lunes, 25 de noviembre de 2024

Disciplina (Historia)

 

Jean se encontraba con sus amigos del alter sadomasoquista.

Era una reunión normal en un bar que solía organizarse jueves a las 20 hs, y donde solo se juntaban a conversar.

Alli estaban sus amigos de siempre, dominantes y algunos sumisos amigos.

A algunos era la primera vez que los veía vestidos.

Y en el fondo, como si intentara no llamar la atención, se encontraba el.

Había una política de intentar integrar a los nuevos.            Una chica se acercaba y los unia al grupo. Pero el se sento en la ultima silla, en silencio, y solo se puso a tomar cerveza.

Todos conversaban animadamente, pero a jean le llamaba la atención el.

En foros parecía no parar de hablar, ¿pero ahora? Estuvo en silencio toda la noche, y parecía estar muerto de nervios.

Era además, muy jovencito.

Ella se sento junto a el, y comenzó a sacarle un poco de charla.

 

 

“que resaca” pensó tomándose la cabeza.

Abrió los ojos, estaba en una habitación oscura.

Intento pensar lo que había sucedido la noche anterior.

“Ese bar… estuve como 3 meses intentando animarme a ir… ¿fui?”. Se dijo

Con incomodidad, e intentando pararse de a poco, se acerco a la puerta.

Al prender la luz, se sorprendió. Estaba en una típica habitación de niña, y tenia puesto una pijama rosa.

-       ¿ que? ¿y esto?

Al toque la puerta se abrió. Una esbelta mujer ingreso.

Ella era alta, de pelo blanco pero corto, unos gruesos anteojos negros, voluptuosa y se veía en sus ojos la experiencia expresada en su edad.

Tenia una sonrisa firme pero decidida. Era gentil, pero algo en ella te daba a entender que toda la situación estaba bajo su control.

-       Perdona que te puse la pijama de tu hija, toda tu ropa esta vomitada. Te tuve que traer a casa, no te podía dejar así.

-       E-En serio?

-       Jaja, volviste a ser el chico tímido de antes. Anoche estabas tan charlatan.

El chico se tomo su cabeza.

-       Veni, vamos a desayunar. Tu ropa se esta secando. ¿Debes tener un montón de resaca no?

-       Solo…. Un poquito. ¿En verdad hice todo eso? – Respondió el chico cabisbajo.

-       Tranquilo….A todos nos paso alguna vez. ¿Nunca habías tomado cerveza antes?

-       Claro que si! Pero esta es distinta, mas amarga… es

-       Jajajaj… es un bar de cervezas artesanales. Tienen mas alcohol.

-       ¿Tienen mas alcohol? – pregunto con inocencia.

La mujer lo tomo de la mano, y noto de reojo como se retrajo.

-       Tranquilo… todo bien. Yo no meto a mi casa a cualquiera. Se que sos bueno, lo veo en tus ojos. Vamos.

Al salir de la habitación, el chico noto la casa donde estaba.

Era realmente lujosa, y por las ventanas se veían los rascacielos.

Corrió hacia una ventana y pregunto.

-       ¿ donde estamos?

-       Palermo. Esto es un penhouse. Decimo piso. Sentate en el sillon, y mira la tele mientras te preparo el desayuno.

-       Okay…- Dijo sentándose.

Al acostarse en sillon, recordó que usaba una pijama rosa de unicornio. Se sonrojo un poco viéndose, pero lo ignoro y comenzó a buscar en el televisor que ver.

Hizo zapping unos minutos hasta que llego a un canal de caricaturas. El chico se quedo viéndolo con una sonrisa de oreja a oreja mientras abrazaba un almohadón.

Cuando ella lo vio así no pudo evitar sentir una indescriptible ternura. Pero el se percato de que lo observaban y cambio al noticiero.

-       No, si te gustan tus dibus, mira tus dibus.

-       No me gustan.

-       Bueno , a mi si. Ponelos.- Dijo ella.

El chico inmediatamente obedeció, y ella hizo una sonrisa de sastisfaccion, llendo a la cocina.

Al poco tiempo volvió con chocolatada y galletitas.

-       Muchas gracias….- Dijo el, confundido.

