-
Como te fue contanos?
-
Bien…
-
Pero contanos!! Que hiciste.
-
Limpie.
-
Que mas?
Entre mis hermanos, y mis padres, se peleaban por sacarme información.
Informacion que no iba a dar. Ni loca contaba lo que había sido mi primer dia.
Sentada a la mesa, el escozor era muchísimo mas molesto por que estas eran
sillas de madera y no tenían su almohadoncito como las de la mansión.
-
Fui a limpiar como siempre. Y le hice de comer.
-
No le habras dicho algo tonto no?
-
No…
-
La hiciste enojar?
-
Ya!! Déjenme tranquila.- Me queje. Obviamente no me dejaron tranquila hasta que
fui a mi habitacion. Ya en ella, me baje mis pantalones y mire mi cola. Se veía
apenas rosada, aunque sentía que me ardia bastante. El ardor a veces empezaba a
volverse molesto. A veces. Pero sino, andaba con mi sonrisa de oreja a oreja.
Cambiandome a mi pijama, me acosté en mi cama y mire mi nueva identificación.
“Que cara” pensé. Recorde un poco mi dia, y toque mi cola. “Mi primera
nalgueada… fue peor de lo que imaginaba..” dije, y sentí que la de la
identificación era otra chica. Guarde el carnet, y programe la alarma,
preparándome para dormir.
Al otro dia me desperté con mucho sueño. Sentia mi cuerpo cansado, y
observe la alarma. Pense que lo mejor era apurarme y llegar a la hora que dijo.
Un poco me da morbo… recibir otro castigo. Pero me recordé a mi misma que es un
trabajo, no un juego. Y me propuse tomarme con seriedad lo de : “Ser la Maid de
Madam Mignonette” Viaje hasta alla en mi bicicleta y luego de ingresar, me fui
a la habitacion de servicio. Me bañe, y me puse mi uniforme. Tube
complicaciones en hacerlo tal y como predijo Antonella, pero con un poco de
maña lo logre. Finalmente, me mire en el espejo. “Creo que exagere” pensé
haciendo poses. “No es tan cursi como pensaba. El moño es lo mas llamativo sino
se veria normal. Solo que muestro mucho mis piernas…” pensé estirando mi
vestido. Apenas se dieron las 8 vi como mi localizador comenza a brillar.
“Despacho” pensé y me apresure a ir.
-
Si madam?
-
Alice, que aplicada.- Dijo, me observo y
comento: Y te ves impecable, muy bien. –
-
Gracias jajaja…. Me fije mucho.- Comente.
-
Nada mas quería decirte que cuando llegues debes
realizar tus quehaceres normales y sencillamente estar atenta a tu localizador.
Solamente eso si?
-
Si señora.
-
Muy bien, continua con ellos.- Comento.
Espere algo emocionante, pero el dia se volvió muy parecido al anterior.
A veces limpiaba sola, y sino, me la pasaba cumpliendo tareas que el localizador me mandaba y que me hacían sentir
que era la sirvienta de una maquinita. Ya sean mensajes verdes, o mi agenda que
me recordaba a cada rato tareas que mi ama me había programado para el dia.
Esta vez me anticipe, y comi antes de realizar su almuerzo, para poder servirla
como ella deseaba. A pesar de mis esfuerzos, solia corregirme constantemente.
Siempre algo encontraba. Pero supuse que era algo normal en su personalidad y
no me lo tome a pecho. Ese dia paso rápidamente, y la semana también. Me
acostumbre a verme a mi misma en uniforme y dejo de avergonzarme tanto que me
vean extraños. Cuando recibia algún papel, o paquete, la mayoría cambiaba
rápidamente su expresión al presentar mi identificación. Eso me hacia sentir un
poco importante. Pero a veces me era muy aburrido esperar tanto tiempo al lado
de ella sin hacer nada. A Mignonette parecía no importarle, y debía permanecer
horas parada a su lado cumpliendo esperando ordenes. Ordenes que podían ser muy
simples o tontas. Alcanzarle algo, servirle un café, o alcanzarle un papel. Sin
embargo yo podía notar que disfrutaba mucho mi compañía. Mignonette era una
persona silenciosa, quien siempre estaba inmersa en sus pensamientos. Yo era
simplemente su maid, y no ocupaba el tiempo con palabras para entretenerme.
Solamente hablaba cuando lo veía necesario o quería comentarme algo. Y me hacia
estar junto a ella cuando extrañaba la compañía humana, sino me enviaba a
continuar con mis deberes. A pesar de su aparente frialdad, podía darme cuenta
de una infinita sastisfaccion en ella, como si hubiera deseado tenerme asi hace
mucho tiempo. A veces me miraba con tanto placer, que me intimidaba y me hacia
sonrojarme. Por lo general, me daba una orden luego de hacerlo, como intentando
distraerme. Yo continuaba fantaseando, con otra nalgueada de su parte. Pero no
quería comportarme como el lunes de vuelta. Mescle un poco de mi frustración
ese dia, con mi inseguridad y deseo de un castigo para agotar su paciencia. Y
si bien lo disfrute, luego me arrepentí de haberme comportado tan
impertinentemente con ella. Empece a comprender sus gustos para desayunar,
comer y merendar. Y sentí cierto placer en complacerla. Me imagine que iba a
comportarse mas bien como una dictadora, pero por momentos era realmente dulce
conmigo. Y por momentos, demasiado dulce. A veces, me trataba como si fuera una
niña pequeña, cosa que yo detesto. Quienes llamaban a la casa, en esos días,
empezaron a reconocerme al teléfono, y me comenzaron a tratar con mas
amabilidad. Todo continuo bastante bien hasta ese jueves.
