“No quiero volver…” pensó Paulina. No dejaba de recordar ls
chicas de los videos siendo castigadas. Por que mas cosas tendría que pasar?
- Señorita Redglow, si no se apresura recibirá otro
correctivo.
- S-Si!!- Exclamo Paulina y luego se corrigio. – Si Señora
Gyz.-
Fue rápidamente al lado de la señora y se quedo parada al
lado de ella, aun sobándose con ambas manos su adolorido trasero. La señora le
extendió una mano y ella se la tomo, luego la llevo por los pasillos de las
instalaciones.
- Como sabras hay 3 areas. A ti te corresponde el Area C.
Cada área tiene su centro de disciplina y cuarto gris, además de otros espacios
donde tendras tus clases.
Paulina escuchaba el sermón de la señora Gyz, pero no podía
evitar distraerse. Mientras la llevaban por los pasillos, y llegaban a la zona
de aulas, muchas cosas de lo que seria su vida los siguientes 3 meses. Por lo visto, mientras un
grupo estudiaba el otro tenia recreo. Veia chicas pasear por los pasillos, pero
todas muy firme y educadamente. Habia 3 uniformes, uno era una camisa con
blazer, falda larga hasta la rodilla y corbata. Desde su nueva altura las veía
altísimas, y les estimaba unos 16 18 años. Otro grupo, menos común, era de
chicas que usaban jumpers, y un liston rojo en el cuello. Su falda era mas
corta y se las veía mas pequeñas. Aparentaban entre 13 y 14 años. Chicas con un
unforme como el suyo no vio ninguna, y parecía que era la única de su edad. Se
dio cuenta mientras la llevaban que su falda era cortísima. Pero como para todo
parecía haber una razón. Todas las chicas se veian en mayor o menor medida
adoloridas. Paulina no entendia por que ninguna se sobaba. A las afueras de
varias aulas, se encontraban pizarrones. De vez en cuando, veía alguna
escribiendo líneas en el pizarrón. A una en particular, la habían puesto
enseñando sus calzones blancos y su cola bien roja mientras escribia “Debo
portarme bien en clase”. Con una mano escribia, mientras que con la otra se
sobaba y emitia pequeños gemidos de dolor. Ahí Paulina dejo de sobarse y se
acomodo su falda con su mano libre, entendiendo por que todas evitaban hacerlo.
“Da tanta imagen de niña castigada…” Penso paulina sonrojándose pensando que lo
hizo todo el camino. Las chicas que usaban jumpers, por lo visto eran
castigadas mucho mas frecuentemente que las de blazer. A veces alcanzaba a ver
alguna en el rincón con las manos en su cabeza mientras iban. Luego vio una
fila de como 6 chicas esperando sentadas en incomodas sillas. Todas se veian
bastante preocupadas, y todas portaban un prendedor rojo. De las 6, 4 llevaban
jumpers. Mientras se iban acercando, escucho gritos de niñas de adentro. La
puerta se abrió, y salio una muy adolorida, que procuraba disimular el dolor,
pero que aun asi, termino sobándose con ambas manos y caminando rápidamente al
baño. Una de las que esperaba ingreso luego de eso.
- Entendiste?- Pregunto Gyz.
- E-Eh?... Si?
- No escuchaste nada no?
Paulina sintió terror, tapo su cola con ambas manos y dijo:
Lo Siento señora!!!
- Bueno, este es el centro de disciplina. Y la razón por la
que te enviamos aca es para ahorrar tiempo de clase. Y como estamos apuradas.-
Dijo la mujer, tomando un broche rojo.
Paulina sintió sus ojos dilatarse al verlo. Y ella se lo abrocho en su
tirante. – Luego de clases deberas ir.-
Paulina puso una mano en su corazón asustada y la señora Gyz
la tomo de la otra, llevándola al aula. Al llegar, noto que ya había un asiento
destinado a ella, útiles en su mesa y un pequeño bolso rojo al lado. El asiento
no tenia respaldo, y noto que había bastante espacio entre cada pupitre.
- Aquí te dejo. Has caso a la maestra.
- Hola.- Dijo una mujer rubia.- Tu debes ser la señorita
Redglow. No te preocupes, ya nos informaron lo sucedido. Sientate.