-       De nada corazón.- sonrio ella, sentándose a su lado.  Estuvieron unos minutos en silencio, el bebia lentamente poniéndose cada vez mas nervioso e incomodo.

-        Como charlabas ayer eh! Y mírate ahora.

-       Lo siento…

-       No pidas disculpa. Me intereso de que hablamos.

-       ¿De que hable?

-       En un momento empezaste a hablar de disciplina.

Al escuchar la palabra los ojos de el brillaron.

-       Creo que me habras hablado sin parar una hora sobre técnicas de castigo.

-       L-o siento..

-       Deja de decir lo siento!!- Me fue muy valioso. ¿Estudias psicología y trabajas en una fabrica no?

-       Si… Taller metalurgico.

-       Por algo sabes tanto. ¿Y alguna vez probaste este spanking disciplinario en alguien?

-       No… pero me he leído millones de blogs, contando experiencias de cómo era, y además…

-       Pero no lo has probado. ¿Y te han castigado alguna vez?

-       Eh no… tampoco… siempre… fui muy estudioso – contesto.

-       Oh, seria bueno que alguna vez lo pruebes para poder validar todo lo que decis.

-       Um… no conozco ninguna spankee. Un poco las espanto, y encima no tengo experiencia.

-       Ah, ¿y ser vos spankee? – Dijo ella sonriente.

-       No no, yo soy spanker!- Protesto el.

-       Bueno, de alguna forma se aprende nene.

-       N-no soy un nene. – Se quejo. – P-Perdon… encima que me trajiste hasta acá…

-       Ahí tenes, esa es una buena forma de comenzar. ¿No deberías recibir un castigo por lo de anoche?

-       Lo de anoche?.. pero fue sin querer.

-       Bueno, pero es una razón. A veces uno se porta mal sin querer. Dame tu vaso y tu plato, los voy a lavar.

La mujer se fue con los platos y comenzó a lavarlos.

El chico se quedo pensando, y ella volvió, con su ropa.

-       Tu ropa esta seca, ya podes cambiarte.

-       Vos… sos dominante no?

-       Si corazón.

-       Quiero pedirte algo… raro..

-       Decime sin miedo.

-       …. Es verdad… necesito saber como se siente… para tener… una evaluación real y…

-       Anda al grano.

-       M-Me castigarias?

-       Jaja… claro mi cielo.

-       Pero yo quiero que…

-       Pero vos no queres nada, si es un castigo tiene que ser como yo diga, no como vos decis. ¿no?

El chico se quedo pensativo.

-       Dale, cambiate, y luego lo hacemos.

-       No… espera…

-       Que pasa?

-       Que los castigos son para iños, no para adultos. No ….

-       Bueno… ahora mismo me pareces una niña. – Se rio ella.

-       Esto? Es de tu hija. ¿no se ira a enojar por que?

-       Nah… ella vive en España ahora, ees de cuando tenia 12.

-       Doce°!?- Se enojo.

-       Y si, es alta. Y vos…

-       Bueno… Solo decía.

-       Decis que los castigos son solo para niños?

-       No solo para niños niños… se entiende…. Bueno, tiene mas lógica cuando castigas a una loli…

-       ¿Qué es una loli?

-       Ay… No… es que…

-       Una Little? En esa pijama pareces una Little.- Se rio.

-       Eh… Si… ¿si?

-       Sip. Te ves muy tierno.

El chico se quedo confundido. No por que no le hayan dicho antes que era tierno. Se lo han dicho infinidad de veces pero siempre lo sintió como un insulto. Y sin embargo ahora.

-       Ay no es cierto, me debo ver re idiota y…

-       No seas así. Te ves lindo.

-       Esta Bien…

-       ¿Entonces que pasa bebe? ¿Queres tus chas chas en la cola por portarte mal?

Ella sabia que eso le incomodaba, pero en el fondo le gustaba. Era divertido jugar con el, y su sadismo empezó a apoderarse.

-       N-no es así… Es…

-       Bueno, hasta que no digas que es… no podemos hacer nada. ¿sos de zona sur no? Yo en un rato tengo que ir para congreso, te puedo dejar en constitución.

-       Oh… eso seria genial.

-       Bueno, tu ropa… Así te cambias.

