jueves, 22 de diciembre de 2016

cap 30

….Una semana antes aproximadamente…
Efectivamente las chicas se estaban portando un poco mejor, gracias a la tutela de Alice. Sin embargo, ella no hacia milagros. Annie continuaba siendo floja, Amy continuaba aburriéndose con facilidad, y Jessica seguía odiando estudiar. Rhonda a veces se esmeraba. A veces. Y la friccion entre Jessica y las gemelas era constante. Pero a su vez, todas comenzaron a compartir un secreto en común. Un escondite secreto. El escondite secreto cumplia con su nombre a la perfeccion. Se encontraba en un angulo difícil de ver desde el colegio, medianamente cerca de otro galpón donde se guardan los productos de jardinería. Tenia dos arboles adelante, y estaba cerca de uno de los rincones de la reja. Era un gran e inmenso arbusto, con un gran hueco en su interior. Las rejas estaban cubiertas por una enredadera, pero se había hecho varios augeros grandes que permitían a las pupilas ver al exterior. Daba a una calle de barrio muy simple con muy poca gente. Del otro lado había varios arboles frondosos y esa vereda no era muy frecuentada. Rhonda había logrado esconder ahí alcohol, marihuana y cigarrillos.
- De donde los sacaste? – pregunto annie, cuando rhonda se los mostro a Alice.
- De chicos de la calle. -
- Y como quisieron dártelos… como te vieron?- Preguntaba annie curiosa.
- Saque mis tetas por los augeros y las vieron.- Contesto Rhonda con naturalidad.
¿Sorprendidos? Rhonda en serio vivía en la calle. Annie si se sorprendio. ,Pero aun asi, quería a Rhonda y “se lo perdono”. Una vez que Jessica estuvo con Carl, Alice ocupo el lugar. Mudo su provision de alcohol, cigarrillos y porros a ese escondite.
El escondite paso a ser ocupado oficialmente por Rhonda, Alice y Jessica. Sumado a eso, la vez que Carl visito a Jessica, en verdad fue para llevar mas provisiones a Alice. Alice, por anticipado, pago a Carl lo poco que le quedaba para que continue con estos favorcitos por un tiempo. Estar con Jess solo fue un plus y algo conveniente para los planes de Alice.
Amy, naturalmente empezó a sentir mucha curiosidad… Una vez, estaban justo Amy, Annie y Mariela juntas.
- Annie. Seguis llendo a ese escondite con Rhonda?
- Si…- Respondio Annie desilusionada. Antes era divertido esconderse. Pero ahora había muchas mas personas. Y ni Jessica ni Alice les caian bien.
- Nos llevas?? Porfa!! Quiero conocer. – Insistio Amy.
- Llevas? – Pregunto Mariela.
- Si, tu vienes también, es obvio. Dale Annie, llevanos. – Insistio Amy.
Dado a que Annie se sentía resentida por que Llevaron a Alice y a Jessica, ella termino llevándolas. Normalmente las reglas para entrar al escondite eran estrictas. En grupos pequeños, sin que nadie las vea o las siga. A pesar de su personalidad las obedecieron y terminaron en el. Dentro se encontraban Rhonda, Jessica y Alice fumando.
- No, no Vallanse. No queremos bebitas aquí. – Se quejo jessica.
- No somos bebes!!- Protestaron al unisono. – Y este escondite era mio y de Rhonda!!- Se quejo Annie.
- Tranquilas chicas, Somos todas amiga. Pueden quedarse. Solo que me gustaría que nos hagan un favor. – Comento Alice.
- Si? – Preguntaron ambas.
- Ven Mariela, siéntate conmigo. Chicas, saben donde habrá desodorante… o gotitas para los ojos? Podrian conseguirlos?
- Claro!! Vamos Annie. – Dijo Amy, y en poco tiempo robaron un par. Finalmente se unieron al grupo. Ya en el grupo, se sentaron junto a las demás, intentando no ensuciarse.
- Escuchen, nosotras les convidamos. Pero tienen que hacer caso. Se ponen desodorante y gotitas para los ojos si quieren fumar. Y comen chicles, yo intercambie en la tienda. Y no vayan a hacer tonterías. No tomen de mas. – Aclaro Alice, y Rhonda le paso una petaca de licor a Mariela. Mariela ya había bebido anteriormente, en alguna fiesta familiar, de parte de algún tio borracho. Puso un gesto disimulado de disgusto al beberlo, ya que no le gusto, pero por la presión del grupo lo hizo.
Amy y Annie observaban sorprendidas lo sucedido. Sus compañeras bebiendo y fumando. ¿Y eso era marihuana? Sus padres las habían criado en una burbuja de cristal acaramelado. Practicamente nunca las dejaron crecer, y por su apariencia infantil ni les permitían probar alcohol. Eran enviadas a jugar con los otros niños en las reuniones familiares.
Mientras Mariela bebia levemente la petaca, y hacia caras por el sabor a alcohol, intentaba convidarle a Amy.
- Queres? – Pregunto.
- N-No.. gracias.- Respondio amy.
- Vos annie?- Pregunto y ella negó con la cabeza.
- Son dos bebes. No fuman, no toman. Si quieren traemos chocolatadas asi no se aburren estando con nosotras. – Bromeo Jessica. Ambas gemelas se sonrojaron, pero se quedaron calladas. Mariela tomaba un poco de alcohol, pero no se animaba a fumar nada. En cambio ambas chicas no se animaban ni a probar gota. La amenaza del liston faltante las tenia aterrorizadas.
- Vamos chicas. Si es un poquito no va a pasar nada. – insistió Alice.
- …. Esta bien…- Se quejo Amy, mas obligada que por deseo. Cuando el liquido toco su lengua puso un gran gesto de desagrado. Luego saco su lengua. – Es horrible.
- jajajaja. – Se rio Jessica. – La próxima traeles una mamadera a cada una. – Se continuo burlando.
- Deja de molestar!!- Protestaron ambas al unisono. Avergonzadas se quedaron calladas.
En los siguientes días continuaron juntándose con las otras en el escondite. Pero lo hacían mas por la presión social que por deseo propio. No querían demostrar que eran unas bebes. Sumado a eso, había otra circunstancia muy incomoda para ellas. La forma en como Jessica y Rhonda convencían a los chicos de la calle para que les dieran cigarrillos u otros favores. Claro, ninguna era necesariamente una victima. Despues de todo, tenia Jessica tenia sus hormonas revolucionadas por Carl, y por sus quince años encerrada en un reformatorio de solo mujeres. Rhonda también lo hacia, pero menos gustosamente, aunque aun asi podia disfrutarlo. Las gemelas nunca habían ido siquiera a una escuela mixta. ¿Recuerdan lo que dije de la burbujita de cristal?
Ya hacia el lunes y en su habitacion. Mariela frente al espejo, alzo su falda y reviso las marcas en su trasero.
“Apenas esta rosa…. Pero este dolorcito es muy irritante…” Penso, y luego acomodo de vuelta su uniforme. Las ultimas dos semanas tuvo dificultad en concentrarse. Mas de lo normal. Y la ayuda de Alice no la salvo de la constancia de las monjas. Los 20 azotes caian una y otra vez en su trasero. Adolorida intento volverse a concentrarse, pero nunca dura demasiado tiempo, y termino escogiendo los tediosos rincones para dejar descansar su pobre cola. La razón es simple. El domingo de gala. Annie y Amy pataleando en las piernas de Stella y Stanford. ¡¡Necesitaba dibujar eso!! Finalmente no resistio la tentación y alquilo su cuaderno y herramientas de dibujos. Tenia la escena entera perfectamente grabada en su cabeza, como si hubiera descargado un video de internet y lo viera una y otra vez. No se decidia que escena hacer, hasta que decidio hacer varios dibujos, de lo que paso. Ellas siendo nalgueadas, haciendo su “Danza de la cola hirviendo” (que es muy característica de ellas), llendo al rincón, etc. Aparte, con sus uniformes de gala, se veian tan tiernas. Eran como dos muñecas. Mariela hasta sentía ganas de sentarlas en sus piernas y mimarlas.
Esta vez, decidio ser mas disimulada, e hizo los dibujos a escondidas. Nadie la descubrió haciéndolos esta vez. Pero luego de estudiar las 6 juntas, y por esas casualidades de la vida, terminaron Alice, Jess y las gemelas en la habitacion. Cuando Alice vio la carpeta de dibujos de Mariela, guardada, supuso que esta era su oportunidad.
- Jess, Viste que buenos son los dibujos de Mariela? – Dijo Alice, intentando sacar el team.
- Si, jajaja, al menos me pude vengar de stella. Aunque sea en un dibujo.
- ¿Dibujos? Yo solo vi que dibujaba para sus clases de arte. – Respondio Amy.
- Dibuja muy bien. Me dibujo peleando contra una monja robot. –
- En serio? – Respondio Amy, como una niña entusiasmada. – Ay, quiero verlos!!- Exclamo. Vio el escritorio de Mariela, y diviso su carpeta de dibujos guardada. Naturalmente, Amy fue y tomo la carpeta.
- Amy, no!- Protesto su hermana.
- Por que no? Son solo dibujos. – Se quejo Amy. Los reviso riéndose de los de Alice y Jessica. Pero luego se sorprendio poniéndose roja como un tomate.
- Y-Y esto? – Pregunto. Annie se acerco a ver. Eran ellas en uniforme de gala, dando los saltos que dan siempre luego de las nalgueadas. Jessica curiosa se acerco y se rio. – Jajajaja, son ustedes. Hasta hacen lo mismo. –
Las chicas continuaron revisando, y noto que había mas escenas de ellas siendo castigadas. Especialmente de las gemelas. Era raro, y vergonzoso. Pero a la vez, incomodo. ¿Por qué les gustaba tanto dibujarlas castigadas? Repentinamente llego Mariela y las preguntas comenzaron.
- Que es esto? -Pregunto Amy.
- Por que siempre nos dibujas castigadas? – Insistio Annie. La cara de Mariela se puso roja como un tomate. Y sintió que iba a ponerse a llorar. ¡Habian descubierto su secreto! NO se le ocurrio ninguna respuesta hasta que Alice se metio.
- Chicas. Tranquilisence. Es solo un comic que Mariela esta haciendo. Que no se vallan a enterar las Dorm mom. – Explico Alice. – Les gustan los comics?.
- Si…- Respondieron ambas al unisono, un poco confundidas.
- Bueno, son monjas robots que las capturaron y nosotras peleamos para liberarlas. ¿Entienden?
La idea a ambas las entusiasmo. Despues de todo, a ambas les daban comics como niñera sus padres cuando salían de viaje. Si bien, se les hacia extraño las aceptaron.
- Empezo haciendo dibujos donde las capturan. Y nosotras peleando, las vamos a salvar. Luego hara un comic. Las monjas parecen robots y nos quieren convertir en robots a nosotras por eso. Es una parodia. – Continuo explicando.
- Y… por que siempre nos nalguean a nosotras…- Pregunto Annie.
- Por que son unas bebes, no es obvio? – se burlo Jessica.
- ¡No somos bebes! – Protestaron ambas gemelas al unisono. Sin embargo la idea comenzó a parecerles mas interesante. Aunque era molesto, vergonzoso y humillante que por lo visto hasta Mariela las consideraba unas niñas a quienes debían rescatar.

