuro. Sin embargo, por azares del destino, arranco con muchos problemas. Casualmente quienes enviaron a sus alumnas solo querían deshacerse de sus hijas problemáticas. Chicas, que encajarían mejor en un reformatorio terminaron de ahí y eran mayoría. La generosa cuota tenia como condición permitirles estar hasta los 18 años. Las educadoras y monjas, rara vez podían lidiar con su rebeldía, ni habían sido preparadas para eso. El desempeño del internado, por ende, era mediocre y su reputación también. Stanford veía su sueño desmoronarse junto a las deudas y reclamos acumularse.
Wason, por su parte, era un psicólogo conductista buscando un doctorado. ¿Conocen el conductismo? ¿El perro de pavlov? Quien sabe por que su gran interés en castigar jovencitas, por que esto lo obsesionaba tanto. Para la época era un fervemente disciplinador, totalmente orientado a su causa. Para nosotros… posiblemente tengamos una mejor idea del por que. El creo este método disciplinario, y naturalmente quizo verlo aplicado, soñando con un futuro en donde pueda crear arquitectos o mendigos a gusto. Fue a numerosos internados femeninos (Por que obvio, debía ser de mujeres) y fue rechazado numerosas veces. Al ser un hombre de ciencia, tenia la polémica premisa de no creer en Dios. Sin embargo, abandono sus creencias y busco su esperanza en Internados religiosos. Los mas comunes después de todo. Luego de mas rechazos, utilizo como ultimo recurso algo de simbolismo, para mejorar mas el rostro de su curriculum. Y ahí fue cuando los destinos de Stanford (cuyo monumento lleva la misma cantidad de escupitajos en los jardines del Saint Francis ) y Wason se cruzaron.
12 años habían pasado desde que el Saint Francis fue creado y a Selestina Stanford solo le sirvió para sacarle canas verdes. Preocupada, llego a ella la carta de Wason, proponiendo un sistema disciplinario para su escuela. La psicología conductiva apenas era conocida en esa época, y parecía mas algo de magia negra que otra cosa. Sin embargo, la desesperación de Stanford la animo a aceptar la idea. Pronto, ambos se encontraron el despacho, y luego de una larga explicación, Stanford se quedo varios segundos en silencio.
- Que opina? – Pregunto Wason ansioso.
- No se… El sistema… parece militar…- Dijo recordando una y otra vez lo que dijo. ¿ Solo chicas de 15 a 21 años? – Respondio Standford.
- Saldrian de aquí totalmente graduadas. ¿Aparte las alumnas problemáticas con las que usted siempre trata no son exclusivamente de esa edad?  Por que no dedicarse enteramente a ellas, en vez de considerarlas una carga. Debe tomar el toro por las astas, considerar esto una oportunidad!–
- Uniformes personalizados? ¿Sabe usted lo que costaría personalizar cada prenda?
- Tengo entendido que este Internado posee el nivel suficiente. Y después de todo la cuota es muy alta. –
- Remodelar el instituto para crear una sala de castigos???- Insistio confundida. La idea…rebotaba en su cabeza. La confundia. Y el doctor, pues… parecía sospechoso. Tampoco gozaba de mucho prestigio ni siquiera esa extraña practica suya. Pero se encontraba desesperada.
- Mi estimada…- Dijo Watson, poniéndose de pie. – Entienda que para que mi modelo funcione, este debe ser un mundo totalmente distinto para las chicas. Sin lugar a dudas por como podemos ver no fueron criadas bien… Ellas necesitan comenzar desde un principio. Ver el mundo con nuevos ojos. – dijo y se interrumpio: Saber que pueden llegar al camino del señor…- dijo, antes de continuar con su sermón.
- El mundo a las niñas no siempre se presenta tal cual lo es. Este método lo presenta tal cual es, comenzaran desde 0, tendrán premios y castigos, conocerán el infierno si fracasan y la gloria si triunfan. Como lo ES en la vida misma. – Continuo explicando. Al verla duditativa, Wason insistió:
- Es un método basado en el arrepentimiento. ¿¿Acaso no dice eso la Biblia?? ¿Arrepientete de tus pecados?
Esto ultimo convencio un poco mas a Stanford. Se propuso a intentar ver con sus ojos.
- Muy bien. Peinados iguales. Expliqueme eso. –
- Todos somos iguales, nuestras acciones nos hacen distinguirnos. – Sentencio el.
- Uniformes de Ocio y de Novata. El de ocio no posee para nada el rigor de un internado. ¿Y el de novata, según usted propone, debe parecer un vestido infantil? Expliqueme usted eso.- Insistio.
- Es simple. Las chicas ingresaran como novatas. Al ser novatas deberán aprender todo de 0. Como niñas. Hasta no mostrar madurez no serán adultas. – Explico. Stanford comenzó a mostrarse un poco mas convencida con la idea de “tomar el toro por las astas” .
- Cada parte del uniforme debe llevar nombre de la alumna junto a su dormitorio asignado….  –
- Esto ayudara a la personalización. En algún momento cada una vera a alguna chica que le paresca divertida. Rapidamente reconocerá su nombre y a que dormitorio y aula va. Las monjas podrán hacer lo mismo sin problemas. Rapidamente sabran el nombre de quien le va muy bien, o quien le va muy mal. Sabran quien frecuentemente no alcanza a conseguir la cantidad adecuada de puntos y debe continuar en uniforme de novata como la que niña que – aparentemente- aun es. Comprenda que son procesos de condicionamiento muy complejos que a lo largo de los años, quedaran grabados en su cerebro. Esto le da, aun mas importancia al uniforme de castigo. Es un pijama enterizo, de tela muy liviana, algodón, identificado con el logo de nuestra sagrada institución. Comun del que todos hemos usado en nuestra infancia, para poder generar recuerdos de circunstancias similares en ella. Este será su única prenda y objeto personal hasta recuperar los listones y tendrá una abertura en la parte de atrás la cual permitiria a la castigada recibir disciplina adicional o realizar sus necesidades. La parte que tape la cola no será de la misma tela, será una ligeramente diferente, con la sentencia “arrepentimiento en proceso” que alertara a las demás de su condición, y una textura que recordara constantemente a la alumna que debe estar arrepentida de sus actos. Ninguno de estos mamelucos serán personalizados, al contrario, se harán por tallas, asi las alumnas se darán cuenta de su carencia de identidad. Las alumnas, ahora carentes de identidad, son almas que vagan intentando expiar sus pecados. Solo el arrepentimiento les devolvera la identidad. De ahí que el mameluco sea la única prenda y objeto personal que tengan permitido poseer, ya que su función hasta volver a su uniforme normal es concentrarse en la meditación. Lo usan para dormir, estudiar y arrepentirse de su mal comportamiento. Las alumnas que no estén en esta condición evitaran mirar a quienes llevan este castigo y ellas poseen una profunda humillación frente a su mal comportamiento. Recuperar sus listones, es el símbolo de volver al camino correcto, luego de arrepentirse de sus pecados  y re insentarse al sistema. Asi el, ciclo punitivo cumple su función. Un sistema disciplinario basado en el arrepentimiento de sus pecados y la punición, como dicta la biblia. Por eso el purgatorio se debe encontrar precisamente en frente de la sala de Ocio, con sus castigadas Orando y siendo exorcisadas de sus pecados. La vida constantemente nos da pantallazos de las miserias del pecado, lo cual nos motiva a seguir adelante. Entienda que estos profundos significados ellas no lo comprenderán en el momento, pero sin embargo, su cerebro inconcientemente lo capturara y grabara a lo largo de su vida. – Explico Wason.
La mujer hizo una pequeña pausa. Se mostraba mucho mas convencida con la explicación. Casi quería darle el si. El sistema disciplinario basado en el arrepentimiento casi la convencia. Wason, apenas noto esto puso muchísimo mas seguridad y optimismo en su discurso comportándose mas bien como un vendedor que como un psicólogo. Sin embargo, continuaba viendo algo turbio.. algo que por la ingenuidad de la época no alcanzaba a distinguir por que.
- Si.. si… Muy bien..- Dijo ella, intentando mostrarse segura. – Pero calzones con el logo del colegio obligatorios, su nombre, y dia de la semana?
- Es muy común que los uniformes posean calzones reglamentarios. Y todas las prendas deben ser identificadas. Lo del dia de la semana solo ayuda a asegurarse de la perfecta higiene que deben tener las alumnas. Ya saben los problemas que pueden llegar a traer la pubertad. Entienda que el sistema disciplinario tiene detalles, tan complejos, que debería estudiar psicología conductiva 10 años para comprenderlos en su totalidad. – Presumio Watson.
- Y por que solo azotes en el trasero?
- Acaso no es asi como nos han castigado nuestros padres por generaciones?
- Si… pero…
- Necesitan que este sea su mundo. Que ellas sean sus Madres. Ser educadas de vuelta. Los azotes en las nalgas son mas que necesarios. Les traerán reminiscencias de castigos dados por sus padres. – explico Wason. Y continuo: Curiosamente, también tiene que ver mucho con los calzones y el uniforme de Novata. La vergüenza, la humillación, es un factor punitivo importante. Las alumnas en uniforme de novata no podrán ocultar la frecuencia de sus castigos, rodillas rojas en caso de optar por el rincón, o un trasero rojo con un nombre para que reconozcan rápidamente quien fue castigada. – Dijo Wason, con cara de póker, mientras metia una mano disimuladamente en el bolsillo de su pantalón delantero.
Stanford, conocía chicas a quienes definitivamente quería hacer pasar por tal humillación.
- Muy bien Wason. Expliqueme, Sistema basado en el arrepentimiento. – Sonrio Stanford.
- A la alumna se le presentan las opciones de castigo Sistematico y la posibilidad de elegir uno en corto tiempo. Frente a esta situación, aprenderá con el tiempo a sencillamente elegir uno para evitar uno peor o una visita al purgatorio en donde expiara sus pecados como anteriormente mencione. Frente a esto la rebeldía rápidamente será remplazada por la nocion de que de nadie es la culpa mas que de ella de sus errores. Arrepentida, procura esforzarse y rápidamente observara los beneficios de seguir el camino correcto mientras que en su otro mano vera el duro camino de aquellas que optan por el mal. Luego de varios años, su inconciente grabara lo planteado hasta ahora y se volverá natural para ellas el camino del bien. – Finalizo Wason.
- Me ha convencido Wason. – Dijo Stanford dándole la mano. La conversación continuo, debatiendo distintas cosas, entre ellas, el sistema de puntos, de recompensas, o las clases. El internado paso por una gran remodelación, por sobre todo, en lo que era la Sala de Ocio y el Purgatorio, quienes debían ocupar un lugar central aunque antes no existían. Stanford gastaba una gran fortuna en remodelación y en contratar personal el cual debía ser entrenado para nalguear adolescentes rebeldes. Naturalmente, al principio solo se busco mujeres en muy buen estado físico, listas para dar una buena nalgueada a alumnas rebeldes.
- No pueden ser hombres?
- Hombres? No, para nada. Las jovencitas deben estar lo mas alejadas posible de la tentación del pecado. – Dijo Wason…. Convirtiéndose en el único hombre que alguna vez piso el interior del Saint Francis.

