viernes, 18 de septiembre de 2015

E-Institute 7.

 Segui escribiendo Obsecion. Un monton. Pero de repente me re-entusiasme con esta historia. Esta bueno el concepto futuristico. Y al fin tengo word! Ea :D Asi que di un orden a varias cosas. Hize un cuadro de personajes, y de reglas, y de disciplina, y de uniformes. Asi es un poco mas entendible la historia. Aun no los complete, pero ya lo voy a hacer. Ummmm Enjoy!!

E-Institute 7

Brighton llego a la clase, viendo a todas sus alumnas esperar en fila. Todas esperaban con sus uniformes impecables y la cara llena de nerviosismo debido a la fama que se había hecho. Cada vez que veía esto, Brighton recordaba el esfuerzo que tubo que realizar para poder llegar a este punto, y apreciaba su recompensa ante esto. Solia tomarse un tiempo, antes de revisar uniformes para observar a todas sus alumnas y saludarlas. En ese tiempo, observaba si alguna había sido rejuvenecida, si tenia un prendedor rojo o la expresión de dolor de cada una ya que sabia que esos asientos eran muy incomodos. Paulina especialmente no podía disimular la cara, su colita continuaba ardiendo de la mañana y el peso de su cuerpo se apoyaba en sus adoloridos muslitos. Nerviosa, intentaba recordar todo lo de su uniforme, intentando no recibir otro castigo.
- Niñas, de pie.- Dijo y todas las chicas se pararon bien derechitas al lado de su asiento.  Brigton camino lentamente alrededor de todas. Como siempre, para su clase se mostraban impecables. Pero detrás de esas apariencias tiernas e inocentes había asesinas y delincuentes en la vida real. Si ellas se veian asi era por el esfuerzo de sus disciplinadoras. Las medidas disciplinarias por ende nunca sobraban.  Recorrio todos los pupitres observando cuidadosamente, y dio unos cuantos reglazos a algunas por detalles minisculos. Al final se paro en frente y dijo.
- Bueno señorita Redglow, pase en frente.-
Paulina sintió su corazón latir apresuradamente.  Nerviosa, respondio “Si maestra” y camino al frente de la clase. Sintio miedo de que la llamen para castigarla y observo el rincón de reojo.
- Hice algo malo?- Pregunto paulina asustada.
Brighton sonrio y dijo: Eso Vamos a ver. Terminaste tu tarea?-
- Si…
- Dejme verla.-
- Si maestra.- Dijo paulina, fue a buscarla rápidamente y se la entrego.
- Mmmmm….- Dijo Brighton leyéndola. Luego palmeo su cabeza.- Muy bien. Por eso te hice pasar al frente, para que muestres como una alumna ejemplar debe comportarse. Dejame revisar tu uniforme.- Dijo y la paro, mirando a la clase. Paulinase sintió intimidada, de vez en cuando se paraba cabisbaja, sonrojándose. – Bien derechita.- Le ordenaba Brighton, cuando perdia su posición.
- El peinado, la blusa, y tu falda se ven perfectas. Tambien tus soquetitos. Media vuelta. – Dijo la maestra. Paulina asintió con su cabeza y volteo.
- Muy bien, los tirantes en perfecta posición y la raya de las trenzas muy correcta.- Dijo ella. – Levanta tu falda.-
Paulina se quedo estatica, muerta de vergüenza.
 - P-Pero…-
- Perdon? – Dijo Brighton.
- Si, lo siento maestra. – Respondio Paulina, anticipándose. Muy avergonzada, levanto su falda mostrando su ropa interior.
- Muy bien, veo que es la del dia.- Paulina volteo viendo a sus compañeras con la cara como tomate.
- Que tierna, la colita y la cara igual de roja que su pelo. Estan asi por la disciplina anticipada?.-
Paulina bajo su falda, pero Brighton la regaño:  Nena, nadie te dio permiso de hacer eso, levantala de vuelta, estamos observando tu uniforme. Paulina tubo que levantarla nuevamente, observando avergonzada atrás suyo.
- Responde tu pregunta, eso fue solo por la disciplina anticipada?
