martes, 29 de abril de 2014

Oooooooooooooooooootra historia con Maids.

 Seh, asi es. Pero bueno. Espero les guste.





Romina guardaba sus pocas pertenencias en una bolsa. Y se limpiaba un poco las lagrimas.
-          Por que lloras romi…?- Pregunto una chica.
-          Las voy a extrañar a todas!-
-          Deberias estar contenta, al fin vas a dejar este orfanato.
-          Si pero…
Romina miro al piso y suspiro.
-          Tenes miedo de que no te acepten de vuelta?
-          No se por que no me aceptaron las ultimas dos familias, en serio no se… Hice todo lo que…-
-          A muchas nos ha pasado, no te culpes Romi.-
-          Aparte se siente raro… - Se quejo.
Y era normal que se sienta raro, quienes vinieron por ella, ni siquiera la vieron. Sin embargo en una hora iban a venir por ella. Romina sentía en el pecho, un dolor punzante de preocupación. No sabia cual iba a ser su destino ni adonde iria a parar.
-          La señora de la casa, solo me dijo que era una familia rica, que necesitaba una criada.-
-          Si, nos enteramos- Comento su amiga.
-          Si quieren una sirvienta, por que buscar una en un orfanato…- Se quejo romina.
-          No se por que te quejas, aca de todas formas, tenemos que limpiar. Vas a estar en una mansión, y encima te van a pagar no es asi?-
-          No lo se…- Se preocupo Romina.
De repente, llego la señora y dijo:
-          Ya vienen por vos, apurate.-
-          Si señora!- Respondio asustada.
-          Apurate, asi no te metes en problemas.- Comento su amiga.
Romina, limpiándose las lagrimas se apuro a terminar de guardar su bolso. Un par de vestidos viejos, un camisón, y su jumper del orfanato. Ademas de ropa interior, naturalmente.
Bajo y aclaro, ya estoy lista!
Al bajar, vio una señora mayor. Y además, la señora de la casa.
-          Cuantos años tiene?- pregunto la señora mayor.
-          13 años- madam Stephanie.
-          Cumplo 13 en junio- Aclaro romina, pero ambas giraron a verla mal. Ella, intimidada, bajo su cabeza.
-          Mmmmmm… es demasiado chica de estatura…  - Dijo inconforme Madam Stephanie.
-          Le aseguro que ella es quien se esfuerza mas en la limpieza de la casa.- Comento la señora del lugar.
-          Bueno, creo que va a ser productivo, y algún dia será una buena sirvienta. Hagala firmar el contrato- Ordeno ella.
-          Nena, firma aca- Dijo La señora de la casa.
La educación de romina, era muy básica, pero ella se había esforzado en aprender a leer. Intento leer el contrato, pero la señora la regaño.
-          Dale nena, no hay tiempo! O queres quedarte aca?- pregunto.
-          N-No- respondió romina asustada. No sabia que era una firma, asi que escribió su nombre.
-          Perfecto- Dijo madam Stephanie. – Seguime al carruaje.-
-          S-Si.-
Madam Stephanie, giro y tomandole la barbilla. – Solo tenes permitido llamarme madam esta claro?-
-          Si…- dijo romina.
-          S-Si Madam- Corrigio.
-          S-Si madam…- Respondio Romina.
-          Espero no tengamos que volver a repetirlo.
En el carruaje, romina intento concentrarse para ver que decía su contrato, pero Madam Stephanie enseguida se lo tomo de las manos. Viajaron en silencio hasta llegar a la mansión.
Romina entro maravillada, nunca en su vida había visto tantos lujos.
-          Nena!- protesto Madam Stephanie.
-          S-Si?-
-          Deja de jugar, vamos a tu habitación.
-          Si madam… - Respondio romina , y siguió de cerca a madam Stephanie.
En el camino, vio varias sirvientas, trabajando. Su uniforme consistia de un uniforme negro, delantal blanco y cofia. Nada demasiado raro.
Al llegar a la habitación, la señora ordeno.
-          Desnudate-
-          Eh?- Respondio romina sonrojándose.
Stephanie se quejo.
-          Mira, se que no sabes leer bien, por eso deje que la señora del orfanato lea el contrato por vos. Pero a partir de ahora, somos tus amos, y tenes que obedecernos. Y creo que en el orfanato ya te enseñaron que pasa si no obedeces no? O tengo que enseñártelo ahora?-
Romina se sintió triste y afligida, suspiro cabisbaja y luego madam Stephanie la interrumpió.
-          Esta bien, creo que lo mejor es que primero te desvistas, y te tomes un baño. No quiero que andes sucia por la casa. Asi que ve al final del pasillo, yo te alcanzo ahí. Esta bien que una señorita, sienta pudor.-
-          Si Madam.
Precisamente al final del pasillo, se encontraba una fila de regaderas. Era igual que el orfanato, asi que vergüenza no le daba.
Romina se baño, preocupada por su destino. Cuando era “adoptada” era tratada con muchísima mas dulzura. Ahora le acababan de decir que ni pertenecía a si misma. Cuando termino e bañarse, se envolvió en una toalla. Madam Stephanie, la esperaba en la puerta.
-          Lista?
-          Si…
Ella la tomo de la mano, y romina, muerta de vergüenza, obedeció. La llevo rápidamente a su habitación, y entraron ambas.
-          A ver, dejame tomarte tus medidas rapidas, asi veo tu talla. Por tu uniforme viejo no te preocupes, lo voy a guardar en una bolsa-
-          Si madam…-
Conteniendo la vergüenza, Romina se quedo quieta mientras tomaban sus medidas.
