E-Institute 7
Brighton llego a la clase, viendo a todas sus alumnas
esperar en fila. Todas esperaban con sus uniformes impecables y la cara llena
de nerviosismo debido a la fama que se había hecho. Cada vez que veía esto,
Brighton recordaba el esfuerzo que tubo que realizar para poder llegar a este
punto, y apreciaba su recompensa ante esto. Solia tomarse un tiempo, antes de
revisar uniformes para observar a todas sus alumnas y saludarlas. En ese
tiempo, observaba si alguna había sido rejuvenecida, si tenia un prendedor rojo
o la expresión de dolor de cada una ya que sabia que esos asientos eran muy
incomodos. Paulina especialmente no podía disimular la cara, su colita
continuaba ardiendo de la mañana y el peso de su cuerpo se apoyaba en sus
adoloridos muslitos. Nerviosa, intentaba recordar todo lo de su uniforme,
intentando no recibir otro castigo.
- Niñas, de pie.- Dijo y todas las chicas se pararon bien
derechitas al lado de su asiento.
Brigton camino lentamente alrededor de todas. Como siempre, para su
clase se mostraban impecables. Pero detrás de esas apariencias tiernas e
inocentes había asesinas y delincuentes en la vida real. Si ellas se veian asi
era por el esfuerzo de sus disciplinadoras. Las medidas disciplinarias por ende
nunca sobraban. Recorrio todos los
pupitres observando cuidadosamente, y dio unos cuantos reglazos a algunas por
detalles minisculos. Al final se paro en frente y dijo.
- Bueno señorita Redglow, pase en frente.-
Paulina sintió su corazón latir apresuradamente. Nerviosa, respondio “Si maestra” y camino al
frente de la clase. Sintio miedo de que la llamen para castigarla y observo el
rincón de reojo.
- Hice algo malo?- Pregunto paulina asustada.
Brighton sonrio y dijo: Eso Vamos a ver. Terminaste tu
tarea?-
- Si…
- Dejme verla.-
- Si maestra.- Dijo paulina, fue a buscarla rápidamente y se
la entrego.
- Mmmmm….- Dijo Brighton leyéndola. Luego palmeo su cabeza.-
Muy bien. Por eso te hice pasar al frente, para que muestres como una alumna
ejemplar debe comportarse. Dejame revisar tu uniforme.- Dijo y la paro, mirando
a la clase. Paulinase sintió intimidada, de vez en cuando se paraba cabisbaja,
sonrojándose. – Bien derechita.- Le ordenaba Brighton, cuando perdia su
posición.
- El peinado, la blusa, y tu falda se ven perfectas. Tambien
tus soquetitos. Media vuelta. – Dijo la maestra. Paulina asintió con su cabeza
y volteo.
- Muy bien, los tirantes en perfecta posición y la raya de
las trenzas muy correcta.- Dijo ella. – Levanta tu falda.-
Paulina se quedo estatica, muerta de vergüenza.
- P-Pero…-
- Perdon? – Dijo Brighton.
- Si, lo siento maestra. – Respondio Paulina, anticipándose.
Muy avergonzada, levanto su falda mostrando su ropa interior.
- Muy bien, veo que es la del dia.- Paulina volteo viendo a
sus compañeras con la cara como tomate.
- Que tierna, la colita y la cara igual de roja que su pelo.
Estan asi por la disciplina anticipada?.-
Paulina bajo su falda, pero Brighton la regaño: Nena, nadie te dio permiso de hacer eso,
levantala de vuelta, estamos observando tu uniforme. Paulina tubo que
levantarla nuevamente, observando avergonzada atrás suyo.
- Responde tu pregunta, eso fue solo por la disciplina
anticipada?
- No maestra…-
- Por que fue.-
- No levantar la mano para hablar, y no ser respetuosa con…
la señora Gyz.- Respondio, pensando sus palabras. Comenzo a sentir miedo
sabiendo que Brighton podría usarlo como excusa para castigarla.
- Y el prendedor rojo es parte de tu uniforme también?- Se
burlo Brighton, hostigándola. Paulina no respondio y se quedo cabisbaja.