- No maestra…-
- Por que fue.-
- No levantar la mano para hablar, y no ser respetuosa con… la señora Gyz.- Respondio, pensando sus palabras. Comenzo a sentir miedo sabiendo que Brighton podría usarlo como excusa para castigarla.
- Y el prendedor rojo es parte de tu uniforme también?- Se burlo Brighton, hostigándola. Paulina no respondio y se quedo cabisbaja.
- Responde cuando te hablan nena.- Dijo ella y se paro acercándose. Paulina la escucho y asustada respondio rápidamente.
- No Maestra!-
- Por que lo tenes?-
- Estoy… castigada.-
- Y por que?
- Desobedeci a la señora Gyz…
- Ay, mira usted. Tan tierna que se ve la pequeña redglow, pero si una indaga, descubre cosas no es asi?¡ Que orden te dio?
Paulina sintió su cara roja y dijo: Tenia… que tener mi pijama desabotonado para desayunar y no lo hice.
- Bueno, aquí también me desobedeciste. Cuando te doy una orden la debes cumplir inmediatamente.- Dijo Brighton apoyando una mano en su espalda. – Capaz deba ponerte otro prendedor rojo.
- No maestra por favor!!!- Exclamo Paulina asustada. Volteo y la vio suplicante.
- Eso o preferís que te castigue yo? Por que un castigo necesitas. Paulina empezó  sentirse aterrada, pero pensó que después de todo, si Brighton la castigaba seria seguramente sobre su bombacha y no podría ser tan severo como ir al centro de disciplina con 2 prendedores rojos.
- Castigueme usted maestra… L-Lo siento…- Respondio, mas por miedo que por sinceridad.
- Esta bien Redglow, acomódate tu uniforme.-
Paulina dejo caer su falda y su fondo, acomodándoselo.
- Que castigo preferís? En el tiempo en el que te discipline, debo saber cuales son mas eficientes en ti. Podes elegir entre 5 reglazos, o 50 lineas, o unos 15 minutos en el rincón. La paleta y el bonete solo la uso cuando las chicas se portan muy mal no te preocupes.
Paulina se encontraba muy adolorida para mas azotes asi que dijo: Lineas… O rincón.
- Lineas o rincón?- Pregunto Brighton. – Cual de los 2? Recuerda que aun asi debes prestar atención a la clase. Paulina pensó, hasta ahora nunca había sido puesta a escribir líneas. Solo había sido enviada al rincón, pero lloro tanto que no se lo acordaba bien.
- L-Lineas…- Respondio.
- Muy bien, llenas el pizarrón de “No debo ser desobediente.” –
- Si maestra…- Dijo Paulina, se fue al pizarrón y limpio con el borrador la parte que alcanzaba, luego tomo una tiza y empezó a escribirlas sintiéndose un poco ridícula y “castigada”. Pero se consolo pensando que era normal que las chicas sean castigadas, y mas en la clase de Brighton, por lo cual no debería sentir vergüenza. Recordo la regla de continuar pensando en la clase a pesar de su castigo, asi que volteaba a ver de vez en cuando lo que sucedia, mientras escribia líneas, estirándose lo mas alto que podía. A veces sobaba su cola, pero al recordar  a las chicas que había visto sobarse mientras escribían líneas se sentia tonta y dejaba de hacerlo.
- Chicas, dejen sus tareas.- Dijo Brighton, y las vio a todas marchar, unas mas nerviosas que otras. Las chicas contaban con una carpeta especial, solo para tareas, que debían entregarla tengan hecha su tarea o no. Esta era su parte favorita, ya que ya podía empezar a repartir castigos, y le encantaba tener su clase llena de chicas adoloridas, una en el pizarrón escribiendo líneas y 1 en cada rincón.
- Excepto… tu.- Dijo señalando a una. Paulina volteo a ver, y noto que era una con jumper.
La chica se paro en frente de brigton y ella dijo: Bueno, no solo te castigaron, también te rejuvenecieron. Ahora eres de secundaria no es asi?