Mi delantal comenzó a brillar con una luz azul. Asi que inmediatamente
fui a la oficina de mi ama.
-
Alice, limpiarias mi oficina por favor?- Me dijo
con dulzura. – Tu sabes, tiende a llenarse de tazas de café.
-
Si señora, con mucho gusto. – Respondi. Si
quienes me conocen m vieran asi, se reirían. Pero comenzaba a disfrutar
servirla. Fui por mi escoba y mis cosas, y energicamente limpie su oficina.
Antonella continuaba concentrada en sus cosas. Pero de repente dijo: Alice, hoy
viene a visitarme una de mis proveedoras. Es una persona de confianza para mi,
y sabe que eres nueva. Sin embargo tu deber será atendernas a ambas. Es muy
importante que tu desempeño sea excelente asi que vete preparando si? Ya anote
en tu agenda su horario de llegada.
-
Si madam….- Dije un poco nerviosa.
Intente limpiar la casa, para que se vea
impecable. En mi mente había planeado una merienda para ambas, teniendo en
cuenta lo que le gustaba a Antonella.
Finalmente escuche la llamada, y fui a
recibirla. Era una mujer, muy alta, de cabello rubio y parecía tener 50 años.
-
Hola nena… tu… eres?- Pregunto. “Acaso el
uniforme no es obvio? “ Proteste para mis adentros. Como siempre, saque mi
identificación, y seriamente dije: Maid alice, para servirle.
-
Ah, tu eres quien me comento. Mucho gusto
señorita.- dijo y me entrego su pesado abrigo. Lo alze con incomodidad y dije
por debajo de el: Mi ama la espera, pase conmigo por favor.
Intente acomodar el abrigo para que sea sencillo de transportar y al
llegar, procure ponerlo en la percha donde cuelgo los abrigos. Sin embargo era
un poco pesado y la percha era….muy alta para mi. Tube que dar varios saltos
hasta lograrlo. Cuando devolví mi atención a la visita, me observaba
sonrientemente. Avergonzada, estire un poco mi vestido y comente: Acompañeme al
comedor y póngase comoda mi ama ya estará con usted.
Fui a la cocina a preparar la merienda, y llame con el localizador a
Antonella.
-
Madam, ya llego quien esperaba. Esta en el
comedor. Estoy preparando la merienda.- Comente.
-
Si alice, ya voy alla. – Dijo. Prepare primero
lo que acostumbra tomar Antonella. Cuando fui a dejarlo en la mesa, ambas ya
conversaban acaluradamente.
-
Oh, mira Elizabeth. Te la presento. Ella es mi
Maid, su nombre es Alice.- Dijo ella. Yo intente ser cordial y dije: Para
servirla.
-
Al fin concretaste tu deseo de tener una. Me
habias comentado que estabas muy entusiasmada. Ella es…- Dijo y me sonrio como
viendo a una niña. – Ciertamente adorable… pero, ¿Cuántos años tiene? ¿Puede
trabajar aquí? ¿No iras a tener problemas?
Obviamente me enfade. Intente quedarme callada y disimular mi enojo. Por
lo visto no funciono y Antonella dijo:
Sepa disculparla. Siempre se enoja mucho cuando preguntan por su edad. Tiene 18
años, la conozco de pequeña. Los cumplio hace varios meses ya.
-
Uy, lo siento nena. Es que te ves tan pequeñita.
¿ Cuanto mides?
Nuevamente enojada. Intente controlar mi enojo y responder : 1metro 42…-
Antonella, intento cambiar el tema de conversación y continuo: Aun le
falta mucho por aprender, pero si vieras lo rápido que limpia te sorprenderías.
Es un rayo.
-
Mas bien una chispa.- Bromeo la señora. Yo me
enfade aun mas. – Que pasa nena que aun no me ofreces nada?
-
Que… quiere?- Dije. Senti la mirada de mi Ama
clavarse en mi como si fueran dagas. Intente controlar mi enojo y suavize mi
tono de voz. – Que le apetece?
-
Traeme un te como a ella por favor.
-
Si señora. – Comente. Hice caso resignada,
aunque muy molesta. Tenia ganas de meterle sal. ¿Por qué cada persona que me
conoce tiene que siempre salir con el mismo tema? Cuando volvi, sentí que
hablaban de mi, y parecía no importarles mi presencia.
-
… Con ese uniforme.
-
Si, lo note varias veces. Fue una muy buena
elección. Y le queda tal y como vos dijiste. ¿Te salio muy caro?
-
Su te señora.-
-
Gracias nena.
-
Para nada. Obviamente nunca antes gaste tanto
dinero en una empleada que apenas ingresa. Pero es mas bien una inversión. Sabes que necesito una persona de confianza y
lo mucho que protesto por eso.- Comento. Deje de ser tema de conversación,
hasta que comenzaron a hablar de negocios. Y comenze a escuchar sumas con
varios ceros.