Se acordaron de todas las veces que las monjas se comportaban como robots, de las obseciones de ellas y los castigos tediosos e injustos. 

miércoles, 21 de diciembre de 2016

cap 27, 28 y 29

Me operaron de un tumor de pulmon. Pero sigo con vida :D ea ea.

- Chicas, estudiamos juntas? – Pregunto Rhonda. Annie y Amy la miraron asombradas.
- S-Si… claro. - respondieron al unisono.
La primer semana luego del domingo de gala fue mucho mas tranquila y un descanso para todas. Salvo para quienes andaban en mameluco de castigo, que en si eran muchas. Practicamente el 20% del Internado.
Y aunque ya estaban inmersas en la rutina, el domingo de gala, y por sobre todo los castigos de la directora las afectaron mucho a todas.
Rhonda finalmente asumió que pasaría mucho tiempo ahí con sus nuevas compañeras. Intento ser mas sociable con quienes siempre la buscaban para estudiar o pasar tiempo. En especial con Annie a quien empezó a practicar peinarla y hacerse trenzas ellas. Juego que Annie adoraba.
Jessica se propuso controlar mas su furia. El castigo fue humillante y nunca sintió tanta impotencia en su vida. Tuvo que tragarse su orgullo para poder concluirlo, y termino entendiendo que podría volver a pasar por lo mismo cada mes.
En cuanto a las gemelas, nunca se habían sentido tan inmaduras en su vida. No eran nalgueadas y mandadas al rincón desde sus 10 años aproximadamente. Era un castigo infantil, de niñas, frente a todas. Y lo peor, no podían cumplirlo, siempre alguna se movia. Jessica siempre se burlaba de ellas, y ahora tenia una nueva razón muy efectiva.
Mariela sentía un mix de sensaciones en su interior. Por un lado, gracias a Alice, se salvo de un humillante castigo. Le aterraba pensar que pasaría por lo mismo si no cumplia con todas las exigencias, y cuando recordaba la foto sentía su cara caliente. Pero por el otro, aunque le daba lastima y tristeza recordar las lagrimas de sus compañeras, también le daban mucho morbo. Intento contenerse, pero al final cedió a la tentación, alquilo su carpeta y termino dibujándolas, esta vez a escondidas.
¿Y alice? Alice fue premiada por haber sido felicitada por la directora. Tenia puntos de sobra y lo primero que hizo fue presumir una elegante blusa blanca, que usaba junto a su falda cuadrille del internado, y que le daban un estilo muy intelectual. Considero que lo mejor era gastar sus puntos en eso, la imagen era muy importante.
Alice, anoto en su biblia, varias conclusiones importantes. El domingo de gala, de cierta forma, supervisaba lo que sucedería en el mes. Esto hacia que deban ser especialmente cuidadosas. ¡¡No podia ni imaginarse la humillación de que Carl la vea recién castigada!!             Debia pensarlo dos veces antes de invitar a alguien.
- Me siento un robot…- Protestaba una y otra vez Jessica, mientras comia junto a Mariela y Alice.
- Hoy… esta llena de chicas en mameluco y uniforme de novata…- Penso Mariela en voz alta.
- Y ya es martes... – Contesto Alice. – Pero la fila para el purgatorio ayer no fue muy larga. Seguro fue por el domingo de gala… -
- Diganme, no parece un robot Stella? Ya me tiene cansada. Si viene seguro es por alto. – continuo protestando jessica.
- Jajajaa, capaz si sea un robot.- Se quejo Mariela. – Hoy volvió a hacer chequeos… los odio. –
- Pues esta mucho menos estricta que la semana pasada. Y ambas están mucho mas ordenadas últimamente. – Corrigio alice a ambas.
- ¿Estas de su lado?  - Se quejo jessica.
- Yo… estoy del lado de lo que me conviene. Y me conviene hacerles caso. ¿Si ya sabes como son, entonces para que les haces la contra…? –
- Es que me da tanta bronca…. Ojala pudiera…- Protestaba Jessica apretando su puño.
- Y por eso vivis en uniforme de novata. – Se encogio de brazos alice. – Recuerda que hoy tenemos tarea. –
Avergonzada por estar usándolo, Jessica se quedo callada, sonrojada y molesta. Aun no conseguia los puntos suficientes para alquilarlo, a diferencia de Mariela y Alice. Ahora que ya notaron que ahorrando puntos podían optar por usar algo mas juvenil, llevarlo puesto tenia una connotación vergonzosa. Entre las mismas alumnas, solian bromear y tratar como niñas a quienes debían usarlo. Y las monjas lo alentaban. En especial Ortiz, quien solia tratar con un tono infantil a quienes aun lo llevaban. Capaz por la ternura que les inspiraban las alumnas en el, o solo para humillarlas como motivación extra.
- Capaz son robots y te quieren convertir en robot Jess. – Bromeo Mariela.
- Jajaja, y ya convirtieron a Alice parece. – Contesto Jessica.
- Como quieras. Gracias a que yo si hago lo que corresponde, tengo puntos hasta para darle a ustedes dos si quiero. ¿Y gracias a mi no lo conociste a Carl?
- Shhh…. – Protesto Jessica sonrojada. – Si se enteran termino como ellas… Aparte… - Murmuro y luego hizo un silencio. Acercandose al oído de Alice, dijo: Mira… el y yo hablamos. Y quiere visitarme. Pero quiero verlo antes del domingo. El dijo que… hablen. –
- No te preocupes. Yo me encargo. – Sonrio Alice.
- ¿Como puedo agradecerte?
- Somos amigas, las amigas nos hacemos favores. – respondio. – Y me gusto la idea de la monja robot. Justo yo le había dicho a Mariela que me dibuje peleando contra un robot como si fuera una superheroina. – Menciono Alice.
- Es verdad!!! Cierto que me lo habias dicho.- Exclamo Mariela.
- Hey Marie, dibújame dándole un puñetazo a un monja robo. – Bromeo Jessica. – Al menos quiero poder hacerlo en un dibujo. – Sonrio.
- Q-Que… violenta…- Penso Mariela en voz alta. Pero ella también les tenia bronca. No la dejaban ni respirar, aunque Stella definitivamente había bajado el ritmo y ya no las obligaba a hacer reverencia. – Esta bien!! Cuando saque mi carpeta te dibujo. – contesto.

