domingo, 24 de enero de 2016

Maid Alice 3 pt 2.

Ea, segunda parte!!


-          OWWW OWW OWWWW OWWW….- Proteste tomando mis nalgas y saltando.
-          Desde el principio Alicia, a tu posición.
-          No… por favor..- suplique agitada sobándome y mirándola de espaldas.
-          Alicia son solo 4 azotes. Y debes contarlos. Manteniendote en tu posición.-
-          Antes no debía contarlos… ayy… arde mucho, no puedo….. ayyyy…-
-          Esta bien. Cuando “puedas” vuelve a tu posición, pero ahora serán 6.
-          Seiiiis?
-          Siete. Sin protestas Alicia.-
-          Si… Si… Ayyyy..- Me queje. Respire agitada unos segundos, y finalmente me incline, agarrando mis rodillas.
PAF!
-          OWWW… U…no madam!- Exclame. Y conte cada uno, hasta el final. Me pare luego de su orden sobándome  mis ojos llenos de lagrimas y mi adolorida colita. Ella me limpio una lagrima que alcanzo a escurrirse, y acomodo mi cofia, junto con mi pelo, la cual tendia a desacamodarse cada vez que adoptaba mi posición de castigo.
Tus calcetas Alice.
-          Si … madam… owww, por favor no mas castigos.
-          Es por tu bien alice…- Dijo abrazandome. Continuo arreglando mi uniforme, y me froto un poco la espalda intentando consolarme.
-          Apenas puedo caminar… me arde mucho.
-          Alice. Se una buena maid. No esta bien que protestes tanto. Ni que te sobes de esa forma tampoco. Sin sobarse, ¡¨YA!- Ordeno. Con un gran esfuerzo, entrelaze mis manos adelante e intente no hacerlo. Pero aun continuaba parándome en un pie y el otro.
-          Muy bien. Seras una excelente Maid, alice. Ya estas demostrando serlo incluso.
-          Si madam.
-          Continua con tus tareas. Recuerda que estamos trabajando en tu perfeccion si?
-          Si madam.- Dije.
-          Tu reverencia antes de irte, no la olvides.
Tome mi vestido de ambas puntas e hice una pequeña reverencia luego me fui. Aprovechando que no me veía, me sobe .
“Owwww arde tanto… No imagine que iba a ser asi. Maldita vieja sadica… Me tubo todo el dia de esta forma… Me habrá dado como 50 azotes hoy ya…” Proteste. Escuche mi localizador sonar, y vi que tenia otra tarea agendada. Senti mi panza llenarse de mariposas y rápidamente fui a realizarla. ” Mi cola no soporta mas azotes” Me decía a mi misma haciendo mis tareas apurada. Y al final de cuentas si terminaba resistiéndolos. Nunca crei que quien encontró mi celular con mi mayor secreto resultara ser tan pero tan sadica. Su rostro reflejaba una sonrisa sadica, y hoy me tubo a prueba todo el dia. Me dio muchas tareas, me ordeno verla muchas veces, y me dio un azote por cada minuto tarde en cada ocasión, mas azotes por cada falta en el uniforme, mas azotes por algún detalle que quería corregir. No alcanze a ver mi cola, pero seguro estaba roja como tomate a esta altura. Era tarde ya, y yo estaba sumamente adolorida y agotada. De vez en cuando, caminaba cerca, asegurándose de que mi tare asignada halla sido cumplida. Siempre con ese odioso tawse en sus manos. Mi cola nunca se salvaba de los azotes, a veces me los daba mas despacio si estaba adolorida, a veces me daba uno fuerte que me revivia el dolor. Apenas la veía, sentía miedo, mas cuando escuchaba esa odiosa frase “Alice, posición de castigo”. Al escucharla, inmediatamente debía darle la espalda, separar mis pies, y tocar mis rodillas. Al principio, si me paraba, volvia a comenzar. Y ahora, debía contarlos en voz alta, como si fuera un video de spank. Su disciplina, termino sirviendo, y ahora andaba como loca, de lado a lado, cumpliendo sus ordenes a toda velocidad, sintiendo mi cola punzar con anticipación. Este miedo, y sometimiento constante me generaba una mescla de sensaciones. Una parte mia quería arrojar la estúpida cofia al piso, y mandar el trabajo a la mierda pero recordaba el generoso sueldo. Y la otra, estaba absolutamente extasiada por el morbo y la dominación. “Estoy mojada… .creo que mis bloomers deben estar sucios” pensé. “Debo cambiármelos o se enterara… No, el localizador de vuelta.”
-          Si madam?- Dije presentándome rápidamente.
Ella me miro sonriente, y dijo: Espera ordenes aquí. Muy bien. De a poco mejoras tus tiempos y tu pulcritud.