-
Puedo retirarme madam?- Pregunte intimidada.
-
No. Necesito que te quedes como te enseñe.-
Dijo. Me pare al lado de ella, pero aclaro. – Y procura mantener una buena
presencia mientras esperas una orden. Parada derecha. Manos entrelazadas adelante.
Como una buena Maid.- Ordeno.
-
Si…- dije incomoda, mirando a la molesta visita
de reojo.
-
Vas a permitir que escuche nuestra
conversación?- Protesto Elizabeth.
-
Necesito que ya empieze a estar al tanto de las
cosas. – Respondio y continuaron conversando.
Estar tanto tiempo, en una sola posición, se comenzaba a volver muy
incomodo. Normalmente solia balancearme en mis pies para mostrar mi
aburrimiento, a veces Anto me dejaba ir ya que sabe que me aburre estar quieta
tanto tiempo. Pero no me animaba a hacerla quedar mal frente a visitas. Cada
vez que el tema de conversación se desviaba hacia mi, ella no dejaba de hablar
de mi potencial y de las esperanzas que tenia en mi.
-
Alice.- dijo repentinamente. Yo estaba perdida
en mis pensamientos asi que tarde en responder. S-Si? –
-
Ve alzando la mesa. Nosotras iremos al sofá. Te
espero alla si? – ordeno.
-
Si madam Mignonette.- Respondi. Mientras me
alejaba escuche a Elizabeth festejar mi forma tan sumisa de responder.
Sonrojandome levemente, fui a lavar las tazas, observando la hora en mi
localizador. En poco tiempo ya debía irme. Pero cuando volvi con ellas mi ama
me hizo una triste pregunta: Alice, no podrias quedarte un par de horas mas
hoy?
De mala gana respondi: Umm… si…
-
Ay, te lo agradesco muchísimo.- comento. Sin
embargo, no me dio ninguna orden luego de eso y tuve que permanecer quieta a su
lado. Empeze a sentirme muy cansada hasta que me pidió su pipa, y que ponga
música. Obedeci empezando a darme cuenta que le gustaba presumir su control
sobre mi. A veces, me daba pequeños regaños pidiendo que arregle las partes del
uniforme que podían desarreglarse. Ambas mujeres parecían comenzar a relajarse
mas, y hasta me pidieron que les sirva whisky a las rocas. “Tomando tan
temprano” Pense. Frente a ellas había
una pequeña mesita, y estaban sentadas frente a una chimenea. No entendia muy
bien la funcion de la chimenea, si hubiera frio yo no podría usar un uniforme
asi. La zona donde vivíamos no se caracterizaba por tener climas muy fuertes.
Mientras escuchaba la conversación empeze a disgustarme un poco con la
personalidad de Elizabeth. Era muy altanera y soberbia. Yo pensaba que lo era
solo conmigo, pero hablaba muchas pestes de quienes conocía. Mi ama por su
parte empezaba a sentir los efectos del alcohol. Y aunque a diferencia de
Elizabeth, me trataba con mucha amabilidad, empezaba a fastidiarme un poco con
tantas ordenes. “Alicia, trae unos papeles de mi despacho, Alicia tráeme esta
carpeta si la muestro”. A veces sentía que lo hacia a propósito.
-
Alicia, sírvenos mas brandy.- Comento. Ya era
tarde y yo estaba muy cansada. Yo me incline para tomar la botella sirviéndole
a ella primero. Cuando servi a Elizabeth no me di cuenta, y me agache,
mostrándole toda mi cola. Mientras lo hice me percate, y bajando mi vestido avergonzada
dije: Lo siento mucho!
-
Ummm… esos calzones los vi, son muy llamativos.
-
Son bloomers.- Dijo mi ama. – Alice nunca usa
vestidos. Si vieras como se viste normalmente lo entenderías. Se los mande a
hacer junto con el uniforme por que pensé que esto pasaría muy seguido.-
Explique. Senti vergüenza frente a la afirmación y la mujer comento.
-
A ver niña, muestramelos, quiero ver como son.-
Ordeno. Ordeno, por cierto alguien que no era mi ama. Me parecio una orden
humillante, y voltee a mi ama quien me dijo: Has caso Alice.
-
P-Pero…- dije, y ella exclamo: son solamente
bloomers, no seas tan vergonzosa.
Aun asi, yo si era muy vergonzosa. Con mi cara como un tomate y desviando
la mirada, alze mi falda.
-
Son lindos y tienen un lazito rosa, que
ternura!- Comento. – A ver muéstrame por
atrás.- Lo hice empezando a enfadarme. La mire a Antonella enojada, pero ella
me clavo nuevamente su mirada. Desvie mi mirada y escuche a la mujer decir: -
son adorables. Como tu. Ya esta, gracias. Fue muy buena idea Anto.- Comento.
Solte mi vestido y me fui al lado de mi ama. Estaba muy molesta, además de
avergonzada. “Me va a obligar a mostrar mis calzones a todo el mundo?” Me queje
para mis adentros. La invitada, comenzó a desviar la conversación, esta vez
hablando de su marido e hijos, quejándose constantemente. Me sentí muy incomoda
frente a esa charla que no me incumbía. Hasta escuche en un momento que su
marido le serviría mas si fuera maid como yo. Intente buscar una excusa para
irme pero enseguida escuche: Alice, sabes hacer masajes?- Pregunto antonella.