Paulina se dirigio a su asiento. Era medio incomodo y sentía
que la mitad de su cola asomaba afuera del asiento. El asiento estaba unido al
pupibre, y tenia un lugar donde descansar los pies. Pero esto la forzaba a
estar sentada en una posición rigida y sentía sus muslitos quemándola por el
peso. Hizo un esfuerzo para acomodrse hasta que diviso al resto de la clase.
- Ah!....- exclamo ahogando su grito. Habia una chica
sentada en el rincón. Era un Banco, alto. Tenia una Paddle colgando al lado
suyo que decía “heat on the seat” y usaba un bonete. Tambien había una chica en
el pizarrón escribiendo líneas. Esto parecía ser una pesadilla. La mujer la
presento a la clase y le aclaro su nombre. “miss Brighton”. Luego la clase
rápidamente comenzó.
Afortunadamente, eran matemáticas, Paulina era experimentada
con las matemáticas asi que no tubo problemas. Pero podía notar que sus compañeras
si. Brighton recorria los pupitres, y no dudaba en dar reglazos a quienes no
estaban concentradas en sus tareas. Paulina se encontraba muy intimidada,
asustada y un poco adolorida como para no dar lo mejor de si en la clase. Pero
el ruido de los azotes sonaba cada 5 minutos. A algunas las hacían estirar las
manos. Otras eran enviadas al rincón. Cuando alguna salía del rincón, le
preguntaba lo que había explicado. A veces, no lo recordaban y eran castigadas
nuevamente. La chica del bonete, permaneció ahí toda la clase. Se podía ver su
trasero bien rojo, cayendo con todo el peso sobre el banco. Paulina se mostraba
aterrada, no sabia como seria la próxima clase. Las matemáticas eran su punto
fuerte. Pero ahora?
Noto que incluso, con toda la disciplina, las chicas daban
algunos problemas, y no se comportaban perfectamente. “Despues de todo, son
criminales…” Penso Paulina. Pero tambien la maestra exigia concentración
absoluta en la materia y rápidamente se
encargaba de azotarlas, y hasta a veces las hacia permanecer de pie, para
inclinarse sobre sus pupitres y recibir dolorosos reglazos con su falda
levantada. Ahí paulina noto que las chicas que usaban jumpers siempre usaban
calzones con motivos infantiles. Ositos, gatitos, o cosas asi. Y las que usaban blazers, tenían
calzones blancos. Recordo los de ella, y supuso que era otra regla interna para
humillar a las alumnas. Despues de todo, siempre mostrarían sus calzones
durante los castigos. Recordo que la
señora Gyz dijo que se administraban distinto castigos según fueran mas
eficientes.
- AY!!!- Exclamo Paulina sintiendo un fuerte dolor en su
nalga derecha. Giro rápidamente tomándosela con una mano para descubrir a su
inmensa maestra al lado de ella.
- Distraida señorita Redglow?
- Eh… No… Digo…- Penso y hablo paulina a la vez. Asustada
pensó que seria mejor decir la verdad. – Si… señora, lo siento.
- Bueno, no se preocupe, como habrá visto hay muchos métodos
para mantener la concentración de las alumnas. Entiendo que halla un problema
con su model, pero eso no la salvara de la disciplina. De pie, se inclina y
apoya sus codos contra su pupitre.
- ….S-Si… Señorita Brighton.- Dijo Paulina muy asustada.
Temblorosa se paro, poniendo una mano en su cola, y luego se inclino enseñando
su cola para su castigo.
- Vamos a poner tu cola tan roja como tu pelo. Incluso vi
que ya tienes un prendedor rojo. Hoy alguien dormirá boca abajo no?- Se burlo
la maestra. Paulina comenzó a enfurecerse ante las bromas, pero no pudo hacer
nada. Sintió su cara ponerse roja. Y luego a la mujer levantar su falda.
- Al menos puedo ver que usas tu uniforme completo completo.
Dijo la maestra. Paulina no entendio y ella repitió: Mañana revisare también
para ver si utilizas calzones del dia correcto. Paulina recordó y se tapo la
cara muerta de vergüenza. Sintio la primer nalgada con la mano y exclamo.
