Oswald observaba como cada vez que Mariela
estaba cerca de el, voltaba con gesto de indiferencia haciéndose la madura.
Algo la tenia sumamente indignada. Y una vez, para su sorpresa, dos niños de
unos doce años vestidos de marineritos, le levantaron el vestido como broma y
salieron corriendo. Mariela, roja como un tomate y muerta de vergüenza, salio
corriendo al ver como Oswald tuvo una buena vista de toda su cola. Estos niños
andaban corriendo por todo el internado haciéndole la misma broma a todas, y
las pobres con la amenaza de perder sus listones, no podían defenderse.
Aun asi, insistió, y finalmente tomo a
Mariela del hombro.
- ¿ que pasa que me ignoras tanto?
- Me espiaste toda la cola!! Y encima me
preguntas?- Contesto Mariela muerta de vergüenza.
- Estas rara desde antes.
- No me conoces, ¿como sabes que estoy
rara?
- Sabes algo…. Me encanto tu carta. Y tus
dibujos. – Comento. – Mandame mas por favor.
Mariela se quedo cabisbaja y titubeante.
Oswald no era el príncipe azul que ella esperaba. Era un pervertido, un
delincuente, y un drogadicto. Pero elogio sus dibujos.
- E-En serio te gustaron?
- Me encantaron. Muchas gracias.
Y por lo visto también podia ser educada.
Mariela se puso seria y contesto:
- Solo quería que sepas el infierno por el
que pasamos.
- Si, lo se. Pobrecitas.
- No veo que lo digas muy en serio….. AYY!!-
Protesto, viendo que los niñitos le levantaron el vestido otra vez.
- VALLANSE DE ACA!!! DEJENLA EN PAZ!!-
Exclamo Oswald. Ellos espantados huyeron.
- Gracias… son insoportables. Molestan a
todas… y si son capaces de quitarnos nuestros listones si les decimos algo…
- Y cada liston es un dia en el purgatorio
no?
Mariela lo miro molesta.
- Como sabes?
- Se muchas cosas.
- Es terrible como nos tratan aca… ¿Cómo se
siente… ser libre?- Pregunto Mariela. Oswald hizo un gesto pensando “que
dramática” y le conto varias de sus aventuras.
El primer discurso ya habia pasado, y todos
ya habían almorzado.
- Hey!!! – Protestaron las gemelas al
unisono mientras los niños le levantaban sus vestidos y salían corriendo.
Pensaron en ir a perseguirlos y su abuelas las detuvo.
- Niñas!! No se vayan de nuevo. Dejenlo en
paz, son solo hombres.
- Pero nos molestaron!!- Protestaron ambas,
nuevamente al unisono.
- Dejenlos tener su libertad. Pronto
cumplirán 18, iran a la guerra, mientras ustedes gozaran los privilegios de ser
graduadas. – Contesto su abuela. Ambas, aun molestas por lo sucedido, se
encogieron de hombros y se sentaron al lado de ella.
Por su parte, Ortiz finalmente encontró a
Rhonda quien como siempre no le interesaba nada de lo que ocurria y estaba
escondida.
- Rhonda!!! Donde estabas metida? –
Protesto Ortiz. Inmediatamente le saco un liston, y ella reacciono levantando
un hombro.
- No participaste en ningún discurso. Para
el ultimo mas te vale estar. Tu y Jessica iran al purgatorio mañana mismo.-
exclamo.
- Jessica por que? –
- No viste su vestido? Esta totalmente
sucio…- Contesto Ortiz
Mientras tanto, Violeta se encontraba
hablando con un amigo de su barrio, Juan. Obvio, el único amigo aceptado por su
familia y que no eran un delincuente.
- No estes tan enfadada Violeta.
- Tu no te metas quieres. No se ni por que
veniste. Fue para burlarte?
- Tus padres dijeron que capaz te pondrías
mas content….-
En ese momento, los niños levantaron su
vestido, mostrándole a Juan la cola roja como un tomate de Violeta. Ella,
naturalmente se enfado.
- Vengan para ca.- Exclamo corriéndolos.
Ellos huyeron, hasta chocar con 3 chicas mas, del grupito de Violeta.
- ¿asi que
creen que es gracioso hacerme pasar vergüenza? Ahora van a ver. –
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