“Ahora me va a poner a hacer masajes?” Proteste para mis adentros.
-
No… lo siento.-
-
Bueno, ya aprenderás. Hasme en la espalda por
favor. Vivir sentada frente a la pc hace que tenga dolores de espalda
horribles.
-
Umm… si Madam.- Dije, sintiéndome agotada. Con
una mano, revise el localizador en mi delantal “Ya son las 8…” pensé para mis
adentros.
Entre masajes, música, servir brandy, prender cigarrillos, el tiempo
pasaba lentamente. Y otra vez, la conversación se desvio hacia mi.
-
Antonella. Se que nosotras tenemos una relación
comercial. Pero yo te considero mi amiga.- Dijo Elizabeth. Me sonreí, viendo
como ambas sufrían el efecto del alcohol. Era extraño ser la única sobria. – No
puedes hacer que esta niña haga se presente a firmar tus papeles en los
locales. –
-
Tiene el poder para hacerlo. Ya arregle todo lo
que sea necesario. Para mi es una perdida de tiempo viajar con este trafico
para firmar algo.
-
Aun asi, no puedes vivir encerrada. No pienso
tener una mucamita remplazándote en las juntas. Es importante que vengas.
-
Ire, pero Alice me acompañara. Ya te dije que no
es solo una mucama. – Comento. Ambas comenzaron a discutir, mientras Antonella
me defendia. “ojala no tuviera que estar en estas platicas” pensé. Finalmente ,
llego la hora de retirarse y la mujer se fue, un poco ebria, mientras yo
llevaba su abrigo.
-
Dame mi abrigo nena, que aquí hace frio.
Gracias.-
-
Mi nombre no es “nena” es Alicia.- Proteste ya
molesta del trato poniendo mis manos en la cintura y dando un pisotón. La mujer
me miro y se rio como viendo una niña haciendo un berrinche.
-
Jajajaa…. Tenes 18 años mocosita, no te lo tomes
personal. Ojala a mi me llamaran “nena”. Mira… Me pone contenta que Antonella
tenga este proyecto contigo. La mantiene motivada y en buena forma. Saludos.-
Dijo y se fue.
-
Que vieja insoportable…- Pense en voz alta. Me
sentía absolutamente agotada. Camine a duras penas por el jardín y al llegar a
la mansión vi mi reflejo en un ventanal.
Mi blanco rostro tenia unas largas y negras ojeras de cansancio. “Por que hago
esto” Proteste para mis adentros. “por el dinero” me dije. Me sentí humillada,
por tanta orden, y por que me hallan obligado a levantar mi vestido y enseñar
mis calzones de esa forma tan degradante. Pero lo peor era que no me negué, no
proteste, sencillamente lo hice. Di un largo suspiro y me sobe mi cabeza con
cansancio.
-
Alicia. Por favor te he dicho que no te veas tan
desalineada.
-
Si… madam…- Respondi intentando conservar mi
paciencia. – Ya puedo irme.-
-
Si nena, ya podes.- Dijo ella. “Genial, otra mas
llamándome nena”. – Cambiate si queres, y mostrale tu identificación al chofer
asi te llevara a tu casa.” Dijo.
-
Si…- Suspire. Caminando a la habitacion de
servicio tome mi liston y mi cofia con la intención de sacármelo pero ella me
alcanzo rápidamente.
-
Alice, espera!!- Dijo.
-
Si….?- Pregunte con desesperanza.
-
Espera un segundo por favor.- ordeno. Solte mi
liston y cofia suponiendo que no iba a tener otra opción que cumplir otra
orden.
-
Empezamos con el pie izquierdo… Pero desde que
te discipline note el gigantesco esfuerzo que has realizado. Cometes errores,
pero das lo mejor de ti. Creeme que me doy cuenta y lo valoro. Hoy estubist
impecable, y hasta te quedaste a servirnos.
-
Gracias…- respondi con una sonrisa débil.
-
Se que tu familia es muy pobre, y que necesitas
el dinero. Decidi darte un adelanto de tu sueldo, y un poco mas en
agradecimiento. Tomalo- dijo ella. Lo tome y abri el sobre.
-
TRES MIL PESOS!!!- Exclame sin querer.
Ella se rio mientras yo miraba el dinero
impresionada. Me habían dicho mi sueldo anteriormente pero no lo creía. Al
menos no hasta verlo.
-
N-No… no creo merecer tanto.
-
Por supuesto que lo mereces Alice. Se que te
esfuerzas muchísimo.
-
G…Gracias.
-
De nada.- Dijo ella y de repente comente a
saltar.
-
WIIIIIIIIIIII- Exclame y salte por todo el lugar
emocionada. Cuando termine de festejar vi que me miraba con ternura, y me dio
un poco de vergüenza, sin embargo, me empece a reir por mi reacción.
-
Te espero mañana temprano si?
-
Si madam mignonette!- Respondi contenta.
“Tres mil pesos…” pensé. Me cambie de ropa y doble mi uniforme
cuidadosamente guardándolo. “tres mil pesos…” continue diciéndome. Era mi
primer sueldo, y el sueldo de un mes de cualquier persona de mi edad. Y era
solo por una semana, que aun no terminaba. La mitad de una semana.