Luego de comer, Alice llamo por teléfono a Carl. Luego de conversar unos minutos, pensó “Perfecto.”

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- Rhondaaaa, me cepillas mi cabello?- Pregunto annie, ya en camison.
- Annieeee!- Protesto Amy .
- Queeee? – Se quejo imitándola.
Amy se cruzo de brazos super celosa viendo como su hermana efectivamente iba con su peluche y el cepillo al lado de Rhonda. Rhonda se había vuelto mucho mas complaciente con Annie. Comenzo a cepillarle su cabello hasta que Annie empezó a quedarse dormida. Amy por su parte se tomaba la cabeza. “Asi quiere que maduremos… Hace lo mismo que hacia cuando…” Protesto.
- Amy!! Necesito hablar con vos. – Insistio Alice.
- Si alice? – Sonrio Amy, mostrándose un poco exceptica.
- Ven. – Dijo y la tomo del brazo, ambas terminaron hablando en voz baja. – Necesito que me hagas un favor. – Dijo guardando silencio. Alice recordó vagamente, que una gemela era la hiperactiva y la otra era la floja. Intento recordar cual era cual, ya que la hiperactiva le servia mas. La floja era muy miedosa. Reviso el nombre de la chica en su camison y aposto a que era amy. Solia confundirselas bastante, y tanto con ellas no hablaba.
- Amy… recuerdas que te pedi un escondite?
- Si, el que uso jessica para co….- Dijo y Alice le tapo la boca.
- Estas loca? – Protesto.
- L-Lo siento…- Murmuro con las manos en su boca.
- Bueno, el escondite es ideal. Pero hay una enredadera que cubre la reja hacia el otro lado. Y se que tu y tu hermanita son muy curiosas. – Explico.
“Otra vez tratándonos como nenas…” se quejo Amy, pero la dejo continuar.
- Conoces una forma de abrir esa enredadera, ¿para que podamos acceder al otro lado?
- Si queres escapar es imposible…- Se burlo Amy poniendo sus manos en la cabeza. – Terminarias con mameluco de castigo y el culo lleno de varazos. –
- No, no es escapar. ¿Cómo crees?. Tu me entiendes Amy a que me refiero. Dale, yo se que en verdad no son unas bebes. – Bromeo Alice. Y dio justo en el clavo.
- Si, obvio que se a que te referis. – Dijo Amy, sin saber a que se referia. – Y lo haría, pero si es para Jessica, no lo hago ni en pedo. Ella nos trata mal siempre. – Se quejo.
- Bueno, nosotras tenemos que ser amigas como tu dijiste. ¿No recuerdas? Mira, a cambio pueden ir a estudiar con nosotras a la biblioteca, y yo las ayudo a estudiar. No van a querer ser castigadas de vuelta el domingo de gala. –
- Ummmm…- Penso Amy.
Estaba particularmente preocupada por eso. A pesar de que se esforzaron no alcanzaron a aprobar. Le daba miedo recibir otro castigo humillante el domingo de gala. Cuando lo recordaba se sonrojaba. Y sumado a eso, dependía de los puntos de los exámenes. Todos los reprobo asi que ya no tenia puntos. Era muy vergonzoso andar en uniforme de novata y ni podían salir afuera. Sumado a que la loca de Stella no les daba ni un segundo de paz. Pero ya no tenia un liston, y el purgatorio le daba terror. Cuando veía una chica en mameluco blanco ni se animaba a verlas.
- Si quieren podemos prestarle nuestro escondite secreto. – Dijo Annie.
- Annie…- Protesto Rhonda.
- Necesitamos buenas notas… y puntos…- Se quejo Annie.
- Esta bien. – Contesto Rhonda. Suspiro y recordó las palabras del asistente. Era mejor adaptarse. – Pero vamos a la biblioteca las 3. – Insistio, refiriéndose a ella junto a las gemelas.
- Esta bien… las 3. – Contesto Alice.
- Acercate. – Dijo, y las 4 hablaron juntas. – Ya le hice un corte yo… hace mucho…- Comento. – De ahí me hice unos amigos… es una larga historia.
- Amigos? – Preguntaron ambas gemelas al unisono.
- La enredadera tiene unos augeros… - Contesto Rhonda. Y en voz baja explico: Robe unas tijeras… Aun no las devolví… Y llame unos chicos. Me pasan alcohol y porros. – Explico.
Las gemelas nunca habían escuchado mencionar la marihuana antes. Alice si.
- Pero no quiero que nos descubran. Si quieren ir ahí tienen que seguir mis reglas. – Insistio.
- Por supuesto- Dijo Alice notando que Rhonda se adelanto a sus planes. – Pero que tan seguro es? – Pregunto. Bajo la voz y le dijo al oído. – Carl me paso un poco, lo escondimos por ahí, si hay un escondite mejor.
- Un poco? Cuanto es un poco? –
- Una petaca y 6 churros.
- Como hizo para pasar tanto?
- Es un internado de señoritas no una prisión, ¿quien lo va a revisar? El problema es que no quiero que nos descubran. –
- Bueno, no hay que ser estupida. Solo eso. –
- Rhonda y yo elegimos el lugar.  ¡Es super secreto! – explico annie.
- Por eso no dejabas de revisar arbustos…? – Pregunto Amy.
- Elegimos la ubicación perfecta. – Continuo explicando Rhonda. – Luego de la primer clase, te muestro donde es. – Continuo.
- A mi sola? –
- No quiero que nadie nos siga, solo vamos de a dos. –
- Mira…. Se que te preocupa que nos atrapen. Pero yo me he estado fijando. A partir de las 6, las monjas nos ignoran completamente. Solo se fijan en quienes no tengan sus listones. Los sabados y domingos a partir de las 8 solo ven el salón de ocio. Apenas sean las 6, podemos ir esta bien?
- Aun asi vamos solo nosotras 2. – Aclaro Rhonda.