-          Gracias… madam…- Respondi agotada. Hoy ya había lavado la casa entera, servido de desayunar, comer, y la había ayudado con sus pendientes en tiempo record. Entrelaze mis manos en frente de mi vestido, intentando asi, tapar mis bloomers y que no se note que yo ya estaba mojada. Cuando tenga tiempo, iria a cambiármelos. Desafortunadamente, tiempo no hubo, rápidamente me envio a prepararle el desayuno. Como un rayo, fui, sintiendo mi cola herbir a medida que me apuraba, y que esta rozaba contra mi vestido y mis calzones. Espere al lado de ella servicialmente, y me asegure de que mi cofia no se halla desacomodado en la corrida ni mis calcetas.
-          Muy bien Alice. Ves, solo necesitas motivación. Notaras como en un par de días, ya no será necesario que lleve mi flogger nuevo a todas partes.- Comento ella contenta. Finalmente, se hizo la hora de mi partida. Mientras me preparaba para irme, me queje en voz alta: Estoy tan cansada…. Con mi cola asi no voy a poder andar en bicicleta. Y si mis hermanos o mi familia me ven… owww… duele tanto…-
Camine cansada y cabisbaja y la escuche llamarme: Alicia.
-          Si madam?
-          Si quieres puedes quedarte.
-          Madam… Estoy agotada… y muy adolorida… no puedo mas…- Dijo. – Lo siento…- respondi. Ella sonrio y se acerco a mi. Tomo mi cofia y me la saco, lo cual fue raro, ya que hace poco me había demostrado como se sentía al respecto de verme sin mi uniforme intacto. Luego de eso, acaricio mi pelo y me beso la cabeza.
-          Alice, déjame cuidarte un poco. Hoy te has esforzado mucho. Recuerda que tienes un cuarto para ti. Ven conmigo.- Dijo llevándome de la mano a la habitacion.
La acompañe dócilmente y llegamos.
-          Espera aquí unos segundos ya vengo.-
-          MAdam… en serio, estoy.
-          Alice, has caso.- Ordeno. No pude resistirme a su orden. Al poco tiempo volvió y dijo: Dejame ver esa cola. Note que en sus manos tenia alcohol, y una crema. Me voltee y me baje mis bloomers, ya acostumbrada.
-          Si, debo curartela. Alice, no es solo castigo. No te preocupes.- Dijo. Y tomándome suavemente, me guio a acostarme en sus piernas.
-          Si no te curo, quedaras muy mal. Tu quédate quieta y déjamelo a mi si? Vas a ver que estaras mejor.
-          S-Si…- dije, sintiéndome de repente en lo que parecía ser una situación muy intima. Me acaricio despacio la cola, intente resistirme, pero comenzó a sentirse bien, y en sus piernas, me sentía vulnerable.
-          Esto te va a doler alice, pero es por tu bien.
-          Que… me va a hacer?
-          Alcohol. Necesito ponerlo en determinadas zonas. Ayudara a tu cicatrización.
-          Si..- dije. Y con mucho cuidado sentí el algodón húmedo apoyarse en mi cola. Rapidamente, empezaron a herbir.
-          AYYY- Proteste pataleando, pero la escuche decirme: shhh tranquila. Y acariciarme dulcemente la espalda y el pelo. Intente tranquilizarme y resistir, mientras ella aplicaba el alcohol en las otras zonas. Para cuando termino, el dolor en mis pompis había revivido y no podía dejar de menearme.
-          Tranquila, esta crema te relajara vas a ver. Tu quédate quieta y confía en mi.- Ordeno. Apenas comenzó a aplicarla, sentí una sensación muy refrescante en mis nalgas y muy placentera. Luego de eso, empezó a hacerme suaves masajes para que mi piel absorba la crema. Continuo asi por unos minutos y luego palmeo mi espalda.
-          Ya puedes levantarte alice. No te preocupes, la casa es tuya. Ahora no eres mi sirvienta, solo mi invitada. Al menos hasta mañana.- Dijo.
Me levante, poniéndome mis bloomers nuevamente. Y dije: Pero… Madam. Entiendo que debo estar orgullosa de mi uniforme… pero estoy muy cansada y ya no quiero usarlo.
-          Puedes cambiarte a tu ropa normal. Mejor hasme caso, pegate una buena ducha y te dare el camisón de una de mis sobrinas, asi estaras mucho mas comoda.
-          Bañarme, de vuelta?- Pregunte.
-          Hasme caso Alice. – Dijo. – Puedes utilizar mi baño personal. Tiene jaccuzzi.
