domingo, 11 de diciembre de 2016

cap 26

El siguiente paso, era el informe. Todas volvieron con sus familiares, los cuales inmediatamente las notaron raras.
 En especial los de jessica.
-          Por que tienes las rodillas tan rojas?
-          No te importa. – Se quejo ella.
-          Estubiste llorando? –
-          Ya… Cintia, dejala tranquila. Seguro a la pobre le dieron un buen castigo. – Dijo su hermana mayor maliciosamente.
-          Tsh….- Se contuvo jessica dándole la espalda.
-          ES verdad? – Pregunto la niña, alzándole la falda. Rapidamente Jessica se tapo. – Basta!! Papa!!! Mirala!!!
-          Cintia, no hagas eso!!
-          Señor y señora Cintio, queremos darle el informe de su hija.
Ambos escucharon muy seriamente el comportamiento de su hija, mientras Jessica esquivaba la mirada, sintiéndose totalmente impotente y humillada.
-          Te lo dije, le dieron un buen castigo…- Corrigio maliciosamente Diana.
-          Estas bien? – Pregunto su hermana menor maliciosamente. Jessica no se animo a responder. Luego de algunos regaños y amenazas, se sacaron todos la foto familiar, con una Jessica de rodillas rojas y seño fruncido. Luego de eso, Jessica desapareció.
El segundo informe fue el de Rhonda. Al no haber familiar, el informe se lo dieron al asistente.
-          Vas mejor de lo que imaginaba. – Dijo el, asombrándose ante los ojos de rhonda.
La siguiente fue Alice, nuevamente demostrando ser la hija perfecta.
Luego de ella, fue el turno de Mariela. Sus padres se maravillaron al ver como su hija había avanzado. Saint Francis era conocido por ser un instituto muy exigente. Luego de eso, salieron los 4 en la foto familiar junto a las madres, con Mariela roja como un tomate por ser captada en ese vestido.
Finalmente fue el turno de las gemelas, quienes andaban cabisbajas y deprimidas. Sus padres no entendían bien por que. Ambas no se animaban a sobarse sus adoloridas colitas, entre tanta gente y tantos chicos. El castigo de la directora, las hizo sentirse muy tontas y se sentían avergonzadas.
-          Señora y señor Hastur. Queremos darles el informe de sus hijas. –
-          Diganos. ¿Cómo se portaron nuestras pequeñas?
Ambas quedaron cabisbajas mientras les informaban de su mal comportamiento.
-          Es eso cierto niñas? Protesto el padre.
-          Lo sentimos…- Dijeron ambas al unisono
-          En verdad estudiamos mucho!! – Protesto Amy.
-          Por lo visto no lo suficiente. – Se quejo la madre, muy molesta.
-          No se preocupen. Ambas recibieron un buen castigo. ¿No es asi niñas?
Ellas asintieron con la cabeza y finalmente se formaron los 6 para su foto familiar. Era una cámara antigua, y se demoraba mucho en sacar la foto. Tubieron que estar mucho tiempo quietas, mientras sus adoloridas y recién nalgueadas colitas punzaban. No tuvieron la oportunidad de sobarse desde que salieron al campus, y lo peor de todo, los guantecitos de seda no servían para calmar el dolor. Quiza por eso, ambas se sobaron al mismo tiempo y en ese preciso momento, tomaron la foto familiar.
No faltaba mucho, para el ultimo discurso. Las gemelas, caminaban ambas de la mano, tristes y agotadas.
-          No se vale… ya nos habían castigado en el momento. ¿Y ahora doble castigo?
-          Fue horrible…- Se quejo Annie. Y de repente escucharon murmullos.
-          Ummm si… besame aquí. No boludo, no me toques el culo que me duele. –
-          Quien será…- Susurro Amy.
-          Cierto, es Jessica. Bueno… al menos alguien si la paso bien hoy. Espero que se apure antes de que sea el discurso.- Contesto Annie.
-          Por las dudas le tiramos una piedrita y corremos. – Bromeo Amy.
El ultimo discurso, hablo sobre valores acerca de la disciplina y la corrección. Las chicas recién castigadas lo escuchaban junto a sus padres, algunas aun eran regañadas durante el discurso.
Finalmente, luego de abrazos, besos, despedidas y algunas burlas los familiares se fueron.
Apenas termino el festival, todas las chicas volvieron a sus habitaciones. Las Madres, ayudaron a todas a quitarse los incomodos vestidos. Ya en ropa interior, la mayoría volvió a sus camisones. Fue un dia agotador.
-          Chicas… quiero decirles que mas halla de lo que opino la directora se portaron de maravilla hoy. – Dijo Ortiz.
-          Gracias…- Respondieron todas, algunas acostadas, haciendo sin querer la reverencia con sus camisones.
-          Y estamos muy orgullosas de ustedes. El próximo mes, le demostraremos lo bien que le va al 5-c – Dijo Stella. Y finalmente les dieron tranquilidad.
Ortiz, vio asombrada a su compañera, mientras se retiraban, y al fin termino el Domingo de Gala.