Inmediatamente me olvide del uniforme de payasita, de tener que seguir ordenes
como un perro todo el dia y de la humillación de tener que enseñar mis
bloomers. Solo podía pensar en una cosa “Soy rica!!”.
Cuando llegue a portería, presente mi identificación y nuevamente al
chofer. El chofer miro extrañado la foto del carnet y a mi, como si fueramos
personas distintas. Sin embargo termino por dejarme subir. El auto era una
camioneta muy lujosa, no se de que marca por que nunca me gustaron las camionetas.
Con singular respeto me pregunto: “Donde la llevo señorita?” . Le di la
dirección de mi casa y me llevo rápidamente. Sin embargo vi en el camino que un
supermercado estaba cerca. – Dejame aca, muchas gracias.- Le dije y baje.
Queria festejar. Compre un champagn y mi comida preferida.
“Deberia comprar algo para todos…” pensé. “Por que voy a comprar algo
para todos, ellos solo se rien de mi mientras soy yo la que esta todo el dia en
uniforme con carita servicial y obedeciendo ordenes” me queje. Aun asi, la
nostalgia me gano. Compre otro champagn, y en vez de mi comida favorita compre
una cena para todos.
-
Wow!!!- Festejaron al unisono. Mi familia era
obviamente muy ruidosa. Celebramos y comimos, mientras festejaban lo bien que
me iba. A nadie parecía importarle lo que había pasado en mi trabajo, solo les
importaba mi nueva cartera. Pero la verdad…. Me era igual. Era mejor que no
hagan preguntas. Nos tomamos el champagn, mis padres se fueron a dormir, y yo
me quede sentada en la terraza, mirando las estrellas y tomando el que quedaba.
-
Alicia…- dijo uno de mis hermanos subiendo a
hacerme compañía.
-
Que quieres?- Pregunte.
-
Jajaj… siempre tan tierna. Ya se te esta
acabando el champagn? Traje tequila, hay que festejar. Espero que no nos caiga
mal. – Comento.
-
De donde sacaste ese tequila? No estaras llendo
ebrio al colegio no?
-
Obvio que no, solo nos sobro de cuando volvimos
a casa.- Protesto el.
Continuamos bebiendo hasta que el menor subio
y me pidió que fuera a jugar videojuegos con ellos.
-
Ustedes no tienen colegio?
-
Shhh… no seas soplona. Tu faltabas igual que
nosotros.
-
Tienen que ir.
-
Ayyy por favor…!!!
-
Hay que festejar ali!
-
Esta bien, ahí voy yo también.
Y asi, nos quedamos hasta muy tarde. Moraleja, al oto dia me desperté con
mis musculos adoloridos de tanto cansancio y muerta de sueño. Me levant frotándome
mi cabeza y ojos, y vi la hora.
“Mierda, ya son las 8!!!” Exclame.
Corri a lavarme la cara, me vesti asi nomas, tome mi localizador y sali
por un taxi. Nerviosa, llegue a la mansión notando que en todo el trayecto ya había
pasado como media hora. En todo el camino, mi localizador brillaba azul verde
azul verde. Naturalmente, me moria del morbo de imaginar que me esperaba una
buena nalgueada. Me sentía excitadísima, y siento que hasta el taxista me veía raro.
Pero a su vez, no quería forzar mi suerte. No quería que Antonella se
decepcionara de mi. Mostre mi identificación al portero, y entre a las corridas
directamente a su despacho. Al llegar Antonella se veía tranquila. Pense que estaría
furiosa. Entre y dije: Lo siento madam me quede dormida!!
Ella volteo para verme con serenidad, sin embargo al hacerlo clavo una
mirada en mi de disgusto. Me observo de arriba abajo y dijo, fríamente: Alice,
tu uniforme. Presentate adecuadamente en mi oficina. Ya-
-
Si..- Dije. “Parece molesta…” comente
preocupada. Me bañe y me puse mi uniforme, cerciorándome de que este perfecto y
volvi muy nerviosa.
-
Madam ya volvi.
Al verme, esbozo una pequeña sonrisa, pero rápidamente volvió a su mirada
fría. Miro a ambos costados intentando decidir, hasta que señalo un rincón a su
derecha, en frente de donde estaba su pc.
-
Libera ese rincón, quita lo que sea necesario.
Intenta ver si hay un lugar donde acomodar el resto, y sino apartalo hasta que
sea necesario.
-
Pero… Madam, hay un mueble.
-
Vacia el mueble , muevelo y vuélvelo a llenar.
Vamos, quiero ese rincón libre.-
-
Si madam…-
Lo hice, a ritmo lento ya que muchas cosas eran pesadas y otras muy
altas. Me daba morbo pensar que preparaba mi lugar de castigo ya que adivinaba
sus intenciones. Me demore bastante pero a mi ama parecía no importarle.
-
Ya termine madam.
-
Muy bien. Ve a el, pon las manos en la cabeza.-
Ordene.
Me sonroje y me quede titubeando y tomando mi delantal con las manos.
-
Alice, ya!! Que esperas?
-
Emmm… si madam..- Respondi. Mire mi rincón recién
“Fabricado” y me sentí muy tonta. “Ser enviada al rincón igual que una niña
pequeña…” proteste.
-
Alice, ir al rincón, no mirar al rincón. YA!-
Ordeno.