-          Jacuzzi? Genial!!- Dije. Entusiasmada, fui al baño, y me relaje, preparándome una ducha. Mientras lo hacia, y el baño se llenaba de humo, sentí a mi ama, tomar mi uniforme y dejar el camisón. Me relaje, y mientras pensaba en lo sucedido., mis manos resbalaron hacia mi sexo y comenzaron a jugar en el. Tuve un orgasmo, y me sentí feliz. No me sentía mas triste por toda la humillación ni la dominación a la que me sometia. Al contrario, me sentía segura, refugiada en ella. Sentia que valia la pena. “Seguro mi uniforme lo llevo a mi cuarto…. Espera, mis bloomers…los habrá visto?” pensé. Sacudi mi cabeza, sintiéndome muy incomoda e intentando olvidar ese pensamiento. Seguramente me lo diría. Luego de eso, Sali de la ducha, y me observe en el espejo, desnuda, mi tez blanca, mis nalgas rojas haciendo contraste. Me seque con mucha paciencia, y decidi hacerle caso, y ponerme el camisón para relajarme el resto del dia. No era una chica de pijamas y camisones, pero decidi seguirle la corriente. Hasta que vi el camisón de su sobrina. Rosa, mangas cortitas con olanes, cuello blanco rectangular con un lasito rosa en el centro, y un nombre bordado en dorado. “Micaela”. No parecía ser muy largo, y al final del vestido también tenia olanes, y unas extrellitas amarillas. “NO PIENSO USAR ESTO!” Proteste. “Hasta puso unos chones de gatitos!!” me queje. “¿Como puede ser capaz de sacar los de su sobrina, esta loca?” Proteste. Y luego me di cuenta que eran los mios, seguramente los tomo de mi bolsa junto a mi ropa. “Debe… haber algún lugar donde pueda comprarme de mi talla..” Suspire, y me los puse. Luego de eso, me envolví en la toalla, y camine hasta mi habitacion, donde me puse mi ropa normal.
Volvi a la sala, y cuando me vio, puso un gesto de desilusión enorme.
-          Y el camisón?
-          El de tu sobrina?- Proteste. – Cuantos años tiene tu sobrina.
-          10 años.- Dijo ella con serenidad.
-          Se nota!!- Me queje cruzándome de brazos.
-          Bueno, es el único camisón de tu talla que tengo.- Comento ella molesta con mi actitud. – No entiendo por que te indigna tanto.-
-          Sabes bien que odio ser tratada como niña!- Me queje.
-          Jajaja, tenes 18 años. Y un camisón rosa no es algo tan malo. Ojala a mi me trataran como a una niña… En que vas a dormir sino?
-          En ropa interior no se…
-          Ay que impúdica. Bueno, como quieras. – Dijo desilucionada. – Es una lastima, seguro te verias muy linda con el.- Comento llendose. Mientras se alejaba dijo: Utiliza el televisor si quieres. Tienes hambre?
-          Si madam..- respondi.
-          No estas trabajando, no necesitas llamarme madam. – Comento. – Te preparare algo para merendar y luego la cena. Hoy has trabajado suficiente.
Contenta por ser consentida, lo agradeci ampliamente. No solo me hizo la merienda, también cene junto a ella. Me trato como a su princesa. Su princesa nalgueada, ya que puso un almohadoncito para que yo pueda sentarme. Me convido de su vino, y luego la acompañe a donde estaba su piano, en donde me deleite y tome junto a ella, mientras la escuchaba.
-          No sabia que tocara el piano.
-          Y por que pensabas que lo tenia?
-          No se… que era… de alguien…- Me rei. – Lo toca muy bien.
-          Muchas gracias…- dijo y se me escapo un gran bostezo.
-          Lo siento dije…
-          No te preocupes, ya es tarde, y estas muy cansada.
-          Gracias… por todo… Hubiera sido terrible llegar y tener que hacerle de comer a mis hermanos. A veces mis padres trabajan hasta muy tarde, y termino siendo su niñera.
-          No te preocupes Alice. Si quieres puedes irte a dormir ya.
-          Pero… me gusta estar con usted. Me hace sentir… calida.- dije.
-          Sino, pues traigo una sabana, te pones tu camisón, y te acuestas conmigo en el sofá mientras vemos una película.
Me puse roja como un tomate y me pregunto: quieres?
-          Yo…- respondi y dijo: Tranquila, mira, en tu habitacion hay una frazada de sobra, es muy abrigada. – Dijo.- Me acompaño a mi habitacion, y continuo: Te alcanzare unas pantuflas de mi sobrina. Entiendo que no te gustan pero son las que hay. Te esperare en la sala del televisor viendo una película. Si no vienes supongo que te quedaste dormida si?
-          Si…- Dije. Me meti y rápidamente me dejo en la puerta unas pantuflas de hello kitty.
Me quite la ropa pensando en irme a dormir. Pero la estábamos pasando bien. Pense en ir en camiseta y calzones, pero eso seria muy humillante. Hasta que vi el tonto camisón rosa. Y recordé la desilusión de ella de no verme en el. “Seguro debe verme como una…” pensé suspirando. “Por que?!” proteste nuevamente. Estoy harta de que siempre me digan que soy muy tierna, quiero que digan alguna vez… no se, otra cosa. Sin embargo, la estábamos pasando muy bien. Y el vino me había afectado. Y el dia tan pesado me había hecho sentir bien. Me dije a mi misma: “Deja de dar tantas vueltas y dale el gusto.” Y me anime a ponerme el ridículo camisón junto a las pantuflas.