La chica se notaba que había llorado bastante. Era comprensible, Paulina había sido rejuvenecida injustamente, y por eso le daban trato especial. La chica esta seguramente recibió un severo castigo además de su rejuvenecimiento. Si a eso le  sumas el incremento de sensibilidad era muy razonable su estado.
 - Si Maestra…
- Cuantos años te asignaron?
- 15 maestra.
- Que bien, que se siente?
- No se…- Dijo ella, sinceramente confundida. Se quedo cabisbaja y Brighton dijo: Voy a revisar tu uniforme, mientras todas entregan sus tareas. Para asegurarme de que lo usas correctamente. Paulina intento apresurarse con sus tediosas líneas, ya que la posición era muy incomoda y la clase pronto comenzaría. Sin embargo, pudo observar como Brighton la revisaba entera, incluyendo su ropa interior.
- Muy bien, espero que hayas aprendido a no faltar el respeto no?
- N-No maestra…- Dijo la chica, con cierto nerviosismo y miedo en su voz.
- Ve por la paleta.-
- Eh?- Respondio ella asustada.
- Veo que aun no has aprendido. Tu respuesta debería ser “Si maestra”. O queres que luego de tu castigo quedarte en el rincón con tu bonete como ayer?
- No maestra, ya se la traigo!- Dijo la niña asustada. Paulina entendio que era la chica que había visto sentada toda la clase en el rincón. La chica al acercarse por la paleta que se encontraba cerca de paulina, mostro su cara llena de miedo y sus ojos ya lagrimeando.
- Muy bien, apoyate en el pupitre. Te dare mas castigo por lo de ayer y luego volveras a tu asiento. Y mas te vale que tu tarea este terminada, o te tocara otro prendedor rojo y volveras al rincón.
- Si maestra.- Dijo ella obedeciendo rápidamente y muerta de miedo. Mientras escribia líneas, paulina podía observar el rostro de la chica, preparándose para el primer paletazo. Se distrajo un poco, y la vio saltar y gritar al recibir el primero, y luego murmurar levemente “1 maestra, gracias”. Paulina decidio concentrarse solamente en sus líneas y apoyo una mano defensiva en su cola, sobándose levemente. Observo su prendedor rojo y supo que si no se portaba bien con Brighton sin lugar a dudas seria la próxima.


- AYYYYYYY, TRES MAESTRA BRIGHTON, GrACIAS!!!- Exclamaba la chica entre lagrimas saltando por cada azote y aferrándose al pupitre. Paulina no podía entender por que estaba tan nerviosa. Sentia como si la azotaran a ella en vez de la chica mientras escribia sus líneas. Tenia ganas de llorar y tirarse al piso pensando que podría ser la siguiente casi sin proponérselo. Incluso, capaz lo seria, ya que no sabia que castigo le habían asignado en su prendedor rojo. Cada vez que escuchaba el ruido de la paleta azotar contra la piel y los llantos de su compañera, saltaba sin querer del susto y se tapaba la cola con una mano defensivamente, sin saber por que. Agradecio que al menos, no se perdería nada de la clase.
- WAAAAAAA NO PUEDO NO PUEDOOOO- Exclamaba la chica, paulina volteo y la vio agarrándose la cola.
- Ahora no podes, pero ayer estaba muy rebelde no? Volve a tu posición ya mismo!!
- LO SIENTO NO PUEDO WAAAAAAAAAA- Exclamo llorando.
- Continuas siendo desobediente!-Protesto.
- Por favor maestra!!- Dijo la chica volteando. – Hago líneas si quiere, o voy al rincón, pero ya no aguanto mas!!- suplico.
Brighton suspiro y dijo: Esta bien, te sentas en el rincón con tu bonete.
- Gracias!!! Gracias!!- Dijo ella y fue al rincón, se sento en la silla alta y se puso su bonete. Paulina se vio espantada ante la idea, someterse a un castigo tan humillante a propósito solo por que no podía soportar el dolor. Observo su pizarrón y conto las líneas “Faltan 10” pensó y se apresuro: “No debo ser desobediente”
- Redglow, cuantas te faltan?
Paulna se asusto y salto en el lugar. – S-Solo 10…- respondio.
