domingo, 20 de diciembre de 2015

Maid alice 2

-          Como te fue contanos?
-          Bien…
-          Pero contanos!! Que hiciste.
-          Limpie.
-          Que mas?
Entre mis hermanos, y mis padres, se peleaban por sacarme información. Informacion que no iba a dar. Ni loca contaba lo que había sido mi primer dia. Sentada a la mesa, el escozor era muchísimo mas molesto por que estas eran sillas de madera y no tenían su almohadoncito como las de la mansión.
-          Fui a limpiar como siempre. Y le hice de comer.
-          No le habras dicho algo tonto no?
-          No…
-          La hiciste enojar?
-          Ya!! Déjenme tranquila.- Me queje.  Obviamente no me dejaron tranquila hasta que fui a mi habitacion. Ya en ella, me baje mis pantalones y mire mi cola. Se veía apenas rosada, aunque sentía que me ardia bastante. El ardor a veces empezaba a volverse molesto. A veces. Pero sino, andaba con mi sonrisa de oreja a oreja. Cambiandome a mi pijama, me acosté en mi cama y mire mi nueva identificación. “Que cara” pensé. Recorde un poco mi dia, y toque mi cola. “Mi primera nalgueada… fue peor de lo que imaginaba..” dije, y sentí que la de la identificación era otra chica. Guarde el carnet, y programe la alarma, preparándome para dormir.
Al otro dia me desperté con mucho sueño. Sentia mi cuerpo cansado, y observe la alarma. Pense que lo mejor era apurarme y llegar a la hora que dijo. Un poco me da morbo… recibir otro castigo. Pero me recordé a mi misma que es un trabajo, no un juego. Y me propuse tomarme con seriedad lo de : “Ser la Maid de Madam Mignonette” Viaje hasta alla en mi bicicleta y luego de ingresar, me fui a la habitacion de servicio. Me bañe, y me puse mi uniforme. Tube complicaciones en hacerlo tal y como predijo Antonella, pero con un poco de maña lo logre. Finalmente, me mire en el espejo. “Creo que exagere” pensé haciendo poses. “No es tan cursi como pensaba. El moño es lo mas llamativo sino se veria normal. Solo que muestro mucho mis piernas…” pensé estirando mi vestido. Apenas se dieron las 8 vi como mi localizador comenza a brillar. “Despacho” pensé y me apresure a ir.
-          Si madam?
-          Alice, que aplicada.- Dijo, me observo y comento: Y te ves impecable, muy bien. –
-          Gracias jajaja…. Me fije mucho.- Comente.
-          Nada mas quería decirte que cuando llegues debes realizar tus quehaceres normales y sencillamente estar atenta a tu localizador. Solamente eso si?
-          Si señora.
-          Muy bien, continua con ellos.- Comento.
Espere algo emocionante, pero el dia se volvió muy parecido al anterior. A veces limpiaba sola, y sino, me la pasaba cumpliendo tareas que el  localizador me mandaba y que me hacían sentir que era la sirvienta de una maquinita. Ya sean mensajes verdes, o mi agenda que me recordaba a cada rato tareas que mi ama me había programado para el dia. Esta vez me anticipe, y comi antes de realizar su almuerzo, para poder servirla como ella deseaba. A pesar de mis esfuerzos, solia corregirme constantemente. Siempre algo encontraba. Pero supuse que era algo normal en su personalidad y no me lo tome a pecho. Ese dia paso rápidamente, y la semana también. Me acostumbre a verme a mi misma en uniforme y dejo de avergonzarme tanto que me vean extraños. Cuando recibia algún papel, o paquete, la mayoría cambiaba rápidamente su expresión al presentar mi identificación. Eso me hacia sentir un poco importante. Pero a veces me era muy aburrido esperar tanto tiempo al lado de ella sin hacer nada. A Mignonette parecía no importarle, y debía permanecer horas parada a su lado cumpliendo esperando ordenes. Ordenes que podían ser muy simples o tontas. Alcanzarle algo, servirle un café, o alcanzarle un papel. Sin embargo yo podía notar que disfrutaba mucho mi compañía. Mignonette era una persona silenciosa, quien siempre estaba inmersa en sus pensamientos. Yo era simplemente su maid, y no ocupaba el tiempo con palabras para entretenerme. Solamente hablaba cuando lo veía necesario o quería comentarme algo. Y me hacia estar junto a ella cuando extrañaba la compañía humana, sino me enviaba a continuar con mis deberes. A pesar de su aparente frialdad, podía darme cuenta de una infinita sastisfaccion en ella, como si hubiera deseado tenerme asi hace mucho tiempo. A veces me miraba con tanto placer, que me intimidaba y me hacia sonrojarme. Por lo general, me daba una orden luego de hacerlo, como intentando distraerme. Yo continuaba fantaseando, con otra nalgueada de su parte. Pero no quería comportarme como el lunes de vuelta. Mescle un poco de mi frustración ese dia, con mi inseguridad y deseo de un castigo para agotar su paciencia. Y si bien lo disfrute, luego me arrepentí de haberme comportado tan impertinentemente con ella. Empece a comprender sus gustos para desayunar, comer y merendar. Y sentí cierto placer en complacerla. Me imagine que iba a comportarse mas bien como una dictadora, pero por momentos era realmente dulce conmigo. Y por momentos, demasiado dulce. A veces, me trataba como si fuera una niña pequeña, cosa que yo detesto. Quienes llamaban a la casa, en esos días, empezaron a reconocerme al teléfono, y me comenzaron a tratar con mas amabilidad. Todo continuo bastante bien hasta ese jueves.