 Stanford reviso varios modelos modelos de uniforme hasta que finalmente se decidio. Se les informo a los padres de los cambios en la institución los cuales realmente no se interesaron. Mas bien se alegraron por que se liberaron de sus hijas 3 años mas. Finalmente y de un dia para el otro, el Metodo Wason se inauguro. Y junto a el, una larga fila de alumnas que camino hacia el purgatorio al revelarse ante las humillantes reglas. Quien sabe si fue una circunstancia especial, quien sabe si Wason tuvo razón, si fueron justo ESAS alumnas en quienes funciono o la gigantesca cantidad de dinero invertido…. Pero de poco a poquito, todas las alumnas comenzaron a enderezarse. Sumado a clases de etiqueta, hasta podían ser presentadas al Rey. A lo largo de los siguientes 38 años, la cantidad de azotes, minutos en el rincón, orden que debían dar las monjas, si sobre los calzones o no, lo que se podia comprar con puntos, o el intrumento a usar fueron intercambiados, convirtiendo a las alumnas en conejillos de indias frente a la obsesiva vista de Wason. Con el tiempo, se descubrió que la constancia era lo que mas beneficiaba este sistema. Y desde entonces ningún punto se volvió a ver. Wason murió, y sus logros no fueron recordados mas que por aquellas que de vez en cuando ven su busto en el jardín. Ambos se casaron y tuvieron una dulce hija, quien fue inscripta en el internado a sus 15 años por problemas de rebeldía. Wason murió antes de verla graduarse. Fue ella, Victoria Stanford, quien fundo el Instituto Saint Francis, Escuela de educativa de alto nivel, anexa al Internado, en pleno centro y quien posiblemente logro que Saint Francis termine de convertirse en sinónimo de excelencia, perfeccion y disciplina. Fue también, quien impuso la tradición de las mujeres Stanford, Todas ingresan al Internado apenas cumplen sus 15. Luego de eso, y a poco, hubo muchos mas avances. Entre ellos, las otras numerosas sedes, y la conexión tan intima con la Universidad Catolica.
 El excito de Saint Francis – popularmente-  solo fue lo adjudicado las Stanford y su deseo de cumplir su sueño. Claro, Wason también lo cumplio. Pero eso nunca nadie lo supo, solo algunas de sus conejillas de indias y por supuesto, Selestina Stanford.