sábado, 10 de diciembre de 2016

cap 25


Mientras las Madres se iban a la oficina, solo se escuchaban latidos de corazón. Annie y Amy de vez en cuando se limpiaban las lagrimas, mientras sentían el sudor recorrer su cuerpo por el incomodo vestidito. Finalmente ambas monjas llegaron, con dos sillas, y 2 bandejas. Y maíz.
La directora Stanford, había leído el minucioso informe de cada castigo y cada elección. De ahí era fácil concluir que castigo odiaba mas cada pupila. Obviamente el que menos elegian. Rhonda y Jessica solo elegian castigos corporales. En cambio a las gemelas, era un poco confuso. A veces elegian nalgadas, a veces rincón, y no mostraban una preferencia por ninguno. Ortiz remarco su comportamiento infantil, lo difícil que era para ambas permanecer en el rincón quietas, y lo sensibles que eran sus colas. La directora, rápidamente reconocio que para dos chicas de su edad, tenían apariencia de niñas y esto seguramente generaba burlas de sus compañeras. Basandose en los informes, la directora eligio un castigo para cada una de las pupilas.
Primero, a Rhonda, la llevo hasta la pared mas alejada de la habitacion. La bandeja la lleno de Maiz, y la obligo a arrodillarse en el. El maíz se incrustaba en las rodillas de Rhonda, mientras ella tomaba sus brazos, obligándola a poner las manos en su cabeza. Tomo una moneda, y moviendo su cabeza, la obligo a poner la nariz contra la moneda.
- Se cae la moneda y te quedas mas tiempo. Piensa en todo lo que hiciste. –
Palabras crueles, sin duda, para una persona que ha hecho tantas cosas.
Luego fue el turno de Jessica, quien nerviosa esperaba.
- A ti que te gusta tanto jugar a rebelarte, vamos a darte un castigo ejemplar.
Nuevamente, lleno la bandeja de maíz, obligándola a arrodillarse.
- Estira tus brazos. – Le ordeno. Jessica no se animo a desafiar a la voz autoritaria. Ella puso una biblia en cada una de sus manos y otra en su cabeza. Luego le dio ordenes precisas a Ortiz.
Alzo su vestido, exhibiendo su trasero y la dejo ahí posicionada, viendo al pasillo, donde estaban las otras 4 chicas. La situación era totalmente humillante para ella. Pero la directora daba tanto miedo como para que jessica lo soporte sin chistar.
- Ortiz, tu te encargaras de ella. Debera rezar 20 padres nuestros como penitencia. Si baja los brazos, dale un fuerte azote con la vara y hazla contar de vuelta, si se cae una biblia también. Y asegúrate de que agradesca cada azote. Jessica, cuando te corrijan diras “Gracias por corregirme Madre Ortiz” y comenzaras de cero. ¿Supongo que podras con solo 20 padres nuestros no es asi?
- S-Si… Ahh…
- Entonces empieza. Madre Ortiz, si no agradece su disciplina, la azotas de vuelta.
Jessica comenzó a rezar con dificultad. Pero el Maiz dolia como el demonio, mantener el equilibrio era dificilísimo, y sus brazos ya comenzaban a doler. No alcanzo a rezar el primer padre nuestro que sintió el primer doloroso azote.
-          Ayyy
-          Esas manos mas levantadas.
Jessica se tambaleo, y cuando iba a comenzar a rezar, sintió otro doloroso azote.
-          Y debes dar las gracias!!!
Jessica rápidamente se enfureció, pero conteniéndose respondió: Gracias por corregirme Madre Ortiz – Y continuo rezando.
Por ultimo, era el turno de las gemelas quienes temblaban de miedo. Stella y Stanford se sentaron en las sillas.
Stanford tubo muy en cuenta el historial de ambas. Mas que nada, el hecho de que tendían a hacer una lo que hace la otra. Y que al estar acostumbradas a ser castigadas juntas, podían resistir mas castigo.
-          Se bajan esos calzoncitos hasta la rodilla ya mismo!!
-          S-Si!!- Exclamaron ambas y temerosas lo hicieron.
-          Asi que andan desobedientes, flojas, caprichosas… se nota que aun son dos niñitas.
Naturalmente esto molesto a ambas, mientras Alice y Jessica intentaban disimular la gracia que les dio.
-          Por eso, van a ser castigadas como lo que son. Aun no son señoritas como para que se las pueda tratar como tales. Les vamos a dar unas buenas nalgadas como las niñas pequeñas que son y luego de eso se van al rincón. ¡¡Ahora se recuestan sobre nuestras piernas ya!! – Las regaño Stanford, igual que a unas niñas.
Avergonzadas ambas terminaron en las piernas de la directora de y de madre Ortiz. Ambas las dirigieron para que terminen, cara con cara, con algo de espacio para que no choquen sin querer. Eran tan pequeñas, que a duras penas alcanzaban a tocar el piso en puntas de pie. Si su cuerpo estaba demasiado inclinado hacia algún lado, pues sencillamente el otro ya no alcanzaba el piso.
Mariela, mientras observaba toda la situación, sentía una dolorosa excitación. Por dolorosa, me refiero al hecho de la culpa que le daba sentirse asi al ver a sus compañeras en esa situación.
Inmediatamente levantaron el vestido y la crinolina de las chicas, exhibiendo sus pequeños traseros, rojos por los azotes de la vara. Mariela sentía que se iba a desmayar al verlas.
“Es verdad… son muy pequeños. “ Penso la directora, al verle la cola a Annie, a quien tenia recostada en su regazo. Annie dio sus manos a Amy para que la contenga, y rápidamente comenzó la nalgueada. Las pobres chicas lloraron como bebes frente a sus dos compañeras, mientras las otras pupilas soportaban sus tediosos castigos también.
Fue una rápida y dolorosa nalgueada que dejo a ambas sollozando.
-          Ahora se paran y se van cada una a su rincón. Se quedan quietitas, con las manitos entrelazadas adelante, y su nariz entre las dos paredes. Bien derechitas. Veo que una sola se mueve, y vuelvo a nalguearlas. Y sin sobarse!- Ordeno.
Ambas chicas obedecieron, y con sus calzones en las rodillas, caminaron como pingüinos hasta el rincón.
Al principio, lloraron tranquilas, pero apenas se tranquilizaron, el aburrido rincón se volvió tedioso para ambas. Habia sido un dia demasiado extenuante para que Annie no se quede dormida y Amy rápidamente comenzó a sentirse inquieta.
-          Niñas, de vuelta, vengan aquí.
-          De vuelta???
-          Si!! Ya demostraron que son niñas que no pueden quedarse quietas en el rincón. Ahora no demuestren que no pueden obedecer cuando saben que se ganaron otro castigo. Vuelvan ya.
Resignadas, adoloridas y llorosas volvieron a su posición, para otra dolorosa nalgueada.
-          Fuiste tu?
-          Nooo… AYYYY…. -

El castigo, fue terrible para las 4. Jessica habrá rezado como 100 padres nuestros hasta que su castigo termino. Y las gemelas fueron 2 veces mas al rincón. Si una de las dos se movia y no se mantenía en perfecta posición, ambas eran castigadas de vuelta. Era una nalgueada rápida y dolorosa, a mano, de unos 50 azotes. Lo peor era la frustración y humillación de demostrarles que no podían cumplir un castigo ordenado. Cuando Rhonda volvió del rincón, también lloraba.
Finalmente había 2 chicas sollozando desconsoladamente, y 2 lagrimeando cuando la directora se fue.
-          Ya casi termina el dia chicas. – Dijo Ortiz, al ver como la mitad de su habitación había sido castigada.
-          Niñas, súbanse los calzones. Ahora hay que darle el informe a sus padres. – Ordeno Stella. Pero sintió empatía a ver las pobres chicas.
-          Vamos al baño… asi se arreglan y se lavan la cara. –