Mi delantal comenzó a brillar con una luz azul. Asi que inmediatamente fui a la oficina de mi ama.
-          Alice, limpiarias mi oficina por favor?- Me dijo con dulzura. – Tu sabes, tiende a llenarse de tazas de café.
-          Si señora, con mucho gusto. – Respondi. Si quienes me conocen m vieran asi, se reirían. Pero comenzaba a disfrutar servirla. Fui por mi escoba y mis cosas, y energicamente limpie su oficina. Antonella continuaba concentrada en sus cosas. Pero de repente dijo: Alice, hoy viene a visitarme una de mis proveedoras. Es una persona de confianza para mi, y sabe que eres nueva. Sin embargo tu deber será atendernas a ambas. Es muy importante que tu desempeño sea excelente asi que vete preparando si? Ya anote en tu agenda su horario de llegada.
-          Si madam….- Dije un poco nerviosa.

Intente limpiar la casa, para que se vea impecable. En mi mente había planeado una merienda para ambas, teniendo en cuenta lo que le gustaba a Antonella.
Finalmente escuche la llamada, y fui a recibirla. Era una mujer, muy alta, de cabello rubio y parecía tener 50 años.
-          Hola nena… tu… eres?- Pregunto. “Acaso el uniforme no es obvio? “ Proteste para mis adentros. Como siempre, saque mi identificación, y seriamente dije: Maid alice, para servirle.
-          Ah, tu eres quien me comento. Mucho gusto señorita.- dijo y me entrego su pesado abrigo. Lo alze con incomodidad y dije por debajo de el: Mi ama la espera, pase conmigo por favor.
Intente acomodar el abrigo para que sea sencillo de transportar y al llegar, procure ponerlo en la percha donde cuelgo los abrigos. Sin embargo era un poco pesado y la percha era….muy alta para mi. Tube que dar varios saltos hasta lograrlo. Cuando devolví mi atención a la visita, me observaba sonrientemente. Avergonzada, estire un poco mi vestido y comente: Acompañeme al comedor y póngase comoda mi ama ya estará con usted.
Fui a la cocina a preparar la merienda, y llame con el localizador a Antonella.
-          Madam, ya llego quien esperaba. Esta en el comedor. Estoy preparando la merienda.- Comente.
-          Si alice, ya voy alla. – Dijo. Prepare primero lo que acostumbra tomar Antonella. Cuando fui a dejarlo en la mesa, ambas ya conversaban acaluradamente.
-          Oh, mira Elizabeth. Te la presento. Ella es mi Maid, su nombre es Alice.- Dijo ella. Yo intente ser cordial y dije: Para servirla.
-          Al fin concretaste tu deseo de tener una. Me habias comentado que estabas muy entusiasmada. Ella es…- Dijo y me sonrio como viendo a una niña. – Ciertamente adorable… pero, ¿Cuántos años tiene? ¿Puede trabajar aquí? ¿No iras a tener problemas?
Obviamente me enfade. Intente quedarme callada y disimular mi enojo. Por lo visto no funciono y  Antonella dijo: Sepa disculparla. Siempre se enoja mucho cuando preguntan por su edad. Tiene 18 años, la conozco de pequeña. Los cumplio hace varios meses ya.
-          Uy, lo siento nena. Es que te ves tan pequeñita. ¿ Cuanto mides?
Nuevamente enojada. Intente controlar mi enojo y responder : 1metro 42…-
Antonella, intento cambiar el tema de conversación y continuo: Aun le falta mucho por aprender, pero si vieras lo rápido que limpia te sorprenderías. Es un rayo.
-          Mas bien una chispa.- Bromeo la señora. Yo me enfade aun mas. – Que pasa nena que aun no me ofreces nada?
-          Que… quiere?- Dije. Senti la mirada de mi Ama clavarse en mi como si fueran dagas. Intente controlar mi enojo y suavize mi tono de voz. – Que le apetece?
-          Traeme un te como a ella por favor.
-          Si señora. – Comente. Hice caso resignada, aunque muy molesta. Tenia ganas de meterle sal. ¿Por qué cada persona que me conoce tiene que siempre salir con el mismo tema? Cuando volvi, sentí que hablaban de mi, y parecía no importarles mi presencia.
-          … Con ese uniforme.
-          Si, lo note varias veces. Fue una muy buena elección. Y le queda tal y como vos dijiste. ¿Te salio muy caro?
-          Su te señora.-
-          Gracias nena.
-          Para nada. Obviamente nunca antes gaste tanto dinero en una empleada que apenas ingresa. Pero es mas bien una inversión.  Sabes que necesito una persona de confianza y lo mucho que protesto por eso.- Comento. Deje de ser tema de conversación, hasta que comenzaron a hablar de negocios. Y comenze a escuchar sumas con varios ceros.
-          Puedo retirarme madam?- Pregunte intimidada.