- No podemos perder mucho tiempo en clase, asi que las dare
rápidamente. Pero si te sueltas del banco, o te intentas tapar te pondré otro
prendedor rojo esta claro?
- Si señora Brighton.
Paulina se aferro fuertemente a su pupitre y la mujer
comenzó a darle una buena nalgueada por toda su cola. Paulina grito y lloro,
pero intento agarrarse con todas sus fuerzas al pupitre aunque no pudo evitar
menear su cadera adoloridamente.
- Bueno, eso es todo. En el centro de disciplina se
encargaran del resto. Te dijo la señora gyz que debias decir luego de cada
castigo?.
Paulina se solto del pupitre, muy adolorida se sobo y
dijo: Gracias… Por mi disciplina…
- Muy bien, normalmente las nalgadas debería dártelas con la
regla. Sin embargo mejor te dare otro castigo.-
Paulina la observo sorprendida, limpiándose sus lagrimas con
una mano. Y la maestra levanto su falda travandola.
- La usaras asi toda la clase. Asi aprenderás a respetarme.
- Pero…
- Sin peros!- Exclamo la mujer dándole un reglazo. Paulina
salto en su lugar tomando su cola.
- Agradece que no estas en el rincón y te dejo continuar en
clase. Ahora siéntate.
- Si señora…- Dijo Paulina muriéndose de vergüenza. Se tapo
su cara y escucho.
- Y concentrada en la clase. –
- Si Maestra…- Dijo ella. Sentia que todas las miraban y se
burlaban de ella. Decidio concentrarse en la clase, hasta que las 3 largas
horas de estudio pasaron. La mujer dijo: - Termino la clase. Paulina, podes
acomodar tu falda. –
- Si señora….- Dijo ella.
Todas se pararon estirándose, ya que esos bancos eran muy
incomodos. Paulina se sobo un poquito, pero sintiendo vergüenza rápidamente se
acomodo su falda, tapándose su cola mientras lo hacia. Mientras guardaba sus
útiles, vio que la maestra le sacaba l bonete a la chica del rincón. La hizo
girar y la chica, de unos 17 años de edad corporal, mostraba signos de haber
llorado. La mujer le puso un prendedor rojo y le dijo: Continua asi y te
asignaran a otra edad.
La chica hizo gesto de molestia.
- Y? Que esperas?
- Esperar que?
- Usted ya me canso señorita. Mañana cuando l vea de vuelta
va a ser una niña con trenzas y jumper.- Dijo ella y le puso otro prendedor
rojo en su blazer. – Retirese.- Ordeno. La jovencita se fue, y Paulina camino
tímidamente . Empezo a observar a sus compañeras, intentando alejarse de ella.
Tenia miedo que se abusaran. Suspiro y al hacerlo observo, su uniforme, sus tirantes
y el tan tétrico prendedor. Sintio sus ojos llenarse de lagrimas, y quizo
sacárselo. Obviamente sin excito. Camino y se sento en fila con el resto de
castigadas que esperaban su turno. Pero chica que salía, chica que salía
llorando. Muy pocas mantenían su compostura. Si eran amigas, quienes se hacían
comparaban sus marcas, y Paulina vio colas rojísimas y hasta con alguna marca
morada. Paulina se desespero y se paro de la silla.
- Aun me duele mucho… No voy a poder aguantar!!!- Penso. –
Tengo miedo…-
Vio a la chica que usaba el bonete, salir llorando. Sin la
mas minima compostura se frotaba las nalgas con ambas manos y se limpiaba las
lagrimas. En el trayecto observo a Paulina y avergonzada se dirigio al baño.
Paulina vio la puerta abrirse y un enorme señor frente a
ella. Paulina apenas llegaba a su ombligo.
- Veo que te toca. Pasa.-
- S-Señor…- Dijo ella . – No… No me animo…- aclaro. Pero
noto que no había nadie mas esperando que ella.
El hombre se acerco y la tomo de la mano, haciéndola ingresar.
- Va a ser mejor. Me contaron de tu caso. No te preocupes. –
Dijo el hombre. El “Centro de disciplina” como asi lo llamaban tenia una
apariencia muy sobria. Se veía formal y rigido, con piso de madera, y cuadros.