jueves, 29 de diciembre de 2016

cap 33

El Saint Francis era una antigua institución que venia demostrando su eficiencia desde mas de 100 años. Su método disciplinario casi no tuvo cambios desde que se impuso y fue quien propulso al Internado a ser el mejor y mas elitista del país. Todo el personal escolar estaba comprometido con su causa, y el proceso de selección era minucioso. Hasta las sirvientas y jardineras habían sido escogidas minuciosamente. Por eso, contaba con 2000 alumnas de prestigiosas familias que habían depositado su confianza en esta institución. El nombre y el método de Saint francis era bien conocido por la zona e incluso en el país. Si bien, para la época las nalgadas eran algo común en los hogares, en los colegios no lo era tanto. Los colegios solian tener como castigo predilecto los azotes en las manos, y las nalgadas eran rara vez usadas como un plus humillante. Saint Francis sin embargo era bien conocido por hacer que sus alumnas sientan las llamas del infierno en sus posaderas. Eso hacia que, junto a otros factores, el Internado a pesar de ser, junto al instituto saint francis el mejor centro educativo del país, fuera solamente destino de las hijas problemáticas de padres adinerados. A medida que fueron demostrando su eficiencia las reglas fueron cambiando levemente. Si bien el instituto tiene primaria y secundaria, el internado solo acepta jovencitas de 15 años hasta la elevada edad de 21. Casos como Rhonda y Jessica suelen ser realmente los mas comunes y frente a los cuales el personal esta preparado. De sus 2000 alumnas se pueden sacar las siguientes estadísticas basadas en los informes de las Dorm Mom. El 20% de las alumnas consigue el uniforme de ocio el lunes y hacia el miércoles solo se da el 50%. Y el 20% de ellas va al purgatorio al menos una vez al mes. Eso son aproximadamente 400 alumnas por mes. Es natural asociar que por eso las filas solian estar siempre llenas. No todas las Dorm mom eran inclusive tan pacientes, y para alumnas tan rebeldes a veces lo único que las escarmentaba era una visita al purgatorio. Y sumado a eso a veces, grupos grandes eran detectados cometiendo alguna infraccion y eran rápidamente enviados. Habia días de mas cola que otros y el dia que les toco a Annie y Amy era de los de mas cola. Mientras esperaban nerviosas su turno y veian la larga fila, notaron a Jessica parada a unas 3 alumnas del lado de la fila izquierda a ellas. Notaron también, que además de ser vigiladas por otra monja (Que no permitia a ningúna hablar), había chicas hasta en uniforme de Natacion. La razón es simple, Quienes sean vistas sin sus listones son inmediatamente llevadas al purgatorio. Habia muchas, por ejemplo en uniforme de gimnasia. De distintos tamaños y edades, aunque las mas grandes eran un poco mas comunes. Capaz tantos años de estricta disciplina hacia que quieran revelarse mas que las mas pequeñas. Algo si era común en todas, el miedo y los nervios, lo cual generaba un ambiente muy lúgubre en el lugar.
- Me hago pis… quiero irme. – Mintio Annie, sintiendo nuevamente el miedo apoderarse de ella.
- Tenes prohibido hablar y salir – Contesto la monja.
Lo que supuestamente iba a ser algo rápido se volvió un proceso lento y tortuoso. Hasta querían ser castigadas para que tanta espera termine. Jessica, quien iba adelante, se decidio con anterioridad a ir también. Sin embargo a medida que se acercaba a la primer puerta escuchaba del lado de afuera, el ruido a nalgadas y los gemidos de las chicas, sintiéndose atemorizada. Annie y Amy se abrazaron a si mismas apenas sucedió lo mismo y Jessica pronto ya entro dejándolas a Annie y Amy frente a la puerta. Avergonzada se quito sus calzones frente a la orden y se puso a hacer fila junto al resto, mientras veía a una chica patalear en las piernas de una monja. Sorprendida noto que nalgueaba realmente fuerte. Y se veía muy doloroso por como gemia. LA chica parecía intentar controlar su reacción, sin excito. Comenzo a sentirse mas nerviosa e impaciente. “Unas nalgaditas no son nada..” se dijo a si misma mientras la fila avanzaba lentamente, y la chica era enviada sobándose a la siguiente habitacion. Aunque la sensación era confusa… ¿ser nalgueada en las piernas de una monja? No recibia un castigo asi desde sus 8 años. Sus padres siempre la hacían recostarse en la cama para el cinturón. Recuerda que dolia mucho pero no tanto como el cinturón. Aunque cuando fue Ortiz quien la nalgueo hasta logro convencerla de cambiarse al uniforme de novata. Finalmente termino observando frente a suyo, una nalgueada a cola desnuda. Las nalgas temblabas como gelatina con cada fuerte impacto e iban adquiriendo color rojizo. La chica se retorcia e intentaba taparlas, y la mujer le daba la orden de quitarlas, o las trababa a ella misma. Asustada vio como Stella ya entraba al purgatorio lista para comenzar con ella apenas terminaran con la anterior. Jessica sacudió su cabeza y se dijo “No va a ser nada”.
Por su parte, Amy y Annie esperaban su sentencia siendo las primeras en la fila frente a la puerta. Finalmente las hicieron pasar.
- Vamos, apúrense!!- Las apuro las monjas, y avergonzadas entregaron sus calzones.
- Que vergüenza… tengo miedo…- Se quejo Annie mientras escuchaba los gritos y azotes.
- En silencio jovencita, no es un juevo aquí. – regaño una de las monjas. Annie se quedo cabisbaja y Amy apretó fuerte su mano.
- Esa… no es Jessica…?- Murmuro Amy viéndola a punta de recostarse en las piernas de Stella.
- ¿Otra nalgueada sobre las piernas…? – Protesto Annie en voz muy baja, refiriéndose a la vez con la directora. Al menos ahora no eran las únicas que iban a ser castigadas asi.
Jessica, finalmente frente a Stella titubeo antes de obedecer la orden. Pero las monjas la apuraban, y no se animo a averiguar que pasaría si continuaba resistiéndose. Se sintió tonta mientras se acercaba, pero por su cuenta se recostó en las piernas de la gran mujer. La nalgueada comenzó rápidamente, y con mucho mas fuerza de la que esperaba. Claro esta, sus nalgas ya estaban rojas de todos los castigos que ya había recibido.
“Lo rojas que están… no va a aguantar el cane…” Penso Stella e intento ser un poco mas compasiva. Sin embargo no era necesario nalguearla fuerte para hacerla gemir. Jessica, orgullosa, intento no gemir y patalear como las otras chicas que vio en su lugar. Sin embargo se descubrió pataleando igual que aquella vez que cuando tenia 8 años. Se esforzó sin embargo en no sacudirse ni intentar taparse como las demás. No iba a demostrar que tan tonto castigo le dolia en realidad.
- Lo roja que tiene Jessica su cola….- Murmuro Amy.
- Y mira como llora…- Menciono Annie.
- Niñas, Silencio!!- Ordeno una monja que las alcanzo a escuchar. Finalmente Jessica se fue sobando a la próxima habitacion.
“Eso fue fuerte… mierda… como duele…” Penso Jessica sorprendida. Abrio la puerta y la cerro. Se quedo un poco pensativa por la nalgueada que le dio Madre Stella. Claramente no necesitaba de la vara para poder darle una lección. Si Ortiz podia someterla, seguro Stella también podría. Mientras pensaba eso, en dos segundos las dos mujeres de la habitacion la estaban desnudando.
- Eh? – Protesto Mariela.
- Sin chistar. – Se quejo una de las mujeres.
- Silencio. – Ordeno la otra. Termino desnuda y tapándose los genitales. - ¿Qué pasa? – Protesto. Finalmente las mujeres la tomaron y le pusieron el mameluco de castigo. Confundida fue enviada a la siguiente habitacion a formar fila con las demás. Noto rápidamente a las demás chicas en mameluco de castigo al igual que ellas, y el humillante letrero en la cola que sentenciaba “Arrepentimiento en proceso”. Chequeo su propio mameluco, notando que ella también lo llevaba. El mameluco le quedaba relativamente bien. Solo que le quedaba un poquito chico en los senos, y definitivamente apretado en la cola. Se volteo a ver y noto que hasta con el mameluco abotonado, sus nalgas rojas se veian. “No puedo creer que este usando esto…” Protesto Jessica.
De parte de las gemelas, la situación no se veía mejor. Estaban a una chica de su turno. Ya hasta sentían que cada nalgada les dolia a ellas, mientras veian los fuertes azotes caer en las nalgas de su compañera, y a ella gemir y sacudirse.
- Ortiz. Tu turno. Ahora vienen las gemelas. – Dijo Stella.
- Mi turno? – Pregunto Ortiz asombrada.
- Tu eres mucho mas sensible que yo. Se que haras un buen trabajo. – Contesto Stella.
Ortiz no pudo ocultar su entusiasma. Se fue hacia ellas, mientras las veía temblar de miedo con Annie escondiéndose detrás de su hermana.
- Vamos Amy, a ver si con esto aprendes a no portarte tan mal. – Ordeno Ortiz y vio como la cara de Amy se ponía roja de vergüenza. Luego la vio trepar con dificultad hasta sus piernas. Era como tener una muñeca, la podia mover con muchisima facilidad, si la inclinaba mucho, sus piernas no tocaban el piso o sus manos. Levanto su falda, y pudo ver sus blanca colita a la espera de una buena nalgueada. La orden a las Dorm Mom era darles solo una calentada de cola a las alumnas, para prepararlas para el cane. Sin embargo Ortiz quería aprovechar para darles una lección extra. O al menos eso se justificaba. Comenzo a nalguear levemente a Amy, y noto que eso era bastante para hacerla gemir de dolor. Con las mismas técnicas que uso con Jessica, la sometio, impediendo que tape su cola, y teniéndola en posición. Con la diferencia de que con Amy no era necesario hacer ningún esfuerzo. Pronto estaba dándole una buena y dolorosa nalgueada, mientras Amy pataleaba y sollozaba a moco tendido sobre sus piernas mientras pedia disculpas. Extasiada por el placer de al fin cumplir lo que tanto deseaba, Ortiz le dio una buena azotaina.
Mientras Annie observaba el espectáculo, no podia evitar sentir vergüenza ajena. O propia. Despues de todo, eran gemelas idénticas, y sabia que ella se veria igual durante su propia nalgueada. O peor, si eso acaso era posible. Amy pataleaba y lloraba igual que una niña pequeña, y Annie sabia perfectamente que ella era la mas resistente de ambas. Su pequeña colita apenas parecía resistir los fuertes y dolorosos azotes que Ortiz le encajaba enérgicamente. Al finalizar, Amy se fue haciendo su danza característica hacia la próxima habitacion y fue el turno de Annie.
Afortunadamente para ellas, en los vestuarios tenían mas privacidad, a diferencia de recién, donde todas las alumnas a castigar vieron el espectáculo de lagrimas de Amy. Adolorida y avergonzada, sintió como de repente era desnudada. Quienes se encargaban del lugar, tenían la única misión de encargarse de que las alumnas salgan de ahí usando el mameluco que mejor les quede. Para acelerar el proceso, lo elegian basándose en las medidas de ante mano, y se lo ponían apenas entraba una. Solo si una entraba totalmente dispuesta a desnudarse y cambiarse rápidamente la dejaban cambiarse sola. En un instante, Amy termino en mameluco de castigo por eso, y en la próxima habitacion.
Mientras tanto, ante la primer orden de recostarse, Annie comenzó a llorar. Lentamente se recostó, e intento taparse la cola, cuando Ortiz levanto su falda. Luego de varias nalgadas e intentos fallidos, Annie termino exponiendo su colita rosa. Ortiz se encontraba extasiada de haberla nalgueado a Amy. Fue muchísimo mejor que con Jessica, tal como ella lo esperaba. Pudo sentirlo todo, la humillación, el dolor, la vergüenza, el miedo y finalmente la resignación. Se dio cuenta de que no solo nalgueaba muy fuerte, si no que con ella en su regazo estaba servida en bandeja y a su merced. Con conocimiento de esto, y tentada por el placer planeo una buena nalgueada para la pobre niña que estaba en su regazo.
Comenzo palmeando levemente su trasero, y viéndolo como débilmente, movia su trasero de un lado para el otro con cada azote y la veía de reojo con sus ojos llorosos. Sintio excitación al verla, y le dio un sonoro azote.
- Ahora vas a aprender tu lección de todo lo mal que te portaste!!- Exclamo y comenzo dándole sonoros y dolorosos azotes en sus pequeños muslitos. Annie comenzó a patalear y sacudirse e intento taparse, Ortiz fácilmente la trabo con excesiva facilidad y continuo la nalgueada.
-Ay ay no mas porfavor no mas porfavor.
- ¿No mas? Quiero que prometas que no volveras a portarte asi de mal!!- Dijo dándole una fuerte y dolorosa palmada en todo su trasero. Con su cara roja como un tomate, sabiendo el espectáculo que estaba dando Annie titubeo. No quería que la vieran prometer algo tan vergonzosos. Sin embargo Ortiz rápidamente continuo nalgueando a su “muñequita” hasta que los llantos y suplicas volvieron.
- Hasta que no prometas ser niña buena y no volver a portarte mal no terminare contigo!- Ordeno. Annie titubeo, pero luego de unas nalgadas dijo: Esta bien, esta bien!!
- Esta bien nada, repite exactamente: Sere niña buena y no me volveré a portar tan mal.
Annie pudo escuchar un par de risas ahogadas. Avergonzada se quedo callada, pero la dolorosa nalgueada continuo hasta que finalmente exclamo: Sere niña buena y no me volveré a portar maaaaal!!!