-          No. Necesito que te quedes como te enseñe.- Dijo. Me pare al lado de ella, pero aclaro. – Y procura mantener una buena presencia mientras esperas una orden. Parada derecha. Manos entrelazadas adelante. Como una buena Maid.- Ordeno.
-          Si…- dije incomoda, mirando a la molesta visita de reojo.
-          Vas a permitir que escuche nuestra conversación?- Protesto Elizabeth.
-          Necesito que ya empieze a estar al tanto de las cosas. – Respondio y continuaron conversando.
Estar tanto tiempo, en una sola posición, se comenzaba a volver muy incomodo. Normalmente solia balancearme en mis pies para mostrar mi aburrimiento, a veces Anto me dejaba ir ya que sabe que me aburre estar quieta tanto tiempo. Pero no me animaba a hacerla quedar mal frente a visitas. Cada vez que el tema de conversación se desviaba hacia mi, ella no dejaba de hablar de mi potencial y de las esperanzas que tenia en mi.
-          Alice.- dijo repentinamente. Yo estaba perdida en mis pensamientos asi que tarde en responder. S-Si? –
-          Ve alzando la mesa. Nosotras iremos al sofá. Te espero alla si? – ordeno.
-          Si madam Mignonette.- Respondi. Mientras me alejaba escuche a Elizabeth festejar mi forma tan sumisa de responder. Sonrojandome levemente, fui a lavar las tazas, observando la hora en mi localizador. En poco tiempo ya debía irme. Pero cuando volvi con ellas mi ama me hizo una triste pregunta: Alice, no podrias quedarte un par de horas mas hoy?
De mala gana respondi: Umm… si…
-          Ay, te lo agradesco muchísimo.- comento. Sin embargo, no me dio ninguna orden luego de eso y tuve que permanecer quieta a su lado. Empeze a sentirme muy cansada hasta que me pidió su pipa, y que ponga música. Obedeci empezando a darme cuenta que le gustaba presumir su control sobre mi. A veces, me daba pequeños regaños pidiendo que arregle las partes del uniforme que podían desarreglarse. Ambas mujeres parecían comenzar a relajarse mas, y hasta me pidieron que les sirva whisky a las rocas. “Tomando tan temprano” Pense.  Frente a ellas había una pequeña mesita, y estaban sentadas frente a una chimenea. No entendia muy bien la funcion de la chimenea, si hubiera frio yo no podría usar un uniforme asi. La zona donde vivíamos no se caracterizaba por tener climas muy fuertes. Mientras escuchaba la conversación empeze a disgustarme un poco con la personalidad de Elizabeth. Era muy altanera y soberbia. Yo pensaba que lo era solo conmigo, pero hablaba muchas pestes de quienes conocía. Mi ama por su parte empezaba a sentir los efectos del alcohol. Y aunque a diferencia de Elizabeth, me trataba con mucha amabilidad, empezaba a fastidiarme un poco con tantas ordenes. “Alicia, trae unos papeles de mi despacho, Alicia tráeme esta carpeta si la muestro”. A veces sentía que lo hacia a propósito.
-          Alicia, sírvenos mas brandy.- Comento. Ya era tarde y yo estaba muy cansada. Yo me incline para tomar la botella sirviéndole a ella primero. Cuando servi a Elizabeth no me di cuenta, y me agache, mostrándole toda mi cola. Mientras lo hice me percate, y bajando mi vestido avergonzada dije: Lo siento mucho!
-          Ummm… esos calzones los vi, son muy llamativos.
-          Son bloomers.- Dijo mi ama. – Alice nunca usa vestidos. Si vieras como se viste normalmente lo entenderías. Se los mande a hacer junto con el uniforme por que pensé que esto pasaría muy seguido.- Explique. Senti vergüenza frente a la afirmación y la mujer comento.
-          A ver niña, muestramelos, quiero ver como son.- Ordeno. Ordeno, por cierto alguien que no era mi ama. Me parecio una orden humillante, y voltee a mi ama quien me dijo: Has caso Alice.
-          P-Pero…- dije, y ella exclamo: son solamente bloomers, no seas tan vergonzosa.
Aun asi, yo si era muy vergonzosa. Con mi cara como un tomate y desviando la mirada, alze mi falda.
-          Son lindos y tienen un lazito rosa, que ternura!- Comento.  – A ver muéstrame por atrás.- Lo hice empezando a enfadarme. La mire a Antonella enojada, pero ella me clavo nuevamente su mirada. Desvie mi mirada y escuche a la mujer decir: - son adorables. Como tu. Ya esta, gracias. Fue muy buena idea Anto.- Comento. Solte mi vestido y me fui al lado de mi ama. Estaba muy molesta, además de avergonzada. “Me va a obligar a mostrar mis calzones a todo el mundo?” Me queje para mis adentros. La invitada, comenzó a desviar la conversación, esta vez hablando de su marido e hijos, quejándose constantemente. Me sentí muy incomoda frente a esa charla que no me incumbía. Hasta escuche en un momento que su marido le serviría mas si fuera maid como yo. Intente buscar una excusa para irme pero enseguida escuche: Alice, sabes hacer masajes?- Pregunto antonella. “Ahora me va a poner a hacer masajes?” Proteste para mis adentros.