- Bueno, voy a asignar ejercicios mientras reviso sus tareas. Quienes no las terminen para cuando termine de revisarlas serán castigadas. Y eso te incluye. –
- Si maestra…
Paulina escribió rápidamente, y pudo ver como a la chica del rincón la maestra le alcanzaba su carpeta para que ella también trabaje. Era lamentable ver como la pobre se lo agradecia y comenzaba a realizar sus ejercicios en su estado.
Termino las líneas y luego de “agradecer su disciplina” se dirigio rápidamente a su asiento y se apresuro en sus ejercicios.
Luego de 20 minutos, Brighton ya había terminado, y afortunadamente paulina también.
- Bueno, ya termine de revisar, y tengo prendedores rojos para varias. Pero primero quiero revisar también si terminaron sus ejercicios.- Mencion y se acerco a la chica del rincón.
- Dejame ver.-
- Si maestra.
La mujer reviso y dijo: Bueno, ves como si queres podes? Sacate tu bonete y volve a tu asiento.
- Si, gracias por mi disciplina maestra!- Respondio angelicalmente y volvió, con su cara roja por las lagrimas de su anterior castigo. Brighton se acerco una por una, revisando sus ejercicios y dando prendedores rojos a quienes no habían hecho sus tareas. Aprovechando los asientos, repartia dolorosos reglazos sin dudar, y puso una que no había alcanzado a completarlos en el rincón. La clase, avanzo sin embargo, sin mas hasta que finalmente termino y todas dejaron el aula. Paulina, Rocio , Jeannie y Ashley, conversaban fuera de la clase, caminando por los pasillos.
- Esa Brighton es brutal… Que suerte que ya no la vemos hasta el viernes.
- Nunca sentí tanta vergüenza en mi vida…- Dijo Paulina. – Y tanto miedo… A esa chica que rejuvenecio...
- Me salve de que me haya hecho algo a mi…- Dijo Rocio.
- Pobre lloro, un monton.- Dijo Jeannie.
- Pues se lo merece.- Afirmo Ashley . – Estaba muy irrespetuosa.
- De que lado estas?- Protesto Rocio.
- No seria injusto también si ella se comportaba asi y no la castigaban de esa forma, pero a nosotras si por responder mal?- Se quejo Ashley.
- Si…- Dijo Jeannie. – Pero debio haber sido horrible, esa Paleta arde horrores…
- No digas eso, que a Paulina aun le falta ir al centro de disciplina.
Paulina se acordó sobresaltándose, luego la vio a Rocio molesta.
- Recordas que por bromear asi te bajaron tu edad no? Vas a terminar en primaria como Paulina.
- No me usen de ejemplo!- Se quejo Paulina. – Es mi segundo dia nomas y esto ya es un infierno.- Dijo asustada, recordando su prendedor rojo.
- En verdad vas a esperar la ultima clase?- Pregunto Jeannie. – Las maestras son… un poco
- Sadicas!- Menciono Rocio y Ashley le tironeo de la oreja. – Ow!!!-
- No la asustes a propósito.
- Solo digo, que cuando tenemos un prendedor rojo siempre dicen cosas y a veces nos castigan sin razón… Y si te ponen otro … una vez me paso.- Dijo Jeannie.
- Creo… que mejor si voy ahora.- Suspiro Paulina.
- Te esperamos en el patio- Dijo Ashley.
Las 3 se fueron y Paulina camino cabisbaja hasta el centro de disciplina. – Ojala pudiera arrancarlo.- Penso.  Llego al pasillo y se sento en fila junto al resto de las alumnas que soportaban la tortura psicológica de escuchar los gritos y ver a sus compañeras salir muertas de dolor y sin siquiera conservar la decencia. Lo peor, ya sabia lo doloroso que era, y sabia que iba a ser un buen castigo. Cabisbaja, sintiendo un vacio en su estomago, sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas a medida que iba llegando su turno. No había ni una sola que saliera normalmente gracias al programa de rejuvenecimiento. Sabian como ajustar la sensibilidad para que cada reclusa odiara con toda su alma los prendedores rojos. Siempre se las podía ver sobando sus colas, ojos, y algunas hasta con la bombacha aun en su mano, mostrando su cola como tomate mientras iban apresuradamente al baño. Finalmente, Paulina esperaba junto a 1 mas adelante su turno, noto que se había formado cola detrás de ella, asi que había muchos testigos de su miedo y desesperación. Penso en irse muchas veces, pero recordó a Brighton y opto por aceptar su castigo y no forzar su suerte. “Como se supone que no iba a dsobedecerla. Caminar por toda la escuela mostrando mi cola, es ridículo.” Protesto Brighton. Entro la que estaba adelante suyo, y se quedo muda. Su panza comenzó a doler mientras pensaba que seria la próxima. En poco tiempo, se abrió la puerta, y vio a su compañera salir llorando, y caminando incómodamente, dirigiéndose al baño.
