martes, 13 de enero de 2015

Capaz empiece a escribir istorias de terror (?)

Bueno, como a tanta ente le dio miedo la anterior istoria (y esa fue la intencion) Wiiiii, la continue!!! Para que sepan, por que tanto el miedo a "El rincon de la niñita traviesa".

givin up.
Ese día, me desperté un poco más temprano que de costumbre. Ire un poco en mi cuna, hasta que se me paso el sueño, y me levante. Juque un poco para distraerme, en lo que… bueno, mama venia por mí. Pero ya se estaba tardando mucho. Y comencé a ponerme de mal humor. Mi comportamiento infantil, se había apoderado de mí, así que… supongo que era lógico. Después de todo, era mi vida normal, hace como 4 meses. Suspire, y tome los barrotes de madera de la cuna como si fuera una jaula. Intente salir de la cuna… Pero era alta, casi de mi altura. Lo cual no era tan difícil, ya que solo media 1.51. A veces me preguntaba como hacia mi mama, para sacarme tan fácilmente. Hice un poco mas de fuerza, dándome cuenta, que si me estiraba, posiblemente llegaría. “Pero si mama llegaba, y me veía fuera de mi cuna…” pensé, y observe mi pesadilla. “El rincón de la niñita traviesa”, leí en el pizarrón. Me senté haciendo un puchero, y abrazando uno de mis peluches. Y en cada movimiento, me veía a mí misma. Pijama súper infantil, cuna, peluches, habitación, rincón horrible. Había días, en los que sencillamente, me metía en mi roll, jugaba inocentemente, me dejaba consentir, y era una niña buena. Había días, como este, en donde me sentía absolutamente ridícula. Y lo peor de todo, es que ese estúpido rincón, me obligaba a ser un angel. Lo odiaba. Me recosté, y suspire, esperando que vena, y me saque de mi prisión. Obvio, a oscuras, porque no me anime a salir de mi cuna, y prender la luz. Finalmente, se abrió la puerta, y escuche, a la voz melosa de mi mama, hablarme.
-          Buenos días bebita preciosa!!- Exclamo.
-          … Buenos días..- dije, sobándome los ojos, por la luz.
-          Arribaaaaaaa! Vamos a darle un buen desayuno.
Me alzo, con la facilidad de siempre, y empezamos a ir al comedor, y a la odiosa silla alta. Me moví un poquito, protestando en el camino. Odiaba este tipo de humillaciones. Capaz, me había acostumbrado a obedecer por miedo, pero continuaba odiándolas.
-          No no, nada de berrinches.-
-          Mamiiiiiii, porque siempre-
-          Ey!- Dijo, y me izo ver el rincón. – Si queras ser una niñita traviesa, podemos…-
-          No… porfa, me voy a portar bien- Suplique. Ella nunca hacia amenazas vacías. Y amaba tanto castigarme como consentirme.
Me tomo de la cintura, y me dio, como 20 nalgadas, que mi pijama, por cierto, no soporta tanto. Patalee, y termine en la silla alta. Ella, cerro la mesa de la silla alrededor de mi y dijo: hoy mi bebe, parece que anda traviesita no? No sea cosa, que tena que refrescar su memoria.
-          N-No mami…- Suplique. Una nalgueada suya era sinónimo de llorar. Y moría de miedo, de ser mandada al rincón. Desde mi silla lo veía, y suspire resinada, sabiendo lo que venía. Ya me había preparado comida, obvio, especial para “niñitas pequeñas”. Y se acerco con ella, el platón de leche con cereal, y mi asqueroso y estúpido babero. Todos los días era igual, pero como repito, este día no estaba de humor. Y nunca me gusto!
Ice puchero, y proteste un poco, aunque aprisionada en esa silla, mientras me poni el babero.
Luego, tomando un poco del cereal, con la cucara, dijo la frase, que ella amaba y yo odiaba. – Aquí viene el avión…-
Que puede ser más cursi, negué con mi cabeza, y dijo: Queres ser rebelde? Si preferís la cucara del rincón de las niñitas traviesas…
-          N-no mami!- Exclame asustada.
-          Por que andas siendo una niñita traviesa, y capaz necesites ir…-
-          No, no, me porto bien…- Suspire, y con esto de desagrado, abrí la boca. Vi como ella sonriente, me daba el primer cucaron. – Otro bebe, hasta terminarlo.-
Suspire, y me deje alimentar hasta que el tazón se termino. Naturalmente, mi cara quedo un poco mancada. Cosa que odio, porque me da asco. Pero mis brazos, estaban dentro de la silla, y no alcanzaba mi cara ya que la mesa me estorbaba. Y como siempre, le encantaba dejarme ahí atrapada, hasta que terminara de ordenar todo, y tuviera tiempo como para llevarme a cambiar. Pensé en hacer un berrinche, pero la vista del rincón me espantaba. Quizá sea exagerada, pero para mí, era algo muy doloroso y humillante. Y evitaba a toda costa.
Finalmente, vino por mí, y me limpio mi cara, saco el babero, y me llevo a la habitación.
Mientras me dejaba en mi cuna, elegía en mi armario, como vestirme. Era algo que le encantaba, y hacia diario. Yo esperaba normalmente jugando, pero ese día estaba de mal humor.
Hasta que saco su favorito.
-          Mami…-
-          Si bebe?- Dijo ella.
Me quede cabizbaja haciendo puchero, y abrazando mi oso. Era un vestidito que me había confeccionado hace poco. Ella lo amaba y afirmo mil veces que era su favorito, pero para mí era un asco. Era ridículamente infantil, con un estampado de conejitos al final del vestido. Blanco, con cuellito rosa ,  un moño blanco en el cuello, y un delantal rosa, con un dibujo de 2 conejos. 