Ortiz la hizo ponerse de pie, y Annie hizo, al igual que su hermana, la danza de la colita hirviendo. Con la diferencia de que ella lo hizo muriéndose de vergüenza, conciente del espectáculo que estaba dando. De una nalgada, paso al siguiente cuarto.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Historia auto conclusiva spin off de Maid Alice.



Maid Vane

Maid Vane

Vanesa era una chica, muy bajita para su edad. Cosa que sin embargo no la acomplejaba. De hecho era raro encontrar algo que la moleste. A sus 18 años termino el colegio, y sin saber que hacer con su vida, empezó a buscar trabajo. Repartio curriculums a todas partes, hasta que sorpresivamente la llamaron de una mansión. Alli residia Antonella. Antonella, era una solitaria mujer de 50 años. Heredo el negocio de la familia, luego de que sus padres mueran en un trágico accidente. Y por alguna razón, nunca le intereso casarse, solo tuvo varios amoríos.
El negocio familiar era en resumen muy simple, contaban con personal de limpieza el cual era enviado a otras mansiones o lugares a cumplir sus labores. Mientras permanecían en la mansión, mansion que usualmente usaban como salón de eventos. El trabajo de Vanesa por ende seria, junto a las otras Maids del lugar, mantener impecable la mansión, servir a Antonella y limpiar las otras mansiones además de servir en los eventos.
Vanesa accedió rápidamente, el sueldo se veía generoso, y ya quería tener su propios ingresos. Al igual que cualquier chica de su edad, amaba la idea de dejar el nido, aunque el trabajo se ubicaba a dos horas de su casa. Grata fue su sorpresa cuando descubrió que la mansión contaba con casa de mucamas. Vanesa prácticamente no lo dudo, y feliz, ocupo la casa de mucamas convirtiéndola en su nuevo hogar. Termino instalándose completamente, hasta llevo su peluche favorita el cual la acompaña desde niña, zipper, y su notebook.
Antonella noto rápidamente que el trabajo se le daba muy bien a la pequeña trabajadora. Tenia una pequeña obsecion con el orden y la limpieza, nunca se quedaba quieta. Tambien le gustaba cocinar y una pequeña vocación de servicio. Comunmente llovían elogios de la dinminuta trabajadora lo cual despertaba celos de sus compañeras. Llevaba un uniforme muy genérico, al igual que todas. Vestido negro, con escote, un delantal que caia desde la cintura, una cofia. A Vanesa no le molesto llevar uniforme, todo lo contrario! Ahora no tendría que elegir ropa todos los días. El único problema es que le quedaba un poco grande. Y que su dinminuto tamaño hacia que solo le entren calzones de niña. Debido a que era muy hiperactiva a la hora de trabajar, sus compañeras le vieron los calzones y es el dia de hoy que aun se burlan de ella. Pero volviendo a lo que ya dije, la casa de mucamas se convirtió en su nuevo hogar. No solo eso, Vanesa era lo suficientemente floja como para literalmente vivir en uniforme. O en pijama. Nunca salía, era muy antisocial, casi no tenia amigos. Terminaba la jornada laboral, se quitaba su cofia, su delantal y vivía en pijama. Por otra parte, lo que tenia de hiperactiva lo tenia de floja. Tenia impulsos violentos de energía en donde parecía multiplicarse de lo rápido que hacia las cosas. Una vez terminaba le daban ataques tan grandes de flojera que ya no hacia nada.
De todas formas, para Antonella se termino convirtiendo en su maid mas confiable. El negocio tan bien no se le daba, las maids le daban problemas y comenzaba a convertirse en una pesadilla. Vanesa en cambio, servia a todos con una sonrisa, casa a la que era enviada casa que dejaba impecable. La mansión era muchísimo mas radiante gracias a ella. Y lo mejor, cuando terminaba de trabajar, solia hacer horas extras. Claro, para Vanesa no eran horas extras, la casa de mucamas era mucho mas comoda mientras que las demás aprovechaban y huian a sus hogares. A tal punto lo había convertido en su hogar que solia echar cuando otra Maid intentaba quedarse ahí.
Pero volviendo al tema en cuestión, Vanesa se había convertido en su mano derecho. Lastima sus pequeñas costumbres. Una vez terminada su jornada laboral se volvia toda crota. Iba a todas partes con ese peluche viejo abrazado con un brazo en pantuflas y sus coletas despeinadas. Si, Vanesa, sus rulos y su idea de peinarse era hacerse dos coletas asi nomas.
La confianza entre ambas cada dia aumento mas. Para Vanesa no era solo su jefa, era una mujer elegante que le inspiraba protección. Para Antonella era la niña alegre que le devolvía las energías. Asi que, que para el año, Vanesa y Antonella tuvieron una pequeña charla.
- Hice algo? – Pregunto Vanesa en su oficina.
- Si. Has hecho un gran trabajo. Y quiero hacerte una propuesta. A ver que opinas.
- Si, digame.
- Actualmente te has vuelto mi mano derecha Vanesa. Cuento contigo para todo. Por eso quiero darte un aumento.
- Si, genial!!- Festejo Vanesa.
- Pero un aumento no viene ajeno a responsabilidades. Seras mi Maid personal. Y te encargaras de servirme solo a mi, a diferencia de antes. Tambien me gustaría que te mudes de la casa de mucamas a la mansión. Puedes dormir en mi habitacion de niña. – Explico Antonella. Y Vanesa levanto su mano.
- Habla…- Dijo Antonella sintiéndose que hablaba con una niña.
- Y si la casa de mucamas se vuelve mi casa? Solo yo la uso…
- Podremos verlo. Pronto revisaremos el resto de tus tareas. Pero necesito que cambies de uniforme. Dejame tomarte medidas y te mandare a confeccionar uno lindo. – Explico Antonella. Mientras le tomaba medidas, Antonella vio que Vanesa levantaba su mano de vuelta.
- Si vane?
- Voy a tener varios uniformes? Por si alguno se ensucia.
- Si, claro que si.
- Puede mandarme a hacer calzones?
- Calzones? – Pregunto Antonella. Vanesa sonrojada explico:
- Por mi altura no hay de mi talla…. Y mis compañeras siempre se burlan. Y cuando trabajo no puedo andarme fijando si se me ven o no. Si fueran blancos… del uniforme, supongo que seria menos vergonzoso.
- Esta bien, si insistes. – Explico. En un mes, ya estaba listo el nuevo uniforme de Vanesa. Vanesa lo observo. Este era muy diferente al otro. Era, de hecho, un poco mas aniñado. Era un vestidito negro, que caia con mucho vuelo desde la cintura y se abotonaba por atrás. Era medianamente corto, y tenia un cuello blanco bebe bastante amplio junto a manguitas corta aglobadas con un elástico y pequeños olanes en ella. Su delantal, a diferencia del anterior, incluia un peto y se ataba en cruz en la espalda en un gran liston. Ademas, tenia muchos olanes alrededor. La cofia, era una diadema blanca con olanes blancos y dos listones negros en cada extremo. Y parte final del uniforme era un enorme liston que debía llevar en su cuello. Finalmente, Como parte de su uniforme se incluyo un fondo blanco y varios bloomers blancos. Vanesa vio el uniforme con extrañesa y luego vio a su ama. Le costo un poco ponérselo y se sintió bastante rara con el. Sin embargo, al enterarse de su nuevo sueldo, se le paso la sensación de incomododidad. Y las burlas de sus compañeras cesaron al instante de ver que había recibido un generoso aumento. Sus responsabilidades definitivamente aumentaron. Para Vanesa, ella trabajaba cuando usaba el uniforme completo. Pero la casa de mucamas sufrio dos transformaciones. A) Paso a ser oficialmente SU casa. B ) Paso a tener un timbre para que jefa la llame.
En casa de herrero, cuchillo de palo. LA casa de mucamas era un pequeño desastre, al igual que Vanesa quien rara vez usaba su uniforme prolijamente. Lo cual solia ser causa de friccion, ya que ahora se volvió la imagen de la empresa de limpieza que Antonella poseía.
Pero sin embargo el puesto lo tomo con facilidad y era muy popular en eventos, mansiones y en su mansión donde comúnmente servia. Sin embargo, Antonella comenzó a ver con otros ojos a su sirvienta. Como antes, Vanesa apenas terminaba su jornada laboral, se quitaba su cofia, su delantal y se quedaba en pantuflas. Ahora además se quitaba el enorme liston y lo hacia con mas regularidad ya que el vestido se abotonaba por la espalda y era muy incomodo de sacar. Con este nuevo vestido, su apariencia era mucho mas infantil. Sumado a eso, su falda mas acampanada hacia mas visibles sus bloomers blancos cuando Vanesa se sentía contenta e hiperactiva. Su visión de Vanesa comenzó a cambiar, viéndola siempre con su vestidito negro, su peluche y dando saltitos.
Y todo comenzó un fin de semana, en el que no iba a haber eventos ni ninguna otra Maid, solo iban a estar ellas 2. Un dia antes, Vanesa fue nuevamente citada a hablar.
- Vane. Quiero proponerte algo.
- Algo?
- Un… trabajo especial. – Explico.
Vanesa reacciono muy confundida. Y Antonella no se animaba a decírselo. Hasta que finalmente dijo: Por este fin de semana, mudemos tus cosas a mi ex habitacion. Ahí, mañana temprano decidiras si quieres hacer este trabajo o no. – Explico.
Vanesa asintió con su cabeza. “Trabajo Especial…” Penso, escuchándolo muy raro. “Me ira a vender a un cliente…” Penso preocupada. Pero aun asi no se preocupo. Mudo sus cosas, a la Ex habitacion de Antonella… la cual por lo visto se mantenía inmutable desde hace varios años. Era rosa, con dibujos de ositos celestes en las paredes, típica habitacion de niña. Finalmente allí y luego de un tiempo se fue a dormir. Cuando se despertó vio que había dos cajas en frente suyo. Una tenia su uniforme y un cartel: Si no aceptas el trabajo, solo ponte tu uniforme y sigue como estábamos.
La otra tenia un cartel que decia: Si lo aceptas, ponte lo que hay aquí y ven al comedor. Deja que la magia fluya.
Vanesa curiosa lo abrió hasta descubrir en el un jardinerito rosa con un osito bordado en el pecho. A su vez, unas zapatillas rosas, y una playera blanca a rayas. Sumado a eso un calzon blanco con margaritas. Sonrojada lo vio y noto rápidamente que estos estaban enchastrados en barro. Titubeo, y pensó bastante. Pero la curiosidad la llevo. Finalmente termino con el infantil atuendo puesto. Parecia que había tenido un berrinche o algo, hasta termino ensuciándose ella al ponérselo. Nerviosa y expectante fue al comedor.
- Vanecita!!- Escucho decir a antonella. Mira como estas. – Exclamo Antonella poniendo las manos en su cintura. – no , No señorita. Vamos a darte un buen baño, y luego mami te va a dar una buena lección. – Sentencion Antonella. Sorprendida, Vanesa fue tomada por su mano y llevada a la ducha. De repente vio como la mujer llenaba la tina, y comenzaba rápidamente a desnudarla. Vanesa noto como todo quedo lleno de barro.
“Que estamos haciendo” pensó Vanesa. La curiosidad la hacia seguir y sentí un hormigueo en su pansa. La mujer la tomo, la metio en la ducha y la termino bañando…. Lo cual se sentía sospechosamente bien. Luego de bañarla, la seco, y envuelta en una toalla, la llevo a la rosada habitacion.
- Ahora tendre que limpiar todo este desastre. – se quejo, dejándola envuelta en la toalla. Busco en el armario y separo, dejando en la cama unos calzones muy infantiles y una camiseta. Los calzones eran de niña, blanco y tenían dibujitos de dos conejitos jugando en el trasero. Vanesa lo vio sonrojada pensando si planeaba que ella los use. Luego de eso, saco un fondo, unas brillantes guillerminas de charon con unas calcetas con olancitos y un vergonzoso vestidito infantil. Blanco, con cuello bebe, un listoncito en este, un patrón de conejitos al final del vestido, y un delantal rosa, con un dibujo de dos conejitos jugando.
- Voy a usar… eso? – Se quejo Vanesa.
- Que pensabas usar? – Protesto su jefa. Rapidamente la obligo a ponerse de pie, y comenzó a vestirla. Titubeante, pensó que su nuevo trabajo era…. Mas raro de lo que ella pensaba que seria. Finalmente estaba usando el ridículo vestido, y su jefa, mientras la regañaba, le hacia dos coletas muy apretadas con dos enormes listones rosas. Confundida protesto.
- Pero señora Antonella.
- A mi no me llamas asi. Soy tu mama.
“Mama…” pensó Vanesa. Finalmente peinada, Antonella la volteo y la hizo mirarla.
- Ahora voy a tener que limpiar su desastre señorita. A usted le parece gracioso?
Vanesa naturalmente bajo la mirada, pero la mujer le levanto la barbilla.
- Pues no es gracioso para nada. Pero antes de tener que hacerlo, te voy a dar unos buenos chas chas. – Insistio. En un instante, Vanesa se encontraba boca abajo, con su cola apuntando al aire.
Varias nalgadas cayeron en su cola. Vanesa exclamo un poco mas por la sorpresa y el miedo que por el dolor hasta que finalmente comenzó a patalear como la niña que era.
- No, no mas…
- Te vas a portar bien?
- Si, creo que si.
- No digas “Creo que si”. Quiero escuchar “Si mami, me portare bien.”
- Si mami me portare bien.
- Muy bien, ven aquí. – Ordeno ella. Llevandola de la mano, la obligo a pararse en el rincón viendo de reojo como ella limpiaba el desastre que había hecho.
“Este era el trabajo…” Penso Vanesa avergonzada. La nalgueada en verdad casi no había dolido. Pero se sentía muy tonta vestida asi. Y hasta casi sentía vergüenza de que limpiaran su desastre. Hasta que de repente la mujer vino por ella y poniéndose a su altura dijo: Yaa suficiente rincón chiquitita. Quiero que juegues tranquila portándote bien y sin ensuciarte tu vestidito que tevés preciosa.
- Si…- REspondio Vanesa intimidada. Tomo su oso e hizo su vida normal, ajena a cualquier roll. Uso su notebook y jugo con sus videojuegos. Pero aun asi, se sentía impecable, vestida como una muñequita de porcelana y muy infantil. Su jefa la trataba como una niña, ahora ella era a quien servían. Le hizo el desayuno y la comida con mucho esfuerzo. Le pregunto por sus tareas, frente a lo cual Vanesa invento respuestas. El dia paso con fluidez, hasta que la cambio a un pijama, no menos infantil, enterizo, lila y con maripositas. Y la mando a dormir a las 10 como una niña.
Al otro dia, desayuno en su pijama lila. Y fue nuevamente vestida asi, esta vez, un vestido blanco de marinerita idéntico al anterior. 