- La que sigue.- Dijo el señor.
Paulina se paro e ingreso.
Al entrar, se saco su bombacha como la ultima vez poniéndola junto al resto. Era llamativa, tantas bombachas lisas y estampadas y solo una con un gigantesco dibujo y el dia. Se imagino a si misma mostrando su cola por ordenes de Brighton y sintió un poco de vergüenza pero sentía mas miedo que vergüenza en el momento. Se limpio un poco las lagrimas y se acerco al señor quien se mostraba ocupado. Habia solo una chica en l rincón y el estaba asegurando a una de jumper y coletas en una maquina mientras otra, lloraba resignada en la otra. En el medio de ambas maquinas había una libre. Ella se acerco a el, e intento hacer una reverencia respetuosa. El dijo: Tu otra vez aquí?
Paulina no supo que responder y el apretó su prendedor con sus dedos.
- Mmmmm… Desobedeciste un castigo. Esta bien, ven conmigo.- Dijo y se fue a una de las maquinas. Paulina sintió horror y dijo: - No… me va a nalguear sobre sus piernas esta vez?
- No, Has caso, o te aumento el numero. Debes obedecer siempre, en vez de perder tiempo cuestionando.
Paulina se acerco nerviosa, mientras vio a la chica que lloraba resignada mientras los azotes caian en su cola. Pataleaba levemente, lo que la correa le permitia, mientras el brazo mecanico soltaba azotes con una pequeña paleta que parecía de ping pong. La de su derecha, permanecia inmóvil, expectante. Por lo visto, la maqina de ella, tenia cerca algo que parecía contener un cinto. Llego a la maquina y el hombre fácilmente la alzo acostándola sobre el potro de esta. Esta maquina se veía mucho mas rudimentaria que la que usaban para asignar su edad. Parecia que tenia la única función de alivianar el trabajo del hombre, quien no paraba de repartir disciplina a todas las alunas que eran enviadas. Paulina quedo acostada en el potro boca abajo, sintiendo su sangre ir un poco hacia su cabeza. Sus trenzas, colgaron pegándose a su cara y hasta pudo sentir su cuello de marinera correrse un poco. El hombre, rápidamente amarro correas alrededor de sus codos, espalda, caderas y rodilla. Paulina intento patalear levemente, notando que las correas le permitían mover piernas y brazos, pero no protegerse del instrumento. Ya atrapada en esa posición el hombre dijo: Ya vuelvo contigo. Paulina observo como la chica a su izquierda se encontraba con los ojos cerrados, moviendo su cabeza y brazos por cada azote, intentando resistirlos, y llorando mientras estos caian. Esta parecía ser de “preparatoria” (suponiendo que su uniforme era de primaria, el de rocio de secundaria y el de Ashley de preparatoria). Y ponía mucha concentración en aceptar su castigo y no gritar tanto. La chica de su derecha, tenia jumper. Esta se mostraba muy asustada, observando de vez en cuando detrás, mientras el hombre preparaba el instrumento de la maquina. A veces, observaba a Paulina poniendo gesto de molestia. Puso gesto de sorpresa cuando levantaron su jumper y la polea con el cinto, comenzó rápidamente a girar, sonando contra sus nalgas. Ahí rápidamente la chica se desespero, saltando en su lugar, pataleando, moviendo los brazos, gritando: AY AY AY AY AYAYAY y sacudiéndose, pero las correas solo permitían sacudirse lo suficiente. Paulina puso gesto de horror al ver como el hombre se dirigía a su maquina comenzando a prepararla, mientras observaba a sus dos compañeras. La chica de la derecha, comenzó a suplicar pero el hombre dijo- mientras continuaba con su trabajo-: Se va a terminar cuando se termine. Y si escucho algo que no me gusta voy a añadir mas tiempo.