-
Si madam!- Exclame asustada. Patalee un poco en
el lugar por la vergüenza y termine obedeciendo. La primera vez fue fácil,
estaba recién nalgueada. Pero ahora! Recorde miles de videos de spank, y la vergüenza
comenzó a darme morbo. Empeze a exitarme frente a la idea de ser nalgueada
ahora, y miles de frases sugerentes comenzaron a llenar mi mente. Esas frases
tan trilladas de videos de spank del tipo “Niña traviesa” “esto te pasa por
portarte mal” etc. Mi excitación duro varios minutos…. Pero varios minutos es
poco tiempo en comparación al tiempo que tuve que estar. Con el tiempo me
comenzaron a doler mucho los brazos y la espalda además de sentir incomoda.
Comenze a moverme y a pararme en un pie y el otro.
-
Alice, quieta. Estas castigada.- Ordenaba cuando
me veía moverme demasiado. Intentaba obedecer, pero el tiempo pasaba. Me di
cuenta rápidamente que de la misma forma que no le importaba tenerme parada por
horas a su lado esperando una orden, tampoco le importaba tenerme en el rincón mientras
hacia sus cosas.
Voltee varias veces a verla suplicante, pero solo me ganaba un regaño, y
cuanto sentía mis brazos demasiado cansados e intentaba bajarlos enseguida
escuchaba un grito.
Suspire y pensé en voz alta. – Cuanto tiempo voy a estar asi…-
-
El tiempo que yo considere necesario. Y nadie te
permitio hablar.- ordeno ella. De repente sentí una melodía y mire como mi
delantal brillaba de color amarillo.
-
Madam…
-
A ver alice, ven aquí.
Me acerque, estirando mis brazos adoloridos y mi espalda.
-
Sabes por que estas castigada?
-
Madam, me quede dormida, lo…
-
No te pregunte que paso, te pregunte si sabes
por que estas castigada.
-
Por llegar tarde..
-
No, no es por llegar tarde. Te aclare, que a las
8 tenias que estar preparada para servirme. Y solo podes estar lista para
servirme en tu uniforme impecable. Como puede ser que vengas a mi despacho sin
el. Tenes tiempo de 7 a 7:30 para ponértelo. Despues de las 8 si o si debes
estar en tu uniforme.- Ordeno.
La mire confundida. – Entonces.. esto es por… que no tenia mi uniforme
puesto cuando la vine a ver. Pero ahora ya lo estoy usando.
-
Veo que no lo tomas con la seriedad necesaria.
Pero ya me asegurare de que asi sea.
-
Si mi uniforme esta aca, como hago para llegar
tarde y tenerlo puesto? Me lo cambie apenas llegue.- Me queje.
-
Tienes 2 no? Sencillamente vienes con el puesto
y obedeces lo que tu localizador indique. No me importa que llegues un poco
tarde, y si no alcanzas a cumplirlo por que lo hiciste pagaras las
consecuencias. Pero tenes que estar preparada para servir a partir de las 8.
Tenes hasta las 7 para prepararte. Ahora prepara el desayuno como lo indica tu
agenda. Sirvemelo y desayuna tu también, necesitas energías. Cuando termines
vuelves a tu rincón. Hoy esperaras ordenes ahí.- Ordeno.
-
Solo… por eso?- Proteste.
-
Alice, obedece ya.- Ordeno de vuelta. Termine
haciendo caso de muy mala gana. Entendia lo de llegar tarde. Pero tener que
estar castigada por que me vio sin uniforme? Eso es ridículo. Servi su
desayuno, me servi el mio, mientras desayunaba, suspiraba molesta por el castigo.
“En los videos de spank el rincón se ve tan morboso… pero en realidad es… TAN
insoportable”. Proteste. Mire mi delantal brillando rojo, lo atendí, y escuche:
Alice, ya desayunaste?
-
Ya termino.
-
No te hagas la tonta, tu rincón te espera.
-
Si madam, ya lo se.- Respondi de mala gana.
Afortunadamente colgó. “No quiero volver…” proteste. “Pensar que tanto tiempo
quise esto… y ahora… Ira a nalguearme? Cuanto tiempo me va a tener ahí?” Me
queje. Aun asi, termine llendo tristemente a mi rincón. Por suerte esta vez
paso menos tiempo hasta que me llamo, ya me estaba quedando dormida.
-
Alice, manten tu compostura, incluso luego de un
castigo. Derechita, y arregla esas calcetas.
-
Si madam.- Dije resignada.
Ella tomo su silla y la separo, se acomodo y me llamo con un dedo:
Suficiente castigo reflexivo, ahora necesitas castigo corporal.
Mi cansancio desaparecio en un instante, y mi cara nuevamente se puso
roja. Me sentí abruptamente excitada, y … aliviada. Al menos ya no habría mas
rincones tediosos. Camine nerviosa hacia ella y me tomo, bajando de un tiron
mis bloomers hasta la rodilla. Eso obviamente me avergonzó muchísimo, e intente
tapar mis genitales, no tuve demasiado tiempo para hacerlo, en dos segundos me
encontraba boca abajo en sus piernas pataleando frente a las sonoras nalgadas.