Las llevo ahí donde todas intentaron arreglarse. Fue difícil para las gemelas dejar de llorar. Finalmente, les dieron a ambas un vaso de agua para que se tranquilicen. Esperaron unos minutos para que las 6 se tranquilizen, antes de que las lleven para que le entreguen el informe a sus padres y la foto mensual.

jueves, 8 de diciembre de 2016

cap 24


El segundo discurso hablo sobre el esfuerzo y la dedicación. Y luego de eso los grupos comenzaron a ser citados para la supervisión mensual de la directora. Rapidamente la tensión volvió a invadir el ambiente, el cual se lleno de angelitas nerviosas y asustadas. Cada grupo se demoraba bastante, y cuando volvian era fácil darse cuenta cual había sido castigada. Al menos para las demás pupilas. Esto hacia que quienes esperaban su turno se pongan mas nerviosas aun. Finalmente, fue el turno de las chicas, y ambas Madres juntaron a todas.
- Recuerdan su reverencia? –
- Si.- Dijeron todas muertas de miedo y la hicieron.
- Cuando lleguemos a la habitacion, se quedan todas derechitas, con sus manos entrelazadas atrás. Vamos. –
Fueron a la habitacion de ellas, y en unos segundos, ya estaba ahí la Directora Stanford.
Ya en sus 50, alta, canosa, con el pelo atado en un rodete, de figura autoritaria, llevaba una falda tubo y una chaqueta.
- Niñas saluden.
- Buenas tardes, Directora. – Saludaron las 6 con una reverencia y volvieron a la posición. Las gemelas y Mariela sentían su corazón a punto de reventar su pecho.
La directora Stanford sonrio al ver a las 6 nuevas inscriptas, atemorizadas. Las vio de arriba abajo, inspeccionando cualquier posible falla en el uniforme. Pero no encontró ninguna.
- Ellas son las nuevas internadas?
- Si Directora. – Dijo Ortiz.
- Les deseo mucha suerte señoritas.
Todas sonrieron al escuchar eso y la directora continuo:
- La van a necesitar. Pero no crean que con solo suerte van a poder triunfar aquí. Se necesita esfuerzo, y por sobre todo, DISCIPLINA. – Exclamo al final, deleitándose con su gesto de terror.
- Aunque debo reconocer que se ven impecables, y muy bien educaditas.
- Gracias Directora. – Dijo Alice e hizo una reverencia. Las otras 5 sencillamente se lo olvidaron.
- Madre Ortiz, Madre Stella. 20 azotes para cada una que no hizo la reverencia. –
- Chicas, a posición de castigo.
Sorprendidas, todas adoptaron su posición, y mientras la directora revisaba la limpieza de la habitacion, las 5 saltaban al ritmo de los azotes. Incomodas, pero procurando verse bien, volvieron las 5 a la fila.
- Azotenlas bien. – Ordeno la directora.  Y las Madres intentaron azotarlas mas fuertes. Para cuando termino, las gemelas ya estaban lagrimeando.
- La habitacion esta muy limpia. Felicitaciones. –
- Gracias Directora. – Dijeron las 6, esta vez haciendo la reverencia.
- ¿Pero tengo entendido que han tenido muchos problemas con la higiene no es asi? Muestreme el informe Madre Ortiz.
Muertas de miedo, observaron como la directora revisaba el informe de castigos.
- Mmmmm… Ya veo…- Decia de vez en cuando. Y aquí es donde entra en juego la cuestión psicológica y el teatro. La directora ya había recibido el informe de todas las alumnas el sábado. El cual incluia castigos, razón y elección de cada una, Detalles o características de su personalidad que las madres hallan notado, sumado a sus notas e historial previo. Sin embargo, la Directora amaba esas caras de terror. Justificaba su placer diciendo que el miedo al castigo era un factor primordial dentro de la disciplina. Pero para sus pupilas, ella debía encerrar ese misterio, de como ella parecía siempre estar un paso adelante.
Las chicas cabisbajas, sabían que habían sido castigadas 3 semanas debido a la mala higiene de la habitacion.
- Ya veo. Madre Ortiz, Madre Stella. Otro castigo para ellas. 40 azotes creo que estarán bien. –
- 40?! – Se alarmo Mariela.
- Y 40 mas para la niñita irrespetuosa. Rapido que no hay tiempo.
Nuevamente, los azotes cayeron velozmente. Hasta Jessica y Rhonda se mostraban adoloridas. Ortiz intento nalguear a las gemelas mas despacio, pero la directora rápidamente la corrigio, y ambas terminaron con sus colas bien rojas. Alice comenzó a lagrimear, pero intento mostrarse fuerte. Las gemelas ya estaban llorando, junto a Mariela quien lloraba levemente.
- No ensucien sus guantes. – Ordeno la directora, al ver a Annie limpiar sus lagrimas. – Se que duele, pero su comportamiento debe ser blanco e impecable como el vestidito que llevan. Deben tenerlo bien en mente. Madre Ortiz, Madre Stella, por favor denme el promedio de cada alumna y un informe de su comportamiento.
- Alice Kant. Promedio 9. –
- Felicitaciones Kant. –
- Gracias Directora. – Agradecio Alice, adolorida.
- Su comportamiento ha sido impecable. – Aclaro Stella. – Tanto en higiene, como uniforme y obediencia. Pocas veces ha manifestado signos de rebeldía.
- Continua asi Kant. – repitió la Directora.
- Mariela Gomez. – continuo Ortiz. – Promedio 7. –
Mariela suspiro aliviada. La directora no dijo nada.
- Tiende a ser muy distraída. Ha sido castigada frecuentemente por mal uso del uniforme.
- Esperemos que corrijas pronto eso. ¿Esta claro?
- S-Si Directora. – Respondio Mariela preocupada.
- Annie Hastur.
Annie sintió su corazón a punto de reventar su pecho.
- Promedio 6.-
- Noooo…. ¿Seis? Luego de todo lo que.
- Silencio señorita!- Ordeno la directora. – Continue. –
- Ha tenido problemas para entregar sus tareas. Es bastante floja. Ha sido descubierta espiando en nuestras oficinas.
- Es eso cierto Señorita Hastur? – Pregunto.
- L-Lo sientooooo… No lo volvemos a hacer, y ya nos castigaron.
- Le pregunte si eso es cierto. Y Mireme a los ojos cuando hablo.
Annie se limpio sus lagrimas y la miro a los ojos. Temblorosa dijo: Si, es cierto.
- Siguiente alumna. –
- Amy Hastur. Promedio 6.
“Mierda…” Penso Amy.
- Es muy impulsiva y desobediente. Tambien tiene problemas para entregar sus tareas.
- Puedo darme cuenta por su nota. Ya me encargare de ambas.-
Annie y Amy bajaron su cabeza sabiendo que les esperaba un castigo.
- Rhonda Lynd. Promedio…… 4. –
- Ya veo…- Dijo la directora, observando a la famosa Hija de Arturo Lynd. La chica parecía no mostrar ninguna emoción.
- Fuera de sus estudios, ha sido obediente y ha mantenido el orden tanto en su higiene como en su uniforme. Su único problema es que muchas veces no ha comido y ha vuelto tarde. –
- Siguiente. –
- La ultima es Jessica Cintio. Promedio 5. Constantes actos de rebeldía e impulsividad. Mala higiene, desorden y mal uso del uniforme. -
Jessica desvio la mirada preocupada.