-          No… lo siento.-
-          Bueno, ya aprenderás. Hasme en la espalda por favor. Vivir sentada frente a la pc hace que tenga dolores de espalda horribles.
-          Umm… si Madam.- Dije, sintiéndome agotada. Con una mano, revise el localizador en mi delantal “Ya son las 8…” pensé para mis adentros.
Entre masajes, música, servir brandy, prender cigarrillos, el tiempo pasaba lentamente. Y otra vez, la conversación se desvio hacia mi.
-          Antonella. Se que nosotras tenemos una relación comercial. Pero yo te considero mi amiga.- Dijo Elizabeth. Me sonreí, viendo como ambas sufrían el efecto del alcohol. Era extraño ser la única sobria. – No puedes hacer que esta niña haga se presente a firmar tus papeles en los locales. –
-          Tiene el poder para hacerlo. Ya arregle todo lo que sea necesario. Para mi es una perdida de tiempo viajar con este trafico para firmar algo.
-          Aun asi, no puedes vivir encerrada. No pienso tener una mucamita remplazándote en las juntas. Es importante que vengas.
-          Ire, pero Alice me acompañara. Ya te dije que no es solo una mucama. – Comento. Ambas comenzaron a discutir, mientras Antonella me defendia. “ojala no tuviera que estar en estas platicas” pensé. Finalmente , llego la hora de retirarse y la mujer se fue, un poco ebria, mientras yo llevaba su abrigo. 
-          Dame mi abrigo nena, que aquí hace frio. Gracias.-
-          Mi nombre no es “nena” es Alicia.- Proteste ya molesta del trato poniendo mis manos en la cintura y dando un pisotón. La mujer me miro y se rio como viendo una niña haciendo un berrinche.
-          Jajajaa…. Tenes 18 años mocosita, no te lo tomes personal. Ojala a mi me llamaran “nena”. Mira… Me pone contenta que Antonella tenga este proyecto contigo. La mantiene motivada y en buena forma. Saludos.- Dijo y se fue.
-          Que vieja insoportable…- Pense en voz alta. Me sentía absolutamente agotada. Camine a duras penas por el jardín y al llegar a la mansión vi mi  reflejo en un ventanal. Mi blanco rostro tenia unas largas y negras ojeras de cansancio. “Por que hago esto” Proteste para mis adentros. “por el dinero” me dije. Me sentí humillada, por tanta orden, y por que me hallan obligado a levantar mi vestido y enseñar mis calzones de esa forma tan degradante. Pero lo peor era que no me negué, no proteste, sencillamente lo hice. Di un largo suspiro y me sobe mi cabeza con cansancio.
-          Alicia. Por favor te he dicho que no te veas tan desalineada.
-          Si… madam…- Respondi intentando conservar mi paciencia. – Ya puedo irme.-
-          Si nena, ya podes.- Dijo ella. “Genial, otra mas llamándome nena”. – Cambiate si queres, y mostrale tu identificación al chofer asi te llevara a tu casa.” Dijo.
-          Si…- Suspire. Caminando a la habitacion de servicio tome mi liston y mi cofia con la intención de sacármelo pero ella me alcanzo rápidamente.
-          Alice, espera!!- Dijo.
-          Si….?- Pregunte con desesperanza.
-          Espera un segundo por favor.- ordeno. Solte mi liston y cofia suponiendo que no iba a tener otra opción que cumplir otra orden.
-          Empezamos con el pie izquierdo… Pero desde que te discipline note el gigantesco esfuerzo que has realizado. Cometes errores, pero das lo mejor de ti. Creeme que me doy cuenta y lo valoro. Hoy estubist impecable, y hasta te quedaste a servirnos.
-          Gracias…- respondi con una sonrisa débil.
-          Se que tu familia es muy pobre, y que necesitas el dinero. Decidi darte un adelanto de tu sueldo, y un poco mas en agradecimiento. Tomalo- dijo ella. Lo tome y abri el sobre.
-          TRES MIL PESOS!!!- Exclame sin querer.
Ella se rio mientras yo miraba el dinero impresionada. Me habían dicho mi sueldo anteriormente pero no lo creía. Al menos no hasta verlo.
-          N-No… no creo merecer tanto.
-          Por supuesto que lo mereces Alice. Se que te esfuerzas muchísimo.
-          G…Gracias.
-          De nada.- Dijo ella y de repente comente a saltar.
-          WIIIIIIIIIIII- Exclame y salte por todo el lugar emocionada. Cuando termine de festejar vi que me miraba con ternura, y me dio un poco de vergüenza, sin embargo, me empece a reir por mi reacción.
-          Te espero mañana temprano si?
-          Si madam mignonette!- Respondi contenta.
“Tres mil pesos…” pensé. Me cambie de ropa y doble mi uniforme cuidadosamente guardándolo. “tres mil pesos…” continue diciéndome. Era mi primer sueldo, y el sueldo de un mes de cualquier persona de mi edad. Y era solo por una semana, que aun no terminaba. La mitad de una semana. Inmediatamente me olvide del uniforme de payasita, de tener que seguir ordenes como un perro todo el dia y de la humillación de tener que enseñar mis bloomers. Solo podía pensar en una cosa “Soy rica!!”.