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Habian pasado dos semanas desde el domingo de gala anterior. Y mientras Stella preparaba el informe, Ortiz continuaba quejándose. Se encontraba bastante molesta por el famoso sistema de Stanford. Pero mas que nada, enfadada por ser la que castigo a Jessica, y no a las gemelas en sus piernas como hubiera preferido. Si en este momento, alguien le preguntara a Ortiz como se siente, respondería muchísimas excusas. Y quizá eso es lo que provoca el conflicto con Stella. Pero la verdad oculta, casi inconsciente son las siguientes dos cuestiones.
Por un lado, debido a su condición de Monja, las chicas son la mayor cercanía a la maternidad que Ortiz tendrá en su vida. Su instinto maternal se manifestó fuertemente, y es muy conflictivo para ella. Intenta mostrarse fuerte y estricta, pero muchas veces se derrite por ellas, y la única que hasta ahora ha dejado que la abraze fue annie.
Y por el otro lado, hay una razón igual de importante. Desde niña, Ortiz crecio asistiendo al instituto Saint francis. Padecio su estricta educación y sus severos castigos. Y quizo ser maestra, por vocación. Le atemorizaba hacer pasar a sus alumnas por las vergonzosas cosas que ella había pasado. Pero desde que recostó a la fuerza a Jessica en sus piernas y la dejo derrotada y con su cola hirviendo sintió una mescla de sensaciones muy grandes. Y entre todas las sensaciones, había una prohibida que la motivaba a seguir hasta sastisfacerse. Dicha sensación es el placer, de dominar, de someter o de humillar. Su voto tenia prohibido tal sensación, y Ortiz fingia que no existía. Que no era viable. Con un millón de excusas y justificaciones, alimentaba esta sensación cuyo limite parecía no tener fin. Si la tecnología de la época lo permitiera, filmaría cada una de las muchachas durante los castigos. Pero no todos sus castigos. Nalguearla a Jessica en sus piernas fue perfecto. Era tratada igual que una niña, regañada, sometida, y no podia escapar. Recordaba la imagen una y otra vez. De la misma forma que ama su ritual de despertar a Annie en sus piernas con una nalgada. Varias veces aprovecho y dio mas de una. A pesar de la insistencia de Stella, de seguir el método protocolar de castigos. El método protocolar de castigos, no significaba nada para ella. Dificilmente sabia quien dominaba a quien. Ella solo contaba y las alumnas aterradas elegian el castigo que mas preferían. ¿Acaso eso es un castigo? ¿Qué ellas puedan preferir lo que quieren? Como puede imponer respeto, u orden, cuando solo puede dar una elección. El purgatorio se le hacia excesivo. Mil veces protesto con Stella, que deberían permitirle tomar a esas mocosas de la oreja, recostarla en sus piernas, y dejarle la cola roja como las niñas pequeñas que en realidad son. Estas quejas, si no quedan en la nada, generan conflictos a cambio. Ha apreciado varias veces, indignación, bronca, vergüenza, dolor y resignación en sus alumnas, mientras resisten los azotes. Pero no es lo mismo… Al menos se asegura que cada visita al rincón sea bien vergonzosa para ellas. O que quienes tengan la cola roja, recuerden a cada rato su mal comportamiento. Pero no es lo mismo……
¿Cómo puede ser que no nos dejen nalguearlas a cola desnuda? ¿ Que cada cosa se solucione con 20 azotes? Claro, asi yo también haría lo que quisiera, total luego elijo el castigo que menos me molesta y ya!! En el instituto no es asi. La de veces que habre pataleado en las piernas de Miss Hamilton por decir la MITAD de las cosas que dice Cintio diario.- protestaba Ortiz.
 - Y lo peor, la Directora, la que las obliga a seguir este tonto sistemita, se abusa de el. Uso el informe minucioso que ambas estuvimos obligadas a hacer, y ahora las pupilas están aterradas de los castigos que ELLA le pueda dar. Solo por que les da el castigo que ellas no eligen y tiene un dia para pensarlo. ¡Es injusto! Ellas deberían temernos a nosotras no a ella ni al purgatorio.¿¿ Somos quienes la cuidamos diario no es asi?? – Continuo quejándose Ortiz.
- No es tan fácil como te imaginas. El sistema funciona, Doy fe. – Contesto Stella, basándose en su propia experiencia.
“Claro, por que a ti te toco nalguear a las gemelas” Protesto Ortiz para sus adentros. Gran parte de su bronca era precisamente, que Stella pudo hacer lo que ella quería desde el dia uno. Nalguear a las chicas como niñas pequeñas, como lo hizo con Jessica. “Es muy distinto…” pensaba Ortiz. “Rapidamente determinas quien es la adulta y quien es la niña a quien van a corregir” Continuaba argumentando. “Una vez atrapada en tus piernas, no te limita un numero. Solo la reacción de la pupila que esta indefensa en tus rodillas. Si ella demuestra que se comportara como una señorita que aprendio su lección…” Pensaba. Recordaba lo poco que pudo ver del castigo, mientras se encargaba de Jessica. Como ambas pataleaban, lloraban, y suplicaban perdón. Como iban y volvían del rincón resignadas. Y sus bailecitos de dolor. Y lo vergonzoso que debio haber sido para dos chicas que siempre intentan demostrar que son grandes. Sus caras rojas. ..
“Castigar a Jessica estuvo divertido igual… A esa mocosita malcriada le di una buena lección y ya no anda tan provocadora conmigo. “ Penso. Y se detuvo en el pensamiento “¿Mas divertido?”. Rapidamente se justifico. “Las chicas necesitan que las guien. Ellas necesitan disciplina y constancia.” Sabia para sus adentros que disfrutaba de humillarlas y someterlas. Y a pesar de la culpa que a veces le daba y que las consideraba sus tesoros, sabia que ese placer era mejor que un displacer. Y que de todas formas tenia la orden de ser lo mas estricta posible con ellas.
- Las chicas se han portado bien últimamente. Parece que el domingo de gala tuvo la impresión deseada….- Comento Stella. – Sus notas y tareas han mejorado mucho. –
- Pffff…. Estoy segura de que algo raro están tramando. Mi sexto sentido me lo dice. -Insistio Ortiz.
Stella solo se guio por lo tangible, el informe detallado con castigos recibidos, escogidos, y puntos asignados.
- Sin embargo, si bien han mejorado bastante desde que llegaron… Todavia tienen torpeza con algunas cosas. Hay ciertos patrones de conducta que parece que aun no podemos modificar. Uniforme… higiene… llegadas tarde… desobediencia… orden… - Comento.
- Esa Alice, finge ser una angelita pero algo tiene entre sus manos. – Continuo comentando Ortiz, no muy interesada en lo que Stella comentaba. A ella no le interesaba ni el método disciplinario ni criar robots.
- Por eso necesito tu cooperación Ortiz. Si haces chequeos constantes veras que esos comportamientos rápidamente desaparecerán. – exclamo Stella.
- A mi me preocupa mas saber en que andan metidas, que dos botones mal puestos del uniforme. Es muchísimo mas importante. Aparte no van a cambiar nunca. Si total, eligen lo que mas le conviene y se salen con la suya. – continuo quejándose Ortiz. – Hay que descubrir en que andan metidas. -
- No seas terca. Es importante que corrijan rápidamente esos errores para el informe. Si eres constante veras como esos patrones de mal comportamiento rápidamente desaparecerán. Solo tienes que ser constante como yo. El resto no depende de ti. Si son descubiertas haciendo algo grave, serán enviadas al purgatorio. – Sentencio Stella.
Ortiz, disgustada con el comentario, sugirió: Vayamos a hacer un chequeo… deben estar en su habitacion. Falta poco para que comienzen sus clases. –
Mientras llegaban, comenzaron a escuchar gritos. Alarmadas, se acercaron rápidamente a la habitacion y vieron a Jessica, con las manos de una de las gemelas atrapadas en las suya, y tomando de la trenza a la otra que no dejaba de pegarle. A su vez, Rhonda tomándola del cuello. La cantidad de groserías que soltaban las 4 no tenían nombre.
- Me quieren decir que están haciendo??- Las regaño Ortiz.
- Esto es intolerable.- Sentencio Stella. Se acerco y tomo el ultimo liston de Rhonda y Jessica. Jessica puso un gesto muy grande de espanto, y comenzaron las protestas. Apenas tomo el de Amy, Annie comenzó a llorar.
- No por favor, no por favor!!!-
Todas comenzaron a meter excusas, y echarse la culpa. Hasta rhonda.
- Esta enana estupida me llamo Burra Vaca.
- No dejas de molestarnos!!
- Me estaba pegando.
- Yo solo la defendi!!
Finalmente las 4 quedaron sin sus listones y con una cita al purgatorio. La cara de terror, de las gemelas, con sus ojos llenos de lagrimas quedo grabada en el cerebro de Ortiz.
- P-Pero… P-Pero…!!!- Continuo suplicando Annie.
- Ese comportamiento es INTOLERABLE para una señorita. Pronto será su clase. Se preparan y asisten a ella. Habra chequeos apenas lleguen, y necesitaran toda la resistencia que puedan para la tarde.- Ordeno Stella, llevándosela a Ortiz.
Otra vez en su oficina, Ortiz protesto.
- Al purgatorio? Les quitaste sus listones?? Se supone que ambas debemos encargarnos de eso!! No podes decidir por las dos!!-
- Tu dices que merecen 20 azotes por pelearse? Ese comportamiento es digno de ir al purgatorio.
- Yo creo que se podría resolver…
- Mandandolas al purgatorio!- Levanto la voz Stella. – No recuerdas el sábado anterior al domingo de Gala? –
- si… Tanto te preocupa que nos castiguen? – Se quejo Ortiz. Naturalmente ambas monjas novatas son castigadas por el mal comportamiento de sus pupilas. Fue solo una advertencia que le ayudo a  tener mas empatía con la situación de sus alumnas.
- Todas las alumnas del Internado, al menos una vez al mes van al purgatorio. Tu eres demasiado blanda con ellas. Ya deberían haber ido. En especial Rhonda y Jessica. ¡¡Las gemelas estuvieron espiando nuestra oficina y no las mandaste!!
- Creo que con la amenaza es suficiente…- Respondio Ortiz, sintiéndose menos fuerte.
- Como sus Dorm Mom, nuestra obligación es acompañarlas en el proceso. Nunca participaste en un purgatorio no? – Pregunto Stella. Ortiz odiaba esa sobervia de su compañera, igual de novata que ella.
- Tu si? –
- SI… - respondio y puso un gesto de suspiro. Intentando calmarse contesto suavemente: No creo que tengas el estomago para verlas en ese estado. Debes entender que el sistema es asi y debemos seguirlo. Acompañarla costara un poco. –
- Se como es el purgatorio. – Se quejo Ortiz. Claro, solo se lo habían explicado como funcionaba. Y aunque un poco la entusiasmaba, le daba miedo la seguridad de las chicas.
- Annie llora con una nalgada… no se si soportara el cane. Espero que las Maestras Disciplinadoras no exageren con ellas. – Continuo mencionando preocupada.
- “Maestras”… - Se quejo Stella. – Su único trabajo es pegar lo mas fuerte que puedan con un cane y se hacen llamar Maestras. – Protesto, con bastante resentimiento. Ortiz noto como una mano de Stella inconcientemente se dirigía a su trasero. – No te prestaran atención . Se supone que deben ser imparciales. – Comento.
Ortiz noto nuevamente resistencia por parte de Stella. Dedujo que su crianza en el internado fue difícil. Algo raro también había en ella.
- Hoy será un largo dia….- Penso en voz alta.