- Muy bien. Dedicare este tiempo a castigarlas y luego procederé con el próximo grupo. –

miércoles, 7 de diciembre de 2016

cap 23

- Asi que ahí estas. Te estuve buscando. – Dijo un hombre, canoso, en traje negro.
Rhonda se sintió intimidada y avergonzada de ser vista en esa situación. Salio de su pequeño mundo blanco y rosa, y volvió a ser la chica que era siempre.
- ¿Qué queres?
- Tu padre me envio, para ver como estas. Y por lo visto estas bien. Debo quedarme hasta que me den el informe de tu comportamiento. – Menciono el hombre de traje.
- Bueno, informale de mi parte que ni piense que voy a estar encerrada aquí mucho tiempo. –
- Segura? – Dijo el. – No creas que este lugar es una prisión… Pero el uniforme de Saint Francis es muy bien conocido en la zona. ¿Pensas escapar? Terminarias en el purgatorio. –
“Sabe del purgatorio…. Leyo las reglas…” Penso.
- Si, me informe. Tambien se que se te exige un comportamiento impecable, y que por eso no me estas intentando golpear.
- Las veces que lo hice fueron justificadas Damian. – Se quejo.
- Si tu crees que se justifica golpear a alguien que le ordenaron averiguar sobre ti…-
- No voy a dejar que me abandone en este basural!!
- Ay nena!!- Dijo y le tomo los hombros. – Deja de intentar revelarte al mundo.
- Sueltame o llamo a las monjas!!-
El la solto y continuo: Sabes lo que costo inscribirte aquí?
- Si, lo se. Son todas niñas mimadas. Me di cuenta el primer dia.
- Pues si tienes en cuenta lo que le paso a tus compañeros, tu también eres una niña mimada.
- Que te….!?- Protesto Rhonda. Pero enseguida se contuvo. El hombre se sento en uno de los asientos.
- Tu padre decidio que te quedes aquí. No va a cambiar de opinión. Si intentas escapar, cuando te atrapen volveras aquí. Deberias resignarte.
- Ya… me resigne. Solo que no me sale hacerlo…- Suspiro cabisbaja. Vio sus gigantescos moños al hacerlo. “Asi se sentían las niñas…?” Penso. Sintio sus ojos llenarse de lagrimas frente a esa infancia que nunca tuvo.
- Aquí te darán la educación que nunca tuviste. Y finalmente dejaras las drogas. Te endereceras. Se que las medidas son extremas pero se que lograran enderezarte. -
- Callate!- Protesto, y se tapo la boca.
- Sabes… que podría contarle a las monjas de tu desubicación.
- N-No se lo cuentes… Lo siento.
- Aprende a valorar lo que tienes. Es algo que te va a servir toda tu vida…. Ahora tienes el Saint Francis. Valoralo por ti, no por tu padre. – Dijo.
Rhonda comenzó a lagrimear un poco, se lo limpio con sus guantecitos sin preocuparse de que se manchen. El hombre la vio, pero no le dijo nada. Solo espero.
Mariela por su parte, se había alejado de sus sofocadores padres. Pero tenia alguien peor, su hermano.
- Ayyyyyyyyyyy!!!- Se quejaba, mientras el no dejaba de apretarle los cachetes apenas se distraía. – Ya déjame!!!- Protestaba pegándole.
- No puedo evitarlo. Te ves tan tierna hermanita…- Bromeo. Roja como un tomate, bajo su cabeza. El la abrazo y dijo: No te deprimas. No creas que a mi me va mejor en el colegio militar.
- Como saberlo… al menos no te visten como niña.
- Que exagerada. Ni que fuera tan malo. Aparte sabes? Por alguna razón te veo mas contenta que las veces que me dejaban ir a tu casa.-
Mariela se encogio de brazos y luego vio a las gemelas.
- Mira, alla están las gemelas. – Dijo, sonriendo.
- Son tus amigas no?
- Mis amigas…..
- Si, por algo sonreís.
Ambas estaban aburridas y apenas la vieron a Mariela, se acercaron corriendo a verla.
- Marie aca estas!!!- Dijo Amy.
- Te estábamos buscando. Estamos aburridas. – Dijo Annie, y luego se dio cuenta de que su hermana no lo dijo al mismo tiempo que ella. Y rápidamente se dio cuenta por que.
El hermano de Mariela, era alto, de tez blanca, de pelo negro y ojos como los de su hermana. Tambien llevaba anteojos. Amy, al verlo, sintió una fuerte sensación que fácilmente se confunde con el amor.
- Hooooola…. Es tu hermano? Holaaaa, soy Amy …
- Como te llaaaaaamas???- Pregunto Annie entusiasmada.
“Mierda…” Protesto Amy. A su hermana siempre le gustan los mismos que a ella.
- Soy Robert. Y ustedes supongo que son Annie y Amy hastur no es asi?
- Wooooow, Como supiste? -
- Esta escrito en nuestra ropa… Tontas…- Se quejo Mariela señalando su nombre en su vestido.
- Jajajaja… es cierto…- Se sonrojaron las dos.
Mariela odiaba cuando las chicas se comportaban asi con su hermano. No creo que las gemelas fueran de ese tipo de chicas. Ambas comenzaron a comportarse muy servicialmente con el hasta el punto de volverse un poco sofocantes. Cada cosa que el decia la festejaban de forma obvia, o riéndose, o asombrándose, de lo que sea.
Mariela, molesta, se quejo.
- Perdonalas… son muy hiperactivas. Pero son muy simpáticas.
- Si, son dos nenitas re tiernas. – Dijo el.
- Nenitas?!Tenemos 15 años!!- Protesto Amy. Y luego se dio cuenta de que Annie estaba abrazando el brazo de Robert.
- Soy una nenita re tierna? En serio. Awww, gracias. Si queres puedo ser tu hermanita menor… Siempre quize un hermano mayor.- Insistio Annie.
Mariela se dio un facepalm y Amy protesto – ANNIE!!!!
- Que!!! En serio quiero un hermano mayor… Aparte si estamos aca y ya piensa que somos nenitas…. –
- Jajajaja…Esta bien, podes ser mi hermanita menor. Pero en juego eh?
- Wiiiii, yo también!!!???- Insistio Amy dándose cuenta que estando en el saint francis nunca podrían ser algo mas que una hermana menor. De todas formas, hermana menor es lo máximo que han sido de un chico hasta ahora. Y eso incluyendo a Robert.
- Jajaja, tu también. Tengo hermanas gemelas. – Bromeo.
- Puedo sentarme en tus piernas hermanito? – Insistio Amy. Annie la vio con cara de bronca, mientras ella le encajaba la crinolina a Robert, intentando sentarse en sus piernas. Repentinamente ambas gritaron luego de un doloroso tiron de orejas.
- Niñas… Espero que recuerden bien, que sucederá si cometen un comportamiento impropio. ¿No es asi?
- S-Si Madre Stella. – Respondieron preocupadas ambas, esta vez si al unisono.
- Pronto será el discurso, y la entrega de notas. Vuelvan con sus padres.
- S-Si!!!- respondieron, y se fueron corriendo con ellos.
- Y no corran!!- Les grito mientras se alejaban.
Mientras Mariela se agarraba su cabeza, Robert se reia.
- Es verdad son muy graciosas. Me recuerdan a ti cuando eras una niña.
- Por que?
- Tambien eras hiperactiva, cariñosa y habladora. Y usabas calzones semanales como ellas. Que gracioso que sigan usándolos. ¿En verdad tienen 15?
Roja como un tomate Mariela respondio:
- S-Si…. Son de mi clase… P-Pero… cuando…-
Mariela estaba punto de preguntar cuando se los vio, pero luego pensó que la pregunta era muy tonta.
Mientras tanto Jessica era invadida por las preguntas de su molesta hermanita menor, Cintia. -
- Es verdad que tienen una maquina de nalgadas?
- No.
- Es verdad que te sientan en una estufa?
- No.
- Es verdad que tenes que pedir permiso para comer?
- No!!
- Wow, en verdad has cambiado. – Dijo su hermana mayor, Diana. – Ya no hablas con insultos, y hasta soportas las preguntas de Cinty.
- Conosco… dos que son mas insoportables. – Bromeo Jessica.
- Ay hermanita, y vas a ir a la universidad católica. Hasta me das envidia. – Dijo con cierta malicia.
- Me estas????- Protesto Jessica. Pero inmediatamente se contuvo. Su hermana sentía bronca de que hallan gastado tal fortuna, solo para evitar que una mocosa estupida no “se desvie por el mal camino”. El simple hecho de tener garantizado el ingreso a la universidad católica haría que en un futuro tenga mas prestigio que ella. Jessica sabia eso, y se mentalizo apenas ingreso. Cuando vio una de sus compañeras acercarse, inmediatamente fue para intentar huir de sus hermanas.
- Alice, aquí estas! –