-          Ya esta. Necesitaba saber tu talle-
Madam Stephanie se retiro apuradamente. Al instante volvió con una bolsa con ropa. Y luego tomo la bolsa de romina.
-          Esto ya no lo vas a necesitar-
-          No!!- Protesto romina.
-          Perdon? No tenes permitido quejarte. A partir de ahora solo vas a usar la ropa que te demos.
Romina miro al piso y dijo: ¿Y que van a hacer con esa ropa?
-          Donarla, o quemarla.
-          Podrian guardarla… Por favor?
-          Para que si ya no la vas a usar? – Pregunto Stephanie.
-          Me trae recuerdos- suspiro Romina.
-          Esta bien.- Contesto Stephanie, y comenzó a sacar la ropa de la bolsa.
En ella, había varias camisetas y ropa interior blanca, fondos blancos, crinolina blanca, además de dos camisones blancos.
-          Exigimos que tu ropa este limpia siempre, como ves, tenes de sobra, esta claro? No hay nada mas desagradable que una maid con mala higiene.
-          Si madam… - Respondio Romina sintiéndose incomoda. Era como ser esclava.
Luego de la bolsa saco dos vestidos rosas y delantales blancos. Ademas de unos zapatos, y calcetas.
-          Este va a ser tu uniforme, como ves, también tenes dos, por si alguno se ensucia. Este rosa, es el que usan las novatas.-
-          Si Madam.-
-          Comenza a vestirte, somos estrictos con el uniforme, y solo esta vez te voy a enseñar a como usarlo.
Romina obedeció, poniéndose su ropa interior, el fondo y su crinolina. El Vestido rosa, tenia cuello de bebe blanco, y se abotonaba por la espalda. Por lo cual fue difícil para Romina ponérselo. Noto que le quedaba arriba de la rodilla. Luego las calcetas y los zapatos.
Madam Stephanie, le alcanzo un delantal. – Podemos entender que en el trabajo tu delantal de lo ensucies. Si estas muy sucio, deberas cambiarlo por otro. Pero no toleramos ni una mancha en el vestido. Si se ensucia, deberas cambiarlo por tu otro vestido, y lavarlo en cuanto tengas tiempo libre. Esta claro?-
-          Si madam- Respondio Romina, mientras se ponía el uniforme.
-          Las calcetas las quiero a la misma altura, y todos tus botones abotonados. Exijo prolijidad.-
-          Si madam- dijo Romina, fijándose que lo que le dijo Stephanie se halla cumplido. Parecia estar prolija.
-          No te olvidas algo?- Pregunto Stephanie.
Romina confundida reviso su uniforme, por había algo que faltase. Hasta que Stephanie le mostro su cofia.
-          Vas a usarla todo el tiempo.-
-          Si madam- dijo romina poniéndosela.
-          Muy bien- sonrio Stephanie Sastisfecha.
Hubo n pequeño silencio, en donde Stephanie la observaba.
-          Según la señora de tu orfanato, sos quien mejor trabaja. Esperemos que sea cierto.-
Romina no respondió nada.
-          Igual no te preocupes… Estas bajo contrato, y no dejaras esta mansión hasta tus 21 años.  Si trabajas poco, lo solucionaremos- sonrio Stephanie. – Y luego continuo. – Desde las 6 de la mañana, las queremos listas y con su uniforme impecable. Soy muy estricta, y no tolero errores. A las 10 termina su turno. Toda la semana será asi. Entre nuestras sirvientas, se turnan sabados y domingos como libre. Pero vos aun sos novata, queremos que aprendas rápido, asi que seremos especialmente estrictos con vos.
-          Si madam.
-          Aun sos una niña, asi que parte de tu sueldo, se gastara en mantenerte, y otra parte, en educarte. Sin embargo, incluso tus días libres, mientras seas novata, deberas estar con tu uniforme. Y servir, si se te pide.
-          Si madam.
-          Abajo hay una cartelera, donde informa las labores de cada sección. Vos estas en la sección A, y sos novata. Asi que se te exigirá un poco mas de lo normal.
-          Si madam..- Respondio robóticamente Romina.
-          Que esperas? Ya ve a averiguar cuales serán tus siguientes tareas!
-          S-si!- Respondio Romina apurada. Y se alejo rápidamente.
Cartelera…Cartelera…-  Penso romina preocupada. Mientras caminaba, no podía evitar maravillarse ante la mansión, y tantas novedades que no conocía. De ves en cuando, observaba otra sirvienta como ella. Pero… su uniforme era negro, por debajo de la rodilla, y con mangas largas. El suyo era muy distinto, mangas cortas, rosa y corto. Le pareció raro esa necesidad de separar tanto a las nuevas. Pero no se preocupo.
Y ahí noto la cartelera: Novatas: Lustrar cada mueble del salón.
En verdad, había mucho mas tareas. Pero esa se le haia la mas fácil de realizar. Noto que había un lugar, donde estaban todos los instrumentos de ellas, asi que tomo un trapo, algo de cera y se dispuso a limpiar.
Mientras lo hacia, noto que no había ni una sola con su mismo uniforme. Las otras chicas, se encontraban muchísimo mas relajadas. Y algunas hasta conversaban entre ellas.
Intento relajarse, había algo en el lugar que no le agradaba. Tanta perfeccion le parecía rara. Pero la entusiasmaba algunas cosas que le habían dicho. Su educación, y su “sueldo”.  Cuando era adoptada, no sabia a que familia iba a ir a parar. Pero al menos ahora viviría en una mansión, y alimentándose bien.