domingo, 11 de diciembre de 2016

cap 26

El siguiente paso, era el informe. Todas volvieron con sus familiares, los cuales inmediatamente las notaron raras.
 En especial los de jessica.
-          Por que tienes las rodillas tan rojas?
-          No te importa. – Se quejo ella.
-          Estubiste llorando? –
-          Ya… Cintia, dejala tranquila. Seguro a la pobre le dieron un buen castigo. – Dijo su hermana mayor maliciosamente.
-          Tsh….- Se contuvo jessica dándole la espalda.
-          ES verdad? – Pregunto la niña, alzándole la falda. Rapidamente Jessica se tapo. – Basta!! Papa!!! Mirala!!!
-          Cintia, no hagas eso!!
-          Señor y señora Cintio, queremos darle el informe de su hija.
Ambos escucharon muy seriamente el comportamiento de su hija, mientras Jessica esquivaba la mirada, sintiéndose totalmente impotente y humillada.
-          Te lo dije, le dieron un buen castigo…- Corrigio maliciosamente Diana.
-          Estas bien? – Pregunto su hermana menor maliciosamente. Jessica no se animo a responder. Luego de algunos regaños y amenazas, se sacaron todos la foto familiar, con una Jessica de rodillas rojas y seño fruncido. Luego de eso, Jessica desapareció.
El segundo informe fue el de Rhonda. Al no haber familiar, el informe se lo dieron al asistente.
-          Vas mejor de lo que imaginaba. – Dijo el, asombrándose ante los ojos de rhonda.
La siguiente fue Alice, nuevamente demostrando ser la hija perfecta.
Luego de ella, fue el turno de Mariela. Sus padres se maravillaron al ver como su hija había avanzado. Saint Francis era conocido por ser un instituto muy exigente. Luego de eso, salieron los 4 en la foto familiar junto a las madres, con Mariela roja como un tomate por ser captada en ese vestido.
Finalmente fue el turno de las gemelas, quienes andaban cabisbajas y deprimidas. Sus padres no entendían bien por que. Ambas no se animaban a sobarse sus adoloridas colitas, entre tanta gente y tantos chicos. El castigo de la directora, las hizo sentirse muy tontas y se sentían avergonzadas.
-          Señora y señor Hastur. Queremos darles el informe de sus hijas. –
-          Diganos. ¿Cómo se portaron nuestras pequeñas?
Ambas quedaron cabisbajas mientras les informaban de su mal comportamiento.
-          Es eso cierto niñas? Protesto el padre.
-          Lo sentimos…- Dijeron ambas al unisono
-          En verdad estudiamos mucho!! – Protesto Amy.
-          Por lo visto no lo suficiente. – Se quejo la madre, muy molesta.
-          No se preocupen. Ambas recibieron un buen castigo. ¿No es asi niñas?
Ellas asintieron con la cabeza y finalmente se formaron los 6 para su foto familiar. Era una cámara antigua, y se demoraba mucho en sacar la foto. Tubieron que estar mucho tiempo quietas, mientras sus adoloridas y recién nalgueadas colitas punzaban. No tuvieron la oportunidad de sobarse desde que salieron al campus, y lo peor de todo, los guantecitos de seda no servían para calmar el dolor. Quiza por eso, ambas se sobaron al mismo tiempo y en ese preciso momento, tomaron la foto familiar.
No faltaba mucho, para el ultimo discurso. Las gemelas, caminaban ambas de la mano, tristes y agotadas.
-          No se vale… ya nos habían castigado en el momento. ¿Y ahora doble castigo?
-          Fue horrible…- Se quejo Annie. Y de repente escucharon murmullos.
-          Ummm si… besame aquí. No boludo, no me toques el culo que me duele. –
-          Quien será…- Susurro Amy.
-          Cierto, es Jessica. Bueno… al menos alguien si la paso bien hoy. Espero que se apure antes de que sea el discurso.- Contesto Annie.
-          Por las dudas le tiramos una piedrita y corremos. – Bromeo Amy.
El ultimo discurso, hablo sobre valores acerca de la disciplina y la corrección. Las chicas recién castigadas lo escuchaban junto a sus padres, algunas aun eran regañadas durante el discurso.
Finalmente, luego de abrazos, besos, despedidas y algunas burlas los familiares se fueron.
Apenas termino el festival, todas las chicas volvieron a sus habitaciones. Las Madres, ayudaron a todas a quitarse los incomodos vestidos. Ya en ropa interior, la mayoría volvió a sus camisones. Fue un dia agotador.
-          Chicas… quiero decirles que mas halla de lo que opino la directora se portaron de maravilla hoy. – Dijo Ortiz.
-          Gracias…- Respondieron todas, algunas acostadas, haciendo sin querer la reverencia con sus camisones.
-          Y estamos muy orgullosas de ustedes. El próximo mes, le demostraremos lo bien que le va al 5-c – Dijo Stella. Y finalmente les dieron tranquilidad.
Ortiz, vio asombrada a su compañera, mientras se retiraban, y al fin termino el Domingo de Gala.