- Hola Jessica. Te presento a mi amigo, Carl.

martes, 6 de diciembre de 2016

cap 22


Finalmente volvieron las Madres.
-          Ya es hora, tomen sus rosarios, y llévenlos siempre en sus manos, asi. – explico Ortiz, y puso sus manos en posición de rezo. Las chicas la obedecieron.
-          Muy bien, vayamos. – Explico. Stella la interrumpió.
En un principio, marcharon silenciosamente. Pero apenas vieron que todo el internado estaba lleno de “Angelitas” comenzaron a relajarse mas. En especial las gemelas que el vestido le quedaba a la perfeccion debido a sus cuerpitos. Acostumbradas a ser las niñas mimadas de la casa y a andar en vestidos (por que vestidos de chicas de su edad sencillamente no les quedaban) ya no sentían vergüenza y se comportaban normalmente. Cosa especialmente molestaba a Alice y Jessica, pero hacia morirse de ternura a Mariela. Amy comenzó con su comportamiento hiperactivo, y junto a su crinolina y sus saltitos, mostraba sus calzones constantemente. Pronto, Amy y annie, comenzaron con sus quejas. Ellas solian caminar siempre una al lado de la otra, pero cada dos por 3 chocaban. Sus crinolinas hacían que chocaran constantemente. Ademas de eso, sus listones y olanes en los hombros hacían que la visión de los costados este reducida.
-          Chicas. Portense bien. La próxima que hable ahora, se queda sin liston. –
Finalmente el largo grupo de angelitas, se encontraba ingresando a la enorme iglesia que se encontraba exactamente detrás del internado. Nunca la habían visitado antes. Como les ordenaron caminaron en posición, mientras el grupo de padres intentaba verlas. Finalmente, fueron a misa donde el grupo de alumnas se sento en un lado, y el de padres en el otro. Cada grupo rodeado por ambas Dorm Mom. El padre dio sus sermones, mientras todas se ponían de pie, se sentaban, o arrodillaban. Si bien, arrodillarse les traia recuerdos poco gratos, sentadas no les iba mejor. No por sus nalgas esta vez, con la crinolina era difícil sentarse y pararse, y bastante incomodo.
Finalmente, se separaron y las chicas se reunieron con sus familiares antes del primer discurso de la directora.
Al fin, el momento vergonzoso llego. Jessica se mostraba roja como un tomate mientras sus padres la abrazaban y sus hermanas no dejaban de reírse.
-          Hija… querida, te extrañamos tanto!!! – Dijo su padre.
-          Espero que te hayas portado bien. – Pregunto su padre, aun llevando su uniforme militar.
-          Si papa, me porte bien…- Protesto molesta. Las madres estaban cerca, y sabia que mandarlos a la mierda, no valdría la pena. Stella esta muy decidida.
Los padres de Mariela eran de una clase media alta y por eso les salió muy caro inscribir a su hija en el saint francis. Esta en realidad parecía ser la única alternativa y ellos lo daban todo por sus hijos. Junto a ellos, se encontraba su hermano mayor, Robert, de 20 años, aun en uniforme militar.
-          Nena estas bien, me preocupe tanto.
-          Si, estoy bien pami.
-          Te vas tan linda asi… que alegría que te estén cuidando.
-          ….Gracias Mami…- Contesto sonrojada, mientras ambos la abrazaban.
Por su parte, apenas Annie vio a su papa, tomo carrera y corrió hacia el enloquecida.
-          Papiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ¡!! – Exclamo, y salto subiéndose a su espalda. Amy se rio, Annie continua saludando asi a su papa aunque ya tenga 15 años. Luego de besos, mimos y “Que linda te ves” la devolvieron a su lugar. Y fue el turno de Amy.
Al ver a sus padres, Alice los saludo cordialmente, y hasta hizo reverencia. Una forma de mostrarles lo enojada que estaba. Pero al ver al famoso carl, de 18 años, la cara de Alice se puso roja como un tomate.
-          Nunca crei verte asi en mi vida. – Bromeo.
-          Yo tampoco… como estas carl? Tenemos mucho de que hablar…
Ustedes capaz se pregunten ¡Y rhonda? Bueno, Rhonda sabia que su padre nunca vendría a buscarla.
En unos segundos, fue el turno del discurso de la Directora. Familiares y alumnas fueron juntos a escucharlos.
El primer discurso se dirigía en un principio a las nuevas inscriptas. Informaba a las padres que gracias al Saint Francis ahora ellas eran unas angelitas como podían apreciar. Que el camino seria largo, y seria un enorme esfuerzo. Pero que podían dar por asegurado que se convertirían en niñas de bien. Los padres en si, confirmaron que sus hijas ahora eran angelitas. Esos modales tan toscos que tenian, esas faltas de respeto que cometían, todas esas atrocidades rápidamente habían desaparecido. En cambio, se veian dulces, obedientes, tiernas y angelicales. Las hijas que todo padre podría querer. El enorme gasto invertido dio sus frutos en solo un mes. Finalmente, luego del primer discurso, la Kermes comenzó. Bebidas, platillos y música sana, para toda la familia. El lugar estaba lleno de niños correteando por todos lados. Aunque el instituto solo aceptaba señoritas de 15 años para arriba, esas señoritas tenian hermanitos menores, y eran invitados. Habia un gran bullicio en donde las únicas angelitas, que parecían resaltar entre la multitud, eras las alumnas de Saint Francis. Todas se veian especialmente serviciales y ningún padre suponía que la razón era el miedo a perder sus listones.