-          Señorita, un café por favor.- Le dijo Madam Stephanie.
Romina, se encontraba perdida en sus pensamientos, asi que respondió: Ahí voy, estoy ocupada.
Stephanie giro en silencio, y le dijo:  Ya era hora de que aprendas tu primera lección. De su bolso, saco una fusta, y dijo:  Soy tu ama, y te referiras a mi, siempre con respeto, obedeciendo cada cosa que se te diga. Y vas a aprender por que debes hacerlo.
Romina observo la fusta espantada. Recordo como lloraba con incontables varazos, en el orfanato. Dio unos pasos hacia atrás abrazandose a si misma y lloro: No por favor…
-          Se obediente- protesto Stephanie. – Deberias decir “ Si madam Stephanie” y acercarte a mi para tu castigo.
-          No por favor!!!- Exclamo llorando Romina.
-          Ahora mismo!- Exclamo Madam.
Romina asustada, no supo que hacer, y salió corriendo. Al hacerlo, choco contra un hombre, gigante.
-          Que esta pasando aquí?- dijo el hombre, tomando de los brazos a Romina.
-          La niña necesita corrección, y no quiere obedecer hermano-
-          … Bueno, habrá que enseñarle por que es mejor obedecer – corrigio el.
Ella intento soltarse, grito y suplico. Pero el hombre, la llevo lentamente a un sillón ,y la recostó sobre sus piernas. Romina grito muerta de miedo, y pataleo con anticipación, pero en el hombre rápidamente atrapo sus extremidades, y levanto alto su mano.
-          Con el tiempo, aprenderas que es mejor obedecer, a dar tanto problema.
-          No por favor… WAAAAAAAAAA- Grito romina y comenzó a llorar abiertamente. Una nalgada fuerte callo en sus nalgas, la cual la sorprendió, pero pataleo y continuo llorando, intentando safarse. En el fondo, se dio cuenta que era mas el miedo que tenia, y que en realidad, las nalgadas, ardían pero no dolían tanto. Sin embargo, era una esclava, en una mansión, y la tenían atrapada boca abajo. No podía contener sus sentimientos. De repente sintió que ya no la nalgueada, agitada, intento controlar su llanto, y luego escucho una voz masculina:
-          Veo que no aprendes aun a quedarte quieta durante tus castigos.
Sintio como su vestido se levantaba, y comenzó a patalear, sintiendo el miedo invadirla. –
-          NOOOOOOOOOOOO – Grito muerta de miedo, y esperando lo peor. La primer nalgada ardio con intensidad, y al segundo ya pataleaba y lloraba de vuelta, mientras la lluvia de nalgadas invadía su cola. Romina no sabe bien cuanto tiempo habrá pasado, solo sintió cuando la tomaron de los brazos, haciéndola levantarse. Llorando y quejándose se tomo su cola con ambas manos.
-          Ya debes volver a trabajar.-
-          AYyyy… AYyyy…Ayyyy.- Continuo quejándose romina, mientras se tomaba la cola con una mano y se limpiaba las lagrimas con su otra.
-          ….- Suspiro el hombre- Encargate de ella un poquito si Steph.
-          Si Alex- Contesto la señora- Nena, anda a limpiarte las lagrimas al baño y arreglarte tu uniforme. No podes estar dando vergüenza asi.
-          Siiii ayyyyy- Se quejo romina.
Adolorida, camino tomandose la cola hasta el baño, al llegar ahí se vio al espejo, y continuo llorando un poco mas. Y luego sintió una mano en su hombro.
-          AHH!!- Exclamo asustada.
-          Hola…- Respondio una chica, su uniforme era rosa, igual al de ella, y se veía muy dulce, de pelo castaño y con coletas. –Hubiera sido mejor que le hagas caso asi no te daban esa nalgueada- Se rio la chica.
-          Es horrible ahhhh-  Continuo quejándose romina.
-          Mmmmm… pero apenas tenes la cola rosa.- Comento la chica.- Sos romina no?-
-          C-Como lo sabes? – Se quejo romina sobándose.
-          Llamaste la atención de toda la mansión con tanto llanto, digo, para haber sido un castigo muy leve. Las chicas ya te apodaron “La llorona”, pero yo pregunte cual era tu nombre a nuestra ama. Ella me dio permiso de venir por ti. Tenemos poco tiempo, o sentiremos la fusta- Dijo con naturalidad, tomandole las manos para pararla.
-          Esto.. es horrible! Lo odio!!! Ayyy… - Se quejo romina.
La chica se rio. – Sos muy exagerada, se que venis de un orfanato, nunca te castigaron?-
-          Si… pero… -
Romina intento calmarse, y recordó que realmente, en el orfanato, los castigos eran muchísimo peores. Levanto su vestido, para ver, que su cola estaba apenas rosa.
-          Mira- Dijo la chica, y levanto el suyo. Habia notorias marcas de la fusta.
-          Ah…. Eso es horrible- Se asusto romina.
-          Es parte de todos los días- Contesto la chica.- Mi nombre es Vane.-
-          Yo soy romina- sonrio ella.
-          Ya debemos volver, arreglate, que nuestra ama te castigara si te ve desarreglada.
-          S-Si…- Respondio Romina, y nerviosa se comenzó a limpiar la cara, acomodarse la cofia, y su vestido. – Tengo miedo…-
-          La próxima ves, solo hasle caso. 5 Azotes con la fusta duelen muchísimo menos que tantas nalgadas.