De reojo, Paulina pudo observar como el hombre, colocaba algo parecido a una regla en el brazo mecanico de la maquina. Esta era un poco mas ancha que una regla normal y parecía ser del tamaño de su cola. Luego de asegurarlo bien, levanto su falda y su fondo.
- Ay por favor que no sea tan fuerte…- Dijo Paulina sin querer en voz alta, y sintió la madera apoyarse en el centro de su cola.
- Por lo visto no vas a necesitar calentamiento. – Dijo el hombre, calculando el centro de su cola. Teniendo en cuenta lo que había sucedido con Paulina, asigno la intensidad, velocidad y numero de azotes. La maquina los repartia automáticamente, y al ser una maquina vieja era algo que no podían modificar. Siempre daba 2 arriba, 2 en el medio 2 en los muslos y asi hasta que a veces daba 5. Intento disminuirle la velocidad para darle espacio entre cada azote y la intensidad se la puso baja. Paulina noto recién, que en frente de las 3 habia una pequeña pantalla. La de la izquierda decía 30 y se iba descontando rápidamente, mientras que la de la derecha decía 130. Esta bajaba también muy rápidamente. Al instante se apareció un letrero que decía 100. Sintio mucho nuevo nuevamente y luego, el primer fuerte azote caer en el centro de su cola.
- OW!!- Exclamo sin querer por la sorpresa, y noto que el numero en la pantalla disminuyo a 99.- AYY!!- Exclamo al sentir el próximo. Y asi, los azotes comenzaron. Paulina al principio gemia por cada azote, gritando fuertemente ay, y observando a sus compañeras soportar la maquina. Volvio a culparse por quedar atrapada en esa horrible situacion y supuso que aun asi seria una locura andar por toda la escuela con su pijama desabotonado. Sin embargo, los azotes eran muy dolorosos, y apenas tocaron los 2 de sus muslos, paulina rompió en lagrimas, sacudiéndose y meneándose por cada azote igual que su compañera de la derecha. – Ahhhh AYYY AYYY AHHH AYYY- Gemia intentando soportar el dolor, observo la de su izquierda intentando imitarla, pero el dolor era muy fuerte. Las lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas llendose a su boca, y empezó a respirar agitada, intentando frenar sus mocos. Sintio los 2 azotes en sus muslos, y luego otro mas sintiendo que su piel se iba a quebrar. Al recibir el cuarto grito: NO NO!!! y levanto sus piernas, sin excito, debido a las correas. Sintio uno mas y luego los azotes continuaron en el resto de la cola. Paulina, comenzó a convencerse que deberá acostumbrarse a caminar mostrando su cola por toda la escuela si Gyz se lo ordenaba, mientras la maquina la hacia desesperarse del dolor.
Mientras tanto, el señor a cargo, hacia pasar a la próxima alumna.
- Ya veo… Esta bien, son 10 con la paleta, y luego deberas llenar líneas-
- Si señor.- Dijo la chica adoptando su posición.
Paulina lloraba vivamente mientras iba por el numero 50 cuando noto que a su compañera de la izquierda, la liberaban. Escucho agradecer su disciplina llorando, y luego vio que una de primaria como ella era puesta en la maquina. Paulina cerro los ojos, intentando soportar su castigo, aunque la distraía como la chica de su derecha gritaba aun mas que ella, a pesar de tener un model mas grande. Claro esta, su castigo era muchísimo mas doloros. Observo su pantalla, como ella, solo le quedaban 50, pero la polea, daba rapidísimos azotes asi que la cuenta bajaba rápidamente. Paulina comenzó a sentir que no podía soportar ni un azote mas, su piel parecía que se iba a quebrar, y cada azote dolia horriblemente. Lucho contra las correas de vuelta, naturalmente sin excito, y luego por la desesperación, comenzó a gritar.