El chico vio la ropa y negó con la cabeza.

-       ¿Que pasa?

-       Si… quiero… mi castigo…

-       Ok, son 100 flexiones de brazos.

-       Eh? ¡ no me refería a eso!

-       Jajaj… esta bien nene. – Dijo sentándose, tomo una mano y comenzó a jalarlo sobre sus piernas.

El se resistió de solo vergüenza y ella pregunto: ¿queres tu castigo o no?

-       Es que me da verguenza…

-       Vos quisiste saber como se sentía, seguramente las chicas a las que castigaban así también sentían vergüenza ¿no?

-       En los blogs decía que… espera…- Dijo intentando resistirse.

 

El chico era flaco, no muy alto, pero no era necesariamente débil. Por su trabajo, debía ser un poco fuerte. No sabe muy bien si fue por que cedió, o por que sencillamente ella era mas fuerte que el, pero termino en sus piernas, mirando hacia atrás de reojo.

Comenzó a sentir nalgadas despacio en su cola, sintiéndose raro.

-       Eh, esto no debería ser …

-       Decime, por que te voy a castigar?

-       Por que… - Respondio el, empezando a sentir mucha vergüenza.

-       Por que tome mucho..-

-       Muy bien, tenes que ser mas cuidadoso nene. ¿Preparado?

-       Si…

Ella comenzó a nalguearlo, pero muy despacio por un buen rato.

El comenzó a menearse levemente. “Esto no duele… claro. Es un castigo para niños, mira si va a doler. Bueno, voy a hacer como que me duele asi la pobre no se siente mal”

-       Ay ay…. ayyyy- gimio pataleando.

-       Suficiente calentamiento.- Dijo y le bajo el pantalón de la pijama.

-       Hey! Eso no!

-       Se hubiera portado bien. – Corrigio la mujer, agarrándole el brazo, y PAF. Un buen chirlo.

El chico solto un grito tanto de dolor como de sorpresa, y volteo a verla. Ella le dio otro chirlo y el volvió a gemir. Pero viéndola azotarlo pudo notar que no daba tan fuerte como podía.

El ritmo aumento y ya no pudo voltear mas, comenzó a sacudirse en su lugar y a gemir.

-       Quema quema !!

-       Vas a portarte bien ahora!

-       Ayyy siii

-       Quiero que digas, “Si, me voy a portar bien”

-       No puedo, dueleee

Ella paro, y acaricio sus nalgas. Pudo notar que el chico ya estaba agitado.

-       ¿Vas a portarte bien ahora?

-       Si…

-       Lo decis.

-       Si, me voy a portar bien.

-       Muy bien, te doy lo ultimo y termina el castigo.

-       Mas? AY AY AY …

La nalgueada continuo un par de minutos mas, ya ni el calzoncillo podía tapar lo rojo de su trasero. Luego de eso lo ayudo a levantarse.

-       Eso do…

-       Al rincón- Dijo la mujer señalando uno cercano.

-       R-incon… - Dijo el viéndolo.

-       Vas o cobras nuevo

-       Voy voy voy…- protesto el.

“Rincon…” protesto yendo. Se paro en el y se sobo el trasero.

-       Sin sobarse!- Ordeno ella

-       Si..- Dijo quitando rápidamente las manos.

“Me siento…”

El había leído muchos artículos sobre la importancia del rincón, antes del castigo, despues del castigo, o siendo el castigo en si mismo. Pero no era lo mismo que tener que ir en persona.

-       Sin moverte nene, o no vas a salir mas.

-       Si si.

Volteo a verla, pero vio su seño fruncido y volvió a ver al rincón.

Aun agitado y adolorido intento tranquilizarse.

-       Ya podes salir mi amor..

El chico salió nervioso, agitado y confundido. Ella pudo ver una pequeña erección marcándose en el pantalón de su pijama.

-       ¿Aprendiste tu lección?

El asintió con su cabeza.

-       Ven aquí. – Dijo

El se acerco tímidamente, y ella lo envolvió en un abrazo y lo sento en sus piernas.

La vergüenza lo hizo intentar resistirse, pero se sentía tan lindo que se fundió en un abrazo, y se dejo mimar.

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