-          Solo 5 iban a ser?- Pregunto romina, acomodándose su delantal.
-          Por lo general si. – Contesto su nueva amiga. Finalmente romina se termino de arreglar, y ambas se dirigieron con su ama.
-          Ya terminamos Madam.- Contesto Vanesa.
-          Se demoraron como 30 minutos.- Contesto la ama.
-          Mis mas sinceras disculpas, es su primer castigo, y le costo mucho recomponerse.- Contesto Vane.
-          L-Lo siento…- Respondio Romina.
Madam Stephanie las vio juntas, y sonrio. Saco de su bolso nuevamente la fusta. Romina dio un paso hacia atrás muerta de miedo, apretando fuertemente con sus manos el delantal para contenerse. Y vane interrumpió.
-          Señora, mil disculpas. Es mi responsabilidad que tardemos tanto. Puedo tomar el castigo por ella?-  Pregunto vane. Romina la observo sorprendida. Y Stephanie respondió - Bueno, me alegra ver tanto compañerismo entre novatas. Espero esto acelere su educación. –
-          Gracias Madam- Respondio Vane, y para sorpresa de romina, enseguida se inclino perfectamente, poniendo sus manos sobre sus rodillas.
-          Vane, tu educación y respeto por la disciplina son sorprendentes. Espero que le enseñes a romina como comportarse.- Dijo Stephanie, apoyando la fusta en sus posaderas.
-          Gracias Ama.- Respondio Vane.
Romina observo sorprendida, y pensando para sus adentros “ni loca hago eso”. Veia la cara de Vanesa, quien cerraba los ojos, como preparándose para aguantar dolor. Y luego callo el primer azote bien fuerte. Romina se asusto por el ruido, dando un salto hacia atrás, y observo a Vane moverse en su posición por el dolor. Luego decir “1 madam”. A medida que la cuenta avanzaba, a Vane le costaba mas contar los azotes, dejar de contonearse, y volver a su posición perfecta. Al llegar al quinto, Madam Stephanie dijo:
-          Como tomas también el castigo de Romina, van a ser 10.- Y apoyo la fusta nuevamente.
-          Si Madam- Respondio Vanesa, su voz contenía sorpresa y resignación.
Los siguientes 3 azotes siguieron igual, Y los últimos dos fueron muy difíciles de aguantar para Vanesa. Al terminar de dar el decimo , Vanesa continuo en su posición.
-          Aprendimos la lección?
-          Si madam, hare mi esfuerzo por mejorar-
-          Muy bien, puede pararse.
Vane se paro, acomodando su uniforme, que en el movimiento se había desarreglado. Acomodo su delantal, y su cofia. Para sorpresa de Romina, no había derramado ni una lagrima, aunque era visible que estaba adolorida.
-          Romina-
-          Ah? S-Si madam!- Respondio romina, sorprendida.
-          Aprende de Vanesa, asi debes afrontar tus castigos. –
-          Si madam…- Respondio Romina insastisfecha.
-          Y aun quiero mi café.-
-          Si madam! – Respondio nuevamente Romina.
-          Puedo llevarla a la cocina?-
-          Esta bien, pero necesito que pronto ella sea mas independiente y aprenda por su cuenta. Aunque ahora ya conoce las consecuencias de hacer el trabajo.
-          Gracias Madam!- Respondio Vane. Y luego le dio un leve codazo a Romina.
-          Ah… Gracias Madam.-
Vanesa camino adelante, y Romina noto por la forma de Caminar de Vane, que el ardor seguía vivo en sus nalgas. Camino rápido y se acerco a ella.
-          No voy a volver a salvarte de un castigo. Fue solo para que aprendas como ahorrártelos. Es mas rápido hacer caso. – Se quejo vane. Luego en un pasillo, observo a ambos lados, y metiendo sus manos por debajo del vestido, se sobo rápidamente.
-          Arde…- Se quejo. Luego dejo de sobarse. Y vio de reojo a Romina que continuaba sobándose.
-          Por algo te llaman llorona- Protesto. – No dejes que otras chicas te vean sobarte tanto, se burlaran de vos. Y a nuestros amos no les gusta. Dicen que es de malaeducacion-
-          Si, gracias!!... Gracias por todo.- Dijo Romina observando a esa niña tierna de coletas, que se portaba tan bien con ella. – Por que sos tan buena conmigo?-
-          A mi nadie me enseño cuando llegue a casa. Y nuestros amos son muy estrictos con nosotras, las novatas. Solo te ahorro el castigo por el que pasamos todas los primeros días. – Explico Vane.
-          Ah….- dijo Romina, asustada e intentando acostumbrarse a su nueva situación.
-          Romina, si vamos a hablar, debemos hacerlo mientras realizamos nuestras tareas.
-          S-Si!- Dijo romina recordando la cara de Vane al recibir los fustazos.
Apresuradamente, fueron, y Vane le mostro la cocina.
-          Tu preparale el café, y yo vere si añado unas galletitas. Seguramente alegrara a nuestra ama.- Comento Vanesa. Y mientras trabajaban, vane informo un poco a romina de la mansión.