sábado, 10 de diciembre de 2016

cap 25


Mientras las Madres se iban a la oficina, solo se escuchaban latidos de corazón. Annie y Amy de vez en cuando se limpiaban las lagrimas, mientras sentían el sudor recorrer su cuerpo por el incomodo vestidito. Finalmente ambas monjas llegaron, con dos sillas, y 2 bandejas. Y maíz.
La directora Stanford, había leído el minucioso informe de cada castigo y cada elección. De ahí era fácil concluir que castigo odiaba mas cada pupila. Obviamente el que menos elegian. Rhonda y Jessica solo elegian castigos corporales. En cambio a las gemelas, era un poco confuso. A veces elegian nalgadas, a veces rincón, y no mostraban una preferencia por ninguno. Ortiz remarco su comportamiento infantil, lo difícil que era para ambas permanecer en el rincón quietas, y lo sensibles que eran sus colas. La directora, rápidamente reconocio que para dos chicas de su edad, tenían apariencia de niñas y esto seguramente generaba burlas de sus compañeras. Basandose en los informes, la directora eligio un castigo para cada una de las pupilas.
Primero, a Rhonda, la llevo hasta la pared mas alejada de la habitacion. La bandeja la lleno de Maiz, y la obligo a arrodillarse en el. El maíz se incrustaba en las rodillas de Rhonda, mientras ella tomaba sus brazos, obligándola a poner las manos en su cabeza. Tomo una moneda, y moviendo su cabeza, la obligo a poner la nariz contra la moneda.
- Se cae la moneda y te quedas mas tiempo. Piensa en todo lo que hiciste. –
Palabras crueles, sin duda, para una persona que ha hecho tantas cosas.
Luego fue el turno de Jessica, quien nerviosa esperaba.
- A ti que te gusta tanto jugar a rebelarte, vamos a darte un castigo ejemplar.
Nuevamente, lleno la bandeja de maíz, obligándola a arrodillarse.
- Estira tus brazos. – Le ordeno. Jessica no se animo a desafiar a la voz autoritaria. Ella puso una biblia en cada una de sus manos y otra en su cabeza. Luego le dio ordenes precisas a Ortiz.
Alzo su vestido, exhibiendo su trasero y la dejo ahí posicionada, viendo al pasillo, donde estaban las otras 4 chicas. La situación era totalmente humillante para ella. Pero la directora daba tanto miedo como para que jessica lo soporte sin chistar.
- Ortiz, tu te encargaras de ella. Debera rezar 20 padres nuestros como penitencia. Si baja los brazos, dale un fuerte azote con la vara y hazla contar de vuelta, si se cae una biblia también. Y asegúrate de que agradesca cada azote. Jessica, cuando te corrijan diras “Gracias por corregirme Madre Ortiz” y comenzaras de cero. ¿Supongo que podras con solo 20 padres nuestros no es asi?
- S-Si… Ahh…
- Entonces empieza. Madre Ortiz, si no agradece su disciplina, la azotas de vuelta.
Jessica comenzó a rezar con dificultad. Pero el Maiz dolia como el demonio, mantener el equilibrio era dificilísimo, y sus brazos ya comenzaban a doler. No alcanzo a rezar el primer padre nuestro que sintió el primer doloroso azote.
-          Ayyy
-          Esas manos mas levantadas.
Jessica se tambaleo, y cuando iba a comenzar a rezar, sintió otro doloroso azote.
-          Y debes dar las gracias!!!
Jessica rápidamente se enfureció, pero conteniéndose respondió: Gracias por corregirme Madre Ortiz – Y continuo rezando.
Por ultimo, era el turno de las gemelas quienes temblaban de miedo. Stella y Stanford se sentaron en las sillas.
Stanford tubo muy en cuenta el historial de ambas. Mas que nada, el hecho de que tendían a hacer una lo que hace la otra. Y que al estar acostumbradas a ser castigadas juntas, podían resistir mas castigo.
-          Se bajan esos calzoncitos hasta la rodilla ya mismo!!
-          S-Si!!- Exclamaron ambas y temerosas lo hicieron.
-          Asi que andan desobedientes, flojas, caprichosas… se nota que aun son dos niñitas.
Naturalmente esto molesto a ambas, mientras Alice y Jessica intentaban disimular la gracia que les dio.
-          Por eso, van a ser castigadas como lo que son. Aun no son señoritas como para que se las pueda tratar como tales. Les vamos a dar unas buenas nalgadas como las niñas pequeñas que son y luego de eso se van al rincón. ¡¡Ahora se recuestan sobre nuestras piernas ya!! – Las regaño Stanford, igual que a unas niñas.
Avergonzadas ambas terminaron en las piernas de la directora de y de madre Ortiz. Ambas las dirigieron para que terminen, cara con cara, con algo de espacio para que no choquen sin querer. Eran tan pequeñas, que a duras penas alcanzaban a tocar el piso en puntas de pie. Si su cuerpo estaba demasiado inclinado hacia algún lado, pues sencillamente el otro ya no alcanzaba el piso.
Mariela, mientras observaba toda la situación, sentía una dolorosa excitación. Por dolorosa, me refiero al hecho de la culpa que le daba sentirse asi al ver a sus compañeras en esa situación.
Inmediatamente levantaron el vestido y la crinolina de las chicas, exhibiendo sus pequeños traseros, rojos por los azotes de la vara. Mariela sentía que se iba a desmayar al verlas.
“Es verdad… son muy pequeños. “ Penso la directora, al verle la cola a Annie, a quien tenia recostada en su regazo. Annie dio sus manos a Amy para que la contenga, y rápidamente comenzó la nalgueada. Las pobres chicas lloraron como bebes frente a sus dos compañeras, mientras las otras pupilas soportaban sus tediosos castigos también.
Fue una rápida y dolorosa nalgueada que dejo a ambas sollozando.
-          Ahora se paran y se van cada una a su rincón. Se quedan quietitas, con las manitos entrelazadas adelante, y su nariz entre las dos paredes. Bien derechitas. Veo que una sola se mueve, y vuelvo a nalguearlas. Y sin sobarse!- Ordeno.
Ambas chicas obedecieron, y con sus calzones en las rodillas, caminaron como pingüinos hasta el rincón.
Al principio, lloraron tranquilas, pero apenas se tranquilizaron, el aburrido rincón se volvió tedioso para ambas. Habia sido un dia demasiado extenuante para que Annie no se quede dormida y Amy rápidamente comenzó a sentirse inquieta.
-          Niñas, de vuelta, vengan aquí.
-          De vuelta???
-          Si!! Ya demostraron que son niñas que no pueden quedarse quietas en el rincón. Ahora no demuestren que no pueden obedecer cuando saben que se ganaron otro castigo. Vuelvan ya.
Resignadas, adoloridas y llorosas volvieron a su posición, para otra dolorosa nalgueada.
-          Fuiste tu?
-          Nooo… AYYYY…. -

El castigo, fue terrible para las 4. Jessica habrá rezado como 100 padres nuestros hasta que su castigo termino. Y las gemelas fueron 2 veces mas al rincón. Si una de las dos se movia y no se mantenía en perfecta posición, ambas eran castigadas de vuelta. Era una nalgueada rápida y dolorosa, a mano, de unos 50 azotes. Lo peor era la frustración y humillación de demostrarles que no podían cumplir un castigo ordenado. Cuando Rhonda volvió del rincón, también lloraba.
Finalmente había 2 chicas sollozando desconsoladamente, y 2 lagrimeando cuando la directora se fue.
-          Ya casi termina el dia chicas. – Dijo Ortiz, al ver como la mitad de su habitación había sido castigada.
-          Niñas, súbanse los calzones. Ahora hay que darle el informe a sus padres. – Ordeno Stella. Pero sintió empatía a ver las pobres chicas.
-          Vamos al baño… asi se arreglan y se lavan la cara. –

Las llevo ahí donde todas intentaron arreglarse. Fue difícil para las gemelas dejar de llorar. Finalmente, les dieron a ambas un vaso de agua para que se tranquilicen. Esperaron unos minutos para que las 6 se tranquilizen, antes de que las lleven para que le entreguen el informe a sus padres y la foto mensual.