Las alumnas, por su parte, y en esto es algo general se deleitaban al ver hombres luego de un mes. Ni siquiera eran guapos, pero a ellas no les importaba. Eran hombres. El campus se había convertido en un caldo hormonal de chicas que nunca podían salir frente a los pocos hombres que estaban. Sean hermanos o amigos de alguien, toda chica rápidamente se “enamoraba”. Pero claro, lo frustrante y decepcionante, es que no solo pasarían toda la semana en el purgatorio en caso de ser descubiertas haciendo algo impropio. Era difícil verse atractivas viéndose asi, frente a chicos de su edad que naturalmente buscaban una chica mucho mas sexy. Solo podían comportarse serviciales, pero hasta un gesto tonto como agacharse para que vean su trasero, se veía frustrado por el vergonzoso calzon del uniforme.
Al fin, todas pudieron relajarse un poco, pasarían varias horas hasta el próximo discurso de la Directora, la entrega de notas, y el discurso final. Mariela, se alejo un poco de sus padres, y vio como las gemelas sonreían de oreja a oreja sentadas en las piernas de sus papas. Parecian haberse olvidado de la bronca de haber sido dejadas aca. A veces les daba envidia, ser como ellas, sin ningún tipo de preocupaciones.
Alice, por su parte se alejo de sus padres y comenzó a hablar con carl.
-          Toma, aquí tienes. Meterlo no me costo nada. – Dijo el, dándole una petaca y 5 porros.
-          ¡Me queres decir que haces con eso aca? Escondelo por dios…–
-          Te has vuelto muy religiosa desde que viniste aca. – Bromeo.
Alice suspiro, y burlándose de si misma, movio sus hombros como si fueran alas.
-          Te vuelven loca no es asi?
-          ES… Horrible…
-          No creas que te ha ido peor que a los demás. Los fui a visitar una vez. Alla nunca hubiera podido pasar tan fácilmente.
-          Si… Si, ya lo se. Mi padre, el gran político me salvo la vida. Y ahora tengo garantizado un futuro excitoso… lleno de controles. Pero ya no quiero quejarme. ¡Te fijaste?
-          Si, El predio esta rodeado de rejas. De lado a lado. Las rejas son amplias pero tienen una larga enredadera. Podes meterte dentro de la enredadera y del lado de afuera no hay seguridad. Es un internado, no una cárcel.
-          Pff… Se nota que no lo conoces.
-          Jajaja… claro…- Dijo Palmeandole la cabeza.
-          Que te pasa?
-          Perdon… Nunca crei que pudieras verte tan tierna.
-          Yo tampoco. Cortala con eso. Mira. ¿Ves esa chica de alla? – Dijo señalándola a Jessica quien continuaba con su familia.
-          Esa? La gordita. Bueno… tiene unas buenas tetas eh…
-          No es gordita creeme. La he visto semi desnuda. Solo son estos vestidos de mierda…. Espera, me veo gorda?
-          No, no te ves gorda. ¿Que pasa con ella? – Pregunto, un poco excitado luego de imaginarse pupilas semi desnudas.
-          Quiero que te la chapes.
-          Eh? Aca? Tan asi nomas.
-          Ufff… no te va a costar nada, creeme. Recorda lo que arreglamos. Espero que ya no te lo hayas gastado y lo estes usando bien.
-          No, no me lo gaste.- Se quejo el. La vio y penso: “Nunca pensé que estaría con una chica asi… Quien sabe que planeara .”
-          Solo esperame.- Dijo y diviso a las gemelas.
Se acerco fingiendo ser amigable.
-          Hola chicas!!!
Luego de leer el historial ambas desconfiaban, pero era su compañera de cuarto y debían llevarse bien.
-          Hola Alice!!
-          Escuchen, tengo un juego re divertido para ustedes.
Mala idea, ambas pusieron cara de culo y protestaron al unisono: No somos bebes!!
-          Ok ok, una competencia? O un favor.
-          Un favor. – Dijo Amy.
-          Esta bien. ¿ Conocen un lugar, cerca de las rejas, desde donde nadie pueda verte? Ustedes son tan curiosas y siempre recorren todo. Capaz sepan.
-          Ummmm--- PEnso Annie poniéndose una mano en el mentón. – Capaz el escondite de Rhonda. Pero Rhonda se enojaría si la descubren ahí.
-          ¿Quién quiere esconderse? Alguien de aca?
Alice pensó, hasta que Amy dijo:
-          Por que… Si es una chica de aca, debe tener cuidado donde se esconda. Recuerda que si nos manchamos nuestros vestidos.
“Es verdad… Es astuta” Penso Alice.