Cuando llegue a portería, presente mi identificación y nuevamente al chofer. El chofer miro extrañado la foto del carnet y a mi, como si fueramos personas distintas. Sin embargo termino por dejarme subir. El auto era una camioneta muy lujosa, no se de que marca por que nunca me gustaron las camionetas. Con singular respeto me pregunto: “Donde la llevo señorita?” . Le di la dirección de mi casa y me llevo rápidamente. Sin embargo vi en el camino que un supermercado estaba cerca. – Dejame aca, muchas gracias.- Le dije y baje. Queria festejar. Compre un champagn y mi comida preferida.
“Deberia comprar algo para todos…” pensé. “Por que voy a comprar algo para todos, ellos solo se rien de mi mientras soy yo la que esta todo el dia en uniforme con carita servicial y obedeciendo ordenes” me queje. Aun asi, la nostalgia me gano. Compre otro champagn, y en vez de mi comida favorita compre una cena para todos.
-          Wow!!!- Festejaron al unisono. Mi familia era obviamente muy ruidosa. Celebramos y comimos, mientras festejaban lo bien que me iba. A nadie parecía importarle lo que había pasado en mi trabajo, solo les importaba mi nueva cartera. Pero la verdad…. Me era igual. Era mejor que no hagan preguntas. Nos tomamos el champagn, mis padres se fueron a dormir, y yo me quede sentada en la terraza, mirando las estrellas y tomando el que quedaba.
-          Alicia…- dijo uno de mis hermanos subiendo a hacerme compañía.
-          Que quieres?- Pregunte.
-          Jajaj… siempre tan tierna. Ya se te esta acabando el champagn? Traje tequila, hay que festejar. Espero que no nos caiga mal. – Comento.
-          De donde sacaste ese tequila? No estaras llendo ebrio al colegio no?
-          Obvio que no, solo nos sobro de cuando volvimos a casa.- Protesto el.
 Continuamos bebiendo hasta que el menor subio y me pidió que fuera a jugar videojuegos con ellos.
-          Ustedes no tienen colegio?
-          Shhh… no seas soplona. Tu faltabas igual que nosotros.
-          Tienen que ir.
-          Ayyy por favor…!!!
-          Hay que festejar ali!
-          Esta bien, ahí voy yo también.
Y asi, nos quedamos hasta muy tarde. Moraleja, al oto dia me desperté con mis musculos adoloridos de tanto cansancio y muerta de sueño. Me levant frotándome mi cabeza y ojos, y vi la hora.
“Mierda, ya son las 8!!!” Exclame.
Corri a lavarme la cara, me vesti asi nomas, tome mi localizador y sali por un taxi. Nerviosa, llegue a la mansión notando que en todo el trayecto ya había pasado como media hora. En todo el camino, mi localizador brillaba azul verde azul verde. Naturalmente, me moria del morbo de imaginar que me esperaba una buena nalgueada. Me sentía excitadísima, y siento que hasta el taxista me veía raro. Pero a su vez, no quería forzar mi suerte. No quería que Antonella se decepcionara de mi. Mostre mi identificación al portero, y entre a las corridas directamente a su despacho. Al llegar Antonella se veía tranquila. Pense que estaría furiosa. Entre y dije: Lo siento madam me quede dormida!!
Ella volteo para verme con serenidad, sin embargo al hacerlo clavo una mirada en mi de disgusto. Me observo de arriba abajo y dijo, fríamente: Alice, tu uniforme. Presentate adecuadamente en mi oficina. Ya-
-          Si..- Dije. “Parece molesta…” comente preocupada. Me bañe y me puse mi uniforme, cerciorándome de que este perfecto y volvi muy nerviosa.
-          Madam ya volvi.
Al verme, esbozo una pequeña sonrisa, pero rápidamente volvió a su mirada fría. Miro a ambos costados intentando decidir, hasta que señalo un rincón a su derecha, en frente de donde estaba su pc.
-          Libera ese rincón, quita lo que sea necesario. Intenta ver si hay un lugar donde acomodar el resto, y sino apartalo hasta que sea necesario.
-          Pero… Madam, hay un mueble.
-          Vacia el mueble , muevelo y vuélvelo a llenar. Vamos, quiero ese rincón libre.-
-          Si madam…-
Lo hice, a ritmo lento ya que muchas cosas eran pesadas y otras muy altas. Me daba morbo pensar que preparaba mi lugar de castigo ya que adivinaba sus intenciones. Me demore bastante pero a mi ama parecía no importarle.
-          Ya termine madam.
-          Muy bien. Ve a el, pon las manos en la cabeza.- Ordene.
Me sonroje y me quede titubeando y tomando mi delantal con las manos.
-          Alice, ya!! Que esperas?
-          Emmm… si madam..- Respondi. Mire mi rincón recién “Fabricado” y me sentí muy tonta. “Ser enviada al rincón igual que una niña pequeña…” proteste.
-          Alice, ir al rincón, no mirar al rincón. YA!- Ordeno.