(si, siempre son los mismos :B )

Era… Pero sabía, que si protestaba, terminaría llorando luego de una buena nalgueada. Venia aceptando sus gustos, desde que invento esta estúpida regla, sentía miedo, pero sentía aun más vergüenza. Busco en mi armario, una bombacha blanca con un dibujo de conejito en la cola, que izo exclusivamente, para este vestido, y sonriente tomo dos hebillas de conejos, y dijo: “A vestirte!!”
Suspire, sonrojada y cabizbaja. Quería protestar, pero no me animaba. Se acerco a mí, y comenzó a desvestirme. Me puso mi camiseta, pero empecé a molestarme apenas me puso mi bombacha.
-          Vamos, se una nena buena, vamos.-
Me cruce de brazos con un puchero, y observe de reojo el rincón. De mala ana, estire mis piernas, dejándola ponérmela. Suspire, y me deje poner las calcetas también. Tomo el vestido, y se acerco a mí con una sonrisa de oreja a oreja. Me cruce de brazos nuevamente con un puchero.
-          Vamos bebe, no aas berrinche.- Insistió nuevamente ella. Continúe cruzada de brazos, y me dio una nalgada, aprovechando que estaba en ropa interior, salte, tomando mi cola, y vi nuevamente el rincón.
-          Hoy andas traviesita, queras que lo cure.
Dije: N…No…- Suspirando, vi el ridículo vestido, y vi el rincón. Di un pisotón, y estire los brazos. Me lo puso, abotono mis botones, y tara! Ya era la niña conejo. Me apretó las mejillas, diciendo lo hermosa que me veía, pero avergonzada y molesta, di un pisotón. Y ella me dio un tirón de oreja.
-          Espero que no quieras dar problemas hoy.- Me advirtió . Me cruce de brazos cabizbaja, y al hacerlo, veía mi delantal rosa, con dibujitos, y como el vestido apenas me tapaba. El cuello me picaba, me apretaba, y ese cuello bebe rosa… se veía tan… tan…
Me puso mis zapatos, y tomo mi cepillo. Una niña normal se asustaría al verlo, pero yo sabía que era solo para peinarme, así que continúe cruzada de brazos, y haciendo puchero. Ella llego con él, y comenzó a cepillarme el pelo.
-          Hoy anda enojadita?- Pregunto, pero no respondí. Ella sabe que odio que empiece a vestirme así.
Me izo la primera coleta, y pegue un rito.
-          Nena!-
-          DUELE!- Me queje.
Sin embargo, se encaro de hacerla bien ajustada.  Mientras me hacia la otra, rite “AYYYYYYY” mas por coraje, que por dolor. Y ahí paso a tomarme mi oreja.
-          Se acabo jovencita!- Exclamo, y en un instante, termine en sus piernas. Sabía lo que significaba una nalgueada de mi mami, así que comencé a patalear.
-          N-No.. N-no…- Suplique. Más que nada, porque odio cuando me castigan.
-          Andas muy berrinchuda, y sabes que NO tolero eso. Entonces, si vas a estar así todo el día, es mejor que te de un adelanto.- Dijo. Y la lluvia de nalgadas comenzó a caer. A la tercera, comencé a llorar y a prometer ser niña buena.
-          Pero parece, que cierta señorita, hoy quiere portarse muy mal. Y ya que es tan traviesita, capaz necesite ir a su rincón- Aclaro. Me dio pánico, y mis suplicas aumentaron.
-          Nooo, no mami, no , me porto bien, porfi, no oo, no necesito rincón, noo- Dijo, con esa desesperación tan típica, que te da cuando te calientan la cola. Continuo nalgueándome un rato, mientras me amenazaba, y yo continúe llorando. Me levanto, me abrazo, y dijo: ahora, voy a tener que peinarte toda de  vuelta.
Yo continuaba llorando, cabizbaja.
-          N-No… mami… no me mandes al rincón… n-No…- Suplicaba.
-          Voy a ver, voy a ver. Hoy vendrá mi amigo, y no quiero pasar vergüenza. Capaz lo mejor sea mandarte a tu rincón por adelantado. –