-          Si es asi, creo que conozco un lugar. – contesto Annie. Le dio instrucciones a Alice y alice se mostro muy agradecida. Luego de eso, ambas se sonrieron mientras Alice se alejaba.

domingo, 4 de diciembre de 2016

cap 21 y uniforme de gala

El domingo de gala finalmente había llegado. Un domingo en el que todas fueron despertadas a las 5 am, como toda la semana. Al menos el sábado pudieron descansar todo el dia. No hubo ningún tipo de actividades ya que todo el internado se preparaba para el gran evento.
-          Deja que yo me encargue. – Insistia Ortiz.
-          Se que eres mejor que yo para algunas cosas. Pero ya viste lo que sucedió ayer. – Contesto Stella.
-          Si, lo vi… y lo sentí. Y entendí mejor tu preocupación. Pero solo las alteras mas. Dejame hablar a mi. –
A primera hora, Ortiz se encargo de despertarlas. Y con todas- hasta annie – Despaviladas, comenzó su sermón.
-          Hoy es el tan esperado Domingo de Gala. Nuestros turnos para peluquería y vestuario son tempranos y anexos. Asi que por favor, a las 7 las llevaremos las quiero en fila aquí preparadas- Desyunen, no se bañen y me esperan todas en camisón.
A esa hora, todas se presentaron y Ortiz continuo.
-          Tomen su ropa interior del domingo, y síganme. –
La ropa interior, se la hicieron lavar, planchar y perfumar el dia anterior.
Mientras caminaban, notaron que Ortiz ya estaba ahí … y que iban a las regaderas.
-          Por que vamos a las regaderas?
-          Este no será un baño común.
-          Nos van a bañar?
-          No, para nada. Pero usaran productos especiales. Ahora por favor, procedan a desnudarse y meterse en las regaderas.
Una vez adentro, les dieron varios jabones y shampoos especiales mientras se bañaban. Sumado a una crema, salieron del baño con un suave y característico olor a rosas.
-          Ponganse su ropa interior, y vamos. – Ordeno Stella. Ortiz se enojo, ella intentaba sonar dulce.
Ya en ropa interior, las chicas notaron que guardaban sus camisones en una bolsa.
-          Pregunta, pregunta….- Protesto Alice levantando su mano.  – Se supone que tenemos que caminar semi desnudas? Y adonde?
-          Van a hacerle el corte de cabello reglamentario. – Intento explicar Ortiz con amabilidad.
-          Pero por que desnudas?
-          No están desnudas. – Interrumpio Ortiz. – Tienen su ropa interior. Acaban de limpiarse con esos productos, y no queremos que su higiene se vea afectada por ropa que no tiene la misma limpieza. Ahora caminen, o empiezo a repartir castigos. –
Intimidadas, todas taparon sus partes y caminaron por el pasillo. Se sintieron mas aliviadas al ver que no eran las únicas que pasaban por esa vergüenza. Apenas había chicas en los pasillos. Y las que estaban, o estaban en camisón o en ropa interior.
Finalmente llegaron a peluquería en donde había 3 peluqueras. De a 3, fueron sentadas para sus cortes de cabello. Las peluqueras, tuvieron que realizar un pequeño corte de pelo además de los peinados. Y aunque los peinados no fueran tan elaborados, tenian ordenes , precisas y casi matematicas de cómo debía verse cada alumna. Hasta tenian aclaraciones de la altura que debía tener cada liston con respecto a los hombros u olanes del vestido. Antes las peinaban con los vestidos puestos solo para calcular la distancia con los olanes, pero estos quedaban llenos de pelo. Luego de muchos años de experiencia ya cortaban el pelo asi, automáticamente. Aunque todas trabajaran en sus propios empleos, eran citadas solo para estos cortes de cabello y se les pagaba muy bien. Empezaban por hacer dos coletas altas, un flequillo y dos trenzas en esas coletas. Al final y al principio de cada trenza, les ponían dos gigantes y anchos moños rosas que debían estar en asimetría perfecta. Luego de esto, los almidonaban con la cantidad suficiente para que se vean siempre parados, pero se muevan levemente con el movimiento. El proceso era tan tedioso, que las gemelas, jessica y Mariela se ganaron varios tirones de oreja por impacientes. Finalmente, las 6 salieron de peluquería, sintiendo gigantescos moños rosas al costado de sus ojos y en sus hombros.
Dado que a las 10 era la misa, inmediatamente las llevaron a cambiarse. Esta vez, en los vestidores, además de las modistas, había ayudantes.
-          Escuchenme. Las van a vestir ellas. Sean obedientes y hagan caso. No tenemos mucho tiempo. –
Nerviosas, obedecieron todas, incluso las de carácter mas fuerte.
 Lo primero que hicieron, fueron ponerles sus guillerminas de charol, super brillantes y especialmente lustradas. Luego las calcetas. Los olanes ahora estaban almidonados de antemano, asi que se veian gigantes y llamativos. Chocaban entre ellos con facilidad y se escuchaban crugidos de la tela. Luego de eso, a todas se les puso una crinolina en la cintura, corta como el vestido.
-          Vamos a usar Crinolina???- Protesto Alice. Las modistas continuaron vistiéndolas sin preocuparse por lo que las chicas decían o protestaban.  Eran muy pocas las que estaban contentas con su trabajo, pero no les pagaban una fortuna para que las alumnas estuvieran contentas, solo para que se vean como la Directora quería.