Sin los bloomers dolían mucho mas, no por que estos amortiguaran el golpe, sino
por que sentía mi piel directamente afectada por los azotes. Nuestras pieles,
la de su mano, y la de mis nalgas chocaban una y otra vez. Senti mi sexo
humedecerse y me preocupe mucho de que ella también lo sienta. Patalee, e
intente conservar mi posición, ya que yo en si, no quería que se arrepienta,
deje de nalguearme y me devuelva al tedioso rincón. Sin embargo, Antonella parecía
estar un poco mas confiada, y la nalgueada se volvió muy dolorosa rápidamente. La
poderosa mujer, comenzó a darle una buena azotaina a mis pequeños muslitos, y rápidamente
empeze a llenar la habitacion de gemidos de dolor. Mi cola comenzó a herbir, y
yo comencé a patalear como niña pequeña. A veces paraba y yo tomaba mi cola con
ambas manos en lo que ella volvia a continuar con la nalgueada. El placer comenzó
a ser desplazado con la desesperación cuando la mujer empezó a nalguearme
fuertemente, utilizando todas mis fuerzas. Nuevamente me trabo piernas y brazos
en mi intento de defenderme.
-
No mas porfa, no mas.
-
Señorita, espero que entienda su lección.
-
No debo llegar tarde, no debo llegar tarde,
AYYYY- Exclame.
-
Acaso no me presto atención?- Dijo molesta, nalgueándome
severamente.
-
Lo del uniforme? Eso?- Pregunte.
Ella hizouna pausa y dijo: Hablas como si no fuera importante. Yo no
respondi solo jadee y me queje del dolor.
-
Lo único que tenes que entender, es que lo que
es importante para tu ama, para ti es el doble de importante. Si para mi es
importante verte con tu uniforme impecable y lista para servir luego de las 8,
y no deseo verte con tus ropas para ti también lo es. Y si no lo es, me
asegurare de que si lo sea.- Dijo y continuo azotándome. Mi resistencia de a
poco se quebró y nuevamente termine sollozando. Me dejo llorando en sus piernas
unos segundos, e intentando tranquilizarme. Y nuevamente me envio al tedioso rincón.
Mientras veía como mi pecho se inflaba y desinflaba por lo agitada que estaba,
intentaba mantener mi posición con mis pobres fuerzas, ya que la dura nalgueada
me había dejado totalmente agotada. A medida que me fui tranquilizando, me di
cuenta, con vergüenza, que mis bloomers continuaban bajos. Recorde muchos
videos, y sentí mucha excitación por mi castigo. El hecho de que logre hacerme
desesperar y llorar me excitaba mas. Pero a su vez, una parte de mi se sentía triste
por haber decepcionado a su ama, y otra parte, preocupada, por el control que
ella tenia sobre mi. Facilmente podía hacerme eso cada vez que ella quiera.
Escuche un sinfín de ruidos, y finalmente me dejo salir del rincón. Agotada,
intente arreglar mi uniforme, recordando su ultima orden. Y vi que había ubicado
cerca de su escritorio, una pequeña sillita y mesa. Ambas estaban gastadas, parecían
haber pertenecido a una niña anteriormente. Eran de un color rosa muy gastado.
Ella me mostro unas hojas y me las entrego: No puedes subir tus bloomers hasta
que te los ordene. Te sentaras ahí y llenaras esas hojas de la siguiente frase-
Ordeno. La mire suplicante.
-
Mas castigo?
-
Te adverti que si llegabas tarde y te aparecias
sin uniforme tu castigo seria peor. Ya informe a todos que si no te ves como en
tu identificación no deben obedecerte. Asi que la próxima vez no podras entrar
siquiera.- Continuo. – Ahora sientante.
Me sente con dificultad y adolorida sintiéndome muy infantil. “Odio ser
tratada como niña y mira como termino” Protestaba. A pesar de mi altura, la
silla se veía ridícula en mi.
-
A partir de las 8 solo me presentare en la mansión
mignonette con mi uniforme impecable puesto.-
Escribi la larga línea. Y la mire.
-
50 veces.
-
OWWWWWWWWWWWW…….
-
Sin chistar. Como una buena Maid.
-
Si madam…- Proteste. “Este estúpido banco de
mierda es incomodísimo” Me queje intentando acomodarme. Mi ama me miro
sastisfecha y yo la mire suplicante. Ella se sento frente a su pc donde de ves
en cuando, la sentía mirarme. Yo me sentía sumamente ridícula, pero al menos
solo mi ama me veía en mi terrible predicamento. Sentada direcamente sobre mi
cola roja, en una banquita de niña, escribiendo líneas, castigada. El ridículo liston
rojo lo veía constantemente mientras las escribia haciéndome sentir niña de kínder.
A veces me percataba de eso y sentía mucha vergüenza. Vi mi localizador brillar
en mi delantal, pero cuando lo revisaba, mi ama me regañaba.
-
Alice, líneas, luego te encargaras de tus
tareas.
-
Si…- suspire. Vi las.. 3 lineas que llegue a
escribir. A veces sentía muchísimo morbo, de estar tan castigada. Me daba vergüenza
que mi ama en algún momento alcanzara a ver mi vagina la cual estaba muy
humeda. Pero rápidamente el castigo comenzó a volverse, también, muy tedioso.
Nunca me habían puesto a escribir líneas antes. En las historias lo describían de
otra forma a como era… “Odio hacer esto!!! Cuantas voy…. 20?”