- AYYYY BASTA POR FAVOR AYYYYYYYYYYYYY-
El hombre le respondio, mientras se encargaba de ponerle las correas a la chica de su izquierda: Silencio, continua gritando asi y te aumento el numero.
- DUELE DUELEEEE AYYYYYYYYY!!!!!!!- Exclamo y vio como de 40, aumento a 50.
- NOOOOOOOOOOOOO
- Puedo continuar haciéndolo. Silencio.- Ordeno el. Paulina lloro desconsolada, y pronto eran 3 haciendolo ya que la de su izquierda comenzó a llorar también. Paulina, vio como la de su derecha, era liberada y agradecia por su disciplina. El hombre, se comportab seriamente. A diferencia de Brighton que se mostraba sadica con las chicas, o Gyz, que a veces era estricta o maternal, el señor trataba a las alumnas con bastante frialdad y lo veía como un trabajo a ejecutar. Se comportaría de la misma forma si tuviera que trabajar con madera, o cortando trozos de metal con un soplete. Su trabajo en este caso consistía en castigar colegialas y dejarlas con la cola hirviendo y prometiendo (tanto a el como a si mismas) no volver a tener que usar un odioso prendedor rojo.
5…. 4….3…..2…..1…..0
Paulina finalmente vio el contador llegar a 0 pero su cola continuaba hirviendo horriblemente y no podía dejar de llorar agitada. Se dio cuenta lo considerados que fueron con ella el primer dia, y ahora si estaba segura de que no quería volver a portar un prendedor rojo nunca. En 1 minuto, el hombre la libero y Paulina se arrodillo tomando con ambas manos su adolorida cola. No solo ardia, le sentía una textura particular ahora, a diferencia de las anteriores veces. Lloro desconsoladamente y escucho el hombre decir: Hasta que no lo digas no te vas a poder ir. 

Limpiandose sus lagrimas que no paraban de fluir dijo: G-G-Gracias por mi discip…Ah…Disciplina..- Y fue por su llamativa bombacha, procurando no cconfundirla con su compañera.  Volteo a  ver su cola, y le pudo ver una textura diferente, solo tocarla dolia, y se veía… efectivamente muy hinchada. Intento ponerse su bombacha, pero el elástico de esta apretaba sus muslitos haciéndola arder. Envolvia su hinchada cola y al hacerlo, la apretaba reviviendo el ardor y haciéndola llorar de vuelta. Paulina abrió la puerta, tomando su hinchada colita con una mano y sobando sus ojos, mientras limpiaba sus interminables lagrimas. Y al salir, vio una fila de alumnas observándola muy asustadas, como si ella fuera su futuro inmediato. Paulina estaba demasiado concentrada en su sufrimiento para sentir vergüenza, quizo estar sola y corrió al baño. Se metio escondiéndose en uno de los pocos lugares libres, aunque claro, los baños no tenían puertas, y ella por lo tanto no pudo tener la soledad que quería. Su cola le daba puntadas mientras los elásticos de su pequeña bombachita infantil le recordaban lo hichada que estaba su cola. Lloro unos 5 minutos mientras veía llegar mas alumnas recién castigadas al baño. La chica del jumper que lloraba histéricamente con el cinturón, también estaba ahí. Paulina tenia ganas de ir y quedarse en su habitación, de todas formas, estar sola era inseguro. Cuando pudo reincorporarse, se arreglo su uniforme y pelo. Acomodo su falda y su fondo, metio la blusa dentro de esta y la arreglo también. Se lavo la cara , viendo como había quedado con los ojos bien rojos y se fue caminando lenta e incómodamente al patio para buscar a sus amigas. Pero esta vez, a pesar de la vergüenza y las miradas, el ardor no le permitio dejar de sobarse.









(si supiera dibujar... haria mucho mas cosas. Pero bueno, una idea de como son las maquinas en el centro de disciplina. Tengo que imaginarle un nombre mas corto.... Soy malo con los apodos. ) 
Ah y ya que estamos, asi serian masomenos tambien las de la disciplina anticipada:



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