- Responde cuando te hablan nena.- Dijo ella y se paro
acercándose. Paulina la escucho y asustada respondio rápidamente.
- No Maestra!-
- Por que lo tenes?-
- Estoy… castigada.-
- Y por que?
- Desobedeci a la señora Gyz…
- Ay, mira usted. Tan tierna que se ve la pequeña redglow,
pero si una indaga, descubre cosas no es asi?¡ Que orden te dio?
Paulina sintió su cara roja y dijo: Tenia… que tener mi
pijama desabotonado para desayunar y no lo hice.
- Bueno, aquí también me desobedeciste. Cuando te doy una
orden la debes cumplir inmediatamente.- Dijo Brighton apoyando una mano en su
espalda. – Capaz deba ponerte otro prendedor rojo.
- No maestra por favor!!!- Exclamo Paulina asustada. Volteo
y la vio suplicante.
- Eso o preferís que te castigue yo? Por que un castigo
necesitas. Paulina empezó sentirse
aterrada, pero pensó que después de todo, si Brighton la castigaba seria
seguramente sobre su bombacha y no podría ser tan severo como ir al centro de
disciplina con 2 prendedores rojos.
- Castigueme usted maestra… L-Lo siento…- Respondio, mas por
miedo que por sinceridad.
- Esta bien Redglow, acomódate tu uniforme.-
Paulina dejo caer su falda y su fondo, acomodándoselo.
- Que castigo preferís? En el tiempo en el que te
discipline, debo saber cuales son mas eficientes en ti. Podes elegir entre 5
reglazos, o 50 lineas, o unos 15 minutos en el rincón. La paleta y el bonete
solo la uso cuando las chicas se portan muy mal no te preocupes.
Paulina se encontraba muy adolorida para mas azotes asi que
dijo: Lineas… O rincón.
- Lineas o rincón?- Pregunto Brighton. – Cual de los 2?
Recuerda que aun asi debes prestar atención a la clase. Paulina pensó, hasta
ahora nunca había sido puesta a escribir líneas. Solo había sido enviada al
rincón, pero lloro tanto que no se lo acordaba bien.
- L-Lineas…- Respondio.
- Muy bien, llenas el pizarrón de “No debo ser
desobediente.” –
- Si maestra…- Dijo Paulina, se fue al pizarrón y limpio con
el borrador la parte que alcanzaba, luego tomo una tiza y empezó a escribirlas
sintiéndose un poco ridícula y “castigada”. Pero se consolo pensando que era
normal que las chicas sean castigadas, y mas en la clase de Brighton, por lo
cual no debería sentir vergüenza. Recordo la regla de continuar pensando en la
clase a pesar de su castigo, asi que volteaba a ver de vez en cuando lo que
sucedia, mientras escribia líneas, estirándose lo mas alto que podía. A veces
sobaba su cola, pero al recordar a las
chicas que había visto sobarse mientras escribían líneas se sentia tonta y
dejaba de hacerlo.
- Chicas, dejen sus tareas.- Dijo Brighton, y las vio a
todas marchar, unas mas nerviosas que otras. Las chicas contaban con una
carpeta especial, solo para tareas, que debían entregarla tengan hecha su tarea
o no. Esta era su parte favorita, ya que ya podía empezar a repartir castigos,
y le encantaba tener su clase llena de chicas adoloridas, una en el pizarrón
escribiendo líneas y 1 en cada rincón.
- Excepto… tu.- Dijo señalando a una. Paulina volteo a ver,
y noto que era una con jumper.
La chica se paro en frente de brigton y ella dijo: Bueno, no
solo te castigaron, también te rejuvenecieron. Ahora eres de secundaria no es
asi?
La chica se notaba que había llorado bastante. Era comprensible,
Paulina había sido rejuvenecida injustamente, y por eso le daban trato
especial. La chica esta seguramente recibió un severo castigo además de su
rejuvenecimiento. Si a eso le sumas el
incremento de sensibilidad era muy razonable su estado.
- Si Maestra…
- Cuantos años te asignaron?
- 15 maestra.
- Que bien, que se siente?