Su calzon tenia un oso vestido de marinero en medio de la cola. Hasta debía usar una tonta gorrita. Vanesa descubrió que su trabajo era solamente ser la hija de Antonella. De vez en cuando la amenazaba con unas nalgadas y mas rincón. Vanesa recordaba el suceso del sábado por la mañana con curiosidad. No se sintió tan mal, aunque dolio. De hecho toda esta situación no era tan mala. Tenia curiosidad, mucha curiosidad.
“Si tanto quiere que sea una niña, no le molestara que juegue en el jardín, no es asi?” PEnso Vanesa. Y se fue a jugar allí. Cuando volvió, su jefa puso el grito en el cielo.
- Vanecita. Y esas manchas verdes que son? Hasta zipper esta todo sucio.
- Queria jugar!!- Protesto Vanesa con un berrinche infantil.
- Ay, este fin de semana, estas terrible. – Se quejo . La tomo, la recostó en sus piernas, y esta vez Vanesa se descubrió pataleando y gimiendo como una niña de verdad.
Mientras escuchaba regaños, y sentía su cola punzar, intento resistirse, suplicar y parar el castigo. Cuando vio que esto era imposible, sintió un inmediato orgasmo. A su jefa no le importo, aun asi termino en el rincón. Luego de otro baño, termino estrenando un nuevo vestido.
El dia pronto termino, y todo volvió a la normalidad. Solo hubo una protesta por parte de Vanesa.
“¿Por que lo llamaste trabajo?”.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Feliz navidad!!! Y cap 32.