“ME veo tan… paresco… paresco…” proteste frente a mi espejo. Moviendome un poco note que el camisón era muy corto y si me descuidaba enseñaba fácilmente mis chones. “En serio voy a hacer esto?” Me queje. Mirandome de costado, vi la irritación notarse a través de la transparencia del camisón, en mis cachetes. Tome una frazada y dije: “Ya fue! “.
Camine tímidamente con mi cara como tomate, viéndome a mi misma cada vez que frenaba e intentaba animarme a seguir. “Micaela…” pensé en el nombre bordado en el cuello. “Quien borda su nombre en un pijama”. Al llegar, el gesto de mi ama fue inigualable.
-          AWWW que tierna!!!- Exclamo. Se acerco y me abrazo. Yo no pude evitar poner una cara de entre odio y vergüenza, mientras, OTRA VEZ, era festejada por lo tierna que me veía.
-          Ayyy, creo que te voy a comprar mucha ropita.- exclamo con mucho sadismo.
-          Ropita? NO!- Proteste. – Ya basta, yo no soy una niña!!- Me queje de vuelta.
-          Ay alice, por que reaccionas asi.- Me dijo molesta, soltándome. – Acaso no te puedo regalar un vestido? No dije que fuera a ser de niña. LA modista que hizo tu uniforme puede hacerte otra ropa. Se que tienes problemas consiguiendo talla.
-          Es… que…- respondi sintiéndome culpable de repente. Cabisbaja abraze la cobija y dije: Lo siento…
-          Ay nena, deci que no estas trabajando o te daría unas buenas nalgadas por responder asi.- bromeo. Me sonroje y sorprendi por la amenaza y la acompañe al sofá a ver sus películas. Eran… aburridas. Pero ella las veía prfundamente concentrada mientras yo solamente disfrutaba la calidez de estar con ella.
-          La modista es muy buena.. A mis sobrinas le ha hecho ropa también, asi que seguramente te ayudara si necesitas ropa de tu talla.
-          Creo que debe ser cara…
-          Si, claro. Es la mejor calidad. Pero esta se puede apreciar fácilmente en tu uniforme. Es perfecto para ti. Tiene un estilo tan “comic japonez” que esta tan de moda hoy en dia. Siendo mi maid personal, quize elegir algo especial. Y siendo tan jovencita supuse que algo asi se te veria mejor que los típicos uniformes que las chicas de limpieza usan. Aparte, con el calor que hace en esta ciudad, y lo mucho que trabajas tu, quize que fuera algo comodo. ¿No es ideal?
-          Si… madam, por supuesto.- Conteste, siguiéndole la corriente. “Eso explica muchas cosas.” Pensé, imaginándola frente al catalogo de la modista, y señalando el uniforme “Estilo comic japonez” que le ofrecían.
-          Ay nena, te dije que no es necesario llamarme madam.- Comento. “Otra vez me llama nena…” suspire.
-          Perdon… jajaja… es que me acostumbre. Tengo miedo que se me escape alguna vez y llame asi sin querer a mis hermanos, o a mi mama.- Bromee. Y bosteze nuevamente. Ella me tomo con suavidad, y me hizo recostar mi cabeza en sus piernas.
-          Shhh… no te preocupes.
-          Pero?
-          Tapate.- Dijo ella y comenzó a taparme con la cobija. Luego de eso, me mimo mi espalda y mi cabello suavemente.

-          Alice, tu cabello es muy corto. Deberias dejártelo crecer. No te ves nada femenina asi.- Dijo. “Precisamente por eso lo tengo asi” pensé arrullandome, y me quede dormida.

Pd: Seguramente deba modificar varias partes. Creo que por ejemplo, Antonella le da 2 camisones blancos ademas de su uniforme. Se me hizo mas divertido esta escena, y por eso la deje asi. Como compensacion, este clip :D ¿No parece una muñequita al principio cuando pone sus manos detras de la cintura? Igual si, la cancion es tonta.



4 comentarios:

  1. Que linda historia, aunque la madame parece media mala jaja espero que continues pronto o con las demas

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  2. Extraño tus historias, esta fue muy buena ahora quiero una madam asi

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  3. Si te hago un dibujo de la historia que quieras, ¿continuas con ella?

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