- No se…- Dijo ella, sinceramente confundida. Se quedo
cabisbaja y Brighton dijo: Voy a revisar tu uniforme, mientras todas entregan
sus tareas. Para asegurarme de que lo usas correctamente. Paulina intento
apresurarse con sus tediosas líneas, ya que la posición era muy incomoda y la
clase pronto comenzaría. Sin embargo, pudo observar como Brighton la revisaba
entera, incluyendo su ropa interior.
- Muy bien, espero que hayas aprendido a no faltar el
respeto no?
- N-No maestra…- Dijo la chica, con cierto nerviosismo y
miedo en su voz.
- Ve por la paleta.-
- Eh?- Respondio ella asustada.
- Veo que aun no has aprendido. Tu respuesta debería ser “Si
maestra”. O queres que luego de tu castigo quedarte en el rincón con tu bonete
como ayer?
- No maestra, ya se la traigo!- Dijo la niña asustada.
Paulina entendio que era la chica que había visto sentada toda la clase en el
rincón. La chica al acercarse por la paleta que se encontraba cerca de paulina,
mostro su cara llena de miedo y sus ojos ya lagrimeando.
- Muy bien, apoyate en el pupitre. Te dare mas castigo por
lo de ayer y luego volveras a tu asiento. Y mas te vale que tu tarea este
terminada, o te tocara otro prendedor rojo y volveras al rincón.
- Si maestra.- Dijo ella
obedeciendo rápidamente y muerta de miedo. Mientras escribia líneas, paulina
podía observar el rostro de la chica, preparándose para el primer paletazo. Se
distrajo un poco, y la vio saltar y gritar al recibir el primero, y luego
murmurar levemente “1 maestra, gracias”. Paulina decidio concentrarse solamente
en sus líneas y apoyo una mano defensiva en su cola, sobándose levemente.
Observo su prendedor rojo y supo que si no se portaba bien con Brighton sin
lugar a dudas seria la próxima.
- AYYYYYYY, TRES MAESTRA BRIGHTON, GrACIAS!!!- Exclamaba la
chica entre lagrimas saltando por cada azote y aferrándose al pupitre. Paulina
no podía entender por que estaba tan nerviosa. Sentia como si la azotaran a
ella en vez de la chica mientras escribia sus líneas. Tenia ganas de llorar y
tirarse al piso pensando que podría ser la siguiente casi sin proponérselo.
Incluso, capaz lo seria, ya que no sabia que castigo le habían asignado en su
prendedor rojo. Cada vez que escuchaba el ruido de la paleta azotar contra la
piel y los llantos de su compañera, saltaba sin querer del susto y se tapaba la
cola con una mano defensivamente, sin saber por que. Agradecio que al menos, no
se perdería nada de la clase.
- WAAAAAAA NO PUEDO NO PUEDOOOO- Exclamaba la chica, paulina
volteo y la vio agarrándose la cola.
- Ahora no podes, pero ayer estaba muy rebelde no? Volve a
tu posición ya mismo!!
- LO SIENTO NO PUEDO WAAAAAAAAAA- Exclamo llorando.
- Continuas siendo desobediente!-Protesto.
- Por favor maestra!!- Dijo la chica volteando. – Hago
líneas si quiere, o voy al rincón, pero ya no aguanto mas!!- suplico.
Brighton suspiro y dijo: Esta bien, te sentas en el rincón
con tu bonete.
- Gracias!!! Gracias!!- Dijo ella y fue al rincón, se sento
en la silla alta y se puso su bonete. Paulina se vio espantada ante la idea,
someterse a un castigo tan humillante a propósito solo por que no podía
soportar el dolor. Observo su pizarrón y conto las líneas “Faltan 10” pensó y
se apresuro: “No debo ser desobediente”
- Redglow, cuantas te faltan?
Paulna se asusto y salto en el lugar. – S-Solo 10…-
respondio.
- Bueno, voy a asignar ejercicios mientras reviso sus
tareas. Quienes no las terminen para cuando termine de revisarlas serán
castigadas. Y eso te incluye. –
- Si maestra…
Paulina escribió rápidamente, y pudo ver como a la chica del
rincón la maestra le alcanzaba su carpeta para que ella también trabaje. Era
lamentable ver como la pobre se lo agradecia y comenzaba a realizar sus
ejercicios en su estado.