Con esto de las fiestas, a veces me dan ganas de hacer una historia navideña. Vivo pensando como pasarian navidad, si en el internado, o si les permitirian pasar con sus familias. Se me ocurrio que hasta podria ser una excusa para darles unas pequeñas vacaciones del internado y poner a las gemelas en otra situacion incomoda. Pero Saint Francis comienza en el periodo de vacaciones antes del ciclo escolar, y ese periodo aca en Argentina es Enero/Febrero. Marzo comienzan las clases. Claro, ellas no viven en Argentina. De hecho, viven en un pais ficticio... Y creo siempre viven en verano. Sino, tendria que pensar en la version invernal de CADA uniforme... y me da flojera. El tema es que desde donde esta la historia hasta navidad pasaria como un año, y la historia estaria muy desarrollada para entonces. En fin, disfruten lo que sigue.

 Amy y Mariela se quedaron juntas en el siguiente recreo, con Mariela boceteandole dibujos a Amy e intentando alegrarla. Como si fuera una niña, intentaba animarla con esa nueva historia, de las monjas robots y alumnas que se rebelaban. Tomando la idea de Alice, la mejoro. O al menos la volvió muchísimo mas divertida.
- Un planeta de robots, invadio la tierra…- Dijo Mariela boceteandole un planeta, como si hablara con una nenita. – Luego de invadirla, intento transformar a los humanos en robots, para que los sirvan. Para esto, había que educar a cada humano hasta que se transforme en robot. Para evitar que se reproduzcan, separo a hombres y mujeres en dos continentes distintos…- Explico, dibujando el planeta tierra. – Uno con mujeres y otro con hombres. Y como a los niños humanos los educan en escuelas, convirtieron a la tierra en una escuela gigante. Una vez que ya se transformaron en robots, los envían a su planeta. –
- Wow!!! Tenes muchísima imaginación. –
- Gracias. – Sonrio Mariela. – Asi se creo la Nun Factory. Son monjas robots que los educan hasta tranformarlos en robots. Pero 6 chicas elegidas, intentan revelarse. Como todo tipo de armas están prohibidas, solo pueden usar juguetes que vuelven fuertes con su magia…. –
- Genial!! – Exclamo Amy.
- Alice usa una soga de saltar como latigo. Jessica arroja una pelota contra ellos. Y el resto no lo pensé. A ustedes las capturaron por revelarse y las estaban castigando hasta que las salvamos. –
- Tu también? Tu que poderes tienes? – Pregunto Amy. Mariela pensó unos segundos y recordó que de niña le gustaba jugar con un yoyo. Rapidamente se boceteo a si misma y dijo: Yo uso dos yoyos…
- Y Rhonda?? – Insistio Amy.
Por su parte, Annie busco a Rhonda en todos los escondites que conocía. Finalmente la encontró y nuevamente se sento cerca de ella. Se quedaron juntas hasta que la abrazo.
- T-Tengo mucho miedo… -  dijo Annie abrazándola. Rhonda, no respondio. Ella sencillamente quedo abrazada a su pecho. En el siguiente recreo, Rhonda no estaba en el mismo escondite, pero Annie continuo buscando hasta encontrarla. Nuevamente, descanso su rostro en su pecho. Esto sucedió en cada recreo, Rhonda sintió a la jovencita consolarse en su pecho. De vez en cuando hasta la escuchaba llorar. Ella también estaba preocupada y nerviosa, por eso no decia nada.
El reloj avanzo lentamente hasta que finalmente se dieron las 6. Rhonda fue la primera en aceptar su destino. Para no hacerla larga, apenas termino la clase, se dirigio rápidamente al purgatorio. Gracias a las 3 puertas, termino siendo la primera. La puerta demoro un poco en abrirse, y Rhonda noto que chicas detrás de ellas comenzaron a formarse. Repentinamente la puerta se abrió y ella ingreso junto a 3 mas de su fila y de cada puerta. Al ingresar, vio que había 3 sillas en medio del purgatorio, otras 3 puertas en frente , una puerta mas al costado y unas 3 monjas cuya función parecía ser vigilar a quienes entraban. Las sillas estaban entre cada puerta.
- Nena, ¿que esperas? – Dijo otra monja que estaba al lado de la fila.
- Que tengo que hacer?...- Pregunto Rhonda.
- Eres nueva… quítate tus calzones, ponlos en esta bandeja, formate en frente de la silla. En orden chicas, no se adelanten. – Se quejo la mujer. Rhonda noto que las otras chicas ya se los habían quitado.
- Dale nena, no tenemos todo el dia. –
Confundida y avergonzada obedecio y luego de quitarse su calzon lo coloco en la bandeja, llendose a formar. Rapidamente, el resto de las chicas se formo detrás de ella. Las mujeres de la entrada, llevaron las bandejas a través de la puerta del costado. Al ingresar, las dorm mom se encontraban allí.¿, en un largo pasillo con puertas a los distintos cuartos y una salida. Habia un escritorio, con varios expedientes archivados en compartimientos con 3 monjas. Apenas las bandejas llegaron, tomaron los calzones y luego de ver el nombre, busco en los expedientes.  Antes las alumnas debían dar el nombre, pero este proceso agilizaba el trabajo. Y la jornada laboral de las monjas terminaba con el purgatorio. En el caso de que la alumna se presente en malla escolar si solamente daba el nombre, pero cuando estaban en uniforme escolar hacían el proceso mas fácil asi.
“Rhonda Lynd” pensó la mujer y saco el archivo con sus medidas, historial medico, e informe por cada perdida de liston. Hizo lo mismo con cada alumna de su fila, cito a las dorm mom correspondientes, y luego llevo las medidas y bandejas de ropa al vestidor, el historial medico al consultorio, y los informes a las Maestras disciplinadoras.
- Ortiz, estas preparada? – Pregunto Stella.
- Claro que si. Merecen un buen castigo. Por eso no te preocupes.
- Es Rhonda, creo que esta vez mejor ire yo.
- Crees que soy blanda? Tu les diste muchísimo menos tarea de lo habitual hoy. – se quejo Ortiz.
- Va a ser difícil que hagan mucho tarea luego del purgatorio. Y no te estoy subestimando. Siento que eres mas adecuada para otras tareas. De ella me encargare mejor yo. Tu lleva sus uniformes al deposito. – Explico Stella y apurándose se fue junto a las demás dorm mom.
- Tsk…- Protesto Ortiz. Pero decidio apurarse. El purgatorio daba a través de una puerta a la sala de descanso de las Monjas, en especial de las Dorm mom. A través de ahí, y con bandeja en mano, fue al dormitorio de las chicas. Alice y Mariela estaban guardando sus cosas ahí, cuando ella ingreso. Tomo todos los uniformes y calzones de Rhonda y los puso en la bandeja. Luego con su llave maestra, abrió el cofre. Saco los objetos personales de Rhonda, y también los puso. Finalmente, su mochila y accesorios.
Rhonda, por su parte, nerviosa y asustada esperaba. Las monjas se habían ido hace un par de minutos. Finalmente volvieron a la entrada con mas bandejas, y por lo que escucho, ingresaron mas alumnas. Luego vio que 3 Monjas entraban, entre ellas, Stella. Estas se sentaron en su respectiva silla, y Stella naturalmente se sento frente a ella. Por primera vez, Rhonda se sintió pequeña.
- ¿Qué esperas? – Pregunto Stella. – Recuestate mis piernas asi empezamos. Recuerda que debes facilitar tu castigo a nosotras. –
Rhonda un poco tímidamente se recostó, y Stella rápidamente alzo su falda. La larga azotaina comenzó rápidamente, y las nalgadas cayeron en su trasero velozmente. Rhonda se sorprendio, ya que nunca había sido nalgueada en esa posición antes en su vida.  La función de este castigo era simple: sus dorm mom serian sus madres durante los siguientes 6 años. La idea era evocar castigos de su infancia por algún error muy grave cometido. Sintiendo como perdia el balance, intento soportar el castigo de la fuerte mujer. Fueron largos y numerosos azotes hasta que finalmente comenzó a gemir. Finalmente la puso de pie y dijo: Te has portado muy bien. Stella también se paro y la hizo ingresar por la siguiente puerta, mientras otra dorm mom tomaba su lugar y disciplinaba otra jovencita.
Al ingresar, noto que esta sala era levemente distinta. Estaba dividida con cortinas para mas privacidad, a diferencia de la anterior, y solo habían dos mujeres ahí de su lado. Se tardo tanto en observar que de repente una de las mujeres comenzó a desnudarla. Sorprendida intento resistirse.
- ¿Que pasa?! – protesto Rhonda.
- No debes tardarte tanto. Hay mas alumnas esperando.
En un instante las 2 mujeres la desnudaron y desarmaron sus trenzas. Su ropa junto a las evillas de su pelo fue a parar a otra bandeja. Y en otro instante, termino usando el mameluco de castigo. Rhonda se miro a si misma con el puesto, y de una nalgada la hicieron pasar al próximo cuarto en donde ya la esperaba la medica. “Me queda un poco chico…” pensaba viéndose las muñecas. En el siguiente cuarto, ya estaba ella junto a otras 3 chicas pero todas ya en mameluco. El cuarto era al igual que el primero. Un largo espacio para que las alumnas puedan hacer fila. Esta vez había una camilla, y una mujer con bata esperándolas. Rhonda se pregunto si ella era monja también. En esta ocasión, solo estaba la mujer con bata, una camilla, y un pequeño estante con herramientas para la medica.
- Recuestate, vamos!- Se quejo la mujer.
- S-Si…- Dijo ella, acostándose. Sintio que su cola se destapaba y de reojo vio que habían abierto la parte de la cola de su mameluco.
- Mira hacia adelante. – Ordeno. Rhonda lo hizo, mientras la mujer inspeccionaba su trasero. Se sentía incomoda mientras apretaba sus cachetes  y sus muslos. Teniendo mas tiempo para pensar, se dio cuenta que el mameluco en realidad era una pijama enteriza con piecitos. Era de algodón y bastante comodo, fácilmente podría dormir usándolo como decia en el folleto.  Pero se sentía percudido, y usado, a diferencia de sus uniformes hechos a medida. De reojo, observo que anotaba algo y se lo entregaba a otra monja. Finalmente, la mujer untaba un viscoso liquido en todo su trasero. La sensación era muy incomoda y desagradable, apretaba sus nalgas mientras lo untaba. En el mientras la mujer que recibió la nota le entregaba a la Maestra disciplinadora el informe de la medica.
- Quieta! Sin moverte. – Ordeno la mujer. Rhonda intento hacelo y finalmente todo su trasero termino impregnado del viscoso liquido dándole un aspecto brillante. Las 3 fueron despachadas a la siguiente habitacion.
Otra vez, 3 monjas. Vigilando, y 3 al lado de unos grandes potros de castigo marron.