-
UFFFFFF…
-
Alice, líneas.
-
Si…- Proteste. “No la entiendo. Me dice 30 veces
lo importante de ser una maid y que se yo. Y ahora…. Estoy castigada
escribiendo líneas”. Tarde mucho tiempo, pero las termine y le avise.
-
A ver nena- Dijo acercándose. “Nena…”
Reviso cuidadosamente las líneas y dijo: “Muy bien, Firmalas y ya puedes
pararte y arreglar tu uniforme”
-
Firmarlas? – Pregunte, pero lo hice rápidamente.
Me pare sobándome muy adolorida y alze mis bloomers. Intente arreglar mi
uniforme intentando verme bien como ella dijo. Sentia mi cara caliente como mi
cola, no sentía si era por la vergüenza o por lo cansada que estaba.
-
Queres descansar Ali?
-
Si porfavor.
-
No te preocupes. Se que tus castigos son
agotadores. Ten.- dijo y tomo de entre sus cosas un pequeño almohadoncito rojo.
-
E…eso?- pregunte. Lo puso al lado de su silla y
comento: Puedes descansar ahí mientras scanneo tus líneas y arreglo algunas
cosas.
La mire un poco sorprendida pero me dijo: Ven, no tengas miedo. Su forma
de hablar era repentinamente amable. Me sentí calida como antes de ser tan
duramente castigada, como ayer cuando no dejaba de festejarme lo mucho que me
esforzaba. Me sensibilize y termine obedeciendo. Fui y me sente en el
almohadoncito mientras la vi scannear.
-
No alice, arrodillada.
-
Arrodillada… asi?- Pregunte. Me sentía muy
sumisa luego de mi horrible castigo.
-
Muy bien, asi.- Dijo. Se sento y recostó mi
cuerpo contra sus piernas. Yo me quede paralizada pero cedi de a poco y termine
aceptando lo que en si era un gesto afectuoso. A veces, acariciaba un poco mi
pelo y cuello, o me hacia algún mimo mientras trabajaba. Con lo cansada que
estaba, fue muy fácil arrullarme y quedarme en silencio a su lado. Lo nuestro
comenzaba a ir mas alla de una simple relación de trabajo. Acepte el contrato sabiéndolo
de antemano. Mientras estaba escribiendo, y soportando mi extenso castigo me
sacaba de onda que se halla molestado tanto por algo tan tonto como verme sin
mi uniforme. Pero ahora recordaba su frase “Si algo es importante para mi, debe
ser el doble de importante para ti”. Me sentía tan calidad, arrodillada a su
lado, sintiendo sus mimos, con mi cola bien calentita luego de una nalgueada, y
esa dulzura con la que me trataba, que comenze a pensar que si ella ordenaba
eso yo lo cumpliría sin chistar, tal y como ella lo desea. Sentir, que solo debía
obedecerla me hacia sentir bien. Eso era muy fácil. Yo era rebelde, era
pequeña, debía ser independiente, era la mayor de 4 hermanos, no debía ser frágil.
Obedecer, era muy fácil.
“ Si mis hermanos… o mis amigos
me ven en este uniforme se burlaran de mi y no me dejaran en paz” pensé,
teniendo en cuenta que debería llevarlo a mi casa. “Igual sin la cofia, el
delantal, y el liston, solo parece un vestido” Pense imaginándome. “Aunque el
cuello…”
Continue un rato asi, hasta que
finalmente me dio la orden de ir a continuar trabajando. Lo hice, no sin estar
confundida por todo lo sucedido. El dia continuo con normalidad, solo que mi
cola hacia que me doliera hasta caminar. Ese hecho quedo como algo anecdótico,
y el viernes volvi a trabajar. Lleve un uniforme a mi casa, e intente meterlo a
la casa a escondidas. No tenia muchas ganas de que se burlen de mi. Escondi los
zapatos, en el closet, y el uniforme en una percha, disimulado entre ropa que
no uso. Puse mi cofia, liston y delantal en una bolsa, por si un dia debía correr
rápidamente hacia el trabajo. Asi solamente debería ponerme el vestido y
correr. Me quede en mi cama pensativa, acariciando mi cola aun roja esa noche,
y viendo todos los videos de mi celular. Era raro sentirse identificada con
cosas que veias en alguna imágenes o relatos. O poder decir “Eso es mentira, o
muy exagerado”. Sonriente, me meti bajo
las sabanas y me puse a dormir.
Madam
mignonette trabajaba arduamente en su estudio. Observaba el localizador, y le
envio una señal. – Me pregunto si volverá?- Pensaba. A veces sentía que se
excedia, ella era solo una niña. Suspiro, y continuo trabajando. Repentinamente
escucho el característico ruido que genera Alices cada vez que llega tarde.
Pareciera que cuando corre destruyera todo a su paso. Vio a su pequeña maid,
jadear en su uniforme y decir: Madam, ya llegue. Necesita algo?
Madam
mignonette sonrio, intentando ocultar su alivio. – Parate al lado mio y espera
ordenes.-
-
Si madam mignonette.- Respondio la jovencita
sonriente. Se paro lado de Antonella, y adopto una postura humilde. Antonella
siento una gran sastisfaccion solamente por eso, y se concentro de vuelta en su
trabajo.