-          Las que tenemos uniforme rosa somos novatas, yo ya llevo 5 meses aquí, y se de chicas que ya tienen un año. Como aun estamos aprendiendo son muy estrictas y exigentes con nosotras. La mayoría fuimos criadas aca, asi que a veces escucho a Madam Stephanie decir que nuestra educación le toma mucho esfuerzo.  Hay 3 sectores en la mansión, y las habitaciones de nuestros amos. Suelen haber 2 maids y una novata por sector. Pero como nosotras aprendemos, nos toca todo el trabajo, y las maids solo hacen mantenimiento.-
-          Que injusto!- Se quejo Romina.
-          Shhh, no te quejes!- Dijo Vane tapándole la boca. – Ni yo ni Mariana podíamos dormir la primer semana del ardor. Si empezas a quejarte, te van a azotar por todo.-
Romina suspiro entristecida. No sabia si prefería el orfanato a esto.
-          Lo mejor es resignarte.- Dijo Vane poniendo su mano en la cabeza- Nuestro contrato termina cuando cumplamos 21 años, asi que esta es nuestra vida… Pero veras que algunas de las maid de aquí tienen mas que 21.-
De repente llego una Maid, quien lucia impecable su uniforme negro.
-          Hola Paula-
-          Hola Vane, como andan las novatas? Ya fueron castigadas hoy? – Pregunto burlona. Romina frunció el seño enojada.
-          Jajajaja… si…- Contesto Vane.
-          Al principio a mi me pasaba lo mismo. Pero no se preocupen, ya aprenderán y ya ni será necesario.
-          Si, gracias – Contesto Vane.
-          Nuestro amo se entero de que las Novatas fueron mandadas a hacer café, y pidió uno también. Se los encargo si?-
-          Si Paula, gracias.
Paula sonrio y se fue.
-          Esa es Paula, tene cuidado- dijo Vane.
-          Parecia amable…
-          Si, pero le encanta avisar a nuestros amos cuando hicimos algo mal, y observar cuando nos castigan. Por culpa de ella no me pude sentar en 3 dias una vez- Dijo Vane molesta. – Debemos apurarnos con el café, o sino ella nos acusara-
A Romina, Paula continuo pareciéndole agradable. Pero si Vane lo decía por algo debía ser.
-          Hola Chicas.- Dijo Paula.
Vane hizo un pequeño gesto, y Romina se asusto al verla.
-          Hola…-
-          Mi señor pidió que quien le lleve su café, sea Romina. Solo eso quería decirles.
-          Pero yo no se donde esta…- Dijo Romina.
-          Veo que ya lo tenes, toma la bandeja y acompañame.-
-          Si!- Dijo Romi apurándose.
Al instante se separo de Vanesa, y continuo siguiéndolas. Subieron las escaleras, y dieron a un pasillo.
-          Esta habitación, es la de nuestra ama. El amo Alexander se encuentra al final del pasillo, y aquí a la derecha esta la recamara del padre de nuestros amos, Maxwell. Yo me voy si?-
-          Si Paula.-
Paula se retiro, y Romina comenzó a sentir miedo. No valla a ser, que la castiguen por tardarse con el café. Ya le había informado Vanesa, que Paula ama acusar a las novatas.
Al llegar a la puerta, Romina obersvo su propio reflejo en la bandeja, y se acomodo un poco el pelo. Reviso su uniforme para ver si se encontraba prolijo, y estiro un poco el largo de su vestido atrás, alisándolo. Acomodo bien su cofia, y luego se dijo a si misma: Animo.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Feliz navidad!! Ho ho ho ho!!

Bueno, esta historia no tiene nada que ver con navidad. Es solo parte de un regalo que le hice a mi linda novia, esposa etc xD Espero la disfruten:





Paola se quita el sudor de su frente. Luego descansa un poco en su trapeador, observando cansada el piso. – Llevo asi 2 horas… y aun no termino. Siento que no voy a terminar mas!!- Protesto. Observo a ambos lados, ya que no tenia permitido descansar hasta su receso. Pero como su madam no estaba cerca continuo mirando el piso y suspirando.
No recuerda desde cuando estaba en esa mansión. Tiene recuerdos vagos de un orfanato, un camisón viejo y roto, y una casa malarreglada. Pero si recuerda comodamente lo feliz que se puso cuando la fueron a buscar. Y lo lindo que le pareció su uniforme, en comparación a las ropas viejas que usaba en su orfanato, y que eran prácticamente lo único que tenia. Ahora ya tenia 18, y estaba cansada , no solo de usarlo, sino de vivir a diario asi. Limpiando, arreglando, sirviendo.
-          Romina, veni ya mismo-
-          S-Si madam!

Paola se sorprendió, y rápidamente se acerco a espiar. Una chica, aun novata, se acercaba temblorosa a la madam de la casa. Lentamente y con miedo, levantaba su uniforme cerca de ella, y se inclinaba. Paola sonrio sadicamente, le encantaba ver como castigaban a sus compañeras. Mas cuando eran tan nuevas. Observo como Romina se retorcía ante el dolor de la fusta, luchaba para mantener su posición y contar cada uno de los azotes que le correspondían. Luego se retiro caminando incomoda y adolorida. “Cuando son tan nuevitas como ella” – Penso paola. – Estan un rato largo adoloridas.-
Paola se apresuro a terminar su tarea. Mas alla de sus quejas, ella disfruta realizar su trabajo y servir a sus amos.  No sabe por que, pero sencillamente le resulta placentero.  Su única queja es la rutina. Pero sin embargo recuerda lo difícil que fue al principio. Recordo como con el tiempo, aprendío a que lo mejor era ir obedientemente e inclinarse para recibir sus castigos. Al principio era solo una niña latosa que corria por toda la casa hasta que la atrapaban. Luego no se podía sentar de la cantidad de nalgadas que le daba su amo. Con el tiempo prefirió 3 fustazos a anda a saber cuantos chirlos. Hoy en dia, ya prácticamente no es castigada. Por orgullo, no se permite fallar. Tiene una reputación, como la mejor maid de ellos. Y hasta de vez en cuando, la encargan como supervisora de las otras. Ella supone merecer tal privilegio, es la mejor. Pero cuando observa a sus compañeras, retorcerse ante el dolor de la fusta, recuerda sus inicios y…. siente algo… mágico? No lo entiende del todo, pero sin embargo, esas imágenes quedan frescas e intactas durante la noche. Y son su mayor motivo de masturbación.