Pero mas alla de eso, parecía un cuarto de torturas. Habia unas 3 alumnas que
no dejaban de llorar, y que estaban atrapadas en maquinas que soltaban
dolorosos azotes con los instrumentos anexados. Una de ellas, tenia el mismo
uniforme que Paulina, y su cola se veía rojísima. Tambien había chicas en el
rincón con las manos en la cabeza. Paulina descubrió que algunas de las que no
habían salido era por que continuaban castigadas. Noto que había un lugar con
varias bombachas. Algunas blancas, otras con dibujitos. Habia una igual que la
que paulina era obligada a usar.
- Espera aquí.- Dijo el inmenso hombre. – Quitate tu
bombacha y colocala en un lugar donde la recuerdes.
- Eh?- Dijo la niña. Luego se tapo la boca asustada. Pero
aun asi, la idea de sacársela la asustaba demasiado.
- Todos los castigos aquí son directamente sobre la piel.
Recuerda dejarla en un lugar donde la recuerdes. A veces al salir, las alumnas
se confunden. Ya pedi que modifiquen el programa y le pongan nombres o algún
tipo de identidad, pero me ignoran.
El hombre termino de
hablar y fue a revisar las alumnas que estaban en las maquinas azotadoras.
Paulina lentamente se saco su ropa interior, y luego la
observo. Ver a tanta chica castigada le
producia un vacio en el estomago. Ademas de las maquinas, había potros o
artefactos para atar a las alumnas. Y una larga lista de instrumentos a la
vista. Varas, Paletas, Cintos, etc. Paulina sentía que se iba a desmayar del
miedo. El hombre libero a la chica que
usaba el mismo uniforme que Paulina. La niña no dejaba de saltar en el lugar sobándose
las nalgas que tenían muchas marcas de varazos. Lloraba desconsoladamente hasta
que, entre lagrimas balbuceo: “Gracias
por mi disciplina señor” Luego de eso, tomo su bombacha y salio corriendo.
Paulina pudo notar el botón rojo desapareciendo cuando ella dijo esas palabras.
Miro el suyo y pensó que capaz era algún tipo de código. Paulina sintió mucha
lastima por la niña, y terror por lo que le esperaba.
- Ya te la sacaste?
- Si señor.
- Bueno, debes hacer una reverencia y acercarte a mi asi
tomo tu prendedor.
Paulina se puso Palida al ver que era su turno. Timidamente
obedecio y se acerco a el. El hombre tomo el tirante apretando el botón y dijo.
- Moonstone, termino tu castigo.-
La joven salio del rincón arreglándose. Se notaba que había
llorado, pero tanto tiempo en el rincón la había tranquilizado.
- … Gracias por su disciplina señor…- Dijo con una
reverencia, tomo una bombacha blanca y se fue.
- Ya veo… Te distrajiste durante tu introducción. Bueno
pequeña, si quieres evitar que te manden aquí, debes prestar siempre atención a
los maestros y tutores.
- S-Si señor…-
- Solo te dare una buena nalgueada, teniendo en cuenta tu
edad corporal. Viste a la compañera tuya con tu mismo uniforme que recién
salio?
- Si…
- Esa lleva como 10 años aquí. Al fin los castigos son
efectivos en ella… antes era muy imposible.- Comento. – Si te asignan cantidad
de azotes con un instrumento, te atare alguna maquina, para que te los de
automáticamente, asi puedo tratar al resto de las alumnas. Cuando solo piden un
castigo, los doy personalmente.
- Señor!!- Dijo una de las jóvenes en las maquinas. Esta
llevaba un jumper y dos coletas. – Ya terminaron mis azotes.
- Esperame aquí.
El hombre fue, y un numero que decía 50 aparecio en una
pantalla cerca de ella.
- Señor!!! pEro!!
- No se nota que hallas aprendido tu lección. Esperas a que
yo te libere.
- PERo… AYYYY!!! AYYYYY WAAAA- Exclamo la jovencita,
mientras la paleta caia una y otra vez sobre sus nalgas. Luego de eso, libero a
la de la otra maquina, quien agradeció su disciplina llorando, y luego se
retiro.