Termino las líneas y luego de “agradecer su disciplina” se
dirigio rápidamente a su asiento y se apresuro en sus ejercicios.
Luego de 20 minutos, Brighton ya había terminado, y
afortunadamente paulina también.
- Bueno, ya termine de revisar, y tengo prendedores rojos para
varias. Pero primero quiero revisar también si terminaron sus ejercicios.-
Mencion y se acerco a la chica del rincón.
- Dejame ver.-
- Si maestra.
La mujer reviso y dijo: Bueno, ves como si queres podes?
Sacate tu bonete y volve a tu asiento.
- Si, gracias por mi disciplina maestra!- Respondio
angelicalmente y volvió, con su cara roja por las lagrimas de su anterior
castigo. Brighton se acerco una por una, revisando sus ejercicios y dando
prendedores rojos a quienes no habían hecho sus tareas. Aprovechando los
asientos, repartia dolorosos reglazos sin dudar, y puso una que no había
alcanzado a completarlos en el rincón. La clase, avanzo sin embargo, sin mas
hasta que finalmente termino y todas dejaron el aula. Paulina, Rocio , Jeannie
y Ashley, conversaban fuera de la clase, caminando por los pasillos.
- Esa Brighton es brutal… Que suerte que ya no la vemos
hasta el viernes.
- Nunca sentí tanta vergüenza en mi vida…- Dijo Paulina. – Y
tanto miedo… A esa chica que rejuvenecio...
- Me salve de que me haya hecho algo a mi…- Dijo Rocio.
- Pobre lloro, un monton.- Dijo Jeannie.
- Pues se lo merece.- Afirmo Ashley . – Estaba muy
irrespetuosa.
- De que lado estas?- Protesto Rocio.
- No seria injusto también si ella se comportaba asi y no la
castigaban de esa forma, pero a nosotras si por responder mal?- Se quejo
Ashley.
- Si…- Dijo Jeannie. – Pero debio haber sido horrible, esa
Paleta arde horrores…
- No digas eso, que a Paulina aun le falta ir al centro de
disciplina.
Paulina se acordó sobresaltándose, luego la vio a Rocio
molesta.
- Recordas que por bromear asi te bajaron tu edad no? Vas a
terminar en primaria como Paulina.
- No me usen de ejemplo!- Se quejo Paulina. – Es mi segundo
dia nomas y esto ya es un infierno.- Dijo asustada, recordando su prendedor rojo.
- En verdad vas a esperar la ultima clase?- Pregunto
Jeannie. – Las maestras son… un poco
- Sadicas!- Menciono Rocio y Ashley le tironeo de la oreja.
– Ow!!!-
- No la asustes a propósito.
- Solo digo, que cuando tenemos un prendedor rojo siempre
dicen cosas y a veces nos castigan sin razón… Y si te ponen otro … una vez me
paso.- Dijo Jeannie.
- Creo… que mejor si voy ahora.- Suspiro Paulina.
- Te esperamos en el patio- Dijo Ashley.
Las 3 se fueron y Paulina camino cabisbaja hasta el centro
de disciplina. – Ojala pudiera arrancarlo.- Penso. Llego al pasillo y se sento en fila junto al
resto de las alumnas que soportaban la tortura psicológica de escuchar los
gritos y ver a sus compañeras salir muertas de dolor y sin siquiera conservar
la decencia. Lo peor, ya sabia lo doloroso que era, y sabia que iba a ser un
buen castigo. Cabisbaja, sintiendo un vacio en su estomago, sus ojos comenzaron
a llenarse de lagrimas a medida que iba llegando su turno. No había ni una sola
que saliera normalmente gracias al programa de rejuvenecimiento. Sabian como
ajustar la sensibilidad para que cada reclusa odiara con toda su alma los
prendedores rojos. Siempre se las podía ver sobando sus colas, ojos, y algunas
hasta con la bombacha aun en su mano, mostrando su cola como tomate mientras
iban apresuradamente al baño. Finalmente, Paulina esperaba junto a 1 mas
adelante su turno, noto que se había formado cola detrás de ella, asi que había
muchos testigos de su miedo y desesperación. Penso en irse muchas veces, pero
recordó a Brighton y opto por aceptar su castigo y no forzar su suerte. “Como
se supone que no iba a dsobedecerla. Caminar por toda la escuela mostrando mi
cola, es ridículo.” Protesto Brighton. Entro la que estaba adelante suyo, y se
quedo muda. Su panza comenzó a doler mientras pensaba que seria la próxima. En
poco tiempo, se abrió la puerta, y vio a su compañera salir llorando, y
caminando incómodamente, dirigiéndose al baño.