Aprovecho cuando termino de limpiar, y se acerco a Romina, quien limpiaba los muebles cabisbaja.
-          Que paso romina?- Pregunto ella.
-          Nada…- Respondio .
-          Contame, podes confiar en mi recordas?- Respondio paola.
Romina hizo un gesto débil, y se froto la cola sobre su vestido.
-          Te duele?- Pregunto Paola.
-          No,- Respondio ella negando con la cabeza, luego continuo limpiando.
-          Si queres te ayudo, asi no te castigan de vuelta- aconsejo paola.

Romina la vio de reojo,  suspiro, y luego asintió con la cabeza. Limpiaron un poco juntas, y luego confeso: Nunca.... me sale hacer comida decente. Siempre me ordenan cocinarle a nuestros amos , pero nunca….
-          Shhh…. Yo te enseño.- Respondio Paola.
Luego se dirigió a madam Stephanie. La hermana menor, del señor de la casa, Alexander.
-          Señora, puedo ir y prepararle algo a usted junto a Romina?
La señora, observo a Paola con desconfianza. Luego le dio permiso.
Mientras Paola la ayudaba a cocinar, le gustaba observar como Romina reflejaba que sus pompis, aun ardían debido al castigo. Caminaba de forma incomoda, evitaba sentarse, y de vez en cuando se frotaba poniendo un gesto de dolor. Recordaba con nostalgia como al principio debía dormir de costado, para poder conciliar el sueño, y como a veces se despertaba por un roce.
Esa misma noche, sus dedos visitaron su vagina, y jugaron un largo rato en ella.
El tiempo transcurría, y Paola se volvia mas adicta a ver el castigo de sus compañeras. Sin embargo, su deseo no podía controlarse. Se excusaba diciendo, que al ser tan profesional , exigia la perfeccion. Pero sin embargo, de vez en cuando, acusaba sus compañeras, solo para poder disfrutar las deliciosas caras de dolor que ponían. De a poco fue ganándose el odio de ellas, y comenzó a sentirse muy triste. Un dia, Madam Stephanie se acerco.
-          Te estoy vigilando.-
-          Si señora.
-          Alexander te llamo para tener una charla especial con vos.
-          Mi amo Alexander?
-          Si, asi que no te atrases. Quiero que termines tus labores rápido y luego vallas con el.
Si bien, ellas eran encargadas de la casa, casi no ingresaban a los lugares en donde se encontraban sus amos. Mas que nada permanecían en su propio sector, limpiando, o preparando la cena. Si limpiaban la casa o algún sector en donde solian permanecer sus amos, debían hacerlo rápidamente, sin molestar a sus amos. Algunas se quedaban maravilladas frente a las maravillas que poseían, y por eso sentían desafortunadamente la fusta. Es sabido que MaxWell, el padre de Stephanie y Alexander, visita de vez en cuando la mansión de sus hijos. Y se rumorea entre las maids, que se enfadaba mucho cuando la mansión no se encontraba en condiciones. Por eso, madam Stephanie, es tan estricta con ellas. Por que recibe la misma Educacion. Pero Alexander?
Paola recuerda cuando ella era una de las pocas maids que estaban en la mansión. De vez en cuando, terminaba pataleando sobre las piernas de su Amo Alexander. Y durante la noche lloraba intentando dormirse y jurando nunca perdonarlo. Paradojico, ya que ahora extraña tanto eso. Muy pocas veces lo vio, a ese hombre misterioso, y solo conoce de el, la música de Piano que a veces se puede oir desde su habitación, cuando limpia los pasillos. Ella se apresuro a terminar de limpiar y luego se acerco despacio, hasta la sala de su señor.
El tocaba placido su piano, mientras esperaba a que ella llegue. Cuando llego, golpeo 2 veces la puerta, hasta que le permitieron entrar.
-          Buenas tardes señor, en que puedo ayudarlo?- Pregunto ella con una reverencia.
-          Finalmente llegaste- Comento el señor Alexander.- Stephanie me ha hablado mucho de usted.
Paola se sorprendió, pero no se animo a preguntar por que.
-          Me comento, que sos muy perfeccionista. Y que sos nuestra mejor maid. Que te caracterizas por ser muy servicial, y que todo tu trabajo brilla por su excelencia.
Paola se sonrojo cabisbaja, pero luego el continuo.
-          Sin embargo me comento 2 cosas, a pesar de que siempre intentas ayudar a tus compañeras soles acusarlas. Y te encanta presenciar sus castigos, no es asi? – Pregunto el.
Paralizada y llena de culpa, Paola no supo que responder.