-          Si madam!- Exclame asustada. Patalee un poco en el lugar por la vergüenza y termine obedeciendo. La primera vez fue fácil, estaba recién nalgueada. Pero ahora! Recorde miles de videos de spank, y la vergüenza comenzó a darme morbo. Empeze a exitarme frente a la idea de ser nalgueada ahora, y miles de frases sugerentes comenzaron a llenar mi mente. Esas frases tan trilladas de videos de spank del tipo “Niña traviesa” “esto te pasa por portarte mal” etc. Mi excitación duro varios minutos…. Pero varios minutos es poco tiempo en comparación al tiempo que tuve que estar. Con el tiempo me comenzaron a doler mucho los brazos y la espalda además de sentir incomoda. Comenze a moverme y a pararme en un pie y el otro.
-          Alice, quieta. Estas castigada.- Ordenaba cuando me veía moverme demasiado. Intentaba obedecer, pero el tiempo pasaba. Me di cuenta rápidamente que de la misma forma que no le importaba tenerme parada por horas a su lado esperando una orden, tampoco le importaba tenerme en el rincón mientras hacia sus cosas.
Voltee varias veces a verla suplicante, pero solo me ganaba un regaño, y cuanto sentía mis brazos demasiado cansados e intentaba bajarlos enseguida escuchaba un grito.
Suspire y pensé en voz alta. – Cuanto tiempo voy a estar asi…-
-          El tiempo que yo considere necesario. Y nadie te permitio hablar.- ordeno ella. De repente sentí una melodía y mire como mi delantal brillaba de color amarillo.
-          Madam…
-          A ver alice, ven aquí.
Me acerque, estirando mis brazos adoloridos y mi espalda.
-          Sabes por que estas castigada?
-          Madam, me quede dormida, lo…
-          No te pregunte que paso, te pregunte si sabes por que estas castigada.
-          Por llegar tarde..
-          No, no es por llegar tarde. Te aclare, que a las 8 tenias que estar preparada para servirme. Y solo podes estar lista para servirme en tu uniforme impecable. Como puede ser que vengas a mi despacho sin el. Tenes tiempo de 7 a 7:30 para ponértelo. Despues de las 8 si o si debes estar en tu uniforme.- Ordeno.
La mire confundida. – Entonces.. esto es por… que no tenia mi uniforme puesto cuando la vine a ver. Pero ahora ya lo estoy usando.
-          Veo que no lo tomas con la seriedad necesaria. Pero ya me asegurare de que asi sea.
-          Si mi uniforme esta aca, como hago para llegar tarde y tenerlo puesto? Me lo cambie apenas llegue.- Me queje.
-          Tienes 2 no? Sencillamente vienes con el puesto y obedeces lo que tu localizador indique. No me importa que llegues un poco tarde, y si no alcanzas a cumplirlo por que lo hiciste pagaras las consecuencias. Pero tenes que estar preparada para servir a partir de las 8. Tenes hasta las 7 para prepararte. Ahora prepara el desayuno como lo indica tu agenda. Sirvemelo y desayuna tu también, necesitas energías. Cuando termines vuelves a tu rincón. Hoy esperaras ordenes ahí.- Ordeno.
-          Solo… por eso?- Proteste.
-          Alice, obedece ya.- Ordeno de vuelta. Termine haciendo caso de muy mala gana. Entendia lo de llegar tarde. Pero tener que estar castigada por que me vio sin uniforme? Eso es ridículo. Servi su desayuno, me servi el mio, mientras desayunaba, suspiraba molesta por el castigo. “En los videos de spank el rincón se ve tan morboso… pero en realidad es… TAN insoportable”. Proteste. Mire mi delantal brillando rojo, lo atendí, y escuche: Alice, ya desayunaste?
-          Ya termino.
-          No te hagas la tonta, tu rincón te espera.
-          Si madam, ya lo se.- Respondi de mala gana. Afortunadamente colgó. “No quiero volver…” proteste. “Pensar que tanto tiempo quise esto… y ahora… Ira a nalguearme? Cuanto tiempo me va a tener ahí?” Me queje. Aun asi, termine llendo tristemente a mi rincón. Por suerte esta vez paso menos tiempo hasta que me llamo, ya me estaba quedando dormida.
-          Alice, manten tu compostura, incluso luego de un castigo. Derechita, y arregla esas calcetas.
-          Si madam.- Dije resignada.
Ella tomo su silla y la separo, se acomodo y me llamo con un dedo: Suficiente castigo reflexivo, ahora necesitas castigo corporal.
Mi cansancio desaparecio en un instante, y mi cara nuevamente se puso roja. Me sentí abruptamente excitada, y … aliviada. Al menos ya no habría mas rincones tediosos. Camine nerviosa hacia ella y me tomo, bajando de un tiron mis bloomers hasta la rodilla. Eso obviamente me avergonzó muchísimo, e intente tapar mis genitales, no tuve demasiado tiempo para hacerlo, en dos segundos me encontraba boca abajo en sus piernas pataleando frente a las sonoras nalgadas. Sin los bloomers dolían mucho mas, no por que estos amortiguaran el golpe, sino por que sentía mi piel directamente afectada por los azotes. Nuestras pieles, la de su mano, y la de mis nalgas chocaban una y otra vez. Senti mi sexo humedecerse y me preocupe mucho de que ella también lo sienta. Patalee, e intente conservar mi posición, ya que yo en si, no quería que se arrepienta, deje de nalguearme y me devuelva al tedioso rincón. Sin embargo, Antonella parecía estar un poco mas confiada, y la nalgueada se volvió muy dolorosa rápidamente. La poderosa mujer, comenzó a darle una buena azotaina a mis pequeños muslitos, y rápidamente empeze a llenar la habitacion de gemidos de dolor. Mi cola comenzó a herbir, y yo comencé a patalear como niña pequeña. A veces paraba y yo tomaba mi cola con ambas manos en lo que ella volvia a continuar con la nalgueada. El placer comenzó a ser desplazado con la desesperación cuando la mujer empezó a nalguearme fuertemente, utilizando todas mis fuerzas. Nuevamente me trabo piernas y brazos en mi intento de defenderme.