La imagen era impactante y el corazón de Rhonda comenzó a latir fuertemente. Dio un paso hacia atrás asustada, las Maestras disciplinadoras se veian muy intimidantes y portaban una larga vara. Sin embargo, esto no sirvió de mucho, enseguida una de las monjas la tomo y la obligo a ir hacia el potro. Acosto su torso sobre la parte central, sus rodillas en las de atrás y sus codos adelante su cabeza quedo colgando y sus piernas separadas. Sintio que se podia ver hasta su vagina desde esa posición. Rapidamente, fue amarrada a el y quedo atrapada. Volteo a ver a su verduga con un gesto lleno de temor, mientras esta revisaba el informe tanto medico como el de las Dorm mom. Cerro los ojos intentando tranquilizarse y recordando las dolorosas golpizas que había recibido.
¿Qué se puede decir de las Maestras Disciplinadoras mas alla de que tienen un titulo quizá muy exagerado? ¿Qué se puede decir de mujeres cuyo único trabajo es hacer que adolescentes lloren y griten hasta quedarse sin aliento? ¿Seran sádicas perversas que gozan con cada azote o mensajeras de la justicia que creen fervientemente en lo que hacen? Rhonda diviso en los segundos que demoraron las mujeres en comenzar el castigo que ninguna era precisamente joven.
¿ Seran realmente expertas o brutas a quienes pagan por pegar sin cesar? El resentimiento de Stella, si bien justificado, no hacia que sus opiniones sean ciertas. El purgatorio era un organismo vital para Saint Francis, y las profesionales que ahí trabajan para Stanford son muy importantes. Es el nucleo de su sistema disciplinario. Y dado que la mayor herramienta de castigo son las nalgadas, la salud de las chicas era absolutamente primordial. Las maestras azotaban entre 5, 10 y hasta 20 chicas cada dia, cumpliendo la meta impuesta por la directora. Gracias a la ayuda de las medicas, y el ungüento, era fácil darles un buen castigo aplicando las técnicas y la cantidad de azotes necesarias. Conocian perfectamente como dar un castigo rápido y doloroso, como hacer que cada varazo sea recordado. Pero dado que sus pompis debían estar listas para soportar mas castigos en caso de ser necesario, debían tener los cuidados necesarios. Colas rojas, brillantes, hirviendo, marcadas con la vara, pero nunca sangre o moretones. Aun asi, el ungüento daba una protección extra a la piel que las evitaba, aunque también, volvía los azotes mucho mas dolorosos. Pero mas alla de esta introducción, y del generoso sueldo de quienes trabajan en Saint Francis, hay un gran verdad oculta. La rutina. Luego de años de trabajo las maestras se habían vuelta insensibles. Si lo disfrutaban o no, era indistinto. Capaz algún spanker fantasee con este trabajo y las llame afortunadas. Pero para ellas era un rutina de tener chicas en pijamas, amarradas frente a ellas, y dejarles el culo hirviendo a través de sus técnicas. Habian escuchado cualquier cantidad de llantos, insultos, quejas y suplicas. Habian visto a chicas resistirse y a otras recostarse muertas de miedo. Era difícil encariñarse con alguna si todas parecían verse iguales (De hecho, se veian iguales) y todas reaccionaban igual ante la vara. Para ellas, era al final, solo un trabajo que desempeñaban con orgullo y precision.  Dia tras dia, año tras año.

Annie mientras tanto caminaba escondida por los pasillos. Sabia en el fondo que no había escapatoria, y que debía ir de todas formas. Pero aun no se animaba, sentía que su corazón estaba por salirse de su pecho y sus piernas de gelatina. De repente, vio a Rhonda volver a su habitacion, con el mameluco puesto y llorando. Si, Llorando, nunca había visto a Rhonda llorar antes.
- Annie, que haces aca… Sniff… Ve ya, y has todo lo que te digan… - Insistio Rhonda y rápidamente se fue. Annie quedo aterrada, si a Rhonda podían dejarla en ese estado, a ella que llora con 3 nalgadas las matarían!! DE repente sintió que tiraban de su muñeca.
- No por favor, no por favor!!- Protesto tapando su cola.
- Annie que haces aca!! – Protesto Amy. - …Vamos…- Dijo, no menos asustada que su hermana.
- Tengo miedo… no quiero.. – Suspiro Annie.
- Sabes que nuestros papas no nos van a sacar. Y perderemos nuestros puntos si no vamos. – Insistio Amy.
- ¿Y que me importan los puntos?? – Se quejo Annie.
- A mi si me importan… - Respondio. Ya bastante tendría que estar en uniforme de novata el resto de la semana. Amy tomo de la mano a su hermana y dijo: Si estamos juntas va a estar bien. Solo será un rato.

Convencidas, fueron a hacer la fila como el resto de las chicas.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Cap 31