-          Sabias algo? El resto de las chicas manejan muy bien la labor de limpiar la casa. Por otra Parte, Stephanie, dedica demasiado tiempo a supervisar su labor. Mi padre suele quejarse de eso, y la ordena estudiar siempre. Sin embargo Stephanie se queja, de que ella solo se encarga de que la mansión este en condiciones para cuando el llegue. Es algo paradójico. Ademas, nosotros necesitamos a alguien constante, que nos asista constantemente, mientras nos dedicamos a nuestros estudios y obligaciones.
Paola continuo muda, y confusa. Parecia que el había descubierto su secreto. Pero sin embargo…
-          Stephanie tiene mal temperamento ,y a veces se desquita con ustedes. Pero también tiene mucha presión. Asi que tome una decisión, y ella parece estar de acuerdo.- Comento el. Luego tomo una caja y se la entrego.
Ella lo tomo confusa y al abrirlo encontró un nuevo uniforme. A diferencia del que usaban las demás chicas, este tenia un acabado hermoso, hecho con mucha precisión. La tela empleada era de buena calidad pero… A diferencia de los otros, era de mangas cortas y su falda terminaba por arriba de la rodilla.
-          Quiero que abandones ese antiguo uniforme, y comienzes a utilizar ese. A partir de ahora, seras nuestra maid personal. Tu trabajo será servirnos, y supervisar que las demás maids mantengan esta casa perfecta. –
Un ascenso, es como un ascenso. Paola sonrio para si misma orgullosa.
-          G- Gracias señor….
-          Ahora pongase su nuevo uniforme, y luego se presenta con nosotros para recibir alguna orden.
Paola corrió a su habitación, el saber que iba a poder estar cerca de su amo, sirviéndolo, la hacia muy feliz. Rapidamente se quito ese uniforme viejo y percudido, y se puso felizmente el nuevo. Se observo en el espejo, se sentía sexy, y especial. Corrio un poco apresurada, y noto como ya no podía hacerlo. El anterior uniforme era muy largo, con mangas largas incluso. En vez de un cofia, llevaba una boina. Ella solia protestar por que en verano era  en extremo caluroso. Ahora su única obligación seria servir a sus amos, y encargarse de que el resto de las chicas cumplan con sus obligaciones.Su nuevo delantal tenia volados, y era hermoso. Hasta le daba cierta impresión mancharlo. Y tenia una bola al final de este. Paola se retiro sintiéndose especial y feliz. Luego se acerco humilde y sonrientemente a su amo.
-          Estoy lista- Comento encantada.
-          Por ahora, traeme un café, y luego repórtate con Stephanie.
Paola lo hizo, y luego observo de reojo como sus compañeras la observaban con desden. Debian continuar furiosas debido a las veces que las acuso. Cuando se acerco a Stephanie para recibir una orden, Stephanie puso un rostro de alivio.
-          La verdad, te encargas a la perfeccion de esto, y se que vas a manejarlo mejor que yo.
-          Gracias Señora.
-          Pero sin embargo, quiero que la casa se mantenga perfecta. Y el comportamiento de las otras maids también- Aclaro Stephanie.
Paola la miro confusa, y luego ella le entrego su fusta.
-          Vas a utilizarla siempre que sea necesario.
-          S-Si Ama…
Comento suspirando. Mientras preparaba el café, observaba la fusta triste. Ahora sus compañeras la odiarían mas. Ella disfrutaba ver como las castigaban, pero recordaba lo mucho que odiaba los fustazos de niña. Necesitaba sentir ese plcer, como si fuera una droga, y a veces se obsesionaba tanto con eso que no podía pensar. Pero le era mas fácil observar como su ama las castigaba, a tener que hacerlo ella.
En silencio, le sirvió el café a su amo y luego se acerco, reunió al resto de las maids, y les comunico.
-          Chicas…- Dijo sintiéndose incomoda. – Fui asignada como Maid personal de nuestros amos, y también, encargada de supervisarlas. – Menciono. – Remplazare la labor de la Señora Stephanie. Lo cual es bueno para nosotras, por que yo se mas de lo duro que es nuestro trabajo no?- Comento sonriendo. Sin embargo el resto continuo seria. Se había hecho la reputación de que Paola era además de una acusadora, una sadica.
-          Pero lamentablemente… Si su desempeño va mal- Comento Paola, sacando su fusta. – La señora Stephanie me autorizo a castigarlas.- Concluyo.
Todas permanecieron en silencio.- Continuen con sus obligaciones.- Dijo y se retiro.
El dia continuo como si nada, y ella muy alegremente sirvió a sus amos. Sin embargo, las chicas mostraban signos de rebeldía. Y muchas se equivocaban. Paola, intento no justificar el nombre de sadica que le dieron. Asi que intento ser paciente con todas. Sin embargo Stephanie noto claramente la deficiencia con los días,y un dia los fustazos en su cola se hicieron escuchar en toda la casa.
Paola continuo con sus labores, adolorida. Hace mucho que no la castigaban. Y a pesar del morbo, la humillación la colmaba. Debido a su vestido, para sus compañeras era obvio que la habían castigado , y entre ellas solian murmurar. Paola enfadada protesto.
-          Ustedes 2! De que murmuran?
-          De nada!- Dijieron riéndose para sus adentros.
Furiosa dijo: Se inclinan y levantan sus vestidos.
Por que!!?? Protestaron.
-          Asi aprenden a no faltarme el respeto, es ridículo que me castiguen por su culpa.
Ambas tuvieron que acceder, y paola se desquito dando fustazos. Stephanie la observo complacida.
Luego se sintió, aun mas culpable por eso. Esa noche se masturbo pensando en los fustazos. Pero la duda la carcomía. Que debía hacer? Ser sadica con ellas? Dejar que Stephanie siga castigándola y luego aguantar la humillación? Todo se volvia un circo.