Ya con la crinolina puesta y con muchísimo cuidado de no ensuciarlo, les ponían sus vestidos. Apenas lo tenian puestos, las chicas sentían como los gigantescos olanes se alzaban en sus hombros, hasta la altura de su mentón, haciendo que mirar hacia los costados se vea complicado. Sumado a eso, los enormes listones de sus trenzas.
Luego de abotonar los botones de sus espaldas, escucharon la orden de “Respira hondo”. Al hacerlo, les ajustaron fuertemente el enorme liston rosa en sus cinturas formando un gran moño. Y luego de eso, lo almidonaron para que se vea parado al igual que sus otros listones. Por ultimo, les pusieron unos guantecitos blancos de seda con pequeños olanes rosas. A Mariela le retiraron sus muñequeras, ya que los guantes tapaban sus cicatrices.
Si bien a las chicas no se les permitia usar maquillaje, por esta unicacion se les ponía un poco de rubor en las mejillas para acentuar su inocencia.
Mientras volvían a la habitación, todas se mostraban muy molestas. Pero Ortiz las veía enternecidas.
“Annie y Amy parecen haditas…” Pensaba, mientras veía como los olanes de sus hombros bajaban y su subían en cada uno de sus pasos como si fueran alas.
“Y alice es tan hermosa, que cualquier cosa le queda bien. A Mariela dan ganas de abrazarla!! Hasta Rhonda Y jessica se ven tiernas.”
Una vez en la habitación, las ordenes comenzaron:
-          No se pueden quitar sus guantes. Si la directora las descubre con una sola mancha las va a castigar. Si yo las descubro, les quitare un liston. Deben ser siempre obedientes, no quiero ningún signo de rebeldía. No tengo problemas en hacer que pasen toda la semana en el purgatorio. Hoy deben dar lo mejor de su comportamiento. Descansen y prepárense hasta las 9:30, hora en la que será la misa. Repito, quien no se presente, desobedesca, o intente llamar la atención se les retira un liston. Ahora no hay tiempo para castigarlas, pero en la semana habrá de sobra. ¿quedo todo claro?
-          Si Madre Stella. – Repitieron todas al unisono. Luego de eso, las monjas se fueron.
Hasta la misa, las 6 se mantuvieron en silencio. Si no fuera por las numerosas veces que las modistas las hicieron probarse el vestido, luego de ligeras modificaciones, posiblemente las 6 habrian terminado en el purgatorio. Sin mencionar lo insoportable que anda Stella, ninguna quería provocarla. 
“Que desperdicio de tela…” Pensaba Mariela, mientras veía su vestido.
“Me hace acordar a uno que use en un concurso de belleza a los….8 creo… ¿Asi me va a ver carl?” Continuo quejándose. Luego de eso, observo a las gemelas. Aunque en silencio, se hacían caras y se burlaban una de la otra. “ Para ellas… TODO es un juego” Pensaba.
En cuanto a Jessica, hubo varias revisiones en la semana. La directora estaba obsecionada con que las alumnas se vean como angelitas. Para mantenerlas alejadas de la tentación del pecado, quienes las vean deberían verlas como angelitas. Esto incluia ocultar cualquier índice de su femineidad. Sin embargo, ocultar la femineidad de Jessica era bastante difícil. Al principio, sus senos se marcaban en el vestidito dando una imagen casi pornográfica. Hubo distintas modificaciones, unas hacían que con su voluptuoso trasero paresca que tenga un pañal. Otras la hacían verse muy gorda. Directamente, el vestido caia en línea recta hasta su cintura, creando una bolsa. Intentaron por ende, crear pinzas, y darle un espacio a sus senos. Esto funciono un poco, pero no entro dentro de los conservadores criterios de la Directora. Finalmente optaron por un punto medio, el cual distraía un poco su atención de esas zonas prohibidas.
“Me veo como una estúpida!!!” Protestaba Jessica frustrada. Fue castigada innumerables veces por ese comentario . Pero aun asi, la mortificaba la idea de que sus hermanas la vean vestida de esa forma.
“Con tantos moños paresco un regalo!!!” Protestaba Mariela, quien no dejaba de tener la cara roja desde que se lo pusieron. Nunca fue una niña de vestidos pomposos. Estaba usando una crinolina por primera vez y se sentía como un hula hula. El almidon de sus moños la hacia sentir muy incomoda y llamativa. Sumado a esos gigantescos olanes en sus tobillos que veía cada vez que bajaba la cabeza. Y obvio, las alitas que crujían con cada movimiento.
Mientras tanto, la silenciosa Rhonda, se sentía muy confundida. Obvio, se sentía ridícula, y… rara. Pero el principal pensamiento que sentía era:
“Nunca use algo asi en toda mi vida… me siento tan… rara”

Ella solo había crecido entre harapos. Incluso su padre al reconocerla, solo le dio un poco de mantención, pero no se molesto en comprarle nueva ropa. Por eso fue que no hubo ninguna escena por parte de ella en la semana. Era el tipo de ropa que siempre veía en niñas de su edad usar cuando era pequeña, pero que nunca podía hacerlo. En cierta medida, a pesar de crecer acostumbrada a colores grizes y oscuros, sentía envidia de las otras. Ya de grande naturalmente nunca se quizo poner un vestido infantil. Ahora que usaba uno y que la trataban con dulzura en vez de cómo a una criminal peligrosa, se sentía rara. Solo se preguntaba si se veria bien usándolo.



pd muy importante:

Como sabran la ropa es muy importante para mi. Y por eso me costo un montooooon hacer el uniforme de gala. Lo de los olanes que parecen alitas es sacado de una historia real ( cof cof, alguien secreto) pero cuya identidad deduciran debido a que fue a quien use como modelo :D 


Como podran ver, no esta tan bien hecho el dibujo........ Y mira que me mate x.X Por eso no lo puse directamente en la historia. 
Imaginen que de espalda, se ve como el rosa, y de perfil, se alcanzar a ver las manguitas como en el celeste.


Y los olanes se ven tan grandes como en el rosa de la izquierda, al igual que la falda. Claro, al final cada uno lo imagina como se le antoja. Pero en fin, necesitaba dar el apartado aparte. Hope you enjoy the story.