-          N-No mami…- suplique, mientras sentía una de mis coletas bien ajustadas hacerse.
-          Dije que voy a ver, mami se encara de tu disciplina, vos no. Pórtate bien y capaz te salvas.-
-          S-Si… Lo siento…wa…- Solloce. Y sentí la otra terminar de hacerse.
-          Vamos! Ya estas lista, a lavarse la cara. En 2 horas es tu almuerzo, así que podes jugar. – Dijo ella, y normalmente, ueo de eso, va a su taller. Fui al baño, el cual, era normal y estaba a mi altura. Y me lave la cara de las lágrimas. Ahí vi lo ridícula que me veía, y vi cara sonrojarse al verme. Me fui al comedor cabizbaja, y resinada, sobando mi cola. No se si en verdad ardía tanto, o solo yo era escandalosa. Me quede jugando, con mis juguetes que tenia ahí, y observaba el rincón, pensando que debía portarme bien, o me tocaría ese castigo. Llego la hora del almuerzo, y con mucha vergüenza, me deje llevar a mi silla, poner mi babero, y dar de comer. Mientras lo hacía, me preguntaba cómo no le cansaba, hacer lo mismo todos los días. Pero el ardor de mis pompis me motivaba a no querer continuarme portando mal.
-          Que linda nena- Celebraba mi mama, mientras me daba de comer. – qué bonita nena!-
Yo aun sequia molesta, pero no quería el odioso rincón. Con mis nalgadas normales lloraba un poco, pero con el rincón, toda la maldita ora.
Luego de, limpiar todo como siempre, me saco de mi silla prisión, y pude pisar el suelo.
Tener que comer así, me quito el poco tiempo de buen humor que tuve. Y ya no estaba acongojada por la nalgueada. Así que ni anas de jugar tenia. Solo me recosté en el sillón, esperando a que el día termine, porque ni televisión tenia, ya que obvio, mami me había blockeado los canales.
De repente, tocan el timbre, y yo me levante. Me daba vergüenza que me vieran así, y cuando ella fue a atender, pregunte si podía ir a mi habitación.
-          No, te quedas donde pueda verte, no quiero que te pase nada.
-          P-Pero mami! No me va a pasar nada.
-          Ahora no bebe, hace caso.- Dijo.
El “hace caso” me asusto, y decidí obedecer, intente esconderme un poco detrás de sillón, pero cuando el hombre entro, revolvió mi pelo, y continuo ablando con mi mama, prácticamente ignorándome.
Luego vi que se las ingeniaron, entre los 2, para traer una gran caja.
La puerta, era grande, así que no costo tanto entrarla, y había mucho espacio en el comedor. Así que, finalmente la entraron. Y sacaron… adivinen. No lo podía creer. Un gigantesco corralito.
-          Ayúdame a ponerlo aquí, así puedo verlo mientras trabajo.
-          E-Eso?- Pregunte, asombrada.
-          Es tu nuevo corralito, decile gracias al señor.- Comento .
-          P-Pero… Es..- Dije, sorprendida.
Obvio, era enorme, y pensado, para una bebe de un metro 51. Era como una jaula. Vi meter mis juguetes adentro, y enseguida me tomo de los brazos. Me queje y patalee.
-          Noooo- Proteste. – No pienso estar en un corralito!- Exclame.
El señor izo un silencio, y mi mama agarro bien fuerte mi oreja. Lentamente, vi a donde me llevaba.
-          Se acabo señorita, es hora de que visite su rincón. Alberto, si queras, anda llendo y luego te pago.
-          No te preocupes- dijo el señor, despreocupado.
Mientras me arrastraba, veía la enorme paleta, y el enrabado en la silla “Niñita en penitencia”.
-          Mami… pero ay alguien, porfis! No!!-
-          Sabes por qué no tenes que portarte mal frente a la ente, no lo aprendiste la ultima vez?- dijo.
Tape mi cola, y tome mi oreja con una mano, al ver que ya estábamos al lado del rincón.
-          No mami, perdón perdón!!!- Dije, mire de reojo el corral, y luego el rincón, en frente mío. Pensé “Tan malo no es” y dije: Por favor, ao caso, por favor, me porte bien, dijiste que si me portaba bien.
Pero enseguida, me inclino, agarrándome fuertemente con una mano, y aprisionando mis brazos. Intente moverme y esquivar. Mi vestido era tan corto que no necesitaba levantármelo, y sentí la madera de la paleta, apoyarse en mi pobre cola.
-          Recién, estaba loca, pero ahora pedís perdón, prometes portarte bien, y decís que vas a “usarlo”.-
-          No…- Suspire, llorando por la anticipación. El primer paletazo cayó  y me izo saltar.
-          Parece que te olvidaste que soy tu mama, y vas a hacer lo que yo día.- Dijo dándome otro azote, rite, emi, patalee, pero naturalmente, me tenia agarrada bien fuerte.
-          Si te mande a hacer un corralito, es por que no quiero que te metas en problemas mientras trabajo.  Vas a tener tus juguetes ahí, y vas a estar cerca de la televisión. Y si queras ir al baño me llamas- Ordeno, y me dio otro paletazo. Yo comencé a llorar a viva voz, suplicando, prometiendo portarme bien y… bueno… todo lo que dio siempre que me calentaban la cola.
-          Siiii mami perdón waAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaa- rite, y para cuando llego el vigésimo paletazo, yo solo pataleaba, lloraba, y saltaba, balbuceando palabras que ni yo entendía. Me soltó y me tome la cola, saltando en el lugar, parándome y aacandome. Normalmente me sentiría muy ridícula por hacerlo, mas en frente de alguien, pero dolía tanto que no me importaba. Seguro parecía una payasa, vestida así y dando tantos saltos. Me abrazo, acariciando mi pelo y diciendo su típico: Ya ya…
Me tranquilice un poquito, y me dio una tiza: Lo llenas de “Las niñas buenas no damos problemas”. Luego de eso te sentas, y esperas a que te llame.
-          S-Si mami…- Dije llorando. Y me pare frente al pizarrón. No sabía si limpiar mis lágrimas, o sobar mi cola. La sentía arder intensamente, pero debía concentrarme en mis líneas.
A veces frenaba, para llorar, o para sobarme. Mi cola punzaba más y más, y de reojo, podía ver que se había comenzado a inflamar un poquito, ya que mi bombacha me quedaba diferente. Ire, y sentí mucha vergüenza, al ver que mi mama y el señor, me veían como una televisión, de vez en cuando, mientras  platicaban entre ellos. Mi mama me izo el esto de “continua” y yo, muerta de vergüenza, obedecí. Me tomo un tiempo, pero llene el pizarrón, luego vi la sillita, y el engrave “Niñita en penitencia”, ire de reojo, a ver si continuaban viéndome. Y me senté, avergonzada, sintiendo el ardor, concentrarse y crecer en mis pompis. Continúe llorando, y no sé cuánto tiempo abra pasado. Una vez que empiezo a llorar no paro, y me sentía muy castigada. Molesta por el eco de tener que obedecer a la fuerza, pero a vez, triste por decepcionar a mi mami, y tener que estar en penitencia. Mis 2 lados, se peleaban, y ganaba el lado infantil, que no quería más castigos, y solo estar con su mama. Mi llanto se prolongo, hasta que sentí sus manos, apoyarse en mis hombros, y preguntándome: Aprendió su lección.
-          S-Si mami… waaaa…-Conteste llorando. Me ayudo a pararme, y me sentó en sus piernas, me apapacho hasta que el señor se fue. Y cuando lo izo, me metió en el corral.
Obedecí, sin chistar, el dolor de pompis prometía permanecer unos días, efectos secundarios de mi odiado rincón.

-          Sé que lo odias, pero así yo me siento más segura de que no te pase nada. Te dejo tus dibujitos prendidos en la tele, y ahí tenes una mantita por si te da noni. – Dijo contenta, y sin preocupaciones, se fue a su taller. De lejos la veía observarme, de vez en vez. Tome uno de mis peluches, me recosté en la mantita, y sobándome la cola, me resine a que ahora también tenía un nuevo corral.

6 comentarios:

  1. Estaría bien que la continuaras! Me gusta que aparte de papá haya mamá sola ¡Sigue porfis!

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  2. Definitivamente me da escalofríos. :s
    No me agrada, me deja con una sensación de incomodidad y los pelos de punta.
    Prefiero mil veces Hija Putativa, 4 personas o 7 años.
    Aún así, buen trabajo.

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  3. Escalofrios pero me gusta!!
    Ya soy fan de esta tambien!!
    sk

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  4. sabes? tu blog me gustaba mucho. Lo revisaba casi a diario para leer tus historias, que eran geniales, pero desde hace un tiempo, cuando tus actualizaciones tardan cada vez mas, que ya no entro aqui. Es penoso, pero tambien es frustrante querer leerte y chocar una y otra vez con el blog vacio de nuevas historias. Este blog ya no estara en mis favoritos por esta razon.

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    1. Aw, que lastima. Iual como podras ver, mi teclado anda mal. Y me da cosita escribir sabiendo que teno errores de ortorafia. Ando escribiendo una istoria sin spank, y el dia que mi teclado ande mejor quiza la suba. Pero iual, es una lastima, aunque bueno, tampoco es que me pauen por escribir aca y mi unica recompensa por mis relatos es divertirme y los comentarios. (Que por cierto, ubo 3)

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  5. Pues yo si seguire entrando en el blog cada poco y lo seguire teniendo entre mis preferidos.
    sk

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