- Bueno, no te hare sufrir mas.- Dijo el hombre sentándose.
Paulina asustada se acerco y rápidamente el hombre la alzo colocándola boca
abajo en sus piernas. Paulina sintió mucho miedo de repente, pero no por la
inminente nalgueada. El hombre acomodo
el trasero de ella sobre sus piernas haciendo que el resto del cuerpo de
Paulina cuelgue en el aire. A tal punto que el cuello de marinera de ella, cayo
sobre su nuca. Paulina perdió el equilibrio y termino siendo atrapada por el
hombre que sin embargo la mantenía firmemente en su lugar. El levanto su falda,
y comenzó una muy dolorosa nalgueada. Desde la primer nalgueada, Paulina dejo
explotar todo ese miedo en un largo llanto. Pero el hombre, cumplio con su
trabajo, y dentro de 2 minutos, paulina ya lloraba sin parar, pataleando y
sacudiéndose. Su cola, se veía bien roja, e incluso también sus muslitos.
Cuando el hombre sintió que la cola ya estaba lo suficientemente roja, la
levanto, y sin darle oportunidad de sobarse la coloco en el rincón. Tomo sus
manos y las puso en su cabeza. Paulina lloraba demasiado para entender bien que
pasaba, sentía su cola hervir. Hizo caso y adopto la posición incomoda en el
rincón. Mientras lloraba y sentía sus lagrimas atravesar su cara y llegar a su
boca, escucho como liberaban a la chica de la maquina y como ella llorosamente,
agradecia al igual que las otras. Con el tiempo, pudo desacongojarse. “De…Debo
ser mas cuidadosa si quiero sobrevivir aquí…” Penso Paulina. La Maestra esa era
definitivamente sadica, y el resto parecía forzar las reglas para tener
oportunidad de castigarla. “Ay… me duele todo… voy a llorar de vuelta….” Penso
Paulina, y sintió sus ojos lagrimear de nuevo.
- Ya puedes salir del rincón.- Escucho al señor decir.
Paulina estiro los brazos y se agacho, tomando su cola con ambas manos. Se
sentía muy caliente e irritada, y ardia muchísimo.
- Señorita…- Dijo el hombre. Paulina recordó, y dijo,
intentando aguantar su bronca: Gracias por su disciplina señor….
El prendedor, desaparecio de su
tirante, ella tomo su bombacha y se fue al baño. Alla encontró muchas chicas
que habían recibido su disciplina como ella. Algunas lloraban, otras arreglaban
su uniforme, preparándose para volver al mundo. Paulina se metio en uno de los
baños y se puso su bombacha nuevamente, sintiéndola rozar su cola adolorida.
Noto que sus muslos rojos se veian ahora aun con la falda puesta. Por suerte,
era demasiado pequeña como para que alguien pueda verla. Y aun asi, todas
pasaban por este tipo de disciplina. Paulina se sobo muy adolorida, hasta que
se recupero y salio. Se arreglo su desprolijo uniforme, mientras pensaba “Me
siento tan ridícula…. Pero no quiero otro prendedor rojo”. Se acomodo la camisa
dentro de su falda, y rehízo sus trenzas. Acomodo el liston de su cuello, y su
enorme liston rosado de su cabeza. Vio al lado suyo, a la niña esta que usaba
su mismo uniforme. Estaba acongojada y continuaba llorando. Sin embargo,
intentaba acomodar su uniforme frente al espejo como ella. Pero alcanzaba a ver
marcas de la vara en sus muslos, y su bombacha de hello kitty cuando la niña se
inclinaba demasiado frente al espejo. “Asi me vere yo…?” pensó Paulina. Sintio
lastima por ella, pero recordó que llevaba como 10 años. “A las peores alumnas
les cambian el model…” Penso ella. Sintiendo su corazón partirse, dejo a la
pobre adolorida y se preparo para ir al patio.
Esta historia es genial! Crei que habia muerto e word y era triste porque me encantaba esa idea y que genial que revivio! Leí todas las entradas en la facu y no puedo esperar por mas! Siempre genial todo lo que escribis !!
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