Al otro dia, continuo intentando servir a sus amos, y supervisando al resto de las maids. En una ocasión, azoto a una que se le revelaba. Pero no sin sentirse culpable. Hasta que de repente, mientras preparaba un café a Alexander, Romina se le acerco sonrojada y muerta de miedo.
-          S-Señora…- Dijo preocupada.
Paola giro, y la observo. Romina continuaba siendo la mas chica de ellas.
-          No me llames señora, sos mi amiga te acordas?-
Romina, cabisbaja, le mostro una prenda y dijo: - Sigo dejando manchas… lo siento.
Paola la observo, suspirando. Y luego dijo: Veni que te enseño a limpiar bien.
Romina asustada, inconcientemente se tapo la cola. Pero ella le tomo una mano, y la llevo a donde se lavaba la ropa. Luego pacientemente le explico, hasta que Romina aprendió. Y por eso… se le enfrio el café, tardándose hora y media en prepararlo.
-          Alexander quiere que vallas a su habitación- Dijo Seria Stephanie.
Genial… Si bien le excitaban los castigos, y mas de la mano de su amo Alexander, la humillación posterior no. Y a su vez… la hacia sentir que no cumplia correctamente con su deber. Paola fue cabisbaja hasta la habitación. Mientras caminaba por el pasillo, escuchaba la música del Piano.
Al llegar, golpeo la puerta. Y al fin la dejaron entrar.
-          Paola, entra, sentate. – Dijo.
Ella hizo una reverencia y se sento.
-          Aun recuerdo cuando llegaste, eras una chiquilla traviesa. Hacias todo mal, y había que perseguirte por toda la mansión para que cumplas tu castigo. Luego estabas fastidiosa todo el dia.
Paola se sonrio.
-          Y eso era casi todos los días. Eras la mas rebelde que todas. Y nunca me entendí por que.
Paola se sonrio, sabiendo bien el por que.
-          Y sin embargo ahora. La forma en como servis, lo bien que haces tus labores. Tenes un desempeño perfecto. Y hasta Stephanie me dijo, que siempre intentas ayudar a quienes lo necesitan no?
Paola asintió con la cabeza pero luego escucho.
-          Pero sin embargo tenes problemas con la disciplina a las chicas por lo que se.
-          Señor … lo siento… es que yo…
-          Raro, a pesar de lo mucho que te encantaba espiarlas cuando eran castigadas.
Paola se quedo paralizada de vuelta.
-          Y a pesar de que la acusabas para poder ver como la castigan.
Ella continuo en silencio.
-          Y luego de eso… estoy entendiendo, por que eras tan rebelde.
Paola se puso roja como un tomate. Y luego Alexander se paro y la tomo de la mano. Ella, acostumbrada a ser obediente, se dejo llevar, y termino en sus rodillas.
-          Hace cuanto que no estas en esta posición?
-          6 años señor…-
El hombre comenzó a azotarla suavemente. Y  alternando con suaves y deliciosas caricias por debajo de su vestido. Paola intento permanecer inmóvil, pero fue imposible no mostrar rastros de su excitación.
-          Esto se va a volver, parte de tus obligaciones y servicios esta claro?
-          Si mi señor…- Contesto Paola, siendo llevada por el placer.
El levanto su corto vestido, y bajo su bombacha, azotándola vigorosamente, acariciándola para reducir el dolor, y luego tocándola íntimamente.
-          Y se que es un servicio que te encanta cumplir no es asi?
-          Si amo.
Su cuerpo comenzó a retorcerse, pero esta vez no por el dolor, sino por el placer. El placer opaco al dolor, y las piernas de su amo se convirtieron en el cetro de la sumisión. Continuaron asi, vigorosamente, hasta que con el tiempo, los azotes se volvieron constantes. Paola comenzó a sentirlos caer fuertemente, hasta que el dolor se volvió intento. Pero dolor y placer eran lo mismo en ese momento. Y de vez en cuando, el la acariciaba, suavemente, haciendo que su piel ardiente se regocije. El ritual se repitió varias veces hasta que el la levanto, y la sento en sus piernas. Ella sintió su cola arder, mientras su señor cubria su boca con un delicioso beso. Paola continuo disfrutando de su pequeño juego y al final se retiraron.
-          Recuerda, esto también será parte de tus obligaciones y servicios esta claro?
-          Si mi señor.
-          Y por cierto…. Aca tenes unas mallas. Asi no pasaras vergüenza por haber sido azotada frente a tus compañeras.
Paola las observo agradecida.
-          Gracias…
-          Sin embargo, cuando sea necesario un castigo, será con la fusta, y no podras usarlas.
-          …Si amo.
Paola luego de eso, se sintió muchísimo mas feliz. Sirvio a sus amos con alegría, y pudo ser mucho mas justa con sus compañeras.
De vez en cuando, las ayudaba cuando era necesario, e incluso sabia impartir respeto castigando la rebeldía. Al punto tal que incluso, sus compañeras, que tenían buen comportamiento y eran ayudadas por Paola, la defendían, diciendo que ella además de servir a los Amos, además las ayudaba como si fuera otra de las maid. Y que eso la hacia mucho mejor que Stephanie. Quienes trataban con paola, sabían que debían respetarla, y obedecían. Paola utilizaba la fusta siempre que era necesario, y al menos 3 vveces a la semana, tenia un momento, de servicio especial, para su Amo.


Fin.