-          No mas porfa, no mas.
-          Señorita, espero que entienda su lección.
-          No debo llegar tarde, no debo llegar tarde, AYYYY- Exclame.
-          Acaso no me presto atención?- Dijo molesta, nalgueándome severamente.
-          Lo del uniforme? Eso?- Pregunte.
Ella hizouna pausa y dijo: Hablas como si no fuera importante. Yo no respondi solo jadee y me queje del dolor.
-          Lo único que tenes que entender, es que lo que es importante para tu ama, para ti es el doble de importante. Si para mi es importante verte con tu uniforme impecable y lista para servir luego de las 8, y no deseo verte con tus ropas para ti también lo es. Y si no lo es, me asegurare de que si lo sea.- Dijo y continuo azotándome. Mi resistencia de a poco se quebró y nuevamente termine sollozando. Me dejo llorando en sus piernas unos segundos, e intentando tranquilizarme. Y nuevamente me envio al tedioso rincón. Mientras veía como mi pecho se inflaba y desinflaba por lo agitada que estaba, intentaba mantener mi posición con mis pobres fuerzas, ya que la dura nalgueada me había dejado totalmente agotada. A medida que me fui tranquilizando, me di cuenta, con vergüenza, que mis bloomers continuaban bajos. Recorde muchos videos, y sentí mucha excitación por mi castigo. El hecho de que logre hacerme desesperar y llorar me excitaba mas. Pero a su vez, una parte de mi se sentía triste por haber decepcionado a su ama, y otra parte, preocupada, por el control que ella tenia sobre mi. Facilmente podía hacerme eso cada vez que ella quiera. Escuche un sinfín de ruidos, y finalmente me dejo salir del rincón. Agotada, intente arreglar mi uniforme, recordando su ultima orden. Y vi que había ubicado cerca de su escritorio, una pequeña sillita y mesa. Ambas estaban gastadas, parecían haber pertenecido a una niña anteriormente. Eran de un color rosa muy gastado. Ella me mostro unas hojas y me las entrego: No puedes subir tus bloomers hasta que te los ordene. Te sentaras ahí y llenaras esas hojas de la siguiente frase- Ordeno. La mire suplicante.
-          Mas castigo?
-          Te adverti que si llegabas tarde y te aparecias sin uniforme tu castigo seria peor. Ya informe a todos que si no te ves como en tu identificación no deben obedecerte. Asi que la próxima vez no podras entrar siquiera.- Continuo. – Ahora sientante.
Me sente con dificultad y adolorida sintiéndome muy infantil. “Odio ser tratada como niña y mira como termino” Protestaba. A pesar de mi altura, la silla se veía ridícula en mi.
-          A partir de las 8 solo me presentare en la mansión mignonette con mi uniforme impecable puesto.-
Escribi la larga línea. Y la mire.
-          50 veces.
-          OWWWWWWWWWWWW…….
-          Sin chistar. Como una buena Maid.
-          Si madam…- Proteste. “Este estúpido banco de mierda es incomodísimo” Me queje intentando acomodarme. Mi ama me miro sastisfecha y yo la mire suplicante. Ella se sento frente a su pc donde de ves en cuando, la sentía mirarme. Yo me sentía sumamente ridícula, pero al menos solo mi ama me veía en mi terrible predicamento. Sentada direcamente sobre mi cola roja, en una banquita de niña, escribiendo líneas, castigada. El ridículo liston rojo lo veía constantemente mientras las escribia haciéndome sentir niña de kínder. A veces me percataba de eso y sentía mucha vergüenza. Vi mi localizador brillar en mi delantal, pero cuando lo revisaba, mi ama me regañaba.
-          Alice, líneas, luego te encargaras de tus tareas.
-          Si…- suspire. Vi las.. 3 lineas que llegue a escribir. A veces sentía muchísimo morbo, de estar tan castigada. Me daba vergüenza que mi ama en algún momento alcanzara a ver mi vagina la cual estaba muy humeda. Pero rápidamente el castigo comenzó a volverse, también, muy tedioso. Nunca me habían puesto a escribir líneas antes. En las historias lo describían de otra forma a como era… “Odio hacer esto!!! Cuantas voy…. 20?”
-          UFFFFFF…
-          Alice, líneas.
-          Si…- Proteste. “No la entiendo. Me dice 30 veces lo importante de ser una maid y que se yo. Y ahora…. Estoy castigada escribiendo líneas”. Tarde mucho tiempo, pero las termine y le avise.
