Jean se
encontraba con sus amigos del alter sadomasoquista.
Era una
reunión normal en un bar que solía organizarse jueves a las 20 hs, y donde solo
se juntaban a conversar.
Alli
estaban sus amigos de siempre, dominantes y algunos sumisos amigos.
A algunos
era la primera vez que los veía vestidos.
Y en el
fondo, como si intentara no llamar la atención, se encontraba el.
Había una
política de intentar integrar a los nuevos. Una
chica se acercaba y los unia al grupo. Pero el se sento en la ultima silla, en
silencio, y solo se puso a tomar cerveza.
Todos
conversaban animadamente, pero a jean le llamaba la atención el.
En foros
parecía no parar de hablar, ¿pero ahora? Estuvo en silencio toda la noche, y
parecía estar muerto de nervios.
Era además,
muy jovencito.
Ella se sento junto a el, y comenzó a sacarle
un poco de charla.
“que
resaca” pensó tomándose la cabeza.
Abrió los
ojos, estaba en una habitación oscura.
Intento
pensar lo que había sucedido la noche anterior.
“Ese bar…
estuve como 3 meses intentando animarme a ir… ¿fui?”. Se dijo
Con
incomodidad, e intentando pararse de a poco, se acerco a la puerta.
Al prender
la luz, se sorprendió. Estaba en una típica habitación de niña, y tenia puesto
una pijama rosa.
-
¿
que? ¿y esto?
Al toque la puerta se abrió. Una esbelta mujer
ingreso.
Ella era alta, de pelo blanco pero corto, unos
gruesos anteojos negros, voluptuosa y se veía en sus ojos la experiencia
expresada en su edad.
Tenia una
sonrisa firme pero decidida. Era gentil, pero algo en ella te daba a entender
que toda la situación estaba bajo su control.
-
Perdona
que te puse la pijama de tu hija, toda tu ropa esta vomitada. Te tuve que traer
a casa, no te podía dejar así.
-
E-En
serio?
-
Jaja,
volviste a ser el chico tímido de antes. Anoche estabas tan charlatan.
El chico se tomo su cabeza.
-
Veni,
vamos a desayunar. Tu ropa se esta secando. ¿Debes tener un montón de resaca
no?
-
Solo….
Un poquito. ¿En verdad hice todo eso? – Respondió el chico cabisbajo.
-
Tranquilo….A
todos nos paso alguna vez. ¿Nunca habías tomado cerveza antes?
-
Claro
que si! Pero esta es distinta, mas amarga… es
-
Jajajaj…
es un bar de cervezas artesanales. Tienen mas alcohol.
-
¿Tienen
mas alcohol? – pregunto con inocencia.
La mujer lo tomo de la mano, y noto de reojo
como se retrajo.
-
Tranquilo…
todo bien. Yo no meto a mi casa a cualquiera. Se que sos bueno, lo veo en tus
ojos. Vamos.
Al salir de la habitación, el chico noto la
casa donde estaba.
Era realmente lujosa, y por las ventanas se
veían los rascacielos.
Corrió hacia una ventana y pregunto.
-
¿
donde estamos?
-
Palermo.
Esto es un penhouse. Decimo piso. Sentate en el sillon, y mira la tele mientras
te preparo el desayuno.
-
Okay…-
Dijo sentándose.
Al acostarse en sillon, recordó que usaba una
pijama rosa de unicornio. Se sonrojo un poco viéndose, pero lo ignoro y comenzó
a buscar en el televisor que ver.
Hizo zapping unos minutos hasta que llego a un
canal de caricaturas. El chico se quedo viéndolo con una sonrisa de oreja a
oreja mientras abrazaba un almohadón.
Cuando ella lo vio así no pudo evitar sentir
una indescriptible ternura. Pero el se percato de que lo observaban y cambio al
noticiero.
-
No,
si te gustan tus dibus, mira tus dibus.
-
No
me gustan.
-
Bueno
, a mi si. Ponelos.- Dijo ella.
El chico inmediatamente obedeció, y ella hizo una sonrisa de
sastisfaccion, llendo a la cocina.
Al poco tiempo volvió con chocolatada y galletitas.
-
Muchas
gracias….- Dijo el, confundido.
-
De
nada corazón.- sonrio ella, sentándose a su lado. Estuvieron unos minutos en silencio, el bebia
lentamente poniéndose cada vez mas nervioso e incomodo.