- La que sigue.- Dijo el señor.
Paulina se paro e ingreso.
Al entrar, se saco su bombacha como la ultima vez poniéndola
junto al resto. Era llamativa, tantas bombachas lisas y estampadas y solo una
con un gigantesco dibujo y el dia. Se imagino a si misma mostrando su cola por
ordenes de Brighton y sintió un poco de vergüenza pero sentía mas miedo que
vergüenza en el momento. Se limpio un poco las lagrimas y se acerco al señor
quien se mostraba ocupado. Habia solo una chica en l rincón y el estaba
asegurando a una de jumper y coletas en una maquina mientras otra, lloraba
resignada en la otra. En el medio de ambas maquinas había una libre. Ella se
acerco a el, e intento hacer una reverencia respetuosa. El dijo: Tu otra vez
aquí?
Paulina no supo que responder y el apretó su prendedor con
sus dedos.
- Mmmmm… Desobedeciste un castigo. Esta bien, ven conmigo.-
Dijo y se fue a una de las maquinas. Paulina sintió horror y dijo: - No… me va
a nalguear sobre sus piernas esta vez?
- No, Has caso, o te aumento el numero. Debes obedecer
siempre, en vez de perder tiempo cuestionando.
Paulina se acerco nerviosa, mientras vio a la chica que
lloraba resignada mientras los azotes caian en su cola. Pataleaba levemente, lo
que la correa le permitia, mientras el brazo mecanico soltaba azotes con una
pequeña paleta que parecía de ping pong. La de su derecha, permanecia inmóvil,
expectante. Por lo visto, la maqina de ella, tenia cerca algo que parecía
contener un cinto. Llego a la maquina y el hombre fácilmente la alzo
acostándola sobre el potro de esta. Esta maquina se veía mucho mas rudimentaria
que la que usaban para asignar su edad. Parecia que tenia la única función de
alivianar el trabajo del hombre, quien no paraba de repartir disciplina a todas
las alunas que eran enviadas. Paulina quedo acostada en el potro boca abajo,
sintiendo su sangre ir un poco hacia su cabeza. Sus trenzas, colgaron pegándose
a su cara y hasta pudo sentir su cuello de marinera correrse un poco. El
hombre, rápidamente amarro correas alrededor de sus codos, espalda, caderas y
rodilla. Paulina intento patalear levemente, notando que las correas le
permitían mover piernas y brazos, pero no protegerse del instrumento. Ya
atrapada en esa posición el hombre dijo: Ya vuelvo contigo. Paulina observo
como la chica a su izquierda se encontraba con los ojos cerrados, moviendo su
cabeza y brazos por cada azote, intentando resistirlos, y llorando mientras
estos caian. Esta parecía ser de “preparatoria” (suponiendo que su uniforme era
de primaria, el de rocio de secundaria y el de Ashley de preparatoria). Y ponía
mucha concentración en aceptar su castigo y no gritar tanto. La chica de su
derecha, tenia jumper. Esta se mostraba muy asustada, observando de vez en
cuando detrás, mientras el hombre preparaba el instrumento de la maquina. A
veces, observaba a Paulina poniendo gesto de molestia. Puso gesto de sorpresa
cuando levantaron su jumper y la polea con el cinto, comenzó rápidamente a
girar, sonando contra sus nalgas. Ahí rápidamente la chica se desespero,
saltando en su lugar, pataleando, moviendo los brazos, gritando: AY AY AY AY
AYAYAY y sacudiéndose, pero las correas solo permitían sacudirse lo suficiente.