-          A ver nena- Dijo acercándose. “Nena…”
Reviso cuidadosamente las líneas y dijo: “Muy bien, Firmalas y ya puedes pararte y arreglar tu uniforme”
-          Firmarlas? – Pregunte, pero lo hice rápidamente. Me pare sobándome muy adolorida y alze mis bloomers. Intente arreglar mi uniforme intentando verme bien como ella dijo. Sentia mi cara caliente como mi cola, no sentía si era por la vergüenza o por lo cansada que estaba.
-          Queres descansar Ali?
-          Si porfavor.
-          No te preocupes. Se que tus castigos son agotadores. Ten.- dijo y tomo de entre sus cosas un pequeño almohadoncito rojo.
-          E…eso?- pregunte. Lo puso al lado de su silla y comento: Puedes descansar ahí mientras scanneo tus líneas y arreglo algunas cosas.
La mire un poco sorprendida pero me dijo: Ven, no tengas miedo. Su forma de hablar era repentinamente amable. Me sentí calida como antes de ser tan duramente castigada, como ayer cuando no dejaba de festejarme lo mucho que me esforzaba. Me sensibilize y termine obedeciendo. Fui y me sente en el almohadoncito mientras la vi scannear.
-          No alice, arrodillada.
-          Arrodillada… asi?- Pregunte. Me sentía muy sumisa luego de mi horrible castigo.
-          Muy bien, asi.- Dijo. Se sento y recostó mi cuerpo contra sus piernas. Yo me quede paralizada pero cedi de a poco y termine aceptando lo que en si era un gesto afectuoso. A veces, acariciaba un poco mi pelo y cuello, o me hacia algún mimo mientras trabajaba. Con lo cansada que estaba, fue muy fácil arrullarme y quedarme en silencio a su lado. Lo nuestro comenzaba a ir mas alla de una simple relación de trabajo. Acepte el contrato sabiéndolo de antemano. Mientras estaba escribiendo, y soportando mi extenso castigo me sacaba de onda que se halla molestado tanto por algo tan tonto como verme sin mi uniforme. Pero ahora recordaba su frase “Si algo es importante para mi, debe ser el doble de importante para ti”. Me sentía tan calidad, arrodillada a su lado, sintiendo sus mimos, con mi cola bien calentita luego de una nalgueada, y esa dulzura con la que me trataba, que comenze a pensar que si ella ordenaba eso yo lo cumpliría sin chistar, tal y como ella lo desea. Sentir, que solo debía obedecerla me hacia sentir bien. Eso era muy fácil. Yo era rebelde, era pequeña, debía ser independiente, era la mayor de 4 hermanos, no debía ser frágil. Obedecer, era muy fácil.
“ Si mis hermanos… o mis amigos me ven en este uniforme se burlaran de mi y no me dejaran en paz” pensé, teniendo en cuenta que debería llevarlo a mi casa. “Igual sin la cofia, el delantal, y el liston, solo parece un vestido” Pense imaginándome. “Aunque el cuello…”
Continue un rato asi, hasta que finalmente me dio la orden de ir a continuar trabajando. Lo hice, no sin estar confundida por todo lo sucedido. El dia continuo con normalidad, solo que mi cola hacia que me doliera hasta caminar. Ese hecho quedo como algo anecdótico, y el viernes volvi a trabajar. Lleve un uniforme a mi casa, e intente meterlo a la casa a escondidas. No tenia muchas ganas de que se burlen de mi. Escondi los zapatos, en el closet, y el uniforme en una percha, disimulado entre ropa que no uso. Puse mi cofia, liston y delantal en una bolsa, por si un dia debía correr rápidamente hacia el trabajo. Asi solamente debería ponerme el vestido y correr. Me quede en mi cama pensativa, acariciando mi cola aun roja esa noche, y viendo todos los videos de mi celular. Era raro sentirse identificada con cosas que veias en alguna imágenes o relatos. O poder decir “Eso es mentira, o muy exagerado”.  Sonriente, me meti bajo las sabanas y me puse a dormir.


Madam mignonette trabajaba arduamente en su estudio. Observaba el localizador, y le envio una señal. – Me pregunto si volverá?- Pensaba. A veces sentía que se excedia, ella era solo una niña. Suspiro, y continuo trabajando. Repentinamente escucho el característico ruido que genera Alices cada vez que llega tarde. Pareciera que cuando corre destruyera todo a su paso. Vio a su pequeña maid, jadear en su uniforme y decir: Madam, ya llegue. Necesita algo?
Madam mignonette sonrio, intentando ocultar su alivio. – Parate al lado mio y espera ordenes.-
-          Si madam mignonette.- Respondio la jovencita sonriente. Se paro lado de Antonella, y adopto una postura humilde. Antonella siento una gran sastisfaccion solamente por eso, y se concentro de vuelta en su trabajo.


5 comentarios:

  1. muy bueno!!!! Me encanta <3

    Dama

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  2. no pare hasta terminar de leer es muy buena me encanta muchas gracias.

    taby

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  3. Ooooh! Quiero una tercera parte!
    Nono, EXIJO una tercera parte!

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  4. Me encanta!!!! estoy deseando leer la continuación.

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