jueves, 8 de diciembre de 2016

cap 24


El segundo discurso hablo sobre el esfuerzo y la dedicación. Y luego de eso los grupos comenzaron a ser citados para la supervisión mensual de la directora. Rapidamente la tensión volvió a invadir el ambiente, el cual se lleno de angelitas nerviosas y asustadas. Cada grupo se demoraba bastante, y cuando volvian era fácil darse cuenta cual había sido castigada. Al menos para las demás pupilas. Esto hacia que quienes esperaban su turno se pongan mas nerviosas aun. Finalmente, fue el turno de las chicas, y ambas Madres juntaron a todas.
- Recuerdan su reverencia? –
- Si.- Dijeron todas muertas de miedo y la hicieron.
- Cuando lleguemos a la habitacion, se quedan todas derechitas, con sus manos entrelazadas atrás. Vamos. –
Fueron a la habitacion de ellas, y en unos segundos, ya estaba ahí la Directora Stanford.
Ya en sus 50, alta, canosa, con el pelo atado en un rodete, de figura autoritaria, llevaba una falda tubo y una chaqueta.
- Niñas saluden.
- Buenas tardes, Directora. – Saludaron las 6 con una reverencia y volvieron a la posición. Las gemelas y Mariela sentían su corazón a punto de reventar su pecho.
La directora Stanford sonrio al ver a las 6 nuevas inscriptas, atemorizadas. Las vio de arriba abajo, inspeccionando cualquier posible falla en el uniforme. Pero no encontró ninguna.
- Ellas son las nuevas internadas?
- Si Directora. – Dijo Ortiz.
- Les deseo mucha suerte señoritas.
Todas sonrieron al escuchar eso y la directora continuo:
- La van a necesitar. Pero no crean que con solo suerte van a poder triunfar aquí. Se necesita esfuerzo, y por sobre todo, DISCIPLINA. – Exclamo al final, deleitándose con su gesto de terror.
- Aunque debo reconocer que se ven impecables, y muy bien educaditas.
- Gracias Directora. – Dijo Alice e hizo una reverencia. Las otras 5 sencillamente se lo olvidaron.
- Madre Ortiz, Madre Stella. 20 azotes para cada una que no hizo la reverencia. –
- Chicas, a posición de castigo.
Sorprendidas, todas adoptaron su posición, y mientras la directora revisaba la limpieza de la habitacion, las 5 saltaban al ritmo de los azotes. Incomodas, pero procurando verse bien, volvieron las 5 a la fila.
- Azotenlas bien. – Ordeno la directora.  Y las Madres intentaron azotarlas mas fuertes. Para cuando termino, las gemelas ya estaban lagrimeando.
- La habitacion esta muy limpia. Felicitaciones. –
- Gracias Directora. – Dijeron las 6, esta vez haciendo la reverencia.
- ¿Pero tengo entendido que han tenido muchos problemas con la higiene no es asi? Muestreme el informe Madre Ortiz.
Muertas de miedo, observaron como la directora revisaba el informe de castigos.
- Mmmmm… Ya veo…- Decia de vez en cuando. Y aquí es donde entra en juego la cuestión psicológica y el teatro. La directora ya había recibido el informe de todas las alumnas el sábado. El cual incluia castigos, razón y elección de cada una, Detalles o características de su personalidad que las madres hallan notado, sumado a sus notas e historial previo. Sin embargo, la Directora amaba esas caras de terror. Justificaba su placer diciendo que el miedo al castigo era un factor primordial dentro de la disciplina. Pero para sus pupilas, ella debía encerrar ese misterio, de como ella parecía siempre estar un paso adelante.
Las chicas cabisbajas, sabían que habían sido castigadas 3 semanas debido a la mala higiene de la habitacion.
- Ya veo. Madre Ortiz, Madre Stella. Otro castigo para ellas. 40 azotes creo que estarán bien. –
- 40?! – Se alarmo Mariela.
- Y 40 mas para la niñita irrespetuosa. Rapido que no hay tiempo.
Nuevamente, los azotes cayeron velozmente. Hasta Jessica y Rhonda se mostraban adoloridas. Ortiz intento nalguear a las gemelas mas despacio, pero la directora rápidamente la corrigio, y ambas terminaron con sus colas bien rojas. Alice comenzó a lagrimear, pero intento mostrarse fuerte. Las gemelas ya estaban llorando, junto a Mariela quien lloraba levemente.
- No ensucien sus guantes. – Ordeno la directora, al ver a Annie limpiar sus lagrimas. – Se que duele, pero su comportamiento debe ser blanco e impecable como el vestidito que llevan. Deben tenerlo bien en mente. Madre Ortiz, Madre Stella, por favor denme el promedio de cada alumna y un informe de su comportamiento.
- Alice Kant. Promedio 9. –
- Felicitaciones Kant. –
- Gracias Directora. – Agradecio Alice, adolorida.
- Su comportamiento ha sido impecable. – Aclaro Stella. – Tanto en higiene, como uniforme y obediencia. Pocas veces ha manifestado signos de rebeldía.
- Continua asi Kant. – repitió la Directora.
- Mariela Gomez. – continuo Ortiz. – Promedio 7. –
Mariela suspiro aliviada. La directora no dijo nada.
- Tiende a ser muy distraída. Ha sido castigada frecuentemente por mal uso del uniforme.
- Esperemos que corrijas pronto eso. ¿Esta claro?
- S-Si Directora. – Respondio Mariela preocupada.
- Annie Hastur.
Annie sintió su corazón a punto de reventar su pecho.
- Promedio 6.-
- Noooo…. ¿Seis? Luego de todo lo que.
- Silencio señorita!- Ordeno la directora. – Continue. –
- Ha tenido problemas para entregar sus tareas. Es bastante floja. Ha sido descubierta espiando en nuestras oficinas.
- Es eso cierto Señorita Hastur? – Pregunto.
- L-Lo sientooooo… No lo volvemos a hacer, y ya nos castigaron.
- Le pregunte si eso es cierto. Y Mireme a los ojos cuando hablo.
Annie se limpio sus lagrimas y la miro a los ojos. Temblorosa dijo: Si, es cierto.
- Siguiente alumna. –
- Amy Hastur. Promedio 6.
“Mierda…” Penso Amy.
- Es muy impulsiva y desobediente. Tambien tiene problemas para entregar sus tareas.
- Puedo darme cuenta por su nota. Ya me encargare de ambas.-
Annie y Amy bajaron su cabeza sabiendo que les esperaba un castigo.
- Rhonda Lynd. Promedio…… 4. –
- Ya veo…- Dijo la directora, observando a la famosa Hija de Arturo Lynd. La chica parecía no mostrar ninguna emoción.
- Fuera de sus estudios, ha sido obediente y ha mantenido el orden tanto en su higiene como en su uniforme. Su único problema es que muchas veces no ha comido y ha vuelto tarde. –
- Siguiente. –
- La ultima es Jessica Cintio. Promedio 5. Constantes actos de rebeldía e impulsividad. Mala higiene, desorden y mal uso del uniforme. -
Jessica desvio la mirada preocupada.