-
Como charlabas ayer eh! Y mírate ahora.
-
Lo
siento…
-
No
pidas disculpa. Me intereso de que hablamos.
-
¿De
que hable?
-
En
un momento empezaste a hablar de disciplina.
Al escuchar la palabra los ojos de el brillaron.
-
Creo
que me habras hablado sin parar una hora sobre técnicas de castigo.
-
L-o
siento..
-
Deja
de decir lo siento!!- Me fue muy valioso. ¿Estudias psicología y trabajas en
una fabrica no?
-
Si…
Taller metalurgico.
-
Por
algo sabes tanto. ¿Y alguna vez probaste este spanking disciplinario en
alguien?
-
No…
pero me he leído millones de blogs, contando experiencias de cómo era, y
además…
-
Pero
no lo has probado. ¿Y te han castigado alguna vez?
-
Eh
no… tampoco… siempre… fui muy estudioso – contesto.
-
Oh,
seria bueno que alguna vez lo pruebes para poder validar todo lo que decis.
-
Um…
no conozco ninguna spankee. Un poco las espanto, y encima no tengo experiencia.
-
Ah,
¿y ser vos spankee? – Dijo ella sonriente.
-
No
no, yo soy spanker!- Protesto el.
-
Bueno,
de alguna forma se aprende nene.
-
N-no
soy un nene. – Se quejo. – P-Perdon… encima que me trajiste hasta acá…
-
Ahí
tenes, esa es una buena forma de comenzar. ¿No deberías recibir un castigo por
lo de anoche?
-
Lo
de anoche?.. pero fue sin querer.
-
Bueno,
pero es una razón. A veces uno se porta mal sin querer. Dame tu vaso y tu
plato, los voy a lavar.
La mujer se
fue con los platos y comenzó a lavarlos.
El chico se
quedo pensando, y ella volvió, con su ropa.
-
Tu
ropa esta seca, ya podes cambiarte.
-
Vos…
sos dominante no?
-
Si
corazón.
-
Quiero
pedirte algo… raro..
-
Decime
sin miedo.
-
….
Es verdad… necesito saber como se siente… para tener… una evaluación real y…
-
Anda
al grano.
-
M-Me
castigarias?
-
Jaja…
claro mi cielo.
-
Pero
yo quiero que…
-
Pero
vos no queres nada, si es un castigo tiene que ser como yo diga, no como vos
decis. ¿no?
El chico se quedo pensativo.
-
Dale,
cambiate, y luego lo hacemos.
-
No…
espera…
-
Que
pasa?
-
Que
los castigos son para iños, no para adultos. No ….
-
Bueno…
ahora mismo me pareces una niña. – Se rio ella.
-
Esto?
Es de tu hija. ¿no se ira a enojar por que?
-
Nah…
ella vive en España ahora, ees de cuando tenia 12.
-
Doce°!?-
Se enojo.
-
Y
si, es alta. Y vos…
-
Bueno…
Solo decía.
-
Decis
que los castigos son solo para niños?
-
No
solo para niños niños… se entiende…. Bueno, tiene mas lógica cuando castigas a
una loli…
-
¿Qué
es una loli?
-
Ay…
No… es que…
-
Una
Little? En esa pijama pareces una Little.- Se rio.
-
Eh…
Si… ¿si?
-
Sip.
Te ves muy tierno.
El chico se
quedo confundido. No por que no le hayan dicho antes que era tierno. Se lo han
dicho infinidad de veces pero siempre lo sintió como un insulto. Y sin embargo
ahora.
-
Ay
no es cierto, me debo ver re idiota y…
-
No
seas así. Te ves lindo.
-
Esta
Bien…
-
¿Entonces
que pasa bebe? ¿Queres tus chas chas en la cola por portarte mal?
Ella sabia que eso le incomodaba, pero en el
fondo le gustaba. Era divertido jugar con el, y su sadismo empezó a apoderarse.
-
N-no
es así… Es…
-
Bueno,
hasta que no digas que es… no podemos hacer nada. ¿sos de zona sur no? Yo en un
rato tengo que ir para congreso, te puedo dejar en constitución.
-
Oh…
eso seria genial.
-
Bueno,
tu ropa… Así te cambias.