Paulina puso gesto de horror al ver como el hombre se dirigía a su maquina
comenzando a prepararla, mientras observaba a sus dos compañeras. La chica de
la derecha, comenzó a suplicar pero el hombre dijo- mientras continuaba con su
trabajo-: Se va a terminar cuando se termine. Y si escucho algo que no me gusta
voy a añadir mas tiempo.
De reojo, Paulina pudo observar como el hombre, colocaba
algo parecido a una regla en el brazo mecanico de la maquina. Esta era un poco
mas ancha que una regla normal y parecía ser del tamaño de su cola. Luego de
asegurarlo bien, levanto su falda y su fondo.
- Ay por favor que no sea tan fuerte…- Dijo Paulina sin
querer en voz alta, y sintió la madera apoyarse en el centro de su cola.
- Por lo visto no vas a necesitar calentamiento. – Dijo el
hombre, calculando el centro de su cola. Teniendo en cuenta lo que había
sucedido con Paulina, asigno la intensidad, velocidad y numero de azotes. La
maquina los repartia automáticamente, y al ser una maquina vieja era algo que
no podían modificar. Siempre daba 2 arriba, 2 en el medio 2 en los muslos y asi
hasta que a veces daba 5. Intento disminuirle la velocidad para darle espacio
entre cada azote y la intensidad se la puso baja. Paulina noto recién, que en
frente de las 3 habia una pequeña pantalla. La de la izquierda decía 30 y se
iba descontando rápidamente, mientras que la de la derecha decía 130. Esta
bajaba también muy rápidamente. Al instante se apareció un letrero que decía
100. Sintio mucho nuevo nuevamente y luego, el primer fuerte azote caer en el
centro de su cola.
- OW!!- Exclamo sin querer por la sorpresa, y noto que el
numero en la pantalla disminuyo a 99.- AYY!!- Exclamo al sentir el próximo. Y
asi, los azotes comenzaron. Paulina al principio gemia por cada azote, gritando
fuertemente ay, y observando a sus compañeras soportar la maquina. Volvio a
culparse por quedar atrapada en esa horrible situacion y supuso que aun asi
seria una locura andar por toda la escuela con su pijama desabotonado. Sin
embargo, los azotes eran muy dolorosos, y apenas tocaron los 2 de sus muslos,
paulina rompió en lagrimas, sacudiéndose y meneándose por cada azote igual que
su compañera de la derecha. – Ahhhh AYYY AYYY AHHH AYYY- Gemia intentando
soportar el dolor, observo la de su izquierda intentando imitarla, pero el
dolor era muy fuerte. Las lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas
llendose a su boca, y empezó a respirar agitada, intentando frenar sus mocos.
Sintio los 2 azotes en sus muslos, y luego otro mas sintiendo que su piel se
iba a quebrar. Al recibir el cuarto grito: NO NO!!! y levanto sus piernas, sin
excito, debido a las correas. Sintio uno mas y luego los azotes continuaron en
el resto de la cola. Paulina, comenzó a convencerse que deberá acostumbrarse a
caminar mostrando su cola por toda la escuela si Gyz se lo ordenaba, mientras
la maquina la hacia desesperarse del dolor.
Mientras tanto, el señor a cargo, hacia pasar a la próxima
alumna.
- Ya veo… Esta bien, son 10 con la paleta, y luego deberas
llenar líneas-
- Si señor.- Dijo la chica adoptando su posición.
Paulina lloraba vivamente mientras iba por el numero 50
cuando noto que a su compañera de la izquierda, la liberaban. Escucho agradecer
su disciplina llorando, y luego vio que una de primaria como ella era puesta en
la maquina. Paulina cerro los ojos, intentando soportar su castigo, aunque la
distraía como la chica de su derecha gritaba aun mas que ella, a pesar de tener
un model mas grande. Claro esta, su castigo era muchísimo mas doloros. Observo
su pantalla, como ella, solo le quedaban 50, pero la polea, daba rapidísimos
azotes asi que la cuenta bajaba rápidamente. Paulina comenzó a sentir que no
podía soportar ni un azote mas, su piel parecía que se iba a quebrar, y cada
azote dolia horriblemente. Lucho contra las correas de vuelta, naturalmente sin
excito, y luego por la desesperación, comenzó a gritar.