- Muy bien. Dedicare este tiempo a castigarlas y luego procederé con el próximo grupo. –

miércoles, 7 de diciembre de 2016

cap 23

- Asi que ahí estas. Te estuve buscando. – Dijo un hombre, canoso, en traje negro.
Rhonda se sintió intimidada y avergonzada de ser vista en esa situación. Salio de su pequeño mundo blanco y rosa, y volvió a ser la chica que era siempre.
- ¿Qué queres?
- Tu padre me envio, para ver como estas. Y por lo visto estas bien. Debo quedarme hasta que me den el informe de tu comportamiento. – Menciono el hombre de traje.
- Bueno, informale de mi parte que ni piense que voy a estar encerrada aquí mucho tiempo. –
- Segura? – Dijo el. – No creas que este lugar es una prisión… Pero el uniforme de Saint Francis es muy bien conocido en la zona. ¿Pensas escapar? Terminarias en el purgatorio. –
“Sabe del purgatorio…. Leyo las reglas…” Penso.
- Si, me informe. Tambien se que se te exige un comportamiento impecable, y que por eso no me estas intentando golpear.
- Las veces que lo hice fueron justificadas Damian. – Se quejo.
- Si tu crees que se justifica golpear a alguien que le ordenaron averiguar sobre ti…-
- No voy a dejar que me abandone en este basural!!
- Ay nena!!- Dijo y le tomo los hombros. – Deja de intentar revelarte al mundo.
- Sueltame o llamo a las monjas!!-
El la solto y continuo: Sabes lo que costo inscribirte aquí?
- Si, lo se. Son todas niñas mimadas. Me di cuenta el primer dia.
- Pues si tienes en cuenta lo que le paso a tus compañeros, tu también eres una niña mimada.
- Que te….!?- Protesto Rhonda. Pero enseguida se contuvo. El hombre se sento en uno de los asientos.
- Tu padre decidio que te quedes aquí. No va a cambiar de opinión. Si intentas escapar, cuando te atrapen volveras aquí. Deberias resignarte.
- Ya… me resigne. Solo que no me sale hacerlo…- Suspiro cabisbaja. Vio sus gigantescos moños al hacerlo. “Asi se sentían las niñas…?” Penso. Sintio sus ojos llenarse de lagrimas frente a esa infancia que nunca tuvo.
- Aquí te darán la educación que nunca tuviste. Y finalmente dejaras las drogas. Te endereceras. Se que las medidas son extremas pero se que lograran enderezarte. -
- Callate!- Protesto, y se tapo la boca.
- Sabes… que podría contarle a las monjas de tu desubicación.
- N-No se lo cuentes… Lo siento.
- Aprende a valorar lo que tienes. Es algo que te va a servir toda tu vida…. Ahora tienes el Saint Francis. Valoralo por ti, no por tu padre. – Dijo.
Rhonda comenzó a lagrimear un poco, se lo limpio con sus guantecitos sin preocuparse de que se manchen. El hombre la vio, pero no le dijo nada. Solo espero.
Mariela por su parte, se había alejado de sus sofocadores padres. Pero tenia alguien peor, su hermano.
- Ayyyyyyyyyyy!!!- Se quejaba, mientras el no dejaba de apretarle los cachetes apenas se distraía. – Ya déjame!!!- Protestaba pegándole.
- No puedo evitarlo. Te ves tan tierna hermanita…- Bromeo. Roja como un tomate, bajo su cabeza. El la abrazo y dijo: No te deprimas. No creas que a mi me va mejor en el colegio militar.
- Como saberlo… al menos no te visten como niña.
- Que exagerada. Ni que fuera tan malo. Aparte sabes? Por alguna razón te veo mas contenta que las veces que me dejaban ir a tu casa.-
Mariela se encogio de brazos y luego vio a las gemelas.
- Mira, alla están las gemelas. – Dijo, sonriendo.
- Son tus amigas no?
- Mis amigas…..
- Si, por algo sonreís.
Ambas estaban aburridas y apenas la vieron a Mariela, se acercaron corriendo a verla.
- Marie aca estas!!!- Dijo Amy.
- Te estábamos buscando. Estamos aburridas. – Dijo Annie, y luego se dio cuenta de que su hermana no lo dijo al mismo tiempo que ella. Y rápidamente se dio cuenta por que.
El hermano de Mariela, era alto, de tez blanca, de pelo negro y ojos como los de su hermana. Tambien llevaba anteojos. Amy, al verlo, sintió una fuerte sensación que fácilmente se confunde con el amor.
- Hooooola…. Es tu hermano? Holaaaa, soy Amy …
- Como te llaaaaaamas???- Pregunto Annie entusiasmada.
“Mierda…” Protesto Amy. A su hermana siempre le gustan los mismos que a ella.
- Soy Robert. Y ustedes supongo que son Annie y Amy hastur no es asi?
- Wooooow, Como supiste? -
- Esta escrito en nuestra ropa… Tontas…- Se quejo Mariela señalando su nombre en su vestido.
- Jajajaja… es cierto…- Se sonrojaron las dos.
Mariela odiaba cuando las chicas se comportaban asi con su hermano. No creo que las gemelas fueran de ese tipo de chicas. Ambas comenzaron a comportarse muy servicialmente con el hasta el punto de volverse un poco sofocantes. Cada cosa que el decia la festejaban de forma obvia, o riéndose, o asombrándose, de lo que sea.
Mariela, molesta, se quejo.
- Perdonalas… son muy hiperactivas. Pero son muy simpáticas.
- Si, son dos nenitas re tiernas. – Dijo el.
- Nenitas?!Tenemos 15 años!!- Protesto Amy. Y luego se dio cuenta de que Annie estaba abrazando el brazo de Robert.
- Soy una nenita re tierna? En serio. Awww, gracias. Si queres puedo ser tu hermanita menor… Siempre quize un hermano mayor.- Insistio Annie.
Mariela se dio un facepalm y Amy protesto – ANNIE!!!!
- Que!!! En serio quiero un hermano mayor… Aparte si estamos aca y ya piensa que somos nenitas…. –
- Jajajaja…Esta bien, podes ser mi hermanita menor. Pero en juego eh?
- Wiiiii, yo también!!!???- Insistio Amy dándose cuenta que estando en el saint francis nunca podrían ser algo mas que una hermana menor. De todas formas, hermana menor es lo máximo que han sido de un chico hasta ahora. Y eso incluyendo a Robert.
- Jajaja, tu también. Tengo hermanas gemelas. – Bromeo.
- Puedo sentarme en tus piernas hermanito? – Insistio Amy. Annie la vio con cara de bronca, mientras ella le encajaba la crinolina a Robert, intentando sentarse en sus piernas. Repentinamente ambas gritaron luego de un doloroso tiron de orejas.
- Niñas… Espero que recuerden bien, que sucederá si cometen un comportamiento impropio. ¿No es asi?
- S-Si Madre Stella. – Respondieron preocupadas ambas, esta vez si al unisono.
- Pronto será el discurso, y la entrega de notas. Vuelvan con sus padres.
- S-Si!!!- respondieron, y se fueron corriendo con ellos.
- Y no corran!!- Les grito mientras se alejaban.
Mientras Mariela se agarraba su cabeza, Robert se reia.
- Es verdad son muy graciosas. Me recuerdan a ti cuando eras una niña.
- Por que?
- Tambien eras hiperactiva, cariñosa y habladora. Y usabas calzones semanales como ellas. Que gracioso que sigan usándolos. ¿En verdad tienen 15?
Roja como un tomate Mariela respondio:
- S-Si…. Son de mi clase… P-Pero… cuando…-
Mariela estaba punto de preguntar cuando se los vio, pero luego pensó que la pregunta era muy tonta.
Mientras tanto Jessica era invadida por las preguntas de su molesta hermanita menor, Cintia. -
- Es verdad que tienen una maquina de nalgadas?
- No.
- Es verdad que te sientan en una estufa?
- No.
- Es verdad que tenes que pedir permiso para comer?
- No!!
- Wow, en verdad has cambiado. – Dijo su hermana mayor, Diana. – Ya no hablas con insultos, y hasta soportas las preguntas de Cinty.
- Conosco… dos que son mas insoportables. – Bromeo Jessica.
- Ay hermanita, y vas a ir a la universidad católica. Hasta me das envidia. – Dijo con cierta malicia.
- Me estas????- Protesto Jessica. Pero inmediatamente se contuvo. Su hermana sentía bronca de que hallan gastado tal fortuna, solo para evitar que una mocosa estupida no “se desvie por el mal camino”. El simple hecho de tener garantizado el ingreso a la universidad católica haría que en un futuro tenga mas prestigio que ella. Jessica sabia eso, y se mentalizo apenas ingreso. Cuando vio una de sus compañeras acercarse, inmediatamente fue para intentar huir de sus hermanas.
- Alice, aquí estas! –

- Hola Jessica. Te presento a mi amigo, Carl.