El chico vio la ropa y negó con la cabeza.
-
¿Que
pasa?
-
Si…
quiero… mi castigo…
-
Ok,
son 100 flexiones de brazos.
-
Eh?
¡ no me refería a eso!
-
Jajaj…
esta bien nene. – Dijo sentándose, tomo una mano y comenzó a jalarlo sobre sus
piernas.
El se resistió de solo vergüenza y ella
pregunto: ¿queres tu castigo o no?
-
Es
que me da verguenza…
-
Vos
quisiste saber como se sentía, seguramente las chicas a las que castigaban así
también sentían vergüenza ¿no?
-
En
los blogs decía que… espera…- Dijo intentando resistirse.
El chico era flaco, no muy alto, pero no era necesariamente débil. Por
su trabajo, debía ser un poco fuerte. No sabe muy bien si fue por que cedió, o
por que sencillamente ella era mas fuerte que el, pero termino en sus piernas,
mirando hacia atrás de reojo.
Comenzó a sentir nalgadas despacio en su cola, sintiéndose raro.
-
Eh,
esto no debería ser …
-
Decime,
por que te voy a castigar?
-
Por
que… - Respondio el, empezando a sentir mucha vergüenza.
-
Por
que tome mucho..-
-
Muy
bien, tenes que ser mas cuidadoso nene. ¿Preparado?
-
Si…
Ella comenzó a nalguearlo, pero muy despacio
por un buen rato.
El comenzó a menearse levemente. “Esto no duele…
claro. Es un castigo para niños, mira si va a doler. Bueno, voy a hacer como
que me duele asi la pobre no se siente mal”
-
Ay
ay…. ayyyy- gimio pataleando.
-
Suficiente
calentamiento.- Dijo y le bajo el pantalón de la pijama.
-
Hey!
Eso no!
-
Se
hubiera portado bien. – Corrigio la mujer, agarrándole el brazo, y PAF. Un buen
chirlo.
El chico solto un grito tanto de dolor como de
sorpresa, y volteo a verla. Ella le dio otro chirlo y el volvió a gemir. Pero viéndola
azotarlo pudo notar que no daba tan fuerte como podía.
El ritmo aumento y ya no pudo voltear mas, comenzó
a sacudirse en su lugar y a gemir.
-
Quema
quema !!
-
Vas
a portarte bien ahora!
-
Ayyy
siii
-
Quiero
que digas, “Si, me voy a portar bien”
-
No
puedo, dueleee
Ella paro, y acaricio sus nalgas. Pudo notar
que el chico ya estaba agitado.
-
¿Vas
a portarte bien ahora?
-
Si…
-
Lo
decis.
-
Si,
me voy a portar bien.
-
Muy
bien, te doy lo ultimo y termina el castigo.
-
Mas?
AY AY AY …
La nalgueada continuo un par de minutos mas, ya
ni el calzoncillo podía tapar lo rojo de su trasero. Luego de eso lo ayudo a
levantarse.
-
Eso
do…
-
Al
rincón- Dijo la mujer señalando uno cercano.
-
R-incon…
- Dijo el viéndolo.
-
Vas
o cobras nuevo
-
Voy
voy voy…- protesto el.
“Rincon…” protesto yendo. Se paro en el y se
sobo el trasero.
-
Sin
sobarse!- Ordeno ella
-
Si..-
Dijo quitando rápidamente las manos.
“Me siento…”
El había leído
muchos artículos sobre la importancia del rincón, antes del castigo, despues del
castigo, o siendo el castigo en si mismo. Pero no era lo mismo que tener que ir
en persona.
-
Sin
moverte nene, o no vas a salir mas.
-
Si
si.
Volteo a verla, pero vio su seño fruncido y volvió
a ver al rincón.
Aun agitado y adolorido intento tranquilizarse.
-
Ya
podes salir mi amor..
El chico salió
nervioso, agitado y confundido. Ella pudo ver una pequeña erección marcándose en
el pantalón de su pijama.
-
¿Aprendiste
tu lección?
El asintió con su cabeza.
-
Ven
aquí. – Dijo
El se acerco tímidamente, y ella lo envolvió en
un abrazo y lo sento en sus piernas.
La vergüenza lo hizo intentar resistirse, pero
se sentía tan lindo que se fundió en un abrazo, y se dejo mimar.
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