- AYYYY BASTA POR FAVOR AYYYYYYYYYYYYY-
El hombre le respondio, mientras se encargaba de ponerle las
correas a la chica de su izquierda: Silencio, continua gritando asi y te
aumento el numero.
- DUELE DUELEEEE AYYYYYYYYY!!!!!!!- Exclamo y vio como de
40, aumento a 50.
- NOOOOOOOOOOOOO
- Puedo continuar haciéndolo. Silencio.- Ordeno el. Paulina
lloro desconsolada, y pronto eran 3 haciendolo ya que la de su izquierda
comenzó a llorar también. Paulina, vio como la de su derecha, era liberada y
agradecia por su disciplina. El hombre, se comportab seriamente. A diferencia
de Brighton que se mostraba sadica con las chicas, o Gyz, que a veces era
estricta o maternal, el señor trataba a las alumnas con bastante frialdad y lo
veía como un trabajo a ejecutar. Se comportaría de la misma forma si tuviera
que trabajar con madera, o cortando trozos de metal con un soplete. Su trabajo
en este caso consistía en castigar colegialas y dejarlas con la cola hirviendo
y prometiendo (tanto a el como a si mismas) no volver a tener que usar un
odioso prendedor rojo.
5…. 4….3…..2…..1…..0
Paulina finalmente vio el contador llegar a 0 pero su cola
continuaba hirviendo horriblemente y no podía dejar de llorar agitada. Se dio
cuenta lo considerados que fueron con ella el primer dia, y ahora si estaba
segura de que no quería volver a portar un prendedor rojo nunca. En 1 minuto,
el hombre la libero y Paulina se arrodillo tomando con ambas manos su adolorida
cola. No solo ardia, le sentía una textura particular ahora, a diferencia de
las anteriores veces. Lloro desconsoladamente y escucho el hombre decir: Hasta
que no lo digas no te vas a poder ir.
Limpiandose sus lagrimas que no
paraban de fluir dijo: G-G-Gracias por mi discip…Ah…Disciplina..- Y fue por su
llamativa bombacha, procurando no cconfundirla con su compañera. Volteo a
ver su cola, y le pudo ver una textura diferente, solo tocarla dolia, y
se veía… efectivamente muy hinchada. Intento ponerse su bombacha, pero el
elástico de esta apretaba sus muslitos haciéndola arder. Envolvia su hinchada
cola y al hacerlo, la apretaba reviviendo el ardor y haciéndola llorar de
vuelta. Paulina abrió la puerta, tomando su hinchada colita con una mano y
sobando sus ojos, mientras limpiaba sus interminables lagrimas. Y al salir, vio
una fila de alumnas observándola muy asustadas, como si ella fuera su futuro
inmediato. Paulina estaba demasiado concentrada en su sufrimiento para sentir
vergüenza, quizo estar sola y corrió al baño. Se metio escondiéndose en uno de
los pocos lugares libres, aunque claro, los baños no tenían puertas, y ella por
lo tanto no pudo tener la soledad que quería. Su cola le daba
puntadas mientras los elásticos de su pequeña bombachita infantil le recordaban
lo hichada que estaba su cola. Lloro unos 5 minutos mientras veía llegar mas
alumnas recién castigadas al baño. La chica del jumper que lloraba
histéricamente con el cinturón, también estaba ahí. Paulina tenia ganas de ir y
quedarse en su habitación, de todas formas, estar sola era inseguro. Cuando
pudo reincorporarse, se arreglo su uniforme y pelo. Acomodo su falda y su
fondo, metio la blusa dentro de esta y la arreglo también. Se lavo la cara ,
viendo como había quedado con los ojos bien rojos y se fue caminando lenta e
incómodamente al patio para buscar a sus amigas. Pero esta vez, a pesar de la
vergüenza y las miradas, el ardor no le permitio dejar de sobarse.
(si supiera dibujar... haria mucho mas cosas. Pero bueno, una idea de como son las maquinas en el centro de disciplina. Tengo que imaginarle un nombre mas corto.... Soy malo con los apodos. )
Ah y ya que estamos, asi serian masomenos tambien las de la disciplina anticipada: