jueves, 26 de febrero de 2015

Dragones, mucamas y demonios.

PFFFFFFFFFFF Parece que con 50 sombras, la gente descubrio que aun no era TAN REPRIMIDA como pensaba, y se propuso serlo aun mas. Si desde el 23 de marzo, no pueden ver mas mi blog, es por que blogger tiene como filosofia no mostrar"desnudos".
En fin, cada dos por 3, intento crar una historia, sin spank y de aventura. Ya sea por mi amor a las lolis, los shonen o las peleitas. O las aventuras, o las magias, o lo que sea. Y vengo escribiendo una, hace un tiempo , que no subi todavia, pero va por la pagina 85 maso. Onda, esta divertida, al menos para mi. PERO, como en mi notebook, anda mal la G y la H, me daba mucha cosa subirla al blog. Por que... bueno, una historia de spank, te da una motivacion extra por la cual leerla, mas alla de la mala ortografia. Pero una de aventura y fantasia... NO. Y si de paso, esta mal escrita.... La verdad, tenia era una de esas historias, que yo hacia solo por placer unico. Algunos poderes son copiados, de otros personajes, ya sean de comics oanime, que me gustaban sus poderes, pero que como que no desarrollaron tanto su personaje. O su poder en si. Como siempre, tiendo a repetir fetiches, nombres, y etcetera... Lo que termino pasando, es que la historia, hasta ahora, solo tiene 3 lectoras. Y los personajes de una historia, viven con mas brillo, si son vistos por mas personas. Asi que, al no tener otro blog, no tube otra opcion que mostrarlo en este. Ya aclaro, no tiene spank, (NI PAÑALES, para todos los blogs de ABDL donde figuro como link). Bah, si tiene muchas referencias al spank, en sus 85 hojas, y una que otra escenita, pero no es una historia cuyo fin es sea el spank. Notaran que a pesar del corrector, y mis teclas nuevas, tiene una que otra falta de ortografia. Pero bue, quese le wua a hacer. Estube como 3 horas no miento, corrij, corrije, y corrije. Asi que aca esta, espero que a quienes les interese les guste:

Prologo pt1



-Que calor hace….- Pensé. Retire un poco de sudor de mi frente, y camine por el denso bosque.
- Monstruos- exclame en voz alta, al verlos acercarse.  Uno de ellos salto hacia mí, fácilmente lo esquive, y lo mate con una lanza de hielo que emergió del suelo.
- Demonios- me corregí, al ver como la bestia en cuestión se transformaba en cenizas al matarla. Desenvaine mi espada, y elimine rápidamente los demonios que se acercaban. Aunque el calor debilite mis poderes, sigo siendo un excelente espadachín. Y no  eran demonios muy fuertes, ni sabían magia.
Divise a lo lejos, un castillo. Y pensé: Un castillo, en el medio de un bosque plagado de demonios. Eso siempre significa dinero. Igual, estoy cansado, mi viaje ha sido largo y detesto el calor. Así que veré si pueden darme posada.
Mientras me acercaba al ejército, vi un pequeño grupo de soldados en la puerta. Realmente pequeño, debían ser 20. “genial” pensé. “Seguro necesitan ayuda.”
Ellos naturalmente me detuvieron al llegar, y escuche, de adentro de una de las armaduras, una voz femenina.
-          Necesitas algo?-
-          Principalmente, comida, una cama, y quizá un baño. Note que este bosque está rodeado de demonios, capaz necesiten un mercenario.
Se mantuvieron en silencio, pero luego la que me atendió dijo: Esta bien, escóltenlo hasta la señora  Emm.
Caminamos hacia adentro del castillo, mientras yo observaba los alrededores. Entre todos los castillos que visite, se veía bastante bien. Aunque parecía más fortaleza que castillo, no había notado los arqueros en las columnas. Finalmente entramos, y el castillo tomo otra apariencia, una hermosa mansión con el propósito de que sus dueños, vivan ahí con todas las comodidades posibles. Aunque hasta ahora, no había visto más que maids, de vestidos largos, delantales y boinas blancas trabajando tranquilamente. Esto suele ser algo común en todos los castillos, y para verlas tan relajadas, seguro no habían mayores incidentes adentros. Así que las pobres defensas que tenían debían ser medianamente resistentes. Continuamos caminando, hasta que finalmente sucedió algo más anormal. Un portal de color rojo se abrió, y una jovencita salió disparada de él, cayendo de espaldas al suelo. Quienes me escoltaban la vieron con naturalidad, ella se disculpo con una reverencia y desapareció por otro portal. No tuve mucho tiempo de observarla con detenimiento, pero algo definitivamente me llamo la atención. “portales?”. Los humanos son una raza extraña, pero es su curiosidad, la que los llevo a ser la raza dominante y más prolifera del planeta. Si bien, el resto de las razas, se destacan en aluna cuestión, los humanos, llevados por su necesidad de poder y curiosidad, estudian todo tipo de artes, ciencias y magias. Son tan comunes los magos entre ellos como los guerreros. Y tienen todo tipo de artefactos novedosos. Pero sin embargo, no conozco ni un solo hechicero humano que sea capaz de crear portales.  He visto demonios que se teletransportan, vampiros que se vuelven niebla, y magos volar. Pero nunca nadie crear portales.
Continuamos caminando hasta que finalmente llegamos a la fina habitación donde la dueña del castillo residía.
Era una mujer alta, esbelta… muy sexy, de cabellos blancos. No sé en qué se especializaría, pero sentía que ella era singularmente poderosa.
-          Señora, este mercenario se está ofreciendo a trabajar protegiendo el castillo a cambio de posada.
Ella izo un silencio, y me observo detenidamente.
-          … Venís viajando hace mucho no?- Pregunto, como si supiera de antemano mi respuesta.
Su soberbia me molesto. Puedo llegar a cualquier ciudad cercana, y tengo dinero suficiente.
-          Si.- Respondí secamente.
-          Mmmm… sos un dragón- aclaro ella.
-          Como lo supo?
-          No subestimes mis conocimientos, mercenario.- Corrigió. – Ya alcanzaste tu primera transformación? Teno entendido que los dragones tienen dos.
Molesto conteste: - No, pero si duda de mis habilidades puedo demostrárselas inmediatamente.
-          No, no te preocupes. Sabias algo, creo que nos vendrás útil. Deberás presentarte junto al resto de los soldados a primera hora.- Dijo ella, y luego comento muchas de las reglas que supuestamente debía obedecer. Su actitud era tan altanera, que me propuse juntar energías, y luego partir a la ciudad más próxima. Comento mi paga, era buena para solo tener un puesto de guardia. Termino de contar, y levanto la mano.
Me sorprendió su esto, hasta que vi que de la mano se materializo una cadena esta se dirigió al aire, de esa punta se abrió el portal y la cadena ingreso a el, la niña de recién bajo de él y note como la cadena se unía a su cuello, ella bajo y el portal se cerró tras de ella, la cadena se desvaneció y la jovencita froto su cuello un poco adolorida.
-          Madam… eso duele, me hubiera llamado…- protesto.
-          No voy a andar gritando como una loca frente a desconocidos. – Se quejo ella.
Finalmente pude observarla, era una maid como el resto de las de la casa, pero tenía ciertos detalles que la diferenciaban. Definitivamente se veía más joven, como de 15 años.  Poseía grandes ojos azules, muy expresivos, que volvían muy notoria cualquier expresión en su rostro. Su uniforme, a diferencia del resto de las maids, era mucho más corto, con manas cortas también, y un moño rojo en el cuello que hacia juego con los listones de sus coletas. Cabello castaño con rulos, y una cofia, mas con forma de diadema que de boina. Tenía una actitud media aniñada, y su uniforme la hacía verse mucho más infantil que el resto de las maids. Ni que decir sus coletas. Pero sin embargo, era realmente hermosa.
-          Ya cuidaste de la niña?
-          Si ama.- Contesto ella con un tono muy servicial y devoto.
-          Este caballero, residirá en la mansión un tiempo, escóltalo, mostrarle la habitación de los huéspedes, servidlo en caso de que tena hambre, tus tareas habituales.
-          Si Madam.-
-          Cuando termines de hacerlo, volvéis conmigo para revisión.
Sus expresivos ojos se llenaron de miedo, y con una sonrisa y un tono servicial falso, respondió su monótono “Si Madam”.
Ambos nos apartamos y los soldados volvieron a su guardia. Mientras caminábamos ella izo un pequeño silencio de preocupación. Caminando cabizbaja, la observaba, extrañado de sus múltiples diferencias. En el camino, vi otras maids, ninguna tenía su collar. Ya había visto la función de este… y se me había eco muy ruda la forma de llamarla. Cuando la preocupación se fue de su rostro, se comporto mas acuerdo a su imagen, un poco hiperactiva, otro poco infantil. Comenzó a explicarme con mucho entusiasmo todos los lugares del castillo, haciendo uno que otro comentario que pretendía ser gracioso pero no lo era.
-          Y esta es la sala de estar, aquí puede descansar un poco, y si quiere tomar algo puede pedírmelo. Si grita “VANESA!!!” y yo lo escucho, seguro vengo y lo sirvo.- comento. Mostraba una singular simpatía por servir.
-          Decime…- Dije, mirándola de arriba abajo. Se veía bien sexy con ese uniforme, y yo, no era mucho mayor que ella. Bueno, 10 años de diferencia no es tanto. – porque tu uniforme es distinto al resto de las maids?-
-          Porque soy novata señor…- Dijo ella, sonrojándose un poco ante mi mirada.
-          No necesitas llamarme señor.- respondí. – Me haces sentir viejo.-
-          Acaso los dragones no viven mil años?- Dijo ella, y luego se tapo la boca con cara de haberse metido en problemas.
Me reí y respondí: Esos son los vampiros.
-          Y cuál es la diferencia?- Pregunto curiosamente.
-          Diferencia?-
-          Entre vampiros, demonios, dragones, eso?- Pregunto de vuelta.
-          La principal diferencia es lo útil que seamos a los humanos o no- Respondí un poco secamente.
-          A….- Respondió ella, y continuo caminando. – Sígame señor, debo volver a hacer mis tareas.
“Quizá estar en esta mansión no sea tan malo. Al menos no si puedo poner mis manos en ella. Aunque la historia aun se me hace un poco extraña. Ese collar… era un hechizo de sumisión. Porque alguien pondría un hechizo de sumisión en una maid novata. Sus portales lo explicarían un poco. Pero aun así, es raro”.
-          Y esta será su habitación, cuando la desocupe yo la limpiare , así que no se preocupe.-
-          Puedo ver mientras la limpias?
Ella me miro un poco sorprendida.
-          Seguro sería muy aburrido para usted pero puede hacerlo- Se rio ella.
Escuchamos una voz infantil gritar: “Vaneeeeeeeeeeee” –Debo irme!! Ya vengo- dijo ella, disculpándose. Se dejo caer de espaldas a uno de sus portales y desapareció.
Ordene mis cosas en la habitación, muy dispuesto a pegar una vuelta y conocer el lugar. Planeaba residir ahí al menos una semana. Cuando termine el portal se abrió de vuelta y ella re apareció, esta vez con una escoba en la mano.  Aparentemente muy cansada, se quito el sudor de su frente y comenzó a barrer sin haberme notado.  Me sonreí, y luego ella giro viéndome. – Sigue aquí?- Pregunto. – Eso parece- Bromee. – Se le ofrece algo?-
-          Esperaba que mi tour continúe… pero por lo visto ya termino.-
-          Ah si! – Exclamo ella recordándolo. – Queda que vea la cocina y los baños.-
-          Y que vallas con tu ama por tu revisión- Comente. Ella volvió a poner esto de preocupación. Y respondió: Bueno, sígame.
-          No te preocupes, yo voy por mi parte. Termina de hacer lo que debes, y luego te llamo.
-          … gracias señor.- Sonrió. Me retire del lugar, dejándola limpiar, y camine buscando por mi parte la cocina y los baños.
“Bueno, los baños ya lo encontré” pensé para mis adentros. De lo más curioso del castillo, se encontraban la misteriosa Emm, y Vane. El resto de las maids hacían sus trabajos con mucha tranquilidad. Sin embargo, la supuestamente novata, la podía ver de vez en cuando teletransportandose por ahí, con su escoba y realizando sus trabajos a toda velocidad.
Escuchaba a la otra charlar entre ellas, y una vez por curiosidad, pregunte a una de las maids quien era esa cica que abría portales. “Esa? Es vane, la mascota de la dueña de la casa” bromeo una. Y el resto se rio.
No indague más por el momento, hasta que escuche una voz infantil. – Vaneeee!!-
Era una niña rubia, de aproximadamente 10 años . Tenía un vestido rosa, y un gran listón rosa en su cabello, además de grandes ojos azules.  Sabía que era una niña por su vestimenta, y su rostro, pero se veía un poco alta para su edad. Me observo por unos segundos y me dijo: Tu quien eres?-
La verdad, no me llevo muy bien con los niños, aunque por aluna razón tiendo a atraerlos. Evasivamente, respondí.
-          Un mercenario.
-          Viste una cica medio loca que abre portales?- Pregunto.
-          Creo que es imposible entrar aquí sin notarla.
De repente, un portal se abrió, y otra vez vane, con la prisa de siempre apareció.
-          Si polly?- Respondió mas confianzudamente.
-          Teno hambre y estoy aburrida!- Protesto la niña.
-          Recién te di de comer.- corrigió vane.
-          Quiero dulces.
-          No pudo darte nada sin permiso de tu mama.
“mama?” Pensé. Acaso Emm será su madre.
-          Bueno, pregúntale, y luego ven y servirme.
Vane suspiro, y un portal se abrió bajo sus pies haciéndola desaparecer nuevamente.  Su poder me daba un poco de envidia, no necesitaría caminar ni nada por el estilo. Pero su ocupación no. Vivía ocupada, y por lo visto se abusaban de esta habilidad.
Vane re apareció, y dijo: Dice mi ama que no podes comer más, pero que podes recorrer el castillo, sin alejarte demasiado…- aclaro. La niña, obviamente malcriada, protesto con un berrinché. Y luego vane suspiro quejándose, un poco agotada. – Y que yo debo cuidarla luego de mi revisión…- protesto. – Desea acompañarnos señor?- Pregunto ella dulcemente.
-          No gracias- Dije. No quería que la molesta mocosa me tome confianza y luego me siga a todas partes. Vane y la niña se alejaron tomadas de las manos. Y yo me fui a la sala de estar. Intente descansar un poco, sequia agotado por el viaje, pero la vista de cierta maid tele transportadora me distraía demasiado. Y esta vez, debía descansar para dedicarme a mi futuro trabajo. Conocer el entorno en el que  me iba a desarrollar. Más que nada el eco de que mis poderes, con el calor se debilitan.
Camine hacia afuera del castillo, al sector que comencé a llamar “fortaleza”.  Hable un poco con los arqueros, y decidí postergar para mañana la charla con los soldados.
Una horda de demonios se acercó, e intente lucirme con los soldados para ganar su respeto.  Rápidamente asesine la horda, pero quede agotado. Sin embargo, al menos demostré de lo que era capaz. Sin embargo, ninguno se asombro demasiado.
Volví  a la sala de estar, a descansar un poco de la pelea. Y de repente vi a vane, teletransportarse como siempre. Esta vez se la veía un poco triste, con una mano en sus posaderas, y caminando cabizbaja. La observe con curiosidad, hasta que me noto, y comenzó a barrer y limpiar el lugar. “Si necesita algo, avíseme señor” Dijo, con un tono más dócil que de costumbre.
-          No te preocupes, continua trabajando.- Dije, intentando ver si podía hacer desaparecer el “señor” de su discurso.
Su corto uniforme, por lo general lo usaba de forma muy torpe, ya que trabajaba muy apresuradamente. Pero ahora, se comportaba muy modestamente, y cuando me daba la espalda, y debía inclinarse, lo hacía con mucha modestia, girando a veces a verme con sus enormes ojos, y sonrojándose levemente. Realmente me agradaba que se comportara así de tímidamente así que, aunque ignorando la razón, continúe observándola.  Uno de los soldados, justo llego, ordenándome que volviera a la guardia, que no sabíamos que podía pasar. Y obvio, arruinando mi pasatiempo. Tuve que hacer caso, ya que no conocía a los soldados ni a la señora Emm. Mientras me alejaba, la note a vane suspirar aliviada y continuar limpiando con la prisa de siempre. Aunque no era tan tarde, ya se había eco de noche.
El calor no era tan grande a la noche, e incluso parecía un día normal. Había una horda de monstruos…. Que por lo visto eran muy frecuentes, pero deje que los soldados y arqueros se encarguen. Hasta que note que un demonio gigante se acercaba. Este les generaba muchos problemas a los soldados. Suspirando, y aprovechando la oportunidad para mostrar mis poderes en toda su magnitud, me acerque al monstruo. Ice aparecer mi espada, y cree muros de hielo alrededor de él. Tranquilamente observe como el gigante demonio los destruía, sin demasiado esfuerzo. Pero… me sirvió para calcular su fuerza, y el monstruo ya se encontraba rodeado de hielo. Utilice el hielo para deslizarme hacia él, y esquivando sus golpes, me posicione sobre su cabeza. Di una estocada certera, y congele todo su cuerpo. Me baje de él con un salto, y el demonio se desmorono como una avalancha. Sonreí satisfecho, y esta vez si logre obtener la admiración de los soldados. Hicimos guardia unas horas más, pero para mí era muy fácil congelarlos a todos al mismo tiempo .Así que era prácticamente pan comido. Cuando termine me fui a dormir, y a primera hora, mientras vane me servía el desayuno, me dijo:
-          Señor, mi ama desea comunicarle algo.-
-          No te preocupes, ahora voy.-
“Seguramente quería felicitarme por mi labor de anoche” pensé. Cuando llegue a ella me esperaba, muy serenamente.
-          Aquí estas… Teno otro trabajo para vos.
-          Dígame.-
-          Me informaron de tus poderes. No sabía que el calor de la tarde, te molestaba tanto.
-          Siendo yo un dragón de hielo, imagínese. –
-          Claro, fue mi culpa por no tenerlo en cuenta. Sin embargo, necesitamos de tu fuerza. Puedo duplicar tu paga.
Eso sin lugar a dudas, me motivaba a quedarme más de una semana.
-          Con cual condición?-
-          Abras notado que el castillo permanece lejos de la ciudad. Alunas veces, mandamos alunas sirvientas a que compren provisiones. Pero obvio, tienen que ir resguardadas. Y eso requiere muchos soldados . Necesitaríamos que además de ayudar a la guardia nocturna, escoltes a las sirvientas por sus provisiones, y que además, des una mano de vez en cuando a las tropas.
-          Mmmmmm…. Pensé yo. Si era mucho trabajo, pero luego, hablamos de mis futuros ingresos, y rápidamente me convencí.
-          Entonces, hoy van a ir?-
-          Cuando vayan, se lo avisare. Mientras tiene el tiempo libre hasta la guardia nocturna, salvo que desee dar una mano de vez en cuando a quienes hacen guarda ahora.
-          Perfecto.
Sonreí contento, al ver un aumento de sueldo tan pronto. “Me pregunto cada cuanto irán a comprar provisiones”.
Recorrí un poco el lugar, y el día continuo como el anterior, sin más novedades. Note que la zona del calabozo, sin embargo, era absolutamente inaccesible.
Vane limpiaba la zona, y Polly la perseguía molestándola con sus berrinches, así que opte por ayudar un poco a los soldados y hacerme más amigo de ellos. La guarda nocturna, esta vez tuvo un poco más de acción, lo cual me permitió dormir pasivamente.
El próximo día, acompañe un carro de mercader con un par de sirvientas. En este caso, no figuraba Vane con ellas, lo cual hacia que hubiera mucha tranquilidad. El viaje fue tranquilo tanto ida como vuelta.  Un par demonios aparecían, pero yo podía eliminarlos rápidamente.  Sin embargo, apenas llegamos al castillo y se abrieron las puertas, polly salió corriendo hacia afuera, aprovechando que el carro entraba.
Queriéndome sumar unos puntos con Emm, baje del carro, y la perseguí corriendo.
-          Polly, donde vas!- Proteste.
-          Me aburro de estar encerrada todo el día!!- protesto la niña corriendo hacia el bosque.
-          Volve ya mismo!- Exclame. Pero la niña malcriada no me escuchaba y tuve que usar mis poderes para deslizarme por el frágil hielo y atraparla.
-          Déjame en paaaaaaaaaz!!!!- Protesto. – Te voy a acu…. WoooW!!!- exclamo.
Naturalmente, ya nos encontrábamos rodeados de demonios. Eran como 10, todos grandes, y se veían muy poderosos. En su inocencia, el rostro de polly estaba lleno de impaciencia por jugar y seguir recorriendo el bosque. Pero a mí me preocupaba.  Solo me podía salvar  que llegara la noche, para poder tener mis poderes. Mi hielo en esa condición era muy débil y solo contaba con mis habilidades de espadachín. Levante a la niña con una mano, que protesto y pataleo en el aire, e intente crear una resbaladiza de hielo con la cual deslizarme y escapar al castillo, pero un demonio muy veloz la destrozo interponiéndose. Ya nos rodearon y trate de crear un par de murallas de hielo para que protejan a polly.  Igual, aun no era tan tarde, y las murallas no soportarían más de un golpe. Hice un gran esfuerzo, para crear fragmentos de hielo y arrojarlos, pero en el trayecto se derritieron, y no generaron mucho daño.  Los monstruos se acercaron, y me defendí de ellos,  matando un par con mis habilidades con la espada.
-          Polly, escóndete bien en las murallas que cree….. mierda se están debilitando.
-          Wow… si podes crear murallas podes crear helado? Yo creo que si. Una vez mi mama me llevo a una ciudad, donde vendían una crema que era como helado. Es raro porque sabe rico pero frio, y a veces te hace doler la lengua…….- Comento polly, más preocupada por comer helado, que por lo que sucedía. Intente continuar defendiéndola, y pude derrotar un monstruo mas. Hasta que  uno alcanzo a golpearme tirándome al suelo. Y por aluna razón, dirigieron su atención a la niña. Puse mis manos en el suelo, y una ráfaga e hielo llego a las murallas que la protegían, generando espinas de hielo. Sin embargo uno de los monstruos la destruyo sin mucho problema. La niña esperaba tranquila, mientras el monstruo se disponía a atacarla, y en ese momento Vane cayo por uno de sus portales golpeando al demonio en la cabeza con una escoba y dejándolo aturdido en el piso. Si, con una escoba. Junto sus manos, y pronunciando unas extrañas palabras, creo un circulo de magia en sus manos , del cual salió una gran bola de fuego  atacando a otro demonio.  Otro demonio intento atacarla, pero se protegió escudándose en la escoba y cayendo a un portal detrás de ella.  Un nuevo portal se abrió, encima del monstruo de donde salto ella, golpeándolo nuevamente y aturdiéndolo. Y el primer demonio, fue teletransportado encima del primero, haciendo que se golpeen entre ellos.
-          Uffff….. OTRA VEZ ESCAPANDOTE!- Exclamo Vane a la niña.
-          Al fin apareciste… Me gusta más como peleas vos que como ese lo hace- Comento indignada.
-          No soy tu juguete Polly!-
-          Si lo sos, mi mama dijo que sí. Que tenías que hacer lo que yo quiera. Y deberías hablar conmigo igual de respetuosa que lo haces con todos.
-          Como….- Dije, muy sorprendido.  – Como lograste todo eso solo con una escoba???- Exclame.
-          HA! Nunca subestimes una escoba. Menos esta escoba! – Dijo Vane orgullosa, poniendo marcando su pequeño musculo en su brazo.
-          WAAAAAAAAAAAAAAAAAa- Escuchamos gritar.
Giramos los dos a ver, y los monstruos, estaban dirigiéndose a polly, atacándola a la vez. Con todas mis fuerzas, cree un muro de hielo para protegerla del ataque. Pero este se destruyo, y Vane, con todo el miedo y espanto del mundo rito. NOOOOOOOOOOOOOOOOOO- desconsolada.
Los 2 demonios, golpearon varias veces, donde se encontraba polly, y escuchamos un gran llanto, luego, observe un brillo rosa, y la niñita salió disparada, y le dio un golpe con sus pequeñas manos al monstruo, el cual lo izo volar por los aires, al otro le encajo una patada, igual de inofensiva, haciéndolo volar también, y luego se tiro al suelo y continuo llorando. Yo la observe asombrado, y no tenía ningún rasguño. Vanesa se acerco con la cara llena de espanto y protesto:  Por…Por que me tenes que meter siempre en problemas.
-          ME ABURRO Y ON ABURRIDOOOOOOOOOOOOOOS!!!- rito nuevamente la niña, y atino un golpe que vane llego a defenderse con su escoba. Esperaba que esta vez se rompa, pero solo la izo volar por los aires, Vane utilizo varios portales, hasta que perdió velocidad, y volvió a aparecer al lado nuestro. La niña de repente quedo profundamente dormida.
La observo, y suspiro, con una mescla de resinación y preocupación.
-          Su vestido…- Dijo preocupada…- Quedo todo roto,  y mancado….- Suspiro nuevamente.
Yo quede absolutamente perplejo,  y comente: N-No sabía que ustedes…
Vane puso un rostro solemne, y pregunte. : Estará bien…?
-          Ella?- Pregunto vane. – La vez lastimada? OBVIO QUE ELLA ESTA BIEN!- Se quejo. Luego suspiro y dijo: Lo siento señor, por favor no le comunique a mi ama que fui así de irrespetuosa.
Estirando la mano, dejo caer su escoba por uno de sus portales. Luego alzo a la niña en brazos, y desapareció por un portal.
Sorprendido, descubrí que ese castillo, encierra más misterios de los que pensaba. Es imposible enseñar a una niña tan pequeña magia, y tampoco existe una magia que aumente la fuerza y la resistencia de esa forma.



- Pd: Sip, tambien se llama vane. Si no le gusta el nombre se lo cambio a Eva (?). Cuando termine el prologo la historia dejara de ser en primera persona.



martes, 13 de enero de 2015

Capaz empiece a escribir istorias de terror (?)

Bueno, como a tanta ente le dio miedo la anterior istoria (y esa fue la intencion) Wiiiii, la continue!!! Para que sepan, por que tanto el miedo a "El rincon de la niñita traviesa".

givin up.
Ese día, me desperté un poco más temprano que de costumbre. Ire un poco en mi cuna, hasta que se me paso el sueño, y me levante. Juque un poco para distraerme, en lo que… bueno, mama venia por mí. Pero ya se estaba tardando mucho. Y comencé a ponerme de mal humor. Mi comportamiento infantil, se había apoderado de mí, así que… supongo que era lógico. Después de todo, era mi vida normal, hace como 4 meses. Suspire, y tome los barrotes de madera de la cuna como si fuera una jaula. Intente salir de la cuna… Pero era alta, casi de mi altura. Lo cual no era tan difícil, ya que solo media 1.51. A veces me preguntaba como hacia mi mama, para sacarme tan fácilmente. Hice un poco mas de fuerza, dándome cuenta, que si me estiraba, posiblemente llegaría. “Pero si mama llegaba, y me veía fuera de mi cuna…” pensé, y observe mi pesadilla. “El rincón de la niñita traviesa”, leí en el pizarrón. Me senté haciendo un puchero, y abrazando uno de mis peluches. Y en cada movimiento, me veía a mí misma. Pijama súper infantil, cuna, peluches, habitación, rincón horrible. Había días, en los que sencillamente, me metía en mi roll, jugaba inocentemente, me dejaba consentir, y era una niña buena. Había días, como este, en donde me sentía absolutamente ridícula. Y lo peor de todo, es que ese estúpido rincón, me obligaba a ser un angel. Lo odiaba. Me recosté, y suspire, esperando que vena, y me saque de mi prisión. Obvio, a oscuras, porque no me anime a salir de mi cuna, y prender la luz. Finalmente, se abrió la puerta, y escuche, a la voz melosa de mi mama, hablarme.
-          Buenos días bebita preciosa!!- Exclamo.
-          … Buenos días..- dije, sobándome los ojos, por la luz.
-          Arribaaaaaaa! Vamos a darle un buen desayuno.
Me alzo, con la facilidad de siempre, y empezamos a ir al comedor, y a la odiosa silla alta. Me moví un poquito, protestando en el camino. Odiaba este tipo de humillaciones. Capaz, me había acostumbrado a obedecer por miedo, pero continuaba odiándolas.
-          No no, nada de berrinches.-
-          Mamiiiiiii, porque siempre-
-          Ey!- Dijo, y me izo ver el rincón. – Si queras ser una niñita traviesa, podemos…-
-          No… porfa, me voy a portar bien- Suplique. Ella nunca hacia amenazas vacías. Y amaba tanto castigarme como consentirme.
Me tomo de la cintura, y me dio, como 20 nalgadas, que mi pijama, por cierto, no soporta tanto. Patalee, y termine en la silla alta. Ella, cerro la mesa de la silla alrededor de mi y dijo: hoy mi bebe, parece que anda traviesita no? No sea cosa, que tena que refrescar su memoria.
-          N-No mami…- Suplique. Una nalgueada suya era sinónimo de llorar. Y moría de miedo, de ser mandada al rincón. Desde mi silla lo veía, y suspire resinada, sabiendo lo que venía. Ya me había preparado comida, obvio, especial para “niñitas pequeñas”. Y se acerco con ella, el platón de leche con cereal, y mi asqueroso y estúpido babero. Todos los días era igual, pero como repito, este día no estaba de humor. Y nunca me gusto!
Ice puchero, y proteste un poco, aunque aprisionada en esa silla, mientras me poni el babero.
Luego, tomando un poco del cereal, con la cucara, dijo la frase, que ella amaba y yo odiaba. – Aquí viene el avión…-
Que puede ser más cursi, negué con mi cabeza, y dijo: Queres ser rebelde? Si preferís la cucara del rincón de las niñitas traviesas…
-          N-no mami!- Exclame asustada.
-          Por que andas siendo una niñita traviesa, y capaz necesites ir…-
-          No, no, me porto bien…- Suspire, y con esto de desagrado, abrí la boca. Vi como ella sonriente, me daba el primer cucaron. – Otro bebe, hasta terminarlo.-
Suspire, y me deje alimentar hasta que el tazón se termino. Naturalmente, mi cara quedo un poco mancada. Cosa que odio, porque me da asco. Pero mis brazos, estaban dentro de la silla, y no alcanzaba mi cara ya que la mesa me estorbaba. Y como siempre, le encantaba dejarme ahí atrapada, hasta que terminara de ordenar todo, y tuviera tiempo como para llevarme a cambiar. Pensé en hacer un berrinche, pero la vista del rincón me espantaba. Quizá sea exagerada, pero para mí, era algo muy doloroso y humillante. Y evitaba a toda costa.
Finalmente, vino por mí, y me limpio mi cara, saco el babero, y me llevo a la habitación.
Mientras me dejaba en mi cuna, elegía en mi armario, como vestirme. Era algo que le encantaba, y hacia diario. Yo esperaba normalmente jugando, pero ese día estaba de mal humor.
Hasta que saco su favorito.
-          Mami…-
-          Si bebe?- Dijo ella.
Me quede cabizbaja haciendo puchero, y abrazando mi oso. Era un vestidito que me había confeccionado hace poco. Ella lo amaba y afirmo mil veces que era su favorito, pero para mí era un asco. Era ridículamente infantil, con un estampado de conejitos al final del vestido. Blanco, con cuellito rosa ,  un moño blanco en el cuello, y un delantal rosa, con un dibujo de 2 conejos. 

(si, siempre son los mismos :B )

Era… Pero sabía, que si protestaba, terminaría llorando luego de una buena nalgueada. Venia aceptando sus gustos, desde que invento esta estúpida regla, sentía miedo, pero sentía aun más vergüenza. Busco en mi armario, una bombacha blanca con un dibujo de conejito en la cola, que izo exclusivamente, para este vestido, y sonriente tomo dos hebillas de conejos, y dijo: “A vestirte!!”
Suspire, sonrojada y cabizbaja. Quería protestar, pero no me animaba. Se acerco a mí, y comenzó a desvestirme. Me puso mi camiseta, pero empecé a molestarme apenas me puso mi bombacha.
-          Vamos, se una nena buena, vamos.-
Me cruce de brazos con un puchero, y observe de reojo el rincón. De mala ana, estire mis piernas, dejándola ponérmela. Suspire, y me deje poner las calcetas también. Tomo el vestido, y se acerco a mí con una sonrisa de oreja a oreja. Me cruce de brazos nuevamente con un puchero.
-          Vamos bebe, no aas berrinche.- Insistió nuevamente ella. Continúe cruzada de brazos, y me dio una nalgada, aprovechando que estaba en ropa interior, salte, tomando mi cola, y vi nuevamente el rincón.
-          Hoy andas traviesita, queras que lo cure.
Dije: N…No…- Suspirando, vi el ridículo vestido, y vi el rincón. Di un pisotón, y estire los brazos. Me lo puso, abotono mis botones, y tara! Ya era la niña conejo. Me apretó las mejillas, diciendo lo hermosa que me veía, pero avergonzada y molesta, di un pisotón. Y ella me dio un tirón de oreja.
-          Espero que no quieras dar problemas hoy.- Me advirtió . Me cruce de brazos cabizbaja, y al hacerlo, veía mi delantal rosa, con dibujitos, y como el vestido apenas me tapaba. El cuello me picaba, me apretaba, y ese cuello bebe rosa… se veía tan… tan…
Me puso mis zapatos, y tomo mi cepillo. Una niña normal se asustaría al verlo, pero yo sabía que era solo para peinarme, así que continúe cruzada de brazos, y haciendo puchero. Ella llego con él, y comenzó a cepillarme el pelo.
-          Hoy anda enojadita?- Pregunto, pero no respondí. Ella sabe que odio que empiece a vestirme así.
Me izo la primera coleta, y pegue un rito.
-          Nena!-
-          DUELE!- Me queje.
Sin embargo, se encaro de hacerla bien ajustada.  Mientras me hacia la otra, rite “AYYYYYYY” mas por coraje, que por dolor. Y ahí paso a tomarme mi oreja.
-          Se acabo jovencita!- Exclamo, y en un instante, termine en sus piernas. Sabía lo que significaba una nalgueada de mi mami, así que comencé a patalear.
-          N-No.. N-no…- Suplique. Más que nada, porque odio cuando me castigan.
-          Andas muy berrinchuda, y sabes que NO tolero eso. Entonces, si vas a estar así todo el día, es mejor que te de un adelanto.- Dijo. Y la lluvia de nalgadas comenzó a caer. A la tercera, comencé a llorar y a prometer ser niña buena.
-          Pero parece, que cierta señorita, hoy quiere portarse muy mal. Y ya que es tan traviesita, capaz necesite ir a su rincón- Aclaro. Me dio pánico, y mis suplicas aumentaron.
-          Nooo, no mami, no , me porto bien, porfi, no oo, no necesito rincón, noo- Dijo, con esa desesperación tan típica, que te da cuando te calientan la cola. Continuo nalgueándome un rato, mientras me amenazaba, y yo continúe llorando. Me levanto, me abrazo, y dijo: ahora, voy a tener que peinarte toda de  vuelta.
Yo continuaba llorando, cabizbaja.
-          N-No… mami… no me mandes al rincón… n-No…- Suplicaba.
-          Voy a ver, voy a ver. Hoy vendrá mi amigo, y no quiero pasar vergüenza. Capaz lo mejor sea mandarte a tu rincón por adelantado. –
-          N-No mami…- suplique, mientras sentía una de mis coletas bien ajustadas hacerse.
-          Dije que voy a ver, mami se encara de tu disciplina, vos no. Pórtate bien y capaz te salvas.-
-          S-Si… Lo siento…wa…- Solloce. Y sentí la otra terminar de hacerse.
-          Vamos! Ya estas lista, a lavarse la cara. En 2 horas es tu almuerzo, así que podes jugar. – Dijo ella, y normalmente, ueo de eso, va a su taller. Fui al baño, el cual, era normal y estaba a mi altura. Y me lave la cara de las lágrimas. Ahí vi lo ridícula que me veía, y vi cara sonrojarse al verme. Me fui al comedor cabizbaja, y resinada, sobando mi cola. No se si en verdad ardía tanto, o solo yo era escandalosa. Me quede jugando, con mis juguetes que tenia ahí, y observaba el rincón, pensando que debía portarme bien, o me tocaría ese castigo. Llego la hora del almuerzo, y con mucha vergüenza, me deje llevar a mi silla, poner mi babero, y dar de comer. Mientras lo hacía, me preguntaba cómo no le cansaba, hacer lo mismo todos los días. Pero el ardor de mis pompis me motivaba a no querer continuarme portando mal.
-          Que linda nena- Celebraba mi mama, mientras me daba de comer. – qué bonita nena!-
Yo aun sequia molesta, pero no quería el odioso rincón. Con mis nalgadas normales lloraba un poco, pero con el rincón, toda la maldita ora.
Luego de, limpiar todo como siempre, me saco de mi silla prisión, y pude pisar el suelo.
Tener que comer así, me quito el poco tiempo de buen humor que tuve. Y ya no estaba acongojada por la nalgueada. Así que ni anas de jugar tenia. Solo me recosté en el sillón, esperando a que el día termine, porque ni televisión tenia, ya que obvio, mami me había blockeado los canales.
De repente, tocan el timbre, y yo me levante. Me daba vergüenza que me vieran así, y cuando ella fue a atender, pregunte si podía ir a mi habitación.
-          No, te quedas donde pueda verte, no quiero que te pase nada.
-          P-Pero mami! No me va a pasar nada.
-          Ahora no bebe, hace caso.- Dijo.
El “hace caso” me asusto, y decidí obedecer, intente esconderme un poco detrás de sillón, pero cuando el hombre entro, revolvió mi pelo, y continuo ablando con mi mama, prácticamente ignorándome.
Luego vi que se las ingeniaron, entre los 2, para traer una gran caja.
La puerta, era grande, así que no costo tanto entrarla, y había mucho espacio en el comedor. Así que, finalmente la entraron. Y sacaron… adivinen. No lo podía creer. Un gigantesco corralito.
-          Ayúdame a ponerlo aquí, así puedo verlo mientras trabajo.
-          E-Eso?- Pregunte, asombrada.
-          Es tu nuevo corralito, decile gracias al señor.- Comento .
-          P-Pero… Es..- Dije, sorprendida.
Obvio, era enorme, y pensado, para una bebe de un metro 51. Era como una jaula. Vi meter mis juguetes adentro, y enseguida me tomo de los brazos. Me queje y patalee.
-          Noooo- Proteste. – No pienso estar en un corralito!- Exclame.
El señor izo un silencio, y mi mama agarro bien fuerte mi oreja. Lentamente, vi a donde me llevaba.
-          Se acabo señorita, es hora de que visite su rincón. Alberto, si queras, anda llendo y luego te pago.
-          No te preocupes- dijo el señor, despreocupado.
Mientras me arrastraba, veía la enorme paleta, y el enrabado en la silla “Niñita en penitencia”.
-          Mami… pero ay alguien, porfis! No!!-
-          Sabes por qué no tenes que portarte mal frente a la ente, no lo aprendiste la ultima vez?- dijo.
Tape mi cola, y tome mi oreja con una mano, al ver que ya estábamos al lado del rincón.
-          No mami, perdón perdón!!!- Dije, mire de reojo el corral, y luego el rincón, en frente mío. Pensé “Tan malo no es” y dije: Por favor, ao caso, por favor, me porte bien, dijiste que si me portaba bien.
Pero enseguida, me inclino, agarrándome fuertemente con una mano, y aprisionando mis brazos. Intente moverme y esquivar. Mi vestido era tan corto que no necesitaba levantármelo, y sentí la madera de la paleta, apoyarse en mi pobre cola.
-          Recién, estaba loca, pero ahora pedís perdón, prometes portarte bien, y decís que vas a “usarlo”.-
-          No…- Suspire, llorando por la anticipación. El primer paletazo cayó  y me izo saltar.
-          Parece que te olvidaste que soy tu mama, y vas a hacer lo que yo día.- Dijo dándome otro azote, rite, emi, patalee, pero naturalmente, me tenia agarrada bien fuerte.
-          Si te mande a hacer un corralito, es por que no quiero que te metas en problemas mientras trabajo.  Vas a tener tus juguetes ahí, y vas a estar cerca de la televisión. Y si queras ir al baño me llamas- Ordeno, y me dio otro paletazo. Yo comencé a llorar a viva voz, suplicando, prometiendo portarme bien y… bueno… todo lo que dio siempre que me calentaban la cola.
-          Siiii mami perdón waAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaa- rite, y para cuando llego el vigésimo paletazo, yo solo pataleaba, lloraba, y saltaba, balbuceando palabras que ni yo entendía. Me soltó y me tome la cola, saltando en el lugar, parándome y aacandome. Normalmente me sentiría muy ridícula por hacerlo, mas en frente de alguien, pero dolía tanto que no me importaba. Seguro parecía una payasa, vestida así y dando tantos saltos. Me abrazo, acariciando mi pelo y diciendo su típico: Ya ya…
Me tranquilice un poquito, y me dio una tiza: Lo llenas de “Las niñas buenas no damos problemas”. Luego de eso te sentas, y esperas a que te llame.
-          S-Si mami…- Dije llorando. Y me pare frente al pizarrón. No sabía si limpiar mis lágrimas, o sobar mi cola. La sentía arder intensamente, pero debía concentrarme en mis líneas.
A veces frenaba, para llorar, o para sobarme. Mi cola punzaba más y más, y de reojo, podía ver que se había comenzado a inflamar un poquito, ya que mi bombacha me quedaba diferente. Ire, y sentí mucha vergüenza, al ver que mi mama y el señor, me veían como una televisión, de vez en cuando, mientras  platicaban entre ellos. Mi mama me izo el esto de “continua” y yo, muerta de vergüenza, obedecí. Me tomo un tiempo, pero llene el pizarrón, luego vi la sillita, y el engrave “Niñita en penitencia”, ire de reojo, a ver si continuaban viéndome. Y me senté, avergonzada, sintiendo el ardor, concentrarse y crecer en mis pompis. Continúe llorando, y no sé cuánto tiempo abra pasado. Una vez que empiezo a llorar no paro, y me sentía muy castigada. Molesta por el eco de tener que obedecer a la fuerza, pero a vez, triste por decepcionar a mi mami, y tener que estar en penitencia. Mis 2 lados, se peleaban, y ganaba el lado infantil, que no quería más castigos, y solo estar con su mama. Mi llanto se prolongo, hasta que sentí sus manos, apoyarse en mis hombros, y preguntándome: Aprendió su lección.
-          S-Si mami… waaaa…-Conteste llorando. Me ayudo a pararme, y me sentó en sus piernas, me apapacho hasta que el señor se fue. Y cuando lo izo, me metió en el corral.
Obedecí, sin chistar, el dolor de pompis prometía permanecer unos días, efectos secundarios de mi odiado rincón.

-          Sé que lo odias, pero así yo me siento más segura de que no te pase nada. Te dejo tus dibujitos prendidos en la tele, y ahí tenes una mantita por si te da noni. – Dijo contenta, y sin preocupaciones, se fue a su taller. De lejos la veía observarme, de vez en vez. Tome uno de mis peluches, me recosté en la mantita, y sobándome la cola, me resine a que ahora también tenía un nuevo corral.