Fue un martes a la mañana, el dia en que las 4 chicas fueron destinadas al purgatorio. Pero el lector seguramente quiere saber lo que paso y el autor quiere escribirlo. Fue una tontería lo que motivo la gran pelea, pero primero falta cierta contextualización.
El efecto del alcohol y la marihuana empezaba a tener efecto en las chicas. Si bien Rhonda y alice estaban acostumbradas a ella, Jessica no tanto. A pesar de las ayudas de Alice, ella sencillamente no era buena estudiando y la marihuana hacia que el poco interés que tenia en hacerlo desapareciera en dos segundos. Cuando Alice empezó a ayudarla fue bien, pero desde la segunda hacia la tercera, gracias al escondite secreto, su  desempeño rápidamente cayo. Entregaba las tareas, pero mal hechas, y la vara correctiva caia una y otra vez en su trasero. Orgullosa como siempre, preferia ser azotada que ser expuesta en el rincón y demostrar que esos tontos castigos no servían en ella. Por eso era común verla adolorida, de mal humor y con el traste bien rojo. Cosa frente a lo cual se había desacostumbrado, durante el tiempo que se aplico con sus tareas, orden e higiene. Culo rojo que rozaba con el camison y punzaba, se sentaba en las odiosas sillas y punzaba, le caia agua caliente al bañarse y punzaba, hasta al sentarse en la cama,  y le recordaba constantemente su mal desempeño escolar y los castigos…Esto capaz, motivaba a que moleste aun mas a las gemelas como descarga. Cosa que a todas resultaba muy gracioso, ya que si, las gemelas parecían niñas. Y eso es lo que precisamente irritaba tanto a ambas. ¡¡La insistencia de Jessica y como todas parecían encima festejarlo!! Normalmente quien siempre le respondia era Amy, hasta que Annie se canso.
- La vaca burra de culo rojo no deja de molestar…- Protesto cansada.
- Annie…- Se sorprendio Mariela al escucharla decir eso con tanta frialdad.
El insulto dio justo en el clavo, y Jessica se enfado.
- Que te pasa pendejita de mierda? – Dijo y se lanzo contra Annie intentándola agarrar. Amy recordó cuando Jessica la alzo como una bebe y furiosa protegio a su hermana. La empujo con todas sus fuerzas dándole golpes, pero Jessica ni se inmuto, al contrario, agarro a ambas gemelas de los pelos.
- Conmigo no se metan esta claro!!- Exclamo Jessica hasta que Rhonda la tomo del cuello.
- Las soltas. – Ordeno. Y en ese preciso momento, entraron las Madres. Fue en ese preciso momento en donde, como si fuera en cámara lenta, Annie observo con lastima como le quitaban su liston a Rhonda, y con felicidad vengativa como se lo quitaban a Jessica. Cuando vio que Amy también termino sin su liston, comenzó a llorar sabiendo que compartiría su destino. Apenas alguna presto atención al sermón ante la horrible noticia de que finalmente estrenarían el purgatorio las de su dormitorio. La noticia cayo como un balde de agua fría a las 4.
- Q-Que vamos a hacer? Viste como salen las chicas de ahí? Quiero irme a casa, voy a llamar a papa..- protesto Annie.
- Al fin les van a quitar lo…- Se quejo Jessica, callándose al final. Molesta, tomo sus cosas y se fue. “Como sea…” Penso, intentando quitarle peso a la situación. Pero por lo que vio en otras alumnas la situación tenia demasiado peso. Sintio muchísimo miedo y sacudió su cabeza. “No va a doler mas que los cintazos de papa…” continuo pensando. Recordo el ridículo mameluco de castigo y continuo diciéndose “No es nada…”
Rhonda continuo en silencio, estatica. Pero las gemelas no dejaban de quejarse y protestar. Si no discutían se quejaban, sino, se peleaban entre ellas.
- Esto fue tu culpa!! Tu tuviste la idea.
- Y quien empezó la pelea?
- Yo no empece la pelea.
- Chicas…- Dijo Mariela, intentando tranquilizarlas. – Si las descubren peleando…
- Yo voy a hablar con papi. Ya no quiero estar mas aca… - Se quejo Annie.
- Ahora es nuestra próxima clase…
- Y que? Lo voy a llamar y le voy a decir que nos saque de aquí.
- Annie, si no van a su próxima clase las van a castigar…
- No nos van a castigar, por que ya no vamos a estar encerradas aca. – Protesto Annie molesta.
- Annie… - Dijo Amy preocupada por su hermana.
- Hasme caso y vamos a llamar ¡!
- Son las 6 AM, no creo que nos atiendan. – Se quejo Amy.
Ambas hermanas, se fueron a donde se realizaban las llamadas. Peleandose por el único teléfono del lugar, insistieron varias veces en llamar a sus padres, sin ningún tipo de éxito.
- Deben estar de viaje… - Dijo Amy. Los ojos de Annie se llenaron de lagrimas, mientras recordaba todas las chicas en mameluco de castigo que vio. Se los limpio y dijo: Pues a mi no me van a hacer nada. Si mis papas supieran lo harian.
- Annie, ya es nuestra primer clase… Si no vamos… - Suplico Amy, un poco mas realista que su hermana.
- Como sea!!- Protesto Annie.
Ambas hermanas caminaban juntas en silencio. Antes de la clase, todas estaban en su habitacion. Stella llego para el chequeo de uniformes habitual. Las chicas, obedientes, esperaron al lado de su cama. Todas menos Annie. Stella la observo de reojo a la niña, cruzada de brazos, con sus ojos llenos de lagrimas. Dedujo la razón rápidamente, pero sin embargo la ignoro. Reviso con detalle el uniforme de cada una, incluyendo el vergonzoso chequeo de ropa interior. Cuando fue el turno de Annie, pregunto en vez de castigar.
- ¿ Por que no esperas tu revisión como las otras?
- Nosotras ya nos vamos. Ya no queremos estar mas aquí. No pude hablar con mis papas, pero cuando lo haga pasaran por nosotras.
- ¿Y se puede saber la razón de eso?
- No! – Respondio Annie molesta. Stella fácilmente podría darle un buen castigo por eso, pero decidio ser paciente.
- No seas maleducada. Dime por que decidiste tan repentinamente que podrias convencer a tus padres de que te salgas de aquí. ¿Es acaso por que te quitamos tus listones?
- Si!!- Se quejo Annie.
- ¿Y como planeas convencerlos? ¿Contandole las razones por las que te los quitaron? Por que mejor no mencionas en voz alta la razón por la que te quitaron cada liston.
- N-No… No quiero.
- Es una Orden señorita. Y mientras sus padres no vengan por usted, sigue siendo una alumna de Saint Francis. Considere que he sido muy paciente con usted. Digalo, YA mismo.
Annie bajo su cabeza avergonzada y murmuro. – Por pelearme… Pero yo no lo empeze.
- Es absolutamente incorrecto que una señorita se pelee como un animal. Cualquier alumna de este instituto se queda inmediatamente sin listones al tener un comportamiento similar. ¿La otra razón?
Annie continuo cabisbaja y Stella Insistio: Con la cabecita alta, como si estubieras diciéndoselo a sus padres.
- Mentir e intentar espiar en su oficina…- respondio suspirando.
- Espiaste en su oficina? – Se sorprendio Mariela.
- ¿Piensas contarles eso y decirles que te saquen por que no quieres ser castigada?- Insistio Stella. Annie nuevamente bajo la cabeza y no contesto.
- Hasta que lo hagas y ellos vengan a buscarte, seguiras las reglas. Sere paciente ya que es tu primer visita al purgatorio y no será fácil. Aun asi, no estabas lista como las demás para tu inspección, y fuiste maleducada conmigo. No puedo darte un trato especial. Son dos castigos. Sin embargo sere considerada y te dare una advertencia antes de darte la orden de obedecer uno. Tu cola necesitara toda la resistencia posible para soportar el purgatorio. Ahora decide, Llamas o Arrepentimiento. – Ordeno Firmemente Stella.
Deprimida, avergonzada y asustada, Annie fue al rincón, adoptando la posición típica y comenzó a rezar. Rapidamente comenzó a llorar de la preocupación al hacerlo.
La primer clase fue un desastre. Jessica estaba muy nerviosa y preocupada, y lo transformaba en bronca. Rhonda, totalmente abstraída. Y las gemelas, muertas de miedo, apenas podían concentrarse en algo. Debido a la advertencia de Stella, ambas se la pasaron en el rincón, y para cuando termino la clase, tenían sus rodillas ya rojas. Por su parte, Jessica y Rhonda, fueron varias veces nalgueadas. Mariela y Alice solo observaron la clase, a la expectativas de sus compañeras.
 Ya en el recreo, cansadas de tanto castigo, las chicas tomaron caminos diferentes. Rhonda no tardo nuevamente en desaparecer. Jessica se quedo en la sala de ocio, negándose a estudiar con las demás. Ni que la vieran. Si, estaba muerta de miedo, y trataba de manejarlo sola, sin mostrárselo a nadie. Su padre la había criado a cintazos, pero su cola nunca quedo tan roja como la de las chicas del purgatorio. ¿Y varazos? Nunca había recibido un varazo antes. Recordaba como herbia la piel luego de los cintazos, y recordaba el humillante mameluco de castigo. ¿Rezar frente a todas en la sala de ocio? “No importa…” se repetia a si misma, con la pared roja frente a ella, como si estuviera esperándola. Rapidamente se fue del salón de ocio hacia el patio, aunque todo parecía recordarle lo que venia. Y hasta sentía que escuchaba conversaciones a cada rato acerca del tema. Se estaba volviendo loca. “No importa…” Pensaba de vuelta. Y pensaba en las tontas gemelas. Sus padres serian capaz de salvarlas a esas bebitas consentidas. ¿En cambio ella? Sus hermanas se burlarían, y su padre le diría que es exactamente lo que merece.
En cuanto a las gemelas, Mariela intento acercarse a ellas, pero estaban totalmente histericas. Annie intento nuevamente llamar a sus padres, pero nada.
- Deben estar de viaje. – Penso Amy.
- Tienen que sacarnos de aca!- Protesto. Amy abrazo a su hermana y dijo: Annie, sabes que no nos van a sacar, ¿no escuchaste a Stella?
Annie naturalmente volvió a llorar: Tengo miedo…
- Yo también…
- No sentís que todas nos miran? Parece que saben lo que nos va a pasar.
 - Debe ser por los listones. –
Mariela que estaba cerca, sintió muchísima preocupación y lastima por ellas. Se acerco y les dijo: Tranquilas… seguro será algo rápido. Y … yo las voy a ayudar.
- Ayudarnos como? Dibujandonos?- Se quejo Annie. Eso fue un golpe duro para Mariela quien bajo su cabeza deprimida.
- Perdonala, solo tiene mucho miedo. – Dijo Amy.
- N-No… tiene razón… lo siento…- Dijo Mariela, dispuesta a contar la verdad. ¿Cómo podia ser tan horrible como para burlarse de ellas con sus dibujos?
- Solo dejanos vengarnos… no es justo que solo nos castiguen. Nosotras también queremos tener poderes.

Mariela sonrio. Amy era mas madura de lo que pensaba. Y annie definitivamente muchísimo menos tierna.